El oficial Prusiano y otros relatos - D.H. Lawrence - E-Book

El oficial Prusiano y otros relatos E-Book

D H Lawrence

0,0
2,49 €

oder
-100%
Sammeln Sie Punkte in unserem Gutscheinprogramm und kaufen Sie E-Books und Hörbücher mit bis zu 100% Rabatt.
Mehr erfahren.
Beschreibung

Dentro de los más reconocidos, El oficial prusiano y otras historias muestra un panorama de las inquietudes de Lawrence, así como su actitud hacia la Primera Guerra Mundial.

Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:

EPUB
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



D. H. LAWRENCE

El oficial prusiano y otros relatos

Un trozo de vidrio de colores

A Fragment of Stained Glass, 1911

Beauvale es, o era, la mayor parroquia de Inglaterra. Es poco poblada, abarca únicamente los restos de gran cantidad de viviendas de tres importantes pueblos mineros. Además ocupa una vasta extensión de bosques, fragmentos del viejo Sherwood, unas pocas colinas de pastores y de tierra de labranza, tres minas y, por último, las ruinas de un monasterio cisterciense. Estas ruinas yacen en una pradera aún fértil al pie de la última ladera de bosque, a través de cuyos robles relumbra en mayo el azul de los jacintos, como agua. De la abadía sólo queda el muro oriental del coro, con una salvaje masa de hiedra que agobia un saliente mientras las palomas se encaraman en la tracería de una elevada ventana. De esta ventana se trata.

El vicario de Beauvale es un solterón de cuarenta y dos años. A edad temprana contrajo una enfermedad que le produjo una leve parálisis en el lado derecho de modo que se arrastra un poco y la comisura derecha de su boca está contraída contra su mejilla en una mueca sempiterna que no esconde el espeso bigote. Hay algo patético en la expresión del vicario: sus ojos son astutos y tristes. Resultaría difícil acercarse al señor Colbran. Ahora, ciertamente, su alma tiene algo de la contorsión de su cara, de modo que cuando no es irónico, es satírico. No obstante, casi no existe hombre de más completas tolerancia y generosidad. Cuando los patanes se ríen de él, simplemente sonríe con el otro lado y no hay malicia en sus ojos, sólo una serena expresión de esperar a que terminen. Su gente no le tiene simpatía; sin embargo, no se le puede acusar de nada, salvo de que «nunca puedes saber si se está burlando de ti».

La noche pasada cené con el vicario en su estudio. El cuarto escandaliza al vecindario por las estatuas que lo adornan: un Laocoonte y otras copias de clásicos, con obras en bronce y plata del Renacimiento italiano. Lo demás es oscuro y leonado.

El señor Colbran es arqueólogo. Sin embargo no toma en serio su hobby, de modo que nadie conoce el valor de sus opiniones sobre el tema.

—Aquí tiene —me dijo después de la cena—; he encontrado otro párrafo para mi gran obra.

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!