El pleito matrimonial del cuerpo y el alma - Pedro Calderón de la Barca - E-Book

El pleito matrimonial del cuerpo y el alma E-Book

Pedro Calderón de la Barca

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Beschreibung

Pleito matrimonial de cuerpo y alma es un auto sacramental de Pedro Calderón de la Barca, género en el que llegó a alcanzar la plenitud, al combinar a la perfección con su talento natural, amante de la pintura y de las sutilezas y complejidades teológicas.

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Seitenzahl: 44

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Pedro Calderón de la Barca

El pleito matrimonial del cuerpo y el alma

AUTO SACRAMENTAL

Saga

El pleito matrimonial del cuerpo y el almaCover image: Shutterstock Copyright © 1634, 2020 Pedro Calderón de la Barca and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726499612

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

PERSONAS

 

EL ALMA ENTENDIMIENTO

EL CUERPO MEMORIA

LA VIDA VOLUNTAD

LA MUERTE MÚSICA

EL PECADO CRISTO

 

Sale de un carro el PECADO, al tiempo que en el otro seabre un tronco y sale de él la MUERTE

 

PECADO ¡Parasismo del mundo, a cuyo horror

la fábrica caduca universal!

MUERTE ¡Ojeriza del cielo, cuyo error

hizo al hombre saber del bien y el mal!

PECADO ¡Ira común, pues yace a tu furor 5

vegetable, sensible y racional!

MUERTE ¡Saña común, pues yace a tu poder

lo que nació primero de nacer!

PECADO ¡Basilisco del tiempo, tan cruel

que das mirando a cuanto vive fin! 10

MUERTE ¡Áspid del siglo, tan traidor y infiel

que muerdes entre flores de un jardín!

PECADO ¡Introducido escándalo de Abel!

MUERTE ¡Heredada malicia de Caín!

PECADO ¡Ministro del gran Dios de Sabaoth! 15

MUERTE ¡Caudillo de los bandos de Astaroth!

PECADO ¡Pálida muerte!, porque sólo así

todas tus señas pronunciar podré.

MUERTE ¡Príncipe del abismo!, que de ti

noticia de otra suerte dar no sé. 20

PECADO ¿Al mundo yo no te introduje?

MUERTE Sí,

de la muerte el pecado origen fue.

PECADO Pues si el ser que te di fue ser atroz,

desciende a los conjuros de mi voz;

desciende de ese negro monte, que es 25

funesta patria de la noche vil;

el seno deja de sus troncos, pues

el valle nos convida con su abril.

Víboras somos, ajen nuestros pies

sus flores ciento a ciento y mil a mil, 30

mientras no empaña al ver nuestro arrebol

su faz la luna y su semblante el sol.

MUERTE Ya de aquel tronco que mi cuna fue,

de quien naciendo rama soy raíz,

rasgué el seno, y rasgándole dejé 35

yerta su pompa, mustio su matiz.

Agora dime, ¿qué me quieres?

PECADO Que

en mi pena mayor, más infeliz,

me ayudes a vengar una pasión.

MUERTE ¿Son envidias del hombre?

PECADO Celos son, 40

que son envidias una y otra vez.

MUERTE ¿Celos tiene quien nunca tuvo amor?

PECADO Sí, porque hay celos de tan vil preñez

que son abortos hijos del rencor.

MUERTE Pues, ¿qué quieres?, que al cielo la azul tez 45

apagaré de un soplo, y su esplendor

de nubes vestirá negro capuz

en funestas exequias de la luz.

PECADO Ya sabes que desterrado

salí de mi patria augusta 50

por aquel delito infame,

aquella ambiciosa culpa

en que mi soberbia entonces

me puso, porque se arguya

cuán antiguo es en el mundo 55

ser soberbia la hermosura.

Ya sabes también que luego,

mañosa serpiente astuta,

me introduje en un jardín,

donde sus vedadas frutas 60

inficioné con mi aliento

mortal, eterna cicuta

de los hombres. De esta ira,

de esta rabia, de esta furia

fue la causa que entre sombras 65

de imágenes y figuras,

bien a mi ciencia distintas

bien a mi dolor confusas,

en la soberana idea

de Dios miré la pintura 70

del Alma hermosa del hombre,

cuya gran belleza, cuya

perfección había de ser,

al Cuerpo mortal conjunta,

humana naturaleza, 75

reina del mundo absoluta.

De suerte me arrebató

mis acciones todas juntas,

que de envidia, amor y celos

sentí a un tiempo tres injurias: 80

de envidia por ver que había

de ser... (la lengua se turba)

preferida... (¡de ira rabio!)

su fortuna a mi fortuna;

de amor, porque su belleza 85

es tan inmensa y tan suma,

que solo en hacerla mía

mi loca ambición estudia;

y de celos, porque el cielo,

aunque quiere que sea suya, 90

a un villano se la entrega

que la desdore y desluzga,

pues siendo el Alma tan noble

que goza a la edad futura

eterna la duración... 95

—porque tiene la segunda

de las tres que hay: sin principio

ni fin, que de ellas la una

sólo es duración de Dios,

que sin principio y fin triunfa; 100

con principio y fin, que esotra

es la duración caduca

de la vida humana, pues

anochece aunque madruga;

y el medio destos extremos 105

es el alma, que los junta,

pues con principio y sin fin

por siglos de siglos dura—.

Y siendo, otra vez lo digo,

tan bella y noble criatura 110

que su solar es la mente

de Dios, de donde su justa

omnipotencia la cría,

se la dan a que se infunda

en el informe embrión 115

de un cadáver sin figura

ni forma hasta aquel instante

que ella le anima y le ilustra;

al Cuerpo: un tosco villano

hecho de una masa impura, 120

lodo de saliva y tierra,

de tan bárbara, tan ruda

naturaleza él por sí

que sin ella acción ninguna

tiene, ni hay cosa que alcance 125

ni materia que discurra.



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