El proceso de sanar - Romina Ruiz - E-Book

El proceso de sanar E-Book

Romina Ruiz

0,0
5,49 €

-100%
Sammeln Sie Punkte in unserem Gutscheinprogramm und kaufen Sie E-Books und Hörbücher mit bis zu 100% Rabatt.
Mehr erfahren.
Beschreibung

¿Qué tan valientes nos sentimos ante la idea de dar un vuelco en nuestra vida para comenzar a vivirla y dejar de sobrevivir? ¿Qué tan dispuestos a enfrentar las heridas? ¿Qué tan dispuestos a enfrentar los temores? Todos estamos un poco rotos, y muy dentro nuestro sabemos que arrastramos con ciertos fantasmas. Te contaré mi propia historia para que comprendas que la gran clave radica en sentir, comprender y finalmente aceptar que en muchas ocasiones nos desmerecemos en vez de merecernos. Esa profunda aceptación de lo que somos y de lo que valemos es el puntapié inicial para redescubrir el potencial dormido que anida en nuestro interior, muchas veces inexplorado por los engaños del sistema, que intenta controlarnos y hace todo lo posible para mantenernos «entretenidos» sin utilizar el poderosísimo recurso de nuestra conciencia crítica. Cuando logramos quitar los velos que nos impiden ver —que nos impiden vernos como realmente somos— se abre un nuevo mundo de posibilidades, pero solo nosotros tenemos la potestad interior de tomar la gran decisión y comenzar a revolucionar nuestra vida. Todo nace del genuino cuestionamiento de la vida que llevamos hasta hoy. Si no te satisface tu vida actual es hora de sanar, porque sanar es amarse.

Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:

EPUB
MOBI

Seitenzahl: 188

Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Romina Ruiz

El proceso de sanar

Ruiz, Romina El proceso de sanar / Romina Ruiz. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-4734-7

1. Ensayo. I. Título. CDD A864

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Corrección integral y coordinación general: Julián Chappa | www.julianchappaeditor.com.ar

Índice

Agradecimientos

Introducción

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

11

12

13

Para Juli y Olí, mi oso y mi pato,

porque los amo infinitamente.

Agradecimientos

Agradecer es una de las formas más bonitas de transmitir emociones y pensamientos que nacen desde lo más profundo de nuestro interior hacia aquellos que nos han hecho un favor con la mejor de las intenciones.

Todos los que nos rodean, nos dejan una enseñanza en diferentes circunstancias, que nos ayuda a ser mejores o a mirar hacia nuestro interior. Sin ello, en mi caso no hubiese podido llegar hasta aquí, por tanto va mi gratitud hacia todos los que fueron, son y serán parte de mi experiencia de vida.

Gracias a mi familia y amigos.

Gracias a mi querido Synyestro por todas las aventuras, la compañía y por hacer nuestra adolescencia la mejor de todas.

Gracias Emi, por tu tiempo compartido conmigo.

Gracias a Quimey, por enseñarme sobre la decodificación bioemocional.

Un agradecimiento especial para los terapeutas con quienes experimenté diferentes emociones, a Laly M. por el reiki y el rito del útero. Ha sido magnífico conocerte, tenés una energía espléndida. A Fede A. por la extendida y maravillosa terapia de decodificación bioemocional que me llevó a recorrer senderos ocultos de mi mente. Y a Silvia G., por su maravillosa manera de constelar. Les agradezco a ellos por su disposición, guía en cada terapia holística y por su generosidad, amabilidad y energética simpatía.

Gracias al espacio «Green House» y a Nico R., les agradezco por abrir las puertas del mismo para que las terapias se hicieran parte de esta historia, y por las sugerencias.

Gracias a mi amiga Gise, por todos sus aportes, enseñanzas y sabiduría que me guiaron.

Gracias a Sabri G., quien fue la instructora de la clase de sup (surf de remo), y a su espacio de «Kai.sup.patagonia», por acompañarme en esa primera experiencia personal de ingresar al mar a realizar un deporte acuático, que ha marcado en mi vida un antes y un después. A Wilmer, por su magnífica responsabilidad cuando estuve dentro del mar.

Una enorme gratitud para mi editor y corrector Julián Chappa, cuya gran labor se ve reflejada en cada página, haciendo posible que toda mi historia sea contada de una forma excelente. Agradezco su confianza y tenacidad al momento de trabajar con cada texto.

Al vos lector/a, por elegir recorrer todas estas páginas, que enseñan que la experiencia lo es todo, lo vale todo, es ella la que nos permite contar nuestra historia.

Concluyendo, me permito un gran agradecimiento a mi alma, cuerpo y mente por este increíble camino que eligieron recorrer juntos, porque han sido valientes para mostrar que no hay nada que ocultar, sino más bien mucho por mostrar y siempre elegir ser.

Introducción

Todos estamos un poco rotos, y muy dentro nuestro sabemos que arrastramos con ciertos fantasmas. ¿Qué tan dispuestos estamos a enfrentar los temores? ¿Qué tan dispuestos a enfrentar las heridas? ¿Qué tan valientes nos sentimos ante la idea de dar un vuelco en nuestra vida para comenzar a vivirla y dejar de sobrevivir?

Existe una extensa lista de quehaceres diarios para estar constantemente en equilibrio. Es romper la rutina, hacer cambios, caerse, levantarse y comenzar desde distintos puntos de partida. Quizá te haya sucedido alguna vez sentirte agotado, perdido, y no saber hacia dónde correr para que todos esos malos momentos desaparezcan.

Te contaré mi propia historia para que comprendas que existen muchas razones por las cuales casi nunca tomamos el camino correcto. Para que quizás encuentres ese algo que pueda aportarte una ayuda, o para que sepas que la vida es más simple de lo que parece… o de lo que nos hacen creer. Que cuando estamos hundidos, ahogándonos, hay salidas que pueden cambiar la manera en que vivimos, el modo en que reaccionamos, cómo nos comportamos y hasta cómo nos amamos.

En muchas ocasiones nos desmerecemos en vez de merecernos, cuando en realidad deberíamos valorar mucho más nuestros propios méritos y lo que pretendemos para nosotros. Nos merecemos ser lo que nos apetece y amar esa mejor versión, pero por lo general estamos programados para creer que merecemos solo lo que nuestra clase social u origen indica que deberíamos lograr.

NOS MERECEMOS SER TODO

AQUELLO QUE SOÑAMOS SER.

Mirarse primero es desnudarse ante la vida, dejando al descubierto todo eso que duele, que nos mata cada día. Es poder encontrarnos a nosotros mismos en una inmensidad de apologías. Es preguntarte ¿sabes quién eres?, ¿sabes lo que quieres?, ¿sabes dónde quieres estar?

¿Cuántos problemas son realmente problemas? Si tienen solución, dejan de serlo y se vuelven una experiencia. La vida se basa en experiencias que nos ayudan a crecer y a encontrarnos, algunas serán placenteras y otras no tanto. Todo lo que acontece trae aparejado un aprendizaje.

Cuando intentaba observar quién era yo me dolía mucho, porque veía a alguien a quien desconocía, que estaba construido por muchos parámetros, y eso de ninguna manera me permitía vislumbrar una salida.

Mi verdadero yo estaba reprimido detrás de todos los discursos que nos hacen creer –sociedad, familia, amigos, política, educación– acerca de cómo debe vivirse la vida. La clave reside en cuestionarse, en mirar más a fondo, más allá de todo lo que nos ha inculcado el sistema sociocultural del que formamos parte.

Siempre es más fácil tapar el dolor con una sonrisa y decir «no pasa nada, todo está bien». Evitando esos procesos, que destruyen a ese ser construido, podemos hacer renacer al verdadero yo interior que habita en las profundidades de nuestro ser.

Hay pantallas que sostenemos porque nos acostumbramos a vivir bajo presión, pero esto no quiere decir que dicha situación no pueda cambiar, sino que hay algo más que no sabemos y nos lleva a indagarnos por qué somos lo que somos.

Sanar desde el corazón es volver a tener el poder sobre nosotros mismos, ese que alguna vez nos quitaron.

SANAR ES AMARSE.

Que las historias cambien y los patrones sociales dejen de limitarme es el gran paso que fui dando cuando comprendí quién soy, dónde estoy, qué es la matrix1 y cómo funciona en realidad todo a nuestro alrededor.

1. La matrix muestra la posibilidad de una realidad ilusoria producida artificialmente en nuestros cerebros mediante un sofisticado sistema informático al que estaríamos conectados y, por tanto, la posibilidad de que lo que para nosotros es real no lo sea verdaderamente, que lo real en nuestra mente no se corresponda con lo que es real fuera de ella. Tenemos un sistema de ideas implementadas en la mente, con el cual nos controlan.

1

Cómo te sentirías si una mañana, al despertar, descubres que la vida que llevamos es una mentira que se sostiene hace décadas, e incluso que tú eres quien la sostiene. A partir de esa mañana tu mente tomará consciencia de lo que te sucede, y al saber la verdad podrás construir tus días a tu antojo.

¿Te sientes preparada para asumir la responsabilidad de vivir por tu propia cuenta, sin patrones que te indiquen los pasos que debes dar? Cuando entras en el proceso de sanación te sientes como un cristal hecho trizas al que solo le falta un golpe más para estallar en mil partes, entonces experimentas una gran confusión sobre tu existencia.

Tus episodios rutinarios de no saber adónde ir, de sentir disconformidad con tu vida, con tu trabajo, con quienes te rodean o que el amor es una dura batalla. Traes etiquetas y figuritas adheridas a tu alma, cargas con un baúl lleno de angustias, rencores, felicidades a medias, llanto, opiniones ajenas y pensamientos hirientes.

Con todo esto y mucho más comenzarás tus primeros pasos por este camino en el cual lo primero que deberás hacer es quebrantarte, romper con el antiguo yo para luego reconstruirte, entonces ese equipaje con el que cargas se hará liviano, tirarás lo que no sirve y cargarás nuevas y más agradables experiencias.

También sufrirás un desapego, sentirás angustia, dolor e incluso vacío, pero luego de todo eso estarás lista para una etapa en la cual te reencontrarás con tu verdadero yo, que permaneció cautivo desde que nació, y lo llenarás de amor y vida.

Los hechos traumáticos son cíclicos y heredados inconscientemente. Para lograr sanarlos debemos tener el valor de enfrentarlos y soltarlos. Cambiar nuestra realidad drástica y definitivamente, si es que realmente queremos tomar las riendas de nuestra existencia.

Los sucesos traumáticos que hemos experimentado están programados para que sucedan, para que se repitan, que nuestra energía vital se encuentre presa en una realidad construida por patrones sociales, familiares y culturales que van afectando nuestras relaciones externas y la relación con nosotros mismos, todo ello nos impide lograr un autocontrol y provoca que estemos en desequilibrio, saciando nuestra necesidad interna con todo lo material que hay allí afuera –que nunca es suficiente– cuando en realidad la manera de satisfacer esa ansiedad, depresión, angustia y demás es poder sanar ese hecho traumático que provoca su existencia.

El conocimiento no debe quedarse en teoría, es preciso llevarlo a la experiencia para poder hacerlo real y darle valor. La experiencia propia en cada terapia es la mejor forma de sanar. Hay muchísimas terapias que ayudan a conocerte, a crecer, a ser mejor que tu anterior versión. Eres libre de elegir para ti lo que consideres más apropiado.

Estar desprogramado es un arduo trabajo cotidiano, debes convertir en hábito una alimentación consciente, la meditación, el equilibrio, el ejercicio físico, actividades que centren tu energía y, esencialmente, mantenerte conectado contigo mismo.

Recuerda que tenemos un cuerpo y un alma a los que debemos cuidar al mismo tiempo. Que eres dueño de la realidad, de cómo eliges sentirte, de qué decisión debes tomar, tú eres consciente de que vales mucho.

Todos los días al despertar me recuerdo cómo era antes y observo cómo soy ahora, dejando que la sonrisa e incluso la risa broten de mí. Me siento muy orgullosa de lo lejos que he llegado.

No solo sané yo sino que también sané al clan, mis antepasados, mis nuevas generaciones. Rompí patrones. Reparé traumas, como el día que ingresé mar adentro en una clase de sup (surf de remo) solo para quebrantar ese miedo que me adormecía el cuerpo.

Aprendí a nadar y vencí el miedo, ese que me frenaba ante el mar. Hoy no existe un día en que no me sienta capaz de resolver. Es vivir el presente, el pasado se ha ido y el futuro aún no existe.

Las heridas emocionales, provocadas cuando somos niños, constituyen a un adulto con diferentes características. Exponer cómo fue mi relación con mis padres y poder explicar el porqué de mis acciones, el porqué de mis comportamientos y que la personalidad no solo se forma por programas cargados en la mente, sino también por las experiencias que tenemos en la infancia y por cómo hemos sido acompañados.

Pero lo interesante de todo esto es que al tener un amplio conocimiento de cómo funcionamos y qué es lo que somos, podremos transformar todo eso que nos hace mal para sanarlo y liberarlo de una vez por todas.

Podemos construir un ser nuevo, aprendiendo de las experiencias que hemos vivido, asimismo comprender que la mayoría de las veces los padres no están listos para ser padres, ni pareja, ni familia; pero el descuido mental los conduce a repetir patrones como si de esa manera pudieran solucionar sus vidas.

Sucede que las parejas, después de años o de unos meses de enamoramiento, se proponen casamiento, formar una familia y construir sueños que crecen sobre un pantano. Ese pantano con el tiempo se devora los sueños y el amor destrozando esos castillos, creados dentro del círculo familiar, olvidando por completo el sentir de los hijos, que sufren los desequilibrios de sus padres, que se hallan envueltos en odio y desesperación.

A mi parecer, para dedicarnos a nuestros hijos debemos estar emocionalmente sanos y conocernos, porque de esta manera podremos mantener vínculos seguros, que a un niño le permitan concitar la atención de los padres, de tal modo el niño será capaz de enfrentar la vida con bases sólidas de amor y valores que lo ayuden a forjar su personalidad, encontrando en su propio ser la solución a sus problemas.

Un niño sano será un adulto sano, incapaz de dañar a otros. Dispondrá de empatía, límites claros, será comprensivo, útil, sabrá cómo relacionarse con los demás de forma segura sin ser dañado y se comunicará con claridad.

En esta era podemos darles una nueva oportunidad a nuestros hijos, permitirles sentirse y encontrar su motivo de sanar en esta vida. Todos somos seres pensantes y podemos elegir cambiar, avanzar, ser mejores versiones que las anteriores. Sí así lo deseamos, podemos.

Resulta esencial entender el proceso de nuestros padres, sus traumas, que nosotros no hemos sido culpables de sus heridas, que ellos estaban mirando sus propias heridas en vez de focalizarse en nosotros.

CUANDO ERA NIÑA CREÍA QUE CUMPLIR

LAS EXPECTATIVAS DE MIS PADRES LOS HARÍA

MUY FELICES, LUEGO DESCUBRÍ QUE

SE TRATA DE UN GRAN ERROR.

Esa niña que habita en mí cierto día se encontró con su verdadero propósito, y realmente no estaba ni cerca de construir un personaje socialmente aceptado, un profesional que tiene una vida material perfecta. Esta niña se convirtió en alguien muy rebelde, en una buscadora de su mundo interior y del propósito que allí atesoraba.

Nuestros padres provienen de una era donde el amor propio no existe, donde complacer a la sociedad y el «qué dirán» es más importante, donde tener hijos es habitual, sin importar cuántos, que el hombre debe ser atendido y la mujer desatendida.

Por medio de las constelaciones familiares aprendí que nuestros padres siempre están mirando a otro lugar, ya sea un trauma, un rol que les tocó ocupar, una herida, la muerte de algún ser querido, un aborto, etc. Es por eso que no pueden darse cuenta de nuestras necesidades como niños. Nuestras heridas o hechos traumáticos se exponen en nuestra reacción ante la situación que experimentamos.

A través de mi propia historia es que entendí que todo es más simple de lo que creemos, que solo basta querer para colocar a gusto las piezas del rompecabezas de nuestra vida, la que hemos elegido transitar. Seguramente por aquí, por allí y vaya a saber dónde más todavía habrá infinidad de cosas por aprender, pero lo valioso es sentir que el proceso me ha llevado a crecer y encontrar la paz interior.

Todas esas situaciones con mis padres, que me causaban dolor –un dolor que normalicé y justifiqué– fueron primordiales para redescubrirme y recorrer el árbol ancestral. Es por eso que la casualidad no existe como tal, todo sucede cuando debe suceder hasta que seamos capaces de entender por qué acontece cada cosa.

NUESTRO ADULTO SE FORMARÁ SEGÚN

CÓMO HAYA CRECIDO NUESTRO NIÑO,

Y MANIFESTARÁ LA HISTORIA DEL CLAN.

Todas las historias del clan y la mía hicieron posible este proceso, por eso no debemos arrepentirnos de lo que hacemos, porque en alguna parte de nuestro interior sabemos lo que hacemos, y somos nosotros quienes determinamos si nuestra acción se convertirá en una elección o en una opción.

Allí radica la diferencia, la responsabilidad de mi ser, ahora se trata de ello. De hacerme responsable de todo lo que me sucede, porque solo uno es creador de su propia realidad, de sus propias enfermedades, angustias y felicidad.

¿Qué es lo que quiero crear? Si ahora sé que la familia se rige por un consciente colectivo otorgado por la sociedad, programado en mi mente para percibir similitudes con esta realidad, pero que esta realidad se puede reprogramar para modificarla.

Me refiero a tener el control remoto de mi propio ser, elegir qué pantalla quiero visualizar, qué quiero aprender de ella, cómo desprenderme y reprogramarme a mi gusto. Es como una película donde las escenas cambian constantemente, y somos nosotros quienes decidimos cómo percibir y sentirnos ante la misma.

Elegir cómo sentirse implica lograr un muy alto nivel de consciencia. Decidir cómo me afectará la realidad externa tendrá que ver con mis heridas emocionales internas sanadas, y eso me permite poder cambiar esa realidad las veces que desee.

Cuando me afecta algo de la realidad externa, me muestra una herida emocional interna que me sugiere que debo contactar con ella para poder eliminar ese malestar y comprender por qué me afectaba.

Ahora sé que las emociones son vibraciones del estado mental que se trasladan al cuerpo llevando información a los sentidos, según cómo vaya haciendo consciente lo inconsciente.

Todo este plano no es más que la representación de programas universales que preparan al humano para ayudar a la tercera dimensión –el plano físico donde vivimos y que percibimos a través de los sentidos, donde la energía es más densa y forma la materia– a evolucionar.

Para evolucionar solo debemos permitirnos sentir, conectarnos con nosotros mismos, y el universo se encargará de manifestar a través de las esferas mentales nuestros patrones naturales que están muy lejos de la matrix implementada.

Es un crecimiento que avanza en nuestro interior para poder cambiar las realidades que nos han mantenido bajo el estrés y la agonía de una vida en la que solo estábamos dando vueltas en círculos.

RECUERDA QUE LO IMPORTANTE NO ES

QUIÉN FUISTE, NI QUIÉN SERÁS MAÑANA,

SINO QUIÉN ERES AHORA,

Y LO QUE ESTÁS LOGRANDO.

2

En plena madrugada estaba experimentando por primera vez un gran colapso emocional. Debería estar durmiendo y no aquí sentada con las piernas entrelazadas en el sillón de mi habitación sufriendo una crisis existencial con angustia, lágrimas en los ojos y un cuaderno entre las manos, pensando que siento que me hundo cada día que pasa sin poder ver la salida. Que el frío abrazó mi corazón, y por consiguiente trato de encontrar respuestas.

Miro a mi alrededor y me planteo: ¿en qué momento comencé a complacer a los demás y dejé de pensar en mí? ¿Durante cuánto tiempo permanecí sonriendo para que otros se sientan mejor con sus actos vacíos y crudos? ¿De qué se trataba esto para mí? Pues de encajar, de caer bien a los demás.

Me volví compasiva con aquellos que no se esfuerzan y empecé a sentir pena por quienes se lamentaban de su mala suerte, en vez de reescribir la página. Conocí a personas que con sus historias te desgarran, se descargan entre lágrimas y dolor, para luego irse y volver al mismo lugar donde había surgido ese conflicto, que era parte de esa gran historia de dolor.

Por tener una gran empatía y no saber gestionar mis emociones, me quedaba con su malestar como si fuera propio, creyendo que de alguna manera podría ayudar. Por esta razón, con cada historia me agobiaba la mente, haciéndolas parte de mí, sin entender claramente que tales historias no me pertenecían.

También creció mi malestar cuando ante los conflictos dejé de expresarme, callé para no sentir que hería u ofendía a los demás. ¿Cuántos nervios devoró y encarceló mi cuerpo, sin que a nadie le importara ni un poco?

Finalmente todo ese dolor explotó. Primero en la boca de mi estómago, luego en el estómago, por consiguiente fue perjudicando mis intestinos, provocando aún más síntomas, una rosácea, depresión, confusión y mucha frustración.

Ser complaciente todo el tiempo con otros no es tarea fácil. Al estar deprimida, notaba la hipocresía o las palabras crudas con las que se referían a mí. En infinidad de ocasiones decían que soy fría y demasiado directa al expresarme con palabras sinceras, por molestarme su accionar, o por los largos silencios indiferentes ante un contexto vacío. También por reservarme al escucharlos decir que debes agradecerles por ciertas cosas, cuando en verdad el resultado se debía a mi propio mérito y esfuerzo. Y eso es propiamente mío.

Entonces quise gritar para no ahogarme, y decidí luchar contra la corriente, segura de que me llevaría a mejor puerto que seguir guiones improvisados de aquellos que no valen la pena.

Decidí fortalecerme haciendo una introspección para tener equilibrio, observarme para descubrir qué debía hacer. Construirme y enfrentar esta crisis.

Reconocimiento

Me dije «Mira, observa tus ojeras, tus manos vacías, tu mirada perdida, tu pelo que se cae. Tu sonrisa no existe y estás tan desarreglada que das lástima, esa misma que le tienes a los demás».

Empieza a reconocer y ver lo valiente que eres.

Empieza a sentir seguridad de ti misma.

Defiéndete de la vida.

Confía en ti.

Elimina tu inseguridad e inconformidad, vuélvete inquieta, rompe con el miedo que has edificado en tu interior en base a las opiniones ajenas.

Tiempo

El tiempo es algo intangible, entonces no revuelvas en las situaciones irremediables, no se puede volver hacia atrás, por mucho que lo desees.

Deja que se vayan esos deseos incumplidos de amores, proyectos, conversaciones, miradas y sensaciones dolorosas.

Retener el pasado en un pensamiento no cambiará tu realidad, lo que has hecho o lo que deberías haber hecho no puede cambiarse.

Aprovecha mejor cada minuto y ten un proyecto para él.

Sé astuta, camina a su lado y haz todo lo que sientas querer hacer.

Cuando este tiempo vaya pasando, irás a la par y estarás satisfecha con cada milésima de segundo.

Agradecimiento

Sé justa contigo:

Agradécete por ser valiente y haber venido hasta aquí para vivir.

Por todas las cosas que has hecho sin que te lo hayan agradecido y reconocido.

Por las sonrisas regaladas, los abrazos genuinos y palabras alentadoras que has dado.

Las compañías en momentos difíciles.

Por entregar amor más allá de que no haya sido retribuido.

Por ser luchadora y combatir estas batallas con heridas abiertas.

Por vivir cada momento y dar lo mejor con una sonrisa.

Amor

Aludo a ese amor del bueno, ese que te mereces.

Ámate tanto como para que te sientas muy confortable en cada lugar de este planeta.

Llénate de elogios bonitos y deja que tu amor propio recorra tu piel, llene tu alma, brote por tu risa, haga brillar tus ojos y sudar tus manos, que quieras gritar de alegría.

Saltar en la orilla del mar y decir «me amo» más que nada y a nadie en el mundo.

Me amo tan simple como soy, y complicada como me veo.

Felicidad

Soltar el ego y el orgullo es importante para poder tomar decisiones que te lleven a construir pensamientos nuevos.