El roble seco - Carlos Rodriguez - E-Book

El roble seco E-Book

Carlos Rodriguez

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Beschreibung

Cuando la vida aparente se va y queda anidada en el corazón de los robles de mi tierra, en los que están encerradas todas las almas de los hombres.

Das E-Book El roble seco wird angeboten von Books on Demand und wurde mit folgenden Begriffen kategorisiert:
Interior, tiempo, Alma, más allá, poesía

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Seitenzahl: 36

Veröffentlichungsjahr: 2024

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Dedicado a Aurea,

la persona más generosa que conozco.

EL ROBLE SECO

I Los robles no andan:

II Soy como un roble viejo

III Un árbol es un árbol mientras vive.

IV Yo no lo sé pero sí lo adivino,

V Colocada la mesa, puesto el vino,

VI Una escalera nacida del gozo,

VII Desnudo corazón, en el sosiego,

VIII A vosotros, que veis lo que yo veo

IX Deseo descansar de tanto esfuerzo

X Le vi llegar un día sin saberlo,

XI No es mi cuenco el cuenco más propicio:

XII Abrió los ojos,

XIII Verdad, bondad, dolor,

XIV Si algo necesito

XV Fue de repente, un día no lejano,

XVI Lo di en una ocasión a una paloma

XVII Y nada pasa.

XVIII ¿Otra vez a mi puerta, mensajero?

XIX He derrotado al alma hace mil años.

XX Toca el reloj las doce: es mediodía.

XXI Tantas páginas escritas

XXII ¿De dónde viene el poema?

XXIII Volar no es sobrevolar la tierra

XXIV Cuando al final, en vez del homenaje

XXV En el fondo del arcano

XXVI Lo que somos, es porque lo queremos.

XXVII Subimos, entramos, bajamos, salimos.

XXVIII Si vuelves un momento la mirada

XXIX Todo empezó cuando se empieza todo:

XXX Apagué el cigarro, me terminé el vino.

XXXI Cabe en la mano, cabe en la cabeza.

XXXII De nada os serviré

XXXIII Apenas le descubrí

XXXIV Una por una fueron desgranadas,

XXXV Si una primavera

XXXVI Al comprimirla se expandió en silencio.

XXXVII ¿Quién llama de esta manera?

XXXVIII Si lo que tengo es mío,

XXXIX Pasan los días como pasa el viento.

XL Lo que me falta a mí,

XLI Sobre la tierra poderosa y fría,

XLII Estoy aquí y voy solo de paso.

XLIII ¿Te acuerdas de aquel árbol, compañero

XLIV Después de pasearme he comprendido,

XLV La cartera, el tabaco,

XLVI Dime, jardinero, dime:

XLVII Me siento liberado

XLVIII Después de todo, os amo,

XLIX La fuente que está en medio de la plaza

L Atisbo penoso

LI No confundáis

ELLA

I En el remanso pintoresco y frío

II Para conocerte he roto

III Pasará a mi lado un día cualquiera.

IV Como un vacío lleno,

V Cuando me busco a mí,

VI Un minuto me queda

VII Hoy toqué las caracolas

VIII Una copa, otra copa, un pensamiento,

IX Dime dónde está la puerta

X Una vez bajó del sol

XI Espérame en el bosque

XII Te he tejido una túnica esta noche

XIII Mis ojos no son nada

XIV Espérame, después de todo,

XV Búscame en algún lugar

XVI Tengo millones de vidas ocultas

XVII Si tú no me quisieras

XVIII Con la mirada,

XIX Me sobra el cuerpo esta noche,

XX Búscame otra vez, escondido en el roble,

XXI Traje, Aldebarán, de casa

ELLOS

I Con sus ojos grandes,

II Porque es muy pequeño,

III Pequeñas manos de blancas sinrazones

IV Alguien, alguna vez, debió pensarlo.

V Hay una tonadilla cariñosa

VI ¿Sabes cómo me duelen

VII He oído vuestras voces infantiles

VIII Sus ojos en mis ojos:

EL ROBLE SECO

Una ventana al alma

I

Los robles no andan:

solo si están muertos.

La savia que invade sus venas

nace en las raíces clavadas con fuerza

muy dentro del suelo.

Romperlas: matarlas.

Moverlas no puedo:

Los robles que andan

son los robles secos.

II

Soy como un roble viejo

con las ramas dormidas,

con el tronco doblado,

desesperado y terco

y el viento que me agita

siempre al atardecer,

me hace recordar que vuelo,

queriendo revolver

mis ramas... en las alas,

mis raíces... en pies.

III

Un árbol es un árbol mientras vive.

Un hombre es un hombre mientras sueña.

Yo quiero ser hombre,

para no ser leña.

IV