El santo rey don Fernando - Pedro Calderón de la Barca - E-Book

El santo rey don Fernando E-Book

Pedro Calderón de la Barca

0,0

Beschreibung

El santo rey don Fernando es un auto sacramental de Pedro Calderón de la Barca, género en el que llegó a alcanzar la plenitud, al combinar a la perfección con su talento natural, amante de la pintura y de las sutilezas y complejidades teológicas.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 53

Veröffentlichungsjahr: 2020

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Pedro Calderón de la Barca

El santo rey don Fernando

 

Saga

El santo rey don FernandoCover image: Shutterstock Copyright © 1671, 2020 Pedro Calderón de la Barca and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726499568

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

Auto historial alegórico intitulado Primera parte

PERSONAS

ALCORÁN. HEBRAÍSMO. RÚSTICO. SANTO REY. SAN LEANDRO. UN VIEJO. APOSTASÍA. FE. ESPERANZA. CARIDAD. SAN ISIDRO. MÚSICOS. LA RELIGIÓN DE SANTO DOMINGO.

Sale el ALCORÁN, vestido de moro con un azadón; el HEBRAÍSMO, de judío, con otro; RÚSTICO, villano, con otro; y representan los primeros versos, como en acción de estar cavando.

 

ALCORÁN ¿No habrá alivio para mí,

mientras del cielo no caiga

un rayo que me destruya?

HEBRAÍSMO ¿Mientras la tierra no abra

su centro que me sepulte, 5

no habrá consuelo en mis ansias?

RÚSTICO ¡Que este moro y este hebreo

no den una azadonada,

el uno sin un zalá,

y el otro sin una guaya! 10

ALCORÁN ¿Qué hace tu profeta, Alá,

que ni me vale ni ampara?

RÚSTICO Estará comiendo setas,

que es el fruto de sus plantas.

HEBRAÍSMO ¿Qué hace, oh gran Dios de Israel, 15

tu piedad, que tanto tarda?

RÚSTICO Tan bien contigo le fue

una vez que vino...

ALCORÁN Calla,

loco.

HEBRAÍSMO Calla, vil.

RÚSTICO ¿No es bueno

que nunca nos falte gana, 20

a mí de darles mohína,

y a ellos de darme puñadas?

(Atropellándole.)

HEBRAÍSMO Y ALCORÁN A otra parte a trabajar

lejos de los dos te aparta.

RÚSTICO Sí haré; y si mal no me salen 25

los versos de cierta traza,

los bien vengados cachetes

se ha de intitular mi farsa.

 

(Vase, y ellos vuelven a trabajar.)

 

ALCORÁN ¡Oh gran profeta de Alá!

HEBRAÍSMO ¡Oh gran Dios de las batallas! 30

ALCORÁN ¡Duélate que abriendo peñas

está tu nación esclava!

HEBRAÍSMO ¡Duélate que fugitivo

tu pueblo rompa montañas!

ALCORÁN Y más al ver que no es 35

el afán el que la agravia.

HEBRAÍSMO Y más cuando la fatiga

no es la que le oprime y cansa.

LOS DOS Pues el ser en tu desprecio,

este templo que se labra 40

es mi angustia.

HEBRAÍSMO Es mi dolor.

ALCORÁN ¡Oh, ira!

HEBRAÍSMO ¡Oh, pena!

ALCORÁN ¡Oh, muerte!

HEBRAÍSMO ¡Oh, rabia!

LOS DOS ¿Cuándo has de acabar conmigo?

 

(Ruido, y dice dentro la APOSTASÍA.)

 

APOSTASÍA Cuando en el abismo caigas,

a tu centro, ¡oh bruto!, corres. 45

ALCORÁN ¿Qué es esto?

HEBRAÍSMO Del monte baja

un caballo, que a su dueño

desesperado le arrastra.

ALCORÁN Lleguemos, por si es posible,

a socorrerle.

 

(Éntrase, y vuelve con él en brazos.)

 

HEBRAÍSMO Mis canas 50

no son tan veloces.

ALCORÁN Hombre,

quienquiera que eres, levanta

en mis brazos.

APOSTASÍA ¡Harto es,

que piedad para mí haya

en ningún humano pecho! 55

ALCORÁN Cobra el aliento y descansa,

ya que el cielo te permite

la vida.

APOSTASÍA Esa es mi desgracia;

porque vida aborrecida

no sé para qué la guarda. 60

HEBRAÍSMO Si desesperado vives,

¡buen consuelo en los dos hallas!

ALCORÁN Sí, si es que es verdad aquel

bárbaro adagio que entabla

que es consuelo el mal de muchos. 65

APOSTASÍA Pues ¿quién sois, para que haga

alivio de vuestras penas?

HEBRAÍSMO Si eso puede consolarlas,

yo soy un hebreo, que hoy

sin domicilio, sin casa, 70

sin sinagoga, sin templo,

sin sacrificio y sin ara,

vago y prófugo, viviendo

siempre por ajenas patrias,

a Castilla aporté, donde 75

a merced de aquesta azada,

tolerado de sus reyes

pobre me sustento, hasta

que el Dios de Israel, que espero,

la vida y salud me traiga, 80

tantas veces prometida

a mis profetas y tantas

creída de mí, que mi pueblo

viendo que con las lejanas

noticias de sus levitas 85

el tiempo consume y gasta

lo ceremonial, en tropos

de retórica me llama

su Hebraísmo, por no haber,

si mis prédicas les faltan, 90

otro rabino que hoy sepa

su Levítico.

ALCORÁN Y añada

tu consuelo el que también

soy yo de aquella africana

ley que dominó a Castilla, 95

a quien la fortuna varia

desmayó para perderla

después que alentó a ganarla.

Avasallado, como otros,

en ella quedé, y a falta 100

de más medios, también vivo

a merced de la labranza,

no con séquito menor,

pues entre mis gentes varias,

vivo Alcorán de Mahoma 105

me nombra la antonomasia.

HEBRAÍSMO Dinos tú agora quién eres,

pues es merecida paga

al retorno de una pena

el consuelo de dos ansias. 110

APOSTASÍA Si haré, pues entre dos leyes,

al católico contrarias,

en hablar claro la mía

nada aventura, y descansa.

Albiga, llamada hoy 115

Albí, ciudad que fundada

en una de cuatro partes

yace en la céltica Galia,

por quien en su lugdunense,

provincia, a sus hijos llaman, 120

del Albiga deducidos,

albigenses, fue mi patria.

Dejo si fue tan gloriosa

un tiempo, que las campañas

inundó de Aragón, pero 125

quede aquí esta hoja doblada,

que quizá volveré a ella

antes que del caso salga.

En Albí, pues, nací, donde

profesé la reformada 130

religión de quien sustenta

el que las almas se pasan

de un cuerpo en otro, sin otros

principios; de que no haya

en el Pan del Sacramento 135

vivo cuerpo en hostia blanca.

Luis, a quien no sólo nombra

cristianísimo la Fama,

por cognomento de todos

los altos reyes de Francia, 140

pero por particulares

virtudes suyas, con tanta

fe, con tanto celo, y tanto

fervor, castigarnos trata

que nos obliga a salir 145

huyendo de nuestras casas,

conque viéndome obligado

a peregrinar, a causa

de llamarme sus pregones

apóstata heresiarca, 150

puse en España la mira,

por saber que hay en España...

(volvamos a la hoja, pues

ya es tiempo de desdoblarla)...

puse en España la mira, 155

por saber que hay en España,

de aquella invasión prendida,

las raíces que sembradas

dejaron los albigenses,

conque es bien que me persuada 160

a que hallando mis doctrinas,

hallaré en ellas fundadas

mis conveniencias, que engendra

mucho amor la semejanza,

mayormente si se juntan 165

la religión y la patria.

Y como las grandes cortes

son las que abrigan y amparan

a los extranjeros, y es

Toledo la celebrada 170

corte de Europa, a valerme

della vengo: bien, que ingrata