El tesoro de la sombra - Alejandro Jodorowsky - E-Book

El tesoro de la sombra E-Book

Alejandro Jodorowsky

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Beschreibung

El tesoro de la sombra reúne dos libros de Alejandro Jodorowsky, el que da título a esta edición y El paso del ganso. Cerca de 200 historias breves, máximas y reflexiones llenas de sagacidad, poesía, encantamiento o brutalidad.

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Índice

Prólogo

EL TESORO DE LA SOMBRA

1 El conocimiento

2 La visión del elegido

3 El vidente

4 Teoría equivocada

5 Ideal loco

6 Método piramidal

7 Inteligencia

8 Deseo concedido

9 Velorio

10 Último suspiro

11 La ruptura

12 El encuentro

13 La libertad

14 Sorpresa

15 El más allá

16 La última odisea

17 Arte marcial

18 El arquero

19 El tesoro

20 Delirio de persecución

21 Delirio de grandeza

22 Adán, poeta

23 El perezoso

24 Génesis

25 Calidad y cantidad

26 El perfume de los ojos

27 Fiesta inesperada

28 Sueños de grandeza

29 Ser y parecer

30 De profundis

31 Peligros de la enseñanza

32 El cielo de los otros

33 El verdadero milagro

34 Peregrino interior

35 El engaño

36 Happy end

37 Ojos que no ven...

38 Crimen pasional

39 El investigador

40 Amor loco

41 El virus

42 La libertad

43 Un filósofo

44 Suicidio fallido

45 La solución perfecta

46 La nota suprema

47 Problema-solución

48 El regreso

49 Mala suerte

50 Pesadilla

51 Psicomagia

52 Poseído

53 La última semilla

54 Un cobarde

55 Cuento de hadas

56 Inversamente proporcional

57 Nadie sabe para quién trabaja

58 El fugitivo

59 Unidad de medida

60 Amor filial

61 El bufón

62 La jaula

63 Dentrofuera

64 Conservador

65 Ausencia

66 Propiedad privada

67 Nostalgia

68 El prisionero

69 Las arañas sin memoria

70 Gran ego

71 La segunda visita

72 Pareja ideal

73 Las reliquias

74 El secreto del vino

75 Paciente

76 El espía

77 Cría perros...

78 ¿Madre hay una sola?

79 El leño no hace al dueño

80 El restaurante de los cuervos

81 La fe

82 Nadie sabe para qué trabaja

83 La atención

84 El fin de un noble oficio

85 Sospechas

86 El imposible encuentro

87 Vanidad

88 Encuentros

89 El inmortal

90 La ley

91 Pretensión

92 En la trampa

93 Las metamorfosis

94 Compensación

95 Piedad indiscreta

96 El desarraigado

97 Necessitas caret lege

98 Un feliz acontecimiento

99 El técnico

100 Karma

101 El enfermo y la bruja

102 El símbolo

103 Amarras

104 Prueba de amor

105 Confusión

106 Rivales

107 Persecución

108 Catástrofe

109 Los piratas

110 El devorador de corazones

111 Historia de «amor»

112 El milagro y el loro

113 Amor maternal

114 El gran lama

115 La tempocleta

116 Alumno activo

117 El imitador

118 El ocaso de un poeta

119 La libertad

120 El creador

121 Diálogo familiar

122 Impaciencia

123 Dar y recibir

124 Querer y poder

125 Impresiones subjetivas

126 Venganza

127 La estrella caída

128 Monjes

129 La deuda

130 El poeta inculto

131 La verdad

132 Nunca es bastante

133 El sabio

134 El doble

135 Lo mío es mío

136 El ahorro

137 Las moscas

138 El árbol impaciente

139 El mal mendigo

140 Menos

141 La revelación

142 Hombrear

143 Lección

144 Ignorancia

145 Koan

146 Intercambio

147 La meta

148 Invulnerabilidad

149 Adivinanza

150 Infarto

151 Un artista

152 El poder

153 Don Juan

154 La verdadera santa

155 Las mil caras del hombre invisible

156 Educaciones

157 Secretos de familia

158 Acreedores

159 El salvador

160 Buscando lo esencial

161 El laberinto inundado

162 Anomancia

163 Noche de bodas

164 El premio

165 Narcisa y la bestia

166 El Cimbrín

167 La frontera

168 El ladrón de voces

169 El cura-monasterio

170 ¡Arde, bruja, arde!

171 Eugenia

172 El perro de Ptosis

173 La idea

174 Maestro inútil

175 Campo de concentración

176 Después de la guerra

177 El paso del ganso

178 Ilusión equina

179 ¡Muera la luna!

180 La vendedora de lámparas y narices

181 El héroe y el idiota

182 El último ogro

183 La bolita

184 El piojo del coronel

185 El león y el burro

186 Íntima tarea

187 El minibar

188 Lágrimas de oro

189 Epistemología

190 Zipelbrum

191 El perezoso

192 Un marido que repta

193 El libro de la muerte

194 Misterios del tiempo

195 La mejor bicicleta

196 El vampiro subversivo

197 El loco y el ermitaño

198 Garras de ángel (Historia pornográfica)

Créditos

Prólogo

Un mercader, antes de morir, hace esculpir su cuerpo en bronce y deja dicho en su testamento: «Encontrarán un tesoro enterrado donde cae la sombra de mi estatua». Durante todo el año y a todas horas sus hijos cavan la tierra. Pero la sombra indica siempre puntos distintos a medida que el sol recorre el cielo. La búsqueda es infructuosa hasta que un día, exactamente a las doce, un servidor astuto abre a martillazos el pedestal y encuentra el tesoro... Inspirados por esta historia hemos tratado de expresarnos con la mayor brevedad.

EL TESORO DE LA SOMBRA

1

El conocimiento

Estaba en un desierto. Miró a la derecha y un árbol surgió a su izquierda. Giró la cabeza hacia la izquierda; el árbol desapareció para crecer a su derecha. Ojeó hacia atrás, el árbol apareció delante. Atisbó hacia delante, el árbol brotó atrás. Cerró los ojos para ver si lo llevaba dentro. Se convirtió en ese árbol.

2

La visión del elegido

«Y apareció Jehová a Abram...» Abram vio a Dios. Es decir no vio nada más de lo que veía de ordinario. Sólo que se dio cuenta de que eso que veía –paisaje, animales y gente– era en realidad Dios.

3

El vidente

Todos los días, a las doce, cae del cielo una piedra y le pega en la cabeza. Ha terminado por creer que él mismo produce el fenómeno porque, faltando sesenta segundos para mediodía, dice: «Ordeno que en un minuto más caiga una piedra del cielo y me parta la cabeza».

4

Teoría equivocada

Un filósofo que no podía caminar porque pisaba su barba, se cortó los pies.

5

Ideal loco

Un arquero quiso cazar a la luna. Noche tras noche, sin descansar, lanzó sus flechas hacia el astro. Los vecinos comenzaron a burlarse de él. Inmutable, siguió lanzando sus flechas. Nunca cazó a la luna, pero se convirtió en el mejor arquero del mundo.

6

Método piramidal

Empaquetó excrementos, buscó incautos y los convenció de comprar ese producto para que lo vendieran dando a sus futuros clientes las mismas razones con que él los había persuadido. Este sistema creó innumerables revendedores hasta que la insalubridad del producto provocó una peste que los exterminó a todos.

7

Inteligencia

Lo condenaron a la horca. Pidió que le regalaran un par de botas de plomo.

8

Deseo concedido

Dijo: «Dios, haz que nada tenga que no sea mío...». ¡Y se esfumó!

9

Velorio

La caja de un muerto se quejaba amargamente: «¡No es fácil ser ataúd: quien nos hace no nos quiere, quien nos compra no nos usa y quien nos usa nunca nos ve!».

10

Último suspiro

Que la muerte sea mi perra.

11

La ruptura

... Y después de verla por última vez se dio cuenta de que la había visto por primera vez.

12

El encuentro

Temprano, en la mañana, vio venir algo a lo lejos. Primero pensó que era un animal feroz; después, que era un hombre, con seguridad un asesino. A medida que el extraño se le fue acercando creyó ver a un paisano, a un amigo, a su hermano, hasta que al final, a mediodía, se dio cuenta de que era su propia sombra.

13

La libertad

El árbol decidió viajar. Cuando logró desprenderse de la tierra, se dio cuenta de que sus ramas eran raíces celestes.

14

Sorpresa

Esa noche el ladrón estaba feliz. La casa oscura no tenía guardián. Forzó la puerta, entró en ella y llenó su saco de tesoros. Se fue corriendo sin mirar hacia atrás. Cuando estuvo a salvo, volvió la cabeza... para darse cuenta de que había robado en su propia casa.

15

El más allá

De pronto, mientras pataleaba, se dio cuenta de que su ataúd era un huevo.

16

La última odisea

Partieron en busca de la Verdad. Encontraron a quien los estaba soñando.

17

Arte marcial

Una vez le preguntaron a un guerrero invencible por qué se paseaba por las calles con un aire tan humilde. Mostró una mano extendida y contestó: «Mis dedos son cinco señores. Estos cinco señores se inclinan ante mí». Fue cerrando la mano hasta convertirla en un puño. «Mientras más humildes se hacen, más fuerza me dan.»

18

El arquero

Una y otra vez el cuerpo del arquero es atravesado por flechas. Se da cuenta de su verdadera identidad: él es la presa.

19

El tesoro

Posee, guardado en una fortaleza sin ventanas, un inmenso tesoro. Muy de tarde en tarde lo va a visitar. Con una pequeña lámpara entra en uno de los numerosos cuartos oscuros llenos de objetos preciosos para iluminar sólo un par de ellos. Se va satisfecho murmurando: «Hoy me he enriquecido».

20

Delirio de persecución

Un insensato no cesaba de quejarse porque lo venían siguiendo sus huellas. En lugar de quedarse quieto, huyó hasta caer muerto de fatiga.

21

Delirio de grandeza

Un yesero carga un Cristo para llevarlo a una iglesia. Ve que a su paso por la calle los ciudadanos se prosternan. Cree que es un homenaje dedicado a su persona. Se siente divino. Quiebra la escultura y abre los brazos. No comprende por qué lo apedrean.

22

Adán, poeta

Quiso decir «fuego», le salió una llamarada por la boca. Con terror dijo «abejas», vomitó un enjambre. Ya más cauteloso murmuró «trigo», la lengua se le cubrió de semillas. Estuvo tentado de decir diamantes, perlas, oro, pero aquello se le mezcló con tarántulas, tigres, excremento. Después de horas de mudez, concretando sus ensueños, exclamó «¡Eva!». Le vino un dolor atroz a las mandíbulas, la boca se le fue abriendo de más en más. Mientras una cabeza provista de abundante cabellera comenzaba a surgir partiéndole los dientes, fue perdiendo la respiración y luego la conciencia. El cuerpo de la hermosa mujer, formada con los huesos y la carne de aquel primer hombre, surgió de la piel vacía.

23

El perezoso

Sabiendo que había nacido para originar una mariposa, mientras sus congéneres se encerraban en laboriosos y oscuros capullos, el gusano se puso a saltar lo más alto que pudo, creyendo así echar alas con más facilidad.

24

Génesis

De efecto en efecto, Dios logró al fin producir una causa, que de inmediato le arrebató su sitio.

25

Calidad y cantidad

No se enamoró de ella, sino de su sombra. La iba a visitar al alba, cuando su amada era más larga.

26

El perfume de los ojos

Las abejas no cesaban de perseguirlo intentando, al parecer, picarle los ojos. El enjambre volaba alrededor de sus párpados que, durante el ataque, él mantenía firmemente cerrados. «¡Estoy enfermo, mis ojos secretan una substancia que las atrae!», se dijo y fue a ver a un viejo oculista. El sabio lo examinó con gran sorpresa. «¡En lugar de globos oculares tienes flores! ¡Son dos rosas blancas!» «¿Entonces, las abejas no quieren enterrarme su aguijón?» «No, muchacho. Sólo quieren beber el néctar de tus lágrimas.» «¿Hay un remedio para esto?» «¡Cesa de creerte enfermo! ¡Ve a perfumar el mundo con tu mirada!»

27

Fiesta inesperada

El cadáver decapitado lanzó fuegos artificiales por el orificio de su cuello.

28

Sueños de grandeza

Demoraron siglos en construir una catedral. Cuando la terminaron creyeron que dentro de ella iban a encontrar a Dios. Lo buscaron infructuosamente para al final darse cuenta de que Él no estaba en la forma del santuario sino en las piedras de sus muros. Abandonaron la colosal construcción y comenzaron a adorar un guijarro.

29

Ser y parecer

Aquella sombra trabajó esforzadamente la mayor parte de su vida, privándose de lujos y placeres. Al fin reunió la suma que necesitaba para comprarse un cuerpo de carne y hueso. Con gran orgullo se lo pegó en los pies y lo obligó a hacer todo tipo de actividades inútiles sólo para lucir su posesión ante las demás sombras que, cansadas de manejar tantos años sus cuerpos, los movían siguiendo un diagrama de gestos banales y fáciles de ejecutar.

30

De profundis

La puñalada no lo hirió a él sino a su sombra. Venciendo el deseo de replegarse, ella lo siguió, transida de dolor, por todo el mundo. Pero, habiendo perdido agilidad, entrabó sus pasos. Él, con una cruel sacudida, desprendió a su fiel seguidora, para alejarse secundado por una nueva. La vieja sombra, abandonada en un rincón, se fue encogiendo alrededor de la dolorosa cicatriz, que poco a poco se convirtió en una perla.

31

Peligros de la enseñanza

El Buda, frente a sus reverentes discípulos, predicaba con los pies apoyados sobre un tigre dormido. De pronto la bestia abrió los ojos. Entonces el Buda, siendo sólo el sueño del animal, se disolvió. El goloso tigre devoró a todos los monjes.

32

El cielo de los otros

En una tarde gris de otoño volaba una mosca azul sintiéndose todo el cielo. ¡Cuánto se burlaron las otras de la vanidosa! Ella, avergonzada, se escondió en la basura. Sin embargo, cuando vino la noche, su pequeño cuerpo se llenó de estrellas.

33

El verdadero milagro

Un hombre se vistió de Cristo, trepó a un árbol y llamó a gritos a los habitantes de la aldea anunciándoles que era hijo de Dios y que iba a hacer milagros. «Saltaré desde aquí para volar como un águila.» Brincó, cayó al suelo y se rompió una costilla. Los aldeanos lo insultaron, tratándolo de impostor. Éste, alzándose con trabajo, les dijo: «Si ustedes tuvieran fe en mí, volaría». Le respondieron: «Primero vuela, luego creeremos en ti...». Un loro que pasaba por allí escuchó la discusión. Dijo: «Aunque nadie tiene fe en mí, yo vuelo. Y a pesar de que vuelo, nadie cree en mí...». Pero los aldeanos, preocupados de apedrear al Cristo, no le prestaron atención.

34

Peregrino interior

Se despidió de sí, llorando... Él mismo fue a recibirse al final del camino.

35

El engaño

Cuando se dio cuenta de que su mujer vagaba en los sueños de otro, con la llave ganzúa de la costumbre comenzó a penetrar en su cuerpo como un ladrón.

36

Happy end

Cuando le llega el momento de morir, va a perderse entre la multitud en fiesta para que, sin que nadie se dé cuenta, los pies de las parejas que danzan lo sepulten en el barro.

37

Ojos que no ven.

Un insensato, viendo a un hombre santo caminar en la noche alumbrando con gran dificultad el camino para no matar a las hormigas que lo atravesaban, le dijo: «¡Oh virtuoso varón, yo puedo solucionar tu problema: apaga tu vela, marcha en la oscuridad y ya no tendrás remordimientos!».

38

Crimen pasional

Cuando su amada huyó con otro, una herida profunda se le abrió en el cuerpo, del cuello al ombligo. Resistió el dolor hasta que la lesión cicatrizó. La mujer, arrepentida, regresó a su lado. Él se arrancó la cicatriz y con ella, convertida en espada, le cortó la cabeza.

39

El investigador

Desde que tiene uso de razón, comiendo y durmiendo apenas, no cesa de papelear en los archivos. Sabe que sus ancestros han perdido un documento que explica el sentido de la vida. Muere sin encontrarlo y sin haber vivido.

40

Amor loco

Se inmoló en una hoguera para que, sin él, ella por fin pudiera ser.

41

El virus

Santa Madre de Dios, cúrame a este niño. Anda siempre por el aire, nunca quiere tocar tierra. Flota en la casa como un globo, lo que es molesto para las visitas porque en cualquier momento puede orinarles el sombrero o mancharles la ropa con algo peor. Hace milagros idiotas: multiplica las arañas y las ratas. Además huele a rayos porque es imposible bañarlo: no quiere entrar en el agua e insiste en quedarse de pie sobre su superficie. Ayer volvió a la vida a un pollo asado. Sin plumas ni cabeza, ahora anda por ahí tropezando entre los muebles, perseguido por los gatos. ¡Hazlo normal, Virgen adorada, para que ya no le devuelva la vista a tanto hombre lúbrico! Esos que fueron ciegos pegan sus nuevos ojos saltones a los vidrios de mi ventana, dándose placeres manuales cuando en la noche me quito las enaguas. También, al quejarnos de la sequía, nos hizo llover sobre las salinas. Y lo que es peor, Madre Inmaculada, durante la comunión convirtió las hostias en chorizo para que alimentaran a los patipelados. ¡Por favor cúralo, Virgencita buena, límpiamelo del virus de la santidad!

42

La libertad

El hombre libre tenía junto a su camino mil otros caminos. Aunque podía elegir cualquiera de ellos, no lo hizo. Siguió por donde iba.

43

Un filósofo

Se pasea en la noche con un reflector de cinco mil vatios tratando de captar el enigma de la sombra.

44

Suicidio fallido

Cansado de la vida, el inmortal se cortó las venas. A pesar de vaciarse de todo el plasma, no murió. Ahora, dondequiera que vaya, lo sigue su sangre como una sombra roja.

45

La solución perfecta

La fábrica lanzaba un humo pestilente que impregnaba toda la aldea. Los habitantes, cansados de soportar el hedor, invadieron la carretera nacional enarbolando letreros de protesta. Las autoridades se vieron obligadas a escucharlos, pero trasladar esa industria o clausurarla, como ellos exigían, ocasionaría al Gobierno una pérdida enorme. El Ministro de Economía encontró la solución perfecta: mediante una simple operación en la nariz de cada aldeano hizo que se les eliminara el sentido del olfato.

46

La nota suprema

Una cantante de ópera trató inútilmente de emitir la nota musical más hermosa. Fueron tan grandes sus esfuerzos que el corazón le estalló. Más tarde su cadáver produjo un coro de gusanos que entonaron con toda facilidad la nota buscada.

47

Problema-solución

–Maestro, ¿cómo cambiar? ¡Me gustaría hacer siempre lo mismo!

–¡Necio, siempre haces lo mismo: no cesas de cambiar!

48

El regreso