Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
«En el tarot de Marsella, la carta número 7 muestra un príncipe conduciendo un carro tirado por dos caballos. El caballo de la derecha debe llevarlo al futuro; el de la izquierda, al pasado.El príncipe trata inútilmente de desprenderse del pasado y de conquistar el futuro. Entre la voz de su interior y la voz de su abuelo, no se encuentra el tiempo, sino el silencio del alma». ALEJANDRO JODOROWSKY
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 74
Veröffentlichungsjahr: 2024
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Índice
Cubierta
Portadilla
La voz interior
La voz de mi abuelo
Dijo mi abuelo…
Alejandro Jodorowsky
Créditos
El mundo se va modelando
de acuerdo con la forma
en que lo pensamos.
El dolor reposa sobre
estas cuatro palabras:
yo, posesión,
odio y miedo.
La felicidad reposa sobre
estas cuatro palabras:
nosotros, generosidad,
amor y valentía.
El amor que no nos dieron en la infancia
nadie nos lo dará.
Cesemos de pedirlo
y ofrezcámoslo.
Ofrecer mucho
a quien pide poco
es una manera de humillarlo.
Muchacha, no corras
detrás de un hombre
o detrás de un autobús:
siempre habrá otro.
Una vez por semana,
enseñemos gratis a los otros lo poco
o mucho que sabemos.
Un solo grano de sal
da sabor a todo un océano.
Estimado enemigo,
lo que no te gusta en mí,
mejóralo en ti.
No controlemos,
no manipulemos,
no seduzcamos,
no amarremos,
no engañemos.
Amemos.
Cada vez que trato
de meditar, imagino que
un diablo me molesta.
¿Qué puedo hacer?
¡Pon también ese diablo
a meditar!
No malgastemos
el amor en quien no es leal,
el bien en quien
no lo agradece,
el saber en quien no lo comprende,
el secreto en quien no lo guarda.
¡Todo aquello que perdemos nunca fue
nuestro! Algunos hijos no son nuestros.
Conservemos nuestra paz interior:
si un perro nos muerde
no mordamos al perro.
Comencemos
simplemente
por caminar,
no nos preocupemos
por llegar,
propongámonos
solo avanzar.
Papá y mamá son dos niños grandes
que tuvimos cuando éramos pequeños.
La sabiduría no es hija de las creencias,
es hija de la experiencia.
Bienaventurados aquellos que no prometen,
sino que hacen lo que hacen con amor.
Somos felices cuando nuestro gato,
sin que lo acariciemos,
nos mira y ronronea.
Alejémonos de toda doctrina
que no nos enseñe
a amar la vida.
Bendigamos a quien nos abandona
porque nos devuelve
con nosotros mismos.
Frente a frente, tú y yo,
como para siempre.
Dame tus imperfecciones,
con ellas me conformo.
La muerte es solo un cambio.
La vida nunca termina.
Perseveremos,
reguemos nuestro árbol.
La paciencia tiene raíces amargas,
pero sus frutos son dulces.
Nuestras faltas de hortográfia
son suzpiros de nuestro niño interior
ke aún no kiere morir.
Perdemos lo bueno que nos está pasando
por recordar tanto lo malo que nos pasó.
La vida no es esperar a que pase la tormenta,
es aprender a danzar bajo la lluvia.
Los celos son el miedo que tenemos
de que alguien le dé al ser que amamos
lo que nosotros no podemos darle.
Cuando amemos a alguien,
no le pidamos más de lo que nos da
en el momento en que nos lo da.
Nada que añadir, nada que quitar.
La vida nos ofrece no lo que pedimos,
sino lo que necesitamos para desarrollar
nuestra conciencia.
Basta de
autocriticarnos.
Ahora mismo
subamos a una silla
y gritemos hacia
el mundo media
docena de nuestras
cualidades.
El universo
sabe lo que hace.
Con el tiempo,
todo es para bien.
«Si me das,
te doy.
Si no me das,
no te doy».
Expulsemos
de nosotros
estos regateos
inútiles.
Vale más
que avancemos
con
pequeños pasos
honestos
que con grandes
saltos tramposos.
Los pájaros
nunca
estudiaron música,
pero
saben cantar
muy bien.
Lo que guardamos,
se pudre.
Lo que damos,
florece.
La esencia de la libertad
es cambiar de opinión
cuando la opinión anterior
se hace obsoleta.
Una cosa es peor que la muerte:
el miedo a morir.
Quien sabe
y no dice que sabe,
verdaderamente sabe.
Si somos ratones
no escuchemos
los consejos
de un gato.
Seamos mudos cuando damos,
y hablemos cuando recibimos.
Agradecer es un arte.
Quien conoce la fuente de su dolor
lo disminuye.
Quien conoce la fuente de su felicidad
la multiplica.
Verifiquemos si quien nos amenaza
puede en verdad dañarnos:
algunos que no tienen perro
hacen ladrar a su gato.
No nos creemos angustias.
Si el combate es mañana,
no vivamos con los puños cerrados.
El ave canta aunque la rama cruja.
Lo que criticamos en los otros,
está en nosotros.
Lo que no está en nosotros
no lo vemos.
Muchas veces lo que creemos
no es la realidad.
No se puede hablar de separación
cuando nunca se estuvo unido.
Aunque rocen el barro,
las luciérnagas siguen brillando.
Un espíritu luminoso, fiel a sí mismo,
no se deja perturbar.
La felicidad no depende de premios,
ni de ganancias materiales, ni de diplomas.
La felicidad depende de nosotros mismos.
Cada una de nuestras heridas,
puede crear una perla.
Cada mañana no me pongo zapatos,
me pongo caminos.
Si a ti no te gusta tu trabajo,
a tu trabajo no le gustas tú.
No es antes,
no es después,
todo es ahora.
De nada sirve un conocimiento
si no nos cambia el comportamiento.
Hay una diferencia
entre creencia y experiencia.
Un pájaro en el agua se ahoga.
Un pez en el aire se asfixia.
Busquemos el sitio donde verdaderamente
podamos vivir.
Cuando por fin
encontramos
al ser amado,
no lo conocemos,
¡lo reconocemos!
Los gatos se nos posan en el cuerpo,
en la parte en que tenemos un problema.
Si se posan en nuestra cabeza
nos calman la mente,
son nuestros psicoanalistas felinos.
Vender nuestra alma al diablo
es relativamente fácil,
casi todo el mundo lo hace.
Vender nuestro diablo al alma,
eso es más difícil.
Hasta a los santos les cuesta.
El pasado no es un mal que hay que combatir,
sino un templo que hay que explorar.
Solo los que saben de dónde vienen
comprenden a dónde van.
Si tú lo controlas,
el dinero es un buen servidor.
Si él te controla,
el dinero es un mal amo.
Te amo porque sí y no a causa de…
Lo que más le hace falta al mundo
es lo que tú has venido a darle.
El tiempo sobre la piel es arrugas;
debajo de la piel es un niño
que aún se sorprende.
La envidia nos hace desear
lo que no nos corresponde:
el sapo, viendo que le ponen
una herradura al caballo,
levanta una pata.
No se nace, no se muere,
todo es continuación.
De alguna forma u otra,
siempre estaremos aquí.
Cuando te cierran una puerta,
se abren otras.
Todo rechazo es una oportunidad.
Querida familia mía,
propónganme con cariño sus consejos,
no me los impongan.
¿Cómo puedo ser mejor?
Siendo como las abejas:
su miel vale más que ellas.
Cuidémonos de los insatisfechos.
Cuando un cerebro tiene hambre,
devora a cualquiera.
Tengamos hijos del placer,
no del deber.
Nada de lo que sucede es inútil.
Al enfriarse la lava
que derraman los volcanes,
en ella crecen los bosques.
Tengamos confianza en nosotros mismos.
Los que abrimos el surco somos lentos,
pero la tierra está llena de paciencia.
Para recibir lo que queremos,
antes tenemos que desprendernos
de lo que no queremos.
¿Qué hago para no envejecer?
Nunca pierdas la curiosidad.
Esta tristeza no es nuestra,
es del niño que reina
en nuestra memoria.
A veces sanarse
no significa curar la enfermedad,
sino aprender a vivir con ella.
Tratar de sanar al otro exige humildad,
porque en el camino de su curación
tú debes desaparecer
para permitirle curarse a sí mismo.
No somos capaces
de apreciar la belleza ajena
cuando no somos conscientes
de la nuestra.
Más importante que nos amen
es que nosotros amemos.
Le hacemos daño
si obligamos al otro a recibir
algo que no pide.
En muchos hogares
les piden a los hijos ser lo que no son
y los culpan por ser lo que son.
La pereza
camina tan lentamente
que muy pronto
la miseria la alcanza.
El primer paso para ser libres
es darnos cuenta
de lo que nos encadena.
La belleza
de nuestra voz
no depende
de su musicalidad,
depende de
como la usemos
para llegar al alma
de los otros.
Dejemos de quejarnos,
coloquemos un fracaso sobre otro
y usemos eso como escalera.
A pesar de que damos,
nadie nos agradece.
Eso es porque,
para tener la sensación
de que damos,
los obligamos a recibir.
¡Un día más,
qué maravilla!
Para quienes
saben ver el milagro
de lo existente,
la realidad
es una danza.
La humildad consiste
en reconocer que
cualquier ser en el mundo
puede enseñarnos algo
que ignoramos.
Seamos siempre lo que somos,
pero no obliguemos a los otros