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El tesoro escondido es un auto sacramental de Pedro Calderón de la Barca, género en el que llegó a alcanzar la plenitud, al combinar a la perfección con su talento natural, amante de la pintura y de las sutilezas y complejidades teológicas.
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Seitenzahl: 63
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Pedro Calderón de la Barca
Saga
El tesoro EscondidoCover image: Shutterstock Copyright © 1679, 2020 Pedro Calderón de la Barca and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726499520
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
Ábrese un carro, y vese pintada una librería, y enmedio un bufete, y sentado a él como leyendo elGentilismo vestido a lo indio
Gentilismo ¡Oh nunca el natural instinto hubiera
–de esa remota gente,
mágica habitadora del Oriente–
intentado, por esa azul esfera,
seguir al Sol en su veloz carrera! 5
¡Nunca hubiera su genio
intentado antever de su fortuna
el hado en los semblantes de la Luna!
Pues por más que su ingenio
de los arcanos senos desabroche 10
luces al día y sombras a la noche,
no ha de dar con aquella
del profeta Balam prevista estrella,
que a estos climas en prósperas edades,
todo es anticipar felicidades. 15
Dígalo yo, pues siendo en tanto abismo
de todos en común el Gentilismo,
no puede mi discurso
–en orden a aquietar su vago anhelo–
del curso natural, del rapto curso 20
la enseñanza adquirir, que su desvelo
ha menester para entender al cielo.
Segunda vez lo diga
inútil la fatiga
con que, no satisfecho mi deseo 25
del abisinio idioma
de esta indiana región, a cargo toma
ver si pudiese en el idioma hebreo
–puesto que estrella es su profecía–
su influjo hallar en nuestra astrología. 30
A esta, pues, causa, habiendo mi cuidado
solicitado haber de su escriptura
las lejanas noticias de un traslado,
no encuentro en su lectura
ápice que no sea, 35
o rasgo, o viso, o símbolo, o figura
de otra apartada idea
de los dioses que adoro,
pues cuanto más la leo más la ignoro.
Y pues cuanto desea 40
averiguar mi espíritu es en vano,
volumen soberano,
en quien tan otros miro los trofeos
de mis dioses, del Dios de los hebreos,
o permite que treguas haga el sueño 45
entre tus confusiones y mi empeño,
o dime, por si cobro mi sentido,
¿qué misterio escondido
es el que anda en tus sombras?
Duérmese
Dentro Música Un tesoro más rico 50
que tu mirra, incienso y oro.
Gentilismo ¿Un tesoro
más rico que mi mirra, incienso y oro?
¿Qué me quieres decir, voz no entendida,
paréntesis tu sueño de mi vida?
Sale la Inspiración vestida de ángel con un hacha sin encender
Inspiración Dormido Gentilismo, Cantado 55
que entre las olas turbias
del golfo de la vida
zozobrando fluctúas,
en vano te desvelas,
que si otros en sus dudas 60
estudian lo que ignoran,
tú ignoras lo que estudias.
[.……………….]
Dentro Música Que si otros, en sus dudas
estudian lo que ignoran, 65
tú ignoras lo que estudias.
Inspiración Pues por más que tu genio
astrólogo discurra,
no has de lograr más de esa
misteriosa lectura 70
que el literal sentido
que en sus campos te anuncia
el precioso tesoro
que virgen tierra oculta,
sin que arado ni azada 75
su hierro en ella esculpan,
ni al golpe que la hiere,
ni al diente que la sulca.
Y en tanto que esta llama
trémulamente mustia 80
no se enciende y, brillante,
tu ceguedad alumbra,
sólo de él sacarás...
Música Que si otros, en sus dudas
estudian lo que ignoran, 85
tú ignoras lo que estudias.
Inspiración Mas si mi inspiración
con David te asegura,
que al que a Dios llama, desde
su alto monte le escucha 90
–haciendo que, dormido,
despierte y restituya
la vida del prestado
horror que la sepulta–
lograrás que el sentido 95
literal se atribuya
al místico, y que ambos
lo alegórico incluyan,
sin que de ti se diga…
Música Que si otros, en sus dudas 100
estudian lo que ignoran,
tú ignoras lo que estudias.
Inspiración Dispón, pues, el afecto,
que yo, si tú te ayudas,
en busca del tesoro, 105
para que le descubras,
encenderé esta llama,
que hermosamente pura,
fija y errante estrella,
en tus sentidos luzga. 110
Y no dudes hallarle,
pues son las señas suyas
ser semejante al Reino
de los Cielos, en cuya
consecuencia es forzoso 115
que su palabra cumplan,
y semejante al cielo
le goce quien le busca;
con que dirán mis ecos…
Música Que si otros, en sus dudas 120
estudian lo que ignoran,
tú ignoras lo que estudias.
Vase
Al entrarse con esta repetición, sale la Idolatría , vestida a lo indio, y despertando el Gentilismo como despavorido, baja al tablado, con que dando aentender que va tras la una <y> se halla abrazadocon la otra
Gentilismo Divina iluminación,
oye, aguarda, espera, escucha;
y pues que pude alcanzarte, 125
dime más claro.
Idolatría ¿Qué furia,
qué horror, qué pasmo, qué asombro,
Gentilismo, te perturba
tanto sentidos y acciones,
que iluminación me juzgas? 130
Gentilismo ¿Qué miro? ¡Oh cielos! No sea
misterio de quien se arguya,
que al paso la Idolatría
me sale para que huya
la Inspiración, que tras sí 135
me lleva.
Idolatría ¿Qué ansia, qué angustia,
vuelvo a decir, qué delirio,
qué frenesí, o qué locura,
tanto de ti te enajena,
que ser yo quien te habla dudas? 140
Gentilismo Doctísima Idolatría,
en cuya belleza suma
y suma deidad adoro
todas las deidades juntas,
si sabes cuán desvelado 145
me trae el ver si se ajustan
con ajenas profecías
propietarias conjeturas,
¿qué admiras que, perturbado,
unas y otras me confundan, 150
el día que unas y otras
más que me enseñan me angustian?
Ese libro hebreo que,
o mi interés o mi astucia
trujo a mi poder, es quien 155
más mi entendimiento apura,
diciendo con aquel grande
filósofo –cuya industria
también le adquirió– que fuera
inviolable su escriptura, 160
si su no elegante estilo,
probara lo que pronuncia.
No hay en él página que
no contenga, que no incluya
inescrutables misterios 165
de sombras y de figuras,
en quien el entendimiento,
si no se pasma, se ofusca.
¿Qué más que ver una zarza,
tan inútil planta ruda, 170
que en débiles varas secas,
sin hojas, flores, ni frutas,
por frutas, flores y hojas
crezca entre aceradas puntas,
tan negada al culto nuestro, 175
que no pueda la escultura
labrar un ídolo, y pueda,
para la admiración suya,
alumbrar sin que se abrase
y arder sin que se consuma? 180
¿Qué más que ver una escala
que el cielo y la tierra una,
por donde suban y bajen
mil angélicas criaturas,
dando a entender que aquel paso 185
en que unas y otras se cruzan
es para que el alto baje
y para que el bajo suba?
¿Qué más que ver que, infestadas
de las cóleras sañudas 190
de áspides humanas gentes,
les sane las mordeduras,
enarbolado otro áspid
de metal, dando en su hechura
a pensar cuán sin veneno 195
un áspid a otro áspid cura
como en disculpa de que él
no pudo tener la culpa?
¿Qué más que ver que en un campo,
sobre la esmeralda bruta 200
de la hierba, ponga el cielo
mesas, en cuya blancura
el mantel y la vïanda
sea una cándida lluvia,
neutral sabor de sabores 205
a cualquiera que la gusta?
¿Qué más...? ¿Pero para qué
numerar mi voz procura
maravillas a que no
bastaran, puestas en suma, 210
ni de la fama los bronces,