Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
" Yo soy el camino, la verdad y la vida", fue lo que Jesús dijo en cierta ocasión, a los que estaban cerca de Él. Sin embargo, lo más común en los días de hoy es una sociedad compuesta por personas sin rumbo ni dirección, vagando, en la búsqueda constante de un camino imposible de ser hallado, a no ser en el proprio Jesús.En los Pasos de Jesús es un libro de suave lectura, como suaves son Sus enseñanzas. Agradable, de fácil comprensión, es uno de los textos más leídos en el mercado editorial brasilenõ, teniendo ya algunas ediciones en otros idiomas, lo que le da la suma de más de quince millones de ejemplares vendidos. Lea, ame y aprenda a andar en los pasos de Jesús.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 166
Veröffentlichungsjahr: 2018
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
COPYRIGHT© 2014 UNIPRO EDITORA LTDA.
COORDINACIÓN GENERAL: A. LOBATO
EDITOR: MAURO ROCHA
ESQUEMA DEL TEXTO: CAMILA SALDANHA
PORTADA: NEI CARVALHO
VERSIÓN ESPAÑOLA: DALTON FARIAS – ECUADOR Y MARCO AURÉLIO – UNIPRO EDITORA
CONVERSIÓN A EPUB:CUMBUCA STUDIO
RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. NO SE PERMITE LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL.
LOS INFRACTORES SERÁN PROCESADOS EN LA FORMA DE LA LEY. LAS CITAS BÍBLICAS SON TOMADAS DE LA BIBLIA REINA VALERA VRV 97. TEXTO © SOCIEDAD BÍBLICA INTERCONTINENTAL, 1997.
M141p
Macedo, Edir, Obispo, 1945
En los pasos de Jesús / Obispo Edir Macedo; 1ª ed.
Rio de Janeiro: Unipro Editora, 2018
Traducción de: Nos passos de Jesus.
Contiene datos biográficos.
ISBN 978-85-7140-843-2 (E-pub)
1. Vida cristiana - Doctrina bíblica. I. Farias, Dalton
II. Aurélio, Marco - Traducción
III. Título
CDD248.4
Estrada Adhemar Bebiano, 3.610 - Inhaúma
CP: 20766-720 - Rio de Janeiro, Brasil
Teléfono: + 55 21 3296-9300
www.unipro.com.br
E-mail: [email protected]
Prefacio
Introducción
El origen del caos
Diez pasos rumbo a la salvación
El conocimiento de la Palabra
La oración
El perdón
La sumisión
La discreción
El ayuno
Los diezmos y las ofrendas
El origen de la Santa Cena
El bautismo en las aguas
El Espíritu Santo
El bautismo en el Espíritu Santo
Los frutos del Espíritu Santo
El demonio y las lenguas extrañas
Los dones del Espíritu Santo
A MI HERMANA ELCY,
QUE EN NUESTROS CORAZONES
PLANTÓ LA SEMILLA.
La sumisión, el bautismo en las aguas, la oración, el ayuno y el bautismo del Espíritu Santo, son algunos de los temas admirablemente abordados por el Obispo Macedo en este libro que contiene la esencia de este sentimiento tan sublime denominado “fe”.
Fe es la palabra poderosa que siempre presenta en sus libros, porque el Obispo Macedo aspira, respira y transpira este maravilloso sentimiento en su vida y ministerio y que nos sirve de señal para introducirnos en el interior de la Roca Eterna.
Sin fe es imposible agradar a Dios, siempre dice el Obispo Macedo, sabiendo que la salvación nace de la fe y no de las obras, que son frutos de la gracia de Dios en la vida de los salvos.
El autor nos enseña que lo que importa es servir a Dios en novedad de espíritu, procedente de la verdadera fe viva que determina que quien la posee es nacido de Dios. Fe no es solamente la aceptación como un acto mental, sino una disposición operada por Dios en nuestro corazón, que nos da la segura confianza de que Dios, por los méritos de Cristo, perdona nuestros pecados y nos salva. Ésta es la gran verdad que debe ser grabada en el interior de nuestro agradecido corazón, pues ninguna gracia es más importante en la vida del cristiano que la fe, ya que ella, según la asimilamos de la vida y ministerio del Obispo Macedo, es omnipotente y a través de ella Dios realiza su poder. Un poder inmutable e infinito.
“Tu fe te ha salvado”, son palabras de Jesucristo dirigidas a quien fue en búsqueda de la sanidad de su cuerpo, recibiendo también la del alma, más importante aún. Es por fe que depositamos nuestras esperanzas en el futuro: la salvación del alma, la resurrección del cuerpo, la vida eterna, la corona de gloria y un cuerpo glorificado semejante al de Jesucristo.
Es por fe que vivimos cada día. Es por fe que operamos milagros y es por fe que Dios atiende nuestras peticiones.
Indudablemente, nos faltaría espacio para enumerar más conceptos sobre la Fe que debe impulsar nuestro corazón, caminar con nosotros en esta vida como una llama inextinguible en el santuario de nuestra alma.
EL EDITOR
Este estudio tiene la finalidad principal de preparar hombres y mujeres para la batalla espiritual que ha de lidiarse, de aquí en adelante, hasta la venida del Gran Rey y Señor Jesucristo.
Procuramos ser lo más claro posible a fin de que todos los lectores puedan, no solamente ser edificados en la Roca, sino que puedan edificar a otros que el Señor envíe.
Todos recibirán de Dios talentos, unos más que otros, pero todos recibirán y, más tarde o más temprano, tendrán que dar cuenta a Dios de lo que les fue confiado.
El Señor Jesús se dirigió a sus discípulos diciendo: “La mies en verdad es mucha, mas los obreros son pocos.” (Mateo 9:37).
Es por esto que, viendo llegar a los hermanos en la fe, hemos elaborado este trabajo por el que se da a los lectores mayor capacidad y discernimiento espiritual para su desenvolvimiento en la gracia y en el conocimiento del Señor Jesucristo y de su santa voluntad:
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.” (2 Timoteo 2:15).
EDIR MACEDO
“EN EL PRINCIPIO CREÓ DIOS LOS CIELOS Y LA TIERRA. LA TIERRA ESTABA DESORDENADA Y VACÍA, LAS TINIEBLAS ESTABAN SOBRE LA FAZ DEL ABISMO Y EL ESPÍRITU DE DIOS SE MOVÍA SOBRE LA FAZ DE LAS AGUAS.” GÉNESIS I:I,2
Es nuestro gran deseo, a través de este libro, traer a la luz la razón por la que tanta gente viene sufriendo y hace sufrir a otros en este mundo, y mostrando la salida a los más variados tipos de problemas que las personas viven. Además, queremos también despertar la fe del lector a fin de que éste participe de todo a lo que tiene derecho delante de Dios Padre y a través del nombre del Señor Jesucristo por obra y gracia del Espíritu Santo.
Notamos que en los dos primeros versículos del Génesis hay algo que, a primera vista, parece incoherente. En el primero se afirma que Dios creó los cielos y la Tierra; y en el segundo, que la Tierra estaba desordenada y vacía. ¿Se puede comprender que Dios haya creado algo sin forma y vacío? ¿Si lo hizo así, por qué? ¿Con qué fin?
En el principio, cuando Dios creó los cielos y la Tierra éstos eran tan perfectos como Él. Eso es obvio, ya que las obras de Sus manos no podrían salir con fallas o defectos, ya que Él es Dios y no es hombre. Para Él no existen límites, debido a sus atributos de omnipotencia, omnipresencia y omnisciencia: “Alaben el nombre del Señor, porque sólo su nombre es enaltecido. Su gloria es sobre tierra y cielos.” (Salmo 148:13).
Nunca podremos encontrar en nuestro Dios alguna imperfección, pues está escrito:
“¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados?
¿Quién examinó al Espíritu del Señor o le aconsejó y enseñó? ¿A quién pidió consejo para poder discernir? ¿Quién le enseñó el camino del juicio o le dio conocimiento o le mostró la senda de la prudencia?
He aquí que las naciones son para él como la gota de agua que cae del cubo, y como polvo menudo en las balanzas le son estimadas. He aquí que las islas le son como polvo que se desvanece. Ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio.
Como nada son todas las naciones delante de él; para él cuentan menos que nada, menos que lo que no es. ¿A qué, pues, haréis semejante a Dios o qué imagen le compondréis?”
ISAÍAS 40:I2-I8
Este texto nos muestra lo que realmente es Dios y nuestra mente nunca podrá concebir toda Su gloria, poder y majestad, ya que somos infinitamente limitados, razón por la cual creemos, que cuando Dios creó los cielos y la Tierra, éstos eran perfectos como Él lo es.
Cuando aconteció lo que relata el segundo versículo ya habían transcurrido millones de años y producida la caída de lucifer (y aquí hacemos cuestión de escribir su nombre con minúscula, ya que él no tiene ninguna dignidad), tal como lo describe el profeta Ezequiel:
“Vino a mí palabra del Señor, diciendo: Hijo de hombre, entona lamentaciones sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y de acabada hermosura.
En Edén, en el huerto de Dios, estuviste. De toda piedra preciosa era tu vestidura: de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro. ¡Los primores de tus tamboriles y flautas fueron preparados para ti en el día de tu creación!
Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios. Allí estuviste, y en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día en que fuiste creado hasta que se halló en ti maldad. A causa de tu intenso trato comercial, te llenaste de iniquidad y pecaste, por lo cual yo te eché del monte de Dios y te arrojé de entre las piedras del fuego, querubín protector.
Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra, y delante de los reyes te pondré por espectáculo.
Con tus muchas maldades y con la iniquidad de tus tratos comerciales profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra ante los ojos que te miran. Todos los que te conocieron de entre los pueblos se quedarán atónitos por causa tuya; serás objeto de espanto, y para siempre dejarás de ser.”
EZEQUIEL 28:II-I9
Todo este relato de la caída de lucifer (que quiere decir lleno de luz) pasó entre los dos primeros versículos del Génesis y, como el profeta lo describe, él fue lanzado por tierra creando así el caos total en el planeta, es decir, sin forma y vacío.
Preste atención: el segundo versículo en cuestión sólo hace mención a que la tierra es la que estaba en ese desorden y no el cielo, ya que de este último fue expulsado este querubín profano con todos sus seguidores, que se convirtieron en el diablo (aquel que separa) y sus demonios. De ahí la razón por la que los cielos continúan siendo como fueron creados y la tierra fue transformada.
Lo mismo que sucedió con la tierra pasó con el hombre. La Biblia así describe su creación:
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y tenga potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y las bestias, sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastre sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”
GÉNESIS I:26-27
“Entonces el Señor Dios formó al hombre delpolvo de la tierra, sopló en su nariz aliento devida y fue el hombre un ser viviente.”
GÉNESIS 2:7
Así como la Tierra fue creada perfecta, también el hombre lo fue, ya que Adán no tenía un ojo solo ni sufría con alguna enfermedad. Él fue creado a imagen y semejanza del Altísimo y perfecto en todos los aspectos. Así como satanás penetró en la tierra (en hebreo significa “enemigo”) y la convirtió sin forma y vacía, también penetró en la vida de Adán y Eva. Sutilmente los envolvió, de tal forma que dejaron de oír la Palabra de Dios para dar oídos a la de él. Con lo que empezó la gran tragedia de la humanidad, su caos y vacío; y así el hombre dejó de someterse a Dios para quedar subordinado a satanás.
Dios es luz, orden y disciplina; y con Él no puede habitar el error, el pecado y la oscuridad. Por esto, Él fue obligado a hacer con el hombre lo mismo que con lucifer, lo expulsó de Su presencia.
Hasta entonces, la naturaleza colaboraba con el hombre. No necesitaba sudar para sacar el fruto de la tierra, al contrario, la tierra gentilmente producía todo su sustento, porque él y la tierra eran hermanos por la creación divina. A causa de su rebelión contra el Creador, el hombre tiene hoy que luchar y sudar lo inimaginable para extraer el fruto de la tierra y el pan de cada día. Muchas veces sin ningún éxito, por lo que es consumido por el hambre, la miseria y la desgracia.
Impotente, exteriormente religioso, científico, culto y elegante, el mundo está dominado por los principios satánicos. Bajo su engañosa apariencia exterior, es una caldera ardiendo por ambiciones nacionales e internacionales, rivalidades comerciales y lágrimas escondidas tras una sonrisa. Satanás y su ejército de espíritus malignos (Daniel 10:13 y Efesios 6:12) son los agentes invisibles y la causa real del poder y de la inteligencia de los dictadores y de todos aquellos que buscan y usan su poder terrenal para el mal. Estos son los dirigentes visibles. Los ejércitos y las guerras periódicas que producen muerte, violencia y desolación, son los acompañantes indispensables.
En el escalafón de la organización, satanás ejerce dominio sobre los espíritus caídos que le siguieron en su rebelión. Su autoridad es, sin duda, un atributo que le fue concedido por sus siervos.
Estos espíritus, habiendo decidido seguir a satanás, en vez de permanecer leales a su Creador, fueron confirmados irremisiblemente en la maldad y abandonados al error. Asimismo, están en completo acuerdo con su príncipe y le rinden servicio voluntario en los diferentes trabajos y situaciones para los que son usados, en un reino altamente organizado (Mateo 12:25). Tal decisión de rebelión los unió para siempre en un programa de engaño y de inevitable condenación.
Aunque el conocimiento de satanás sea agudo y sobrenatural, no es un conocimiento santo y salvador. Sus demonios creen y se estremecen (Santiago 2:19), pero siendo confirmados en la maldad, nunca buscan el perdón y la pureza. Tienen un profundo conocimiento de que Jesús es el Señor del mundo espiritual, pero su confesión no envuelve una confianza salvadora o una sumisión voluntaria. Respetan a Cristo (Mateo 3:11), pero tal respeto no viene del amor por una santa comunión, sino por la inclinación de una voluntad inferior a una superior, en odio y resentimiento.
Los actos de los poseídos indican que los demonios los poseen, en algunos casos con propósitos de gratificación sensual y usando todo tipo de impurezas. Eso puede explicar el deseo de los poseídos de vivir en un estado de desnudez, tener pensamientos licenciosos (Lucas 8:27) y frecuentar lugares impuros, como las tumbas.
La naturaleza viciosa y vil de los demonios se demostró en el deseo que tuvieron de entrar en los cerdos (Marcos 5:12) y en su actividad de la proclamación del amor libre (1 Timoteo 4:3), con la destrucción moral de una sociedad ordenada.
Al lado de su inteligencia sobrehumana y de su moral viciada, los demonios poseen una fuerza asombrosa. Tienen el poder sobre el cuerpo humano para causar:
• Mudez (Mateo 9:32-33)
• Ceguera (Mateo 12:22)
• Demencia (Lucas 8:26-36)
• Deseos suicidas (Marcos 9:22)
• Y diversos defectos y deformaciones físicas (Lucas 13:11-17).
No hay razón para pensar que el diablo y sus ángeles hayan dejado de actuar en la actualidad como lo hacían en los días de los apóstoles. El apóstol Juan escribió que el mundo entero está bajo el maligno. (1 Juan 5:19).
En el texto original encontramos la idea de que “todo el mundo está adormecido en el sueño del maligno”. Satanás, según lo enseñado por el Señor Jesucristo, actúa como un padre con los que le pertenecen, pero como un padre desposeído de misericordia (Juan 8:44). Satanás es reconocido como rey y dios de este siglo. Su reino es el de las tinieblas y el de la muerte (Hebreos 2:14 y Judas 1:9), un reino espiritual y maligno que opera en los hijos que desobedecen cegando los ojos al entendimiento, para así no comprender la salvación que hay en Cristo Jesús (Efesios 2:2-3; 2 Corintios 4:3-4; 1 Juan 3:10; Juan 12:31; 14:30 y 16:11 y Hechos 26:18).
El diablo continúa ejerciendo sobre los incrédulos el mismo dominio que ejerció sobre Adán cuando pecó. El pecado del hombre es la influencia satánica sobre él, estando de esa forma, unidos y estrechamente relacionados entre sí (Juan 1:3-8). La incredulidad lleva al castigo de la condenación eterna (Marcos 16:16) y es el resultado de la obra perniciosa del maligno en el hombre (Efesios 2:1-2; 2 Corintios 4:4; Mateo 13:25). Todos los que rechazan el Evangelio actúan influenciados por satanás, ya que los tiene bajo su poder (Hechos 26:18 y Colosenses 1:13). La propia negación de la existencia de los demonios es prueba de la obra de ellos en el corazón del hombre (2 Corintios 11:14).
El acusador frente a la Iglesia de Jesucristo
Oponerse a la voluntad de Dios es el primer objetivo del maligno. En la Biblia él también es llamado:
• “Adversario” (Job 1:6; Mateo 13:39; Zacarías 3:1 y 1 Pedro 5:8)
• “Diablo”, “acusador” (Génesis 3:1-5; Job 1:9,11; 2:4-5 y Apocalipsis 12:10).
La intromisión de su voluntad en la voluntad divina fue la apostasía original, trayendo como consecuencia la exaltación del ego (el “yo”) contra todo lo que se llama Dios y es objeto de culto (2 Tesalonicenses 2:4). Desde la muerte de Abel hasta la matanza de los niños inocentes por Herodes, puede observarse el implacable odio de satanás contra la semilla prometida, su antagonismo hacia el Mesías de Dios y el propósito divino que se realizaba en él.
Podemos discernir la tremenda resistencia venenosa de satanás y sus demonios a los planes de Dios y sus propósitos en Cristo cuando se le presentó en el desierto para tentarle y en los tremendos disturbios que iba produciendo a fin de frustrar su ministerio público, por ejemplo la traición de Judas, la negación de Pedro y la terrible ceguera y engaño de los líderes judíos. Lo mismo vemos en los análisis de la historia de la Iglesia, hasta la última y terrible batalla entre Dios y los demonios en Armagedón (Apocalipsis 16:13-16).
En la parábola de la cizaña, Jesús habló de la hierba dañina que es sembrada por el diablo (Mateo 13:38-39). El apóstol Pedro advirtió sobre sus asechanzas (1 Pedro 5:8).
La furia de satanás está especialmente dirigida sobre la Iglesia de Cristo.
Sus demonios procuran destruirla portodos los medios (Mateo 16:18).
Intentan impedir a sus fieles que aceptenla Palabra de Dios (Lucas 8:12).
Diseminan doctrinas erróneas (Mateo 13:25; 1 Timoteo 4:1).
Fomentan persecuciones contra el reinode Cristo (Apocalipsis 12:7).
Es obvio que la llamada opresión del diablo es, en su mayor parte, obra de sus emisarios y siervos, los demonios. Gran parte de su colosal actividad es delegada a ellos, ya que satanás no es omnipresente, ni omnipotente, ni omnisciente. Los demonios angustian a la humanidad desordenando la mente en su posesión demoníaca (Marcos 1:23-27 y 5:1-20).
El fuego eterno preparado para satanás y sus ángeles (Mateo 25:41) es la condenación eterna para ellos. Ésta es la terrible condenación que los demonios tenían en mente cuando clamaron a Jesús: “... ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?” (Mateo 8:29). “¡Ah! ¿Qué tienes con nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruirnos?” (Marcos 1:24).
Satanás será lanzado en el lago de fuego y azufre, su lugar de la eterna condenación, donde será atormentado día y noche por los siglos de los siglos (Apocalipsis 20:10).
No hay duda de que sus cómplices, que han colaborado con él en su misión de engañar a la humanidad, tendrán el mismo destino y al mismo tiempo. Todo espíritu maligno estará presente en el juicio, delante del trono blanco, y será destinado a las llamas eternas de la “Gehena” (Apocalipsis 20:11-15).
La humanidad está sufriendo, así lo leemos diariamente en la prensa y oímos en las noticias, porque está más cerca de satanás que de Dios. Nadie se comprende, padres contra hijos, luchas de clases, revoluciones y guerras. La lucha de la humanidad fue, es y será, hasta la segunda venida de Cristo, como una disputa entre buitres por un trozo de carroña. El hambre, las enfermedades, las guerras y el caos se apoderarán de este mundo, y lo volverán a su origen, es decir desordenado y vacío.