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Durante el siglo de Oro el espectáculo teatral consistía en la representación de una comedia acompañada de uno o varios entremeses, piececillas breves cuyo principal propósito era el de divertir al espectador, algunos de tan excelente factura como los escritos por Lope de Rueda, Miguel de Cervantes Saavedra y Pedro Calderón de la Barca. De la producción de entremeses de Calderón de la Barca, el denominado «Las Carnestolendas» aparece como uno de los más complejos y completos. Es una obra de las denominadas piezas «breves», o como se suelen llamar, «menores». Sin embargo representa, un momento del entremés calderoniano en que se cifra el arte del dramaturgo barroco. La presente selección de Entremeses contiene las siguientes piezas: - Las Carnestolendas - La casa holgona - El desafío de Juan Rana - Don Pegote - El dragoncillo - La franchota - Guardadme las espaldas - Los instrumentos - Las jácaras - La pedidora - La plazuela de Santa Cruz - La rabia - El reloj y genios de la venta - El sacristán mujer - El Toreador
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Seitenzahl: 131
Veröffentlichungsjahr: 2010
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Pedro Calderón de la Barca
Entremeses
Barcelona 2024
Linkgua-ediciones.com
Título original: Entremeses.
© 2024, Red ediciones S.L.
e-mail: [email protected]
Diseño de cubierta: Michel Mallard.
ISBN tapa dura: 978-84-9953-732-0.
ISBN rústica: 978-84-9897-517-8.
ISBN ebook: 978-84-9953-132-8.
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Créditos 4
Brevísima presentación 9
La vida 9
Personajes 10
Las Carnestolendas 11
Personajes 26
Las Carnestolendas II 27
Personajes 36
La casa holgona 37
Personajes 48
El desafío de Juan Rana 49
Personajes 56
Don Pegote 57
Personajes 66
El dragoncillo 67
Personajes 86
La franchota 87
Personajes 96
Guardadme las espaldas 97
Personajes 108
Los instrumentos 109
Personajes 124
Las jácaras 125
Personajes 136
La pedidora 137
Personajes 148
La plazuela de Santa Cruz 149
Personajes 162
La rabia 163
Personajes 180
El reloj y genios de la venta 181
Personajes 190
El sacristán mujer 191
Personajes 202
El Toreador 203
Libros a la carta 217
Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600-Madrid, 1681). España.
Su padre era noble y escribano en el consejo de hacienda del rey. Se educó en el colegio imperial de los jesuitas y más tarde entró en las universidades de Alcalá y Salamanca, aunque no se sabe si llegó a graduarse.
Tuvo una juventud turbulenta. Incluso se le acusa de la muerte de algunos de sus enemigos. En 1621 se negó a ser sacerdote, y poco después, en 1623, empezó a escribir y estrenar obras de teatro. Escribió más de ciento veinte, otra docena larga en colaboración y alrededor de setenta autos sacramentales. Sus primeros estrenos fueron en corrales.
Lope de Vega elogió sus obras, pero en 1629 dejaron de ser amigos tras un extraño incidente: un hermano de Calderón fue agredido y, éste al perseguir al atacante, entró en un convento donde vivía como monja la hija de Lope. Nadie sabe qué pasó.
Entre 1635 y 1637, Calderón de la Barca fue nombrado caballero de la Orden de Santiago. Por entonces publicó veinticuatro comedias en dos volúmenes y La vida es sueño (1636), su obra más célebre. En la década siguiente vivió en Cataluña y, entre 1640 y 1642, combatió con las tropas castellanas. Sin embargo, su salud se quebrantó y abandonó la vida militar. Entre 1647 y 1649 la muerte de la reina y después la del príncipe heredero provocaron el cierre de los teatros, por lo que Calderón tuvo que limitarse a escribir autos sacramentales.
Calderón murió mientras trabajaba en una comedia dedicada a la reina María Luisa, mujer de Carlos II el Hechizado. Su hermano José, hombre pendenciero, fue uno de sus editores más fieles.
Un Vejete
El Rey que rabió
Rufina
Marta con sus pollos
María
La dama quintañona
Luisa
Maricastaña
El Gracioso
Perico el de los palotes
Un Hombre al revés
Músicos
(Dentro el Vejete, Rufina, María y Luisa.)
Vejete ¡Rufinica, Rufina, Rufinilla!
Rufina ¿Hay tal rufincar? ¿Hay tal tarabilla?
¿Llamas, padre?
Vejete En tu cuerpo, relamida.
Rufina ¿Qué menos digo yo?
Vejete Así, raída.
¿a dónde estás, exenta?
Rufina En esta sala. 5
Vejete Venid, dame la capa noramala.
Rufina Tómela vuesarced que ahí está puesta.
Vejete Descarada respuesta.
¿Pullas me echáis, pedrada?
(Salen las tres tras del Viejo.)
Rufina ¡Ay, Señor, no hay que decir nada! 10
María Padrecito del alma, lindo, hermoso...
Luisa Amo, galán de cuerpo y talle airoso...
Rufina Padrecito, almacén de Navidades...
Luisa Inventor del mantenga y el sepades.
María Ansí tus años que son cuatro veintes... 15
Rufina En Tetuán los cuentes.
María Pues el cosquilloso tiempo nos convida
de las Carnestolendas, por tu vida,
que nos dejes hacer una Comedia.
Vejete ¡Miren pues que Riquelme ni que Heredia 20
para representar! Mejor sería
gastar la noche y día
en hacer su labor.
Luisa Lindo regalo.
Rufina Escupa, padre, que ha mentado el malo:
vaya arredro, patillas, 25
La labor deste tiempo es casadillas.
Vejete ¿Yo gastar en Comedias mi dinero?
¡Para compraros de comer lo quiero!
María Si licencia nos das que la estudiemos,
a comedia y a agua ayunaremos. 30
Vejete ¡Oh, loco tiempo de Carnestolendas
diluvio universal de las meriendas
feria de casadillas y roscones,
vida breve de pavos y capones
y hojaldres, que al Doctor le dan ganancia 35
con masa cruda y con manteca rancia!
Pues ¿qué es ver derretidos los mancebos
gastar su dinerillo en tirar huevos?
Luisa En esto su locura manifiestan,
que mejor es tirarnos lo que cuestan. 40
Rufina ¡Y cómo! Veinte huevos azareños
le cuestan veinte reales a sus dueños.
Tíranmelos y mánchanme un vestido,
quedo yo pesarosa y él corrido
sin alzar más cabeza en todo el día. 45
María Pues ¿cuál querré yo más, por vida mía,
estas galanterías criminales,
o en dinero civiles veinte reales?
Rufina (Aparte.) (Luisa, agora es tiempo de lograr mi traza.)
Luisa Yo voy y a tu galán clavo esta maza. 50
(Vase.)
Rufina Mucho hay que temer estas contiendas.
Vejete No hay quien no tema en las Carnestolendas:
el capón tome muerte supitaña,
el gallo ser corrido en la campaña,
el perro, de la maza el desconcierto, 55
las damas, de que el perro sea muerto,
las estopas de verse chamuscadas,
las vejigas de verse aporreadas,
la sartén si su tizne alguno pringa,
el agua que la sorba la jeringa, 60
el salvado de andar siempre pisado,
siendo a un tiempo salvado y condenado,
Cercadas nuestras ganas estos días
de ejércitos de mil pastelerías,
y tal hambre en el cerco padecemos 65
que hasta las herraduras nos comemos.
María Mas todo, padrecito, se remedia.
Vejete ¿Con qué, hijitas rollonas?
Las dos Con comedia.
Rufina De otro entretenimiento no gustamos.
Las dos Comedia, como Iglesia, nos llamamos. 70
(Sale el Gracioso, con maza, tras Luisa, que se esconde detrás de Rufina.)
Gracioso ¿A mi maza?
Luisa ¡Socorro!
Gracioso Picarona,
¡a mí, convaleciente de fregona,
que sin valer dos habas,
hoy te enmoñas y ayer fregonicabas!
¡Vive Dios! Si no fuera (no te espante) 75
porque no tengo cólera bastante,
que un disparate hiciera,
y con saber las calles, me perdiera.
¿Yo con maza? ¿Soy mona? ¿A mi mamola?
¿Tan despegado soy que me echáis cola? 80
¡A mí cola! ¿he perdido alguna Cátedra?
¿Soy escabeche que, vendido a solas,
por un cuartillo más es todo colas?
Luisa Pues ¿qué le han hecho? Diga...
Gracioso Estregadera
de cuanto barro hay en Talavera, 85
¡hacer pulpo a un cristiano!
María A los cristianos
de cuando en cuando los querría paganos.
Gracioso ¿Paganos? ¿Qué decís?
Rufina Tonto sois vos
que no paganos, sino paganós.
Gracioso Beso tus pies, que rabio por besallos, 90
por ver si las deidades crían callos.
Vejete Señor, perdone usté aquesta moza,
que este tiempo en el cuerpo las retoza.
y váyase con Dios. Cerrad aquí, ¡hola!,
que no quiero pendencias por la cola. 95
Que yo voy, pues con esto se remedia,
a buscar quien os haga una Comedia.
Gracioso ¿Comedia ha dicho? ¡Pues no hablara antes!
Comedia le daré y representantes,
toda gente muy diestra. 100
Vejete ¿Búrlase vuesarced?
Gracioso Oiga la muestra...
Vejete Tráiganle de almorzar, que darle quiero
con que corte la cólera primero.
(Vase Luisa.)
Gracioso Pues primero, aunque esté representando,
comeré y beberé de cuando en cuando, 105
que soy hombre, por Dios, de digo y hago,
tan presto represento como trago.
(Sale Luisa con un plato con algo y un jarro de vino.)
Luisa Aquí tiene usasted un desayuno.
Gracioso Poca cosa, mas basta para uno.
María ¡Ay cual zampa! ¡Jesús! ¿qué hambre es ésta?
Luisa Parece que lo come por apuesta.
Vejete Hombre, ¿comes o engulles?
Gracioso Lindo chasco,
pocas cosas, señor, nunca las masco.
(Come aprisa y bebe.)
María ¿Niño se le hace el jarro?
Vejete Darle un poco.
Rufina ¡Qué bien que ensarta aljófares el mozo! 115
Luisa ¡Los tragazos que echa, Jesucristo!
Gracioso Pues lleve el diablo el que en la boca he visto
ansí. Se me olvidaba de decillo,
¿ustedes no querrán un bocadillo?
Vejete ¿Falta más que comer?
Gracioso Nada me sobra. 120
Salga Prado Y empiece aquesta obra.
(Agora ha de remedar a Prado con una décima o soneto.)
Seca está la boca: quiero
echar una rociada,
que entre col y col, lechuga,
dice un adagio en España. 125
(Bebe.)
Vejete Lindamente le remeda.
Gracioso ¡Muy bien!
Rufina ¡Muy bien! En mi alma
que le ha hurtado voz y acciones!
María A Prado le harán gran falta.
(Pónese una barbilla y gorra chata.)
Gracioso Sale un vejete arrugado, 130
con barbilla, y gorra chata,
tan temblona la cabeza
como papanduja el habla,
y dice a dos hijas suyas:
«Por San Lesmes, por la lanza 135
de Longinos, que esta fiesta
las retoza a las muchachas
en el cuerpo, y de cosquillas
se concome la criada.»
Vejete Esta habla es muy escura. 140
Gracioso ¿Tiénela vusté más clara?
La garganta tengo enjuta:
rociemos la garganta.
(Bebe.)
Rufina No sé yo de qué está seca,
estando tan bien regada. 145
(Pónese mascarilla y bonete colorado.)
Gracioso Agora sale el negrillo
requebrando aquestas damas,
con su cara de morcilla
y su bonete de grana.
¿Quelemole vuesancé, 150
Luisa, María y Rufiana,
que le demo colacione
que aquí la traemo gualdada,
mucha de la casamueza,
mucha de la cagancaña, 155
cagalón e cochelate,
calamerdos, merdaelada,
turo para vuesancé?
Rufina ¿A quién digo, camarada?
Yo le perdona mi parte, 160
que tan espesas viandas
entre once y doce serán
mejores para vaciadas,
(Toma una espada por el hombro, y el jarro en la mano, bebiendo a menudo.)
Gracioso Ahora sale un finflón,
o tudesco de la guarda, 165
hablando mucho, y aprisa,
y sin pronunciar palabra,
con su tizona en la cinta,
y en el jarro la colada,
dice echando treinta votos, 170
como quien no dice nada.
(Habla lo que quisiere a lo tudesco, y bebe, y luego hace que está borracho.)
¡Jesús, qué bochorno! Quiten
dese brasero las ascuas:
¿dónde van tantas linternas?
No mirarás como pasas, 175
Judiguelo, hijo de puta,
¡Por Cristo! Si no mirara
que eres clérigo...
Vejete ¿Yo clérigo?
Gracioso Sí, clérigo tú y tu alma.
¿A mí zancadilla? ¡Oh, perro! 180
¡Qué donosa zangamanga,
que paguen los tristes pies
lo que la testa es culpada!
Allá va, cómante lobos,
vaya un sueñecillo, vaya, 185
pero téngole ligero,
no hagan ruido, camaradas.
(Échase a dormir.)
Rufina Padre, cayó el pecador.
Vejete Pues mientras que se levanta,
voy por un esportillero 190
que a su casa guíe la danza,
que en esto viene a parar
el que de beber no para.
(Vase, y levántase el Gracioso y habla en juicio.)
Gracioso ¿Fuese el viejo?
Rufina Ya se fue.
Gracioso ¡Lo que me cuestas, ingrata! 195
Rufina Más me cuestas tú, pues pierdo
por ti, mi hacienda y mi casa.
Luisa ¿No miran que vendrá el viejo?
Váyanse ya, ¿qué se tardan?
Rufina ¿Y el dinero?
María Va en la bolsa. 200
Gracioso ¿Y las joyas?
Luisa En la manga.
(Vanse [todos] y sale el Vejete.)
Vejete No se halla un esportillero
por un ojo de la cara.
¡Mariquita, tararira!
¡Rufinica, zarabanda! 205
¿A Luisica? ¡a esotra puerta!
Aún peor está que estaba:
Y mis joyas volavérunt.
¡Oh, comedor de mis arcas!
Que me robéis a mis hijas, 210
vaya con el diablo, vaya,
que eran prendas que comían.
Mas mis joyas... Arre, parda,
que estas cosas son del tiempo
del Rey que rabió en España. 215
(Sale uno con una corona, y una mano de mortero por cetro.)
Rey Yo soy el Rey que rabió.
(Cantando como mojiganga.)
Si su hija te dejó,
su trabajo le costó,
y sus tragos al pobrete.
¿Qué los quieres? Anda, vete, 220
déjalos, avariento vejete.
(Repiten estos dos versos y bailan los dos.)
Vejete ¡Vive Dios, que el sonecillo
hará bailar una tabla!
Pero no se lo ha de haber
allá con sus pollos Marta. 225
(Sale Rufina con sombrerete y mantellina y una mantellina y toca arrebozada.)
Rufina Yo soy Marta con sus pollos,
líbrame destos escollos,
que yo te daré pimpollos,
que te vuelvan mozalbete.
¿Qué nos quieres? Anda, vete 230
déjanos, avariento vejete.
(Repiten.)
Vejete Después que nací, no he visto
hija tan desvergonzada,
Perico el de los Palotes
no viniera más de chanza. 235
(Sale el Gracioso con una sotanilla, sembrada de palillos, de randas y palos de tambor.)
Gracioso Perico el de los Palotes
soy yo, no te me alborotes,
porque de dos capirotes,
serás de mis pies tapete.
¿Qué nos quieres? Anda, vete, 240
déjanos, avariento vejete.
Vejete ¿Qué antiguallas son aquestas?
¿Qué es esto que por mí pasa?
Parece que estoy en el
tiempo de Maricastaña. 245
(Sale Luisa con toca de viuda, y sombrerete, y, sayas enfaldadas, y con rueca hilando.)
Luisa Veis aquí a Maricastaña
y sí metes más cizaña
como tuerzo esta maraña
el pasapán torcerete.
¿Qué los quieres? Anda, vete, 250
déjalos, avariento vejete.
Vejete Al revés anda ya el mundo.
¡Por San Dimas! Que no falta
sino andar de hombres las hembras
y los hombres con enaguas. 255
(Sale un Hombre, la mitad mujer, y la otra mitad de hombre, puesto al revés, y andando hacia atrás.)
Hombre Ves aquí un hombre al revés,
que sirvo en este entremés
de la cabeza a los pies
a los novios de sainete.
¿Qué los quieres? Anda, vete, 260
déjalos, avariento vejete.
Vejete Todas las sombras me siguen,
solo falta la fantasma
de la dama Quintañona:
mas hela aquí, no hace falta. 265
(Sale María, con gorra chata, cuellecito y ropa antigua, basquiña vieja, y escurrida.)
María Esta dama Quintañona
ni se afeite ni se entona,
pero sirve de ponzoña
a quien este ruido mete,
¿Qué los quieres? Anda, vete, 270
déjalos, avariento vejete.
Vejete ¡Por Jesucristo, que temo
que todos salgan con cañas
y me tiren como a gallo:
dicho y hecho, ¡Santa Eufrasia! 275
(Cantan todos.)
Todos Al vejete, que de Cupido
ya no le ofenden y abrasan las llamas
¡hucho-ho! que le curen las damas,
¡hucho-ho! que va corrido.
Vejete Ya yo pasé mi carrera, 280
¿a dónde quieren que corra
si se ha metido de gorra
el novio en la madriguera?
Todos ¿Luego amor nunca te ha herido?
Vejete Eso es andar por las ramas. 285
Todos Uchoó que le corren las damas,
uchoó que va corrido.
(Salen todos esta postrera vez con cañas, y banderillas de papel, coronas y capotillos pintados, como muchachos que van a los gallos y con varios instrumentos de la pandorga.)
Don Lesmes
Negro
Don Tristán
Moro
Juana
Barbero
Don Gil
Hombre
Sastre
Trapera
Zurdo
Mondonguera
Dueña
Vecinos
Corcovado
(Calle con entrada a la Casa de los Linajes. Salen Don Lesmes y Don Tristán.)
Don Lesmes Don Tristán, ¿dónde vais tan enojado?
Don Tristán A matar o morir desesperado,
don Lesmes, voy: y pues que sois mi amigo,
y no acaso os busqué, venid conmigo;
porque tengo de entrar en cierta casa 5
no muy segura.
Don Lesmes Sepa lo que os pasa,
y a lo que voy también.
Don Tristán Ya habéis sabido
que a un mal gusto rendido
(que amor tal vez a lo peor inclina),
a Juanilla pasé de mantellina 10
a manto; a tafetán, de bocacíes;
de tú a don, de ramplón a ponlevíes.,
de picote a sedilla,
y de lámpara, al fin, a lamparilla.
Ésta pues, picarona, 15
en habiendo dejado mi persona
tan pobre como veis, y de mal talle,
me ha puesto de patitas en la calle.
Don Lesmes ¿Y deso os ofendéis? Pues ¿qué fregona
en viéndose alhajada, no desea 20
no ver a quien la vio, porque la vea
quien no la vio?
Don Tristán En efecto, yo he sabido
el galán, y no solo me ha ofendido
ella, pero él también, porque sabía
el ser ya doña Juana cosa mía.