Entremeses - Pedro Calderón de la Barca - E-Book

Entremeses E-Book

Pedro Calderón de la Barca

0,0

Beschreibung

Durante el siglo de Oro el espectáculo teatral consistía en la representación de una comedia acompañada de uno o varios entremeses, piececillas breves cuyo principal propósito era el de divertir al espectador, algunos de tan excelente factura como los escritos por Lope de Rueda, Miguel de Cervantes Saavedra y Pedro Calderón de la Barca. De la producción de entremeses de Calderón de la Barca, el denominado «Las Carnestolendas» aparece como uno de los más complejos y completos. Es una obra de las denominadas piezas «breves», o como se suelen llamar, «menores». Sin embargo representa, un momento del entremés calderoniano en que se cifra el arte del dramaturgo barroco. La presente selección de Entremeses contiene las siguientes piezas: - Las Carnestolendas - La casa holgona - El desafío de Juan Rana - Don Pegote - El dragoncillo - La franchota - Guardadme las espaldas - Los instrumentos - Las jácaras - La pedidora - La plazuela de Santa Cruz - La rabia - El reloj y genios de la venta - El sacristán mujer - El Toreador

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern

Seitenzahl: 131

Veröffentlichungsjahr: 2010

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Pedro Calderón de la Barca

Entremeses

Barcelona 2024

Linkgua-ediciones.com

Créditos

Título original: Entremeses.

© 2024, Red ediciones S.L.

e-mail: [email protected]

Diseño de cubierta: Michel Mallard.

ISBN tapa dura: 978-84-9953-732-0.

ISBN rústica: 978-84-9897-517-8.

ISBN ebook: 978-84-9953-132-8.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

Sumario

Créditos 4

Brevísima presentación 9

La vida 9

Personajes 10

Las Carnestolendas 11

Personajes 26

Las Carnestolendas II 27

Personajes 36

La casa holgona 37

Personajes 48

El desafío de Juan Rana 49

Personajes 56

Don Pegote 57

Personajes 66

El dragoncillo 67

Personajes 86

La franchota 87

Personajes 96

Guardadme las espaldas 97

Personajes 108

Los instrumentos 109

Personajes 124

Las jácaras 125

Personajes 136

La pedidora 137

Personajes 148

La plazuela de Santa Cruz 149

Personajes 162

La rabia 163

Personajes 180

El reloj y genios de la venta 181

Personajes 190

El sacristán mujer 191

Personajes 202

El Toreador 203

Libros a la carta 217

Brevísima presentación

La vida

Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600-Madrid, 1681). España.

Su padre era noble y escribano en el consejo de hacienda del rey. Se educó en el colegio imperial de los jesuitas y más tarde entró en las universidades de Alcalá y Salamanca, aunque no se sabe si llegó a graduarse.

Tuvo una juventud turbulenta. Incluso se le acusa de la muerte de algunos de sus enemigos. En 1621 se negó a ser sacerdote, y poco después, en 1623, empezó a escribir y estrenar obras de teatro. Escribió más de ciento veinte, otra docena larga en colaboración y alrededor de setenta autos sacramentales. Sus primeros estrenos fueron en corrales.

Lope de Vega elogió sus obras, pero en 1629 dejaron de ser amigos tras un extraño incidente: un hermano de Calderón fue agredido y, éste al perseguir al atacante, entró en un convento donde vivía como monja la hija de Lope. Nadie sabe qué pasó.

Entre 1635 y 1637, Calderón de la Barca fue nombrado caballero de la Orden de Santiago. Por entonces publicó veinticuatro comedias en dos volúmenes y La vida es sueño (1636), su obra más célebre. En la década siguiente vivió en Cataluña y, entre 1640 y 1642, combatió con las tropas castellanas. Sin embargo, su salud se quebrantó y abandonó la vida militar. Entre 1647 y 1649 la muerte de la reina y después la del príncipe heredero provocaron el cierre de los teatros, por lo que Calderón tuvo que limitarse a escribir autos sacramentales.

Calderón murió mientras trabajaba en una comedia dedicada a la reina María Luisa, mujer de Carlos II el Hechizado. Su hermano José, hombre pendenciero, fue uno de sus editores más fieles.

Personajes

Un Vejete

El Rey que rabió

Rufina

Marta con sus pollos

María

La dama quintañona

Luisa

Maricastaña

El Gracioso

Perico el de los palotes

Un Hombre al revés

Músicos

Las Carnestolendas

(Dentro el Vejete, Rufina, María y Luisa.)

Vejete ¡Rufinica, Rufina, Rufinilla!

Rufina ¿Hay tal rufincar? ¿Hay tal tarabilla?

¿Llamas, padre?

Vejete En tu cuerpo, relamida.

Rufina ¿Qué menos digo yo?

Vejete Así, raída.

¿a dónde estás, exenta?

Rufina En esta sala. 5

Vejete Venid, dame la capa noramala.

Rufina Tómela vuesarced que ahí está puesta.

Vejete Descarada respuesta.

¿Pullas me echáis, pedrada?

(Salen las tres tras del Viejo.)

Rufina ¡Ay, Señor, no hay que decir nada! 10

María Padrecito del alma, lindo, hermoso...

Luisa Amo, galán de cuerpo y talle airoso...

Rufina Padrecito, almacén de Navidades...

Luisa Inventor del mantenga y el sepades.

María Ansí tus años que son cuatro veintes... 15

Rufina En Tetuán los cuentes.

María Pues el cosquilloso tiempo nos convida

de las Carnestolendas, por tu vida,

que nos dejes hacer una Comedia.

Vejete ¡Miren pues que Riquelme ni que Heredia 20

para representar! Mejor sería

gastar la noche y día

en hacer su labor.

Luisa Lindo regalo.

Rufina Escupa, padre, que ha mentado el malo:

vaya arredro, patillas, 25

La labor deste tiempo es casadillas.

Vejete ¿Yo gastar en Comedias mi dinero?

¡Para compraros de comer lo quiero!

María Si licencia nos das que la estudiemos,

a comedia y a agua ayunaremos. 30

Vejete ¡Oh, loco tiempo de Carnestolendas

diluvio universal de las meriendas

feria de casadillas y roscones,

vida breve de pavos y capones

y hojaldres, que al Doctor le dan ganancia 35

con masa cruda y con manteca rancia!

Pues ¿qué es ver derretidos los mancebos

gastar su dinerillo en tirar huevos?

Luisa En esto su locura manifiestan,

que mejor es tirarnos lo que cuestan. 40

Rufina ¡Y cómo! Veinte huevos azareños

le cuestan veinte reales a sus dueños.

Tíranmelos y mánchanme un vestido,

quedo yo pesarosa y él corrido

sin alzar más cabeza en todo el día. 45

María Pues ¿cuál querré yo más, por vida mía,

estas galanterías criminales,

o en dinero civiles veinte reales?

Rufina (Aparte.) (Luisa, agora es tiempo de lograr mi traza.)

Luisa Yo voy y a tu galán clavo esta maza. 50

(Vase.)

Rufina Mucho hay que temer estas contiendas.

Vejete No hay quien no tema en las Carnestolendas:

el capón tome muerte supitaña,

el gallo ser corrido en la campaña,

el perro, de la maza el desconcierto, 55

las damas, de que el perro sea muerto,

las estopas de verse chamuscadas,

las vejigas de verse aporreadas,

la sartén si su tizne alguno pringa,

el agua que la sorba la jeringa, 60

el salvado de andar siempre pisado,

siendo a un tiempo salvado y condenado,

Cercadas nuestras ganas estos días

de ejércitos de mil pastelerías,

y tal hambre en el cerco padecemos 65

que hasta las herraduras nos comemos.

María Mas todo, padrecito, se remedia.

Vejete ¿Con qué, hijitas rollonas?

Las dos Con comedia.

Rufina De otro entretenimiento no gustamos.

Las dos Comedia, como Iglesia, nos llamamos. 70

(Sale el Gracioso, con maza, tras Luisa, que se esconde detrás de Rufina.)

Gracioso ¿A mi maza?

Luisa ¡Socorro!

Gracioso Picarona,

¡a mí, convaleciente de fregona,

que sin valer dos habas,

hoy te enmoñas y ayer fregonicabas!

¡Vive Dios! Si no fuera (no te espante) 75

porque no tengo cólera bastante,

que un disparate hiciera,

y con saber las calles, me perdiera.

¿Yo con maza? ¿Soy mona? ¿A mi mamola?

¿Tan despegado soy que me echáis cola? 80

¡A mí cola! ¿he perdido alguna Cátedra?

¿Soy escabeche que, vendido a solas,

por un cuartillo más es todo colas?

Luisa Pues ¿qué le han hecho? Diga...

Gracioso Estregadera

de cuanto barro hay en Talavera, 85

¡hacer pulpo a un cristiano!

María A los cristianos

de cuando en cuando los querría paganos.

Gracioso ¿Paganos? ¿Qué decís?

Rufina Tonto sois vos

que no paganos, sino paganós.

Gracioso Beso tus pies, que rabio por besallos, 90

por ver si las deidades crían callos.

Vejete Señor, perdone usté aquesta moza,

que este tiempo en el cuerpo las retoza.

y váyase con Dios. Cerrad aquí, ¡hola!,

que no quiero pendencias por la cola. 95

Que yo voy, pues con esto se remedia,

a buscar quien os haga una Comedia.

Gracioso ¿Comedia ha dicho? ¡Pues no hablara antes!

Comedia le daré y representantes,

toda gente muy diestra. 100

Vejete ¿Búrlase vuesarced?

Gracioso Oiga la muestra...

Vejete Tráiganle de almorzar, que darle quiero

con que corte la cólera primero.

(Vase Luisa.)

Gracioso Pues primero, aunque esté representando,

comeré y beberé de cuando en cuando, 105

que soy hombre, por Dios, de digo y hago,

tan presto represento como trago.

(Sale Luisa con un plato con algo y un jarro de vino.)

Luisa Aquí tiene usasted un desayuno.

Gracioso Poca cosa, mas basta para uno.

María ¡Ay cual zampa! ¡Jesús! ¿qué hambre es ésta?

Luisa Parece que lo come por apuesta.

Vejete Hombre, ¿comes o engulles?

Gracioso Lindo chasco,

pocas cosas, señor, nunca las masco.

(Come aprisa y bebe.)

María ¿Niño se le hace el jarro?

Vejete Darle un poco.

Rufina ¡Qué bien que ensarta aljófares el mozo! 115

Luisa ¡Los tragazos que echa, Jesucristo!

Gracioso Pues lleve el diablo el que en la boca he visto

ansí. Se me olvidaba de decillo,

¿ustedes no querrán un bocadillo?

Vejete ¿Falta más que comer?

Gracioso Nada me sobra. 120

Salga Prado Y empiece aquesta obra.

(Agora ha de remedar a Prado con una décima o soneto.)

Seca está la boca: quiero

echar una rociada,

que entre col y col, lechuga,

dice un adagio en España. 125

(Bebe.)

Vejete Lindamente le remeda.

Gracioso ¡Muy bien!

Rufina ¡Muy bien! En mi alma

que le ha hurtado voz y acciones!

María A Prado le harán gran falta.

(Pónese una barbilla y gorra chata.)

Gracioso Sale un vejete arrugado, 130

con barbilla, y gorra chata,

tan temblona la cabeza

como papanduja el habla,

y dice a dos hijas suyas:

«Por San Lesmes, por la lanza 135

de Longinos, que esta fiesta

las retoza a las muchachas

en el cuerpo, y de cosquillas

se concome la criada.»

Vejete Esta habla es muy escura. 140

Gracioso ¿Tiénela vusté más clara?

La garganta tengo enjuta:

rociemos la garganta.

(Bebe.)

Rufina No sé yo de qué está seca,

estando tan bien regada. 145

(Pónese mascarilla y bonete colorado.)

Gracioso Agora sale el negrillo

requebrando aquestas damas,

con su cara de morcilla

y su bonete de grana.

¿Quelemole vuesancé, 150

Luisa, María y Rufiana,

que le demo colacione

que aquí la traemo gualdada,

mucha de la casamueza,

mucha de la cagancaña, 155

cagalón e cochelate,

calamerdos, merdaelada,

turo para vuesancé?

Rufina ¿A quién digo, camarada?

Yo le perdona mi parte, 160

que tan espesas viandas

entre once y doce serán

mejores para vaciadas,

(Toma una espada por el hombro, y el jarro en la mano, bebiendo a menudo.)

Gracioso Ahora sale un finflón,

o tudesco de la guarda, 165

hablando mucho, y aprisa,

y sin pronunciar palabra,

con su tizona en la cinta,

y en el jarro la colada,

dice echando treinta votos, 170

como quien no dice nada.

(Habla lo que quisiere a lo tudesco, y bebe, y luego hace que está borracho.)

¡Jesús, qué bochorno! Quiten

dese brasero las ascuas:

¿dónde van tantas linternas?

No mirarás como pasas, 175

Judiguelo, hijo de puta,

¡Por Cristo! Si no mirara

que eres clérigo...

Vejete ¿Yo clérigo?

Gracioso Sí, clérigo tú y tu alma.

¿A mí zancadilla? ¡Oh, perro! 180

¡Qué donosa zangamanga,

que paguen los tristes pies

lo que la testa es culpada!

Allá va, cómante lobos,

vaya un sueñecillo, vaya, 185

pero téngole ligero,

no hagan ruido, camaradas.

(Échase a dormir.)

Rufina Padre, cayó el pecador.

Vejete Pues mientras que se levanta,

voy por un esportillero 190

que a su casa guíe la danza,

que en esto viene a parar

el que de beber no para.

(Vase, y levántase el Gracioso y habla en juicio.)

Gracioso ¿Fuese el viejo?

Rufina Ya se fue.

Gracioso ¡Lo que me cuestas, ingrata! 195

Rufina Más me cuestas tú, pues pierdo

por ti, mi hacienda y mi casa.

Luisa ¿No miran que vendrá el viejo?

Váyanse ya, ¿qué se tardan?

Rufina ¿Y el dinero?

María Va en la bolsa. 200

Gracioso ¿Y las joyas?

Luisa En la manga.

(Vanse [todos] y sale el Vejete.)

Vejete No se halla un esportillero

por un ojo de la cara.

¡Mariquita, tararira!

¡Rufinica, zarabanda! 205

¿A Luisica? ¡a esotra puerta!

Aún peor está que estaba:

Y mis joyas volavérunt.

¡Oh, comedor de mis arcas!

Que me robéis a mis hijas, 210

vaya con el diablo, vaya,

que eran prendas que comían.

Mas mis joyas... Arre, parda,

que estas cosas son del tiempo

del Rey que rabió en España. 215

(Sale uno con una corona, y una mano de mortero por cetro.)

Rey Yo soy el Rey que rabió.

(Cantando como mojiganga.)

Si su hija te dejó,

su trabajo le costó,

y sus tragos al pobrete.

¿Qué los quieres? Anda, vete, 220

déjalos, avariento vejete.

(Repiten estos dos versos y bailan los dos.)

Vejete ¡Vive Dios, que el sonecillo

hará bailar una tabla!

Pero no se lo ha de haber

allá con sus pollos Marta. 225

(Sale Rufina con sombrerete y mantellina y una mantellina y toca arrebozada.)

Rufina Yo soy Marta con sus pollos,

líbrame destos escollos,

que yo te daré pimpollos,

que te vuelvan mozalbete.

¿Qué nos quieres? Anda, vete 230

déjanos, avariento vejete.

(Repiten.)

Vejete Después que nací, no he visto

hija tan desvergonzada,

Perico el de los Palotes

no viniera más de chanza. 235

(Sale el Gracioso con una sotanilla, sembrada de palillos, de randas y palos de tambor.)

Gracioso Perico el de los Palotes

soy yo, no te me alborotes,

porque de dos capirotes,

serás de mis pies tapete.

¿Qué nos quieres? Anda, vete, 240

déjanos, avariento vejete.

Vejete ¿Qué antiguallas son aquestas?

¿Qué es esto que por mí pasa?

Parece que estoy en el

tiempo de Maricastaña. 245

(Sale Luisa con toca de viuda, y sombrerete, y, sayas enfaldadas, y con rueca hilando.)

Luisa Veis aquí a Maricastaña

y sí metes más cizaña

como tuerzo esta maraña

el pasapán torcerete.

¿Qué los quieres? Anda, vete, 250

déjalos, avariento vejete.

Vejete Al revés anda ya el mundo.

¡Por San Dimas! Que no falta

sino andar de hombres las hembras

y los hombres con enaguas. 255

(Sale un Hombre, la mitad mujer, y la otra mitad de hombre, puesto al revés, y andando hacia atrás.)

Hombre Ves aquí un hombre al revés,

que sirvo en este entremés

de la cabeza a los pies

a los novios de sainete.

¿Qué los quieres? Anda, vete, 260

déjalos, avariento vejete.

Vejete Todas las sombras me siguen,

solo falta la fantasma

de la dama Quintañona:

mas hela aquí, no hace falta. 265

(Sale María, con gorra chata, cuellecito y ropa antigua, basquiña vieja, y escurrida.)

María Esta dama Quintañona

ni se afeite ni se entona,

pero sirve de ponzoña

a quien este ruido mete,

¿Qué los quieres? Anda, vete, 270

déjalos, avariento vejete.

Vejete ¡Por Jesucristo, que temo

que todos salgan con cañas

y me tiren como a gallo:

dicho y hecho, ¡Santa Eufrasia! 275

(Cantan todos.)

Todos Al vejete, que de Cupido

ya no le ofenden y abrasan las llamas

¡hucho-ho! que le curen las damas,

¡hucho-ho! que va corrido.

Vejete Ya yo pasé mi carrera, 280

¿a dónde quieren que corra

si se ha metido de gorra

el novio en la madriguera?

Todos ¿Luego amor nunca te ha herido?

Vejete Eso es andar por las ramas. 285

Todos Uchoó que le corren las damas,

uchoó que va corrido.

(Salen todos esta postrera vez con cañas, y banderillas de papel, coronas y capotillos pintados, como muchachos que van a los gallos y con varios instrumentos de la pandorga.)

Personajes

Don Lesmes

Negro

Don Tristán

Moro

Juana

Barbero

Don Gil

Hombre

Sastre

Trapera

Zurdo

Mondonguera

Dueña

Vecinos

Corcovado

Las Carnestolendas II

(Calle con entrada a la Casa de los Linajes. Salen Don Lesmes y Don Tristán.)

Don Lesmes Don Tristán, ¿dónde vais tan enojado?

Don Tristán A matar o morir desesperado,

don Lesmes, voy: y pues que sois mi amigo,

y no acaso os busqué, venid conmigo;

porque tengo de entrar en cierta casa 5

no muy segura.

Don Lesmes Sepa lo que os pasa,

y a lo que voy también.

Don Tristán Ya habéis sabido

que a un mal gusto rendido

(que amor tal vez a lo peor inclina),

a Juanilla pasé de mantellina 10

a manto; a tafetán, de bocacíes;

de tú a don, de ramplón a ponlevíes.,

de picote a sedilla,

y de lámpara, al fin, a lamparilla.

Ésta pues, picarona, 15

en habiendo dejado mi persona

tan pobre como veis, y de mal talle,

me ha puesto de patitas en la calle.

Don Lesmes ¿Y deso os ofendéis? Pues ¿qué fregona

en viéndose alhajada, no desea 20

no ver a quien la vio, porque la vea

quien no la vio?

Don Tristán En efecto, yo he sabido

el galán, y no solo me ha ofendido

ella, pero él también, porque sabía

el ser ya doña Juana cosa mía.