Escatología y Apocalipsis en tiempos posmodernos. Una mirada desde las víctimas y los justos de la historia. Concilium 356 (2014) - Carlos Mendoza-Alvarez - E-Book

Escatología y Apocalipsis en tiempos posmodernos. Una mirada desde las víctimas y los justos de la historia. Concilium 356 (2014) E-Book

Carlos Mendoza Álvarez

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Este artículo propone los elementos constitutivos de una hermenéutica de la idea de escatología y apocalipsis en contexto posmoderno, explorando hoy nuevas claves de interpretación del fin de los tiempos. El análisis se articula en tres momentos: (i) el concepto de violencia sistémica propuesto por el pensamiento anti-sistémico surgido en América Latina y otras regiones del Sur en las últimas décadas; (ii) la inteligencia de la fe teologal que procede de la vulnerabilidad asumida; y (iii) la teología del tiempo mesiánico interpretada en clave de cambio de temporalidad en la lógica de la donación. Desde esta perspectiva se trata de recuperar la historia «desde abajo y desde el reverso», a partir de la vida teologal que anima a los justos de la historia así como a las víctimas perdonadoras que rompen el círculo vicioso de la rivalidad. Una experiencia posible solamente desde la fe teologal que confiesa la presencia del Dios compasivo en el corazón de la historia, gracias al testimonio de quienes, siguiendo a Jesús de Nazaret, han entregado su vida por los demás, a pesar de ser expuestos a la aniquilación.

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Mendoza-Álvarez, Carlos, «Escatología y Apocalipsis en tiempos posmodernos. Una mirada desde las víctimas y los justos de la historia»,Concilium, junio 2014, nº 356, pp. 75-86.

Este artículo forma parte del nº 356 de la revista Concilium

356

EL RETORNO DE LA CONCIENCIA APOCALÍPTICA

Hille Haker, Andrés Torres Queiruga y Marie-Theres Wacker (eds.)

Concilium se publica en coproducción por los siguientes editores: SCM-CANTERBURY PRESS/Londres-Inglaterra MATTHIAS-GRÜNEWALD-VERLAG/DER SCHWABENVERLAG/Ostfildern-Alemania EDITRICE QUERINIANA/Brescia-Italia EDITORA VOZES/Petrópolis-Brasil EX LIBRIS AND SYNOPSIS/Rijeka-Croacia

© INTERNATIONAL ASSOCIATION OF CONCILIAR THEOLOGY Y EDITORIAL VERBO DIVINO, 2008

ISBN (DE ESTE ARTÍCULO DIGITAL): 978-84-9073-038-6

Reservados todos los derechos. Nada de lo contenido en la presente publicación podrá ser difundido, reproducido y/o publicado mediante impresión, copia fotográfica o digital, microfilme, o en cualquier otra forma, sin el previo consentimiento por escrito de la International Association of Conciliar Theology, Madras (India) y de Editorial Verbo Divino.

ÍNDICE

Créditos

Carlos Mendoza-Álvarez: Escatología y Apocalipsis en tiempos posmodernos. Una mirada desde las víctimas y los justos de la historia

Anexos

Contenido de Concilium 356

Hille Haker, Andrés Torres Queiruga y Marie-Theres Wacker: Editorial

Foro teológico

Lucia Scherzberg y August H. Leugers-Scherzberg: El comienzo de la I Guerra Mundial y la teología católica en Alemania

John Pollard: «Masacre inútil». El papa Benedicto XV y la I Guerra Mundial

Ivo Banac: Reflexiones sobre las iglesias de los Balcanes y la Gran Guerra

Suscripción

Carlos Mendoza-Álvarez *

ESCATOLOGÍA Y APOCALIPSIS EN TIEMPOS POSMODERNOS

Una mirada desde las víctimas y los justos de la historia

Este artículo propone los elementos constitutivos de una hermenéutica de la idea de escatología y apocalipsis en contexto posmoderno, explorando hoy nuevas claves de interpretación del fin de los tiempos. El análisis se articula en tres momentos: (i) el concepto de violencia sistémica propuesto por el pensamiento anti-sistémico surgido en América Latina y otras regiones del Sur en las últimas décadas; (ii) la inteligencia de la fe teologal que procede de la vulnerabilidad asumida; y (iii) la teología del tiempo mesiánico interpretada en clave de cambio de temporalidad en la lógica de la donación.

Desde esta perspectiva se trata de recuperar la historia «desde abajo y desde el reverso», a partir de la vida teologal que anima a los justos de la historia así como a las víctimas perdonadoras que rompen el círculo vicioso de la rivalidad. Una experiencia posible solamente desde la fe teologal que confiesa la presencia del Dios compasivo en el corazón de la historia, gracias al testimonio de quienes, siguiendo a Jesús de Nazaret, han entregado su vida por los demás, a pesar de ser expuestos a la aniquilación.

Umbral

El fin de los tiempos es ahora. No solamente por el colapso del gran relato de la modernidad producida por la razón instrumental, con sus secuelas de crisis de devastación ecológica, mediocracia globalizada, neoliberalismo financiero campante y religión sacrificial. Sino que el fin de los tiempos acontece en el tiempo presente porque de manera inédita somos conscientes en la aldea planetaria de la implosión de la historia contada por los vencedores y del surgimiento de un orden nuevo de existencia gracias a los justos de la humanidad.

Los movimientos de indignados y de víctimas que levantan su voz en todas las latitudes del planeta son quizás la página más reciente de esa otra cara de la historia que comenzó a escribirse «desde abajo y desde el reverso»1 de los sistemas de totalidad que producen víctimas sistémicas. Una contrahistoria que existe ya desde antiguo, a partir de Abel el justo según la narrativa hebrea de los orígenes de la humanidad: «se oye la sangre de tu hermano clamar a mí desde el suelo» (Gn 4,10).

El pensamiento occidental, desde hace ya más de un siglo, venía vislumbrando este colapso a través de diversos acercamientos teóricos. La filosofía de la temporalidad, marcada por la conciencia del devenir incierto y conflictivo de la historia (M. Heidegger, M. De Certeau y E. Dussel), fue ampliada con las reflexiones de la fenomenología del deseo (E. Levinas y P. Ricoeur) y de la antropología de la violencia (R. Girard), hasta llegar a la inevitable deconstrucción de los sistemas de representación totalitaria (W. Benjamin, H. Arendt, M. Foucault, J. Derrida y J.-L. Nancy).

Así, desde «el reverso de la historia» ha surgido el pensamiento post-colonial y post-hegemónico, y más recientemente aún el anti-sistémico, sobre todo en sociedades del Sur con sus excluidos y migrantes que transitan imparables cruzando las fronteras en todo el orbe. En América Latina y el Caribe se gestan debates enraizados en proyectos históricos de una nueva generación2, posterior al mesianismo político de la segunda mitad del siglo XX. Se trata, por ejemplo, de la palabra y del rostro de los pueblos originarios que edifican autonomías geográficas y culturales, religiosas y estéticas, económicas y políticas, desde las cuales anhelan recuperar el «cambio de mundo» como una nueva expresión del fin de la historia de la dominación, pero vista desde las víctimas que dan un vuelco radical a la lógica de la rivalidad.

En estas páginas deseamos exponer los elementos constitutivos de una hermenéutica de la idea de escatología y apocalipsis3, desde sus raíces hebreas y cristianas, en particular protopaulinas, para dar cuenta de cómo la teología posmoderna habla de escatología y apocalipsis, explorando hoy nuevas claves de interpretación del fin de los tiempos.

Nuestro análisis se articula en tres momentos: el concepto de violencia sistémica propuesto por el pensamiento anti-sistémico; la inteligencia de la fe teologal que procede de la vulnerabilidad asumida; y la teología del tiempo mesiánico interpretada en clave posmoderna como cambio de temporalidad en la lógica de la donación.

La violencia sistémica

Retomando la intuición original de la teología de la liberación y de otros pensadores como Iván Illich, el pensamiento anti-sistémico4 (J. Robert, R. Rahmena, J. Sicilia y R. Sánchez entre otros en debate con J.-P. Dupuy) propone la idea de «víctimas sistémicas» para dar cuenta de los procesos de exclusión cultural, social, económica, política, religiosa, sexual y otras, que generan invisibilización de personas y comunidades en las sociedades democráticas liberales de la modernidad tardía.

Tales víctimas sistémicas son, por ejemplo, aquellas personas que no cuentan como protagonistas de la economía sustentable sino como dígitos de conteos del estado de la pobreza en el mundo; quienes son estadística de los feminicidios y de los crímenes de odio, más que actoras de reconstitución del tejido social; los sobrevivientes de las catástrofes nucleares de Chernóbil y Fukushima, o de los ataques químicos en Irak y Siria que pasaron ya al olvido en la frenética carrera de la información mediática globalizada. Son también los pueblos originarios que fueron expulsados de sus territorios por la implantación de mineras, hidroeléctricas y complejos petroquímicos e industriales en aras de la modernización económica de la aldea global. Son los transmigrantes que padecen el tráfico de personas bajo el control de las mafias, coludidas con gobiernos y militares, en todas las latitudes del planeta. Son, al fin y al cabo, todas las minorías excluidas por los sistemas de totalidad con sus mafias económicas, políticas, sociales, sexuales, étnicas y religiosas. Ellas y ellos son los invisibilizados por los sistemas de dominación.

Pero tienen rostro y corazón, voz y palabra. Viven indignación y organización. Crean símbolos y fiesta. Son protagonistas de un cambio de mundo que es como un murmullo que recorre el planeta como un clamor creciente. No para tranquilizarnos como droga enervante, sino para acicatear la imaginación escatológica que vislumbra la esperanza en medio de los escombros de la modernidad.

Por otra parte, la violencia sistémica analizada desde la perspectiva filosófica posmoderna es una expresión del colapso del metarrelato de la razón instrumental que predominó en Occidente desde los inicios de la expansión colonial en el siglo XV hasta su implosión con los horrores de Auschwitz, Hiroshima, Bagdad y el 11-S. Sobre todo en los diálogos en Europa que realizaron G. Vattimo y R. Girard, o en la original obra de G. Agamben, como también en el debate de E. Dussel con K. O. Apel en el mundo latinoamericano, la cuestión crucial que surge es la de la viabilidad de la construcción teórica y práctica de una política desde las víctimas5 que restaure el deshilachado tejido social que caracteriza a las sociedades democráticas liberales modernas.

La teología desde los escombros de la modernidad

En el seno de estos debates políticos y teóricos seculares, la teología ha recuperado un lugar social y epistémico propio para dar razón de la esperanza (1 Pe 3,15) que anima a la humanidad a la luz de la experiencia de la vida teologal que procede de las víctimas y los sobrevivientes6, de manera principal y eminente en la entrega de Jesús en la cruz y a la luz de su pascua. Un «cambio de temporalidad»7 surge gracias a la pascua de Cristo y al testimonio sobre el Crucificado-que-vive del que da cuenta la Iglesia naciente. Gracias a esta inteligencia del proceso victimario y de su posible superación por el cambio de lógica de la rivalidad a la donación, podemos decir a posteriori que los justos de la historia anticipan el fin de los tiempos corruptos e inician así el «tiempo» de Dios. Pero dicho final o acabamiento acontece siempre de manera fugaz y paradójica en el seno de la historia violenta.

Al respecto, el análisis sobre la teología de la acción comunicativa que propuso hace unas décadas H. Peukert en debate con J. Habermas representó, en su momento, la exploración significativa de una racionalidad teológica que anhelaba construirse desde el reverso de la historia para quienes no podían intervenir en la construcción del espacio público de las democracias modernas. La aporía de la acción comunicativa quedó manifiesta en las grandes dificultades de las sociedades moderno-tardías para lograr superar la exclusión de las minorías que genera precisamente su sistema de vida.