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¿Qué ocurre cuando un escritor se enfrenta a la temida página en blanco? ¿Y si ese escritor es un psicoanalista? ¿Cómo narrar lo innombrable de su práctica sin caer en la mera crónica o en la escritura burocrática? ¿Cómo transformar la vivencia en un “testimonio experiencial comunicable”? Para responder a estas preguntas, Daniel Waisbrot lanza al aire dos aforismos, aparentemente contradictorios, que recorrerán el libro: “toda escritura es ficcional” y “toda escritura es autobiográfica”.
Escribir el psicoanálisis abre una ventana a los procesos íntimos de la narración clínica y a los desafíos que esta presenta: las primeras líneas, las citas, el plagio, la diferencia entre verdad y verosimilitud, el recurso de la ficción. Indaga en los modos en que los grandes autores del psicoanálisis —Freud, Lacan, Klein, Winnicott y Aulagnier— se enfrentaron a estos dilemas en sus propios relatos. En ese sentido, Waisbrot los examina más como escritores que como psicoanalistas.
Este libro es una herramienta que puede acompañar a psicoanalistas, profesionales de la salud mental y a toda persona involucrada de una u otra manera en el acto de escribir. Es una mirada novedosa que reivindica el valor de la palabra escrita en el psicoanálisis y nos recuerda que, en el fondo, escribir implica siempre una transformación: de lo vivido a lo elaborado, de lo privado a lo comunicable, de lo individual a lo colectivo.
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Veröffentlichungsjahr: 2024
ESCRIBIR EL PSICOANÁLISIS
Vivencia, narración, experiencia
Daniel Waisbrot
Waisbrot, Daniel
Escribir el psicoanálisis : vivencia, narración, experiencia / Daniel Waisbrot. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Ediciones Conjunto, 2024.
(Otras herramientas / 1)
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-631-90847-0-2
1. Psicoanálisis. 2. Escritura. 3. Teorías Psicoanalíticas. I. Título.
CDD 150.195092
© Daniel Waisbrot, 2024
© Ediciones Conjunto, 2024
COLECCIÓN OTRAS•HERRAMIENTAS
© 2024 Ediciones Conjunto
Ediciones Conjunto, Buenos Aires, Argentina
www.edicionesconjunto.com.ar
ISBN 978-631-90847-0-2
Edición en formato digital: diciembre de 2024
Edición: Matías Duarte
Corrección: Alejandro Dawid
Diseño de cubierta: Clarisa Chervin
Conversión a formato digital: Numerikes
Todos los derechos reservados.
Cubierta
Portada
Créditos
Dedicatoria
Agradecimientos
Introducción. Vivencia narración experiencia
Condenado a escribir
I
II
III
Sobre la escritura del psicoanalista. Un testimonio experiencial comunicable
I
II
III
IV
V
Sobre el escritor
¿Para qué se escribe?
Freud, entre verdad y ficción
Leonardo y Moisés, o la ficción de la ficción
Los obstáculos a la hora de escribir
Melanie Klein
Donald Winnicott
Piera Aulagnier
¿Y Lacan?
Sobre el escrito
Algunos problemas a la hora de contar. El límite de lo traumático
Vivencia, narración, experiencia La novela familiar
La página en blanco
Algunos comienzos
Faltar a la cita
El pacto ficcional
Analistas escribenciando
Tabla de contenidos
Portada
A mi nieto Ottito.
A la vida que despierta cada vez
que me mira y se sonríe.
Este libro comenzó a escribirse sin que me diera cuenta. Siete años atrás, me hice cargo de la cátedra de Escritura del Instituto de Psicoanálisis de las Configuraciones Vinculares (IPCV) de la Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo (AAPPG), institución a la que pertenezco hace más de treinta años. Medio a las apuradas, armamos un programa y delineamos un dispositivo de inicio. Leeríamos algunos textos pero también, y fundamentalmente, escribiríamos otros tantos. De a poco se fue transformando en un taller de escritura para psicoanalistas. Valga, entonces, mi primer agradecimiento para el IPCV y para la Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo por invitarme a trabajar en ese espacio. Casi inmediatamente incorporé a mis mejores cursantes a que me acompañaran en el equipo docente. Desde ese entonces, con Liliana Levy, Milagro Ortiz Mayor y Ángeles Medrano conformamos un cuerpo docente que hizo crecer el espacio. Para ellas mi enorme agradecimiento por el compromiso y el amor a la tarea. Así, actualizamos el programa, renovamos la bibliografía, intervenimos en los escritos de los cursantes, complejizamos el dispositivo de escritura. Los y las cursantes reciben una consigna por clase y tienen que escribir a partir de ella. Siempre ligado a la escritura psicoanalítica. Escribí en no más de quinientas palabras una situación clínica que te haya impactado. Tratá de describir qué te pasó. Luego, intervenimos en esos escritos. Marcamos los hallazgos y los problemas. Rescatamos la palabra “corregir” no en términos de que algo está bien o algo está mal, sino de registrar la fluidez o trabazón del texto. “Corregir no es otra cosa que ir encontrando a Moisés dentro del bloque de mármol”,1 solía decir Liliana Heker, y ese es nuestro espíritu. Sugerimos algunos nuevos posibles para ese texto. Invitamos a volver a pensarlos.
El taller se fue convirtiendo en una experiencia emocional envolvente que me permitió dar a luz algunos escritos que son el sentido de este libro. Pasaron en estos años más de cien cursantes. Todos ellos escribiendo, a veces con más resistencias y ambigüedades, otras, con verdaderas ganas y placer. A ellos también mi enorme agradecimiento, porque el trabajo de corrección e intervención me obligó muchas veces a dudar y replantearme cuestiones. A sacudir mis propios obstáculos y encontrarme con mis limitaciones. Poder dar cuenta de de qué se trata, al menos para mí, la escritura de un psicoanalista, el despliegue de potencias guardadas, a veces dormidas, a veces eludidas porque escriben solo los que saben escribir. Intentamos todo el tiempo romper esas idealizaciones y dar lugar a la singularización de la pluma, a poder contar, relatar, narrar las experiencias de la clínica y los ensayos sobre las teorías. Buscar nuestro Moisés, sacudirnos el mármol sobrante.
Un agradecimiento más, que, en este caso, no podrá ser escuchado. A Tamara Kamenszain. Estudié y me formé con ella en este asunto de la escritura. Durante cinco años fui a verla a su estudio, por épocas una vez a la semana, por épocas cada quince días. Era como un análisis aunque sin interpretación. Muchas veces salía de esos encuentros conmovido por haberme encontrado con una marcación de Tamara que iba mucho más allá de ese texto. Con ella aprendí a escribir. Con ella corregí y trabajé mis últimos dos libros. Ahora, publicando este, se me hizo fuerte su ausencia.
1 Heker, L. (2019), La trastienda de la escritura, Buenos Aires, Alfaguara, 2019.
Siempre me llamó lo poético. La fuerza que emanaba de ciertas frases que quedaban fijadas en mí como indelebles, impermeables tanto al paso del tiempo como a cualquier forma del olvido.
El amor entre Horacio Oliveira y la Maga me acercó a Cortázar en mi adolescencia temprana. Yo quería eso, quería ese amor del que él hablaba. “Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano […] y que por un azar que no logro comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja”. El amor romántico a veces le ganaba al esperma urgente, sobre todo cuando, como decía Oliveira, “te siento temblar contra mí como una luna en el agua”.