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Aunque todas las personas tenemos la capacidad de la escucha, hemos de aprender a escuchar como un arte para la convivencia, el diálogo y el acompañamiento desde el buentrato. La reconocida psicoterapeuta Fina Sanz ahonda en la escucha en toda su amplitud: la social, la relacional y la personal. Y propone un arte de la escucha fundamentado en la empatía, el conocimiento y la apertura. Para ello resulta inestimable conocer nuestras dificultades para escuchar o, al contrario, detectar qué la favorece, ya sea en el ámbito profesional, en la comunicación con personas cercanas (familia, amistades, pareja…), en los trabajos comunitarios de ayuda a la población, lo mismo que en la escucha a personas con problemas, enfermas o incluso en proceso de morir. El texto es una mina de recursos de autoayuda para aprender a escucharnos y autocuidarnos lo mismo que para escuchar y acompañar a otras personas.
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Seitenzahl: 264
Veröffentlichungsjahr: 2024
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Fina Sanz Ramón
ESCUCHAR, ACOMPAÑAR, BIENTRATAR
Prólogo de Roxanna Pastor
Epílogo de María Huertas Zarco
© 2023 by Fina Sanz Ramón
© 2024 by Editorial Kairós, S. A.
Numancia 117-121, 08029 Barcelona, España
www.editorialkairos.com
Composición: Pablo Barrio
Diseño cubierta: Katrien van Steen
Primera edición en papel: Abril 2024
Primera edición en digital: Abril 2024
ISBN papel: 978-84-1121-245-8
ISBN epub: 978-84-1121-275-5
ISBN kindle: 978-84-1121-276-2
Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita algún fragmento de esta obra.
Dedicado a las personas que desean acompañar y acompañarse.
A mis amigas y amigos Roxanna Pastor, María Huertas, Paloma Andrés, Rosa Casado, Consue Ruiz Jarabo, Concepción Núñez, Marina Climent, Carmen Jiménez, Fina Miñana, Chis Oliveira, Javier Huerta, Alicia Martín, y para todas aquellas personas profesionales que me han acompañado en este proceso.
A Tan Nguyen, maestro y amigo, que me hizo conocer y sentirme acompañada por el gran maestro, Thich Nhath Han.
A las personas que han asistido a mis grupos, a mis consultas, porque me han dado la oportunidad de escucharlas, me han escuchado y se han escuchado.
A la vida, que me ha permitido conectar con tantas personas importantes para mí.
A mi padre, un gran escuchador, y a todas esas personas de mi familia, de mis vínculos, que supieron escucharme y me enseñaron a escuchar.
Prólogo,
de Roxanna Pastor
Introducción
PARTE I. LA ESCUCHA, EL LENGUAJE, LA COMUNICACIÓN
1. El lenguaje y la escucha en lo social, relacional y personal. El género
2. El lenguaje y la escucha. ¿Se nos enseña a escuchar?
3. ¿Cómo comunicarnos? Los diferentes tipos de lenguaje
4. La escucha en la infancia
5. La escucha en la adolescencia
6. La escucha a las personas ancianas
7. Otras personas a las que no se escucha
8. El poder del lenguaje y la escucha
9. Repercusiones del lenguaje: maltrato y buentrato
10. ¿El secreto de la felicidad?
11. La soledad y el silencio
Vivir bien la soledad. La soledad buscada
La soledad convertida en aislamiento
Saber estar en silencio
PARTE II. LA ESCUCHA TERAPÉUTICA. EL ARTE DE LA ESCUCHA
12. Cómo favorecer que la escucha sea terapéutica
13. La empatía
14. La compasión como apertura del corazón, igualdad y relación de ayuda
La escucha compasiva y de igualdad
15. Algunas de las necesidades de la persona enferma o de consultantes
16. Dificultades para escuchar
¿Hemos aprendido a escucharnos y a escuchar a la otra persona?
Relaciones profesional-consultante
No hay tiempo para la escucha
Falta de comunicación
Se escucha con lo mental y no con el corazón
No saber manejar las emociones
Cuando escuchamos más los propios pensamientos
Nuestra propia programación
Nuestra memoria del pasado
Las heridas
Las características de la persona que habla
Tener reacciones emocionales defensivas
No saber mantener la distancia terapéutica adecuada
La resonancia
La crítica
El control de la situación
17. La propia escucha
Disponibilidad para escucharse
Escuchar el lenguaje del cuerpo
Conocer los procesos humanos, conocerme
Detectar nuestras heridas
Aprender a respirar y relajarse
El reconocimiento y manejo de las emociones
18.La escucha terapéutica para cualquier persona y en especial para consultantes o enfermas
Que haya tiempo para la escucha
Facilitar la confianza y la comunicación
El lenguaje del cuerpo del/de la profesional
La escucha fundamentalmente ha de ser en silencio
Que se le hable, que se le explique
Las preguntas
Que no se tenga una actitud reactiva emocionalmente
Escuchar sin prejuicios
La doble escucha
Posponer nuestras propias necesidades
No tomarse las cosas personalmente
No hacer suposiciones
Tolerancia a la frustración
Que se le haga partícipe del tratamiento
Que se le anime para el proceso que está viviendo
La impecabilidad
Saber mantener la distancia terapéutica
Haz siempre lo máximo que puedas
PARTE III. LA ESCUCHA Y EL ACOMPAÑAMIENTO TERAPÉUTICO
19. La escucha y el acompañamiento terapéutico en la consulta
El laberinto
La vida como laberinto
Los pequeños y grandes laberintos
Los laberintos personales, relacionales y sociales
La escucha en los laberintos. La propia escucha
El duelo
PARTE IV. LA ESCUCHA Y EL ACOMPAÑAMIENTO EN EL PROCESO DE LA MUERTE
20. La escucha y el acompañamiento
21. Para acompañarse en el proceso de la muerte
Escucharnos para recapitular sobre la propia vida
Tener las cosas en orden
Soltar
Crear un clima de serenidad, paz y agradecimiento
22. Escucharse para poder acompañar a las personas queridas
Recapitulación de lo vivido
23. El acompañamiento terapéutico de la red de apoyo y personal sociosanitario
24. Después de la muerte: los rituales
El ritual como rito de paso
Rituales familiares y comunitarios, externos
Rituales personales
PARTE V. ¿CÓMO CUIDARNOS Y CUIDAR? LOS TRABAJOS COMUNITARIOS COMO PROYECTOS DE AMOR
25. Cómo cuidarnos
Ejercicios de limpieza
Para energetizarnos
26. Los trabajos comunitarios y los proyectos de amor
27. La escucha de la naturaleza
Epílogo,
de María Huertas Zarco
Notas
Bibliografía
Cubierta
Portada
Créditos
Dedicatoria
Agradecimientos
Sumario
Escuchar, acompañar, bientratar
Notas
Bibliografía
Cuando Fina, mi maestra y amiga, me ofreció hacer el prólogo de su libro sobre la escucha, inmediatamente recordé, es decir, pasé por el corazón, el primer taller que tomé con ella en 2001, en el que Fina facilitó un ambiente de escucha que me llevó a mí –que en ese entonces no tocaba y mucho menos compartía con otras/os lo personal– a escucharme, reconocer una herida de mi infancia y a querer expresarla en voz alta. Al escuchar mi necesidad, Fina me invitó a cantar en voz alta mi canción de cuna favorita: tú puedes ser quien tú quieras ser, lo que me permitió escucharme y, al mismo tiempo, compartir con las y los demás el derecho a ser quien una/o es. Salí de ese taller sintiéndome escuchada, comprendida y acogida, y dispuesta a seguir «trabajándome» para transformar las heridas y vivir de la mejor forma posible. Con este compromiso conmigo misma, continué la formación en Terapia de Reencuentro (TR) y, más de veinte años después, continúo escuchándome y facilitando la escucha de otras personas.
Comparto esta anécdota, pues este libro nos invita a escuchar, acompañar y bientratar. Desde el enfoque de la Terapia de Reencuentro, nos anima a reencontrarnos con nosotras/os mismas/os, pues en palabras de Fina «en algún momento del camino dejamos de escucharnos, perdimos nuestra voz interior y empezamos a escuchar solo la voz de lo que debíamos hacer o debíamos ser». En este libro sobre la escucha y su importancia para el bienestar, Fina nos ayuda a comprender que para escuchar a las y los demás necesitamos poder escucharnos y, para ello, nos ayuda a tomar conciencia de nuestra capacidad de escucha y nos ofrece recursos para comprender aquello que la favorece o la dificulta invitándonos a reflexionar no solo sobre el presente, sino sobre el impacto que han tenido en nuestras vidas las formas en que las personas significativas se han comunicado con nosotras/os en las diferentes etapas de nuestro recorrido vital.
Fina nos explica que necesitamos tomar conciencia de cómo el lenguaje y nuestra capacidad o no de escucharnos a nosotras/os mismas/os y al otro/a son producto de la sociedad patriarcal en la que hemos crecido y en la que se propician las relaciones de poder (dominio-sumisión). Lo contrario de lo que requerimos para poder escucharnos, acompañarnos y bientratarnos: el autoconocimiento, las relaciones horizontales y el respeto a la singularidad de cada persona.
Por esto, la TR propone que, para comprender cualquier situación, problema o reto, se necesita analizarlo considerando tres espacios: el espacio social para comprender el contexto en el que sucede, el espacio relacional para comprender cómo nos relacionamos con otras/os en esta estructura patriarcal, y el espacio interior, que nos invita a mirar hacia dentro, comprender los procesos psíquicos y profundizar en el autoconocimiento. A lo largo de este libro, Fina nos explica en qué contextos se da la escucha, las actitudes y el tipo de relaciones que la facilitan o dificultan, y la importancia de la autoescucha no solo para el bien personal, sino para poder escuchar a otras/os con empatía: una actitud que requiere una mente abierta y receptiva frente a la otra persona y compasión: una apertura del corazón que nos permite sentir el dolor de la otra persona en un plano horizontal.
Mi formación en Terapia de Reencuentro no solo ha repercutido en mi bienestar personal, sino también en mi labor profesional como docente e investigadora en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México. En ese espacio universitario es donde desde 2008 establecimos un convenio de colaboración académica con la Fundación Terapia de Reencuentro. Un intercambio que solo ha sido posible a partir de la capacidad de escucha, la propia y la de otras/os, el establecimiento de relaciones desde el buentrato y el compromiso con el cambio social, que hemos adquirido o reforzado las profesoras/es y estudiantes que nos hemos formado en Terapia de Reencuentro. A lo largo de estos años hemos realizado diversas actividades académicas que han incidido en la formación del profesorado, el alumnado y el público en general, pero sobre todo me interesa compartir un proyecto de investigación y aplicación social basado en la escucha emocional: el proyecto Escucharte, cuentos de sabiduría para la transformación, la educación y el buentrato.
Este proyecto, que integra procesos educativos y terapéuticos, surgió en México en 2010, cuando Fina, después de escuchar las historias de vida de un grupo de personas, que a través de imágenes fotográficas habían podido hacer una recapitulación de sus vidas, los invitó a hacer un nuevo ejercicio de escucha y a extraer de ese proceso de autoconocimiento su principal aprendizaje. Más adelante, conformamos un equipo editorial y volvimos a leer escuchando las historias para rescatar la sabiduría de cada persona para afrontar un conflicto desde una perspectiva resiliente.
Como resultado, se editaron veintiún cuentos de sabiduría, con los que la maestra María Isabel Martínez y yo, siguiendo el modelo de la Terapia de Reencuentro, diseñamos un taller de escucha emocional en el que se propiciara el buentrato en grupos comunitarios. Durante varios años formamos tanto a estudiantes de la Facultad de Psicología como a profesionales de la salud y la educación para que primero se escucharan a sí mismos/as y luego aprendieran a aplicar los cuentos en diversos grupos, que incluyeron a niñas y niños preescolares y sus familias, adolescentes marginados o escolarizados, mujeres que han vivido violencia, mujeres indígenas, jóvenes, hombres y mujeres en procesos terapéuticos y mujeres mayores, etc. Más adelante, los talleres de formación y los talleres comunitarios también se impartieron en España y en otros países. Con este proyecto intergeneracional e intercultural hemos aprendido sobre las emociones en las diferentes etapas de la vida y sobre cómo propiciar espacios seguros y amorosos en los que las personas puedan tocar sus heridas, escuchar sus emociones y las de otras personas, y encontrar claves de sabiduría para afrontar sus conflictos de manera resiliente.
En estos tiempos de enfermedades pandémicas y de guerras, donde la salud y la vida están en riesgo, este libro me parece indispensable, pues se opone a la creencia de que todas las personas sabemos escuchar; lo cierto es que nacemos con la capacidad de oír y necesitamos aprender a escuchar. En este libro, Fina nos explica que para ello debemos tomar conciencia de nuestras capacidades, darnos el tiempo para escucharnos a nosotras/os mismas/os y a las y los demás para comprender y no para juzgar, para resolver los conflictos sin violencia y para acompañar desde el buentrato.
ROXANNA PASTOR
Profesora e investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de México
Cuando empecé a escribir este libro, mi idea era desarrollar un taller que llevo haciendo hace muchos años y que denominé: La escucha terapéutica o el desarrollo del corazón compasivo. ¿Por qué empecé a hacer esos talleres a partir del año 2000? Varios motivos me llevaron a ello:
1. Como profesional de la salud
Como psicoterapeuta, desde los años setenta, una de mis actividades es la escucha del dolor de las personas, de su confusión, de sus momentos conflictivos, en las consultas individuales y en los grupos. Escuchar para ayudarlos a que se escuchen, se conozcan y se transformen.
Mi trabajo me hacía pensar en la necesidad de reflexionar sobre la escucha, pero no cualquier escucha, sino aquella que es un instrumento curativo, aquella que acoge, que ayuda, porque acompaña en el proceso de reconocerse, de ordenar las ideas, las emociones, los sentimientos...
La escucha terapéutica no es una tarea fácil ni rutinaria porque, aunque amemos profundamente nuestra profesión, escuchar con apertura de corazón y con empatía genera también repercusiones en quien escucha, le afecta personalmente. ¿Qué nos toca, qué nos remueve personalmente de las/os pacientes que vienen a la consulta o a los grupos cuando los escuchamos? Evidentemente, unas personas nos afectan más que otras, unos problemas más que otros, aunque también depende de nuestro momento y circunstancias vitales. ¿Cómo transformar aquello que nos afecta, si no sabemos cómo manejarlo? ¿Cómo hacer? ¿Qué sugerir a otras/os profesionales que trabajan en la escucha y el acompañamiento? ¿Cómo colocarse en la escucha?
2. La enfermedad
Fundamentalmente, empecé a diseñar este taller a raíz de ponerme enferma en el año 1999, pues fui diagnosticada de una leucemia mieloide crónica, un cáncer. Cuando me enfermé, con una enfermedad grave, me di cuenta claramente de las necesidades de la persona enferma. Como persona enferma pude vivir la experiencia de estar atendida por diferentes profesionales de la medicina y la relación con el personal sanitario (medicina, enfermería, paciente). Así como el funcionamiento de la estructura sanitaria.
Me preguntaba: ¿qué sienten las personas enfermas? ¿Qué piensan? ¿Alguien las escucha? Y cuando no se las escucha, ¿por qué no se las escucha? Y si se las escucha, en un trabajo donde cotidianamente se está en procesos dolorosos de enfermedad o incluso de posibilidad de muerte, ¿qué hacer con todas esas emociones y ese dolor que vemos y escuchamos como profesionales?
Cuando me puse enferma de una enfermedad grave, la situación era inimaginable para mí. No sabía qué hacer, cómo hacer y en ese proceso me encontré con personal sanitario que sabía escuchar, a quienes les podías expresar tus emociones, tus miedos, tus deseos, y con quien podías negociar un tratamiento. También había profesionales que no podían escuchar o no lo sabían hacer.
En ese proceso, yo me escuchaba y veía lo que ocurría a mi alrededor –personal sanitario, familiares y amistades–, cómo les movía todo esto, qué hacían frente a una persona que tiene una enfermedad grave. Fui viendo el tipo de escucha que tenían o no tenían. La escucha que yo tenía, lo que me ocurría, y sobre esa base decidí que una manera de ayudarme era escribir un libro: Los laberintos de la vida cotidiana,1 acerca de lo que me estaba ocurriendo y para que sugiriese especialmente al personal sanitario y a familiares, amigos, etc., qué hacer en estos casos o cómo acompañar a una persona enferma.
Tiempo después fui incluida en el ensayo clínico de un nuevo fármaco que se investigaba en España, en concreto en el hospital de mi ciudad, en Valencia; tomé esa medicación, durante unos veinte años, con resultado positivo. Pero me daba cuenta de que, cuando una persona está enferma, hay quienes pueden escuchar y quiénes no. ¿Por qué no se puede escuchar a la persona enferma? ¿Por qué se escucha o por qué no se escucha? Y ¿qué efectos tiene para la persona enferma cuando es escuchada o no? ¿Por qué no se tiene en cuenta lo que piensa y lo que siente? ¿El dolor, la posibilidad de muerte conecta con nuestros propios recuerdos, miedos, heridas...?
Sea por lo que sea, empecé a interesarme por la importancia de la escucha, la importancia que tiene para las personas enfermas y por qué algunas/os médicas/os no podían hacerlo, no podían negociar, debatir. Ese fue mi primer interés: investigar por qué no se podía escuchar a personas enfermas o con problemas.
Cuando te pones enferma, necesitas poner en orden tus ideas, que te escuchen, que te hablen. Y me encontré frente a frente con todo un escenario externo y cierta confusión interna. Pensé que podría ser muy útil también para los profesionales, teniendo en cuenta que yo vivía, en esos momentos, los dos roles: psicoterapeuta (escuchar, porque nunca dejé de trabajar) y enferma (querer ser escuchada), tratando de entender las dos necesidades.
3. La Fundación Terapia de Reencuentro
Por otra parte, en el año 2000 creé una fundación, una entidad sin ánimo de lucro, para el desarrollo humano, para hacer pequeños talleres, para personas que no tienen recursos económicos o no quieren hacer un proceso terapéutico que puede ser largo, pero sí están disponibles para algo más corto. También para personas refugiadas, migrantes, personas cuyo problema necesita un pequeño acompañamiento individual o grupal, talleres donde se trabaja para la igualdad de mujeres y hombres, el respeto, la escucha y el buentrato, talleres comunitarios para población de base, de meditación, de acompañamiento a personas mayores, colaboración con entidades, etc.
En el año 2004, ocurrió el atentado del 11-M en Madrid. Con muertos, muchas personas heridas y fuertemente traumatizadas, con mucho personal que acudió, personal sanitario, de psicología..., para ayudar a las personas que habían sufrido el atentado. Me preguntaba cómo podrían escucharlos y cómo eso les afectaría también personalmente. Sentí que las personas que habían vivido ese atentado necesitaban apoyo. También observé algunas de las reacciones de la gente que, no siendo víctimas directas, habían vivido muertes en el atentado y cuál era su actuación en función de eso, si querían terapia o no, etc. Todo esto lo volví a ver cuando di una conferencia en México a partir del laberinto del sismo que ocurrió en 2017 y sobre cómo mucha gente a la que acompañaba no entendía algunas de las reacciones de las personas que habían vivido el sismo, sobre todo las muertes de seres queridos.
¿Cómo poder acompañar? ¿Y en una situación que requiera mucha escucha, mucho acompañamiento como un atentado como el 11M o una catástrofe como las consecuencias de algún terremoto a las personas que lo necesitan? Pero no solo se requiere aprender a hacer una escucha terapéutica si somos profesionales, pues prácticamente todas las personas, en un momento u otro de nuestra vida, nos veremos en la necesidad de acompañar a algún ser querido en un proceso de enfermedad y muerte, en un proceso de duelo o sencillamente en una situación difícil que necesita que se le escuche: nuestra madre o padre, una amiga, nuestro hijo... ¿Podremos hacerlo o no podremos, porque no entendemos el proceso por el que pasa nuestra persona querida, no sabemos cómo ayudarla o no sabemos cómo gestionar el dolor que nos produce el estar a su lado, el acompañarla?
Muchas veces, ante el desconocimiento de los procesos que vive la persona, y también sobre los nuestros, como un mecanismo de defensa inconsciente, huimos, no podemos escuchar... Por todo esto es por lo que decidí estructurar un taller que facilitara entender esos procesos para el acompañamiento de la persona que lo necesita, pero también una escucha propia, para identificar lo que se nos mueve en el proceso. El taller, como todos los que hago, es con una metodología práctica-teórica o teórico-práctica y vivencial, de modo que se pueda entender a partir de algunos sencillos ejercicios, que sinteticen y hagan comprensibles los conceptos y procesos.
Entonces empecé a hacer talleres sobre La escucha terapéutica o el desarrollo del corazón compasivo, para que ayudara tanto a quien se acompaña como a quien escucha, y fui buscando y leyendo libros sobre la escucha, sobre todo en otras tradiciones...
4. Otro acontecimiento muy importante: la muerte de mi hijo.
Cuando murió mi hijo, traté de buscar ayuda, acompañamiento, también en otras culturas, en otras tradiciones ¿Qué ocurre en otras culturas?, ¿cómo lo viven? Traté de ayudarme, escuchando otras palabras que me hablaran al corazón. Como ya conocía algunas tradiciones de México, viajé a la India. Estuve en algunos asrhrams y conocí el de Sai Baba, Ramana Maharsi e incluso también estuve en el Centro de Vicente Ferrer... Muchos lugares pero, cuando volví a España, me interesé especialmente por un maestro vietnamita al que había leído, pero que no conocía personalmente: Thich Nath Hanh, que me recomendó un terapeuta, maestro y amigo, también vietnamita, Tan Nguyen.
Me fui a Francia, al Centro de Plum Village, para ver si podía hablar con él y me sugería algo que me ayudase, pues quería escucharlo. Aunque ya era muy mayor y ya no daba entrevistas personales, en el Centro Plum Village me dijeron que escribiera una carta explicándole lo que me había pasado, pidiéndole consejo para escuchar sus palabras, ya que él, tras la meditación que hacíamos por la mañana, leería la carta que le escribiese y la contestaría, en público, como una charla que haría después de la meditación.
Así lo hice. La leyó y contestó. Cómo ayudar o qué podía hacer una persona que había perdido a su hijo. La escucha de sus palabras, que podían ser útiles para cualquier persona aunque no estuviera en las mismas circunstancias, fue muy importante para mí. Me había escuchado, me hablaba y yo le escuchaba. Y ahí aprendí mucho más del tema de la escucha. Aunque no me tuviera delante, aunque él no sabía quién le escribía, sus palabras fueron absolutamente reconfortantes, tras escucharme a través de una carta. Amplié también mucho la escucha con todas las prácticas diarias personales que hacíamos en Plum Village sobre la escucha, paseando por la naturaleza, haciendo actividades caseras, en los jardines, etc.
Eso fue hace muchos años, pues mi hijo murió en 2004. Yo he continuado haciendo esos talleres de escucha, tanto en los másteres donde enseño a profesionales a llevar grupos comunitarios y a escuchar a las personas que conforman el grupo, como en talleres de formación para el personal sanitario y otros profesionales que atienden a la población, en educación, salud mental, trabajo social, etc., para que puedan escuchar a la población enferma, algunas cercanas a la muerte, y en general a personas que necesitan ser escuchadas para comentar algún problema. A veces es muy duro, muy denso. ¿Cómo escuchar a los pacientes, pero que no te dañe el malestar? Y ¿cómo hacer para no llevártelo a casa, o cómo reciclarlo? Porque, como terapeuta, sé que escuchar a personas que vienen con problemas a veces no es fácil para los y las profesionales, si no saben manejarse con aquello que van escuchando.
He estado haciendo talleres de La escucha terapéutica o el desarrollo del corazón compasivo para profesionales, al menos una o dos veces al año. El último que hice, casualmente, fue quince días antes de que se declarara la pandemia del coronavirus. Lo fui viviendo directamente en España, desde el punto 0, hasta cómo iba subiendo la curva, cuando la población sanitaria estaba en primera línea, trabajando con todas las personas enfermas, incluso enfermándose, contagiándose. También, cómo la gente al principio les agradecía el cuidado, aplaudiendo todas las noches en las ventanas, en los balcones, tras el estado de confinamiento en las casas de la población.
Eso me hizo pensar que, estando recluida en casa, podría iniciar el libro que quería escribir para hablar de los conceptos que explico en ese taller, como una manera de llegar a más población y que reflexionáramos sobre la importancia de la escucha y la comunicación. Como estábamos en plena pandemia, decidí, en primer lugar, escribir dos artículos para la web de la editorial Kairós, para que pudieran ser leídos por la población, como un trabajo comunitario, explicando qué era un laberinto y la pandemia como laberinto, que tendríamos que atravesar –¿cómo?– y salir. Y otro sobre la muerte, dado que en ese periodo íbamos a vivir muchos procesos de muerte de seres queridos; yo viví la muerte de un amigo a las pocas semanas del confinamiento.
Desde que empezó la pandemia, en 2020, se han ido sumando otros laberintos: el volcán de la isla de la Palma en Canarias, que dejó sin casa, animales ni agricultura a parte de la población; la guerra de Ucrania, con muerte, desolación y exilio; los incendios en diversos países por el cambio climático... Todas situaciones difíciles que han incrementado el miedo, el aislamiento, las depresiones, los conflictos personales, en las relaciones y en lo social, aumentando el nivel de muertes, así como estamos viendo en estos momentos un incremento de autolesiones, suicidios y violencia de género, etc. Esto indica que hay momentos en la vida en que se requiere un mayor acompañamiento de personas que nos escuchen, que nos acompañen en esos procesos dolorosos, para poder atravesar esas situaciones que se viven de la mejor manera posible, sintiendo que alguien puede escuchar nuestro dolor para ayudarnos a resolver los problemas.
Aunque, en un principio, este libro estaba dedicado especialmente a profesionales de amplio espectro, que trabajan la escucha, en realidad se dirige también a la población en general, para que sirva como trabajo comunitario, didáctico. Pues para vivir y para comunicarnos, necesitamos todas y todos, escuchar y escucharnos de la mejor manera posible, conociendo herramientas para la escucha interna y el diálogo, que nos ayuden y favorezcan el buentrato personal y la convivencia.
En este nuevo libro, Escuchar, acompañar, bientratar, me doy cuenta de que están presentes todos los anteriores, tal como me ocurrió cuando escribí El buentrato, porque siempre trabajo para la escucha, el lenguaje y la comunicación en lo personal, en lo relacional y social. Para el autoconocimiento, el cambio y el buentrato. ¿Cómo conocernos si no sabemos escucharnos? ¿Cómo cambiar lo que no me va bien, si no soy consciente, no escucho los cambios que quiero hacer, y cómo hacer para sentirme mejor y bientratarme?
Así, en el libro de Psicoerotismo femenino y masculino, enseño a escuchar el propio cuerpo, que es multidimensional, a través de la Autosensibilización y la Sensibilización Corporal, la respiración, la relajación...
En Los vínculos amorosos, aprendemos a escuchar qué nos ocurre en las relaciones, cómo se plasman los procesos internos y relacionales: nuestro Espacio Personal y cómo nos vinculamos, cuál es nuestro guion de vida y qué tiene que ver eso con lo social.
En Los laberintos de la vida cotidiana vemos cómo escucharnos internamente en el proceso laberíntico por el que en ocasiones tenemos que atravesar y qué sensaciones, emociones, pensamientos nos genera esa situación y, en concreto, cómo atravesar una enfermedad o cualquier tipo de situación problemática que no entendemos, con vivencias de miedo, de inseguridad y también de esperanza.
En La Fotobiografía, hago hincapié en el lenguaje del cuerpo y de las emociones, que han quedado plasmadas en las fotos. ¿Qué se puede escuchar a través de las fotos? A través de ellas, vemos qué podemos escuchar de nuestra historia, de nuestras emociones, de los momentos felices y dolorosos, porque las fotos guardan también, al igual que el cuerpo, la memoria de lo vivido: creencias, valores sociales, relacionales y personales. ¿Por qué aparezco frecuentemente marginado/a del grupo familiar en las fotos?, ¿por qué no sonrío?, ¿por qué tiendo a aparecer junto a mi padre y sonriendo? A partir de las fotos podemos escuchar, se recuerdan las vivencias, las emociones, los pensamientos... De alguna manera, las fotos nos hablan y podemos escuchar ese lenguaje del cuerpo, recordar lo vivido y reorganizar nuestra historia personal.
El libro de Diálogos de mujeres sabias surgió a partir de un taller que quise hacer con mujeres en la segunda mitad de la vida, en la Fundación Terapia de Reencuentro, porque sentía que, en general, a las mujeres en la segunda mitad de la vida no se las escucha, no se sabe lo que sienten, lo que piensan. Desde siempre, a la mujer se le ha dado valor en relación con la edad reproductiva, y al llegar a la menopausia y años posteriores en buena parte se la invisibiliza. Muchas mujeres en ese periodo se deprimen, porque se sienten desvalorizadas y se autodesvalorizan, perdiendo su autoestima. Por eso quise hacer un taller para escuchar la voz de esas mujeres y que ellas se escucharan y escucharan a las demás, viendo similitudes y diferencias, con respeto. Posteriormente, les propuse que esas voces, esas palabras, esos sentimientos, esos proyectos de vida y sabiduría de lo vivido tenían que ser escuchados socialmente, a través de un libro, para que sus voces pudieran difundirse. Esa escucha ha mantenido los vínculos, ya que llevamos más de doce años juntas reuniéndonos desde entonces, charlando, creando amistad.
También pensé que había que hacer lo mismo con los hombres de la segunda mitad de la vida. Organicé un grupo de hombres de esas edades y consideré que era importante escucharlos: sus palabras, cierta recapitulación de su historia de vida, dónde estaban en estos momentos, qué sentían, cómo se vivenciaban. Al igual que con el anterior grupo de mujeres, los hombres se escucharon a sí mismos, hablaron y escucharon las palabras de los otros. Todo esto se plasmó en el libro: Hombres con corazón.
Luego surgió otro libro, El buentrato como proyecto de vida, cuando a través de varias conferencias sobre el tema me di cuenta de que no se sabía lo que era el buentrato, y, de hecho, continúan pidiéndome conferencias para que lo explique. En el libro hablo de dos conceptos que forman parte de nuestra vida: el maltrato y el buentrato, y que subyacen en todos mis libros. Todas y todos hemos vivido palabras, acciones, gestos, comportamientos que nos han generado daño, maltrato, así como otros que nos han generado bienestar, alegría, buentrato. El trabajo que realizo siempre y que propongo es para el buentrato, para sentirnos bien en nuestra propia vida y en nuestras relaciones. Pero para ello tenemos que escucharnos, para reconocer qué nos va bien y qué no, y por qué muchas veces, sin darnos cuenta, lo que no nos va bien lo reproducimos, nos dañamos o permitimos que nos dañen: «Eres tonta», «Soy un inútil». Solo escuchándonos y sintiendo el malestar, dándonos cuenta de qué tiene que ver con nuestra historia: qué hemos aprendido, qué creencias o valores, cómo construimos nuestra identidad, nuestro guion de vida, cómo fantaseamos con que seremos más valorados/as, etc., podemos cambiarlo, hablarnos de un modo distinto, no tomarnos personalmente las creencias de los demás y aprender a bientratarnos.
Finalmente, en el libro La pareja: un proyecto de amor, aplicado a la relación de pareja, planteo que, cuando surjan conflictos, cada uno tiene que escucharse personalmente para sentirse en paz consigo mismo/a, tomar conciencia de la vida que se desea tener y trabajar los conflictos que pueden aparecer en una relación de pareja. Además, esto también es aplicable a otros conflictos duales, no solo de pareja, para poder escucharnos y dialogar para resolver los conflictos sin violencia, desde el amor, el buentrato y con un corazón abierto a la comunicación y la convivencia creativa, armoniosa y en paz.
En este nuevo libro, Escuchar, acompañar, bientratar, quiero plantear la importancia de la escucha para la convivencia, para el diálogo y en especial para esa escucha y acompañamiento desde el buentrato, que ayude a una persona enferma o a alguien que necesita hablarnos, porque no entiende lo que le pasa o desea compartir su experiencia, lo que siente y desea sentirse escuchada/o. Cuando inicié este taller me quise centrar, especialmente, en la relación de ayuda en las consultas; cómo nos repercute la escucha de las personas a las que atendemos y cómo cuidarnos. En este libro he querido ampliar la escucha no solo al ámbito profesional, que considero muy importante, sino también personalmente y a la comunicación humana, y especialmente a la comunicación con las personas con las que deseamos dialogar, a quienes amamos, familia, amistades..., para que cualquier persona pueda establecer la escucha mutua y favorecer relaciones de paz, tratando de entender mejor a la persona que se comunica, sabiendo conocer también el lenguaje emocional y cómo se plasma en el cuerpo, y entendiendo por qué a veces no podemos escuchar y qué hacer en esos casos.
Sin embargo, ¿cómo escucharemos y acompañaremos si no sabemos qué dificultades tenemos en la escucha y qué repercusiones se pueden generar, si no conocemos recursos de autoayuda para poder autocuidarnos posteriormente? ¿Y cómo escuchar también en la vida cotidiana a las personas que queremos