La pareja, un proyecto de amor - Fina Sanz - E-Book

La pareja, un proyecto de amor E-Book

Fina Sanz

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Beschreibung

Este libro culmina la amplísima carrera de práctica clínica, formaciones de profesionales y másteres impartidos por Fina Sanz, creadora de la Terapia de Reencuentro. La pareja está concebido tanto para los profesionales que trabajan en el ámbito de la salud, la educación o el trabajo social, como para cualquier persona –en pareja o no– que desee conocer los conflictos o las vivencias positivas que pueden aparecer en la interacción de pareja y cómo abordarlos desde el autoconocimiento y el desarrollo mutuo. Por ello el libro contiene ejercicios prácticos para que pongamos nombre a nuestras fortalezas y conflictos y utilicemos las herramientas adecuadas para resolverlos. La autora hace especial hincapié en que la relación de pareja se constituya como un proyecto de amor, donde podamos crecer y desarrollarnos a nivel personal y relacional.

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Fina Sanz Ramón

LA PAREJA, un proyecto de amor

Conflictos, Educación para la Salud y Terapia

Prólogo de Paloma Andrés Domingo

Prefacio de Selma González Serratos

© 2020 by Fina Sanz Ramón

© 2020 by Editorial Kairós, S.A.

Numancia 117-121, 08029 Barcelona, España

www.editorialkairos.com

Composición: Pablo Barrio

Ilustraciones interiores: Joan Pejoan

Diseño cubierta: Katrien Van Steen

Primera edición en papel: Septiembre 2020

Primera edición en digital: Noviembre 2020

ISBN papel: 978-84-9988-782-1

ISBN epub: 978-84-9988-861-3

ISBN kindle: 978-84-9988-862-0

Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita algún fragmento de esta obra.

A las personas que he amado, a las que amo, a las que amaré

Agradecimientos

A las personas con las que he compartido experiencias y testimonios, tanto en la consulta, como en los másteres, formaciones y grupos de mujeres, hombres, monográficos, que imparto en el Instituto Terapia de Reencuentro.

Así como compañeras/os y amigas/os, en especial:

A dos grandes amigas y colaboradoras: Paloma Andrés y Selma González, por su Prólogo y Prefacio para este libro, por su afecto y estímulo cotidiano.

A Rosa Casado por todo su apoyo y sus comentarios; a Roxanna Pastor, Carmen Jiménez, Isabel Martínez, Antonieta García, Angelina Romero, Lluís Mayor, Ester Casanova, Charo Altable, Consue Ruiz-Jarabo, Alejandra Buggs, Concepción Núñez, Marta Romero, Jean Lescouflair, Sara Olstein, Tan Nguyen y Rosa Emilia Hernández, que han sido y son parte de mi familia afectiva y con quienes he compartido y comparto muchas reflexiones, cariño y acompañamiento.

A aquellas personas de mi familia biológica y espiritual de las que he aprendido tanto.

A quienes han colaborado en grupos y proyectos en la Fundación Terapia de Reencuentro.

A las educadoras de los Centros Infantiles Comunitarios de la Red Conecuitlani de México, que nos contaron sus historias de vida, plasmadas en el libro Palabras que alumbran.

Y mi mayor agradecimiento y reconocimiento para Agustín Pániker, mi editor, por su cercanía, confianza y apoyo, y también para el equipo de la Editorial Kairós.

Sumario

Prólogo de Paloma Andrés DomingoPrefacio de Selma González SerratosIntroducciónPARTE I: LA PAREJA1. Aproximaciones a la pareja2. El contrato de pareja o el acuerdo negociado3. Pareja, familia, vínculo amoroso4. Familia nuclear, familia extensa, familia afectivaPARTE II: AMOR, SEXUALIDAD, CONVIVENCIA5. El amor6. La sexualidad7. La convivencia8. Pareja espiritual, pareja de amantes y pareja afectivo-sexualPARTE III: EDUCACIÓN PARA LA SALUD, PSICOTERAPIA Y TERAPIA SEXUAL9. El autoconocimiento psicosexual como Educación para la Salud, desarrollo afectivo, convivencia y buentrato10. Educación para la Salud, psicoterapia y terapia sexual. Intervenciones terapéuticas11. La entrevista y el abordaje terapéutico en la relación de parejaPARTE IV: ALGUNOS DE LOS PROBLEMAS Y CONFLICTOS DE PAREJA12. Dificultades que tenemos para amar, gozar y convivir13. El género como transversal14. El contrato de pareja15. El Espacio Personal (EP) y las Relaciones de Pareja16. ¿Tenemos espacio individual para luego poder compartir?17. Las subpersonalidades: armonía o conflicto18. El calendario19. Guiones de vida y creencias20. Fusión y Separación. Enamoramiento y amor21. El dinero y la pareja22. Situaciones laberínticas: el laberinto, camino de transformación23. Crisis y duelos: cambios, cierres y aperturas24. Maltrato y violencia en las relaciones de pareja25. Solución no violenta de conflictosPARTE V: LA SEXUALIDAD EN LA PAREJA. EDUCACIÓN PARA LA SALUD Y TERAPIA SEXUAL26. Algunas dificultades o problemáticas que afectan a la vida sexual27. Problemas psicosexuales28. Terapia sexualPARTE VI: LA RELACIÓN DE PAREJA AFECTIVO-SEXUAL: UN PROYECTO DE AMOR29. El arte de amar, gozar y convivir. El buentrato en la vida de pareja. Querernos bien30. Amarme. Buentrato. Quererme bien31. La relación de pareja como espacio sagradoBibliografía

Prólogo

Cuando Fina Sanz, mi amiga, mi maestra, me propuso hacer el prólogo de este, su último libro, le agradecí la oportunidad que me daba de expresar públicamente mi admiración por su trayectoria personal y profesional.

En los estudios de mi carrera profesional como ginecóloga no existían asignaturas ni cursos extracurriculares que nos hicieran pensar o indagar sobre sexualidad, ni tampoco sobre sintomatologías psicosomáticas en el área de la salud sexual y reproductiva. En la escuela, no habíamos aprendido nada sobre educación para la Salud, como mucho, hábitos higiénicos, y desde luego no habíamos aprendido absolutamente nada sobre las relaciones humanas saludables, ni sobre relaciones tóxicas y sus efectos en la salud. NADA.

Conocí la Terapia de Reencuentro en un momento de mi vida en el que sentía que me faltaban herramientas para abordar mi trabajo cotidiano: atender los malestares de las mujeres en el área de la salud sexual y reproductiva, y, al mismo tiempo, hacer educación para la salud sexual comunitaria de la población.

La Terapia de Reencuentro me dio claves para conocerme, para dirigir mi crecimiento personal, para validar mi expresión sexual y para vivir sin culpas y con placer mi sexualidad. Me proporcionó herramientas para acoger y escuchar en consulta los malestares, dolores y síntomas, así como las enfermedades, que muchas mujeres manifestaban suponiendo que eran una dificultad para vivir su sexualidad de forma placentera.

Me enseñó a transmitir el autoconocimiento como herramienta de empoderamiento para que esas mismas mujeres ganaran en autonomía y se apropiaran de su placer y del cuidado de su cuerpo, y no solo del cuidado del cuerpo de los demás. Es decir, para que desafiaran el destino de subordinación y dependencia al que socialmente habían sido condenadas a vivir, sin placer, sin autoestima, sin autonomía, y para que aprendieran a transformar su cuerpo, residencia del dolor, en un templo habitado, sentido, gozado y placentero.

La Terapia de Reencuentro me aportó elementos de comprensión de las dinámicas profundas, invisibles, que gestionan los aspectos fundamentales de nuestro bienestar y de nuestro estar en el mundo de forma saludable y gozosa, así como de relacionarnos con nosotras mismas desde el buentrato y entrar en relación con las otras y los otros conjugando el verbo bientratar.

Cuando leí el primer libro de Fina, Psicoerotismo femenino y masculino, se amplió mi concepto de salud, porque vincula la salud, entendida como estado de bienestar con uno mismo, con los demás y con el entorno, al desarrollo sexual de los seres humanos, a asumir nuestro ser sexuado integrando los conceptos de una identidad sentida y la vivencia del psicoerotismo y su expresión sexual, que de forma consciente o inconsciente modulan nuestra manera de vincularnos, de relacionarnos y de comportarnos.

En su nuevo libro comparte la importancia del goce sexual en la conformación y mantenimiento de la pareja, cuando se establece como un proyecto de amor. La sexualidad en la pareja ha de estar ritualizada, ha de ser algo más que una descarga urgente, y se debe vivir sintiendo el placer del diálogo y el goce de los cuerpos, lo que requiere deseo, tiempo, espacio, conciencia, confianza y seguridad, mucho más que conocimiento de técnicas sexuales placenteras despojadas de emoción.

Sin embargo, la sexualidad compartida, aunque sea gozosa, no es el único elemento que conforma una pareja, no estamos obligados/as a establecer una pareja con una persona porque disfrutemos sexualmente con ella, se necesita conjugar algún otro elemento. Por eso, en su segundo libro, Los vínculos amorosos, nos da claves para comprender cómo amamos los seres humanos, cómo nos comunicamos, cuáles son nuestras expectativas con respecto a los otros y a nuestra vida, dónde situar nuestras frustraciones.

Escribe sobre el AMOR con mayúsculas, el amor universal que toda persona experimenta en todo su cuerpo como sentimiento de apertura, de expansión, de comunión con lo otro, que se vive con placer y alegría. Aquel que no está solo circunscrito a la pareja de amantes, porque es una vivencia espiritual que puedes sentir hacia las personas, los animales e incluso hacia las cosas. Nos desvela los mecanismos inconscientes de los vínculos, desmonta mitos en torno al amor romántico, valorando y nombrando los elementos del buentrato y proponiendo ponerlos en práctica.

Aquí retoma todos estos conceptos sobre los que ha trabajado durante años y los circunscribe a la pareja, incidiendo en las dificultades que desde los ámbitos individual, relacional y social obstaculizan la vivencia de ese espacio compartido.

Cuando habla de pareja, no se refiere a la pareja heterosexual, sino a todas las parejas que deciden vincularse desde el amor y compartir placeres sexuales. Porque, como ella asegura, «la pareja no es un destino, es una posibilidad de experiencia de amor, de sexualidad compartida y de convivencia». He aquí los tres elementos sobre los que basa este proyecto de amor: sentir, expresar y recibir amor, compartir la sexualidad y establecer normas de convivencia desde el buentrato.

Toda pareja construye un espacio compartido donde ambas personas interaccionan, dando lugar a situaciones placenteras o conflictivas en las que la sexualidad y la convivencia son aspectos de suma importancia, que no se dan en otro tipo de relaciones.

Fina parte de esta premisa, y desde ella nos introduce en los conflictos reales y habituales que conllevan las diversas relaciones de pareja. Conflictos que es imprescindible conocer y reconocer para atravesarlos sin sufrimiento, sabiendo qué cambios son necesarios, no para que la relación perdure en el tiempo, a cualquier precio, sino para que ambas personas se sientan bien mientras decidan estar juntas.

Este libro está escrito en un lenguaje sencillo que llega al corazón de cualquier persona que lo lea con la intención de saber más sobre sí misma y sobre cómo se coloca en sus relaciones de pareja. Tiene un potencial educativo que sigue las líneas de la Terapia de Reencuentro, afirmando que si tuviéramos una mejor Educación en Salud Sexual tendríamos menos conflictos en nuestras relaciones, en la vivencia de nuestra sexualidad y en la convivencia, y más herramientas para resolverlos con facilidad.

Cuando los conflictos suponen un sufrimiento, surge la necesidad de buscar una ayuda que acompañe en la comprensión de los procesos y facilite herramientas que permitan realizar los cambios que los resuelvan y eliminen el dolor. Entonces se hace útil la terapia, y Fina regala en este libro a todos los/las terapeutas el abordaje de los problemas y conflictos de pareja que ha ido elaborando a lo largo de estos años desde la creación de la Terapia de Reencuentro.

Los y las terapeutas tienen aquí una herramienta útil para su consulta, porque en este libro Fina desgrana lo que tiene de particular la Terapia de Reencuentro. Siempre trabaja en tres espacios: el Personal, el Relacional y el Social, planteando ante cualquier conflicto de pareja el abordaje en sesiones individuales, sesiones en pareja y, cuando existe disponibilidad, talleres de trabajo grupal. Para la Terapia de Reencuentro, los problemas psicosexuales no son solo las disfunciones sexuales, que son síntomas asociados con la concepción de una sexualidad productivista, centrada en la genitalidad y en prácticas eyaculatorias y coitales, ya que la sexualidad es mucho más amplia, tiene que ver con el conocimiento y la escucha del cuerpo, con la respiración y la relajación, con el manejo de la energía sexual y emocional, con el acercamiento, con el encuentro, con las fantasías.

Por eso, en la terapia se trabajan todos estos aspectos y muchos más, en forma individual, porque la recuperación del deseo y del placer corporal ha de ser para una misma o para uno mismo, y no para el goce exclusivo de la otra persona. Con el objetivo de, tras un proceso de autoconocimiento para reconocer y recuperar el cuerpo sensible, discernir lo que me disgusta y saber lo que me gusta, lo que me da placer, dónde, cómo y con qué intensidad, para poder empezar a compartirlo en pareja, atravesando miedos, complejos y duelos.

Fina propone y trabaja el aprendizaje y el desarrollo de la sensibilidad corporal, ya que esto no se enseña, y también nos habla de cómo aprender la aproximación erótica, el lenguaje del cuerpo y de las emociones. Tenemos que aprender lo que no se nos enseña, aprender a escuchar y a escucharnos, para poder gozar cuando se da un encuentro sexual.

Una vez desterrado el mandato patriarcal de construir parejas heterosexuales como único espacio para experimentar el amor, Fina nos da claves para que, si elegimos construir una pareja, hagamos un proyecto de amor, en el que ambas personas crezcan y se desarrollen, estableciendo entre ellas vínculos basados en el respeto y la equidad.

La lectura de este y de todos los libros de Fina se hace necesaria, porque con sus propuestas toca el corazón de las personas que viven o desean vivir en pareja. Fina transforma la pareja en un proyecto de amor, donde se experimente el placer de cuidar y dejarse cuidar, el placer de escucharse y de hablar, donde poder disfrutar también del silencio y de la contemplación del otro/a.

Esta obra se convierte en una herramienta valiosa para aquellos y aquellas terapeutas que trabajan con parejas por su potencial educativo en cuanto al abordaje no solo de problemáticas sexuales, sino también de conflictos de convivencia, que producen intenso dolor emocional y se expresan en los cuerpos con diferentes sintomatologías.

Como mujer feminista, ginecóloga y sexóloga, os invito a leer esta guía que nos impulsa a construir relaciones de buentrato, desgranando paso a paso cada uno de los aspectos que permiten conjugarlo y aterrizarlo en los cuerpos y vidas de quienes conformamos el mundo.

PALOMA ANDRÉS DOMINGO

Ginecóloga y sexóloga del Ayuntamiento de Madrid

Prefacio

Buenos Aires, 1989, Congreso Latinoamericano de Sexología, no recuerdo ahora el número. Me asignaron la tarea de apoyar un taller sobre un tema que parecía muy interesante: Autoconocimiento y Erotismo. Llegué al salón y me encontré con una mujer delgada, de mediana estatura, con cabellos alborotados y una sonrisa muy cálida. Una mujer muy mediterránea, es decir, suave y profunda, con una mirada, fuerte, franca e inteligente. Esa era entonces y es ahora Fina Sanz.

Inicia su taller de Autoconocimiento y me producen fascinación su método, sus técnicas, los procedimientos, los ejercicios de sensibilización, la Autosensibilización o AUT. De manera muy breve, nos explica lo que ella llama los tres espacios: el Personal, el Relacional y el Social. Y yo me quedo atrapada en estos ejercicios, en sus conceptos y en la ideología de una mirada feminista del respeto al cuerpo como lo único que nos pertenece y que tiene memorias. Me quedo gratamente sorprendida en un encuentro conmigo misma, que me hace eco y me resuena, intuyendo que en esos conocimientos hay sabidurías de un poderoso impacto para el desarrollo emocional de hombres y mujeres.

Regreso a México con el entusiasmo de un gran descubrimiento y con ganas de que mis compañeras y amigas del PROSEXHUM, Programa de Sexualidad Humana de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), también conozcan estas perspectivas del trabajo con el cuerpo.

Teníamos en el PROSEXHUM un poco de dinero que se nos había asignado por algunos cursos que habíamos impartido, como en aquellos momentos también nos entusiasmaba una autora argentina a la que queríamos invitar, tuvimos que echar una moneda para que el azar decidiera a quién invitaríamos, y ganó Mabel Burin. Algunas sentimos mucho no tener suficientes recursos para invitarlas a las dos, a Mabel y a Fina.

En 1991, en una feria de libros, encuentro en una pequeña librería el libro de Fina Psicoerotismo femenino y masculino, que leí con muchísimo interés, y entonces entendí mejor lo que había vivido en su taller en Buenos Aires.

Cuando me invitan al Congreso Mundial de Sexología en Valencia, por fin me reencuentro con Fina y me quedo con el deseo de conocer más sobre su trabajo y de formarme en lo que proponía, aunque era imposible irme a vivir a Valencia por uno o dos años.

A finales del siglo XX y principios del XXI, nos informan de que alguna asociación civil ha invitado a Fina y que está en México impartiendo sus talleres de Psicoerotismo.

En esta ocasión, logro incorporarme al taller que estaba iniciando y se forma poco a poco lo que llamamos la primera generación en Terapia de Reencuentro.

A partir de entonces, enero de 2000, nos fuimos encontrando con Fina dos y a veces tres veces al año, para formarnos en lo que ella ha llamado Crecimiento Erótico y Desarrollo Personal. Posteriormente, algunas personas pudimos llegar a los Másteres de Autoconocimiento, Sexualidad y Relaciones Humanas en Terapia de Reencuentro y al Máster de Educación Sexual para la Salud Comunitaria y Terapia Sexual desde la Terapia de Reencuentro. Ya han pasado veinte años, y Fina ha seguido escribiendo y publicando con esa sencillez y claridad que la caracterizan. Ahora ya hay siete libros suyos en las librerías.

Cuando miro toda la obra de Fina, su trayectoria, su generosidad y los saberes y sabidurías transformadoras que nos ha enseñado, recuerdo al cubano José Martí, que en una parte de uno de sus poemas, dice:

Yo he visto en la noche oscurallover sobre mi cabezalos rayos de lumbre purade la divina belleza.Alas nacer vi en los hombrosde las mujeres hermosas:y salir de los escombrosvolando las mariposas.

En este, su nuevo libro, Fina nos va conduciendo, mediante preguntas, desde los conceptos del marco teórico propio, que ella ha creado, implementado y aplicado en su quehacer profesional de más de cincuenta años, por su práctica clínica, educativa y de trabajo comunitario.

Es una recapitulación muy amplia y completa de todo el trabajo que ha ido elaborando desde la Terapia de Reencuentro para lograr llegar al buentrato, como práctica transformadora, desde los espacios Personal, Relacional y Social.

En la Parte I plantea la pregunta de lo que entendemos por una pareja, iniciando todo lo referente a las formas y tipos de relaciones, cómo acuerdan y negocian, cómo se colocan frente al mundo desde sus creencias y valores. Un aspecto muy clarificador es la conceptualización que Fina hace de la pareja y la familia dentro de los vínculos amorosos, dentro de una amplia diversidad de modelos para establecer esos vínculos afectivo-amorosos.

Los temas sobre el amor, la sexualidad y la convivencia, Fina los presenta en la Parte II, ubicándolos como experiencias vitales del ser humano. Utiliza sus conceptualizaciones para mostrar al amor como una experiencia universal que se desarrolla en las interacciones dentro de lo que llama la dimensión o el espacio sociocultural, personal y relacional. Estos conceptos irán apareciendo en todo el libro para ubicar lo que sucede en la persona y sus relaciones humanas. Algo que me pareció muy importante es que señala que el amor, como experiencia universal, debe tener una mirada compasiva y sensible, desde el corazón y de manera no condicionada, para saber estar de una forma sensible, receptiva y espiritual.

Una vez y otra, gracias a las preguntas, Fina nos lleva a reflexionar sobre si amamos desde la libertad o desde la necesidad. Hacerlo desde la libertad implica un saber estar y crecer como personas, amándonos en sintonía con la otredad, con relaciones de igualdad, no posesivas, desde el bienestar propio y el placer de compartir y ser responsables con la propia vida. Si amamos desde la necesidad, será desde los condicionantes sociales, y el vínculo se establecerá desde la carencia, en espera de que la otra persona resuelva esas carencias y dificultades, lo que dará como resultado una relación basada en el poder, la inequidad, la desigualdad, la dependencia afectiva, la posesividad y el dominio. Se decide y se actúa desde el miedo y la soledad.

Fina plantea dos conceptos interesantes, referentes al amor, que denomina «amor propio» y «amor compartido». El primero se refiere a querernos bien, y se inicia con esa actitud, al tener proyectos de vida que me permitan transformarla y cambiar aquello que no me gusta o no me va bien y que depende de mí. Con ello, puedo amar negociando lo que no me gusta en el vínculo, y lo que no sea negociable para ninguna de las dos personas de la pareja, pone el camino para decidir la separación.

En el amor compartido se construye la relación, amando a la otra persona y desarrollándose con ella, lo que permite crear proyectos de amor como pareja. Aquí se propone el concepto del buentrato, para empezar por tratarme bien y así poder amar y tratar bien a los demás, favoreciendo el buentrato personal y relacional. En este apartado, Fina se refiere a la sexualidad como una energía de gran potencia en sí misma, que se va a presentar en los espacios personal y relacional. Hace una mención especial a que el grado de placer se vincula con la disposición para el goce sexual y el conocimiento de nuestro cuerpo como un elemento necesario para disfrutarlo.

Por otro lado, analiza si, debido a aspectos que se presentan en los espacios sociocultural y relacional, como experiencias negativas, teñidas por la culpa, la vergüenza, la violencia y el desconocimiento de nuestro cuerpo y sus sensaciones, el placer puede reducirse, rechazarse o anularse. Cuando se ubica en los espacios personal y relacional, el placer se puede conectar con el amor, la atracción, la disponibilidad erótico-afectiva, el deseo compartido, pudiendo desarrollarse una mutua energía creativa. De lo contrario, se vive como algo destructivo, violento y de maltrato.

El deseo erótico, la sensualidad, las fantasías conectan, según Fina, profunda y poderosamente y son un componente que le da fundamento a la relación de pareja, pero también los vínculos afectivos requieren de aspectos emocionales, así como de un espíritu y un compañerismo establecidos desde el buentrato. Aquí propone que la vida y la relación en pareja tiene varios componentes muy importantes como la atracción sexual, el placer, el compartir la vida, el cuerpo y el placer sensual y erótico, y, por supuesto, los vínculos afectivos y emocionales.

En resumen, en esta parte se plantea que la práctica de la sexualidad como experiencia humana se da a partir de la autoexploración y posteriormente con el placer compartido, intensificado con el componente emocional y el erótico-afectivo. Todo esto creará un espacio de buentrato y bienestar en la convivencia con la otra persona, en el estar y el hacer, en el compartir o no, desde el amor en libertad, desde el relacionarse, aunque no exclusiva y necesariamente con una pareja. En ese tipo de relación deben establecerse unas bases muy claras para la vida en común, como son las negociaciones y los contratos de convivencia, ya sea que vivan o no juntos. Asimismo, cuando surgen situaciones problemáticas o puntos de vista discrepantes habrá que estar en la posición de negociar. Si es necesario, llegar a la ruptura, habrá que aprender a hacer los duelos, la despedida de una etapa, de un vínculo, de las expectativas, para hacerlo con el menor daño posible.

En la Parte III, Fina hace un recuento de cómo fue creando sus conceptualizaciones a partir de sus experiencias personales desde muy joven, en una sociedad española conservadora y represiva durante el franquismo. En la situación social que se vivió entre la década de los 1970 y la de los 1990, donde surgieron movimientos y aperturas, tanto en España como en el mundo en general, se fueron abriendo caminos y espacios que ella, con la curiosidad, inquietud y creatividad que la caracterizan, aprovechó para ir formulando y desarrollando en talleres, cursos y conferencias, encontrando respuestas y soluciones a problemáticas muy específicas que, tanto mujeres como hombres, le planteaban en la consulta sobre la salud y la educación sexual. Con estas inquietudes fue elaborando conceptos innovadores sobre la sexualidad y sus aspectos gozosos, lo que la llevó a buscar en los espacios comunitarios un planteamiento diferente de lo que ella entendía por sexualidad. Así, planteó el erotismo global y el genital, trabajando desde el cuerpo como una totalidad integrada, multidimensional y biopsicosociosexual, ya que en él se marca la socialización de género y se establecen las polarizaciones dicotómicas y escindidas, desde la perspectiva patriarcal en una tradición judeocristiana, que no es igualitaria y que fija una relación de hombre dominante y mujer sumisa.

Para consolidar estos análisis, Fina se plantea entonces la necesidad de la prevención mediante lo que llama educación para la salud o educación afectivo-sexual, ya que, cuando fracasa la educación sexual, surgen los problemas, tanto en lo individual como en la pareja. Comienza a trabajar, dentro de la terapia clínica, en el reconocimiento del propio cuerpo, sus sensaciones, emociones, tensiones, la respiración y la capacidad de transformar las circunstancias que suscitaron los conflictos, para que la persona no se haga daño a sí misma, ni dañe a otras personas. Al reconocer al propio cuerpo como herido y dañado con culpas y vergüenzas, este se puede sanar, se pueden curar las heridas y hacer el duelo para recuperarlo y tener un desarrollo afectivo-sexual, y un vínculo con la pareja. Dice Fina que nuestro cuerpo es lo único que tenemos y que con él vivimos y nos relacionamos desde nuestra sensualidad, la mirada, el contacto de la piel, la escucha, lo que decimos, lo que olfateamos; son las formas que tenemos de contactar y conocer el mundo y a las personas con quienes convivimos. Como terapeuta, hace que las personas consultantes trabajen y reencuentren su cuerpo, enseñándoles cómo funcionan los vínculos, cómo se relacionan y cómo se pueden transformar para desarrollar la perspectiva del buentrato.

En cuanto al conocimiento de la sexualidad, si bien se ha normalizado, ahora se está presentando un retroceso, pues dentro de la convivencia se vuelven a reproducir las relaciones de poder, con una violencia sexual exagerada, muy presente en la vida de la gente joven por el acceso indiscriminado y fácil a un internet lleno de violencia y mensajes de pornografía.

Fina señala que en la educación afectivo-sexual no se trata solo de aprender técnicas amatorias, sino que ante todo es un espacio para aprender el arte de vivir, convivir desde el género, relacionarnos, compartir los deseos y las responsabilidades sobre la propia vida. Y, también, para alcanzar la autonomía para saber decidir sobre el propio crecimiento y entender el mundo desde nuestros valores y creencias dentro de un sistema social, para distinguir con pensamiento crítico lo que nos va bien y lo que no, y tomar decisiones de buentrato, para no normalizar comportamientos violentos, como si fueran únicamente biológicos, sin reconocer la parte sociocultural que los matiza.

Su propuesta es educar de manera afectivo-sexual para la convivencia, las relaciones de desarrollo mutuo y de buentrato en una sociedad respetuosa con las diferencias y por la paz. Este es el trabajo que Fina ha desarrollado todos estos años, con los cursos y talleres dirigidos a muy diversos grupos y espacios sociales, dentro de las tres dimensiones de su conceptualización teórica, que son el Social, el Relacional y el Personal, en función del aprendizaje del maltrato hacia el buentrato y los proyectos de amor, que facilitan el camino para transformar dentro de otra manera de ser y estar en el mundo, entendiendo bien los procesos humanos.

Además, de la terapia individual y de pareja, su trabajo se ha multiplicado con los grupos, desde los monográficos, de Crecimiento Erótico y Desarrollo Personal, hasta los formativos en los Másteres de Autoconocimiento, Sexualidad y Relaciones Humanas en Terapia de Reencuentro y en el Máster de Educación Sexual para la Salud Comunitaria y Terapia Sexual desde la Terapia de Reencuentro.

También nos presenta el marco conceptual que ha creado para dar apoyo al trabajo terapéutico aplicando la Terapia de Reencuentro, y nos explica cómo ubica el concepto de género como elemento transversal en su trabajo con las relaciones de pareja, lo que hace que se conviertan en relaciones muy complejas desde lo que ella describe como subculturas masculina y femenina que dicotomizan nuestra persona. En este apartado, va describiendo detalladamente todos los métodos, técnicas y modelos con los ejercicios que utiliza en los procesos de las parejas en la Terapia de Reencuentro.

La última parte del libro, Fina la dedica al desarrollo afectivo, erótico y sexual, así como al buentrato en las relaciones de pareja, dando espacio a la responsabilidad que cada quien tiene sobre su propia vida, compartiendo proyectos de amor y buentrato. Asimismo, insiste en la importancia de saber escucharse y hablar, teniendo también los espacios personales de silencio para saber estar con uno mismo y con la otra persona. Aprender a bientratarse individualmente para poder dar y recibir, cuidar y cuidarme, reconocerme y reconocer, ser responsable con mis límites, mi bienestar y el de la otra persona, reencontrando mi propia vida y mis proyectos, identificando mis frustraciones y lo que tengo que soltar, dando espacio a nuevos deseos y al buentrato.

Finalmente, quiero agradecer desde aquí a Fina todo lo que hemos compartido y todo lo que he aprendido gracias a su generosidad y a la solidaridad de todas las personas que nos hemos convertido en sus discípulos/discipulas y sus amigos/amigas durante todos estos años.

Maestra SELMA GONZÁLEZ SERRATOS

Académica y Psicoterapeuta del Programa de Sexualidad Humana, PROSEXHUM Facultad de Psicología, UNAM

Introducción

En este libro vamos a acercarnos a la pareja y abordaremos algunos de los conflictos que se dan en estas relaciones, teniendo en cuenta, desde nuestra perspectiva, varias cuestiones con las que me encuentro en la consulta.

a) Algunos de los conflictos se dan en cualquier relación dual, quiero decir que todos los conflictos relacionales que se plantean tienen que ver con los vínculos. Por lo tanto, trabajaremos con técnicas similares para gente que no tiene pareja, pero que la ha tenido, y así podremos ver cómo vivió el vínculo o entender muchos de los conflictos que se dan en las relaciones duales, por ejemplo, en la interacción con amistades o con la madre y el padre.

Aunque la pareja es un vínculo dual y muestra problemáticas similares a las relaciones duales, tiene características especiales y unas particularidades concretas y diferentes a otras, como son la comunicación psicosexual, el proyecto a compartir, etcétera.

b) Cuando trabajo con una pareja no solamente estudio la relación vincular, sino la relación de cada una de las personas consigo mismas, es decir, qué es lo que aporta a la pareja de su propia historia personal, de sus propias actitudes, creencias, valores, de los duelos no resueltos, etc.

Aunque frecuentemente el conflicto se manifiesta en lo relacional, puede que cada persona aporte a la relación algo que generalmente es inconsciente y que contribuye a que se dé el conflicto o haya dificultad en resolverlo. Me refiero a la dimensión personal de cada cual, por ejemplo: ¿Sabe negociar, escuchar a la otra persona y a sí mismo/a? ¿Sabe lo que quiere y lo que no quiere o lo que considera negociable o no negociable? ¿Cómo maneja sus expectativas, la frustración, las emociones, etc.? ¿Qué tiene eso que ver con su vida, con cómo se ha construido su historia de vida? Asimismo, ¿cuáles son sus valores, sus creencias y los comportamientos que ha aprendido de su contexto familiar y también desde lo social?

Entender un conflicto de pareja y resolverlo implica no solo saber escuchar a la otra persona en su individualidad, sino también saber escucharse a sí mismo/a, conocerse, entender sus dificultades, entender de dónde viene y su disponibilidad a negociar y resolver aquello que considere necesario.

Con esto no quiero decir que para trabajar con problemas de pareja haya que entrar en profundidad en la historia de cada cual. En ocasiones, puede ser que haya que hacerlo por la problemática y el sufrimiento que veo en la persona, pero normalmente no profundizo tanto en muchos casos. No obstante, lo que es cierto es que cualquier problema relacional tiene una incidencia y a veces un origen y/o una consecuencia en lo personal. Por lo tanto, siempre trabajo la dimensión Personal y la Relacional, pero también la dimensión Social. Sin embargo, empiezo generalmente por la dimensión relacional, porque es la que genera la consulta.

c) Muchos conflictos no surgirían si hubiéramos tenido una buena educación para la salud, la convivencia y el buentrato desde la infancia, como una forma de autoconocimiento, así como una buena educación afectivo-sexual, pero, desgraciadamente, esto no es así.

No quiero decir que si hubiéramos tenido toda esa educación no tendríamos problemas, porque los conflictos, las desavenencias y las dificultades en la comunicación pueden surgir en cualquier momento en las relaciones humanas. Pero si no nos conocemos, no entendemos los procesos humanos y no hemos aprendido recursos ni técnicas sencillas para gestionarnos, cualquier pequeña dificultad en la relación puede devenir en un problema que requiera ayuda terapéutica.

d) Por lo tanto, siempre me gusta combinar el trabajo educativo y el terapéutico. Las personas que aprenden sobre los procesos humanos y algunas herramientas de autoconocimiento se conocen más y generan cambios.

Por otra parte, quienes vienen a terapia para conseguir cambios relacionales y/o personales no solo deben adquirir dichas herramientas, sino también aprender los conceptos y los procesos humanos, ya que es una forma de educación para la salud y la convivencia.

Cuando viene una persona con problemas de pareja o vienen parejas a plantear sus problemas y les hago terapia o psicoterapia, también hago terapia sexual. Cuando la persona viene por un problema de su vida cotidiana, psicológico, relacional, etc., exploro el contexto de su vida y también de su vida sexual. Y cuando la persona o una pareja viene por un problema sexual, eso se aborda, pero también vemos cómo es, en general, el contexto de la vida de la pareja y de cada una de las personas.

Por supuesto que en estos temas tengo en cuenta el nivel didáctico, dando nombre a las cosas y a los procesos, porque no se puede separar la Terapia de lo que llamo Educación para la Salud: aprender conceptos, herramientas y saber cómo utilizarlas para transformarnos.

El objetivo de mi trabajo y de mi enfoque es para el desarrollo humano, para una mejor convivencia y para incorporar otra forma de relacionarnos desde el buentrato.

Este libro, en su origen y en su concepción, formó parte de otro que inicié hace tiempo en el que trataba de resumir trabajos, metodologías y técnicas de la Terapia de Reencuentro, un enfoque que he creado y desarrollado en diversos libros1 y que he ido presentando desde hace muchos años en jornadas y congresos.2

Una parte de aquel libro en el que pensaba hacer una síntesis de todo mi trabajo estaba dedicada a la terapia de pareja, pero como el tema era muy amplio, decidí tratarlo en otra obra, y así ha salido este pequeño manual dedicado a la pareja.

Una diferencia entre mis primeros libros y artículos y los actuales es que antes utilizaba buen trato en dos palabras3 y ahora utilizo una sola: buentrato, un concepto que tenemos que crear junto con la enunciación y la práctica del verbo: bientratar. Es otro modelo de relación humana al que hemos de darle contenido, reconocer y practicar, como explico en El buentrato.

Asimismo, antes de utilizar específicamente la palabra género para explicar la socialización y la dicotomía, utilizaba la palabra subculturas, como se puede ver en el libro de Psicoerotismo femenino y masculino.

Aquí retomo algunas ideas de las que hablé hace mucho tiempo, como el tema de los vínculos y los conceptos que implican, pero poniendo más el foco en los conflictos relacionales y, en especial, en la pareja.

Como siempre, este libro está dirigido a profesionales de la Salud, la Educación, la Psicoterapia, la Terapia Sexual, el Trabajo Social, etc., pero también al público en general, porque cualquier persona puede verse reflejada en algunos de los aspectos que aquí se plantean, dado que este libro está basado en las problemáticas y los comentarios que he visto y escuchado en los casos clínicos, en los grupos y en los postgrados y másteres que imparto o en los debates de las ponencias en Jornadas y Congresos.

El libro tiene seis partes: en la Parte I se plantea qué se entiende por Pareja.

En la Parte II trato tres temas: Amor, Sexualidad y Convivencia. Tres aspectos importantes para la relación de pareja, que pueden estar unidos o manifestarse escindidos, con las consecuencias que ello supone.

En la Parte III abordo mi trabajo en Educación para la Salud, Psicoterapia y Terapia Sexual, explicando la primera entrevista y la propuesta de abordaje terapéutico.

En la Parte IV comento y expongo algunos de los Conflictosde pareja, así como las metodologías y técnicas que utilizo en los procesos terapéuticos. Este apartado es muy importante, ya que se exponen muchas áreas de posibles conflictos y cómo se pueden trabajar.

En la Parte V hablo de la Sexualidad en la pareja, la Educación para la Salud y la Terapia Sexual. En realidad, tendría que estar incluida en la Parte IV, porque es un área de posibles conflictos. Sin embargo, dada su importancia, he querido dedicarle una atención específica, ya que la sexualidad no es solo un acercamiento placentero, sino que, en nuestra sociedad, el sexo nos escinde en una dicotomía de género y, por lo tanto, marca nuestra vida. En definitiva, más allá de los problemas sexuales que podamos ver, muchos de los conflictos que hemos desarrollado en la Parte IV vienen derivados en algún aspecto por el sexo-género.

Finalmente, en la Parte VI, «La relación de pareja afectivo-sexual: un proyecto de amor», hago un resumen del objetivo de este trabajo: que el espacio de pareja sea un proyecto de amor.

Parte I:LA PAREJA

1.Aproximaciones a la pareja

¿Qué es una relación de pareja?

Lo primero que tendríamos que plantearnos es qué entendemos por pareja.

¿Qué es para ti una relación de pareja?

Aunque parezca obvio que al hablar de la pareja cualquier persona pueda entender de qué se trata, eso no es demasiado cierto. Una cosa es la estructura social de la pareja y otra cómo se vive, se construye o mantiene subjetivamente una pareja.

Cuando abordo este tema en mis grupos, suelo lanzar esta pregunta, y comprobamos que, aunque aparentemente todos y todas entendemos lo que es una pareja, cada cual, en su imaginario, tiene una concepción diferente.

A continuación, daré ejemplos de cómo definían lo que es una pareja algunas de las personas participantes en el Máster de Educación Sexual para la Salud Comunitaria y Terapia Sexual en Terapia de Reencuentro.4

Persona A: «Una pareja son dos personas que deciden que van a vincularse, comparten y quieren estar bien en el hoy por hoy, recontratando constantemente…».

Persona B: «Se cuidan…».

Persona C: «Dos personas que deciden estar juntas, que están unidas por un vínculo afectivo, que se cuidan y que quieren compartir, crecer y estar bien, y en el hoy por hoy verifican todo esto…».

Persona D: «Eso es, están juntas. A lo mejor hay amor o cariño entre ellas».

Persona E: «En este grupo,5 mientras charlábamos sobre el tema, nos hemos dado cuenta de que éramos de tres generaciones y podríamos tener concepciones diferentes. Carmen6 ha comentado que cuando ella se casó [es una mujer mayor] sabía cómo quería que fuera su vida en pareja y ella y su pareja tenían la intención de acompañarse toda la vida, pero no fue así, porque ese acompañamiento tenía que darse en todas las dimensiones: física, espiritual y sexualmente. Entonces nos ha surgido una pequeña duda: ¿tiene que haber química sexual para estar en pareja? ¿Puede ser que al inicio no haya esa atracción sexual, que solo unan los vínculos y la emoción, o siempre tiene que existir esa química? Puede ser alguien con quien se quiere disfrutar, reír y crecer en la vida. Y, al final, algunas chicas, en onda free, nos hemos preguntado: ¿y con exclusividad o no?».

Persona F: «Por la posibilidad de una infección de transmisión sexual…».

Persona G: «Una relación de dos personas que quieren convivir, pero no necesariamente bajo el mismo techo. El deseo de estar con la otra persona en algunos aspectos especiales de la vida es un compromiso a largo plazo. Y hemos empezado una discusión sobre si la otra persona debía ser un complemento o no. Es muy complicado; no tenemos otra palabra que no sea complemento.

Yo les decía que los miembros de una pareja debían ser como el yin y el yang, necesitamos equilibrio en la vida y la otra persona te puede acompañar en algunos aspectos. Pero claro, como esperamos que sea una persona “completa”, entonces la forma de expresarle mi amor suele ser: “sin ti me falta algo”, y entonces se plantea la relación como una necesidad».

Persona H: «Más que llegar al concepto de pareja, lo que hemos intentado ha sido problematizar las relaciones de pareja, y algunas cosas que hemos mencionado han sido:

a. Puede ser un fin crecer juntos, pero sin que cada quien deje de desarrollarse individualmente y permitirse no compartir algunas cosas; o sea, en una pareja, a veces cada uno está en lo suyo y a veces está compartiendo.

b. Otro tema que hemos comentado es que una pareja pasa por diferentes etapas, no siempre es igual una relación de pareja, se van viviendo diferentes etapas y…».

Persona I: «Sobre la temporalidad… La cuestión del tiempo es muy subjetiva. Hay personas que son muy inestables: terminan una relación y comienzan otra, y cuando esta se termina, empiezan otra… O puede ser que alguien sepa que puede disfrutar de una relación durante un tiempo y estar bien con alguien, y luego ya no. No se puede ni disfrutar ni compartir todo, o sea que hay cosas que se pueden disfrutar o compartir y hay otras que no. No se puede disfrutar de todo juntos.

Además, hay diferentes tipos de parejas, no hay una única forma de relación de pareja. Puede haber varias: desde vivir o no juntas las dos personas hasta las llamadas parejas abiertas… No sé, hay diferentes modalidades».

Persona J: «Si dos personas son pareja, es porque tienen el mismo concepto de pareja».

Persona K: «La pareja son dos personas que se unen por un vínculo, deciden estar juntas y compartir parte de su vida. Se inicia para buscar el bienestar mutuo. Y en ocasiones eso se da así y en ocasiones ocurre al contrario. Supone un trabajo continuo de honestidad con uno/a mismo/a y con la otra persona. Porque las cosas cambian, se transforman, y hay que ir cerrando etapas y continuar recontratando».

Efectivamente, una pareja es lo que cada cual quiere que sea, pues cada persona tiene su modelo de pareja, por eso, cuando este no está consensuado por las dos personas que conforman la pareja, surgen problemas.

En esta pequeña reflexión y conversación que acabamos de escuchar, aparecen muchos de los conceptos, dificultades y perspectivas que iremos abordando en este libro: a) el contrato de pareja: dos personas deciden estar juntas, recontratan; b) el amor, revisan su relación para estar bien; c) creencias, valores socioculturales, género: concepciones diferentes; d) sexualidad: química sexual; e) buentrato y proyecto de vida: disfrutar, crecer; f) contrato sexual: ¿con exclusividad o no?; g) espacio personal, espacio compartido: complemento o no; h) diferentes etapas, temporalidad, diferentes tipos de parejas, concepto de pareja, etc.

Sin embargo, también abordaremos otros muchos aspectos que no se han planteado en esta primera reflexión, y que irán apareciendo a medida que avancemos en el tema.

Dimensión Social, Relacional y Personal de la pareja

Podríamos hablar de tres dimensiones de la pareja: la Social, la Relacional y la Interna o Personal, y en cada una de ellas podemos distinguir el afuera y el adentro, lo que se ve y lo que no se ve.

Dimensión Social

¿Qué se entiende socialmente por ser una pareja?

Cada sociedad mantiene unos modelos de vínculos, unas estructuras, unos rituales. Para dar conformidad social a la pareja, se celebra algún tipo de ritual, en el que los miembros que la conforman deciden inscribirse en alguna institución y ponerla como testigo.

Ritual religioso: la pareja se casa dentro de su sistema de creencias religioso y celebra el acto en alguna de sus iglesias o centros ceremoniales.

Ritual civil: la pareja decide oficializar su estatus celebrando el matrimonio civil y dejando constancia ante las estructuras administrativas.

Ritos personales: algunas parejas deciden no hacer el registro ni en la iglesia ni por lo civil, y celebran su unión con una ceremonia íntima rodeados de las personas que estiman. Oficializan su unión en un acto no administrativo ni religioso, sino laico y familiar, con su familia de origen y su familia afectiva de amigas y amigos. Reuniéndolos, celebran una fiesta ritualizada y personalizada, donde pueden introducir declaraciones de amor mutuo, ante el público presente, música, poemas, danza, etc, para dar constancia ante los suyos, ante su gente querida, de su nuevo estatus.

Finalmente, hay parejas que pueden decidir no hacer nada: ni rito social, porque están en contra del rito y consideran que el decidir ser pareja es un asunto personal.

Dimensión Relacional

¿Cómo deseamos relacionarnos como pareja?

Teniendo en cuenta la diversidad de modelos de pareja que existen actualmente, la disparidad existente entre los diferentes tipos de relaciones que la conforman es evidente.

¿Deseamos vivir en la misma casa o cada uno en su casa, y nos vemos diariamente o con frecuencia? ¿Hay amistad en nuestra relación, amor, sexo? ¿Cómo estructuramos la vida cotidiana: las relaciones con los hijos e hijas, con el dinero, con la distribución de roles en casa? ¿Mantenemos un espacio de pareja y un espacio personal?

Todo esto tiene que ver con el contrato de pareja que se acuerda, del cual hablaremos más adelante.

Dimensión Interna, Personal

¿Cuál es la fantasía que cada persona tiene de lo que es o debería ser una pareja?

Hemos estado hablando de cómo se estructura una pareja en el afuera, en lo que se ve. Pero ¿y en el adentro?

¿Qué pienso que es una pareja? ¿Cómo he construido mi modelo desde lo social? ¿Cómo me relaciono con una pareja?

Social:

¿Qué se nos dice desde lo social y cómo se transmite a través de los agentes socializadores, la familia, la escuela, los medios audiovisuales, etc.? ¿Qué es ser un hombre o una mujer, qué es una pareja, qué es el amor, cuál ha de ser el proyecto de vida de un hombre o de una mujer, valores, actitudes, comportamientos? ¿Cómo debe ser el vínculo?¿Cómo he incorporado esos valores y creencias, en buena parte, inconscientemente?¿Cómo he construido mi identidad?

Relacional:

¿Cómo creo que debe ser una pareja y la persona que será mi pareja? ¿Cuáles son mis expectativas sobre la relación y sobre la persona que será mi pareja?¿Cuál es mi opción sexual de pareja, teniendo en cuenta la diversidad sexual: heterosexual, lésbica, homosexual, bisexual, etc.?¿Cómo vivo la dinámica y el desarrollo de la relación afectiva, amorosa? ¿Es de maltrato, de buentrato?

Interna, Personal:

¿Cómo me relaciono y me vinculo conmigo? ¿Cómo me he construido como mujer o como hombre en base a los valores y a las expectativas sociales? ¿Qué valores he interiorizado y he considerado propios? ¿Cuáles son mis miedos, mis fantasías…?

A veces nos vinculamos con otra persona partiendo de fantasías diferentes. A veces, consciente e intelectualmente, deseamos tener una pareja, pero inconsciente y emocionalmente tenemos miedos, fantasmas en torno al vínculo y estos miedos y fantasmas hacen que boicoteemos una relación.

¿Me sé despedir cuando siento que no estoy bien en una relación o, por el contrario, temo por algún motivo romper la relación, aunque mantenerme en ella me haga daño?

Cada relación tiene sus especificidades, no solo por las personas implicadas en ella, sino por el tipo de relación que se estructura, las características de la de pareja y el tipo de contrato que se haya establecido.

Finalmente, hay que añadir que se da otro tipo de pareja, que está invisibilizado, pero que se puede observar en el espacio de la consulta psicoterapéutica y sexológica.

La podríamos llamar pareja imaginaria. Establecemos una pareja en nuestra fantasía sin que la otra persona participe de ese criterio. Por ejemplo, puede haber dos personas que mantengan una relación amorosa, sexual o amistosa, y uno de los miembros considere a la otra persona como su pareja mientras que el otro miembro de la relación no lo sienta así. En consecuencia, para una de las partes es una pareja real y establece un pacto de fidelidad o contrato más o menos inconsciente, al margen de la otra persona. Más adelante volveremos sobre este tema.

2.El contrato de pareja o el acuerdo negociado

Cada relación de pareja tiene un contrato, explícito o implícito. Un contrato es un acuerdo, más o menos general o concreto en el que ambas personas coinciden.

Muchas parejas se inquietan cuando incorporo este concepto para la reflexión, les sorprende que hablemos de contratos en un tema tan espiritual como es el amor y, en especial, el amor romántico.

Sin embargo, se quiera o no hablar de ello, cada pareja tiene sus acuerdos o contratos –podemos llamarlos como queramos–, y poder ponerles nombre, visibilizarlos y darnos cuenta de si ambas personas comparten o no una misma filosofía, unas normas o unas reglas de juego, ayuda a entender muchos de los problemas que pueden surgir en una relación y que afectan evidentemente a la persona, a su estar en la relación, al vínculo de pareja y, por supuesto, a la relación sexual.

¿Cuál crees que es tu contrato de pareja?

Si no tienes pareja en estos momentos, puedes reflexionar sobre esta cuestión pensando en la última relación que tuviste o en cómo te gustaría que fueran los acuerdos en una posible relación futura.

Tipos de contrato

Podríamos hablar de contratos formales e informales, consensuados y no consensuados.

Hablamos de contratos formales cuando dos personas contraen matrimonio de manera ritualizada socialmente y firman para que la ceremonia tenga validez, aceptando así el contrato que la institución propone.

El contrato informal queda al margen de cualquier formalidad social; la pareja no firma ningún contrato pero para ambos miembros tiene gran fuerza el compromiso que asumen, uno frente al otro, de establecer una relación, de «firmar» en la intimidad.

¿Qué tipo de pareja queremos constituir?

¿Una pareja abierta sexualmente a otras relaciones siempre y cuando no afecten a nuestra relación? Si eso ocurre ¿nos lo contamos o no nos lo contamos?

¿Una pareja monogámica, en la que desarrollemos nuestra vida sexual sin terceras personas? ¿Queremos una pareja con hijos o hijas propios o adoptados? ¿No queremos tener hijas/os?¿Cómo queremos manejar nuestros espacios y nuestros tiempos en la pareja o fuera de ella?¿Entendemos lo que es el espacio personal y el espacio compartido?

Como se verá, estas son tan solo algunas de las preguntas que podemos hacernos para configurar una relación, pero hay infinidad de temáticas que afectan al estar en pareja, a la manera de estructurar el vínculo y al tipo de acuerdos a los que se llegan. Por ejemplo, cómo manejarse en:

La economía.La distribución de tareas domésticas.Las relaciones y la educación de los hijos e hijas, si se tienen.Las relaciones con la familia de origen, con las amistades, el trabajo, etcétera.

En el contrato consensuado, la pareja establece su tipo particular de contrato y determinados acuerdos, y las cosas funcionan porque ambos comparten lo pactado.

En cambio, ¿qué ocurre cuando no están de acuerdo, aunque no lo digan? Hablamos entonces del contrato no consensuado, en el que se inicia una relación con pies de barro. Cada uno de los miembros de la pareja tiene el secreto deseo de que el otro ceda, cambie y acepte su propuesta, con la consiguiente tensión en las relaciones sexuales y en la convivencia cuando se sienten frustradas/os, porque no se produce el cambio que esperan.

En la actualidad, hay muchas parejas reconstituidas