Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Fortunas de Andrómeda y Perseo es uno de los dramas teatrales de Pedro Calderón de la Barca. Suele emplear en ellos auspicios y profecías iniciales que desvían la atención del público, con componentes mitológicos, rasgos deudores de la obra de Lope de Vega y centrados en temas clásicos de la época como la religión, el amor y el honor.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 103
Veröffentlichungsjahr: 2020
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Pedro Calderón de la Barca
La gran comedia
Saga
Fortunas de Andrómeda y PerseoCover image: Shutterstock Copyright © 1650, 2020 Pedro Calderón de la Barca and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726497311
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
Descúbrese el teatro de las caserías nevadas. Dicen dentro, y salendespués BATO, GILOTE, ERGASTO y RISELO, VILLANOS.
RISELO Huye, Gilote.
GILOTE Huye, Bato.
BATO Huye, Ergasto.
ERGASTO Huye, Riselo.
PERSEO ¡Vive Júpiter, villanos,
que habéis de morir!
(Sale RISELO.)
RISELO Los fresnos
me amparen1 .
(Sale ERGASTO.)
ERGASTO A mí los chopos. 5
(Sale GILOTE.)
GILOTE A mí los álamos negros.
(Sale BATO.)
BATO A mí las cepas y parras,
los pámpanos y sarmientos,
árboles santos, pues siempre
por ermitas los encuentro. 10
GILOTE El diabro mos trajo acá
este mochacho soberbio,
para que mos mande a todos.
ERGASTO Cuando los montes cubiertos
de nieve tiene ateridos 15
la ancianidad del invierno,
es cuando más solicita
llevarnos por fuerza a ellos,
para que a sus caserías
le sirvamos los ojeos. 20
RISELO Un lobo, que diz que anda
en la sierra, es el intento
con que hoy pretende llevarnos.
ERGASTO ¿Lobo?
GILOTE Sí.
BATO No es lo peor eso.
RISELO ¿Qué es?
BATO Que el lobo es un perdido, 25
jugador y mojeriego;
que a ser un lobo apricado,
destos que llaman caseros,
el primero huera yo
que fuera, donde el primero 30
le metiera en mis entrañas.
GILOTE Yo nieve ni lobo temo,
sino que es tan atrevido,
tan osado y tan resuelto,
que un día me quiso entrar 35
en ese lóbrego seno,
funesta gruta sagrada
a la deidad de Morfeo,
donde siempre andan visiones.
ERGASTO Nosotros mismos tenemos 40
la culpa de que nos trate
un rapaz con tanto imperio;
que si hubiera entre nosotros,
aunque pesara a Cardenio,
que por nieto le ha crïado, 45
uno, que osado y resuelto
le diera a entender quién es,
a fe que tuviera menos
soberbia.
GILOTE Muchos hubiera,
que si les dijeran eso, 50
quizá abajaran los bríos.
BATO Decidme, para saberlo:
¿es cierto que si supiera
quién es, desde aquel momento
no diera los mojicones 55
que suele dar?
ERGASTO Y tan cierto,
que viviera desde allí
más humilde y más modesto,
sin atreverse a mirarnos
a las caras.
BATO ¡Vive el cielo, 60
que lo ha de saber de mí
muy bien sabido!, pues puedo
decirlo mijor que todos,
como testigo del cuento:
una sola enfecultad 65
se me ofrece. He aquí que empiezo
la historia: ¿basta empezarla
para que él se me esté quedo
y no se atreva a mirarme
a la cara?
GILOTE No por cierto, 70
porque la ha de saber toda.
BATO Pues entre otro, que no quiero
que al principio de la historia
vea donde va el intento,
y antes que ella llegue al fin, 75
llegue yo al fin.
ERGASTO Para eso
habrá una traza.
BATO ¿Qué traza?
GILOTE Nosotros te le tendremos
de suerte que, aunque no quiera,
todo te lo escuche.
BATO ¿Y luego? 80
LOS TRES Luego seguro estás.
BATO Manos
a la labor, que reviento
por decírselo en su cara,
dónde y cómo y cuándo, a trueco
de que él no mire la mía. 85
(Sale PERSEO vestido de villano.)
PERSEO Villanos, ¿qué atrevimiento
es llamaros yo y huir?
GILOTE Como hacía tan mal tiempo,
rehusábamos ir al monte.
PERSEO ¿Hácele para mí bueno? 90
Pues el que pasare yo,
bárbaros, viles, groseros,
¿no le pasaréis vosotros?
Venid conmigo.
BATO ¡Qué presto
ha de bajar estos bríos! 95
PERSEO Que seguir la fiera quiero
que escandaliza estos valles
con tantos robos sangrientos
de pastores y ganados.
Hoy se la he ofrecido al templo 100
de Júpiter, que en las altas
cumbres del monte es opuesto
rebellín contra los rayos,
los relámpagos y truenos
que Acaya padece: a quien 105
yo no sé por qué secreto,
aún más que todos adoro,
más que todos reverencio;
siendo así que no hay remota
provincia, apartado reino, 110
que no envíe a consultarle
los arduos casos; y puesto
que se la tengo ofrecida,
hoy su armada testa tengo
de clavar a sus umbrales. 115
Ven, Ergasto.
ERGASTO Ya obedezco.
PERSEO Ven, Gilote.
GILOTE Ya voy yo.
PERSEO No te escondas tú, Riselo.
RISELO Ya voy tras ti.
PERSEO Ven tú, Bato.
BATO Déjame a mí, porque quiero 120
estodiar toda la historia.
PERSEO ¿Qué historia?
BATO Una que te tengo
de contar.
PERSEO ¿A mí?
BATO Sí.
PERSEO Pues,
¿qué historia es?
(Abrázanse los tres con él.)
LOS TRES Agora es tiempo.
PERSEO ¿Qué es esto? Pues ¿cómo así 125
a mí os atrevéis?
GILOTE Queremos
que sepas que no hay razón
de tratarnos con desprecio,
no siendo mijor que todos.
ERGASTO ¿Cómo mijor? Ni aun tan bueno. 130
PERSEO ¡Viven los cielos, villanos!
GILOTE Bato, dile sus sucesos.
BATO ¿Está bien tenido?
LOS TRES Sí.
BATO ¿Bien, bien?
GILOTE Tan bien, que no creo
que se escape de mis brazos. 135
ERGASTO Yo aquesta mano le tengo.
RISELO Yo estotra.
BATO Pues finalmente,
como digo de mi cuento...
PERSEO ¿Que esto Júpiter permita?
BATO Desvanecido mozuelo, 140
pisa verde destos prados,
pisa pardo destos cerros,
¿quién te imaginas y piensas
que eres, para no tenermos
mochísima estimación 145
y mochísimo respeto?
¿Qué cosa es que cada día
mos trates como a tus negros,
siendo tus brancos? ¿De qué
nace el desvanecimiento? 150
Si presumes que eres hijo
de la hija de Cardenio,
nueso mayoral, te engañas;
ni ella es hija, ni tú nieto.
¿Va bien?
LOS TRES Lindamente va. 155
PERSEO ¿Que esto consientan los cielos?
BATO Pues tenedle lindamente,
no se deslinde el intento.
Porque has de saber que un día
alterado el mar, corriendo 160
fortuna, trajo un bajel
a la vista deste puerto,
donde encallando en los bajos,
que son Scilas del griego
piélago del negro Ponto, 165
fue escollo de algas cubierto.
Ni árbol ni jarcia ni vela
traía el buque, y presumiendo
que del deshecho del agua,
era ojeriza del viento, 170
no causó más novedad
que la lástima de verlo;
hasta que unos pescadores
que de la cólera huyendo
de Neptuno, a estas orillas 175
volvían a vela y remo,
contaron que al pasar cerca
de aquel derrotado leño,
habían escuchado humana
voz, que en mísero lamento 180
favor pedía a los dioses.
¿Va bien?
LOS DOS Muy bien.
BATO Pues tenedlo
hasta la postrer palabra.
PERSEO Ya no hay para qué, supuesto
que más que esta fuerza atado, 185
me tiene esta voz suspenso.
BATO Aplacó su saña el mar,
y en mirándole sereno,
la curiosidad llevó
a conocer si era cierto 190
que había gente, pescadores
y villanos. Uno destos
fui yo, y abordando al vaso,
vimos una mujer dentro
con un infante en los brazos, 195
que abrigándole en el pecho,
sin tenerle ella le daba
el calor y el alimento.
Ni otra persona, ni señas
de haberla tenido, vieron 200
nuestros ojos. La piedad
la sacó a tierra. Tenedlo,
que parece que se escurre,
y ya falta poco al cuento.
PERSEO No temas, que aunque decirlo 205
no quieras, querré saberlo.
BATO Entre cuanta gente pues,
a tierra sacó el suceso,
fue uno Cardenio; y movido
de ver el semblante bello 210
de la mujer, que aún estaba
diciendo el delito honesto,
si ya no de la inocente
culpa del infante tierno,
en su casa la albergó, 215
dándola el anciano viejo,
obrigado a su hermosura,
a su vertud y a su ingenio,
nombre de hija. Esta es tu madre,
y el infante tú: y supuesto 220
que nunca por buena fue
entregada al mar violento
con tan grande desamparo,
desabrigo y desconsuelo,
¿qué te persuade a pensar 225
que eres más que un extranjero,
advenedizo pastor,
hijo vil de un adulterio,
u de otra traición? Y así
trata desde hoy de no vernos 230
las caras, siendo desde hoy
más humilde y más honesto.
LOS TRES ¿Tienes más que decir?
BATO No.
GILOTE Pues cuidado, que le suelto.
ERGASTO Y yo también.
RISELO Y yo y todo. 235
PERSEO ¿Esto sufro, esto consiento,
sin haceros mil pedazos?
LOS TRES Vamos de su furia huyendo.
(Vanse los tres.)
BATO ¿Para qué, si se ha de estar
quedito?
PERSEO Bárbaro, necio, 240
infame, loco, villano,
que has tenido atrevimiento
para decirme en mi cara
mi desdicha.
BATO Estese quedo,
y trate de no mirarme 245
a la mía.
PERSEO ¡Vive el cielo,
que has de morir a mi mano!
BATO Algo se me olvidó al cuento,
pues aun pega todavía.
¡Ay que me mata!
(Sale DÁNAE vestida de villana.)
DÁNAE ¿Qué es esto? 250
PERSEO Esto es vengar, en quien no
tiene la culpa, tus yerros.
BATO Tenle, señora, que está
más loco que antes; y habiendo
oídolo todo, aún no quiere 255
modesto ser, y es molesto.
(Vase.)
DÁNAE ¿Siempre te tengo de hallar
altivo, sañudo y fiero?
PERSEO Razón tienes de reñirme
cuando no solo no serlo, 260
mas ni aun atreverme a ver
al sol debiera, sabiendo
ya en tu fortuna mi agravio,
y en tu traición mi desprecio.
DÁNAE ¿Qué dices? ¡Ay infelice! 265
PERSEO Que ¿por qué el nativo seno,
que a infame ser disponía
mi infelice nacimiento,
no le hiciste mi sepulcro,
abortándome primero, 270
que darme a la luz del sol?
O ¿por qué, ya que pariendo
víbora no reventaste,
aquel derrotado leño,
que fue mi primera cuna, 275
no hiciste mi monumento?
¿Por qué, antes que me abrigaran
las piedades de tus pechos,
no me arrojaste a las ondas?
Fuera mi desdicha menos, 280
muerto en el primer umbral
de la vida, que no muerto
al baldón de unos villanos,
que con todos tus sucesos
me han dado en rostro, notando 285
de advenedizo extranjero
pastor, hijo de un delito,
merecedor de aquel riesgo.
DÁNAE ¡Ha, Perseo! Tu soberbia
en este trance te ha puesto; 290
que no fueran ellos libres
si tú no fueras soberbio.
Pocas veces el humilde
escucha baldones.
PERSEO ¿Luego
razón tienen?
DÁNAE Razón tienen. 295
PERSEO ¿No lo niegas?
DÁNAE No lo niego,
porque contra la razón
no hay más razón que el silencio.
PERSEO ¿En fin, que la tienen?
DÁNAE Sí.
PERSEO Pues ya que la tienen ellos, 300
tengámosla todos. Dime
quién soy y quién eres, puesto
que el presumir que soy más
hace tu delito menos.
Consuélame con que sepa 305
si lo que alguna vez pienso
al mirar que no me viene
el corazón en el pecho,
es verdad; pues no hay latido
que dé que no sea diciendo 310
que no nació para verse
de tosco sayal cubierto.
Del extremo de una infamia
pasemos a otro, que a precio
de no ser villano vil, 315
te perdono cualquier yerro.
Y supuesto que no eres
humilde hija de Cardenio;
¿qué puede ser que no sea
mejor? Dime pues, te ruego, 320
¿quién eres?
DÁNAE No sé quién soy.
PERSEO Pues ¿quién fuiste?
DÁNAE Eso sé menos.
PERSEO ¿Quién fue mi padre?
DÁNAE No sé.
PERSEO ¿Por qué te echó airado y fiero
al mar?
DÁNAE No lo sé tampoco. 325
PERSEO ¿Soy noble?
DÁNAE No sé.
PERSEO ¿Qué es esto?
¿Nada sabes?
DÁNAE No sé nada;
y no me apures, que puesto
que es secreto y soy mujer
y no lo digo, no debo 330
de poder decirlo: y baste
ver un prodigio tan nuevo,
como que en un pecho vivan
juntos mujer y secreto.
Pregúntaselo a los dioses, 335
quizá enternecidos ellos
te responderán, que yo
solo con el llanto puedo