Fortunas de Andrómeda y Perseo - Pedro Calderón de la Barca - E-Book

Fortunas de Andrómeda y Perseo E-Book

Pedro Calderón de la Barca

0,0

Beschreibung

Fortunas de Andrómeda y Perseo es uno de los dramas teatrales de Pedro Calderón de la Barca. Suele emplear en ellos auspicios y profecías iniciales que desvían la atención del público, con componentes mitológicos, rasgos deudores de la obra de Lope de Vega y centrados en temas clásicos de la época como la religión, el amor y el honor. -

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 103

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Pedro Calderón de la Barca

Fortunas de Andrómeda y Perseo

La gran comedia

Saga

Fortunas de Andrómeda y PerseoCover image: Shutterstock Copyright © 1650, 2020 Pedro Calderón de la Barca and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726497311

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

PERSONAS QUE HABLAN EN ELLA

PERSEO. BATO. GILOTE. RISELO. ERGASTO. CARDENIO. DÁNAE. POLÍDITES. UN CRIADO. FINEO. LIDORO. MEDUSA. PALAS. MERCURIO. ANDRÓMEDA. MORFEO. JÚPITER. MÚSICOS. DAMA PRIMERA. DAMA SEGUNDA. DAMA TERCERA. DAMA CUARTA. UNA CRIADA. [JUNO.] [EL REY DE TRINACRIA.] [DISCORDIA.] [LIBIA.] [SIRENE.] [LAURA.] [CELIO.] [LIBIO.] [FURIAS.] [NEREIDAS.] [VILLANOS.]

Jornada I

Descúbrese el teatro de las caserías nevadas. Dicen dentro, y salendespués BATO, GILOTE, ERGASTO y RISELO, VILLANOS.

 

RISELO Huye, Gilote.

GILOTE Huye, Bato.

BATO Huye, Ergasto.

ERGASTO Huye, Riselo.

PERSEO ¡Vive Júpiter, villanos,

que habéis de morir!

 

(Sale RISELO.)

 

RISELO Los fresnos

me amparen1 .

 

(Sale ERGASTO.)

 

ERGASTO A mí los chopos. 5

 

(Sale GILOTE.)

 

GILOTE A mí los álamos negros.

 

(Sale BATO.)

 

BATO A mí las cepas y parras,

los pámpanos y sarmientos,

árboles santos, pues siempre

por ermitas los encuentro. 10

GILOTE El diabro mos trajo acá

este mochacho soberbio,

para que mos mande a todos.

ERGASTO Cuando los montes cubiertos

de nieve tiene ateridos 15

la ancianidad del invierno,

es cuando más solicita

llevarnos por fuerza a ellos,

para que a sus caserías

le sirvamos los ojeos. 20

RISELO Un lobo, que diz que anda

en la sierra, es el intento

con que hoy pretende llevarnos.

ERGASTO ¿Lobo?

GILOTE Sí.

BATO No es lo peor eso.

RISELO ¿Qué es?

BATO Que el lobo es un perdido, 25

jugador y mojeriego;

que a ser un lobo apricado,

destos que llaman caseros,

el primero huera yo

que fuera, donde el primero 30

le metiera en mis entrañas.

GILOTE Yo nieve ni lobo temo,

sino que es tan atrevido,

tan osado y tan resuelto,

que un día me quiso entrar 35

en ese lóbrego seno,

funesta gruta sagrada

a la deidad de Morfeo,

donde siempre andan visiones.

ERGASTO Nosotros mismos tenemos 40

la culpa de que nos trate

un rapaz con tanto imperio;

que si hubiera entre nosotros,

aunque pesara a Cardenio,

que por nieto le ha crïado, 45

uno, que osado y resuelto

le diera a entender quién es,

a fe que tuviera menos

soberbia.

GILOTE Muchos hubiera,

que si les dijeran eso, 50

quizá abajaran los bríos.

BATO Decidme, para saberlo:

¿es cierto que si supiera

quién es, desde aquel momento

no diera los mojicones 55

que suele dar?

ERGASTO Y tan cierto,

que viviera desde allí

más humilde y más modesto,

sin atreverse a mirarnos

a las caras.

BATO ¡Vive el cielo, 60

que lo ha de saber de mí

muy bien sabido!, pues puedo

decirlo mijor que todos,

como testigo del cuento:

una sola enfecultad 65

se me ofrece. He aquí que empiezo

la historia: ¿basta empezarla

para que él se me esté quedo

y no se atreva a mirarme

a la cara?

GILOTE No por cierto, 70

porque la ha de saber toda.

BATO Pues entre otro, que no quiero

que al principio de la historia

vea donde va el intento,

y antes que ella llegue al fin, 75

llegue yo al fin.

ERGASTO Para eso

habrá una traza.

BATO ¿Qué traza?

GILOTE Nosotros te le tendremos

de suerte que, aunque no quiera,

todo te lo escuche.

BATO ¿Y luego? 80

LOS TRES Luego seguro estás.

BATO Manos

a la labor, que reviento

por decírselo en su cara,

dónde y cómo y cuándo, a trueco

de que él no mire la mía. 85

 

(Sale PERSEO vestido de villano.)

 

PERSEO Villanos, ¿qué atrevimiento

es llamaros yo y huir?

GILOTE Como hacía tan mal tiempo,

rehusábamos ir al monte.

PERSEO ¿Hácele para mí bueno? 90

Pues el que pasare yo,

bárbaros, viles, groseros,

¿no le pasaréis vosotros?

Venid conmigo.

BATO ¡Qué presto

ha de bajar estos bríos! 95

PERSEO Que seguir la fiera quiero

que escandaliza estos valles

con tantos robos sangrientos

de pastores y ganados.

Hoy se la he ofrecido al templo 100

de Júpiter, que en las altas

cumbres del monte es opuesto

rebellín contra los rayos,

los relámpagos y truenos

que Acaya padece: a quien 105

yo no sé por qué secreto,

aún más que todos adoro,

más que todos reverencio;

siendo así que no hay remota

provincia, apartado reino, 110

que no envíe a consultarle

los arduos casos; y puesto

que se la tengo ofrecida,

hoy su armada testa tengo

de clavar a sus umbrales. 115

Ven, Ergasto.

ERGASTO Ya obedezco.

PERSEO Ven, Gilote.

GILOTE Ya voy yo.

PERSEO No te escondas tú, Riselo.

RISELO Ya voy tras ti.

PERSEO Ven tú, Bato.

BATO Déjame a mí, porque quiero 120

estodiar toda la historia.

PERSEO ¿Qué historia?

BATO Una que te tengo

de contar.

PERSEO ¿A mí?

BATO Sí.

PERSEO Pues,

¿qué historia es?

 

(Abrázanse los tres con él.)

 

LOS TRES Agora es tiempo.

PERSEO ¿Qué es esto? Pues ¿cómo así 125

a mí os atrevéis?

GILOTE Queremos

que sepas que no hay razón

de tratarnos con desprecio,

no siendo mijor que todos.

ERGASTO ¿Cómo mijor? Ni aun tan bueno. 130

PERSEO ¡Viven los cielos, villanos!

GILOTE Bato, dile sus sucesos.

BATO ¿Está bien tenido?

LOS TRES Sí.

BATO ¿Bien, bien?

GILOTE Tan bien, que no creo

que se escape de mis brazos. 135

ERGASTO Yo aquesta mano le tengo.

RISELO Yo estotra.

BATO Pues finalmente,

como digo de mi cuento...

PERSEO ¿Que esto Júpiter permita?

BATO Desvanecido mozuelo, 140

pisa verde destos prados,

pisa pardo destos cerros,

¿quién te imaginas y piensas

que eres, para no tenermos

mochísima estimación 145

y mochísimo respeto?

¿Qué cosa es que cada día

mos trates como a tus negros,

siendo tus brancos? ¿De qué

nace el desvanecimiento? 150

Si presumes que eres hijo

de la hija de Cardenio,

nueso mayoral, te engañas;

ni ella es hija, ni tú nieto.

¿Va bien?

LOS TRES Lindamente va. 155

PERSEO ¿Que esto consientan los cielos?

BATO Pues tenedle lindamente,

no se deslinde el intento.

Porque has de saber que un día

alterado el mar, corriendo 160

fortuna, trajo un bajel

a la vista deste puerto,

donde encallando en los bajos,

que son Scilas del griego

piélago del negro Ponto, 165

fue escollo de algas cubierto.

Ni árbol ni jarcia ni vela

traía el buque, y presumiendo

que del deshecho del agua,

era ojeriza del viento, 170

no causó más novedad

que la lástima de verlo;

hasta que unos pescadores

que de la cólera huyendo

de Neptuno, a estas orillas 175

volvían a vela y remo,

contaron que al pasar cerca

de aquel derrotado leño,

habían escuchado humana

voz, que en mísero lamento 180

favor pedía a los dioses.

¿Va bien?

LOS DOS Muy bien.

BATO Pues tenedlo

hasta la postrer palabra.

PERSEO Ya no hay para qué, supuesto

que más que esta fuerza atado, 185

me tiene esta voz suspenso.

BATO Aplacó su saña el mar,

y en mirándole sereno,

la curiosidad llevó

a conocer si era cierto 190

que había gente, pescadores

y villanos. Uno destos

fui yo, y abordando al vaso,

vimos una mujer dentro

con un infante en los brazos, 195

que abrigándole en el pecho,

sin tenerle ella le daba

el calor y el alimento.

Ni otra persona, ni señas

de haberla tenido, vieron 200

nuestros ojos. La piedad

la sacó a tierra. Tenedlo,

que parece que se escurre,

y ya falta poco al cuento.

PERSEO No temas, que aunque decirlo 205

no quieras, querré saberlo.

BATO Entre cuanta gente pues,

a tierra sacó el suceso,

fue uno Cardenio; y movido

de ver el semblante bello 210

de la mujer, que aún estaba

diciendo el delito honesto,

si ya no de la inocente

culpa del infante tierno,

en su casa la albergó, 215

dándola el anciano viejo,

obrigado a su hermosura,

a su vertud y a su ingenio,

nombre de hija. Esta es tu madre,

y el infante tú: y supuesto 220

que nunca por buena fue

entregada al mar violento

con tan grande desamparo,

desabrigo y desconsuelo,

¿qué te persuade a pensar 225

que eres más que un extranjero,

advenedizo pastor,

hijo vil de un adulterio,

u de otra traición? Y así

trata desde hoy de no vernos 230

las caras, siendo desde hoy

más humilde y más honesto.

LOS TRES ¿Tienes más que decir?

BATO No.

GILOTE Pues cuidado, que le suelto.

ERGASTO Y yo también.

RISELO Y yo y todo. 235

PERSEO ¿Esto sufro, esto consiento,

sin haceros mil pedazos?

LOS TRES Vamos de su furia huyendo.

(Vanse los tres.)

BATO ¿Para qué, si se ha de estar

quedito?

PERSEO Bárbaro, necio, 240

infame, loco, villano,

que has tenido atrevimiento

para decirme en mi cara

mi desdicha.

BATO Estese quedo,

y trate de no mirarme 245

a la mía.

PERSEO ¡Vive el cielo,

que has de morir a mi mano!

BATO Algo se me olvidó al cuento,

pues aun pega todavía.

¡Ay que me mata!

 

(Sale DÁNAE vestida de villana.)

 

DÁNAE ¿Qué es esto? 250

PERSEO Esto es vengar, en quien no

tiene la culpa, tus yerros.

BATO Tenle, señora, que está

más loco que antes; y habiendo

oídolo todo, aún no quiere 255

modesto ser, y es molesto.

(Vase.)

DÁNAE ¿Siempre te tengo de hallar

altivo, sañudo y fiero?

PERSEO Razón tienes de reñirme

cuando no solo no serlo, 260

mas ni aun atreverme a ver

al sol debiera, sabiendo

ya en tu fortuna mi agravio,

y en tu traición mi desprecio.

DÁNAE ¿Qué dices? ¡Ay infelice! 265

PERSEO Que ¿por qué el nativo seno,

que a infame ser disponía

mi infelice nacimiento,

no le hiciste mi sepulcro,

abortándome primero, 270

que darme a la luz del sol?

O ¿por qué, ya que pariendo

víbora no reventaste,

aquel derrotado leño,

que fue mi primera cuna, 275

no hiciste mi monumento?

¿Por qué, antes que me abrigaran

las piedades de tus pechos,

no me arrojaste a las ondas?

Fuera mi desdicha menos, 280

muerto en el primer umbral

de la vida, que no muerto

al baldón de unos villanos,

que con todos tus sucesos

me han dado en rostro, notando 285

de advenedizo extranjero

pastor, hijo de un delito,

merecedor de aquel riesgo.

DÁNAE ¡Ha, Perseo! Tu soberbia

en este trance te ha puesto; 290

que no fueran ellos libres

si tú no fueras soberbio.

Pocas veces el humilde

escucha baldones.

PERSEO ¿Luego

razón tienen?

DÁNAE Razón tienen. 295

PERSEO ¿No lo niegas?

DÁNAE No lo niego,

porque contra la razón

no hay más razón que el silencio.

PERSEO ¿En fin, que la tienen?

DÁNAE Sí.

PERSEO Pues ya que la tienen ellos, 300

tengámosla todos. Dime

quién soy y quién eres, puesto

que el presumir que soy más

hace tu delito menos.

Consuélame con que sepa 305

si lo que alguna vez pienso

al mirar que no me viene

el corazón en el pecho,

es verdad; pues no hay latido

que dé que no sea diciendo 310

que no nació para verse

de tosco sayal cubierto.

Del extremo de una infamia

pasemos a otro, que a precio

de no ser villano vil, 315

te perdono cualquier yerro.

Y supuesto que no eres

humilde hija de Cardenio;

¿qué puede ser que no sea

mejor? Dime pues, te ruego, 320

¿quién eres?

DÁNAE No sé quién soy.

PERSEO Pues ¿quién fuiste?

DÁNAE Eso sé menos.

PERSEO ¿Quién fue mi padre?

DÁNAE No sé.

PERSEO ¿Por qué te echó airado y fiero

al mar?

DÁNAE No lo sé tampoco. 325

PERSEO ¿Soy noble?

DÁNAE No sé.

PERSEO ¿Qué es esto?

¿Nada sabes?

DÁNAE No sé nada;

y no me apures, que puesto

que es secreto y soy mujer

y no lo digo, no debo 330

de poder decirlo: y baste

ver un prodigio tan nuevo,

como que en un pecho vivan

juntos mujer y secreto.

Pregúntaselo a los dioses, 335

quizá enternecidos ellos

te responderán, que yo

solo con el llanto puedo