Gesta de Malvinas. 40 años. - Sergio "Tuni" Aguilar - E-Book

Gesta de Malvinas. 40 años. E-Book

Sergio "Tuni" Aguilar

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Beschreibung

"Gesta de Malvinas. 40 años" viene a poner fin a un vacío historiográfico, no hay publicaciones previas que centren los testimonios de nuestros veteranos de guerra en una comunidad determinada, ni que lo relacionen íntimamente con las escuelas. La Gesta no es contada desde el poder de interpretación de un historiador, nos es contada desde adentro, desde la más desnuda humanidad de sus protagonistas. La preocupación por la desmalvinización impulsó a nuestros Héroes a continuar las batallas en otro frente imprescindible, las escuelas. Fue en ellas en donde comenzó, nos relata Sergio "Tuni" Aguilar, la concientización sobre nuestra "hermanita perdida", y es allí donde se continúa fortaleciendo la Memoria, espacio en donde se dirime y reside el poder, además, es el medio para comprender. Las entrevistas no se redujeron a la obtención de fragmentos de información, evidencias e interpretaciones. La memoria no es un espacio de tiempo congelado, que preserva datos y significados, el sujeto portador la transforma y reelabora en un proceso dialéctico que incluye nuevos datos y significados que incluyen a los viejos, incluso para negar de ellos: los veteranos no quieren una nueva guerra para recuperar Malvinas, alientan otros caminos menos cruentos, pero con mayor firmeza. El entrevistador supo escuchar y aprehender las tensiones de las interpretaciones colectivas sobre qué y cómo paso, cómo fueron y cómo regresaron, documentando, además, qué pasaba y cómo reaccionaron en nuestra comunidad. Es significativo que el rescate del valor de nuestro Veteranos y Héroes lo haga un profesor pues la generadora de memoria de Malvinas es, y lo ha sido siempre, la escuela. Juan Carlos Ramirez Leiva

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SERGIO "TUNI" AGUILAR

Gesta de Malvinas

40 años

Sergio Tuni AguilarGesta de Malvinas : 40 años / Sergio Tuni Aguilar. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-4042-3

1. Historia. I. Título.CDD 982

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Tabla de contenidos

Prólogo

Palabras del autor

Introducción

Primera parte

Gesta de Malvinas. El Distrito Ezeiza y las voces de sus Veteranos de Guerra

2 de abril

Desarrollo bélico

14 de junio de 1982

Segunda parte

Desmalvinización

El regreso

Lucha y reconocimiento

Tercera parte

Las escuelas y los Héroes

La maestra de un héroeMartha Amanda Brussolo

Las voces de nuestros veteranos

Publicaciones locales en 1982

Interrogantes para reflexionar (A modo de epílogo)

Apéndice documental

Bibliografía empleada

Prólogo

El gran pensador nacional Arturo Jauretche afirmaba, con increíble intuición, que para revertir la colonización pedagógica imperante en nuestro país desde mediados del siglo XIX, era necesario “aprender a des–aprender”. Recientes estudios epistemológicos le dan la razón; no es posible acceder a nuevos conocimientos, sin desembarazarse del bagaje hermenéutico que cargamos como pesada mochila.

Para acceder al conocimiento de uno de los más importantes acontecimientos de nuestro pasado reciente, la guerra de Malvinas, Sergio “Tuni” Aguilar nos propone acercarnos a los relatos de los protagonistas directos de la batalla por nuestra soberanía en los archipiélagos australes y sus mares correspondientes.

Esos relatos han sido sustraídos de manera sistemática y deliberada de la mirada pública durante la posguerra, y sustituidos por la producción de contenidos por parte de intérpretes y especialistas que fueron construyendo una narrativa sobre el acontecimiento bélico, en absoluta coherencia con la visión promovida por la potencia que resultó victoriosa en la contienda.

Este vaciamiento de sentido fundó su hegemonía a poco de finalizar los combates, cuando el intelectual francés Alain Rouquié recomendó “desmalvinizar” a la Argentina, en el famoso reportaje que le hiciera el dramaturgo, escritor y periodista Osvaldo Soriano para la Revista Humor. El argumento principal del galo era que los militares argentinos intentarían recuperar legitimidad a partir de su enfrentamiento contra los británicos (“guerra limpia”), para tapar las acciones enmarcadas en el Terrorismo de Estado (“guerra sucia”), y que ello supondría sostener la amenaza sobre el sistema democrático.

La aplicación de estas recomendaciones por parte del primer gobierno democrático de posguerra, derivó en un sistema que impidió toda reflexión sobre las causas, desarrollo y consecuencias de la guerra. Ello se cristalizó en el 2° Congreso Pedagógico Nacional de 1984, cuando su única recomendación fue tratar la cuestión Malvinas como “la decadencia de la dictadura militar”, y se consolidó con el hermetismo documental por parte de los dos Estados beligerantes.

A pesar de que, en 1994, los constituyentes aprobaron con cerrado aplauso y unánimemente, la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional, –que entre otros conceptos define a la recuperación de Malvinas y demás territorios como una “Causa inclaudicable del pueblo de la Nación Argentina”–, y que a finales de 2006, la Ley 26.206 estableció en su Artículo 92, inciso b), que la Causa de Malvinas es uno de los contenidos que deben ser impartidos en todos los niveles y de manera transversal, poco se ha hecho en estos años para revertir la mirada consagrada apenas finalizado el conflicto bélico.

Gesta de Malvinas: 40 años se interna no sólo en los relatos directos de los combatientes; también avanza en la tarea de bucear sobre el ánimo de los docentes que, a falta de directivas claras y de contenidos acordes con las leyes vigentes y los sentimientos mayoritarios de nuestra comunidad, buscan por sí mismos aproximarse a la verdad histórica, abrevando en los testimonios de los veteranos de guerra, de los familiares de los Héroes Caídos, y en la Historia de nuestra emancipación.

La tarea se focaliza en las localidades de Ezeiza y Tristán Suárez, en aplicación del adagio “pinta tu aldea, y pintarás el mundo”. La reconstrucción de la Historia Oral se genera –habitualmente–, por proximidad, tanto física como espiritual. El prójimo, es en este caso, los veteranos de guerra, fuente primordial para la reconstrucción de un acontecimiento que conmovió y –conmueve– a toda nuestra comunidad nacional.

La tarea abordada por Sergio “Tuni” Aguilar y por los docentes que lo acompañan, son el ejemplo de lo que pueden y deben hacer cada una de las comunidades educativas de nuestra inmensa y bellísima Patria, no sólo para cumplir con las normas educativas vigentes, sino que principalmente, si pretendemos construir un futuro mejor.

Por César Trejo

Veterano de Guerra. Director del Observatorio Malvinas de la Universidad Nacional de Lanús.

Palabras del autor

Agradecimientos

Quiero agradecer al Centro de Héroes de Malvinas de Ezeiza y, en particular, a cada uno de los Veteranos de Guerra que dieron su testimonio: Acevedo, Daniel; Acuña, Horacio; Adobatto, Dardo; Agüero, Roberto; Bechthold, César; Canalicchio, Carlos; Carnero, Ruben; Díaz, Gustavo; Iglesias, Rubén; Lena, Luis; Mayorga, Américo; Palomar, Carlos; Santillán, José; Soto, José; Villaverde, Rodolfo y Vizgarra, Claudio.

Agradecer a los docentes Catalina y Gilda Saracino, Martha Medina de Gussoni, Juan Zorrilla, Dominga Caballero, Rosana Sardón y Darío Laraignée, por sus recuerdos. A la Biblioteca Domingo Faustino Sarmiento por facilitar los semanarios de La Voz de mi parroquia de Tristán Suarez. A la Escuela Primaria 19 de Ezeiza “Héroes de Malvinas” y Escuela Secundaria 3 “Malvinas Argentinas” de Ezeiza. Al profesor Cesar Miralia, por la lectura y su acompañamiento. Al docente Adolfo Azcano, por las sugerencias, y a Sebastián Guevara por las fotos.

A mis padres que están junto al Creador, que por la cultura chamamecera me formaron en clave nacional y que, en parte, me inspiraron mediante el chamamé, Los Ramones (de mi patria) de Julián Zini y Mario Bofill, para la realización de éste libro. A mis trece hermanos, eternamente gracias.

A Juan Carlos Ramírez por las aclaraciones al pie y la edición de este libro, a quien le doy toda mi gratitud. Al VGM César Trejo por el prólogo. Por último, todo el agradecimiento de mi corazón para la familia que formamos con Roxana Olivera y nuestros hijos; Luciano, Luis y Martina.

Por qué entrevistamos

Al cumplirse 40 años de la guerra de Malvinas cada docente se encuentra con el desafío de qué estrategia utilizar para que los estudiantes internalicen en su estructura cognitiva el significante Malvinas. A los docentes se nos plantean varios interrogantes de cómo abordar “la guerra de Malvinas”. Somos sujetos de transformación de la realidad, pero también estamos atravesados por la historia reciente y del dispositivo de desmalvinización. Esta comenzó apenas concluida la guerra de Malvinas, el 14 de junio de 1982, invisibilizando a nuestros veteranos de guerra.

La “Desmalvinización” conformó un relato poderoso que demando la lucha de nuestros veteranos para su reconocimiento, logrado finalmente en el año 2004 durante la Presidencia de Néstor Kirchner. Mediante los medios de comunicación y distintas películas sobre la guerra, se ocultaron los intereses económicos y geopolíticos de los británicos en nuestras Islas Malvinas, el Atlántico Sur y el sector Antártico. Relatos y películas que están presentes en la escuela y que han sido promovidos por distintos gobiernos.

Al llegar al Centro de Héroes de Malvinas de Ezeiza nos encontramos con la inexistencia de libros que hablaran de las acciones de nuestros veteranos en la guerra, y se nos ocurrió que, tomando sus testimonios podíamos reconstruir nuestra historia y conocer las historias de nuestros Héroes, de poner sus voces en letras y que sirvan como fuentes para mantener viva la memoria.

También es una oportunidad de romper con la “desmalvinizacion”, que nuestro pueblo conozca sus nombres y trascendencia. Al hacer historia oral en primera persona, nos surgió la pregunta del rol de la escuela en este proceso histórico nacional y su impacto en la región. ¿Cómo habrá impactado en las escuelas de Ezeiza en abril y mayo de 1982? Tomamos 2 casos testigos, uno de la localidad de Ezeiza y otro de la ciudad de Tristán Suárez.

Hemos consultado como fuente escrita el semanario local “La Voz de mi parroquia” para reconstruir en parte los hechos. Por otra parte, entendemos el rol importante de los docentes y la escuela para la malvinización. ¡Malvinizar es la tarea!

Sergio “Tuni” Aguilar

Introducción

Se cumplen 40 años de la Gesta de Malvinas y por ese motivo la DGCyE1 de la Provincia de Buenos Aires, envío una disposición para que todos los niveles educativos trabajen sobre Malvinas.

La escuela reúne a todos los actores sociales y forma ciudadanos con conocimientos escolarizados, valores democráticos y respeto a la diversidad cultural. Forma para el mundo del trabajo y para estudios superiores, además de preparar a las futuras generaciones para que dirijan los destinos del país. Es una institución fundante de nuestra nacionalidad. Al consolidarse el Estado Nacional se sancionó la ley 1420 de Educación Pública que, estableció la obligatoriedad de la escuela primaria, gratuita y laica, para formar una conciencia colectiva de carácter nacional.

El Estado impulsó la formación del ser nacional mediante la escuela. Argentina se integró a la división internacional del trabajo como proveedora de bienes primarios del campo, modelo agroexportador que, desde lo económico nos generaba una dependencia de los países centrales. En la década de 1930, denominada “Década Infame”, un grupo de pensadores nacionales comenzó a denunciar el “Pacto Roca–Runciman”, que posicionaba a la Argentina como colonia inglesa. Esos pensadores nacionales elaboraron un panfleto en donde denuncian “varias Malvinas” del imperio ingles que controlan y explotan para sí todos los resortes estratégicos de la economía junto a sus aliados oligárquicos.

En 1939 se formó la “Junta de Recuperación de las Malvinas” y en 1941 se dio a conocer la “Marcha de Malvinas”2. Simultáneamente Ramón Doll escribió el folleto “Las Malvinas, como cuestión previa”, analizando el significado político de Malvinas como colonia inglesa. El año anterior, Juan Carlos Moreno había publicado “Nuestras islas Malvinas”, un informe de su visita a las islas partiendo desde Uruguay para no dejar antecedente de pasaporte argentino para ingresar a nuestras islas. El libro se adaptó para su estudio en las escuelas secundarias en los años 40. En 1941, el sistema escolar comenzó la ejecución del programa de argentinización de las Islas Malvinas, en particular la escuela primaria. Por la labor de las maestras, generaciones de argentinos aprendieron que, “las Malvinas son, fueron y serán argentinas”.

Malvinas es una causa nacional y además de los fundamentos históricos, jurídicos y geográficos, la formación del imaginario colectivo de Malvinas explica la participación masiva del pueblo en la Gesta de 1982, que de ninguna manera fue apoyo a la Junta Militar.

Durante los 70 en la América hispana comenzaron golpes de estado cívico militares que aplicaron planes económicos neoliberales. En Argentina, se dio comienzo a la denominada “Patria financiera” destruyendo la industria nacional. Durante la década de los 80 Margaret Thatcher y Ronald Reagan sentaran las bases del mundo neoliberal que, con la caída del muro de Berlín, dieron paso a la globalización en el “Consenso de Washington”.

1 Dirección General de Cultura y Educación.

2 Elegida por concurso, con letra de Carlos Obligado y música de José Tieri.

Primera parte

Gesta de Malvinas. El Distrito Ezeiza y las voces de sus Veteranos de Guerra

2 de abril

ACEVEDO, Daniel Oscar3

En 1982 vivía con mi mamá y mi papá. Nací en Monte Grande. Siempre he trabajado, desde chiquito me enseñaron a trabajar, hasta los 18 años que me tocó el sorteo de la colimba como todos le decíamos, y me toco el Regimiento 7 de Infantería de La Plata.

Mi compañía era Sección Destino. En el momento del conflicto me pasaron a un comando, que el comando era de apoyo. En el trayecto estuvimos contentos porque íbamos a Malvinas, a defender Malvinas. Mi armamento era una 9 mm, una ametralladora PAM, y el rol mío era tirar con un cañón 105 mm.

ACUÑA, Horacio Norberto

En 1982 formaba parte del guardacostas de Prefectura, después quedé en la Fuerza y me fui de traslado al Guardacostas 83 del Río Iguazú, que era donde estaba desde ese momento. Tenía 20 años, no pertenecía a ninguna Fuerza Armada ya que la prefectura es una fuerza de seguridad entonces no tenía a ninguna compañía, estaba como guardacostas.

A Malvinas fuimos dos guardacostas, el GC 82 “Islas Malvinas” y el GC 83 “Río Iguazú”, dos aviones y dos helicópteros. Fuimos los que estuvimos emplazados en Malvinas, con su personal y 5 hombres de infantería, 5 albatros que eran los que hacían la seguridad del predio y salían a navegar con nosotros, con el guardacostas, cuando había lugares complicados. Ese fue el grupo que fuimos a Malvinas. Tuvimos dos caídos, uno en mi guardacostas, Julio Omar Benítez y Jorge López, que muere cuando hunden el barco en la Isla de los Estados. Hunden ese barco los ingleses. Él estaba a bordo, él estaba llevando equipos donde estábamos nosotros para estar en las islas.

El 2 de abril yo estaba de franco en mi casa. El día 3 entraba de guardia porque nosotros hacíamos guardia en el guardacostas acá en el Puerto de Buenos Aires. Me presente a trabajar en el guardacostas y ahí nos dijeron que empezáramos a alistar el barco. Salimos de Buenos Aires los dos guardacostas acompañados y apoyados por dos aviones de prefectura. En la navegación, cada 6 u 8 hs, nos sobrevolaban en mar abierto. Salimos el 6 de abril e hicimos noche en Mar del Plata, después fuimos a Bahía Blanca, a Puerto Madryn y, después zarpamos a Puerto Deseado. Navegamos toda la noche y a la mañana, cuando estábamos llegando, nos dieron la orden del cruce. Entramos a Puerto Deseado, cargamos combustible, agua, se compraron algunos víveres y el 11, creo que a las 2 de la tarde, zarpamos a Malvinas.

ADOBATTO, Dardo Antonio4

Estuve prestando servicios en la Armada Argentina durante 10 años como maquinista naval. El Operativo Rosario me encontró a bordo del Destructor Santísima Trinidad que participó de la Operación Rosario de recuperación de Malvinas, que se inició la noche del 1ro. de abril y terminó la mañana del 2 de abril de 19825.

Recuerdo que volví a mi pueblo, ya vivía en Carlos Spegazzini, volví luego de tres meses y, en esa época la apatía era tal que cuando bajé del micro no sólo que nadie me esperó, sino que era el contexto en dónde se dieron las cosas. El regreso de los veteranos de guerra al continente fue para todos igual. No hubo un recibimiento cálido del pueblo porque hubo una decisión política seguro en ese momento y no responsabilizo al pueblo. Sí, responsabilizo a las autoridades del momento.

La Operación Rosario tuvo la particularidad de que fue secreta. En mi casa, mis hermanos, mi padrastro, mi madre, no se enteraron de la operación Rosario, que ni nosotros mismos (los tripulantes de la Armada Argentina del ARA Santísima Trinidad), que fuimos los participantes, sabíamos. Nosotros nos enteramos recién el mismo domingo 28 de marzo que zarpábamos y yo ya hacía un mes que no venía a Spegazzini, porque nosotros habíamos venido en diciembre del año anterior de Inglaterra y en los primeros días de marzo se incorporó a la flota y salimos a una navegación larga de ejercicio, de ejercitación y de incorporación a la flota por eso es que, en todo marzo, estuve en Puerto Belgrano a bordo y navegando, y a fines de marzo se ejecuta la operación. Se ejecuta la operación en el sentido que zarpamos de Puerto Belgrano, porque nosotros habíamos llegado el jueves 25 de marzo; hay fechas que no te olvidas más, llegamos de una navegación de unos 20 días donde habíamos hecho ejercitaciones navales en altamar y nos habíamos incorporado a la flota junto con el crucero General Belgrano, el portaviones 25 de Mayo, y los demás buques. Llegamos un jueves a la noche.

El buque fue al muelle de combustible a cargar, el buque tiene la particularidad de que cuando llega al puerto lo primero que tenés que hacer es ir a cargar combustible y dejar el tanque lleno como un auto para quedar listo para navegar de vuelta, eso no se hace después se hace al momento de llegar al puerto. Nosotros los maquinistas estuvimos aferrados a esa tarea hasta las 2 de la mañana más o menos y al otro día era viernes 26. Después de un mes allá nos veníamos de franco, es más ya había un chárter preparado al mediodía que nos traía, un micro que nos traía a los que éramos de Buenos Aires. Cuando me levanto, sería las 10 u 11 de la mañana, me levanté tarde porque tenía “permiso de sueño” porque me había acostado tarde por cargar combustible. Como para que ser claro, el buque cargaba 600 toneladas de combustible o sea que era un trabajo que demandaba varias horas. Cuando me levanto, nos anuncian que el buque estaba a la orden, o sea que nadie se podía bajar. A la orden significa que el buque está listo para salir a navegar de vuelta.

Nunca nos dijeron nada, a dónde íbamos, qué participación iba a tener el buque. Ese viernes hubo un gran movimiento de embarque de víveres, y el sábado embarcaron, a la orden del Capitán Pedro Edgardo Giachino, 90 comandos con 21 botes de goma y sus pertrechos. Eso fue el sábado 27 y ese mismo sábado al mediodía, nos dan a todos permisos para salir dos horas al pueblo Punta Alta. Me acuerdo de una anécdota de haber comprado yerba y cigarrillos, yo fumaba y a bordo del barco se fuma mucho. Compré unos cartones de cigarrillos, aunque a bordo te dan, aunque uno siempre quiere tener un stock. A las dos horas volvimos, no podés ser desertor y menos en esa situación.

El domingo a la mañana nos ordenan a los maquinistas “calentamiento de máquinas”. El buque tenía un complejo sistema de máquinas, turbinas Rolls Royces, era un buque nuevito, 0 kilómetro, y demandaba un calentamiento de unas 4 horas para poner las máquinas en funcionamiento y apagarlas y ya listo para cuando el comandante diga zarpamos; las enciendes y salimos de vuelta. Eso fue durante la mañana y al mediodía zarpamos. Por eso digo, que recuerdes que en mi casa nadie sabía nada. Sabían que estaba en Puerto Belgrano, pero la Operación Rosario se supo recién una semana después, el 2 de abril, que fue de público conocimiento que las islas habían sido tomadas. Nosotros recién nos enteramos el día domingo que después de 150 años de usurpación inglesa las habíamos recuperado, y había sido el destino que decidió que fuéramos nosotros a participar de esta Operación Rosario de recuperación de Malvinas. Por ende, zarpamos el domingo al mediodía y llegamos el jueves a la zona de Malvinas, obviamente en una operación secreta tomamos todos los recaudos. Con el buque a oscuras nos acercamos a la tarde a las islas, cosa que cuando llegara la noche ya estuviéramos cerca de para entrar y que no nos vean y… nos estaban esperando. Un día antes los satélites americanos dieron la posición y les avisaron que íbamos, así que nos estaban esperando. Y ahí se tornó más difícil la operación porque no se sabía en qué parte de las islas nos estaban esperando.

Íbamos a ir a un lugar al norte de las islas que se llama Cabo San Felipe, ahí se iba a desembarcar y se desembarcó por el sur, una lengua que entra, una bahía que se llamaba Enriqueta ahí entró el buque sobre las 21 horas, fondeó y bajaron los 90 comandos en bote de goma, fueron a la costa, dejaron los botes de goma y caminaron toda la noche en busca del objetivo que era el cuartel de los Royal Marines una parte y la otra parte, iba a ir a tomar la casa de gobierno. Nosotros quedamos aferrados al costado, por si necesitaban apoyo de fuego naval, nos quedamos a un costado, nos apagaron el faro recuerdo, o sea que sabían que estábamos, pero la noche era cerrada.

Te imaginás la incertidumbre de no saber, no estábamos tranquilos, así que esa noche nos quedamos todos despiertos esperando novedades. A las 5 de la mañana más o menos llegan, a las 7 toman la casa de gobierno, pero antes lo hieren de muerte al Capitán Pedro Giachino, el jefe. Giachino le da la voz que se rindan y como no contestaban, esto lo cuenta García Quiroga que era compañero de él que hoy está en Canadá, Giachino dice bueno vamos a tener que entrar a la Casa de Gobierno. Cuando entran a la galería, lo hieren a García Quiroga y a Giachino, y también a Ernesto Urbina que era el enfermero que los tenía que acudir. Así que no los pudo acudir porque también lo hirieron a él. Tanto Urbina como García Quiroga se salvan, no así, no tuvo la misma suerte, el Capitán Pedro Giachino, que a las 9 de la mañana falleció en el hospital de los británicos. Después de las 7 de la mañana vienen al mando del Almirante Bûsser, todo lo que es la infantería, otros buques que toman las islas, pero la Operación Rosario la ejecutaron 90 comandos que habían bajado del Santísima Trinidad la noche anterior.

La idea o plan esquemático inicial era tomar las islas, dejar un contingente de 500 infantes y negociar. No estaba la hipótesis de la guerra y bueno, ahí entramos en otro tema de que hubo una guerra que se podía haber evitado. Porque estuvo la posibilidad de “las tres banderas de Belaunde6”, quien la había propuesto, pero justo ellos ese día cuando estaban en plena negociaciones, eso ya era un mes después, el 2 de mayo, justo la argentina intenta atacar la flota inglesa que estaban llegando y nos hunden el Crucero Manuel Belgrano y, ahí ya se desvaneció todo. Me acuerdo que era un domingo, 2 de mayo porque estábamos en la zona; la armada iba a hacer un ataque en pinza. Nosotros por el norte y el crucero por el sur. Una cosa de locos atacar la flota inglesa que estaba llegando. Nos hunden el crucero y pasamos de ser una flota ofensiva a ser una flota defensiva. Ahí se desvaneció todo. Por eso ahí la guerra que no tendría que haber existido porque en un plan inicial no iba a haber guerra. Pero bueno, ellos nos llevaron un poco y, nosotros también.

En ese momento tenía 24 años y sentí un alto honor que la Armada Argentina me haya asignado esa tarea; yo era personal militar y era mi función; fui a cumplir con mi deber que es distinto al soldado conscripto o colimba, fui a cumplir mi deber y nada más. Hoy, 40 años después, no tengo el mismo pensamiento porque nada justifica matar a una persona y cuando digo esto, pongo al ser humano primero y a las islas después ¿Qué quiero decir con esto? que me hubiese gustado que se dé lo de las islas, pero también me hubiera gustado que los 649 que quedaron en las Islas, estén con nosotros. Hoy tengo el convencimiento de que nada justifica matar una persona. Seguro que las guerras existen, pero ya con 64 años tengo ese pensamiento.

AGÜERO, Roberto Walter

Me desempeñaba en la Fuerza Aérea Argentina con el grado de Cabo Primero del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), grupo comando de la Fuerza Aérea.

En 1982, vivía en el casino de suboficiales de la Séptima Brigada Aérea, en donde estaba alojado el grupo de Operaciones Especiales, y convivía con 3 de mi grupo, éramos 4 por habitación. Convivíamos 4 de los cuales, el único que está vivo soy yo, los otros tres fallecieron luego de la guerra

Mi armamento consistía en una pistola 9 milímetros, un fusil FAL, cuchillo, granadas españolas, mientras otras patrullas llevaban otros tipos de armamento, como ser lanzacohetes y mortero calibre 60. Fuimos 29 hombres, del grupo de Operaciones Especiales, los cuales desempeñábamos diferentes roles. El mío era consolidar todo lo que es la seguridad, dentro de lo que era el aeropuerto, y fui trasladado en el Hércules Tango Charly 68, el inolvidable TC–68.

Tuvimos diferentes sensaciones, nosotros sabíamos una semana antes que íbamos a recuperar las Malvinas por ser el grupo especial que iba de choque. Ya nos habían avisado, estábamos acuartelados y nuestras familias sabían que estábamos continuamente por diferentes lugares de la Argentina en comisión para aclimatarnos en todo tipo de terreno. Nuestras familias creían que solo era un aclimatamiento; cabe aclarar que no lo sabían generales ni brigadieres, ni almirantes.

Todo estaba dispuesto para el primero de abril, pero se postergó por 24 hs. porque el mar estaba muy picado y las barcazas de desembarco, los botes y todo lo que iban a bajar en el operativo, no podían llegar a la costa. Por eso es que se hace la recuperación el dos de abril. A las cuatro, cuatro y media de la mañana salimos en el Tango Charly 68 rumbo a Malvinas.

Había hipótesis de conflicto en ese momento. De hecho, cuando nosotros estábamos sobrevolando Malvinas, todavía se estaba combatiendo en el Moody Brook, que era el cuartel de los Royal Marines; también se estaba combatiendo en la gobernación, donde cae el primer héroe, Giachino.

A Giachino lo conocí en un campeonato de paracaidismo interfuerzas que se hizo en al año 81, en el grupo de operaciones especiales, es decir en mi unidad él iba como jefe de la comisión de paracaidismo y sabíamos que era comando anfibio. Tuve la desgracia de ayudar a subirlo al Avión Fokker F18 de la Armada una vez fallecido, fue el primer héroe que tuvimos los argentinos.

BECHTHOLD, Cesar Alejandro

Nací el 25/5/1965 en Berazategui. Soy Auxiliar de educación en la Escuela Secundaria 2 de Carlos Spegazzini, del Distrito Ezeiza.

Ingresé a la Armada en 1981 como aspirante naval de primer año, en el escalafón de suboficiales y, la especialidad mía era enfermero naval. Luego de un año en la Escuela de Mecánica, seguí el curso en la Base Naval Puerto Belgrano. Eran dos años más, así que en el año 1982 me incorporé a la Base Naval de Puerto Belgrano, donde en abril de ese año, comenzó el conflicto bélico. Siendo estudiante de enfermería me convocaron para formar parte de la dotación del Buque Bahía Paraíso que, en ese momento era Buque Polar Ártico, luego con el inconveniente del conflicto bélico lo hicieron Buque Hospital.

Éramos 30 aspirantes y convocaron a 12. Todos los vivimos fervientemente por la edad que teníamos; lo veíamos como una experiencia, más que una experiencia, una aventura en un principio. Pero a medida que iba transcurriendo el tiempo y lamentablemente por lo que íbamos viviendo, vivíamos con temor, con nerviosismo, por los datos que se iban consiguiendo.

CANALICCHIO, Carlos Alberto7

Me crie en el barrio Progreso en Ezeiza. En mi familia somos tres hermanos, mi papá y mi mamá. Vivíamos toda la familia completa en mi casa. A los 18 años, en esa época se hacia la conscripción, me llaman a presentarme al Regimiento 7 de Infantería de la Plata, con ese regimiento hice la colimba. Se le decía la colimba o la conscripción, y con ese regimiento fui a la guerra de Malvinas.