Gladiador o esclavo, tú decides (4.ª edición) - Loida Primo - E-Book

Gladiador o esclavo, tú decides (4.ª edición) E-Book

Loida Primo

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Beschreibung

Escribir significa siempre un compromiso y un riesgo. El compromiso es nada menos que el de la sinceridad, esa virtud cada vez más escasa. Y ese compromiso implica un riesgo toda vez que escribir desde la sinceridad es en principio, y fundamentalmente, una indagación sobre uno mismo. El autor, la autora en este caso, al exponer, se expone y, al exponerse es más vulnerable. Pero solo las personas más fuertes son capaces de mostrarse tal cual son. Este libro, no es un libro común. No es lo que podría esperarse de un volumen que habla de los negocios y la empresa. Es una obra que habla de eso y mucho más. Se atreve a meterse en la intimidad, sacar a relucir los sentimientos, las virtudes intangibles como el amor o la solidaridad. Este libro, como la Trinidad, tiene tres protagonistas: la propia Loida, la autora, empresaria, conferenciante, hija, madre, esposa, una mujer que, según su propia definición, lo quiere todo. Que no teme mostrarse tal cual es, con sus fortalezas y debilidades, con sus dudas y sus certezas, con lo que sabe y con lo que quiere aprender. Don Carlos, su padre y su mentor, el hombre que señaló el camino, que abrió la puerta. Y por último, Mr. Johnson, un personaje inventado a partir de una historia real. Con la máscara de Mr. Johnson, Loida aborda las cuestiones técnicas y estratégicas de la gestión empresarial eficaz en el mundo de hoy tan lleno de incertidumbre. Más que un libro de empresa, que lo es, este es un libro de vida, del que la empresa constituye una parte importante. En conjunto contiene lecciones que, en la medida en que más y más personas las sigan, habrá más posibilidades de un mundo mejor.

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Gladiador o Esclavo,

tú decides

Loida Primo

Gladiador o Esclavo, tú decides

© Loida Primo, 2020

Cuarta edición: mayo, 2022

Editado por Bubok Publishing S.L.

[email protected]

Tel: 912904490

C/Vizcaya, 6

28045 Madrid

Reservados todos los derechos. Salvo excepción prevista por la ley, no se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos conlleva sanciones legales y puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

ISBN papel: 978-84-685-6637-5 ISBN epub: 978-84-685-6667-2 Depósito legal:  M-16516-2020

Índice

Dedicatoria

Prólogo

Nota de la autora

El gladiador ante el nuevo paradigma

Lo que don Carlos me contó

La salida de Reinosa

Lo que yo viví

Del «zulo» al «paraíso»

Las enseñanzas de Mr. Johnson

Comunicación

Lo que don Carlos me contó

Un alto en el camino

Gladiadores

Las Circunstancias

El Miedo

Lo que yo viví

El precio de la libertad

Las enseñanzas de Mr. Johnson

Resolución de conflictos

Lo que don Carlos me contó

El Efecto Catedral

Lo que yo viví

Un equipo fiel

Las enseñanzas de Mr. Johnson

Método 5 OG

Lo que don Carlos me contó

El vendedor de pólizas

Lo que yo viví

Diversificación

Las enseñanzas de Mr. Johnson

Emprendimiento

Cualidades y perfil de la persona emprendedora

Lo que Don Carlos me contó

Un invento revolucionario

Lo que yo viví

Mi Sueño

Las enseñanzas de Mr. Johnson

La figura del intraemprendedor. Reconocer y potenciar el talento

Lo que don Carlos me contó

Buscadores de oro (Gold Diggers)

Lo que yo viví

Las ferias de Valencia y un vestido rojo

Las enseñanzas de Mr. Johnson

Oportunidad de negocio

Idea

Oportunidad

Modelo de Negocio

Lo que don Carlos me contó

Un Niño Pobre

Lo que don Carlos me contó

Encuentro con Dios

Lo que yo viví

Crisis–Muerte–Soledad

Las enseñanzas de Mr. Johnson

Antecedentes, historia y aplicaciones de la PNL

Apreciar

Lo que don Carlos me contó

Los cambios

Lo que yo viví

El cambio de la imagen corporativa

Las enseñanzas de Mr. Johnson

Liderazgo ante el cambio

Lo que don Carlos me contó

La nieve y el frío

Lo que yo viví

La enfermedad

Las enseñanzas de Mr. Johnson

El camino a la resiliencia

Algunos factores en la resiliencia

Aprender del pasado

El Método EINCOA (Escucha, INdaga, COmunica y Actívate)

Escucha

INdaga

COmunica

Actívate

¿Cuáles son los objetivos que busca este método y cuáles son los beneficios que aporta?

Epílogo

Agradecimientos

Dedicatoria

A mi mentor, mi referente, mi guía; Carlos Primo, mi padre. El hombre que vio en mí cualidades, actitudes y habilidades que yo ni siquiera sabía que tenía; el hombre que apostó por mí, en un mundo complicado para una mujer joven, para una hija de papá que tenía que actuar en un escenario muy hostil. Don Carlos siempre creyó y confió en mí, a pesar de los tiempos, a pesar de las circunstancias. Con él aprendí todo lo fundamental, con él sufrimos tanto dolor y compartimos tanto amor. Le estaré eternamente agradecida por ser su hija, por la confianza que depositó en mí, por haberme dado una gran responsabilidad que, sin entenderla cabalmente al principio, acepté por amor. Siempre íntegro, siempre sincero, fue mi mayor cómplice. Los hijos no aprenden discursos, aprenden ejemplos, su vida entera fue y sigue siendo mi gran ejemplo.

En este libro he procurado mostrar a mi padre como el hombre que fue y llevo en mi corazón: temperamental, inteligente, intuitivo, miedoso, valiente, buscador de soluciones por la salida lateral.

Fue un gladiador por excelencia, que opuso a las dificultades y acechanzas de la vida sus mejores virtudes: tesón, lucha, constancia, visión, creatividad, imaginación, carisma y su inmensa capacidad para soñar y hacer realidad esos sueños. Espero haberme aproximado algo a tu grandeza.

Gracias Aita.

Prólogo

En 1925, en una sesión de análisis que Marie Bonaparte hizo con Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, le dijo: «la gran pregunta sin respuesta a la cual yo mismo no he podido responder, a pesar de mis treinta años de estudio del alma femenina es la siguiente: ¿qué quiere la mujer?» La pregunta siguió sin respuesta casi cien años después. Con mayor o menor fortuna, han intentado contestarla científicos, psicólogos, filósofos y pensadores. Pocos han dado en el clavo. La respuesta, como nosotras, es sencilla y complicada a la vez. ¿Qué quiere la mujer? Lo quiere todo.

Entre otras cosas soy mujer, hija, madre, empresaria, esposa, hermana, conferenciante, mentora, amiga, apasionada, cómplice, vendedora, motera, surfera, apneista, cantante, amante, emprendedora, luchadora, competitiva, sibarita, caprichosa, generosa y todo lo consecuente que este mundo me permite ser. Soy «gladiadora» y no esclava de mis circunstancias.

En todo quiero ser la mejor y si no lo logro, no importa, porque el esfuerzo habrá valido la pena. Como decía mi padre, «el éxito es intentar» y eso nunca dejo de hacerlo. Todo lo vivo con pasión, no concibo nada sin ella.

Don Carlos, mi padre, mi aita (como decimos en euskera), mi referente, mi mentor, es la persona que más influyó en mi vida, en mi carrera profesional y en lo que voy siendo. Aunque ya abandonó el plano físico, de alguna manera sigue guiándome y yo continúo encontrándolo a cada paso. Cuando amas a alguien como yo le amo a él, nunca desaparece ni de tu vida ni de la de los tuyos, está presente en cada momento. Él también habla en este libro.

Como mujer que soy y que lo quiere todo, he estado obligada a adoptar varias personalidades, pues cada uno de los múltiples aspectos de la vida y del conocimiento que me interesan requieren de una aproximación especial. No hay en esto patología alguna, porque esas personalidades son fruto de una decisión consciente y funcional. Solo tres de esas personalidades van a expresarse en este libro bajo estos títulos:

•Lo que don Carlos me contó. Las enseñanzas de vida y negocios que mi padre me brindó.

•Lo que yo viví.

•Las enseñanzas de Mr. Johnson.

Las dos primeras se entienden por sí mismas, no requieren mayores aclaraciones.

Mr. Johnson sí, aquí va:

Mr. Johnson fue un hombre real, y me valgo de él para reflejar la parte más teórica, o también podríamos decir didáctica, que contiene este libro. Johnson fue un matemático financiero de gran renombre. Sus conocimientos y habilidades para detectar oportunidades de inversión eran reconocidas por muchos empresarios que buscaban su asesoramiento. Desafortunadamente le diagnosticaron un tumor cerebral que debía ser extirpado quirúrgicamente para salvar su vida. La operación quitó el tumor, pero también se llevó la parte del cerebro que regula las emociones. Johnson perdió toda capacidad emotiva. Se convirtió en un tipo frío, incapaz de sentir y expresar emociones. Continuó siendo el matemático brillante de siempre, pero, a la hora de tomar decisiones se equivocaba. Había perdido también la capacidad de «sentir» cuando una inversión era buen negocio, e incluso caía frecuentemente en quimeras y fraudes. Ello demuestra que las emociones son una parte fundamental de la toma de decisiones.

De las tres partes que consta este libro, las dos primeras son material sensible. La subjetividad está siempre presente en nosotros y es un elemento que puede tanto ayudar como perjudicar. La intuición por ejemplo, ese conocimiento que no se basa en hechos, sino en impresiones, en conexiones inconscientes, es un recurso sumamente importante que nunca se debe subvalorar. Hay momentos en que sentimos, más que pensamos, que debemos hacer algo o todo lo contrario. Es necesario escucharse a uno mismo.

Llamamos a la tercera parte «Las enseñanzas de Mr. Johnson» no porque las haya elaborado él, son la fundamentación teórica elaborada por mí en base a las otras dos partes del libro. Pero ha sido creada en el espíritu de lo puramente racional que tenía Mr. Johnson. Es la parte de conocimiento aprendido y aplicado de mi propio background, a través de las batallas que he ido lidiando en la arena de la vida, tanto personal como profesional. Estas enseñanzas no pretenden ser un dogma ni una verdad absoluta, solo pretenden iluminar con la luz que yo misma he vivido, he aprendido y me ha hecho reinventarme en los diferentes escenarios en los que el lector se puede encontrar identificado, de una manera u otra.

La división en tres partes no es real, ya que todo se mezcla en todo momento. Se hace únicamente para favorecer el análisis de lo que aquí se trata. El análisis es el proceso de dividir un tema complejo o sustancia en partes más pequeñas para obtener una mejor comprensión de él. Pero es preciso tener claro que en la vida viene todo junto.

Por esa razón, «Las enseñanzas de Mr. Johnson» siempre deben estar matizadas por nuestras sensaciones, por ese conocimiento intuitivo que nos señala tanto los peligros que pueden encontrarse en el camino, como las oportunidades valiosas.

Los consejos de Mr. Johnson son una herramienta importante, pero absolutamente racional, que debe entenderse como el farol que sirve para iluminar nuestro camino y no para aferrarse a él como un borracho.

Y todo este recorrido, desde mi experiencia, mis vivencias personales y mis conocimientos, me ha llevado, también, a desarrollar una metodología propia, el Método EINCOA (Escucha, Indaga, Comunica y Actívate), una herramienta para impulsar, gestionar y acompañar a los líderes ante el vertiginoso cambio que estamos viviendo.

También quiero comentar que, mientras escribía el libro, me daba cuenta de que utilizaba mayoritariamente el género masculino al hablar de «emprendedor», «empresario», «intraemprendedor...», supongo que dejándome llevar por la costumbre de utilizar el género masculino para definir al conjunto. Por supuesto, cuando hablo de «empresario», me refiero a la persona titular de un negocio o empresa, independientemente de su género. No obstante, quiero recalcar que en todo momento utilizo el género masculino para referirme tanto a hombres como mujeres, siguiendo la pauta marcada por la RAE del «uso del masculino como referencia a ambos sexos».

Este libro está dirigido a empresarios, a emprendedores, a gladiadores, en general a esos hombres y mujeres que no le temen al cambio, a esos inconformistas que hacen el mundo girar. Es un aporte más a la comprensión del mundo de la empresa que no es otra cosa que la gestión de las relaciones entre los seres humanos. Una contribución para cubrir una necesidad cada vez más acuciante; hacer mejores empresas para un mundo mejor, con el activo más importante que poseemos en las organizaciones y en el sistema: el factor humano. Y sobre todo desde una nueva mirada, una mirada apreciativa, que pretende pensar en lo que se quiere y no en lo que no se quiere. Que pretende centrarse en las fortalezas y convertirlas en hábitos, sin olvidarse de la realidad que vivimos. Una mirada con unas gafas que nos permitan positivizar nuestras vidas, nuestras organizaciones y el sistema en el que nos vemos inmersos, incluyendo a todas las voces del sistema. Un desafío enorme, pero no se me ocurre ningún otro emprendimiento más valioso que este.

El viaje comienza aquí.

Nota de la autora

Cuando terminé la redacción de este libro, las noticias empezaban a alarmar sobre los numerosos casos de neumonía detectados en la ciudad de Wuhan. Información que despertó mi interés, aunque no tuve en especial consideración ya que me resultaba como algo ajeno a mí, a mi entorno, a mis preocupaciones.

Escribí un artículo (que comparto también en este libro), hablando sobre la incidencia que el virus, Covid-19, causante de la pandemia, había tenido en el escenario social, familiar y empresarial de miles de millones de personas.

Este fue un momento que, sin duda, marcó un antes y un después en nuestras vidas y que, aunque pueda sonar a tópico, creo que nos ha hecho más fuertes. Pero sin duda, nos ha hecho más conscientes del constante e imprevisible cambio al que estamos expuestos, y lo necesario que es estar preparados para ello.

Seguimos siendo testigos de situaciones dramáticas que ponen a prueba nuestra resiliencia, que hacen aflorar nuestra solidaridad, también nuestros temores y nuestra inseguridad. Situaciones dramáticas y traumáticas como la erupción del Volcán Cumbre Vieja en la isla de La Palma, a finales de 2021, o la invasión rusa de Ucrania iniciada en febrero 2022.

Nos enfrentamos a nuevos escenarios constantemente, ante los que tenemos que reforzar, cada vez más, nuestra capacidad de adaptación, de gestión, nuestra determinación y toma de consciencia, para hacer frente a las adversidades y al constante cambio en el que estamos sumergidos.

El gladiador ante el nuevo paradigma

Hace mucho tiempo que en mi vida personal y profesional decidí ser gladiadora y no esclava de mis circunstancias. Esta decisión adquirió más fuerza que nunca, desde el momento en el que el Covid-19 entró en nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestras empresas, en nuestro sistema, sin avisar, sin pedir permiso, para paralizarnos de forma brusca e inmediata.

En ese momento, nos encontramos ante un escenario incierto que trastocaba toda nuestra realidad, y sirvió para hacer aflorar el alma luchadora del verdadero gladiador.

Esta situación de parón forzoso, supuso un antes y un después en nuestro sistema. El mundo ya no iba a ser igual, una pandemia nos había hecho frenar en seco.

En este escenario, como el que nos está tocando vivir, y desde mi visión y mi experiencia, el éxito se encuentra en reflexionar sobre lo que nos está sucediendo, en desaprender modelos de actuación, de gestión, de actitudes anteriores; y abrazarse a nuevos enfoques y pasar a la acción, gestionando los nuevos y constantes cambios desde una nueva mirada. Una mirada apreciativa, que ponga foco en el activo más importante de nuestras organizaciones: las personas. Sin nuestros equipos de colaboradores, no podremos desarrollar la gestión del cambio que este momento requiere de forma urgente.

Hemos de darnos cuenta de que las tecnologías, los grandes avances y desarrollos, no tienen ningún sentido sin las personas, y que la clave está, en la gente que pertenece a nuestras organizaciones. Nuevos enfoques que nos lleven a trabajarnos internamente desde nuestro núcleo positivo, desde nuestros programas, creencias, donde nuestra forma de expresarnos y comunicarnos nos empuje a trabajar nuestras propias realidades. Es importante dar rienda a nuestras reflexiones: ¿qué estamos aprendiendo en estos momentos? A nuestros objetivos; a nuestros sueños, lo que nunca nos hemos atrevido a hacer, por la fuerza de la costumbre, por la rueda social, por el qué dirán. Es el tiempo en el que los líderes transformacionales, «los gladiadores», tenemos la responsabilidad del cambio. Un cambio que nos fuerza a la reprogramación de nuestras mentes, de nuestros sistemas anteriores, a la reinvención, a la innovación. Nos exige buscar distintas formas de aprender y así adecuarnos a la nueva forma de vida que nos espera en un futuro inminente y distinto. La vida nos obligó a parar varias semanas, lo que pudo sentirse como una oportunidad perfecta para reflexionar y para ilusionarnos ante los cambios que vendrán. Depende de nosotros cómo será el mundo que viene. Es hora de tomar la iniciativa y de pasar a la acción en la nueva atmósfera que se está desarrollando.

Algunos aspectos importantes a validar como líderes y lideresas, como individuos, como responsables de la construcción del nuevo mundo son:

Trabajarnos a nivel interno (autoconocimiento), reflexionar a nivel personal quiénes somos y quiénes queremos ser.

Buscar nuevos enfoques que nos enriquezcan. Nutrirnos, poniendo foco y tomando consciencia de nuevas ideas que aporten valor para nosotros/as y para nuestros equipos.

Cuidar el lenguaje en nuestra comunicación interna y con los demás. «Las palabras crean mundos».

Buscar la mejor manera de transmitir a los demás nuestra visión, y crear climas de confianza y participación desde una buena sintonía para que nuestros colaboradores participen y nos den su mejor versión.

Fijarnos en las actuaciones que sí funcionan y aprender a introducirlas en la nueva estructura. Descubrir lo mejor del pasado para que nos acompañe a un futuro desconocido.

Plantearnos preguntas en la dirección positiva para sacar lo mejor de nuestros equipos. «Las personas se transforman en la dirección de las preguntas que se les plantean».

Estar muy atentos y prestar atención a lo que nos bloquea, a lo que no nos deja avanzar, para poder crear algo nuevo y significativo con lo que cambiar el rumbo de nuestras organizaciones y de nuestras vidas.

Buscar siempre «una salida lateral». Mi mentor y referente de vida, don Carlos, siempre me lo indicaba, y hoy es una máxima a ejecutar. Es tiempo de reinvención, de flexibilizar y de tener otras alternativas para dirigir a nuestros equipos. Puede ser la digitalización de nuestros negocios, la internacionalización, la adecuación de nuestros productos o servicios hacia unos nuevos valores.

Finalmente, es fundamental reconocer, valorar y apreciar el trabajo de nuestros equipos. Cuando agradeces, valoras lo que tienes y consigues que tus colaboradores, las personas que te importan, se sientan bien y sigan aportando.

Tenemos un gran desafío por delante y nuestro gran compromiso, entiendo, es construir un futuro mejor entre todos. Un futuro con menos miedos, un futuro más imaginativo, más creativo, enfocado a escucharnos más, a ser más conscientes a nivel personal y a nivel colectivo del entorno en el que estamos inmersos, del aire que respiramos, de las personas con las que estamos conectados, de cocrear diferentes formas de avanzar.

Los esfuerzos por mejorar haciendo lo mismo de siempre han alcanzado su límite y ya no son suficientes. Estamos ante un cambio de etapa que requiere nuevas capacidades e ilusión para alcanzar nuevos sueños.

«Sé el cambio que quieres ver en el mundo».

Gandhi

Escucha

«Escuchar cuál es la necesidad, el dolor, el problema, que hay que abordar en cada organización, y hacer un diagnóstico previo personalizado».

Lo que don Carlos me contó

La salida de Reinosa

Mi aita, como llamamos a papá en euskera, vivía en Reinosa con su hermana Rosy y con su abuela, porque su madre había muerto cuando él tenía solo 3 años. Tiempo después le surgió una oportunidad de trabajo con su tío Dulce, que era el padre de Isa, la prima segunda de mi padre, una mujer de gran fortaleza, colaboradora incondicional y extraordinaria persona.

Dulce abrió una carbonería en Ávila. Don Carlos se fue allí y empezó a trabajar durante varios años. Aprovechó para estudiar, pero sus notas no terminaban de ser satisfactorias. Padecía el síndrome de Marfan, un trastorno hereditario que afecta al tejido conjuntivo, es decir, las fibras que sostienen y sujetan los órganos y otras estructuras del cuerpo. El síndrome de Marfan afecta más frecuentemente a los vasos sanguíneos, al esqueleto, al corazón y a los ojos. Don Carlos no veía muy bien y tenía el corazón más grande de lo normal, algo que no me sorprendió, ya que siempre fue un hombre de gran corazón, en el sentido más emocional.

Se le presentó la oportunidad de ir a trabajar para una compañía de seguros de Gijón. Se convirtió en vendedor de seguros, un extraordinario corredor de pólizas. Don Carlos llevaba la venta en la sangre. Le encantaba tratar con las personas, negociar, encontrar puntos de acuerdo, sabía cuándo renunciar a algo para ganar otra cosa. Desde que yo era niña, negociábamos todo el tiempo: primero con pequeñas cosas; horarios, viajes de familia, reglas de la convivencia... Luego lo haríamos con cosas más serias. Yo estaba aprendiendo con el mejor de los maestros. Lo cierto es que obtuvo muy buenos resultados vendiendo las pólizas que se sabía de memoria, pues no veía casi nada.

Don Carlos era sumamente intuitivo, lo que se sumaba a su gran potencial como empresario. Sabía, como dice Peter Drucker, que «la oportunidad puede estar en cualquier lado, sólo hay que estar expectante, observar». Era un hombre inquieto que pensó: «si soy capaz de generar resultados para otros, ¿por qué no hacerlo para mí mismo?» Ser un emprendedor es, sin lugar a dudas, una cuestión de actitud. No tenía estudios suficientes, no veía bien, carecía de recursos económicos, pero tenía el mejor de los activos: la actitud de atreverse e ir adelante con respeto y sin miedo.

En el mercado apareció un nuevo producto: los primeros colchones que se hacían con cola de látex proveniente de las ruedas de los coches Peugeot. De inmediato se despertó su olfato de negocio y quiso incursionar en esa industria. Significaba un proyecto innovador y un salto importante en su carrera profesional. Pero debía resolver algo muy importante: su problema de visión. Una limitación que le impedía estudiar y trabajar.

Marchó a Barcelona a operarse con un gran oftalmólogo, el Doctor Barraquer. Allí conoció a Carmen, mi madre, mi ama (como decimos en euskera), una mujer brillante, incansable en su búsqueda de la felicidad. Mi padre se operó y aprendió todo lo que podía saberse sobre los nuevos colchones. Partió a Bilbao para desarrollar el modelo de negocio que le daba vueltas en la cabeza. Hombre emprendedor, luchador incansable, curioso y muy intuitivo obtuvo, a través de la venta de colchones, los recursos necesarios para montar Laxy, la fábrica de colchones.

Se va a vivir con su tía Domi a Bilbao, a mi tierra, la que me ve nacer, deja a su hermana Rosy y a su abuela en Reinosa, y va a desarrollar su modelo de negocio de colchones en esta ciudad, donde considera que hay proyección del negocio. Sin embargo, recién operado, también busca, de alguna manera, el calor de un hogar, ya que sus recursos eran muy limitados, tanto los económicos como los emocionales. Era un hombre solitario que iba y venía en función de la necesidad y de su gran olfato. La intuición de mi padre era un rol innato, natural, impresionante. Y así es como monta la fábrica de colchones Laxy en Bilbao y empieza a vender los primeros artículos de descanso.

Don Carlos era todo un emprendedor, viajero, luchador, investigador, que nunca paró de buscar, ni en lo espiritual ni en lo personal.

Lo que yo viví

Del «zulo» al «paraíso»