Imagina Olivia - Dalia Daniela Falcon - E-Book

Imagina Olivia E-Book

Dalia Daniela Falcon

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Beschreibung

Ángel es un niño que quiere ayudar a la luna a encontrar su otra mitad. Un sapito no quiere bañarse, su olorcito esta causando problemas, ¿cómo lo resolverá su familia? A Cenicienta el hada le regala unos zapatitos de cristal, pero esto es un peligro. ¿Cómo se le ocurrió al hada tremenda idea peligrosa? Olivia piensa en diferentes opciones. ¿Quién no le temió alguna vez a las "cucurachas"? ¿Y qué mamá no trató alguna vez de tranquilizar a su hija? Bueno, aquí Olivia te lo cuenta. A todas las pequeñas les gusta vestirse de princesa, pero las princesas ¿escuchan cumbia? El día de su cumpleaños, papá llega con su nueva novia anunciando que va a casarse; pero ella no está sola, trae consigo ¡a su hijo! ¿Cómo será aquel encuentro? Jesé siempre juega solito en su patio, esta vez sus soldados combaten ¡por una manzana! ¿Cómo terminará esta tremenda batalla? A Juan no le gusta jugar juegos de varones, él prefiere estar con sus amigas, esto provoca burlas. ¿Lo ayudamos?

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Seitenzahl: 45

Veröffentlichungsjahr: 2023

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DALIA DANIELA FALCON

Imagina Olivia

Cuentos para leer en familia

Falcon, Dalia DanielaImagina Olivia : cuentos para leer en familia / Dalia Daniela Falcon. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-4209-0

1. Cuentos. I. Título.CDD A860

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Tabla de contenidos

Luna partida

¿Quién quiere zapatitos de cristal?

El sapo que no quería bañarse

¡Auxilio cucuracha!

Cenicienta escucha cumbia

Un hada para mi hermanastro–hermano

El mundo de Jesé

Juan

A mi familia, que hace de mi vida un mundo,donde todo lo que sueño, ellos me impulsanpara poder realizarlo.

A mi Oli, coautora de este proyecto y de algunosde sus cuentos, deseándote que este librosea solo un ejemplo de tu capacidad.

“No siempre podemos hacergrandes cosas, pero sípodemos hacer cosaspequeñas con gran amor”

Madre teresa de calcuta

Luna partida

Cada noche, de cada día sale la luna. Desde su pequeña ventana, Ángel, la observa pensativo, preguntándose de qué estará hecha, si tendrá casas, habitantes, juegos, o si él mismo, algún día podrá llegar hasta allí para visitarla.

Esa tarde, en el jardín, la seño Mimi les envió una tarea para la casa: Dibujar algo que les guste. La mayoría de sus amigos eligieron dibujar autos, pelotas, muñecas, casitas, aviones.

—¡Ufa! Ya eligieron todo lo más lindo– rezongó.

Decidió ir a su cuarto a buscar en el baúl de sus juguetes. Miró un juguete por aquí y otro por allá, pero nada lo convencía. Cansado resolvió recostarse en la cama, automáticamente cerró sus ojos, en ese preciso momento, mágicamente le surgió una gran idea: Dibujar la luna.

A toda prisa buscó hojas y colores, preparó todo lo necesario y se sentó en su mesita a esperar la llegada de la luna. Pasaron segundos, minutos, horas y al fin …

—¡Salió la luna! –dijo emocionado– pero, ¿qué paso?, algo se ve raro, ¿algo le pasó a la luna?

La luna no estaba completa, le faltaba una parte.

—¡Alguien partió la luna! – Gritó.

Desesperado, pensó que quizá la luna comió tanto que llegó a pesar muchos kilos más y se partió a la mitad.

O quizás un ladrón intergaláctico o un extraterrestre malvado quiso robarla y como no pudo cargar todo, la partió y se llevó parte de ella.

O quizás, un mago con una varita muy poderosa hizo desaparecer su otra mitad.

Inmediatamente inventó un plan para buscar la mitad de la luna. Tomó una hoja y anotó cada paso que debía realizar.

1– Hablar con mamá y pedirle permiso para salir a buscar la mitad de la luna.

2– Buscar una escalera alta, muy alta para que pueda llegar a la luna.

3– Pedirle a mamá que compre la plasticola más grande del mundo, para pegar a la luna partida.

4– Pedirle al doctor curitas y remedios para que la luna no tenga dolor de cabeza.

Luego, buscó su mochila y salió a la vereda.

Caminó bastante por las veredas empedradas del vecindario.

Aunque se cayó varias veces por mirar a la luna mientras caminaba, continúo con su plan.

No podía evitar pensar lo triste que debía estar la luna, quizás alguien la miraría, riéndose de ella, burlándose de su condición. De luna completa a luna partida. ¿qué será de los cuentos de hadas en donde la luna brilla inmensa detrás del castillo? ¿o de los poemas de enamorados en donde declaran su amor debajo de la luna sonriente y completa? ¿o del hombre lobo que necesita de ella para transformarse?

—¡Ay, pobre luna, debe sentirse triste! –pensó–

—Sí–decretó–Era un asunto de urgencia encontrar la otra mitad de la luna.

Para evitar buscar dos veces por el mismo lugar, decidió dibujar un plano y marcar los lugares donde ya había estado.

Con el plano en la mano, comenzó a tachar los ya visitados.

Peluquería: Buscada. Sin éxito

Almacén: Buscada. Sin éxito

Veterinaria: Buscada. Sin éxito

Jardín de infantes: Buscada. Sin éxito

¡Qué fracaso!

Solo quedaba un lugar sin revisar: La biblioteca y allí pensaba dirigirse de inmediato.

Antes de entrar decidió sacarse las zapatillas para no producir ruido como la seño, Mimi, les enseñó. Sigiloso, entró en puntitas de pie.

Buscó en la sección de libros de historia y geografía: vacío.

Luego, fue a la sección de diccionarios: vacío.

Arquitectura: vacío

Cada rincón de la biblioteca: vacío.

¡Qué fracaso!

Qué gran decepción. No pudo ayudar.

—Ya es tarde–pensó–Debo regresar a casa para que mamá no se preocupe.

Y se retiró de su búsqueda.

Afligido entró a su casa. Su mamá lo miró y le dijo:

—Pero, que carita tan triste, mírate en el espejo y verás cómo se refleja–.

Entonces, sin darse cuenta su mamá encontró la solución.

Ángel, salió corriendo, buscó los espejos de su casa, buscó la escalera más alta y llamó a cada amigo y vecino del barrio. Les explicó el problema y el plan de solución pidiéndole a los vecinos la donación de sus espejos y escaleras.

Cada familia del barrio aportó su espejo y algunas escaleras, mamá acercó la gran plasticola, y entre todos lograron apoyar una escalera unida a otra, hasta llegar a la luna partida.

Ángel subió primero, luego su papá, luego sus amigos, luego los demás papás y mamás. Todos en la escalera. Todos ayudando en la idea de un pequeño.

Una vez que estuvieron acomodados, empezaron a pasarse unos a otros los espejos. Al recibirlos, Ángel, los pegaba. Trabajaron por un buen rato, pero lograron pegar todos los pequeños espejos prestados, que al final terminaron siendo un gran espejo inclinado, reflejando la luna.