Intervenciones asistidas con animales - Marcela M. Moretti - E-Book

Intervenciones asistidas con animales E-Book

Marcela M. Moretti

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Beschreibung

La American Psychological Association (APA) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), reconocen a las IAA como estrategias de abordaje en salud. En los inicios del nuevo siglo, el redescubrimiento a nivel mundial de los beneficios que produce el contacto con animales, ha potenciado a las IAA y posibilitado su inserción institucional como complemento de las terapias tradicionales. Los trabajos más difundidos son los que se realizan con perros y caballos. Se ha comprobado que éstas proporcionan un gran aporte en el bienestar humano.• Estimula el establecimiento de relaciones sociales.• Favorece estados emocionales benéficos (alegría, sentido del humor, serenidad, confianza).• Colabora en el manejo efectivo del estrés.• Permite el contacto con la naturaleza.• Estimula diferentes intereses.• Promueve respuestas creativas.• Propicia la adquisición de confianza y autocontrol.• Estimula y mejorar el compromiso y propósito con la vida.• Estimula diferentes tipos de comunicación (verbal o no verbal).

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Seitenzahl: 210

Veröffentlichungsjahr: 2019

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Moretti, Marcela M.

Intervenciones asistidas con animales / Marcela M. Moretti. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2019.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: online

ISBN 978-987-87-0084-7

1. Ensayo Psicológico. I. Título.

CDD 150.28

Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail: [email protected]

A Eri, por su comprensión, amor y respeto.

A mis no humanos que a lo largo de la vida me enseñaron,

antes que la ciencia, que aman y se dejan amar.

A mi querida Marina Perrone

que llegó a mi vida para potenciarla.

Agradecimientos:

A todos los que me acompañan en este camino, especialmente a Carolina Schrobback, Camila Mercado y a mi querida Adriana Martínez Vivot.

Introducción

“El hombre es el ser que, para llegar a ser, necesita de la mediación del otro…” (Mandrioni, 1983)

El proceso de personación lleva mucho tiempo, se realiza a través de la maduración de complejos procesos internos que van manifestándose en expresiones conductuales, afectivas y espirituales. Depende este del caudal congénito y de los estímulos ambientales.

Se sabe que los animales han sido un gran apoyo brindado por el ambiente a tal proceso. En el imaginario del niño, ocupan el lugar de un objeto externo a él en el que se proyectan o depositan deseos, miedos, consuelo y que posibilitan la elaboración de situaciones complejas a lo largo de la primera etapa del desarrollo.

Las ciencias de la salud en su constante búsqueda de respuestas a la creciente complejidad de la vida humana, vieron en la vinculación terapéutica del humano con sujetos no humanos, una posibilidad de brindar alivio a la realidad situacional de cada individuo.

El concepto de animal previo a Lorenz aludía a “cosa con alma” diccionario etimológico, (lat. Animalis: ser dotado de respiración o soplo de vida. Pl. lat. Animalia.).

En el uso vulgar, animal refirió a “cosa que vive y respira”. Es por esta idea que a lo largo de la historia se reconocía a la bestia como herramienta de uso para alimento, carga, guerra, sacrificios religiosos, etc. Es decir, el humano por sobre el animal, convirtiendo a este en objeto para su exclusivo beneficio. No se hablaba entonces de vínculo sino de contacto.

Es en la segunda mitad del siglo XIX que se inicia una atención a la idea de animal como algo más que una cosa.

La revolución copernicana causada por las investigaciones y teorías de la evolución de Charles Darwin, sacudieron al mundo de una manera definitiva y los conceptos aprobados hasta ese momento, comenzaron a ponerse en tela de juicio. El mundo, ya no sería el mismo, nunca más.

En 1859 Saint-Hilaire había usado el término etología por primera vez. En 1882 George Romanes, discípulo de Darwin, publicó Animal Intelligence.

Sin embargo, el viraje del concepto de animal como objeto a sujeto, tiene como motor al médico y teólogo Konrad Lorenz (1903-1989), quién por primera vez incluye al ambiente como determinante en la evolución del animal como individuo. Los estudios de Lorenz dan paso a la sistematización de una ciencia, la etología, de la que Lorenz es su máximo referente.

En 1939 junto con su compañero, el etólogo Nico Timbergen, crearon la Escuela etológica del comportamiento animal. Le debemos a esta ciencia tan desarrollada desde los inicios del siglo XX hasta nuestros días y a las disciplinas que de esta derivaron, por ejemplo, el Bienestar Animal (BA); el posicionamiento del animal como “sujeto no- humano”. Sujeto porque sabemos que elije, posee sentimientos, sufre, disfruta y, a veces, hasta posterga una necesidad por la priorización de la motivación (Broom, 2003).

Este cambio en el paradigma posibilitó la modificación de la idea de contacto humano-animal, a la idea de encuentro (concordar) humano-no humano. Encuentro y vínculo significan mucho más que simple contacto; nos remite a una acción común donde los dos intervinientes son agentes. Es decir, para que la relación humano-animal sea considerada un vínculo, debe ser mutua y significativa para ambos.

El estudio de la relación humano-no humano es terreno de la Antrozoología: pensamiento sistematizado y transdisciplinario que, en base a lo antes dicho, pone su foco en la interacción humano/animal. Teniendo como objeto formal propio, el impacto de tal relación en ambos miembros.

“El vínculo humano-animal involucra interacciones psicológicas y fisiológicas que son complejas e influyen significativamente en la salud humana, en la salud del animal y en el comportamiento de ambos”. (Meléndez, 2014)

Solo pensando al animal como persona no humana y, el contacto interespecie como vínculo, es que podemos hablar en sentido estricto del encuentro humano-no humano como generador de bienestar. Es solo dentro de este paradigma que podemos desarrollar las IAA.

En la extensión de estos capítulos desarrollaré los fundamentos de las IAA, el proceso de sistematización de las diferentes actividades realizadas con animales en el ámbito de la salud mental, de los aprendizajes, de la educación y el management laboral.

Abordaré las distintas formas de intervención y en qué momento se aconsejan. Los invitaré a recorrer algunas aplicaciones de estas técnicas.

Hablaré someramente de los trabajos con perros, para terminar con una mayor profundización de las tareas con caballos desde las perspectivas antes mencionadas.

El vínculo del humano con no humanos estimula funciones de aprendizaje, socialización, favorece la confianza, y posibilita el contacto con la naturaleza necesario para su sana evolución.

En 1984 E. O. Wilson, acuñó el término Biofilia: amor a lo vivo, queriendo expresar la necesidad e importancia del intercambio hombre-naturaleza pues este interviene en el desarrollo de la inteligencia, las emociones, la creatividad, el sentido estético, la expresión verbal y la curiosidad. Biofilia es el nombre que Wilson da a lo que originó la evolución del pensamiento y su pasaje del mito a la ciencia: “la admiración por lo que es”

En estas épocas, donde la profunda soledad existencial, producto de la subversión de valores, hace que el humano viva en una constante situación de vulnerabilidad; los educadores y especialistas en salud somos interpelados a dar respuestas que coadyuven al hombre a encontrar nuevamente el camino del “sentido”. Las actividades con animales funcionan como una alternativa integradora para acompañar el proceso de personación humana, basada en la posibilidad de trascender la inmediatez de lo dado y re-crear un proyecto personal de vida.

Capítulo 1

Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) Abordaje integrador

Como decía en la introducción, la creciente complejidad del mundo y las personas nos impulsa a abordar la comunicación humana con una mirada integradora. En esta trans-postmodernidad, la mirada monádica y simplista de otros siglos deja al sujeto humano en una absoluta indefensión.

Esta sobredeterminación del sujeto, se hace aún más complicada en estos días, pues los valores han sufrido un proceso de subversión, y con ello se ha perdido en gran medida el sentido de la existencia.

El sujeto humano constituye una Situación, propia, única e irrepetible (Fiorini,1983), de modo que todas las intervenciones que deseemos realizar en relación con su bienestar bio-psicológico desplegado en sus distintas esferas vitales, deberán contemplar esta creciente complejidad situacional; no será suficiente una sola mirada. La idea de integración de “cuidados” que le dediquemos, debe atender a un repertorio transdisciplinario escogido reflexivamente para ese fin.

Las intervenciones en psicoterapia, por ejemplo; deberían, además de aliviar el “sufrimiento neurótico” (Freud, 1919), posibilitar un proceso de aprendizaje y re-educación. Aprender de si y del mundo (Educare-Ex-ducere), para encontrar un sentido a sus padecimientos y con ello, encontrar un sentido a su existir. Las tareas de abordaje de la situación humana en esta época, nos exige valernos de todas las herramientas posibles que, con el correspondiente aval científico, funcionen como complementación de un tratamiento de base y, que con sus aportes enriquezcan y dinamicen el incesante proceso de búsqueda de bienestar.

(Moretti,2013) La psicología clínica en su incesante preocupación por brindar una atención adecuada a la cada vez más complejizada realidad de los consultantes, encuentra en la Integración Terapéutica una forma de abordaje más precisa para la conflictiva psicológica actual.

La brillante comprensión de la recomendación Freudiana de “…juntar el oro de la interpretación con el cobre de la sugestión…” (Nuevos Caminos de la terapia Psicoanalítica Tomo XVII 1919), se hace necesaria e indispensable para esta realidad. Para ello, se requiere de la capacidad de transformar nuestro trabajo en un proceso flexible. La flexibilidad será extensiva a la activación del terapeuta, los métodos y los recursos disponibles.

Ser flexible es ser creativo, por cuanto Integrar no será simplemente sumar aleatoriamente distintos recursos, implicará una mirada en coherencia con un fundamento antropológico sólido y un amplio conocimiento de escuelas, recursos y herramientas terapéuticas. Para tal fin, es prioritaria la experiencia y la formación constante y continua.

Lapworth y Sills (en Romero 2016), nos dicen que en la integración se trata de construir redes filosóficas, teóricas y técnicas entre aspectos trabajables, compatibles y útiles de varias escuelas.

Quienes trabajaron y trabajan con IAA coinciden en definir estas tareas dentro de un marco epistemológico que las contiene y organiza.

Urra Riveros (s/f, en Moretti, 2016) define desde el ámbito de la psicología a las actividades con animales como:

Una psicoterapia integrativa supra paradigmática, en estricto rigor, sistémica, al integrar a equipos interdisciplinarios, familiares, voluntarios y, el animal como agentes de cambio; empleando en su intervención directa, técnicas de psicoterapia en niños y adultos portadores de alguna dificultad física, y o psíquica, y por tanto con necesidades de atención especiales. Junto a la participación activa de un animal que intervendrá bajo el paradigma inconsciente, como figura transicional de apego y arquetípica propiamente tal.

Álvarez (et.al., 2014) concluye que los diversos modelos de terapia tradicionales pueden ser complementados por las IAA, que se introducen como instrumentos de ayuda y facilitadores, a través de las distintas técnicas, favoreciendo el éxito terapéutico

Para el Modelo integrado de psicoterapia y aprendizaje (IPAE, Perrone 2019), las IAA pueden definirse como un recurso complementario de Integración Asimilativa (Stricker y Gold en Romero 2016) que cuenta con la inclusión de un animal como motivador del proceso de cambio en el consultante.

Para IPAE, las IAA como recurso complementario, se aplican dentro del concepto de integración asimilativa (Stricker y Gold en Romero, 2016).

Según Romero (2016), estos autores plantean una base psicodinámica relacional, asimilando técnicas cognitivas, experienciales y sistémicas dentro de un marco psicodinámico a modo psicoanalítico no tradicional donde las causalidades son circulares. Según esta modalidad de integración, la teoría de base es esencial para la comprensión del paciente, contando con la incorporación de otros constructos teóricos, respetándolos y aprovechando la rica dialéctica que se genera entre dichos enfoques. Requiere de quienes la adoptan, un amplio conocimiento de las distintas escuelas involucradas. Gary Yontef (en Romero 2016) dice: “Debemos saber qué pedir prestado y cómo hacerlo”

Las IAA como recurso complementario de integración asimilativa, se ordena en torno al paradigma de la “psicoterapia sistémica”, que posee una gran versatilidad para admitir conceptos, recursos y herramientas de otras escuelas psicoterapéuticas.

Toma del psicoanálisis el concepto de inconsciente y las técnicas de reconocimiento de estos contenidos a través de distintos mecanismos; la idea de proyección de emociones y fantasías internas en otras personas o situaciones; el concepto de objeto transicional como elemento perteneciente al mundo interno-externo del sujeto y las relaciones objetales que devienen de este. También toma del psicoanálisis, la idea de síntoma como formación de compromiso y fundamentalmente, la idea de la posibilidad de abordaje de los padecimientos psicológicos con metodología no médica, a través de la palabra y/o la acción, es decir, el concepto psicodinámico.

La psicoterapia Gestáltica le presta, la mirada en el “aquí y ahora”. El concepto de un presente continuo, que es la temporalidad animal. El aporte fundamental es el famoso “awareness” o “darse cuenta en el aquí y ahora” de: qué siento, qué quiero, qué evito y qué hago”.

Toma también de la terapia grupal de Yalom las indicaciones de la organización de los grupos y las dinámicas implicadas. También integra de la psicoterapia psicoanalítica de Fiorini, los conceptos de situación existencial y la variedad de intervenciones que flexibilizan el vínculo con el consultante.

Como decía anteriormente, la integración asimilativa es la inclusión de recursos y contenidos de distintas escuelas dedicadas a la salud humana, nucleadas dentro del paradigma teórico de una escuela psicoterapéutica que, por su flexibilidad, admita otras lecturas y recursos.

El marco psicoterapéutico que posibilita la aplicación de las IAA como recurso de complementación terapéutica, es la Psicoterapia Sistémica ya que, según nos dice Perrone, M. (2018): El Paradigma Sistémico, como modelo de psicoterapia, se asienta en pilares teóricos, que la sustentan.

1- La Teoría de la comunicación humana de Paul Watzlawick una obra organizadora del pensamiento sobre la dimensión interpersonal de la comunicación. Desde el enfoque sistémico, la comunicación es un sistema abierto de interacciones inscriptas siempre en un contexto determinado y, como tal, obedece a principios:

El principio de totalidad: implica que un sistema no es una simple suma de elementos, sino que posee características propias diferentes de los elementos que lo componen tomados por separado.

El principio de causalidad circular: el comportamiento de cada una de las partes del sistema, forma parte de un complicado juego de implicaciones mutuas.

2- La Teoría General de los Sistemas (TGS), postula que un sistema, es un “conjunto de elementos más sus atributos, donde el TODO, es mucho más que la suma de sus partes. La modificación de uno de estos elementos, afecta las relaciones entre todos los componentes. Perrone (2018) La TGS, introduce el concepto de sistemas, y de interacción. El modelo sistémico, pondrá el foco en la comunicación de los diferentes sistemas en interacción constante.

La conducta de un integrante de un sistema, producirá efectos en el sistema en su totalidad. Por tanto, el concepto de CAUSA-EFECTO no será lineal sino circular, no responde a una lógica temporal, en la que la causa precede al efecto, sino que, en las relaciones todo es principio y es fin. Este concepto supone un cambio epistemológico por el cual, todos los elementos influyen sobre los demás y a su vez son influidos por estos.

El nuevo paradigma de las ciencias modernas, corre el foco de lo individual, a las relaciones de y entre los sistemas, la causalidad circular y la realidad como algo que depende del observador. La realidad es construida por el observador participante, por lo que se habla de realidades múltiples, donde las observaciones del objeto de estudio, serán desde la subjetividad del cognoscente.

Como teoría del conocimiento, la escuela sistémica toma aportes del constructivismo. El constructivismo es una respuesta a la pregunta cómo conocemos.

El primer constructivista, Giambattista Vico (1668-1744), afirmaba que la realidad no se encuentra fuera de quién la observa, ya que es construida por el sujeto. Su frase «verum ipsum factum» («lo verdadero es lo mismo que lo hecho»). Perrone (2019) sostiene que, para la visión sistémica, el conocimiento no se recibe pasivamente, ni surge meramente de los sentidos; sino que es construido por el sujeto cognoscente. La cognición se orienta a la adaptación y sirve a la organización del mundo de la experiencia y, no al descubrimiento de una “realidad ontológica y objetiva”. En el capítulo de aprendizajes, profundizaremos en la idea constructivista.

Para resumir, diré que la inclusión de animales en el trabajo con humanos, es un “recurso complementario de integración asimilativa” organizado bajo el paradigma sistémico; aplicado en psicoterapia y aprendizajes con el objetivo de promover bienestar.

Según Walsh (2009) en las IAA, el terapeuta incluye al animal como parte integral del proceso terapéutico, ya que fortalece la alianza y la interacción con el paciente. El animal produce un efecto de calma, promueve un sentido de seguridad, posibilita que la interacción entre paciente-terapeuta sea más amena y a su vez son considerados catalizadores de emociones.

Antecedentes

A través del tiempo, diversos estudios revelaron que la relación cercana con animales, genera efectos positivos como un aumento de las conductas prosociales, un aumento de la afectividad y la autoestima, y también estimula el desarrollo psicomotor, el lenguaje y la comunicación (Narváez & Chilito, 2013). A su vez, al ser el hombre un ser bio-psico-social, el efecto terapéutico promovido en alguna de estas áreas contribuirá a mejorar las áreas restantes (Piqueras, 2013).

Ávila Álvarez (2013) realiza una valoración de los efectos terapéuticos obtenidos al aplicar un programa de IAA (caballos) en personas con daño cerebral o lesión medular. La hipótesis de la que parte es si la IAA en estos pacientes ayuda a mejorar las capacidades cognitivas, la independencia funcional y el desempeño ocupacional. Los resultados principales de la investigación indican que la valoración cognitiva mejoró en el 33% de los pacientes y la independencia funcional en el 37%. Esto lleva a la conclusión de que las IAA puede servir como “Técnica No Farmacológica” en los procesos de rehabilitación de las personas afectadas por patologías neurológicas, beneficiando los dominios de relación social, contacto físico, aspectos psicológicos, cognitivos y funcionales.

Muñoz Lasa et al. en Mercado (2016) realizan una revisión sistematizada sobre publicaciones que tratan las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) y su relación con la rehabilitación de enfermedades neurológicas. Seleccionaron 23 artículos que incluían trabajos clínicos originales, publicados en revistas médicas indexadas y en bases de datos de Pubmed y en Thomson Reuter Journal Citation Reports. Los resultados se agruparon en cuatro tablas, en función del tratamiento neurorrehabilitador requerido: parálisis cerebral infantil, trastornos generalizados del desarrollo, afectaciones neurológicas con espasticidad en adultos y demencia o retraso mental. En el primer grupo, el animal utilizado fue el caballo, generando mejoras en el control motor grueso, en el control postural y el equilibrio. En el segundo grupo, se trabajó principalmente con perros. Las investigaciones coinciden en que la presencia de un perro, a un niño con autismo. Le favorece la interacción social, el uso del lenguaje y la concentración. A su vez, reduce el estrés del niño, lo que genera comportamientos positivos más frecuentes. El tercer grupo trabajó con caballos y perros. Los resultados principales fueron una disminución de la espasticidad en los miembros inferiores y mejoras en el equilibrio, la destreza y la marcha. El último grupo se encuentra dividido en dos. Por un lado, los pacientes con Alzheimer que trabajaron con perros y mostraron una disminución de la ansiedad y tristeza y una mejora en las emociones positivas y la actividad motora. Por el otro lado, pacientes con deficiencia mental que, al trabajar con caballos, mejoraron en aspectos mentales, físicos, sociales y de comunicación. Su eficacia depende del animal utilizado, el lugar donde se desarrollan las sesiones, la duración de la intervención, el problema clínico de origen, la edad de los pacientes y si la sesión se lleva a cabo de manera individual o grupal. Muñoz Lasa et al. (2013) explican que los perros son amistosos, facilitan la comunicación y la interacción y refuerzan comportamientos positivos en los pacientes.

Kovács, Buluz, Kis, y Simon (2006) llevaron a cabo un estudio en el cual se observaron los efectos de la IAA (perros) en pacientes cuyo diagnóstico era esquizofrenia. Los resultados arrojaron que la comunicación no verbal de los pacientes aumentó, probándose esto no solo en el espacio terapéutico, sino que mostraron mejoría al interaccionar con otras personas no conocidas para ellos.

Martínez (2008) sostiene que la IAA no sustituye los tratamientos o terapias tradicionales, sino que las complementa, ya que contribuyen a aumentar la calidad de los procesos y extender la diversidad de usos que tiene esta terapia

Wesley (2012) examinó la evolución de la alianza terapéutica con el uso IAA en el tratamiento de pacientes adictos y obtuvo resultados favorables. La inclusión del animal crea un ambiente de mayor confianza (Álvarez et.al., 2014).

(Perrone, et.al. 2017) realizó una investigación en convenio UBA. Facultad de Ciencias Veterinarias, y Fundación Dasein, buscando “explorar las virtudes de la Intervenciones Asistidas con Equinos (IAE), en el logro de mayor motivación al cambio y demanda de tratamiento; en pacientes con patologías duales (trastorno de personalidad con abuso de sustancias)”. Durante los dos años de investigación se determinó que, entre otros beneficios, la aplicación de Intervenciones Asistidas con Equinos (IAE), invirtió el porcentaje de retención de pacientes en tratamiento; siendo este mundialmente del 30%, los participantes de dicha investigación tuvieron una adherencia del 70%. Se comprobó que estos pacientes redujeron sus niveles de ansiedad y depresión, logrando mayor bienestar psicológico en general. Esta investigación está detallada en la obra “A rienda Suelta” Perrone (2019).

(Moretti, 2013) Integrar para poder acompañar al paciente en su Statu Viatoris, transitar con él, para que pueda llegar a construir un si-mismo personal y pleno en su complejidad bio. psico. espiritual. Comprender y actualizar conductas éticas que lo respalden en el riesgo y la responsabilidad de una elección en libertad, que le permitan el desarrollo de una vida coherente, consistente y auténtica.

A lo largo de esta lectura, encontrarán distintas tareas con animales no-humanos, enfocadas a proveer asistencia en discapacidad, psicoterapia y aprendizajes (el crecimiento individual, adquisición de habilidades, creatividad, manejo del distress, trabajo en grupos, comunicación).

Para facilitar la comprensión de la clasificación de dichas tareas, veo necesario primero, hacer una diferenciación de términos que habitualmente se utilizan indistintamente.

Intervención, Actividad, Terapia

Las Actividades realizadas con animales involucran todo tipo de trabajo que utilice no humanos y que posea un objetivo. En general podemos pensar que éstas remiten a acciones lúdicas, educativas; es decir que involucren aprendizajes conscientes que podrán ser transferidos a la vida diaria. Los objetivos de la actividad son específicos para esa actividad, y los métodos, en general, no están estandarizados.

Terapia, etimológicamente: terapia: gr. θεραπεία (therapeia: tratamiento, cuidado). El uso hizo que este término aplique solamente al área de salud; en un principio física (médica) y con el tiempo e, instaurada que fue la psicología como ciencia; a todos los procedimientos técnicos aplicados al “cuidado del alma” (lat. Ánima= gr. Μπορείτε, Psiché). Es decir que el término terapia hace referencia a un conjunto de técnicas y recursos probados empíricamente que se aplican para el “cuidado” de trastornos de Soma y Psiché.

Intervención, hace referencia a los efectos de un “agente” sobre otro, que no siempre es “paciente” (Patiens: sufriente). La agencia es amplia y no se refiere a un objetivo específico.

Se nos hace claro entonces que, Intervenciones, es el término más envolvente, y que nuclearía a todos los demás trabajos de acuerdo con su naturaleza.

Intervenciones Asistidas con Animales (IAA)

A- Intervenciones clínicas: (Terapia)

1) Equinoterapia en sus cuatro modalidades

2) Terapias asistidas con perros y gatos

3) Psicoterapia asistida con equinos

B- Actividades educativas, lúdicas y de recreación.

1) Aprendizajes asistidos con equinos

2) Actividades recreativas con perros y gatos

3) Actividades educativas, lúdicas y/o recreativas con animales de granja y otros.

Capítulo 2

Un paseo por la historia

Cuando hablamos de la relación con animales como: “de un vínculo histórico de transformación mutua”, nos vemos obligados a documentarnos en el pasado. A través del tiempo, y con solo el aval de las creencias y luego, de las ciencias especulativas (filosofía, antropología, ética), se han atribuido al animal propiedades “curativas” para quienes estén en su contacto. Solo luego de la aparición de la etología pudimos preguntarnos por la esencia de la animalidad.

Intentaré hacer una breve reseña del encuentro humano-no humano y su significación terapéutica.

En las sociedades primitivas, tanto los cazadores como los pastores habían aprendido a usar animales con el objetivo de que los ayudasen en la caza o cuidado de los rebaños. Al introducirse la agricultura, la utilización de los animales mutó hacia las tareas agrícolas, tales como arar la tierra, transportar los frutos, entre otras actividades.

Las civilizaciones más antiguas hacían referencia al vínculo entre los animales y los seres humanos como terapéutico (Álvarez et.al., 2014). En las alegorías mitológicas se mencionaban los beneficios que tienen dichos vínculos.

La mitología griega, como intento de respuesta occidental a la admiración que producía la naturaleza y todo lo que existe en ella, ensaya a modo de explicación en las Teogonías y Cosmogonías, la causa de lo causado. En los mitos hallamos la respuesta a la complejización de la vida griega, su padecimiento y su destino. En él subyacen la respuesta a todas las preguntas, y hasta hoy, podemos advertir la simbología que encierran y su significado en estos tiempos. El mito sigue dándonos respuestas.

Cuenta la mitología griega que Crono, hijo de Urano, casado con Rhea, le fue infiel a ésta con Filira. Crono se transformaba en caballo para no ser visto por Rhea cuando visitaba amorosamente a su amante. Un día Rhea, quien era muy celosa, siguió a Crono, quién permaneció como caballo logrando no ser descubierto por ella.

Su amante Filira se refugió en los montes Pelasgos. Allí permaneció hasta que su hijo naciera. Dio a luz a un monstruo: mitad caballo y mitad hombre que llamó Quirón (Kheirôn), “El hijo inferior”. Filira no soportó su alumbramiento y pidió a los dioses que tomaran su vida, por lo que Quirón se crio en soledad en los montes.

Era sabio, de buen carácter, e inteligente. Se dedicó a practicar la medicina, la cirugía y la música. Fue un gran referente para los héroes y se dice que “curaba cualquier enfermedad al son de su lira”. Fue tutor de Aquiles, Heracles, Asclepios, Teseo y Aristeo entre otros.