Juan Bautista Alberdi - Liliana M. Brezzo - E-Book

Juan Bautista Alberdi E-Book

Liliana M. Brezzo

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Beschreibung

Juan Bautista Alberdi fue un jurista y diplomático argentino que libró batallas con su pluma, en folletos y periódicos europeos, en defensa de la causa paraguaya ante la Triple Alianza. La postura paraguaya se vio reforzada por la tarea emprendida con el apoyo de los representantes diplomáticos paraguayos en el viejo continente. Este libro de la historiadora Liliana M. Brezzo logra reflejar toda su erudición y la vasta investigación realizada para contextualizar la labor de Alberdi en la Guerra Guasu.

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Liliana M. Brezzojuan bautista alberdiSi mi pluma valiera tu cañóncolecciónprotagonistas de la guerra guasu grupo editorial atlas

Prólogo

Este libro sobre el jurista argentino Juan Bautista Alberdi es un acercamiento a la labor del mismo en defensa de la causa paraguaya durante la Guerra Guasu con el objetivo de contestar a la campaña periodística desplegada por la Triple Alianza en contra del Paraguay.

Alberdi era ya una personalidad en su país, cuando desde su residencia parisina decide apoyar la causa paraguaya con su capacidad de argumentación y su gran erudición. Los textos de Alberdi son distribuidos en diferentes formatos para llegar tanto al gran público como a personas influyentes del continente europeo.

La historiadora Liliana M. Brezzo logra en esta obra reflejar toda su erudición y la vasta investigación realizada sobre la temática para de esa forma contextualizar la labor de Alberdi en el marco de un conflicto que como el lector podrá comprender en este texto no solo se libró en el campo de batalla, sino que también en las columnas de los periódicos europeos y norteamericanos.

Alberdi fue el gran defensor del Paraguay ante los ataques realizados por los agentes diplomáticos aliados, mediante su pluma iba denunciando desde el Tratado de la Triple Alianza hasta el estado de indefensión del Paraguay. En una segunda parte la autora va desarrollando las etapas reivindicatorias de Alberdi por parte de su gran amigo y compadre Gregorio Benites y posteriormente por el joven Juan E. O’Leary ya a comienzos del siglo xx.

Herib Caballero Campos April de 2020

Introducción

Entre los integrantes del nutrido grupo de impugnadores contemporáneos de la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, uno de los más relevantes, lúcidos e incisivos fue el intelectual argentino Juan Bautista Alberdi (1810-1884). Así pareció reconocerlo el Estado paraguayo cuando el 30 de julio de 2010 sancionó la Ley n.º 4062 por la que se le concedió la nacionalidad paraguaya honoraria, con carácter póstumo. El proyecto fue presentado como un acto de justicia en el año del bicentenario del nacimiento de quien, se sostenía en la fundamentación, “ha defendido la causa paraguaya y ha sido atacado con fiereza y dureza en su propio país”; se explicaba que “al producirse la guerra del Paraguay, propiciada y conducida por Mitre con el apoyo del capital inglés, Alberdi, como José Hernández y Guido Spano, apoyó decididamente la causa paraguaya y acusó a Mitre de llevar adelante una Guerra de la Triple Infamia contra un pueblo progresista y moderno”.

Los escritos de Alberdi durante la guerra han sido atendidos en menor medida que su trabajo como jurista de la construcción del Estado argentino y como inspirador de la trascendente Constitución sancionada en 1853. Sin duda —explica Horacio Crespo en su estudio titulado Con profundo dolor. La campaña crítica de Juan Bautista Alberdi en la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay (2017)—, esto obedece a un “innegable aunque velado estigma, a un cierto tufillo equívoco, que ha circundado a Alberdi desde aquella toma de posición que lo enfrentó irreconciliablemente con Bartolomé Mitre y ahondó, si cabía, su antagonismo con Domingo Faustino Sarmiento, reticencia cultivada sibilinamente durante décadas por los herederos políticos e ideológicos de ambos, que constituyeron el paradigma del dominante liberalismo de Buenos Aires”.

Estas referencias sirven de introducción a este trabajo sobre Juan Bautista Alberdi en el que procuramos reconstruir, mediante el entrecruzamiento de fuentes de distinta índole —archivos, escritos de época y bibliografía reciente— su defensa de la causa paraguaya durante el conflicto contra la Triple Alianza dentro de su trayectoria intelectual, así como sus escritos de combate y las derivaciones que tuvo su postura en Argentina y en el Paraguay.

¿Por qué incluir en esta colección una obra dedicada a analizar las relaciones de este intelectual argentino con la Guerra contra la Triple Alianza?

La propuesta se inscribe en las actuales tendencias historiográficas que alientan el uso de documentación y de perspectivas no convencionales para mirar el conflicto con nuevos ojos. Una prueba de esto es que entre los años 2000 y 2019 ha aparecido una galería de trabajos que se sustentan en repertorios documentales alejados del clásico archivo disponible para el estudio de la guerra, es decir, el estatal, para echar mano de repositorios personales y/o de escritos producidos en la esfera privada. Estas investigaciones, alejadas de la estricta perspectiva político-militar, han permitido observar fenómenos que se desenvolvieron en paralelo a los combates y, de ese modo, producir un conocimiento más completo del fenómeno bélico. En esta línea se han ido abriendo un hueco cada vez mayor las temáticas sobre los cruces producidos por la prensa de los países beligerantes, así como la reconstrucción de los canales y de las redes de propaganda promovidos por los contendientes.

Conocíamos que, una vez iniciado el conflicto, en 1864, los gobiernos de la Alianza, así como el del Paraguay, autorizaron a sus representantes diplomáticos en Europa a efectuar erogaciones destinadas a financiar la publicación de escritos en distintos formatos —folletos, artículos periodísticos, libros— que sustentaran la equidad de su causa y divulgaran una imagen positiva de sus respectivos países. Junto a la maquinaria de propaganda estatal, la prensa en los cuatro países beligerantes tuvo un papel relevante a la hora de componer un repertorio de imágenes y de discursos a través de los cuales se presentaba al “enemigo”.

Vinculada a esas perspectivas, una de las esferas más atrayentes para la investigación actual es la de las posturas que asumieron los intelectuales en América y en Europa. Se conocía, por ejemplo, que en América del Sur la guerra fue considerada, desde el principio, como una aberración, independientemente de las causas que la provocaron. Los países del Pacífico —Chile, Ecuador, Perú y Bolivia— manifestaron en forma enfática su oposición y ofrecieron su mediación a los beligerantes del Atlántico para detener la guerra. Hoy conocemos de manera más amplia las ideas y conductas de los gobernantes y de la opinión ilustrada de los países sudamericanos respecto a los orígenes de la guerra, sus tendencias y sus probables resultados.

Para el caso de Alberdi disponemos desde hace tiempo de estudios que desmenuzan los escritos que publicara en Europa entre 1865 y 1869, como los de Idalia Flores de Zarza, Juan Bautista Alberdi en la defensa del Paraguay en la guerra contra la Triple Alianza (Asunción, 1976) y Jorge Mayer, Alberdi y su tiempo (Buenos Aires, 1963). Más recientemente contamos con investigaciones que entrecruzan los textos dirigidos a la esfera pública y la escritura epistolar privada de Alberdi con distintos corresponsales, como las que diera a conocer Lucila Pagliai, “El archivo como productor de nuevos espacios de lectura: las cartas de la Guerra del Paraguay en el Archivo General de la Nación” (2012), “Alberdi y el Brasil en los escritos de combate y en las cartas de la Guerra del Paraguay: el desinterés y la uniformidad como operación político-cultural” (2012), “Alberdi y la Guerra del Paraguay: las cartas del ‘ilustre finado’ en la operación cultural de la Epopeya” (2013), y Magdalena Arnoux, “Ignacia Gómez de Cánova: una corresponsal de guerra. La Guerra del Paraguay” (2012). Estos últimos coinciden en mostrar que una fuente de la elaboración de las posiciones de Alberdi fue, precisamente, su cuantiosa correspondencia con numerosos corresponsales durante los años del conflicto, en la que es posible seguir tanto los sucesos bélicos como los políticos y diplomáticos, así como lo referente a la guerra misma y a los procesos internos de los países beligerantes, expresando siempre, en el caso de Alberdi, su postura crítica hacia los gobiernos de la Triple Alianza.

Alineado en estas perspectivas, este libro se asienta, en su primera parte, en el estudio sobre el intercambio epistolar que mantuvieran Alberdi y el diplomático paraguayo Gregorio Benites (1834-1909) durante los años de la guerra, en cuanto a la valiosa información para penetrar en la intimidad de los sucesos vinculados a sus antecedentes y a su desarrollo, así como sobre la marcha de las acciones de propaganda desplegadas por la Legación del Paraguay en Europa. Cabe mencionar que estos materiales están disponibles desde el año 2007 cuando un proyecto ejecutado de manera colaborativa por investigadores argentinos y paraguayos permitió recuperar 800 piezas epistolares, hasta ese momento inéditas, que fueron transcriptas y publicadas en Paraguay en tres tomos titulados Juan Bautista Alberdi-Gregorio Benites. Epistolario inédito (1864-1883. Asunción: Academia Paraguaya de la Historia - Fundación Biblioteca y Archivo de Jorge M. Furt - Universidad Nacional de General San Martín, 3 tomos). El examen atento de ese epistolario nos permite reconstruir cómo un abogado argentino y un diplomático paraguayo montaron una operación político-cultural cuyos destinatarios principales eran los cuadros pensantes y los gobernantes tanto de América como de Europa ante quienes, en una línea crítica de denuncia y acusación sostenida contra la Triple Alianza, les advierten sobre los “resultados siniestros de la guerra”.

Este libro es resultado también de un estudio sobre la correspondencia que mantuvieron durante la primera década del siglo xx Gregorio Benites y el entonces joven historiador paraguayo Juan E. O’Leary (1878-1969), que resguarda la Biblioteca Nacional del Paraguay. Estos materiales han sido decisivos para restituir los mecanismos de exaltación de Juan Bautista Alberdi en el Paraguay para ubicarlo como “prócer paraguayo” fundándose en la posición intelectual que detentara durante la Guerra contra la Triple Alianza.

Se trata de un texto con propósitos de divulgación, en el que se omiten, por eso mismo, las notas o referencias en cuanto al origen de las informaciones proporcionadas, las que pueden hallarse en otros trabajos nuestros o en la bibliografía que se incluye al final. En cuanto a las cartas inéditas, nos hemos limitado a indicar su procedencia en el cuerpo del texto, de modo que se agilice la lectura.

De la mano de Alberdi, uno de los ensayistas políticos más importantes y vigentes de la organización nacional argentina, y de sus escritos sobre el Paraguay —releerlos es siempre alentador—, no nos queda sino invitar a los lectores a mirar a la Guerra contra la Triple Alianza con nuevos ojos, y ver lo que otros no pudieron ver en el pasado e ir componiendo, de este modo, una visión más completa de su significado para Sudamérica.

capítulo i

La verdad que protege al Paraguay

El 28 de junio de 1868 Juan Bautista Alberdi le escribió una carta a su amigo, el diplomático paraguayo Gregorio Benites, en la que le solicitaba que hiciera conocer al presidente Francisco Solano López las motivaciones que lo llevaban a sostener, mediante escritos en la prensa europea “la verdad que protege al Paraguay” en la guerra que sostenía contra los países de la Triple Alianza. En este capítulo reconstruimos el increíble derrotero de esta misiva, conocida como la “carta de la traición” (los enemigos políticos de Alberdi lo acusarán de ser un escriba a sueldo del Paraguay), examinamos el proceso de gestación, publicación y circulación de los escritos de Alberdi a favor del Paraguay y analizamos de qué manera un argentino y un paraguayo mancomunaron esfuerzos para montar una notable maquinaria de propaganda en Europa. Pero antes, presentemos a Juan Bautista Alberdi.

Antes de la guerra

Juan Bautista Alberdi vivió más años en Europa que en Argentina. Nació en San Miguel de Tucumán el 29 de agosto de 1810. Se trasladó desde muy joven a Buenos Aires, donde estudió en el Colegio de Ciencias Morales, aunque abandonó prematuramente sus aulas. Pasado algún tiempo retomó estudios en el departamento de jurisprudencia en la Universidad de Buenos Aires, los continuó en la Universidad de Córdoba y obtuvo su título de abogado durante su estadía en Chile.

A finales de 1835, cuando contaba con veinticinco años, se unió en Buenos Aires al grupo de jóvenes del Salón Literario, un espacio de sociabilidad intelectual fundado por Marcos Sastre y frecuentado por Juan María Gutiérrez, José Mármol, Miguel Cané (padre), Esteban Echeverría, entre otros integrantes que serían conocidos como la generación del 37. Estos intelectuales se adhirieron a las ideas de la democracia liberal y se asumieron como continuadores de la obra de la Revolución de Mayo, propiciando una organización superadora del país como respuesta al enfrentamiento entre las facciones de federales y unitarios.

Alberdi fue uno de los tantos opositores que tuvo el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas (1835-1852). En noviembre de 1838 se negó a prestar juramento al régimen rosista y se decidió por el exilio al igual que la mayoría de los intelectuales de la generación del 37, quienes se refugiaron en países limítrofes. Alberdi se exilió primero en Montevideo hasta el año 1843 cuando, meses antes de cumplir los treinta y tres años, abandonó el Río de la Plata para iniciar su primer viaje por el Viejo Continente. A su regreso, en 1844, se instaló en Valparaíso, Chile, donde revalidó su título y ejerció como abogado. En la ciudad trasandina lo halló la noticia de la batalla de Caseros, en febrero de 1852, que significó la caída del gobierno de Juan Manuel de Rosas. En los meses posteriores escribió las Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, cuyo prefacio fecha en Valparaíso el 1 de mayo de 1852. Se trata de un escrito modélico en el que presentaba las fórmulas jurídicas que, según entendía, podían ajustarse a la realidad y a las posibilidades para la sanción de una Constitución argentina y la organización del Estado.

Hizo llegar la obra a Justo José de Urquiza y este se entusiasmó con ella, la mandó a imprimir y la distribuyó profusamente. Como es sabido, el Congreso Constituyente reunido en Santa Fe la tomó como fuente privilegiada por sus valores intrínsecos y también por la escasez de otras obras de esa envergadura.

El 5 de marzo de 1854 Urquiza asumió la presidencia de la Confederación Argentina en la ciudad de Paraná, flamante capital luego de que la revolución del 11 de setiembre de 1852 culminara con la secesión de Buenos Aires del resto de las provincias, y su organización como estado independiente. Alineado al gobierno de Urquiza, Alberdi fue acreditado, el 1 de mayo de 1854, como enviado plenipotenciario y encargado de Negocios ante los gobiernos de Inglaterra, Francia y España con el objetivo, entre otros principales, de obtener el reconocimiento del gobierno de Paraná como el único legalmente constituido. En España gestionó, hasta el año 1860, la firma de un tratado por el que el Estado español reconocía la independencia argentina.

Los ejércitos de la Argentina escindida se enfrentaron en 1861 en la batalla de Pavón para dirimir la cuestión de la unión nacional. Triunfante Buenos Aires, el nuevo orden impuesto por la victoria llevó a Bartolomé Mitre a la presidencia, en el mes de octubre de 1862. A principios del año siguiente Alberdi fue dejado cesante en su cargo diplomático reconduciendo sus actividades, según su propia expresión, a la “soledad de relaciones cordiales”. Fue en ese tiempo que conoció en París a Gregorio Benites, joven diplomático, de treinta años, quien detentaba el cargo de secretario de la Legación de Paraguay en Europa. Desde entonces ambos cultivaron una amistad que finalizó únicamente con el fallecimiento de Alberdi en Neuilly-sur-Seine, el 19 de junio de 1884.

Las referencias al Paraguay anteriores a los años de la guerra son escasas en la obra de Alberdi. Se mostró crítico del aislacionismo impuesto por Carlos Antonio López y su negativa respecto a la libre navegación de los ríos interiores, cuya reglamentación era uno de los puntos cruciales de un posible y necesario congreso continental, tal como lo señaló en su Memoria sobre la conveniencia y el objeto de un Congreso General Americano, en 1844. En la misma época, y en un contexto de discusión de acciones sudamericanas contra Rosas, publicó en el diario chileno El Siglo un artículo titulado “Política continental: altas conexiones de las cuestiones del Plata”, que reprodujo Carolina Barros en una obra titulada Alberdi. Periodista en Chile