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Este libro contiene colaboraciones de académicos y especialistas en español como lengua extranjera que desean iluminar diferentes aspectos de su enseñanza y su aprendizaje: desde la construcción de diccionarios especializados que atienden a las necesidades de esos alumnos hasta las experiencias de didáctica o evaluación lingüística en sectores especializados. Como puede esperarse, la mayor parte de los estudios incluyen la consideración de la diferencia específica entre adquirir la lengua como materna y aprenderla como lengua extranjera, generalmente en contextos institucionales. Los autores que participan en la redacción de cada capítulo continúan desarrollando, analizando y nutriéndose del aporte fundamental que la doctora Marta Baralo Ottonello ha dado a una disciplina que no era objeto de estudios específicos antes de los años 80. Tanto el prólogo como los capítulos construyen y completan una visión polifónica de las diferentes facetas de su profesionalidad y espesor humano.
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Seitenzahl: 616
Veröffentlichungsjahr: 2017
María Cecilia Ainciburuy Claudia Fernández Silva (eds.)
La adquisición de la lengua española: aprendizaje, enseñanza, evaluación
Estudios en homenaje a Marta Baralo Ottonello
Editorial Autores de Argentina
Fernández, Claudia Esther
La adquisición de la lengua española : aprendizaje, enseñanza, evaluación : estudios en homenaje a Marta Baralo Ottonello / Claudia Esther Fernandez ; Mará Cecilia Ainciburu. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2017.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-761-023-9
1. Ensayo Literario. I. Ainciburu, María Cecilia II. Título
CDD A864
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail: [email protected]
Diseño de portada: Justo Echeverría
Diseño de maquetado: Maximiliano Nuttini
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
ÍNDICE
PREFACIO
Capítulo 1.
Marta Baralo en la encrucijada… Lingüística, Psicolingüística y Gramática Pedagógica
Juana M. Liceras - University of Ottawa y Universidad Nebrija
A modo de prólogo
1. Introducción
1.2. La elección de antecedente por parte de los sujetos implícitos y explícitos en la resolución anafórica
1.3. La resolución anafórica en el español de los hablantes de francés l1 e inglés l1.
1.4. Conclusiones
A modo de epílogo
PARTE I - ADQUISICIÓN
Capítulo 2.
Posibilidades de un diccionario onomasiológico de modismos para estudiantes de ELE
Ignacio Bosque - Universidad Complutense de Madrid
2.1. El problema
2.2. Soluciones y aproximaciones existentes
2.3. Un nuevo planteamiento
2.4. Conclusiones
Capítulo 3.
Una representación del sistema verbo-temporal español basada en la teoría de la psicomecánica del lenguaje de Gustave Guillaume
Anna Doquin de Saint-Preux - Universidad Antonio de Nebrija
3.1. Principios fundamentales de la teoría de la psicomecánica del lenguaje
3.1.1 La dicotomía Lengua/Discurso
3.1.2 Unidad forma/significado: “significado de Lengua” vs “efectos de sentido”
3.1.3 Una visión dinámica del lenguaje: el movimiento y el tiempo operativo
3.2. El sistema verbo-temporal
3.3. Representación espacial del significado de los tiempos del indicativo en español
3.3.1 Aspecto inmanente
3.3.2 Aspecto trascendente
3.4. Conclusiones
Capítulo 4.
La investigación en el campo de la adquisición/aprendizaje de ELE en Brasil: relato de algunos trabajos
Neide Maia González - Universidade de São Paulo
Rosa Yokota - Universidade Federal de São Carlos
Benivaldo José de Araújo Jr. - Universidade de São Paulo
Adriana Martins Simões - Universidade de São Paulo
4.1 Introducción
4.2. Un primer intento para explicar el proceso de adquisición del español por parte de lusohablantes brasileños (González, 1994)
4.3 La adquisición del español por brasileños adultos: una mirada hacia el uso del complemento directo en la producción de ele (Yokota, 2001, 2007)
4.4 La relación entre las pasivas sintácticas y el uso de construcciones con clíticos en la producción escrita de ele por brasileños adultos (Araújo Júnior, 2007)
4.5 El proceso de adquisición/aprendizaje del español por brasileños de diferentes generaciones (Simões, 2010)
4.6 Para cerrar
Capítulo 5.
Uso y adquisición de recursos elativos como indicadores de integración sociolingüística en Madrid
Florentino Paredes García - Universidad de Alcalá
5.1. Introducción
5.2. La integración sociolingüística
5.3. Metodología
5.4. Análisis de los resultados
5.4.1. Uso de los elativos en las encuestas PRESEEA-Madrid
5.4.2. Uso de los elativos en las encuestas del corpus INMIGRA-Madrid
5.4.3. Los elativos como marca de integración sociolingüística
5.5. Conclusiones
Nota final
PARTE II - ENSEÑANZA Y EVALUACIÓN
Capítulo 6.
La progresión en la adquisición léxica
María Cecilia Ainciburu - Universidad de Siena (Italia), Universidad Antonio de Nebrija (España)
6.1. Introducción
6.2. El punto de vista de la adquisición
6.3. La progresión como lógica básica de la adquisición
6.4. Progresión y programación didáctica
Nota final
Capítulo 7.
La expresión de la probabilidad: carencias de los estudiantes de nivel intermedio alto
María José Barrios Sabador - Universidad Nebrija
7.1. La expresión de la probabilidad en un test de juicios de gramaticalidad
7.2. Propiedades de los operadores de probabilidad en español
7.2.1. Características generales
7.2.2. Operadores léxicos. Uso de indicativo y subjuntivo
7.2.3. Morfemas de probabilidad
7.2.4. Verbos de modalidad epistémica de incertidumbre
7.3. Los operadores de probabilidad en un test de juicios de gramaticalidad
7.3.1. Los test de juicios de gramaticalidad
7.3.2. Los operadores de probabilidad en un test de juicios de gramaticalidad
7.3.3. Resultados y discusión
7.4. Conclusiones
Capítulo 8.
Estrategias docentes en el aula de ELE. Y tú ¿cómo lo haces, cómo evalúas, cómo trabajas con tareas, cómo…?
Sonsoles Fernández y Sheila Estaire
8.1 Introducción
8.2 Elenco de cuestiones de los profesores
8.3 Evaluación en el aula. ¿y tú cómo evalúas?
8.3.1 Evaluar, no devaluar
8.3.2. Evaluar para aprender
8.3.3. ¿Y tú cómo evalúas y cuándo evalúas?
8.3.4. ¿Qué tengo qué evaluar?
8.3.5. Criterios y descriptores para la evaluación
8.3.6 Autoevaluación y coevaluación
8.3.7 Observación final
8.4. El trabajo con tareas en el aula ¿y tú cómo lo haces?
8.4.1Aprender haciendo
8.4.2 Manuales y tareas
8.4.3Criterios para analizar, adaptar, modificar o elaborar tareas
8.4.4 Simulaciones y comunicación auténtica
8.4.5 La gramática, otros aspectos formales de la lengua y el aprendizaje mediante tareas
8.4.6 Observación final
8.5. Epílogo
Capítulo 9.
La inscripción del autor en los textos académicos en L1 y L2
Claudia Fernández Silva - Universidad de Buenos Aires y Universidad Arturo Jauretche
9.1. Autor y persona del discurso: la construcción del ethos
9.1.1. La inscripción de la persona
9.1.2. La subjetividad y la modalidad epistémica
9.1.3. La atribución del conocimiento
9.1.4. El metadiscurso
9.2. Teoría de la enunciación: subjetividad, deixis y polifonía
9.3. Lingüística textual: mecanismos desagentivación y otros recursos
9.3.1. Los mecanismos de objetivación
9.3.2. La despersonalización
9.3.3. Los roles del autor en los textos académicos
9.4. Estudios empíricos sobre la inscripción del autor
9.4.1. Estudios empíricos sobre la inscripción del autor en español L1
9.4.2. Estudios empíricos sobre la inscripción del autor en L2
9.5. A modo de cierre
Capítulo 10.
El proceso de aprendizaje de la forma lingüística: familiarización y producción consciente
Carmen Hernández Alcaide - Centro de Estudios Hispánicos. Universidad Nebrija
10.1. Introducción
10.2. La enseñanza de lenguas
10.3. La enseñanza-aprendizaje de elementos lingüísticos
10.4. La instrucción formal en el aula de ele
10.4.1 La familiarización con el elemento lingüístico objeto
10.4.2. El procesamiento lingüístico dirigido a la práctica
10.5. Conclusiones
Capítulo 11. Nuevas tendencias en la adquisición, enseñanza y aprendizaje de las colocaciones en L2
Marta Higueras GarcíayMercedes Pérez Serrano - Instituto Cervantes - Columbia University
11.1. Introducción
11.2. La adquisición de las colocaciones en l2/le
11.2.1. Formas de captar las colocaciones en el input
11.2.2. Aportaciones de la investigación sobre la realización de ejercicios y actividades de colocaciones
11.3. La enseñanza de colocaciones
11.3.1. Habilidades docentes para la enseñanza de colocaciones
11.3.2. Características de una buena actividad para la enseñanza de colocaciones
11.4. Conclusiones y retos para el futuro
Capítulo 12. ¿Por qué español aquí y ahora? Lengua de expiación – instrumento de “repatriación”
Ivonne Lerner y Rosalie Sitman - Instituto Cervantes de Tel Aviv - Universidad de Tel Aviv
12.1. Introducción
12.2. Ley 12/2015, de 24 de junio, en materia de concesión de la nacionalidad española a los sefardíes originarios de españa
12.3. Impacto de la ley en países con población ladino-hablante
12.4. La coyuntura israelí
12.5. Los exámenes dele y ccse en israel
12.6. El itinerario pasaporte
12.7. Perfil del alumnado en los cursos dele a2 en el ic de tel aviv
12.7.1 Alumnos nacidos en Israel
12.7.2 Los alumnos nacidos en Marruecos – Antiguo Protectorado Español
12.7.3 Los nacidos en países balcánicos (Turquía, Bulgaria y Grecia)
12.8. Hablantes de ladino - estudiantes de lengua de herencia
12.9. Reflexiones finales
Capítulo 13. Aportes del enfoque AICLE a la enseñanza de lenguas extranjeras
Beatriz López Medina - Universidad Nebrija
13.1. Introducción
13.2. Antecedentes del enfoque aicle
13.2.1. Los antecedentes sociales
13.2.2. Los antecedentes metodológicos
13.2.3. La incorporación de los estudios en adquisición de lenguas a los enfoques metodológicos
13.3. El enfoque aicle
13.3.1. El profesor de disciplinas no lingüísticas en contextos AICLE
13.3.3. El currículo integrado y el currículo integrado de lenguas
13.3.2. La metodología
13.3.3. La evaluación
13.4. Aportaciones de aicle al aprendizaje integrado
13.5. Conclusiones
Capítulo 14. Texto, contexto y programación, hacia una didáctica ELE
María Luisa Regueiro Rodríguez - Universidad Complutense de Madrid
14.1. Hacia una didáctica ele
14.1.1. Los desafíos de la programación didáctica
14.1.2. La base epistemológica de una didáctica ELE
14.2. Principios y presupuestos de una didáctica ele
14.2.1. El ansiado consenso terminológico
14.2.2. Enfoque constructivista del proceso de enseñanza-aprendizaje
14.3. A modo de conclusión: superar la brecha entre teoría y programación
Capítulo 15. Mediación lingüística en contextos escolares y universitarios
Graciela E. Vázquez - Freie Universität Berlin
15.1 Cuestiones preliminares
15.2 Preguntas frecuentes
15.2.1 ¿Existe una progresión en las actividades de mediación?
15.2.2¿Qué géneros se prestan mejor como input o texto de partida?
15.2.3¿Qué es una buena actividad de mediación?
15.2.4¿Cómo se estructuran las actividades?
15.2.5¿Cómo se evalúa la mediación?
15.3 ¿cómo entrenar para la mediación?
15.3.1 ¿Dónde encontrar buenos ejemplos de mediación?
15.3.2 ¿Qué se ha publicado?
15.3.3 ¿Qué hay que tener en cuenta? Un ejemplo
15.4 FAZIT
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
DICCIONARIOS CITADOS
QUIEREN COMPARTIR EL HOMENAJE
Francisco Moreno Fernández
Marta Genis
Susana Pastor Cesteros
Silvia Prati
Juana Gil Fernández
Ana María Avila de Jalil
Concha Moreno
Jenaro Ortega Olivares
Magdalena Viramonte de Ávalos
ESTA EDICIÓN
María Cecilia Ainciburu y Claudia Fernandez Silva
PREFACIO
Amigas
A Marta Baralo se le ríen los ojos y la boca. Pero el primer día de la primera edición del Máster en Enseñanza del Español como Lengua Extranjera, justo en el momento en que nuestra amiga entró en el aula para impartir su también primera clase de Teorías de adquisición, todas nos quedamos mudas. Todas y Ángel, que era el único muchacho valiente en aquel gineceo. Ángel tenía manías raras. Se sabía de memoria páginas enteras de novelas de Thomas Bernhard. Era un tipo duro, con aspecto de joven ave zancuda, que no se conmovió tanto como nosotras cuando Marta, con un vestido con mucho vuelo en la falda de flores, nos informó de que era obligatorio leer las fuentes originales (“O-ri-gi-na-les”, nos dijo) de los artículos sobre Teorías de adquisición. Aquella información-amenaza implicaba que leeríamos a Sacha Félix, por poner un ejemplo, en inglés. Luego nuestro vocabulario se llenó de términos para traducir las palabras originales: aducto, educto, retroalimentación. Todo sonaba a escatología y robots.
En clase Marta imponía mucho. Cada día –no es broma-nos preguntaba la lección mientras nosotras –y Ángel- seguíamos familiarizándonos, en otras asignaturas, con la interacción, la negociación, las necesidades de aprendizaje y el enfoque comunicativo, en general. Marta era el contrapunto oxigenante, el elemento subliminalmente subversivo y resistente, la comandante Marcos del Máster, que con su exigencia y la comprobación diaria de nuestras lecturas –Marta no nos preguntaba qué necesitábamos, sino que sabía perfectamente lo que necesitábamos- nos hizo aprender mucho, incluso entusiasmarnos con los entresijos y las gallinejas de las Teorías de adquisición. Cada vez que entraba en clase yo pensaba: “Jo, qué tía.” Y lo pensaba porque me parecía muy, muy sabia. Luego, cuando tuve la fortuna de conocerla mejor, me lo pareció aún más.
Con Marta aprendimos cosas que jamás pensamos que llegaríamos a aprender. Nos intimidaba un poco Marta Baralo y dudábamos de su lugar de nacimiento, porque su habla no se correspondía con el estereotipo porteño que aquí solemos llamar argentino. Los orígenes de Marta Baralo estaban, pues, rodeados de un aura misteriosa. “¿Será argentina?”, “¿Será boliviana?”, “¿Será paraguaya?”, “A mí, a chilena no me suena”, “Mira que si al final es de algún lugar raro de Canarias”. Sí, ese era el nivel de profundidad en la formulación de hipótesis de aquella primera promoción de estudiantes del Máster en Enseñanza del Español como Lengua Extranjera. De aquellas aulas salimos todas –y Ángel- muchísimo más listas -¡creo!-: Marta Higueras, Ana Arranz, Marisa Blasco, Pilar García, Concha, Helena que lleva años viviendo en Monterrey… Pero, como venía diciendo, nos intimidaba un poco Marta Baralo. Hasta que la oíamos reír mientras se fumaba un cigarrillo –en aquellos años fumábamos todas- detrás de la puerta del despacho de Belén Moreno que era la sacerdotisa suma del Máster. La inventora y fundadora. Detrás de la puerta del despacho de Belén Moreno se encontraba el árbol de la ciencia y el árbol de la vida. El Aleph, por utilizar una metáfora literaria y argentina que le cuadre un poco a la personalidad de Marta. Aunque, ahora que la conozco mejor, yo la veo más de Cortázar que de Borges. Al oír la risa de Marta, detrás de la puerta del despacho, teníamos la impresión de que no podía ser el león tan fiero como nos lo estábamos pintando. O a lo mejor sí y, por eso, decidimos estudiar como fieras. El caso es que descubrimos esa enorme generosidad que caracteriza a Marta cuando nos examinó de aquel rosario de nociones chomskianas y vigotskianas y, después de examinarnos, nos puso unas notas excelentes. Estremecedoramente altas. Incluso a Ángel que era un poquito escéptico y bernhardiano y a mí que era anticientífica, antiuniversalista, materialista y terriblemente literaria.
Sospecho que Belén Moreno sabía muy bien por qué desde el principio quiso contar con Marta como profesora del Máster y después para muchas otras cosas. Así que será mejor que ella os lo explique con sus propias palabras.
Siempre me resulta difícil recoger el testigo y continuar desarrollando una historia, una explicación o un argumento. Cuánto más cuando quien me lo da cuenta ya con la publicación de varias novelas y libros de poemas. A la sana envidia que me invade, hay que añadirle dos componentes, más: la satisfacción de haber sido profesora de Marta Sanz, aunque lo que yo le enseñara nada tenía que ver con el arte de escribir, y el orgullo de contar con su amistad. Pese a que me resulta muy difícil recoger el testigo, lo voy a intentar.
Una vez determinadas las materias que iban a constituir el programa del Máster en Enseñanza de Español como Lengua Extranjera (MEELE) de la Universidad Antonio de Nebrija, llegó a mis manos el nombre de algunos posibles profesores. A Marta Baralo, como a otros candidatos que entrevisté, le pedí que me explicara algunos conceptos relacionados con la adquisición de la lengua. Mi interés era valorar su capacidad didáctica. Nunca hubiera imaginado que tuviera tanta. Yo me ponía en la piel del estudiante, cosa que, en el caso de la Adquisición, no me costó ningún esfuerzo. Mi ignorancia era supina y Marta, prácticamente sin ningún esfuerzo, me abrió puertas y ventanas para que yo comprendiera algo de su especialidad.
Era un placer escucharla. Siempre ha tenido una habilidad didáctica envidiable y un dominio de la expresión oral de matrícula de honor cum laude por unanimidad. En realidad, yo considero a Marta una virtuosa de la comunicación, especialmente de la comunicación oral. Me lo dejó claro desde el primer momento y me lo ha demostrado con creces a lo largo de todos estos años. Yo ya no necesitaba buscar más. Estaba completamente convencida de la valía de Marta Baralo y, como en aquel entonces no tenía que consultarlo con nadie más, le propuse el puesto de profesora. Ella aceptó y yo me quedé en la gloria bendita. ¡Había encontrado una aguja en un pajar! Pocas eran las personas capacitadas para explicar adquisición de la lengua y todavía era menor el número de buenos docentes ilustrados, con inquietudes intelectuales muy despiertas y con sólidos conocimientos de todas las materias de su área de conocimiento. ¡No podía pedir más!
Una de las grandes fortalezas de Marta Baralo es ser una profesora que se ha hecho poco a poco, con una cochura extraordinaria. Ha pasado por muy distintas experiencias docentes, distintos niveles educativos y diferentes contextos. Ha enseñado en Argentina y en España, a nativos y a no nativos.
Así fue como Marta Baralo empezó su andadura en Nebrija, como profesora asociada para impartir la asignatura de Adquisición para los alumnos del Máster en Enseñanza de Español Lengua Extranjera (MEELE). El día que Marta defendió su tesis me pareció el idóneo para ofrecerle la dirección del máster al mismo tiempo que la felicitaba por su doctorado. Recuerdo aquel momento como si fuera ahora mismo. Las dos nos emocionamos. La verdad es que, después de aquella, se nos han saltado las lágrimas en más de una ocasión.
Mi apuesta por Marta fue todo un éxito. Continuó su carrera docente en Nebrija como profesora titular y directora del Departamento de Lenguas Aplicadas hasta el decanato, compatibilizándolo con la dirección del Máster y de todos los programas de formación de profesores. Con todos los honores académicos que puede otorgar una universidad privada en España. Además, sorprendió a todos con su capacidad para gestionar muy diversos programas relacionados con el español lengua extranjera, para desarrollar gran número de cursos en cooperación con otras universidades e instituciones españolas y extranjeras, así como innumerables actividades para activar la investigación y la docencia en el área de ELE. Mujer sabia y trabajadora que dejó a muchos boquiabiertos. Ella podía con todo.
El segundo recuerdo que tengo de Marta Baralo se inserta en el marco de una competición. Martona y Martita, al borde la piscina, justo en el instante previo a que suene el pito y nos lancemos al agua con nuestros bañadores olímpicos. La comicidad de la imagen es incluso más cómica cuando me planteo la ridícula situación de estar compitiendo con Marta por una beca, promovida por la Nebrija y por la Fundación Complutense, para crear materiales de español como lengua extranjera. Lógicamente pensé que no tenía ninguna oportunidad. Aquella mujer inteligente y académica, instruida y de buen carácter, me aventajaba en todo: experiencia, autoridad, conocimientos, talante, aptitudes. Lo que yo ignoraba es que Marta era, además, una persona humilde. No competimos, sino que casi se podría decir que comenzamos a trabajar juntas. Ambas diseñamos nuestras unidades didácticas de la mejor manera posible. Nos salieron unos materiales preciosos - ¡modestia aparte! - sobre literatura y música. Ahí descubrí la fascinante melomanía de Marta Baralo. Su afición y sensibilidad musicales.
En aquellos años no manejábamos los programas de ordenador con la soltura con que lo hacemos ahora y yo me recuerdo dibujando monigotes para cubrir las exigencias paratextuales de mi unidad que se centró en un fragmento de Los alegres muchachos de Atzavara de Manuel Vázquez Montalbán. Creo que he perdido el original y lo lamento mucho. También echo la vista atrás con un sentimiento nostálgico del que suelo huir. Mientras yo cumplía con la parte pretecnológica –solo con el paso de los años me he dado cuenta de lo hermosa que es esa palabra que suena a Atapuerca y a Cueva de Altamira, a gente que sobrevive creando fuego mediante la frotación de dos palitroques…-, con los trabajos manuales, que exigen el diseño y la confección de materiales didácticos, me imaginaba las manos poderosas de Marta que sostenían unas tijeritas casi ridículas entre sus dedos de trabajadora. Marta pulsa con convicción las teclas del ordenador y, a menudo, mientras escribe recita las frases en voz alta. Marta tiene una destreza envidiable para la comunicación oral y sabe trasladarla a su escritura para hacerla más clara, transparente, contundente o cortés, según convenga… Cuando participamos de aquella carrera tan desigual, me sentí muy cerca de mi profesora y le agradecí en el alma que hubiese aceptado “competir” conmigo. Que Marta se colocara a mi nivel o que me elevase al suyo vuelve a hablar en favor de mi maestra y amiga. Dice mucho de su trato con las compañeras y de la dificultad con la que debió de vivir sus años de decana de la Facultad de Lenguas Aplicadas y jefa suma de sus programas de postgrado en el momento en que Belén Moreno tomó la decisión de retirarse y dejarnos a todas un poco huerfanitas.
Este concurso de méritos acabó con el final felicísimo de que las dos obtuviéramos una plaza en la universidad y creo que ese fue el punto de partida para la gestación de uno de los equipos de trabajo más armónicos, exigentes y creativos –otra vez, ¡modestia aparte!- con los que yo he tenido el orgullo de trabajar: Belén Moreno, Marta Baralo, Claudia Fernández y yo misma nos encerrábamos en un aula o en un despacho, en el vórtice de un Aleph al que primero tuvimos acceso y del que después formamos parte, y pensábamos en cursos, actividades, libros, personas, maneras de resolver problemas –o de crearlos-, inventábamos y hacíamos experimentos como los científicos con sus matraces, discutíamos, nos reíamos… El tiempo transcurría vertiginosamente y a la vez nos cundía mucho. Diseñamos y activamos un montón de proyectos y, mientras lo hacíamos, íbamos forjando una amistad, grande y hermosa, que aún nos dura y por la que nos sentimos bendecidas por toda una corte celestial y laica de dioses y vírgenes. Una amistad que nos hace felices. Formamos un equipo de mujeres muy diferentes que nos complementábamos. Esa idea refuerza mi impresión de que somos lo que somos, más allá de nosotras mismas, en nuestros vínculos con los demás. Nosotras fuimos y somos personas muy afortunadas, y gran parte de nuestra fortuna consiste en haber conocido a Marta Baralo. Vuelo a cederle la palabra a Belén para que nos dé su punto de vista sobre aquella “competición” y sobre aquellas tardes de trabajo intenso y fructífero…
Yo de esa competición, a la que se refiere Marta Sanz no recuerdo absolutamente nada. Claro que tengo un primo alemán que me juega más de una mala pasada. Pero estoy totalmente convencida de que yo no rivalicé con ninguna de las Martas – nunca hubiera osado hacerlo- tanto como de que yo no tuve nada que ver con la organización de tal acontecimiento.
Sin embargo, sí puedo decir mucho de aquel trabajo intenso del grupo que constituimos con el nombre de Equipo Nebrija. Fue una constitución un tanto sui generis en la que no medió ningún papel, aunque sí compartíamos nuestras señas de identidad y algunas normas tácitas: no constituimos el equipo Nebrija para ganar dinero; el incremento de trabajo lo añadíamos, sin más, al que ya teníamos asignado. Nuestro interés era totalmente altruista. Nuestro objetivo, elaborar unos materiales útiles para el ejercicio de nuestra profesión como profesores de español lengua extranjera con cierta base teórico-científica. Queríamos que todos los profesores de ELE superaran lo puramente intuitivo.
Nos repartimos el trabajo, no queríamos competir entre nosotras, de modo que todas podíamos decir si nos parecía bien o mal lo que estuvieran haciendo las demás. Nos escuchábamos y respetábamos, aunque cada una tuviera su cantinela. Yo, por ejemplo, insistía en que teníamos que escribir textos sencillos porque esos materiales iban destinados a las personas que no tenían la posibilidad de acudir a ningún centro en el que se impartiera este tipo de formación. Nos propusimos llegar a los profesores de español que estuvieran trabajando en cualquier parte del mundo. Nuestro destino modelo fue Katmandú, adonde nos acercó nuestra exalumna Alicia Clavel después de su experiencia en aquella lejana universidad oriental. Recuerdo con emoción a muchos de nuestros antiguos alumnos.
Lo conseguimos. Libros, cuadernos de actividades, materiales de reflexión y acción viajaron por todas partes. Todavía sin Internet y con muy pocos medios, pero lo habíamos conseguido. Eso sí, trabajamos como locas. Habíamos formado una piña que seguimos añorando, funcionaba con gran eficacia y eficiencia. Cada una tenía su misión. Reconocíamos nuestros puntos fuertes y nuestros puntos débiles, delimitábamos nuestros territorios y seguíamos trabajando duro, con la valiosa aportación de cada una en cuanto al entusiasmo, la alegría y el rigor. ¡Cuánto trabajamos! y ¡cuánto nos reímos!
Hace ya un buen rato que quiero sacar a la palestra a Claudia. Claudia Fernández, gran doctora en Pragmática, en respeto por los demás y en amistad ¡Cuánto la echamos de menos! Desde aquí quiero reconocerle y agradecerle infinitamente su trabajo, su capacidad de entusiasmo, su entrega a la tarea que se le encomendara, anteponiendo solo y siempre a las personas. Si lo escribo en pasado es porque estoy recordando los años que pasó en Nebrija. Seguro que ahora, en su Buenos Aires del alma, sigue igual. Incansable. Fantástica.
Después me vienen a la mente un reguero de situaciones desordenadas, agridulces, maravillosas. Un reguero de situaciones en claroscuro, esa modalidad de la luz que transforma en valiosos los retazos vulgares de la cotidianidad. Al leer mi primera novela, Marta, con ese tono alzado de voz que combina la sorpresa, la reconvención y el cariño, me dice: “¡Martita, ¿cómo es posible que tú, que eres tan alegre, escribas historias tan tristes?” Yo le explico, a lo Patricia Highsmith, que las cosas no son siempre lo que parecen y enseguida me percato de que, en realidad, no debería explicarle nada a Marta porque, cuando yo voy, ella ha ido y ha vuelto cuatro veces y porque, aunque ella se defina como naif, su declaración de ingenuidad es más un deseo de felicidad a ultranza que un rasgo real de su carácter. Porque, en el fondo y en también en la superficie, Marta Baralo se las sabe todas y yo tengo la sensación de que a veces nos engaña un poquito con ese tono de voz alzado que mezcla la sorpresa, la reconvención y el cariño.
También me recuerdo riéndome con Marta de esa forma descortés y al mismo tiempo confianzuda, directa y ceremoniosa, que tiene ella de expresar ciertas opiniones: “Lo mejor que tiene Martita es su marido”. La sentencia, bien leída, se las trae. Pero a Marta yo la quiero igualmente y no me puedo enfadar con ella. En realidad, me enfadé solo una vez y en el enfado mi amiga, mi maestra y mi jefa me volvió a mostrar su condición transparente. Se enfadó conmigo como quien se enfada con una hija y, como las hijas y las madres cuando se enfadan, nos gritamos enloquecidamente. Todo tuvo que ver con el mal funcionamiento de un aparato de aire acondicionado en la Nebrija: no fue una polémica profunda de esas que pueden quebrar un cariño antiguo, pero las dos nos lo tomamos muy a pecho. Como las madres desilusionadas y las hijas que se sienten incomprendidas. Claudia Fernández vino corriendo para cerrar la puerta del despacho donde Marta y yo aullábamos. El gesto de Claudia resulta conmovedor porque nos permite comprobar cómo nos protegíamos las unas a las otras. Claudia no podía creer que nos estuviésemos dando aquellas voces que, en lugar de convertirse en un gramo más que añadir al peso de un hipotético rencor, fueron catárticas y salutíferas y esdrújulas como pócima o antibiótico.
En otra ocasión Marta me pidió que le diese unas clases de literatura, concretamente de comentario de texto, a su hija Irene. Pobre Irene lo que debió de sufrir con mis pedanterías sobre Gustavo Adolfo Bécquer. Cuando las lecciones llegaron a su fin, Marta me regaló un pijama. En la elección del obsequio se observa el sentido práctico de Marta –es aries y de ese albur astrológico quizá también provenga su tenacidad-, así como cierta falta de pericia u ojo clínico para calibrar las tallas: Marta me debía de ver mucho más bajita de lo que soy, mucho más Martita de lo que soy, porque los pantalones del pijama me llegaban a la altura de los tobillos. Completamente pesqueros. Así que como su viril, pequeñito y enamorado millonario le decía a Jack Lemmon al final de Con faldas y a lo loco: “Nadie es perfecto”. Ni siquiera Marta Baralo. Y menos mal.
Yo no tengo más que palabras de agradecimiento y de admiración hacia Marta. Mi maestra, mi jefa y mi amiga. Ahora Claudia vive lejos, pero algunas veces Belén, Marta y yo quedamos en algún bar cerca de mi casa y evocamos aquellos buenos tiempos. También hablamos del presente y Marta jamás deja de interesarse por nuestros seres más queridos: el hijo de Belén, su hermana María, mi marido, mis padres. Marta tiene un inmejorable aspecto. Está aprovechando su jubilación. Disfrutándola. Sacándole el jugo al cariño de sus hijas y de sus nietas, a los paseos y las charlas con sus amigas y sus vecinas, a sus viajes, a la lectura. Sobre todo, a esos ratos dedicados al estudio y la reflexión calmada que ella echaba tanto de menos en sus picos de desempeño burocrático e institucional, que posiblemente han sido los momentos más complicados para Marta Baralo, una mujer muy valiente en un contexto de poder masculino. A veces nos olvidamos de estos asuntos, como si ya estuvieran superados, pero en realidad no lo están. Son importantes. Hablan de la fortaleza de mujeres como Marta. De su claridad de ideas. De su deseo de hacer las cosas de otra forma. De su intrepidez. A propósito del tema, tengo que añadir que Marta Baralo es una conductora excelente. Rápida y segura.
Marta, Belén y yo quedamos algunas veces, y ella nos muestra otra de sus cualidades: la santa paciencia. En el rato en que ella se ha bebido con la moderación propia de la esposa de un nefrólogo -¡grande, Manucho!- una clara con gaseosa o una sin alcohol, Belén y yo hemos sido un poquito más báquicas en el consumo de cervezas rubias. Marta, desde detrás de sus gafas, con sus profundos ojos benevolentes y oscuros, nos mira y sonríe. Jamás nos censura. Nos transmite una enorme calidez mientras cruza los brazos sobre el pecho y nos expone alguna idea para ayudar a alguien o alaba el trabajo de otra persona o se interesa por nuestras actividades y nuestros achaquillos físicos. No sé por qué, pero siempre la recuerdo con un jersey rojo. Marta Baralo no solo es una mujer inteligente, sino que además es afectiva, entrañable y profundamente buena. Belén y yo, por muchas razones, la queremos muchísimo. Pero es mejor que Belén nos explique sus propios sentimientos.
Para Marta Baralo sólo tengo palabras de agradecimiento.
A Marta le tengo que agradecer un montón de cosas, algunas de forma individual, empezando por su amistad; otras, como parte de Nebrija. Marta ha hecho mucho, muchísimo por la Universidad Antonio de Nebrija. Y le agradezco otras muchas como profesora de ELE. Marta ha contribuido extraordinariamente al reconocimiento del profesorado de español lengua extranjera. Ha luchado hasta la saciedad para conseguir dignificar esta profesión, para darle al español lengua extranjera la categoría de materia universitaria. Podríamos decir que Marta Baralo es para los profesionales de ELE lo que la RAE para la lengua española porque “limpia, fija y da esplendor” a nuestra profesión. Prefiero dejarlo en presente porque sigue haciéndolo a diario.
Al referirme a la Academia, enseguida aparece Zamora Vicente, para nosotras, siempre don Alonso. Entrañable e irrepetible sabio que apreciaba y valoraba mucho a nuestra homenajeada. Y ella le correspondía con gran simpatía y afecto.
La enorme capacidad de trabajo de Marta hacía posible que le cundiera tanto el tiempo. Sólo en lo profesional: preparaba sus clases, negociaba con quien hiciera falta para conseguir lo que fuera, escribía artículos, corregía, dirigía trabajos, impartía sus clases, asistía a todas las reuniones a las que le convocaban. Hacía esto y otras muchas actividades siempre con una gran sonrisa en la boca y en los ojos”. ¡Qué acertado, Marta Sanz!
A lo largo de mi vida he tenido, en general, mucha suerte con las personas con las que he trabajado. El profesor J. O. Pellicer decía que me tenía mucha envidia porque yo siempre conseguía los mejores colaboradores. ¡Qué razón tenía! Tengo recuerdos maravillosos y en muchos de ellos está presente Marta Baralo.
Todavía quiero traer a colación un inolvidable viaje Madrid-Santander en TER, un tren de los de antes, lento hasta decir basta. Seis horas completitas. Íbamos Marta y yo para participar en uno de los primeros congresos de ELE que se celebraron en España en los 90. Empezamos a hablar de ser y estar, fuimos a la cafetería, volvimos, saludábamos a los conocidos que pasaban, que fueron muchos: hola. Adiós. Luego nos vemos. Y nosotras seguíamos dale que te pego. “Ser y estar no es cuestión de permanencia, ser y estar + característica. Yo creo que hay que dar ocho casos y ya está. No sirve ninguna regla general. Adiós. Hola, luego nos vemos”. El entusiasmo en la discusión fue increíble. Algunos de los que pasaban nos lo han recordado algunos años después. Lo cierto es que las dos pasamos un magnífico rato largo de gramática. La maravilla es que esta anécdota se volviera a repetir en nuestra vida profesional en varias ocasiones, aunque con variación de tema y con la ventaja de haber incorporado a Claudia y a Marta Sanz.
Siento mucho no saber decirlo mejor, pero lo digo con todas mis fuerzas: Gracias, Marta Baralo.
Belén Moreno y Marta Sanz
Capítulo 1
Marta Baralo en la encrucijada… Lingüística, Psicolingüística y Gramática Pedagógica
Juana M. Liceras
University of Ottawa y Universidad Nebrija
A modo de prólogo
La trayectoria profesional de Marta Baralo comienza, para mí, con una tesis doctoral en la que el diálogo entre la lingüística formal y la psicolingüística, en concreto la adquisición de la lengua segunda por adultos, pone en evidencia la importancia que tiene para ambas disciplinas buscar objetivos comunes y, al mismo tiempo, llegar a planteamientos que puedan ponerse al servicio de la pedagogía, es decir, de la enseñanza de la lengua en general y de la lengua segunda o lengua extranjera en particular.
Esa tesis doctoral a la que me refiero tiene como marco el acercamiento lingüístico y formal a los estudios de adquisición del lenguaje y, en concreto, el acercamiento chomskiano. Y es novedosa y pionera en la medida en que en lugar de abordar un tema de sintaxis o acogerse de forma ortodoxa al concepto que en esos momentos era todavía ‘mágico’, el concepto de parámetro, se ocupa de la morfología, un área injustamente ‘olvidada’ para el acercamiento formal a los estudios de adquisición del lenguaje y establece diferencias entre el estatuto de los principios y el de los parámetros en las gramáticas no nativas.
El embrión de la trayectoria que ha seguido Marta se encuentra ya en esa tesis. Por una parte, se puede ver en que sus trabajos posteriores han abordado la primera época de los estudios de la adquisición de lenguas segundas que se sitúa ya en el marco de la ciencia cognitiva (Liceras 1992), es decir, los estudios de la interlengua centrados en la gramática contrastiva y el análisis de errores, así como el planteamiento innatista de la adquisición. Y se puede ver el embrión también en su empeño en poner al servicio de los estudiosos de la lingüística aplicada temas de gramática que, si en la tesis se centraban en la morfología y en concreto en los adverbios en –mente, en sus trabajos posteriores han girado en torno a temas muy estudiados, pero no por eso más fáciles de analizar y describir, como son el subjuntivo, las dicotomías ser/estar e imperfecto/indefinido o el orden de palabras. Ha abordado también el estudio del léxico, el diseño curricular y ha sido pionera en lo que se refiere a centrar su investigación en el aprendizaje y la enseñanza del español a los trabajadores inmigrantes.
Mi forma de celebrar la impresionante trayectoria académica de Marta, con la que sigo teniendo una entrañable amistad, es compartir con ella y con los colegas de la profesión, un esbozo de un aspecto de mi trabajo que también me atrevo a presentar desde la encrucijada de la lingüística, la psicolingüística y la gramática pedagógica del español.