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La cura y la enfermedad es un auto sacramental de Pedro Calderón de la Barca, género en el que llegó a alcanzar la plenitud, al combinar a la perfección con su talento natural, amante de la pintura y de las sutilezas y complejidades teológicas.
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Seitenzahl: 65
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Pedro Calderón de la Barca
Saga
La cura y la enfermedadCover image: Shutterstock Copyright © 1657, 2020 Pedro Calderón de la Barca and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726499780
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
PERSONAS
Sale el Lucero vestido de estrellas.
Lucero ¡Ah del confuso horror,
cuna del pasmo y tumba del temor,
patria horrible y cruel
del susto infame, del asombro infiel,
escuela del penar, 5
mansión del llanto, casa del pesar,
reino de confusión,
Babel del siglo y lóbrega región
del espanto, el rencor y la impiedad!
¡Ah del centro de cuya obscuridad 10
la noche arrastra el lóbrego capuz!
¡Ah del privado auxilio de la luz,
línea del mal, antípoda del bien,
ciudad sin Dios! ¡Ah del abismo!
Sale la Sombra , vestida de negro, de un peñasco.
Sombra ¿Quién,
penetrando veloz, 15
al pavoroso acento de su voz
deste siempre infeliz
calabozo la esfera, a la feliz
luz para todos, para mí cruel,
me fuerza, abriendo dél 20
el pálido bostezo, hoy a salir
a perturbar de tanto azul zafir
el puro rosicler,
pues demudaron, al llegarme a ver
desde el menor hasta el mayor farol, 25
su faz la luna y su semblante el sol?
¿Quién pues, quién me llamó?,
que la Sombra no ve si no oye.
Lucero Yo.
Yo; que nadie de ti,
trémulo asombro, se valiera...
Sombra Di. 30
Lucero ...sino solo quien fue
nocturno rayo tuyo, y bien se ve
serlo yo en que llegándose a apagar
mi luz, al trasmontar el día en el mar,
profético Isaías, que lo vio, 35
«Lucero de la tarde» me llamó.
Sombra Ya los ojos abrí
y a pesar de la luz te conocí.
Dime qué quieres, pues
que ya sabes cuán tuya soy.
Lucero Que estés 40
atenta un breve rato a mi dolor.
Sombra ¿Dolor tú?
Lucero Sí.
Sombra ¿De qué?
Lucero De odio y amor.
Sombra ¿De odio y amor a un mismo tiempo?
Lucero Sí.
Sombra ¿De quién el odio fue?
Lucero De un sol que vi.
Sombra Pues di ¿el amor de quién? 45
Lucero De un sol que vi también.
Sombra ¿Luego son ya, ¡ay de mí!, los soles tres?
Lucero No te asustes, que un sol hay no más.
Sombra Pues
si ese es el regular
reloj de ese divino luminar 50
que de los astros rey
a la noche y al día pone ley
gozando el día entero su esplendor
y la noche partido, cuyo horror
de estrellas mancha el diáfano viril 55
diez a diez, ciento a ciento y mil a mil
¿cómo tú amas y aborreces dos
sin ser los soles tres?
Lucero Como de Dios
la imagen que sacó de su ejemplar,
que es la que llego a aborrecer y amar 60
por merecerlo ya su perfección,
ya por encarecerlo mi pasión
«sol» la llamé.
Sombra Con todo, aunque salí
de una duda, otra duda resta.
Lucero Di.
Sombra ¿Cómo una imagen sola pudo hacer 65
dos efectos de amar y aborrecer?
Lucero Uno y otro sabrás
si atenta, ¡oh Sombra!, a mi dolor estás.
Ya sabes… pero no quiero
que lo que sabes escuches 70
sin que primero te informe
que mi voz mi pesadumbre.
Sal de esa prisión en que
la hermosa luz de quien huyes
encarcelada te tiene. 75
Llévala al primer carro.
Sombra Ya te sigo.
Lucero ¿Qué descubres
por todo aqueste horizonte?
Sombra Permíteme que lo dude
que como desde el instante
que Dios de aquel globo inútil, 80
confusa masa —que «nada»
quisieron que se intitule
los profetas, bien que «caos»
los poetas le traducen,
por ser voz que significa 85
un todo que se confunde—,
me dividió de la luz
y en fuga al verla me puse,
es esta la vez primera
que al declinar de su lumbre 90
en oposición del día
la noche me restituye,
no es mucho que ciega al ver
tan nuevos objetos, turbe
la admiración y no sepa 95
lo que este horizonte incluye,
que aunque es verdad que seis noches
al orbe en silencio tuve
enviando mis tinieblas
a que de horrores le enluten, 100
yo —obscuridad en común
a quien tantos atribuyen
el ser de la culpa imagen
de cuyo origen se induce
serlo también de la muerte— 105
de aqueste seno lugubre
nunca salí, y así es fuerza,
puesto que encerrada estuve,
que —como dije primero—,
tan nuevos objetos hurten 110
la admiración a la vista
y al alma el sentido usurpen.
Lucero Pues pon en uno los ojos.
Sombra Sean las hermosas luces
del sol, que como enemigas 115
es fuerza que me deslumbren.
Lucero ¿Qué viste en él?
Sombra El más bello
astro, que noble y ilustre
corazón del cielo, en todo
engendra, anima y influye, 120
tan liberal maravilla
que sus rayos le deslucen
pues de puro liberales
vienen a hacerse comunes,
que si él se estimara, y solo 125
tal vez, de su hermoso lustre
ostentara la belleza
a pesar de la costumbre
fuera otro tanto más sol,
pues no hay nadie que se asuste 130
de verle hoy morir, porque
saben todos que madrugue
mañana a ser otra vez
sin que él se lo dificulte
el mejor párrafo de ese 135
encuadernado volumen,
y si transciende mi vista
a más que a verle y discurre
a entenderle, me parece,
bien que sus rayos me ofusquen... 140
Lucero ¿Qué?
Sombra …que la esfera del fuego
entre astros que se traslucen
se me representa como
pidiéndome que la escuche.
Lucero Pues escúchala; quizá 145
sabrás a lo que te truje.
Ábrese el primer carro, que será un globo celeste,y vese dentro a caballo sobre una salamandra laEsfera del Fuego y al redor de ella pintado unzodiaco con los signos y más astros y imágenes quese puedan imitar, en cuya rueda ha de estar enmovimiento mientras ella representa cantando.
Esfera 1 a Bella esfera del fuego que a cargo tuve,
da calor a cuanto tu vista incluye
porque al vivir todo de ver tus luces
la Naturaleza de todo triunfe. 150
Lucero ¿Hasla escuchado?
Sombra Sí, pero
no sé a qué fin se conduce
tu pretensión.
Lucero Pues bien claro
te lo ha dicho: mas no apures
el discurso en entenderla, 155
puesto si a otro objeto acudes
que él te lo dirá mejor.
Sombra Pues sea el aire el que me alumbre.
Lucero Y en él ¿qué ves?
Sombra Un hermoso
diáfano cuerpo voluble 160
cuyo espacio es de las aves
mansión, pues con inquietudes
hermosamente veloces
no hay parte en que no se crucen;
su canto y su vuelo a un tiempo 165
son al que curioso estudie
sus idiomas ya carácter,
ya vaticinio, si arguyes
que no acaso aquellas canten
y no acaso estotras sulquen, 170
y si como en la región
del fuego una imagen pude
ver imaginada, puedo
ver que otra la sustituye
en el aire, me parece 175
que otra aquellas voces suple.
Lucero Pues atiende y solicita
entender lo que pronuncie.
Ábrese el segundo carro, que será una nube, yvese dentro la Esfera del Aire sobre un águilay alrededor de ella otra rueda en que estarán comovolando varios pájaros, los cuales estarán tambiénen movimiento, y ella canta.
Esfera 2 a Bella Esfera del Aire que a cargo tuve,
dale aliento a cuanto tu ámbito incluye 180
porque todo alentado de auras tan dulces