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La dialéctica económica de China, escrito por Cheng Enfu —destacado académico chino— con la ayuda de varios colegas, entre ellos Ding Xiaoqin, es un estudio que capta la lógica interna de la economía política china, al tiempo que aborda cuestiones de estrategia y política a todos los niveles. El autor principal de este libro, sin dudas, es uno de esos pensadores históricos mundiales, asociado a la actual renovación en la Nueva Era de la economía política marxista en China. Esta obra, por lo tanto, ilumina todo el significado del "socialismo con características chinas", con respecto al modo de regulación económica. Si se puede considerar que China está entrando en una Nueva Era en el período Xi, centrada en el cumplimiento de las "aspiraciones originales" de la Revolución china, la investigación de Cheng en este libro puede verse como la de un intelectual orgánico, en el sentido gramsciano, que se resistió a las tendencias anteriores y desempeñó un papel formativo en un nuevo giro hacia el marxismo innovador dentro de la academia. Gran parte del análisis fue escrito cuando el campo de la economía dentro de la academia china (en contraposición al Partido y al Estado) estaba casi completamente dominado por el análisis neoliberal. El texto representa una síntesis dialéctica temprana que apunta a la fase actual de China con enfoque polifacético del marxismo. Aquí vemos el surgimiento de una perspectiva crítica unificada en línea con la concepción original de Marx y Engels de una ciencia histórico-materialista, un término que suele traducirse al inglés como "ciencia", pero mucho más amplio: un sistema de conocimiento, aprendizaje y ciencia, enraizado en las investigaciones dialécticas y materialistas. El marxismo chino, con la obra de Cheng Enfu como ejemplo, puede considerarse hoy como una nueva y creativa "ciencia histórico-materialista" con características chinas para el siglo xxi.
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Seitenzahl: 856
Veröffentlichungsjahr: 2024
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Primera edición en chino, CITIC Press Corporation, mayo, 2019
Segunda edición en inglés, International Publisher, diciembre, 2021
Tercera edición en español, RUTH Casa Editorial, 2024
Tomado de la edición publicada en inglés por International Publisher,diciembre, 2021
Traducción del inglés al español: Ruvislei González Sáez
Revisión de la traducción y coordinación: He Qin
Edición y corrección: María de los Ángeles Navarro González
Realización de ilustraciones: Jadier Iván Martínez Hernández
Composición y conversión a ebook: Madeline Martí del Sol
©Cheng Enfu, 2019
© Sobre la presente edición:
RUTH Casa Editorial, 2024
Todos los derechos reservados
ISBN 978-9962-740-76-6
Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio, sin la autorización de RUTH Casa Editorial. Todos los derechos de autor reservados en todos losidiomas. Derechos reservados conforme a la ley.
RUTH Casa Editorial
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La dialéctica económica de China, escrito por Cheng Enfu —destacado académico chino— con la ayuda de varios colegas, entre ellos Ding Xiaoqin, es un estudio que capta la lógica interna de la economía política china, al tiempo que aborda cuestiones de estrategia y política a todos los niveles. El autor principal de este libro, sin dudas, es uno de esos pensadores históricos mundiales, asociado a la actualrenovación en la Nueva Era de la economía política marxista en China.
Esta obra, por lo tanto, ilumina todo el significado del “socialismo con características chinas”, con respecto al modo de regulación económica. Si se puede considerar que China está entrando en una Nueva Era en el período Xi, centrada en el cumplimiento de las “aspiraciones originales” de la Revolución china, la investigación de Cheng en este libro puede verse como la de un intelectual orgánico, en el sentido gramsciano, que se resistió a las tendencias anteriores y desempeñó un papel formativo en un nuevo giro hacia el marxismo innovador dentro de la academia. Gran parte del análisis fue escrito cuando el campo de la economía dentro de la academia china (en contraposición al Partido y al Estado) estaba casi completamente dominado por el análisis neoliberal.
El texto representa una síntesis dialéctica temprana que apunta a la fase actual de China con enfoque polifacético del marxismo. Aquí vemos el surgimiento de una perspectiva crítica unificada en línea con la concepción original de Marx y Engels de una ciencia histórico-materialista, un término que suele traducirse al inglés como “ciencia”, pero mucho más amplio: un sistema de conocimiento, aprendizaje y ciencia, enraizado en las investigaciones dialécticas y materialistas. El marxismo chino, con la obra de Cheng Enfu como ejemplo, puede considerarse hoy como una nueva y creativa “ciencia histórico-materialista” con características chinas para el sigloxxi.
Cheng Enfu(Shanghái, 1950). Miembro electo y miembro del Presídium de Divisiones Académicas de la Academia China de Ciencias Sociales CASS). Catedrático jefe de la Universidad de la CASS y expresidente de la Academia de Marxismo de la CASS. Presidente honorario de la Asociación Mundial de Economía Política, la Asociación China de Economía Política, la Asociación China para el Estudio de las Doctrinas Económicas Extranjeras, y presidente del Foro Chino para la Innovación de Marxismo. Miembro del Comité de Educación, Ciencia, Cultura ySanidad dela XIII Asamblea Popular Nacional de China. Profesor honorariode laUniversidad de Moscú, la Universidad de San Petersburgo y la Universidad de Economía y Derecho de Rusia; copresidente del Comité Científico del Centro de Aprendizaje Político del Comité Central del Partido Comunista de Rusia; asesor internacional de la Asociación Japonesa de Economía Teórica. Redactor jefe de las revistas internacionalesInternational Critical Thought,World Review of Political Economy,World Marxist Review, publicadas en el Reino Unido, etc., así como de las revistas en chinoChinese Journal of Political EconomicsyEconomics Study of Shanghai School,editadas en China.
Tiene publicados más de 800 artículos y 40 libros en 10 países, entre ellos China, Estados Unidos, Rusia, Japón, Turquía, Italia, India y Vietnam; también ha preparado dos colecciones elaboradas por los investigadores chinos llamadas Studies on Cheng EnfuAcademicThought y una antología en inglés titulada China’s InnovativeMarxistSchool: International Scholars Reviews on the Academic Thought of Cheng Enfu. Ha pronunciado conferencias en las sesiones colectivas de estudio del Buró Político del Comité Central del PCCh, y ha informado sobre cuestiones teóricas en simposios organizados por los dos secretarios generales del Comité Central del PCCh. Se le reconoce internacionalmente como un destacado teórico y economista marxista chino con amplia influencia académica.
Al igual que Marx que afirmó en El Capital que “la colaboración produce nuevas fuerzas productivas”, he cooperado durante muchos años con mis estudiantes de posgrado, con investigadores postdoctorales y con académicos visitantes en la redacción de artículos académicos. Esto fue necesario ya que mi investigación académica me ha llevado continuamente a formular nuevas ideas, y no he podido disponer del tiempo necesario para completar los artículos por mí mismo. Además, mis alumnos han mostrado muchas ganas de cooperar, ya que buscan entrar en las fronteras académicas y obtener resultados de investigación lo más pronto posible.
Aunque todos los artículos seleccionados y editados paraeste libro se ajustan a mis ideas y pensamientos, algunos fueron coescritos con mis estudiantes y colegas. En el caso de estos artículos hice algunas revisiones de los borradores y creé la versión final.
Mis colaboradores también realizaron abundantes investigaciones y ofrecieron reflexivas interpretaciones, lo que evidencia una típica cooperación en la que todos salimos ganando. En el orden de los capítulos, los coautores son Chai Qiaoyan, Gao Jiankun, Zhou Zhitai, Tan Jinsong, Ding Xiaoqin, Hu Jingchun, Hou Hehong, Liu Wei, Zhou Zhaoguang, Wang Cui, Sun Yexia, Lian Shu, Li Bingyan y Zhu Bingyuan. También, el profesor Zhang Yang realizó un gran esfuerzo en la selección de los materiales de este libro. Me gustaría expresar mi más sincero agradecimiento porlos esfuerzosque estas personas aportaron.
Asimismo, Jin Bidong y otros miembros del personal de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma pusieron una gran cantidad de energía en la publicación de este libro. Me gustaría expresarles mi más sincera gratitud.
Cualquier comentario o sugerencia relacionada con este libro es bienvenida.
Cheng Enfu
Agosto de 2018
El récord de crecimiento económico acelerado y de revolución industrial continua de China en las últimas cuatro décadas no tiene precedentes históricos. Entre 1978 y 2015, mientras las ricas economías capitalistas del centro del sistema mundial se estancaban en términos económicos (con tasas de crecimiento medio por década inferiores a 3 %), China multiplicó por treinta su producto interior bruto (PIB) real.1 En 1978, la renta per cápita en China era solo un tercio de la de África subsahariana, y más de 800 millones de la población china, en 1981, vivían con menos de 1,25 dólares al día, en lo que era un país predominantemente agrario.2 En 2018, la renta per cápita de China había ascendido hasta el nivel medio de ingresos del mundo y hoy en día ha eliminado la pobreza absoluta dentro de sus fronteras.3 China es ahora la primera potencia industrial del planeta y el principal exportador mundial de productos manufacturados. Desde 2014, ha sido un exportador neto de capital,4 y domina algunas de las industrias tecnológicamente más avanzadas del mundo. Como ha señalado Yi Wen, economista y vicepresidente de la Junta de la Reserva Federal de San Luis, “China comprimió en una sola generación los aproximadamente 150 a 200 (o más) años de cambios económicos revolucionarios experimentados por Inglaterra en 1700-1900 y por Estados Unidos en 1760-1920 y Japón en 1850-1960”.5
1 Yi Wen: “La creación de una superpotencia económica: desbloquear el secreto de la rápida industrialización de China”, p. 2, Junta de la Reserva Federal de St. Louis, Investigación económica, Serie Documentos de Trabajo, agosto de 2015, https://research.stlouisfed.org/wp/more/2015-006; John Bellamy Foster y Robert W. Mc Chesney: “La crisis sin fin”, p. 4, Monthly Review Press, Nueva York, 2012; John Ross: Gran camino de China, pp. 13 y 178, Praxis Press, Glasgow. 2021.
2 Yi Wen: “Ascenso rápido de China: de sociedad agraria atrasada a potencia industrial en solo 35 años, Economista regional, St. Louis, 2016; John Ross: Gran camino deChina, ed. cit., p. 23.
3 Yi Wen: “Ingresos y nivel de vida en toda China”, Banco de la Reserva Federal de San Luis, 8 de enero de 2018.
4Yi Wen: “La creación de una superpotencia económica…”, ed. cit., p. 114.
5 Ibídem, p. 9.
Sin embargo, nada de esto capta el alcance total del logro chino, que constituye el mayor giro de 180o en la historia de la economía mundial. Para entenderlo hay que remontarse a los albores de la era industrial. En 1800, China representaba 33,3 % del potencial industrial mundial. En 1900, como resultado de la Revolución Industrial en Occidente, alimentada por el colonialismo y la esclavitud (incluida la imposición de tratados desiguales a China a través de la “diplomacia de las cañoneras” occidentales), la cuota china del potencial industrial mundial había descendido a 6,3 %. En 1953 había descendido aún más, hasta 2,3 %.6 “En ningún momento entre los años 1840 y 1949”, escribió W. W. Rostow en The World Economy en 1978, “los chinos fueron libres de concentrarse plenamente en las tareas de modernización económica y social”, mientras que entre 1949 y 1978, “el ritmo de expansión industrial” fue “relativamente rápido”.7 El punto de inflexión, en 1949, fue, por supuesto, la Revolución china, que, tras un siglo de intrusiones colonial-capitalistas, permitió al gigante asiático volver a controlar su propio destino.
6 David Christian: Mapas del tiempo, pp. 406-409, University of California Press, Berkeley, 2004; Paul Bairoch: “Las principales tendencias en las disparidades económicas nacionales desde la Revolución Industrial”, en Bairoch y Maurice Lévy-Leboyer (eds.): Disparidades en el Desarrollo Económico desde la Revolución Industrial, pp. 7-8, St. Martin’s Press, Nueva York, 1981. Véase también Yi Wen: “Ascenso rápido de China”, ed. cit., figura 1. En 1973, el porcentaje chino del potencial industrial mundial había pasado de 2,3 en 1953 a 3,9 en 1973, como resultado de la industrialización en el período de Mao. Ver David Christian: Mapas del tiempo, ed. cit., p. 408.
7 W. W. Rostow: La economía mundial: historias y perspectivas, pp. 522 y 536, University of Texas Press, Austin, 1978. La afirmación de Rostow de que el crecimiento de China había sido “relativamente rápido desde 1949” —observación que respaldó con amplias estadísticas— tiene un significado añadido dada la fecha de 1978 de su libro, ya que se refería a la exitosa trayectoria de crecimiento industrial de la economía china durante sus primeros treinta años tras la Revolución, antes del período de reformas.
En dos períodos de aproximadamente treinta años, el primero asociado al nombre de Mao Zedong (1949-1977), el segundo principalmente a Deng Xiaoping (1978-2008), China pasó de la construcción revolucionaria inicial de una economía socialista centralizada y colectivizada en una sociedad campesina (durante la cual su progreso se vio obstaculizado por la Guerra Fría lanzada por Estados Unidos), a un período de reforma, apertura del mercado y reinserción en la economía mundial. A partir de 1978 privatizó gran parte de su economía, aunque mantuvo un amplio sector estatal. En 2001, China se convirtió en miembro de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y, a los ojos de muchos, estaba en camino de convertirse en una economía capitalista de segundo orden. La Gran Crisis Financiera de 2008, que comenzó en Estados Unidos y se extendió a la economía mundial, marcó un hito. China experimentó un descenso masivo de la demanda externa de sus productos. Sin embargo, fue capaz de salir de la crisis con notable rapidez. No obstante, el llamado Consenso de Washington apareció de repente, dejando al descubierto las opiniones erróneas de los defensores de la reestructuración neoliberal, y haciendo que Pekín volviera a hacer hincapié en salvaguardar el papel estratégico de sus empresas estatales.8
8 Lowell Dittmer: “Transformación de la Economía Política China en la Nueva Era”, en Lowell Dittmer (ed.): Economía Política China en la época de Xi Jinping, pp. 3-40, World Scientific Publishing, Singapur, 2021.
En la Nueva Era de Xi Jinping, que comenzó en 2012, China, tras emerger como superpotencia económica, ha vuelto a hacer hincapié en el cumplimiento de sus “aspiraciones originales” de promover una “prosperidad común” socialista. La Nueva Era ha hecho hincapié en la lucha contra la corrupción, la creación de una mayor igualdad para garantizar que los beneficios del crecimiento lleguen a toda la población, y el desarrollo de una “civilización ecológica”, junto con la revitalización rural. Este drástico cambio ha ido acompañado de un giro hacia el Sur Global con el lanzamiento de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, que abarca todo el mundo. China avanza ahora con rapidez hacia el cumplimiento de su objetivo del segundo centenario —tras la consecución en 2021 de su objetivo del primer centenario de una sociedad “moderadamente acomodada”—, en el que debe convertirse, para 2049, en una sociedad “próspera, fuerte, democrática, culturalmente avanzada y armoniosa”: un socialismo moderno con características chinas.9
9 Xi Jinping: La gobernanza de China, vol. 2, p. 15, Foreign Languages Press, Pekín, 2017. El primer centenario marcó también el aniversario 100 de la formación del Partido Comunista Chino.
¿Cómo se explica el gran giro de 180o de China? ¿Cuáles fueron los medios para llevarlo a cabo? ¿Por qué es imparable?10 La economía ortodoxa y neoclásica, dentro de su limitado marco de análisis, que lo mide todo por el rasero de un sistema capitalista concebido como una realidad universal e insuperable, no tiene respuestas reales a estas preguntas. Todos los intentos hegemónicos-occidentales de analizar a China, en términos de las categorías dominantes de la economía capitalista, han fracasado, incluidos los ridículos esfuerzos por delimitar la economía política china, de forma diversa, como neoliberal, keynesiana, socialdemócrata, capitalista del bienestar o capitalista de Estado. La naturaleza del orden político chino (comúnmente descartado en Occidente como un simple “régimen autoritario”), junto con su sistema económico, fueron poco comprendidos, ya que no encajan en las trilladas categorías ideológicas que definen la visión liberal del mundo dominante. Las convicciones ampliamente aceptadas, emanadas del Consenso de Washington, de que China caería en la trampa de los ingresos medios o sería presa de la corrupción que procede de su clase capitalista interna, hasta ahora son falsas.11 Asimismo, la expectativa generalizada en Occidente a finales de 2019 y principios de 2020 de que la República Popular China sería superada por la propagación de la covid-19, resultó ser errónea. Más bien, el país, demostrando la fuerza de su sistema político, fue capaz de confiar en la automovilización de su población, con el empleo del modelo de la guerra revolucionaria del pueblo, y la consecuencia de que, hasta septiembre de 2021, China había sufrido tres muertes por millón de covid-19, en comparación con 2.140 muertes por millón en Estados Unidos.12
10 En 2004, TheNew York Times declaró que nada más que “la resurrección de Mao o un cataclismo nuclear” era probable que detuviera el curso económico de China. Por “la resurrección de Mao” se entendía una vuelta a las aspiraciones originales de la Revolución china. Dado que la Nueva Era en el gigante asiático promete precisamente este tipo de rejuvenecimiento revolucionario encaminado a un socialismo con características chinas, lo cual hace al país, de hecho, aún más imparable, el orden hegemónico mundial dirigido por Estados Unidos amenaza ahora a China con un “cataclismo nuclear” con el lanzamiento de una Nueva Guerra Fría sobre este. Véase Ted C. Fishman: “El siglo chino”, TheNew York Times, 4 de julio de 2004; John Bellamy Foster: “La Nueva Guerra Fría contra China”, Monthly Review, 73(3): 1-20, julio-agosto de 2021.
11 Con respecto a la opinión de que China quedaría atrapada casi inevitablemente en la trampa de la “transición a la renta media”, véase Michael Spence: La próxima convergencia, pp. 195-198, Farrar Strauss and Giroux, 2011. Sobre la trampa de la corrupción, el exsecretario del Tesoro de Estados Unidos, Larry Summers, escribió (con Lant Pritchett) en 2014: “Sugerimos que las características sobresalientes de China —altos niveles de control estatal y corrupción junto con altas medidas de gobierno autoritario— hacen que una disminución discontinua del crecimiento sea aún más probable de lo que sugiere la experiencia general [la regresión normal a la media en el crecimiento económico]”. Lant Pritchett y Lawrence H. Summers: “Asiaphoria Meets Regression to the Mean”, p. 2, Buró Nacional de Investigación Económica, Documento de Trabajo, n.o 20573, (resumen), octubre de 2014, https://www.nber.org/system/files/working_papers/w20573/w20573.pdf. Lo que Spence y Summers no entendieron es que, en el caso de China, las tendencias históricas (incluidas la trampa de los ingresos medios y la trampa de la corrupción) no se aplican necesariamente de la misma manera, dado que se trata de una economía socialista de mercado planificada en parte y regulada por el Estado. Así, la actual estrategia de “doble circulación”, dirigida al desarrollo de los mercados internos, y el objetivo de una “prosperidad común” socialista, están ambos dirigidos a transformar las instituciones económicas y sociales para evitar estas dos trampas clásicas del desarrollo capitalista.
12 Sobre el papel del modelo de guerra popular revolucionaria en la lucha contra el virus del SARS-Cov-2, véase Wang Hui: “Personalidad revolucionaria y filosofía de la victoria: Conmemorando el 150 Aniversario de Lenin”, Lectura del Sueño Chino (blog), 21 de abril de 2020, https://www.readingthechinadream.com/wang-hui-revolutionary-personality.html
La verdad es que China, bajo la dirección del Partido Comunista de China (PCCh), al tiempo que absorbe cuanto antes ideas y tecnología de Occidente, se ha guiado estratégicamente todo el tiempo por la teoría político-económica marxiana y por un materialismo dialéctico e histórico con características chinas, lo que le da una ventaja en términos de teoría y práctica sobre todas las vías de desarrollo anteriores. El gigante asiático, de hecho, ha inventado un nuevo modo de desarrollo económico y social, lo que le permite sortear muchas de las denominadas nociones de “libre mercado” de la economía capitalista convencional y evitar las trampas del capital monopolista-financiero. Para entender esto, es necesario aprender del marxismo con características chinas.
Todos los períodos históricos de gran efervescencia social dan lugar a nuevas ideas revolucionarias y a los nuevos pensadores en los que se encarnan estas ideas. Comentando el Renacimiento, Federico Engels observó que el redescubrimiento de la civilización griega que yacía bajo las ruinas romanas, dio lugar, a principios de la era moderna, a todo un nuevo florecimiento de la ciencia y la cultura. El resultado fue la aparición de “gigantes en poder de pensamiento, pasión y carácter, en universalidad y aprendizaje”, que se convirtieron en las figuras intelectuales de la historia mundial de su tiempo.13 En su actual florecimiento, durante la Nueva Era, China está asistiendo a un renacimiento de este tipo, arraigado en su larga revolución, que conduce a la aparición de nuevos “gigantes” intelectuales, que encarnan el espíritu de la época.
13 F. Engels: Dialéctica de la naturaleza, p. 21, Editorial Progreso, Moscú, 1972.
Cheng Enfu, el principal autor de este libro, es, sin duda, uno de esos pensadores históricos mundiales, asociado a la actual renovación en la Nueva Era de la economía política marxista en China. Fue presidente académico de la Academia de Marxismo de la CASS y de Estudios Económicos Occidentales de la Academia China de Ciencias Sociales (CASS), y actualmente es director del Centro de Investigación del Desarrollo Económico y Social de la CASS. También es director de la Asociación Mundial de Economía Política y presidente del Foro Chino de Innovación en Marxismo. Dirige dos revistas internacionales, publicadas en Reino Unido: Pensamiento Crítico Internacional y Revista Mundial de Economía Política, así como dos revistas chinas: Investigación en Economía Política y Revista de Economía de la Escuela de Shanghái. Entre sus numerosos trabajos sobre economía y política se encuentra su obra maestra, Creación de valor por trabajo vivo, en coautoría con Wang Guijin y Zhu Kui.14
14 E. Cheng, W. Guijin y Z. Kui: La creación de valor por el trabajo vivo, Canut, Estambul, 2019.
En La dialéctica económica de China, escrito por Cheng con la ayuda de varios colegas, entre ellos Ding Xiaoqin, nos encontramos con un estudio que capta la lógica interna de la economía política china, al tiempo que aborda cuestiones de estrategia y política a todos los niveles.15 Esta obra, por lo tanto, ilumina todo el significado del “socialismo con características chinas”, con respecto al modo de regulación económica. En el sistema de mercado socialista chino, que todavía se rige por planes quinquenales, es fundamental el gran papel de la propiedad estatal y colectiva, y el continuo dominio estratégico del sector estatal sobre el privado, dejando al mismo tiempo espacio para que este último prospere y ayude a guiar el desarrollo económico dentro de los parámetros establecidos por el Estado y bajo la dirección del PCCh. Las necesidades críticas de la economía y la sociedad se entienden como cambiantes en las distintas épocas, y representan diferentes “contradicciones principales”.16 En los primeros tiempos de la Era Revolucionaria, la contradicción principal era la creación de una base para la propiedad colectiva, y para la independencia china en el mundo en general. En la Era de la Reforma, la principal necesidad era el rápido crecimiento económico y la industrialización. En la Nueva Era, se hace hincapié en la construcción de una economía china fuerte y “autocéntrica”, basada en una mayor innovación interna, una estrategia de doble circulación (que abarca el crecimiento hacia fuera y hacia dentro, el codesarrollo urbano y rural), una mayor igualdad y la reinstitución de la línea de masas como medio de protagonismo popular.17 El equilibrio entre el sector estatal y el privado está cambiando de nuevo, con un mayor énfasis en el papel estratégico de la propiedad estatal y un énfasis creciente en una distribución más equitativa según el trabajo. Estas y otras muchas cuestiones, relacionadas con la economía china, se analizan en esta obra.
15 Un resumen de las opiniones de Cheng sobre el “milagro” económico de China, que resume gran parte de la argumentación de este libro, se ofreció en Cheng Enfu y Ding Xiaoqin: “Una teoría del milagro de China: Ocho principios de la economía política china contemporánea”, Monthly Review, 68(8): 46-57, enero de 2017.
16 Mao Tse-Tung (Zedong): Obras selectas, vol. 1, p. 346, Foreign Languages Press, Pekín, 1967.
17 Sobre el desarrollo “autocéntrico”, véase Samir Amin: Desarrollo Desigual, pp. 76-78, 191-97, Monthly Review Press, Nueva York, 1976. Sobre la “doble circulación”, véase Xi Jinping: La gobernanza de China, vol. 3, p. 20; “Lo que sabemos sobre la estrategia económica de ‘doble circulación’ de China”, Reuters, 15 de septiembre de 2020.
Si se puede considerar que China está entrando en una Nueva Era en el período Xi, centrada en el cumplimiento de las “aspiraciones originales” de la Revolución china, la investigación de Cheng en este libro puede verse como la de un intelectual orgánico, en el sentido gramsciano, que se resistió a las tendencias anteriores y desempeñó un papel formativo en un nuevo giro hacia el marxismo innovador dentro de la academia. Gran parte del análisis fue escrito cuando el campo de la economía dentro de la academia china (en contraposición al Partido y al Estado) estaba casi completamente dominado por el análisis neoliberal. Su obra representa, pues, una síntesis dialéctica temprana que apunta a la fase actual de China.
Para los marxistas occidentales, lo más sorprendente es el enfoque polifacético del marxismo que se muestra en toda esta obra. Esto refleja un fuerte énfasis en el cultivo de un marxismo abierto, basándose en diferentes puntos de vista y debates, y en varias lenguas vernáculas del movimiento, en la continua lucha mundial por el socialismo.18 Aquí vemos el surgimiento de una perspectiva crítica unificada en línea con la concepción original de Marx y Engels de una ciencia histórico-materialista, un término que suele traducirse al inglés como “ciencia”, pero que, de hecho, representa algo mucho más amplio: un sistema de conocimiento, aprendizaje y ciencia, enraizado en las investigaciones dialécticas y materialistas.19 El marxismo chino, con la obra de Cheng Enfu como ejemplo, puede considerarse hoy como una nueva y creativa “ciencia histórico-materialista” con características chinas para el siglo xxi.
18 En relación con el marxismo abierto, véase: el prefacio de este libro; Cheng Enfu y Wang Zhongbao: “Enriquecimiento y desarrollo del marxismo en el sigloxxien varios aspectos; “Seis definiciones de marxismo”, Pensamiento crítico internacional, 8(2): 1-16, 2018; y John Bellamy Foster: “La dialéctica abierta de Marx”, Monthly Review, 70(1): 1-16, mayo de 2018. El enfoque de Cheng sobre la revolución en el Sur Global y su comprensión de la necesidad de diferentes estrategias y vernáculos revolucionarios, se basa en la teoría del imperialismo de Lenin y su continua relevancia en la fase contemporánea del capital monopolista-financiero global. Véase Cheng Enfu y Lu Baolin: “Cinco características del neoimperialismo: construyendo sobre la teoría del imperialismo de Lenin en el siglo xxi”, Monthly Review, 73(1): 22-58, mayo de 2021. Sobre el concepto de movimientos revolucionarios vernáculos, véase Teodor Shanin: Marx tardío y el “camino ruso”, pp. 243-279, Monthly Review Press, Nueva York, 1983.
19 Joseph Fracchia: “Itinerarios Dialécticos”, Historia y Teoría, 38(2): 194, mayo de 1999.
John Bellamy Foster20
20Profesor emérito de Sociología de la Universidad de Oregón, Estados Unidos, y editor deMonthly Review. Autor de numerosos libros, entre ellosLa teoría del capitalismo monopolista(1986 y 2014),El planeta vulnerable(1994),La ecología de Marx(2000),Ecología contra el capitalismo(2002),Imperialismo desnudo(2006),La revolución ecológica(2009),La gran crisis financiera(en coautoría con Fred Magdoff, 2009),The Ecological Rift(en coautoría con Brett Clark y Richard York 2010),The Endless Crisis(en coautoría con Robert W. McChesney, 2012),El robo de la naturaleza(en coautoría con Brett Clark 2020),El regreso de la naturaleza(2020) yCapitalismo en el Antropoceno(2022).
Eugene, Oregón, septiembre 2021
Por Cheng Enfu
Durante muchos años, he abogado por una combinación orgánica de la investigación académica en el campo del marxismo con la exploraciónde nuevos métodos para aplicar sus principios, al tiempo que sedifunden deforma rápida las ideasmarxistas. De ello se desprende que debo tomar la delantera en la práctica del marxismo. Como investigador académico, he sido al mismo tiempo redactor jefe deLa historia del pensamiento económico marxista(volúmenes sobre los clásicos, China, la Unión Soviética, Japón, Europa y Estados Unidos), etc. He publicado numerosos trabajos, entre ellosInvestigación teórica sobre 60 años de marxismo en ChinaySobre la promoción del principio académico de la modernización de la economía china.Un hilo conductor destacado en mis trabajos es el análisis de la relación entre el marxismo, la erudición occidental y los estudios sobre la antigua civilización china, concretamente en textos comoSobre los cuatro principales supuestos teóricos de la economía política marxista modernayLa teoría de la clasificación y la innovación en la economía marxista, etcétera.
En el ámbito de la aplicación de las ideas marxistas y la puesta en práctica de las recomendaciones de los grupos de reflexión, he sido redactor jefe de publicaciones en las que se discutía la nueva estrategia de población, la nuevaestrategia de pensiones, la nueva estrategia de apertura, etc. También he publicado los artículos tituladosCómo construir un sistema de contabilidad del bienestar interno brutoySobre un sistema estatal deprotección de los derechos e intereses de los empleados de las empresas, así como el comentario Sobre algunas cuestiones de la distribución de la renta, etc. Como representante en tres sesiones de la Asamblea Popular Nacional (APN) presenté por escrito varias recomendaciones políticas en cada sesión anual. En el campo de la teoría marxista, he sido redactor jefe de obras como El nuevo desarrollo del marxismo en la China contemporánea y Serie de investigación sobre el sistema del socialismo con características chinas (en cinco volúmenes, que tratan de la economía, la política, la cultura, la sociedad y el medio ambiente). También he publicado obras como Sobre la promoción del socialismo con características chinas y Continuación de la emancipación de la mente y La democracia social y su Diferencia con el socialismo con características chinas. En el período actual, estoy aplicando progresivamente un plan académico personal, al tiempo que me concentro en las innovaciones de la teoría económica, también me he volcado en el estudio del marxismo en los campos de la filosofía, la ciencia política y las relaciones internacionales. He resumido aquí mi pensamiento en diez puntos de vista del marxismo, que se exponen brevemente a continuación.
En mi opinión, la definición del marxismo y la exposición de su contenido básico que se encuentra en la mayoría de los libros de texto y obras del mundo académico es correcta, pero no lo suficiente como para resolver plenamente todas las dudas. Por lo tanto, comenzaré ampliando la definición de marxismo en cuatro niveles,21y con posterioridad, en seis niveles,22con el fin de enriquecer y desarrollar el marxismo del sigloxxien una serie de sus aspectos.
21 E. Cheng y L. Hu: “60 años de Investigación sobre Teorías del Marxismo en China”, Estudios sobre el Marxismo, 1: 11-22, 2010.
22Y. Wang y E. Cheng: “Enriqueciendo y desarrollando el marxismo en el sigloxxi en múltiples niveles” [En chino], Investigación sobre la teoría de Mao Zedong y Deng Xiaoping, 9: 53-61, 2017.
En primer lugar, es necesario definir el marxismo desde la perspectiva de sus orígenes, ya que el marxismo como sistema teórico fue iniciado por Marx y Engels y, desde entonces, ha sido desarrollado y mejorado más y más por sus sucesores. Algunos estudiosos no están de acuerdo con la propuesta de que el marxismo se desarrolle sobre la base de dos cuerpos principales que funcionan como líder político y académico, respectivamente junto con dos plataformas principales presentadas en los círculos políticos y académicos, y dando lugar a los dos “marxismos” representados por el pensamiento rector del Partido Comunista y por el académico. Los estudiosos mencionados creen que el marxismo es un cuerpo de pensamiento indisoluble e inseparable, y, por lo tanto, rechazan la noción de que los marxistas políticos y académicos existen por separado y necesitan establecer una interacción positiva entre ellos. En mi opinión, este punto de vista es arcaico y unilateral de manera notoria. La razón radica en el hecho de que mientras el sistema teórico del marxismo es un todo orgánico, de forma objetiva es estudiado y desarrollado tanto por los dirigentes del Partido Comunista como por los académicos del marxismo. Los dos grupos, por supuesto, tienen similitudes y diferencias en sus métodos y características, así como en el contenido de sus investigaciones y en el desarrollo de sus ideas.
En segundo lugar, el marxismo, desde una perspectiva académica, es un sistema de ideas que se ocupa de las leyes de la naturaleza, la sociedad y el desarrollo del pensamiento. La opinión pública en algunos sectores cree por error que el marxismo es exclusivamente una teoría e ideología revolucionaria. En mi opinión, las ideas del marxismo, al igual que las teorías no marxistas que tratan los mismos temas, son tanto ideológicos como académicos, aunque con diferencias esenciales respecto a las teorías no marxistas en cuanto al punto de vista y al método. Además, el marxismo no solo es un sistema de pensamiento académico general, sino, lo que es más importante, el más científico de todos los sistemas académicos.
En tercer lugar, el marxismo es el sistema ideológico rector de la revolución y la construcción socialistas, así como de la transición a la sociedad comunista. Ciertos sectores de la opinión pública creen de manera equivocada que el marxismo es obsoleto o inútil o que no ha sufrido ninguna mejora teórica. Sin embargo, no solo en El Capital, Marx expuso numerosas veces sobre el socialismo y la economía comunista y elaboró una serie de cuestiones como las formas de propiedad, el desarrollo en proporción, la planificación económica, la reproducción, el trabajo necesario y el trabajo excedente, el sistema de distribución, los fondos de todo tipo, la tierra y la agricultura, el desarrollo integral y la educación del individuo humano, la familia, etc. Las teorías del socialismo con características chinas heredan y desarrollan estas ideas de manera exhaustiva y sistemática, desempeñan un papel orientador extremadamente importante y tienen enormes efectos sociales. La economía política del socialismo con características chinas necesita establecer un sistema teórico innovador que no sitúe al capital en el centro, sino a las personas, y que haga del trabajo libre y solidario su concepto central.
En cuarto lugar, y desde la perspectiva del bienestar de las personas, el marxismo es un sistema de principios e ideas cuyo centro es la mejora de los medios de vida de las personas y la realización de su desarrollo libre e integral. Algunos elementos de la opinión pública sostienen erróneamente que el marxismo es una teoría “elevada y superior” que no tiene nada que ver con cuestiones como el espíritu empresarial y el empleo, con la distribución de la renta y la vivienda, con la seguridad social y el bienestar, o con el matrimonio y la familia. La verdad es muy distinta: todos los escritores marxistas clásicos, los dirigentes del Partido Comunista y los académicos marxistas les conceden gran importancia a las cuestiones relacionadas con los medios de vida y el bienestar de las personas y las han elaborado. Todos han participado en un gran número de debates teóricos y políticos que los marxistas de hoy heredaron y mantienen al día. Debemos prestar mucha atención a los medios de vida de la gente, a su felicidad y desarrollo humano, y adoptar un enfoque realista para desarrollar los principios y políticas marxistas de prosperidad común, de reparto de beneficios y de bienestar común.
En quinto lugar, y desde la perspectiva de los valores, el marxismo es un sistema ideológico-cultural que hace hincapié en la fe y los valores. Hay una tendencia de la opinión pública que sostiene por equivocación que solo los seguidores religiosos tienen creencias y valores en la vida. Pero, en general, considero que la fe es la creencia y el respeto por una determinada doctrina, religión u otro conjunto de principios que la gente adopta como su propio código de conducta. Hay tres tipos de creencias que son compatibles con los valores básicos: la creencia primitiva, en la que la gente cree en tótems, tabúes, mitos y brujas; la creencia religiosa, en la que la gente sigue las enseñanzas de los fundadores y cree en doctrinas religiosas que ella misma ayuda a formar, y finalmente, una tercera categoría que consiste en doctrinas seculares. En los tiempos modernos, varios sistemas teóricos o doctrinas han atraído a muchos creyentes; estos sistemas incluyen los “valores universales” occidentales, las visiones constitucionales, el neoliberalismo, etc., y también la adhesión al marxismo y al comunismo. Sin embargo, solo las creencias marxistas relativas a la vida y a los valores básicos son científicas y avanzadas y, por lo tanto, deberían ser y en definitiva serán realizadas en todo el mundo.
En sexto lugar, y desde la perspectiva de las relaciones internacionales, el marxismo es un sistema ideológico internacional que se basa en la creencia en la necesidad de un desarrollo pacífico en todo el mundo, y en la promoción de una comunidad mundial con un futuro compartido para la humanidad. A veces se cree, erróneamente, que el marxismo solo aboga por la revolución violenta. Marx, de hecho, consideraba que las medidas revolucionarias pacíficas y violentas representan dos formas de abordar los problemas de las relaciones internas e internacionales, y que deben utilizarse con flexibilidad en diferentes situaciones. Los medios pacíficos deben ser la primera opción, y la paz permanente es el objetivo ideal que persiguen los seres humanos progresistas. En el ámbito de las relaciones internacionales es necesario crear una “nueva escuela internacionalista” del marxismo.
En mi opinión, la importancia de estudiar el marxismo refleja las necesidades urgentes en los ámbitos tanto de la teoría como de la realidad. Desde el punto de vista teórico, reforzar el estudio de esta doctrina en su conjunto representa una necesidad urgente si queremos corregir las deficiencias de las indagaciones anteriores sobre temas aislados y profundizar en nuestra comprensión de esta. En el pasado, su estudio estaba disperso en campos que incluían la filosofía marxista, la economía política, el socialismo científico y otros. Llevar a cabo este análisis sobre la base de las áreas temáticas en las que se aplicaba el marxismo tenía sus ventajas. Sin embargo, tendía a dar lugar a una comprensión fragmentada de este, lo que afectaba a la comprensión general del tema. Por otra parte, ejercitar sus ideas es importante si queremos eliminar su fragmentación y desmembramiento, y responder a las corrientes de pensamiento antimarxista. Asimismo, es degran utilidad que la gente capte el espíritu fundamental que atraviesa todos los componentes teóricos y períodos históricos del marxismo, para entender su “pulso”, y para responder a todo tipo de posiciones en su contra con argumentos eficaces.
En la última década, con la puesta en marcha del proyecto de investigación y elaboración de la teoría marxista y el establecimiento de esta como disciplina de alto nivel, la investigación sobre la integridad del marxismo ha progresado rápidamente. Muchos estudiosos han llevado a cabo debates en profundidad, desde diversas perspectivas, sobre las proposiciones, las connotaciones, la esencia, las vías de investigación y las cuestionesrelacionadascon el estudio de la plenitud de esta doctrina y han logrado importantes resultados. Sin embargo, creo que, en general, los logros de la investigación integral en el área del marxismo, durante el período reciente, no han sido ideales. Al intentar resumir las experiencias y lecciones de la exploración anterior en el campo del marxismo holístico, actué como investigador principal en el innovador proyecto “El marxismo en una perspectiva holística”, patrocinado por la CASS. Como tal, propuse un nuevo concepto de investigación: el de llevar a cabo una de carácter integral sobre el marxismo holístico desde un total de catorce perspectivas.
La primera de estas perspectivas ha consistido en llevar a cabo la investigación necesaria para llegar a una definición: es decir, definir y exponer el marxismo de forma innovadora a partir de seis aspectos claves de su creación, su significado académico, su función social, el bienestar del pueblo, las concepciones de valores y la comunicación internacional. La segunda perspectiva se centra en la investigación sintética, es decir, en cuatro aspectos del marxismo: sus características teóricas, sus ideales sociales, sus posturas políticas y sus cualidades teóricas. La tercera perspectiva investiga su unidad, es decir, la unidad dialéctica que incorpora las categorías, así como punto de vista y método. La cuarta perspectiva se refiere a la investigación jerárquica, es decir, la exploración de tres aspectos claves: el principio general, el juicio específico y el método de razonamiento, examinando también el nivel interno y las relaciones mutuas. La quinta perspectiva es la de la investigación evolutiva, es decir, la indagación desde el ángulo de la historia completa del desarrollo del marxismo. La sexta implica elestudiode las tres características: el cambio según la época, la sinización y la popularización. La séptima se centra en la investigación práctica, en otras palabras, el estudio de la integridad teórica del marxismo sobre la base de su integridad práctica. La octava perspectiva se refiere al estudio de la interactividad, a partir de las ideas expuestas por los líderes y académicos, así como del desarrollo interactivo de estas ideas. La novena consiste en la investigación disruptiva, procedente de laelaboracióncrítica y constructiva, y de la interacción de múltiples aspectos. La décima perspectiva es la de la investigación clasificatoria, que se requiere principalmente para aclarar los llamados “cuatro cuáles”: cuáles son los principios básicos alos quehay que atenerse a largo plazo;cuáles sonlos juiciosteóricos que hayque desarrollar; cuáles son las concepciones dogmáticas que hay que rectificar; y cuáles son las opiniones erróneas que hay que rechazar.
La undécima se refiere a la investigación temática, es decir, a la realizada desde la perspectiva de la relación taxonómica global de las siete disciplinas secundarias que abarca la disciplina de primer nivel del marxismo. La duodécima es la investigación sobre el tema de la división, en otros términos, las contribuciones realizadas por la filosofía, la economía, lapolítica, los estudios culturales, la sociología, la ecología, la ciencia institucional, la antropología y otras disciplinas, y las relaciones mutuas entre ellas. La decimotercera perspectiva es la de la investigación de la aplicabilidad, o sea, la que elabora los métodos, las teorías y las políticas del marxismo, y sus relaciones mutuas. La decimocuarta es el estudio de las características nacionales, que implica el análisis y la expectación sobre las teorías académicas y políticas, las cuales distinguen a los países capitalistas de los Estados socialistas como China, Vietnam, Laos, Cuba y Corea del Norte.
Por lo tanto, he subrayado que la enseñanza y la investigación en las escuelas universitarias de marxismo y la publicación en revistas de de esta doctrina académica no deberían limitarse a solo tres de sus componentes, el “marxismo estrecho” de los relatos de los medios de comunicación populares. Por el contrario, pude argumentar que estas escuelas y revistas, junto con otras instituciones académicas, deberían establecer un sistema integrado y sintético de “marxismo integral” que combine estudios académicos sofisticados con la amplia difusión de sus ideas y con una política eficaz.
En un artículo de la década de 1990, en el que discrepaba de las ideas del economista neoliberal profesor Steven N. S. Cheung (Wuchang Zhang) de la Universidad de Hong Kong, fui uno de los primeros en criticar las opiniones históricamente nihilistas sobre el desarrollo económico de la China posrevolucionaria. Más tarde, con motivo del 20.o aniversario de la reforma y la apertura, y de los 60.o y 70.o