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La inmunidad del sagrado es un auto sacramental de Calderón de la Barca. Fragmento de la obra Acto único (Sale el Hombre huyendo con asombro.) Hombre: ¿Adónde, de la justicia de Dios, delincuente huye mi temor, si no es posible que de su vista me oculte? Pues, cuando pudiera de alas 5 vestirme y sobre las nubes volar al cielo, en el cielo está Dios; cuando procure de esotra parte pasarme del mar, será vuelo inútil, 10 pues también de esotra parte del mar Dios está; cuando use de los senos de los montes, haciendo que me sepulte, de sus más cóncavas quiebras, 15 la elevada pesadumbre de los montes, en los senos está Dios; y, cuando apure todo el universo y quiera que a él el abismo me hurte, 20 aun en el abismo Dios está. Esperar a que enlute sus luces el Sol, y a sombras de la noche disimule mi fuga, es error; que para 25 Dios aun las sombras son luces, pues no hay día que le falte ni noche que no le alumbre. Y, supuesto que no hay lugar que a mí me asegure, 30 no habiendo lugar que Él en cielo y tierra no ocupe, huya; no tanto porque, que pueda esconderme, juzgue, cuanto porque vea que hay 35 respeto en mí que rehúse verle enojado. Y así, sean mis solicitudes que, ya que ha de hallarme, me halle temeroso. Troncos, dulces 40 para mí un tiempo, ya amargos; moradas flores y azules, para mí un tiempo suaves y ya ariscas, pues producen vuestros matices espinas 45 que, más que halaguen, injurien; si vuestras redes me amparan, si vuestras hojas me encubren, feliz seré aquel instante que, hasta encontrarme, me busquen 50 los ministros de Justicia que tras mí el jardín discurren. Dadme, pues, en vuestro más retirado albergue ilustre, verde hospedaje en que pueda 55 esconderme.
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Seitenzahl: 50
Veröffentlichungsjahr: 2010
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Pedro Calderón de la Barca
La inmunidad del Sagrado
Barcelona 2024
Linkgua-ediciones.com
Título original: La inmunidad del Sagrado.
© 2024, Red ediciones S.L.
e-mail: [email protected]
Diseño de cubierta: Michel Mallard.
ISBN tapa dura: 978-84-1126-015-2.
ISBN rústica: 978-84-9816-428-2.
ISBN ebook: 978-84-9953-226-4.
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Créditos 4
Brevísima presentación 7
La vida 7
Personajes 8
Acto único 9
Libros a la carta 77
La vida
Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600-Madrid, 1681). España.
Su padre era noble y escribano en el consejo de hacienda del rey. Se educó en el colegio imperial de los jesuitas y más tarde entró en las universidades de Alcalá y Salamanca, aunque no se sabe si llegó a graduarse.
Tuvo una juventud turbulenta. Incluso se le acusa de la muerte de algunos de sus enemigos. En 1621 se negó a ser sacerdote, y poco después, en 1623, empezó a escribir y estrenar obras de teatro. Escribió más de ciento veinte, otra docena larga en colaboración y alrededor de setenta autos sacramentales. Sus primeros estrenos fueron en corrales.
Lope de Vega elogió sus obras, pero en 1629 dejaron de ser amigos tras un extraño incidente: un hermano de Calderón fue agredido y, éste al perseguir al atacante, entró en un convento donde vivía como monja la hija de Lope. Nadie sabe qué pasó.
Entre 1635 y 1637, Calderón de la Barca fue nombrado caballero de la Orden de Santiago. Por entonces publicó veinticuatro comedias en dos volúmenes y La vida es sueño (1636), su obra más célebre. En la década siguiente vivió en Cataluña y, entre 1640 y 1642, combatió con las tropas castellanas. Sin embargo, su salud se quebrantó y abandonó la vida militar. Entre 1647 y 1649 la muerte de la reina y después la del príncipe heredero provocaron el cierre de los teatros, por lo que Calderón tuvo que limitarse a escribir autos sacramentales.
Calderón murió mientras trabajaba en una comedia dedicada a la reina María Luisa, mujer de Carlos II el Hechizado. Su hermanó José, hombre pendenciero, fue uno de sus editores más fieles.
El Hombre
Ángel II
La Gracia
El Mundo
La Culpa
La Tierra
La Justicia
El Agua
La Misericordia
El Fuego
La Malicia
El Aire
Ángel I
El Mercader
El Lucero
Músicos
(Sale el Hombre huyendo con asombro.)
Hombre ¿Adónde, de la justicia
de Dios, delincuente huye
mi temor, si no es posible
que de su vista me oculte?
Pues, cuando pudiera de alas 5
vestirme y sobre las nubes
volar al cielo, en el cielo
está Dios; cuando procure
de esotra parte pasarme
del mar, será vuelo inútil, 10
pues también de esotra parte
del mar Dios está; cuando use
de los senos de los montes,
haciendo que me sepulte,
de sus más cóncavas quiebras, 15
la elevada pesadumbre
de los montes, en los senos
está Dios; y, cuando apure
todo el universo y quiera
que a él el abismo me hurte, 20
aun en el abismo Dios
está. Esperar a que enlute
sus luces el Sol, y a sombras
de la noche disimule
mi fuga, es error; que para 25
Dios aun las sombras son luces,
pues no hay día que le falte
ni noche que no le alumbre.
Y, supuesto que no hay
lugar que a mí me asegure, 30
no habiendo lugar que Él
en cielo y tierra no ocupe,
huya; no tanto porque,
que pueda esconderme, juzgue,
cuanto porque vea que hay 35
respeto en mí que rehúse
verle enojado. Y así,
sean mis solicitudes
que, ya que ha de hallarme, me halle
temeroso. Troncos, dulces 40
para mí un tiempo, ya amargos;
moradas flores y azules,
para mí un tiempo suaves
y ya ariscas, pues producen
vuestros matices espinas 45
que, más que halaguen, injurien;
si vuestras redes me amparan,
si vuestras hojas me encubren,
feliz seré aquel instante
que, hasta encontrarme, me busquen 50
los ministros de Justicia
que tras mí el jardín discurren.
Dadme, pues, en vuestro más
retirado albergue ilustre,
verde hospedaje en que pueda 55
esconderme.
(Al ir a subir al carro, que será un jardín con una fuente en medio, con una cruz y siete caños por remate, aparece a su puerta el Ángel I con una espada en la mano.)
Ángel I ¿Dónde subes,
sangriento homicida?
Hombre ¡Ten,
bello abrasado querube,
la espada, que —vara hoy
de justicia— hacer presume 60
prisión y castigo a un tiempo;
pues en ondeadas vislumbres
no hay vida que no amenace,
no hay muerte que no ejecute!
Ángel I ¡Date a prisión!
(Bajan los dos al tablado y el Ángel le prende de la mano.)
Hombre Si es sagrado 65
el centro que en sí me incluye,
¿cómo en él prenderme quieres?
Ángel I Como mi obediencia cumple
con llevarte a la real cárcel
del Mundo, que no me incumbe 70
a mí el juicio de si es
sagrado o no. Tú allá acude
a tus defensas.
(Llévale como por fuerza.)
Hombre ¡Protesto!
¡Cielo, Sol, Luna, astros, nubes,
brutos, aves, peces, fieras, 75
días, noches, sombras, luces,
troncos, copas, fuentes, flores,
montes, valles, mares, cumbres,
que me sacan de sagrado!
Ángel I Será en vano que repugnes 80
que de él te arroje.
(Cantado.) ¡Ah del mundo,
inferior centro a quien cubre
de ese dorado artesón
la iluminada techumbre!
Música (Dentro.) ¿Qué quieres? ¿Qué mandas? ¿Qué dices?
¿Qué ordenas? 85
Ángel I Que atiendas, que oigas, que adviertas,
que escuches.
(Cantado.) ¡Ah del mundo!
Eco I ¡Ah del mundo!
Eco II ¡Ah del mundo!
Ángel I El frío letargo en que yaces sacude...
Los ecos El frío letargo en que yaces sacude...
Ángel I ...que hay divina voz que te manda... 90
Los ecos ...que hay divina voz que te manda...
Ángel I ...que atiendas, que oigas, que adviertas,
que escuches.
Los ecos ...que atiendas, que oigas, que edviertas,
que escuches.
Hombre