Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Más de 30 mil científicos han firmado una declaración en la que afirman que no hay evidencia científica que apoye la idea de un calentamiento global provocado por el hombre. Sin embargo, alertas catastróficas auguran un futuro próximo aterrador si no dejamos de producir el dióxido de carbono que, se supone, causa el aumento de las temperaturas en todo el mundo. ¿Pero es esto realmente cierto? Diversas investigaciones demuestran lo contrario. ¿Por qué entonces la agenda sobre el calentamiento global se ha impuesto con tanta fuerza? Miles de millones de dólares están en juego, tanto en políticas como en investigaciones, pero además hay toda una industria detrás de las llamadas energías limpias. Descubre qué papel juegan en este puzzle personalidades como Bill Gates y Elon Musk.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 43
Veröffentlichungsjahr: 2021
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Alerta catastrófica para sembrar miedo
El “calentamiento global” es una ideología extendida, una especie de dogma moral, una verdad dada. La idea surgió a fines de la década de 1970 y floreció en la de 1990. Luego se volvió dominante y ahora es parte de la agenda global, está dentro de la mayoría de las políticas gubernamentales y es un hecho innegable. ¿Pero es real? Recibimos alertas catastróficas sobre un futuro próximo terrible si no dejamos de producir CO2 (dióxido de carbono), el cual se cree que es la causa del aumento de las temperaturas. Hay periodistas ambientales que causan pánico cada vez que se produce un evento climático y nos recuerdan que todo es culpa nuestra, ignorando que siempre ha habido sequías, huracanes, inundaciones y tormentas de nieve.
En 2021 Bill Gates publicó un libro sobre el cambio climático, en el que postulaba que la humanidad debería reducir los gases de efecto invernadero de 51 mil millones de toneladas al año de equivalentes de dióxido de carbono, a cero. En su opinión, era es la única forma de detener el calentamiento global y evitar grandes catástrofes. Nuestros niños reciben esa misma información en la escuela, y muchos de ellos regresan a casa aterrorizados por lo que pasará si sus padres no dejan de usar el automóvil, por ejemplo.
Sin embargo, hay otras cuestiones que también entran en juego. La electricidad es un medio de desarrollo; para la mayoría de los países pobres y en vías de desarrollo es la casi la única herramienta para mejorar el nivel de vida y convertirse en países industrializados. También existe una cruzada sobre las criptomonedas porque consumen enormes cantidades de energía, y sobre este tema se enfrentan dos de los hombres más poderosos y ricos de la tierra, incluso cuando ambos estén trabajando en la agenda del calentamiento global: Bill Gates y Elon Musk. Musk ha apoyado a Bitcoin y las criptomonedas (y ha influido en sus precios cada vez que hizo un comentario público sobre ellas), mientras que Bill Gates es uno de los opositores a las “trashcoins” (monedas basura).
La energía no es un tema inocente. Toda la revolución industrial se basó en ella, y sus niveles de consumo están evidentemente relacionados con los niveles de ingreso per cápita, como muestra Gates en su libro “Cómo evitar un desastre climático”. El petróleo se volvió tan importante que hubo al menos cuatro enfrentamientos armados que lo tuvieron como causa (explícita o disimulada). Hay miles de millones de dólares en juego (tanto en políticas como en investigación), mientras que el futuro de los países en desarrollo depende de ello. Además, una gran parte de la comunidad científica ha sido silenciada para que se acepte plenamente la verdad sobre el “calentamiento global”. El ex vicepresidente Al Gore ha encabezado durante años la cruzada contra el “calentamiento global” (incluso ganó un Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos) y lanzó en 2006 un documental llamado “Una verdad incómoda” para mostrar cuán dramática era la situación del cambio climático. Compartió el Premio Nobel de la Paz junto con el IPCC, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, una organización de la ONU que es altamente cuestionada por cientos de científicos por manipular o ignorar evidencia para respaldar la narrativa en torno al “cambio climático”. Incluso hubo un “Climategate” en 2009, cuando un pirata informático publicó miles de correos que mostraban cómo se manipulaban las cifras para dar la idea de que las temperaturas estaban subiendo, cuando en realidad no era así. La joven y elocuente Greta Thunberg, una niña sueca nacida en 2003, tomó la causa del calentamiento global como propia y fue noticia en todo el mundo cuando se dirigió a presidentes y líderes: “Los ojos de todas las generaciones futuras están puestos sobre ustedes. Y si eligen fallarnos, les aseguro que nunca los perdonaremos”.
Se dice que las temperaturas globales han subido 1 grado Celsius desde la época preindustrial y podrían alcanzar un segundo grado para el 2100. Se hacen predicciones apocalípticas: incendios, deshielo de los glaciares y aumento del nivel del mar, enfermedades, extinción. Sin embargo, al mismo tiempo muchos científicos afirman que el calentamiento global como amenaza no es tan evidente, y lo mismo ocurre con la atribución de una relación directa entre las temperaturas y las emisiones de CO2. Desde 1998, más de 30 mil científicos firmaron una petición en la que afirman que no hay evidencia científica que apoye la idea de que existe un calentamiento global provocado por el hombre. ¿Es solo un argumento para mantener a parte del mundo privada de energía y desarrollo? ¿Es parte de un nuevo paradigma económico que justificaría la transición hacia sociedades basadas en nuevos tipos de energías? ¿Se trata de una amenaza real? Dado que el “calentamiento global” se ha convertido en una ideología extendida que está impulsando agendas y políticas (aunque países como Estados Unidos solo consumen más energía cada año), es necesario estar informado y considerar un panorama más amplio sobre la energía de combustibles fósiles y las disputas que giran a su alrededor.
Sobre otros tipos de energía