La menopausia - Fabienne Travers - E-Book

La menopausia E-Book

Fabienne Travers

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Beschreibung

La menopausia se acerca. Y no viene sola: le acompañan cambios físicos de los que apenas nos halban y que nos pueden abrumar. Pero ¿y si La menopausia fuera una oportunidad para aprender a viivir mejor? Este libro contiene consejos sobre alimentación y estilo de vida, inofrmación sobre tratamientos médicos y medicinas alternativas, y todo ello ilustrado con humor para sobrellevar los síntomas: los sofocos, los cambios en el deseo sexual, la fatiga, el aumento de peso... Cuanto más entiendas tu cuerpo, más preparada estarás para afrontar esta etapa tan especial con serenidad y energia positiva. Es el momento de ocuparte de ti.

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La menopausia

La menopausia

DISFRUTA DE UNA NUEVA ETAPA DE PLENITUD

Fabienne TraversIlustraciones de Soledad BraviCon la colaboración del Dr. Horwitz Guérin

Traducción de Ana García Novoa

RBA

Contenido

Introducción

  1¿Qué es la menopausia en realidad?

  2Sofocos y sudores nocturnos

  3Fatiga e insomnio

  4Cambios de humor e irritabilidad

  5Aumento de peso

  6Pérdida de deseo sexual

  7Cambios en la piel y en el pelo

  8Pérdida de densidad ósea y osteoporosis

  9Enfermedades cardiovasculares

10La menopausia en España y en otros lugares

Conclusión

Índice

Introducción

Vayamos al grano: la menopausia sigue siendo un tabú. De ella se habla poco o de manera deprimente, o incluso nada en absoluto, hasta en el entorno más cercano, como si reconocer que estás menopáusica o que lo vas a estar fuese algo de lo cual debas avergonzarte. Sucede lo mismo con la regla: no vamos aireando por ahí que la tenemos.

Una mujer menopáusica, a la que ya no le viene la regla, que ya no puede parir, ¿es una vieja?, ¿es estéril?, ¿está para el desguace?

Esta es la imagen que durante mucho tiempo ha tenido la sociedad de la mujer menopáusica. Hace tan solo algunas décadas, una mujer de 50 años ya era vieja, se la consideraba una abuela, se presuponía que ya no pensaba en sexo, porque ¡eso son cosas de jóvenes!

Todavía hoy, algunas mujeres viven mal la menopausia: porque ya no pueden parir, porque creen que ya no tienen ninguna función en la sociedad, porque consideran que para ellas la vida se ha terminado. Se sienten inútiles, menos deseables, ignoradas y apartadas del juego de la seducción. Pero ¿quién dice que una mujer ya no sirva para nada desde el momento en que ya no puede tener hijos?

Otras mujeres, en cambio, sienten que la menopausia les abre las puertas a una nueva vida y supone una verdadera liberación: en cuanto consiguen identificar y tratar las molestias de la perimenopausia, se acaba la regla (y todo lo que acompaña a los síntomas premenstruales), la contracepción, el yugo impuesto por las hormonas, las migrañas y demás hinchazones… ¡a vivir una nueva vida!

• Una etapa que superar

Independientemente de cuál sea tu acercamiento a la menopausia, no cabe duda de que se trata de una etapa que superar. Supone un cambio físico y psíquico. Es un periodo que hay que pasar sin demasiados baches. Estás en la mitad de la vida. Es un cambio monumental… Y, por qué no, un nuevo comienzo.

De la misma manera que la adolescencia marca el paso de la infancia a la vida adulta, la menopausia marca el final de un ciclo vital, ¡no es el final de la vida!, y deja paso a otro ciclo. Si se tienen algunas molestias (y, es verdad, no a todas nos tocan las cosas por igual), hoy en día hay soluciones conocidas y, sobre todo, controladas para poner remedio a las molestias en cuestión.

Los puntos negativos de la menopausia, PERO que pueden tratarse y aliviarse:

Está todo patas arriba, es un verdadero caos emocional que a su paso lo deja todo del revés: humor, fatiga, sueño, piel, pelo, vida sexual, dolores, aumento de peso… Un cuadro que da miedo, pero que, una vez más, es provisional y puede mitigarse.

¿Y si le quitamos un poco de hierro al asunto? La menopausia también tiene cosas positivas, y bastantes.

Por lo general, cuando estás menopáusica, sueles estar rozando los 50 años, ya tienes a los hijos crecidos –se acabó la tríada fatídica de las noches sin dormir, los biberones y los pañales– y estos ya son más o menos autónomos. También, en la mayoría de los casos, ya has encontrado tu camino profesional: tienes un trabajo más o menos satisfactorio y estable, ya no necesitas demostrar nada a nadie aunque a veces te sientas amenazada por los jovencitos ambiciosos; tienes un marido o un compañero con quien estás bien; un grupo de buenos amigos, y, sobre todo, con el paso de los años, sabes lo que quieres y lo que no, y simplemente te sientes a gusto contigo misma.

Después de todos estos años de vida activa, de ir corriendo a todas partes, sobre todo por los demás (llenar la nevera para toda la familia, hacer la comida, poner la enésima lavadora, llevar al pequeño al pediatra, al mayor a su clase de violín, cargar con el suplicio de los deberes, la gestión del día a día, organizar las vacaciones, etcétera), te mereces por fin tener un poco de tiempo para ti misma. La edad hace que estés mejor organizada que antes, puedas ver las cosas con perspectiva y sepas decir «no».

Te viene de perlas, porque, precisamente, la menopausia es la excusa ideal para revisar tus prioridades y por fin ocuparte de ti misma, de tu salud, de tu belleza, de tu silueta. Si, al final, envejecer un poco y tener algunas arrugas más implica decirle adiós de una vez por todas a la regla y decirte a ti misma «Oye, tú, te he tenido un poco olvidada últimamente, pero, estate tranquila, que ahora tú y yo vamos a ser superamigas», no me negarás que es un buen canje, ¿no?

• El porqué del cómo

Fue al salir de un encuentro con el doctor Horwitz Guérin cuando sentimos que teníamos una misión de verdad: ¡se acabó lo de mirar a la mujer menopáusica con derrotismo y vergüenza! Porque, en nuestra opinión, una mujer menopáusica ¡es, sencillamente, una mujer liberada!

El propósito de este libro es acompañarte en esta nueva etapa de tu vida. Porque la menopausia no es más que una etapa, como lo fueron la pubertad o el embarazo. Y, si esta etapa se prepara bien, es un pasaporte para una nueva vida, más simple, más ligera y serena. La menopausia es EL PLAN para ocuparte de ti misma, por fin, y envejecer lo mejor posible.

En este capítulo vamos a explicarte qué es, desde un punto de vista fisiológico, la menopausia: cómo se produce, en qué se traduce y todo lo que ocurre en el cuerpo. Porque una persona informada vale más que dos. También vamos a deshacernos de las ideas preconcebidas y los prejuicios. Este es, pues, un capítulo fundamental si quieres comprender el cómo y el porqué de las cosas. Si no, puedes leer directamente los siguientes capítulos, que son más concretos y aportarán respuestas rápidas a tus preguntas.

A tus hormonas les ha llegado la hora de jubilarse

La menopausia es la interrupción de los ciclos menstruales, unida a la pérdida progresiva de estrógenos y progesterona, que se produce cuando los ovarios se preparan para una merecida jubilación. Dicho de otro modo, los ovarios dejan de segregar hormonas. La menopausia es un fenómeno que tiene lugar en dos etapas: la perimenopausia y la menopausia confirmada.

Menopausia

Del griego menos (mes, menstruación) y pausis (cese, fin).Así pues, la menopausia es el fin de la regla. Y este fin es permanente y definitivo. Sinónimo: climaterio.

Pero… ¿qué es una hormona?

Imagínate un panal lleno de abejas que trabajan en distintas tareas. Pues bien, las hormonas son de algún modo las abejas del sistema endocrino, que está compuesto de glándulas que tienen, cada una, una función específica. Cada una de estas glándulas produce y libera una hormona en particular (¡nuestras propias abejas!) en la sangre. Y cada tipo de abeja, cada molécula de hormona, es capaz de modificar el funcionamiento de las células y de los tejidos, con el objetivo de adaptarlo a las necesidades del cuerpo. Es decir, actúan fijándose de manera temporal en un receptor especial, como una especie de cerradura de la cual ellas serían la única llave.

• Dos grandes hormonas sexuales femeninas

Tanto los estrógenos como la progesterona son las hormonas segregadas por los ovarios y se comunican a través del flujo sanguíneo con una pequeña glándula endocrina situada en el cerebro, que es como el director de orquesta del sistema endocrino: la hipófisis. Se produce un diálogo entre las hormonas sexuales femeninas y las que segrega el director de orquesta, llamadas FSH y LH (foliculoestimulante y luteinizante, respectivamente): cuando unas se esparcen de manera masiva por el torrente sanguíneo, las otras se vuelven tímidas, y a la inversa, durante todo el ciclo menstrual, haciendo que de esta manera varíen los niveles de estrógenos y progesterona.

Los estrógenos, las hormonas de la feminidad

En realidad, bajo este apelativo se encuentran agrupadas varias hormonas: el estradiol, que es la hormona que más se segrega desde la pubertad hasta la menopausia; la estrona, poco presente, y el estriol, que se genera sobre todo durante el embarazo. Los estrógenos se producen, en esencia, en los ovarios.

Sus receptores se diseminan por el cuerpo (al nivel de los senos, de los órganos genitales y de otros tejidos u órganos que no son sexuales). La ubicación, la cantidad y la sensibilidad de los receptores dependen de nuestros genes y, según su reparto, somos más o menos sensibles a los cambios hormonales y, por lo tanto, a los síntomas premenstruales… y a la menopausia.

¿Para qué sirven los estrógenos?

Para muchas cosas. Entre otras, y para el tema que nos incumbe, sabemos que, gracias a ellos, el cuerpo se moldea, así como los pechos, el útero y la vagina se desarrollan, el vello púbico y de las axilas crece durante la pubertad. Gracias a los estrógenos los huesos son más resistentes; también realizan una acción estimulante sobre el cerebro, así como una acción saludable sobre las grasas de la sangre, lo cual protege a las mujeres durante mucho tiempo de las enfermedades cardiovasculares.

En general, en cuanto a los tejidos del organismo que poseen receptores hormonales, tienen una acción más bien estimulante. En cada ciclo menstrual provocan que crezca el endometrio (el nido del posible futuro embrión) y estimulan la ovulación.

¿Qué sucede con la edad?

Los ovarios segregan cada vez menos estrógenos. La ovulación se vuelve aleatoria. La periodicidad de los ciclos (y, por lo tanto, de la menstruación) se vuelve desorganizada y anárquica.

La progesterona, la hormona del embarazo

Los ovarios son también los que producen la progesterona. Su nombre significa «para la gestación». Efectivamente, esta hormona favorece el embarazo. Suele mantenerse tranquila durante este periodo. La segrega el famoso cuerpo amarillo, remanente de la transformación del folículo (la célula sexual) que acaba de liberar su ovocito en las trompas de Falopio, donde podrá ser fecundado. También encontramos sus receptores por todo el cuerpo, un poco por todas partes.

¿Para qué sirve la progesterona?

Entre otras cosas, hace que la mucosa uterina sea más acogedora para el embrión, de la misma manera que espesa el moco cervical, produciendo una especie de barrera que los espermatozoides tendrán dificultades en atravesar durante esta segunda fase del ciclo en la que se segrega la progesterona.

La progesterona, cuya acción es preponderante durante el embarazo, actúa sobre los tejidos de los órganos, donde tiene receptores específicos, un poco al contrario que los estrógenos, relajando la tensión de los senos, estabilizando el crecimiento del endometrio los días posteriores a la ovulación. Tiene un efecto sedante, y es la causante de nuestro mal humor y del cansancio que sentimos antes de que nos venga la regla. Tiene también un efecto soporífero notable durante los primeros meses del embarazo.

¿Qué ocurre con la edad?

¿Existe un vínculo entre la progesterona y los estrógenos?

Sí. Ambas hormonas son producidas por los ovarios, pero cada una funciona en momentos distintos. Tienen tendencia a chocar en ocasiones, pero del equilibrio entre sus secreciones nace la armonía.

Así, desde que se producen las primeras irregularidades secretoras relacionadas con la edad, desde los primeros fallos del ovario, el equilibrio se rompe rápidamente y aparecen los síntomas. Los trastornos se van dando de manera progresiva, aunque irregular, durante toda la fase de la premenopausia, antes de llegar a la interrupción definitiva de la regla (la sequedad de la piel, del pelo, la pérdida de densidad ósea, la falta de tono, de estado de ánimo y de libido que caracterizan a la menopausia).

¿Es la menopausia una nueva etapa como la pubertad?

Para comprender todo lo que está en juego durante la menopausia es imposible no aludir a lo que la precede, cuando llega la pubertad, con los ciclos menstruales.

• ¿Qué ocurre en el transcurso de un ciclo menstrual durante el periodo de reproducción?

Cada mes, un folículo ovárico (una célula sexual), escogido al azar, se desarrolla y libera un ovocito en la trompa el día 14 del ciclo. Si el ovocito es fecundado por el espermatozoide, este se convierte en un huevo que anida en el útero. Si no es fecundado, la mucosa del endometrio se desprende tras algunos fenómenos vasculares locales y se evacúa: viene la regla.

Un ciclo ovárico:

•Días 1 a 5: la regla. De manera artificial, los científicos han escogido que el primer día de la regla sea el primer día del ciclo.

•Días 5 a 13: la fase folicular. En los ovarios, un folículo (que contiene un ovocito) crece bajo el efecto de la FSH (nuestras abejas de la hipófisis). La cantidad de estrógenos segregada aumenta y estimula la mucosa del útero, el endometrio, para prepararla para acoger a un posible embrión.

•Día 14: la ovulación. Se desencadena tras un pico de LH (las otras abejas de la hipófisis) y provoca que el folículo se rompa, expulsando así el ovocito convertido en óvulo. Los estrógenos han hecho que el moco del cuello del útero fluya suavemente, lo cual facilita la subida de los espermatozoides hacia la trompa, donde se abalanzan sobre el óvulo.

•Días 15 a 28: la fase lútea, o la fase premenstrual. El resto folicular se transforma en cuerpo amarillo segregando de manera activa progesterona, y, en menor grado, estrógenos. Si el óvulo no ha sido fecundado en los días posteriores a la ovulación, el cuerpo amarillo degenera y deja de segregar progesterona y estrógenos. La tasa de estas hormonas cae en picado, produciendo fenómenos vasculares que dan lugar a la necrosis de una parte del endometrio, que se elimina con la regla. Entonces empieza un nuevo ciclo, que tendrá lugar cada mes hasta que se agoten los folículos.

Una reserva ovárica que se agota de año en año

Al nacer, las mujeres tienen entre uno y dos millones de folículos ováricos. ¡El embrión contenía ya entre cinco y siete millones! Solo 400 de ellos liberarán, al madurar, un ovocito (una célula sexual) durante el periodo de fertilidad –entre los 12 y los 13 años hasta los 45 a 50 años de media, antes de empezar la perimenopausia–. Desde el nacimiento, esta reserva se reduce: no quedan más que 400.000 folículos en la pubertad y no llegan a mil en la menopausia.

• ¿Cómo funciona la píldora?

La píldora bloquea el ciclo debido a la acción de los estrógenos y la progesterona que contiene: no se produce la ovulación, con lo que no hay ningún ovocito susceptible de ser fecundado. La píldora deja los ovarios en reposo. Pero, cuidado, en caso de que olvides tomarla y pasen más de 24 horas, ¡el efecto anticonceptivo desaparece en pocas horas!

Como los niveles de las hormonas femeninas no cambian con la píldora, esta evita las subidas y bajadas hormonales. Esto explica que, cuando tomamos la píldora, estemos menos sensibles a los cambios hormonales.

¿Y por qué tenemos la regla si la ovulación está bloqueada?

Porque tomamos la píldora 21 días de 28. Durante la pausa de siete días, la caída del nivel de estrógenos y de progesterona en sangre crea un sangrado «por deprivación», parecido a una regla.

¿Qué es la premenopausia?

Con el envejecimiento, los ovarios funcionan peor, no producen de manera regular los estrógenos y la progesterona. La primera hormona que disminuye de forma progresiva es la progesterona, y lo hace con desorden durante varios años (entre cuatro y seis años de media).

• ¿Qué ocurre durante un ciclo menstrual en la premenopausia?

La reserva de folículos casi se ha agotado (quedan alrededor de 1.000). La duración de los ciclos se vuelve variable y aleatoria: unas veces se acortan, otras veces se alargan. A veces son anovulatorios (sin ovulación). Es un poco el caos. Al principio se siguen segregando estrógenos, más o menos, pero en cambio ya no hay suficiente progesterona. Este desequilibrio entre las hormonas produce muchos y diversos síntomas.

Entretanto, las reglas son caóticas. Pueden ser abundantes al principio, produciendo coágulos, lo cual genera deficiencias de hierro, con la consiguiente fatiga generalizada, palidez y vértigos. Reina la anarquía en los ciclos. Los senos duelen y a menudo están tensos. Pueden producirse sofocos de calor, aunque no son los sofocos de verdad que aparecerán en la menopausia, pues son menos intensos.

Hay tratamientos que mitigan este desequilibrio hormonal: a menudo basta con suministrar progesterona.

• ¿Qué sucede durante la perimenopausia?

Llega un momento en que la producción de estrógenos se ralentiza. Nuevamente el caos, hasta que hay un amago de equilibrio en la menopausia, cuando los ovarios dejan de segregar progesterona y estrógenos. Esta fase puede durar varios años, pero a menudo es mucho más corta que la premenopausia. Cuando los ciclos menstruales se paran del todo durante más de un año podemos asegurar que entramos en la menopausia.

• ¿Cuál es la diferencia entre perimenopausia y premenopausia?

La premenopausia es un periodo bastante largo que precede a la menopausia. A menudo se inicia hacia los 40 años. La progesterona empieza a reducirse y los ciclos se desajustan. Algunos años después, justo antes de la menopausia, que se caracteriza por la interrupción definitiva de las secreciones ováricas, entramos en la perimenopausia, una fase más corta, caracterizada por la pérdida de los estrógenos y la interrupción del periodo.

¿Y en los hombres?

Sin embargo, se produce una especie de equivalente lejano de nuestra menopausia a la que llamamos «andropausia». Es más tardía y variable, y se relaciona con una caída bastante significativa de la testosterona, un potente andrógeno. Desde los 40 años, o incluso antes, la producción de testosterona desciende hasta un 3 % al año. Como le ocurre a la mujer, observamos un descenso de las hormonas sexuales, de la testosterona, que en ocasiones va acompañado de una disminución de la libido y de cambios de humor. Pero la andropausia se da alrededor de los 70 años, y no afecta a todos los hombres.

¿La solución? Moviéndose de manera regular, el cuerpo segrega andrógenos. Ser hombre ¡es a menudo mucho más fácil!

¿A qué edad se produce la menopausia?

No hay una edad fija. La edad media oscila entre los 45 y los 55 años. El 83 % de las mujeres de 54 años están menopáusicas.