La piel de Gedeón - Pedro Calderón de la Barca - E-Book

La piel de Gedeón E-Book

Pedro Calderón de la Barca

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Beschreibung

La piel de Gedeón es un auto sacramental de Pedro Calderón de la Barca. La piel de Gedeón es una obra teatral de tema bíblico. Hace referencia a suceso concreto de la escrituras, en este caso la acción del drama gira en torno al personaje de Gedeón. Se trata de un guerrero poderoso destructor, que fue un juez y guerrero del Antiguo Israel.

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Seitenzahl: 55

Veröffentlichungsjahr: 2013

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Pedro Calderón de la Barca

La piel de Gedeón

Barcelona 2024

Linkgua-ediciones.com

Créditos

Título original: La piel de Gedeón.

© 2024, Red ediciones S.L.

e-mail: [email protected]

Diseño de cubierta: Michel Mallard.

ISBN tapa dura: 978-84-1126-062-6.

ISBN rústica: 978-84-9816-431-2.

ISBN ebook: 978-84-9953-245-5.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

Sumario

Créditos 4

Brevísima presentación 7

La vida 7

Personajes 8

Acto único 9

Libros a la carta 89

Brevísima presentación

La vida

Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600-Madrid, 1681). España.

Su padre era noble y escribano en el consejo de hacienda del rey. Se educó en el colegio imperial de los jesuitas y más tarde entró en las universidades de Alcalá y Salamanca, aunque no se sabe si llegó a graduarse.

Tuvo una juventud turbulenta. Incluso se le acusa de la muerte de algunos de sus enemigos. En 1621 se negó a ser sacerdote, y poco después, en 1623, empezó a escribir y estrenar obras de teatro. Escribió más de ciento veinte, otra docena larga en colaboración y alrededor de setenta autos sacramentales. Sus primeros estrenos fueron en corrales.

Lope de Vega elogió sus obras, pero en 1629 dejaron de ser amigos tras un extraño incidente: un hermano de Calderón fue agredido y, éste al perseguir al atacante, entró en un convento donde vivía como monja la hija de Lope. Nadie sabe qué pasó.

Entre 1635 y 1637, Calderón de la Barca fue nombrado caballero de la Orden de Santiago. Por entonces publicó veinticuatro comedias en dos volúmenes y La vida es sueño (1636), su obra más célebre. En la década siguiente vivió en Cataluña y, entre 1640 y 1642, combatió con las tropas castellanas. Sin embargo, su salud se quebrantó y abandonó la vida militar. Entre 1647 y 1649 la muerte de la reina y después la del príncipe heredero provocaron el cierre de los teatros, por lo que Calderón tuvo que limitarse a escribir autos sacramentales.

Calderón murió mientras trabajaba en una comedia dedicada a la reina María Luisa, mujer de Carlos II el Hechizado. Su hermano José, hombre pendenciero, fue uno de sus editores más fieles.

Personajes

Gedeón

Idolatría

Joás, viejo

Madián

Un Ángel

Amalec

Fará

La Mies

Cuatro soldados

El Monte

La Aurora

El Prado

Acto único

(Suenan en un carro cajas y trompetas y en otro instrumentos de música, y dicen a una parte Madián y a otra Amalec sus versos representados, a tiempo que la tropa responde con los suyos cantando.)

Madián ¡Muera esta infame canalla

ingrata a su Dios, y injusta!

Música ¡Misericordia, Señor!,

de ella con nosotros usa.

Amalec ¡Mueran estos viles!

Todos ¡Mueran! 5

Música ¡Vivan las clemencias tuyas!

Todos ¡Arma, arma!

Música ¡Piedad, piedad!

Madián Y sin valerles la fuga...

Música Y sin faltarnos tu amor...

Todos ...¡mata, y hiere!

Música ...¡vive, y triunfa! 10

Todos ¡Arma, arma!

Música ¡Piedad, piedad!

Los dos ¡Mata, y hiere!

Música ¡Vive, y triunfa!

(A esta última repetición, sale un Ángel trayendo como arrastrando a la Idolatría, vestida de mujer, con alguna alusión de demonio en el manto o tocado, con banda, espada, bengala y plumas.)

Ángel ¡Sal de este pueblo!

Idolatría ¿Por qué

desalojarme procuras

de lo que es posesión mía? 15

Ángel Porque no es posesión tuya

el pueblo de Dios.

Idolatría Si sabes,

cuando cláusulas escuchas,

allí de marciales ecos,

aquí de voces confusas, 20

que es la causa por haber

idolatrado, su culpa,

pues hoy de los madianitas

sacrílegos ritos usa,

tanto que a Baal ofrece, 25

en esa aspereza inculta,

víctimas que el aire abrasan,

inciensos que el Sol ahúman,

por cuyo delito, Dios

los castiga, pues desnuda, 30

en Madián y Amalec

el estoque de su furia,

obligándolos a que

dejen el poblado y huyan

a aquestas montañas, donde, 35

temiendo las iras suyas,

fieras racionales viven

las entrañas de las grutas

¿cómo puede no ser mía

la posesión absoluta, 40

siendo yo (que no lo ignoras),

aquella deidad impura

de la Idolatría, que siendo

alma de Luzbel segunda,

inspira en el bronce estatuas, 45

que con mi aliento articulan

los oráculos, que dan

respuestas a sus preguntas?

Pues, si es castigo de Dios,

¿cómo tú, cómo repugnas 50

su ejecución? Deja, deja,

que el aire su voz confunda.

Madián ¡Muera esta infame canalla,

ingrata a su Dios, y injusta!

Ángel Como ya de ese error, muchos, 55

reducidos a la justa

voz de un profeta, pretenden

que con sus piedades sumas

los perdone, siempre que

el pueblo a su Dios acuda, 60

que responderá benigno,

compadecido a su angustia;

y así, si marciales ecos

la esfera allí el aire turban,

aquí míseros gemidos 65

también al cielo pronuncian.

Música ¡Misericordia, Señor!,

de ella con nosotros usa.

Idolatría ¿Hasta cuándo la paciencia

de Dios, a prueba de injurias, 70

ha de sufrir este pueblo?;

¿cuándo ha de acabarla?

Ángel Nunca,

porque como Dios le tiene

dada la palabra suya

de que en él ha de tomar 75

humana carne en tan pura

madre que no ha de tocarla

ni aun la sombra de tu culpa,

de cuya encarnación, cuyo

parto virginal y cuya 80

muerte ha de seguirse aquel

sacramento que en figuras

y sombras vio tantas veces,

es fuerza que se la cumpla.

Y así...

Idolatría No prosigas, calla, 85

calla, que esa voz me turba

tanto al oírla, que ciega

la vista, la lengua muda,

torpe el labio, helado el pecho,

me estremecen y me angustian 90

de suerte que, dentro de él,

el corazón en menudas

partes quebrado, parece

que más se arranca que pulsa.

Vuelvan, porque no lo oiga 95

Amalec, las voces tuyas.

Amalec ¡Mueran estos viles!

Todos ¡Mueran!

Ángel Cuando esta voz interrumpa

la mía, estotra la alienta.

Música ¡Vivan las clemencias tuyas! 100

Todos ¡Arma, arma!

Música ¡Piedad, piedad!

Idolatría Si unos con otros se ofuscan

aparatos y lamentos,

de otra manera te arguya:

¿qué figuras, ni qué sombras 105

son estas, de quien tú juzgas

inferirse tan extraña

encarnación, que la duda

mi saber, con la substancia

tan capaz como la tuya, 110

pues que no perdí la ciencia,

con la gracia y la hermosura?

¿Qué figuras son, qué sombras,

digo otra vez, las que anuncian

ese grande sacramento, 115

que tanto me asombra?

Ángel Muchas;

y aunque pudiera acordarte

aquella escala que junta

el cielo y la tierra, donde

ángeles bajen y suban, 120

aquel blanco, aquel hermoso

rocío, que en blanda lluvia,

el llanto del alba cuaja

y el rayo del Sol enjuga,

que son las dos a quien más 125

ambos misterios se ajustan,

hoy, por darte mayor pena,

no ha de valerse mi industria