La primer flor del Carmelo - Pedro Calderón de la Barca - E-Book

La primer flor del Carmelo E-Book

Pedro Calderón de la Barca

0,0

Beschreibung

La primer flor del Carmelo es un auto sacramental, un género teatral religioso muy popular durante el Siglo de Oro en España, escrito por el famoso dramaturgo Pedro Calderón de la Barca. La obra se centra en una interpretación alegórica de la historia de Abigaíl, una figura bíblica que aparece en el Antiguo Testamento, más precisamente en el primer libro de Samuel, capítulo 25. En la Biblia, Abigaíl es una mujer sabia y hermosa casada con un rico pero desagradable hombre llamado Nabal. Cuando Nabal rechaza brindar hospitalidad a David y sus hombres, Abigaíl intercede para evitar un conflicto violento, llevándoles alimentos y pidiendo perdón en nombre de su esposo. Tras la muerte de Nabal, Abigaíl se convierte en la esposa de David. En La primer flor del Carmelo, Calderón de la Barca utiliza la historia de Abigaíl como una alegoría de la intercesión de la Virgen María, reflejando la interpretación teológica de la época que consideraba a María como intercesora entre la humanidad y Dios. Este auto sacramental, que presenta elementos de drama y misticismo, utiliza el recurso literario de la alegoría para presentar la narrativa bíblica de una manera que enfatiza sus significados espirituales y teológicos más profundos. Los autos sacramentales, como La primer flor del Carmelo, eran representaciones teatrales que formaban parte de las celebraciones del Corpus Christi y que buscaban enseñar y reforzar las verdades de la fe católica. A través de la creatividad y la habilidad dramática de Calderón de la Barca, esta obra particular logra presentar la historia de Abigaíl de una manera nueva y significativa, enriqueciendo la comprensión del público sobre los temas de la intercesión y la gracia divina.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern

Seitenzahl: 50

Veröffentlichungsjahr: 2013

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Pedro Calderón de la Barca

La primer flor del Carmelo

Barcelona 2024

Linkgua-ediciones.com

Créditos

Título original: La primer flor del Carmelo.

© 2024, Red ediciones S.L.

e-mail: [email protected]

Diseño de cubierta: Michel Mallard.

ISBN tapa dura: 978-84-1126-022-0.

ISBN rústica: 978-84-9816-433-6.

ISBN ebook: 978-84-9953-246-2.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

Sumario

Créditos 4

Brevísima presentación 7

La vida 7

Personajes 8

Acto único 9

Libros a la carta 79

Brevísima presentación

La vida

Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600-Madrid, 1681). España.

Su padre era noble y escribano en el consejo de hacienda del rey. Se educó en el colegio imperial de los jesuitas y más tarde entró en las universidades de Alcalá y Salamanca, aunque no se sabe si llegó a graduarse.

Tuvo una juventud turbulenta. Incluso se le acusa de la muerte de algunos de sus enemigos. En 1621 se negó a ser sacerdote, y poco después, en 1623, empezó a escribir y estrenar obras de teatro. Escribió más de ciento veinte, otra docena larga en colaboración y alrededor de setenta autos sacramentales. Sus primeros estrenos fueron en corrales.

Lope de Vega elogió sus obras, pero en 1629 dejaron de ser amigos tras un extraño incidente: un hermano de Calderón fue agredido y, éste al perseguir al atacante, entró en un convento donde vivía como monja la hija de Lope. Nadie sabe qué pasó.

Entre 1635 y 1637, Calderón de la Barca fue nombrado caballero de la Orden de Santiago. Por entonces publicó veinticuatro comedias en dos volúmenes y La vida es sueño (1636), su obra más célebre. En la década siguiente vivió en Cataluña y, entre 1640 y 1642, combatió con las tropas castellanas. Sin embargo, su salud se quebrantó y abandonó la vida militar. Entre 1647 y 1649 la muerte de la reina y después la del príncipe heredero provocaron el cierre de los teatros, por lo que Calderón tuvo que limitarse a escribir autos sacramentales.

Calderón murió mientras trabajaba en una comedia dedicada a la reina María Luisa, mujer de Carlos II el Hechizado. Su hermano José, hombre pendenciero, fue uno de sus editores más fieles.

Personajes

Abigail

Lascivia

David

Liberalidad

Luzbel

Castidad

Simplicio

Goliat

Saúl

Nabal

Jorán

Música

Avaricia

Acto único

(Salen Luzbel, trayendo asidas de las manos a la Avaricia y la Lascivia, como por fuerza.)

Avaricia ¿Dónde me llevas, Luzbel?

Lascivia ¿Dónde, bárbaro, me llevas?

Luzbel Venid conmigo las dos.

Las dos ¿Dónde vamos?

Luzbel (Suéltalas.) A estas selvas.

Avaricia ¿De cuándo acá a la Avaricia 5

de los poblados alejas

y la sacas a los montes?

Lascivia ¿De cuándo acá, con la mesma

duda, a la Lascivia tú

de las ciudades ausentas 10

y a los desiertos la sacas?

Avaricia De mi saña la sedienta

hidropesía ¿no está

mejor en las opulencias

de las cortes y palacios, 15

donde en humanas grandezas

cebada su ardiente sed,

si no se apaga, se templa?

Lascivia De mi incentivo la llama

¿no se enciende y se alimenta 20

mejor entre los comercios

de la gran naturaleza,

de quien familiar veneno

es, pues dentro de sus puertas

nace, vive, arde y consume 25

siempre viva y nunca muerta?

Avaricia Pues ¿cómo, siendo el que rige...

Lascivia ¿Cómo, siendo el que gobierna...

Avaricia ...de aquel escamado monstruo...

Lascivia ...de quella sañuda bestia... 30

Avaricia ...la cerviz de siete cuellos...

Lascivia ...la hidra de siete cabezas...

Avaricia ...hoy a los dos nos divides

de nuestro cuerpo?

Lascivia ...hoy intentas

que por fuerza destroncadas 35

te sigamos?

Luzbel Porque es fuerza

que hoy os haya menester

en esta inculta maleza

más que en cortes y ciudades.

Las dos ¿Cómo?

Luzbel De aquesta manera: 40

¿qué veis por estas campañas?

Las dos Montes a esta parte y esta,

que elevados hasta el cielo,

son basas que le sustentan.

Luzbel A la falda de esos montes, 45

¿qué veis luego?

Avaricia Armadas tiendas

de campo, vaga ciudad

o república, que lleva

donde quiere y como quiere

sus edificios a cuestas. 50

(Tocan cajas.)

Luzbel En este ejécito armado,

¿qué escucháis?

Lascivia Voces diversas

de aparatos militares.

(Dentro.) ¡Arma, arma! ¡Guerra, guerra!

Luzbel ¿Y qué veis?

Avaricia Que de aquel monte 55

otro monte se despeña,

de tan disforme estatura,

que ya el ser no es excelencia

el hombre pequeño mundo.

Luzbel Pues escuchad sus blasfemias. 60

(Baja Goliat, despeñándose de la tienda del sacrificio.)

Goliat ¡Oh pese a los cielos, pese

a las deidades supremas

que adoré, pues contra mí

más se irritan que se alientan!

El filistín, que a su cargo 65

tuvo la sacra defensa

de Baal y Belial,

contra esa vil, esa hebrea

canalla, que solo un Dios

sigue, adora y reverencia, 70

infamemente vencido

de un joven pastor, con piedra,

cobarde arma de villano,

bañado en su sangre mesma

yace! Oh si ya que la vierte, 75

escupírsela pudiera

al cielo, porque manchara

de Sol, de Luna, de estrellas

la luz y muriendo yo,

el día conmigo muriera, 80

porque no durara nadie

en quien durara mi afrenta!

¡Caigan sobre mí los montes,

abra sus senos la tierra,

sepúltenme los abismos, 85

pues tan poco me aprovecha,

con ser de Luzbel el grande

espíritu de soberbia!

(Vase, cayendo y levantando.)

Avaricia ¿A qué propósito quieres

que esto oiga?

Lascivia ¿A qué fin intentas 90

que esto mire?

Luzbel No aquí para

mi dolor; vuelve a esa tienda

rica los ojos; ¿qué vees?

(Sale por lo alto Saúl con una lanza, como furioso.)

Lascivia ¿Qué? Salir furioso della

a Saúl, con el horrible 95

espíritu que atormenta

sus sentidos.

Avaricia Y blandiendo

una asta su mano diestra,

no sé contra quién la vibra.

Luzbel Eso lo dirá su lengua. 100

Saúl Aunque venza a Goliat

David, a mí no me venza

la ira que contra él

mi pecho encendido engendra.

¡La gala le dan las hijas 105

de Sión, cantando en ella

que él venció a diez mil, y yo

a mil! ¡Lo menos se cuenta

para mí de la vitoria!