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La primer flor del carmelo es un auto sacramental de Pedro Calderón de la Barca, género en el que llegó a alcanzar la plenitud, al combinar a la perfección con su talento natural, amante de la pintura y de las sutilezas y complejidades teológicas.
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Seitenzahl: 48
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Pedro Calderón de la Barca
Auto sacramental
Saga
La primer flor del CarmeloCover image: Shutterstock Copyright © 1650, 2020 Pedro Calderón de la Barca and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726499605
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
Salen LUZBEL, trayendo asidas de las manos a la AVARICIA y la LASCIVIA, comopor fuerza.
AVARICIA ¿Dónde me llevas, Luzbel?
LASCIVIA ¿Dónde, bárbaro, me llevas?
LUZBEL Venid conmigo las dos.
LAS DOS ¿Dónde vamos?
LUZBEL A estas selvas.
(Suéltalas.)
AVARICIA ¿De cuándo acá a la Avaricia 5
de los poblados alejas
y la sacas a los montes?
LASCIVIA ¿De cuándo acá, con la mesma
duda, a la Lascivia tú
de las ciudades ausentas 10
y a los desiertos la sacas?
AVARICIA De mi saña la sedienta
hidropesía ¿no está
mejor en las opulencias
de las cortes y palacios, 15
donde en humanas grandezas
cebada su ardiente sed,
si no se apaga, se templa?
LASCIVIA De mi incentivo la llama
¿no se enciende y se alimenta 20
mejor entre los comercios
de la gran naturaleza,
de quien familiar veneno
es, pues dentro de sus puertas
nace, vive, arde y consume 25
siempre viva y nunca muerta?
AVARICIA Pues ¿cómo, siendo el que rige...
LASCIVIA ¿Cómo, siendo el que gobierna...
AVARICIA ...de aquel escamado monstruo...
LASCIVIA ...de quella sañuda bestia... 30
AVARICIA ...la cerviz de siete cuellos...
LASCIVIA ...la hidra de siete cabezas...
AVARICIA ...hoy a los dos nos divides
de nuestro cuerpo?
LASCIVIA ...hoy intentas
que por fuerza destroncadas 35
te sigamos?
LUZBEL Porque es fuerza
que hoy os haya menester
en esta inculta maleza
más que en cortes y ciudades.
LAS DOS ¿Cómo?
LUZBEL De aquesta manera: 40
¿qué veis por estas campañas?
LAS DOS Montes a esta parte y esta,
que elevados hasta el cielo,
son basas que le sustentan.
LUZBEL A la falda de esos montes, 45
¿qué veis luego?
AVARICIA Armadas tiendas
de campo, vaga ciudad
o república, que lleva
donde quiere y como quiere
sus edificios a cuestas. 50
(Tocan cajas.)
LUZBEL En este ejécito armado,
¿qué escucháis?
LASCIVIA Voces diversas
de aparatos militares.
(Dentro.)
¡Arma, arma! ¡Guerra, guerra!
LUZBEL ¿Y qué veis?
AVARICIA Que de aquel monte 55
otro monte se despeña,
de tan disforme estatura,
que ya el ser no es excelencia
el hombre pequeño mundo.
LUZBEL Pues escuchad sus blasfemias. 60
(Baja GOLIAT, despeñándose de la tienda del sacrificio.)
GOLIAT ¡Oh pese a los cielos, pese
a las deidades supremas
que adoré, pues contra mí
más se irritan que se alientan!
El filistín, que a su cargo 65
tuvo la sacra defensa
de Baal y Belial,
contra esa vil, esa hebrea
canalla, que solo un Dios
sigue, adora y reverencia, 70
infamemente vencido
de un joven pastor, con piedra,
cobarde arma de villano,
bañado en su sangre mesma
yace! Oh si ya que la vierte, 75
escupírsela pudiera
al cielo, porque manchara
de sol, de luna, de estrellas
la luz y muriendo yo,
el día conmigo muriera, 80
porque no durara nadie
en quien durara mi afrenta!
¡Caigan sobre mí los montes,
abra sus senos la tierra,
sepúltenme los abismos, 85
pues tan poco me aprovecha,
con ser de Luzbel el grande
espíritu de soberbia!
(Vase, cayendo y levantando.)
AVARICIA ¿A qué propósito quieres
que esto oiga?
LASCIVIA ¿A qué fin intentas 90
que esto mire?
LUZBEL No aquí para
mi dolor; vuelve a esa tienda
rica los ojos; ¿qué vees?
(Sale por lo alto SAÚL con una lanza, como furioso.)
LASCIVIA ¿Qué? Salir furioso della
a Saúl, con el horrible 95
espíritu que atormenta
sus sentidos.
AVARICIA Y blandiendo
una asta su mano diestra,
no sé contra quién la vibra.
LUZBEL Eso lo dirá su lengua. 100
SAÚL Aunque venza a Goliat
David, a mí no me venza
la ira que contra él
mi pecho encendido engendra.
¡La gala le dan las hijas 105
de Sión, cantando en ella
que él venció a diez mil, y yo
a mil! ¡Lo menos se cuenta
para mí de la vitoria!
Allí está, a mis manos muera. 110
(Tocan, mira adentro del carro, y al ir a arrojar la lanza, suena
un arpa y queda suspenso.)
Mas, ¡ay de mí!, que esta dulce
música, que a mi oido suena,
de mi cólera y mi ira
los espíritus ahuyenta...
¡Cuánto el templado instrumento 115
en su mano, en la mía templa
el furor! Pero ¿qué digo?
Si en él la música cesa,
cese la quietud en mí;
y porque a templar no vuelva, 120
la saña, blandida el asta,
verá en su pecho sangrienta,
(Tira adentro la lanza.)
para que... mas ¡ay de mí!
el golpe erré y su violencia
sólo sirvió de avisarle 125
que huya de mí. Si no llegan
a su efecto mis rencores,
¿de qué sirve que padezca
este espíritu de ira
que en mí Luzbel aposenta? 130
(Vase.)
LASCIVIA ¿Qué quieres que de esto arguya?
AVARICIA ¿Qué quieres que de esto infiera?
LUZBEL A su tiempo lo diré;
Ahora escuchad lo que resta.
¿Qué veis en esa montaña? 135
(Dentro.) ¡Al monte!
OTRO ¡Al valle!
OTRO ¡A la selva!
LASCIVIA A David, que viene huyendo
de Saúl, con la pequeña
tropa que le sigue.
LUZBEL Pues
oye cómo se lamenta. 140
(Sale DAVID, como huyendo, y representa asustado.)