La reforma psiquiátrica - Jorge Tizón - E-Book

La reforma psiquiátrica E-Book

Jorge Tizón

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Beschreibung

En la década de 1980 del siglo pasado, surgió un amplio movimiento profesional y sociocultural denominado "Reforma Psiquiátrica", orientado a dignificar y mejorar el tratamiento de los sujetos con trastornos mentales, y a incluirlos dentro de los cuidados sanitarios para aliviar su sufrimiento. Sin embargo, en los últimos años, pareciera que estos objetivos no se lograron tal como esperaba o incluso, en algunos ámbitos se estancaron. En este libro, Jorge Tizón presenta el estado actual de esa reforma y de la atención a los problemas psicopatológicos de la población en nuestras sociedades. Analiza qué permanece hoy del movimiento y qué puede proyectarse en el futuro, en qué campos o ámbitos se han logrado avances significativos y en cuáles no, y hasta qué punto hay que cambiar de vías y objetivos. Se trata de una propuesta para la discusión del pasado reciente y del futuro de los cuidados en la salud mental. Una discusión que debe enmarcarse, en primer lugar, dentro del conflicto entre los tres modelos de atención hoy en día visibles en nuestro sistema: la psiquiatría neoliberal o biocomercial, la psiquiatría de beneficencia (o psiquiatría para pobres) y los cuidados comunitaristas de la "salud mental", y en segundo lugar, dentro del contexto de la triple crisis que hoy afecta a nuestras sociedades: la ecológica, la social y la de los sistemas de cuidados.

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JORGE LUIS TIZÓN

LA REFORMA PSIQUIÁTRICA

El porvenir de una ilusión

Diseño de la cubierta: Stefano Vuga

Edición digital: José Toribio Barba

© 2023, Jorge Luis Tizón

© 2023, Herder Editorial, S.L., Barcelona

ISBN EPUB: 978-84-254-5030-3

1.ª edición digital, 2023

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro de Derechos Reprográficos) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com)

ÍNDICE

PREFACIO

LISTA DE SIGLAS

1. INTRODUCCIÓN. UNA COYUNTURA DE CRISIS

2. UN DIAGNÓSTICO RADICAL PROCEDENTE DE PERSPECTIVAS BIOLÓGICAS

3. LA INTERACCIÓN PÚBLICO-PRIVADO Y LA DEMOCRACIA

4. LA INCONCLUSA REFORMA PSIQUIÁTRICA: ¿JUGANDO EN CAMPO CONTRARIO?

4.1. El cuidado social de los «locos» y del sufrimiento psico(pato)lógico

4.2. Avances del tercer momento de la atención a los sufrimientos psico(pato)lógicos de la población

4.3. Reforma Psiquiátrica y psicosis

Internados

Primeros episodios

Una aproximación al Tratamiento Integral (TIANC) o Cuidados Integrales Adaptados a las Necesidades del sujeto y su familia en la Comunidad (CIANC)

¿Conocimientos acumulados (en algún cajón) o conocimientos aplicados?

Cuidados comunitarios de las psicosis y democracia real

5. HACIA UNA NUEVA REFORMA ¿PSIQUIÁTRICA?

5.1. Un diagnóstico de la Reforma Psiquiátrica desde perspectivas comunitarias

5.2. El otro lado (a menudo olvidado) de la Reforma Psiquiátrica

Salud mental y Atención Primaria de Salud (APS)

Tres crisis y un cambio sistémico

El decrecimiento sostenible y la atención comunitaria a la salud mental: modelo bidireccional y no profesionalista. Comunitarismo

Otros ámbitos para el replanteamiento

La asistencia basada en pruebas (ABP), la mal llamada «medicina basada en la evidencia» (MBE)

La necesidad de una psicopatología teórica y no tan solo (supuestamente) descriptiva

Unas líneas a propósito de la epistemología

5.3. La nueva reforma no puede ser ni será «psiquiátrica»

6. DOS PERSPECTIVAS Y TRES MODELOS EN RUMBO DE COLISIÓN

7. LA ALTERNATIVA COMUNITARISTA

7.1. Puntos de partida teóricos y clínicos

7.2. Algunos principios ideológicos básicos

7.3. Diversificando por ámbitos

7.4. A pesar de todo, algunas propuestas técnicas

8. ¿Y EN EL FUTURO INMEDIATO?

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS CITADAS

INFORMACIÓN ADICIONAL

PREFACIO

Este es un libro circunstancial y, aunque todos lo son, tal vez los que actualmente escribo sean aún más coyunturales. Por eso, y también porque intentan proporcionar datos, acontecimientos y argumentos para trabajar un tema más y mejor, los he subtitulado «apuntes» en al menos dos o tres ocasiones.

En este caso se trata de un libro más efímero porque es actual y el tema que trata tal vez en pocos años pierda actualidad según las opciones que los ciudadanos —en particular— y la sociedad —en general— tomemos con respecto a este. Eso significa que, a pesar de lo efímeras y modestas que resulten estas páginas —y como tal las presento—, aluden a una cuestión sobre la que todos los que hemos trabajado en servicios asistenciales de cualquier tipo, en especial en servicios sanitarios, deberíamos tener una opinión. Tenerla y manifestarla. Creo sinceramente que nuestra obligación es darla a conocer de manera abierta y activa, lo más enérgicamente que podamos, porque el futuro de millones de pacientes y el bienestar de miles de profesionales dependen de las discusiones, decisiones y acciones que se tomen (nosotros, quien corresponda, o nosotros en contra de «quien corresponda»).

En diversos momentos he escrito sobre los efectos perversos de determinadas reformas sanitarias. Algunos de ellos tienen que ver con los propios fundamentos epistemológicos y teóricos de la medicina y la psiquiatría. Por esa razón propongo un cambio de modelo psicopatológico que vaya enfocado hacia el que he llamado psicopatología basada en la relación, en conexión con otras perspectivas de la psicopatología y la psiquiatría avanzadas con diferentes bases, modelos y enfoques y en diversos medios socioculturales.

Pero no todo es pura teoría, tecnología y enfoque cultural. También hay asuntos y ámbitos organizativos, técnicos y económico-políticos que debemos conocer, difundir y discutir para poder seguir avanzando en los cuidados de los sufrimientos (psicológicos) de la población. Por eso es imprescindible una perspectiva global de nuestra coyuntura socioeconómica y asistencial. En 2022, la Defensoría del Pueblo del País Vasco (Ararteko) me encargó preparar una ponencia sobre este tema como parte de un curso sobre «La atención a la salud mental en Euskadi». Aunque hay excelentes trabajos de compañeros de dentro y de fuera de nuestras fronteras que tratan el tema, esa propuesta me motivó a poner por escrito mis opiniones actuales sobre las que llevo publicando desde hace ya más de cinco decenios, intentando hacer una síntesis de la evolución de mi pensamiento al respecto, aunque fuera de forma breve, apresurada, tal y como exige una ponencia de este tipo. En buena medida, pues, les debo a las compañeras y a los compañeros del Ararteko el impulso inicial, que se afianzó con la discusión de mis ideas y propuestas con otros profesionales de los dispositivos de salud mental de Euskadi. Así surgió la idea de este libro, un texto que resumiera esas reflexiones, discusiones e incluso diatribas.

Y aquí lo tienen ustedes. A pesar de su modestia, he incluido estudios y experiencias que intentan fundamentar cada una de las aseveraciones que se plantean. Ello me ha llevado a introducir una lista de referencias (ajenas y propias) que, a mi entender, a menudo molestan o dificultan una lectura tranquila y sosegada —otro defecto más que, dada la brevedad de este texto, no he podido o sabido disminuir—. Pero si eso les sirve para reflexionar y tomar decisiones y acciones ante la situación crítica de nuestros sistemas sanitarios y psiquiátricos, habrá valido la pena.

¡Salud!

LISTA DE SIGLAS

ABP: Asistencia Basada en Pruebas

ACSM: Atención Comunitaria a la Salud Mental

AMBIT: tipo de programa de atención comunitaria intensiva

APA: American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría)

APS: Atención Primaria de Salud

ASCC: Atención Sanitaria Centrada en el Consultante

ASMC: Atención a la Salud Mental Comunitaria

AT: Acompañante Terapéutico

CDC: Centre for Diseases Control and Prevention (Centro para el control y la prevención de enfermedades)

CHIME-D: Connectedness, Hope, Identity, Meaning, Empowerment and Difficulties (Marco de relaciones, esperanzas, identidad, sentido y empoderamiento)

CIANC: Cuidados Integrales Adaptados a las Necesidades del sujeto y de su familia en la Comunidad

CIE-11: Clasificación Internacional de Enfermedades, 11.ª edición

CSI: Consorci Sanitari Integral de Barcelona

DA: Diálogos Anticipatorios

DSM: Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales)

DSM-5: Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), 5.ª edición

EAPPP: Equipo de Atención Precoz al Paciente con riesgo de Psicosis

ECID: Equipo Clínico de Intervención a Domicilio

EFG: Equivalente Farmacéutico Genérico

EMAR: Estado Mental de Alto Riesgo

ERA: Experiencias Relacionales Adversas

ESM: Equipo de Salud Mental

ESMIJ: Equipo de Salud Mental Infanto-Juvenil

FP: Factores de Protección

FR: Factores de Riesgo

GAM: Grupos de Ayuda Mutua

IA: Inteligencia artificial

IAPT: Improving Access to Psychological Treatments

ICS: Institut Català de la Salut

ISPS: International Society for Psychological and Social Approaches to Psychosis

ISRS: Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina

MBE: Medicina basada en la Evidencia

NAT: Need Adapted Treatment

NIMH: National Institute of Mental Health(Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos)

OD: Open Dialogues (diálogos abiertos)

OMS (WHO): Organización Mundial de la Salud

PBE: Práctica basada en la Evidencia

PHC: Primary Health Care (Atención Primaria de Salud)

PTI: Plan Terapéutico Individualizado

PTM-PAS: Psicoterapias Breves y Estructuradas

RM: Resonancia Magnética

RMF: Resonancia Magnética Funcional

RX: Rayos X

SCS: Servei Català de la Salut

SEL: Surviving, Existing or Living

SM: Salud Mental

SMC: Salud Mental Comunitaria

SP: Servicios Pedagógicos

SRP (UHR): Sujetos en Riesgo de Psicosis

SS: Servicios Sociales

TAC: Terapia Asertivo-Comunitaria

TCC: Terapia Cognitivo-Conductual

TDAH: Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

TIANC: Tratamientos Integrales Adaptados a las Necesidades del sujeto y su familia en la Comunidad

TIC: Tecnologías de la Información y la Comunicación

TM: Trastorno Mental

TMC: Trastorno Mental Común

TMG: Trastorno Mental Grave

TTIP: Transatlantic Trade & Investment Partnership (Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión)

UFAPI: Unidades Funcionales de Atención a la Primera Infancia

UFC: Unidades Funcionales de Cuidados

WASP: Blanco, anglosajón, protestante

WEIRD: acrónimo inglés de white (blanca), educated (educada), industrialized (industrializada), rich (rica) y democratic (democrática).

1. INTRODUCCIÓN. UNA COYUNTURA DE CRISIS1

Desde el arranque de la crisis económica que estalló en 2008 hemos podido vislumbrar un notable cambio en los cuidados de la psicopatología o atención psiquiátrica, particularmente en el entorno europeo. El cambio de siglo había venido con la ilusión de una psiquiatría comunitaria que campaba en todos los documentos sobre el tema, sobre todo en el sur de Europa. Sin embargo, no era esa la realidad ni las políticas sanitarias que se aplicaban realmente, algo que quedó patente en la crisis de 2008, agravada después por la crisis de la pandemia de COVID-19 y, más tarde, por la guerra de los bloques en el suelo de Ucrania, en la mismísima Europa; y ello a pesar de la constatación de la gravísima crisis climática ya declarada a nivel mundial. Cualquier observador imparcial que deseara informarse sobre nuestras realidades sociales podía entrever una materialización de esos conflictos dentro de la sanidad, materialización que se ha ido haciendo cada vez más evidente, aunque con diferencias entre los diversos países y territorios de nuestro entorno, pues, si bien se seguía hablando en los mismos términos, de hecho se estaban desarrollando transformaciones sanitarias muy potentes desde perspectivas y modelos también diferentes y, a menudo, contradictorios con lo que pensábamos o nos creíamos.

En realidad, solo ahora somos capaces de atisbar la profundidad del cambio de perspectiva que se está imponiendo en la atención a la psicopatología, psicopatología aplicada o psiquiatría pública dominante (Fernández-Liria, 2018; Cohen, 2016; Navarro, 2020). Durante finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, por presiones de los movimientos sociales y culturales, se desarrolló toda una serie de perspectivas y modelos —como el movimiento de la «higiene mental», la psiquiatría social o el psicoanálisis— que intentaban cuidar y reparar a los seres humanos (y, en último término, a la fuerza de trabajo cualificada). El clima de derechización y el auge del nazismo y del fascismo, con sus necesidades de control social, hicieron emerger toda una serie de sistemas coercitivos, orientados al control social de la psicopatología y a la eugenesia. Al triunfo de las potencias aliadas en la Segunda Guerra Mundial, que dio lugar a nuevos alientos comunitarios, le siguió demasiado pronto la Guerra Fría, lo que supuso un nuevo mayor control ideológico y social. Además, los sistemas de contención y resiliencia de la «salud mental» tradicionales y comunitarios fueron siendo sustituidos por sistemas profesionalizados, dando lugar a un nuevo auge del profesionalismo en este ámbito y al desarrollo de la «psiquiatría como especialidad médica» o de diversas técnicas psicoterapéuticas. La posibilidad regresiva con respecto a los alientos comunitarios fue tan grave que también tempranamente aparecieron movimientos opuestos como la desinstitucionalización, la rehabilitación, la salud mental comunitaria, la salud mental en APS, la atención precoz y comunitaria a las psicosis, el movimiento de la «recuperación», las nuevas terapias…

Ese conflicto redivivo, sin embargo, abrió un nuevo espacio para la mercantilización y la institucionalización (también mercantilizada) características de nuestro sistema social: el ámbito de las emociones y el desarrollo psicosocial humano. Por eso evolucionan a partir de ahí fenómenos como los del uso «cosmético» de los psicofármacos, las técnicas de «regulación» y «bienestar» emocional, las atenciones crecientemente profesionalizadas para las crisis, duelos, pérdidasy, en general, toda una tendencia técnico-pragmática a la que nos solemos referir con el término psiquiatría biocomercial, basada en su correspondiente psicopatología biocomercial (los DSM). A pesar de su relativo fracaso, la «década del cerebro» (1990-2000) intentó proporcionar un apoyo técnico-científico a esos postulados.

De hecho, desde el arranque de la crisis económica de 2008 hemos podido vislumbrar un notable cambio en los cuidados de la psicopatología (o atención psiquiátrica) que se aprecia en particular en nuestro entorno europeo. Al menos en este mosaico de culturas que es la península ibérica parecen haber entrado en liza, y con rumbo de colisión, dos perspectivas de futuro bien diferentes para la atención a la psicopatología aplicada o para esos cuidados comunitarios a la psicopatología:

Por un lado, el modelo dominante en los documentos y en las proclamas, que, con mayores o menores correcciones ideológicas, se conoce como psiquiatría comunitaria o atención comunitaria a la salud mental y que, ciertamente, se halla necesitado de urgentes reformas, y que en muchos lugares y sectores parece no haber superado aún (o está regresando) hacia una «psiquiatría para pobres»o «psiquiatría de beneficencia». Por otro lado, la alternativa que combina ese modelo de «psiquiatría para pobres», más o menos aggiornado, con un modelo que podríamos llamar neoliberal.

Ambas alternativas (y los tres modelos: psiquiatría comunitaria, psiquiatría para pobres y psiquiatría neoliberal), además de sus diferencias sociales e ideológico-políticas, también poseen diferencias en otros campos, que creo que vale la pena reflexionar: campos teóricos, epistemológicos, técnicos y prácticos, y tanto en la concepción de la psicopatología que conllevan como en los procesos de institucionalización en los que se concretan. Aunque, en último término, ninguna de esas dos alternativas se puede consolidar sin un importante cambio social y sin crisis sociales, con los sufrimientos personales e institucionales que estas últimas conllevan.

En realidad, en los primeros decenios del siglo XXI la atención a la salud mental y sus trastornos ha venido marcada por acuerdos económicos y geopolíticos como los que se plasman en los tratados TTIP (Transatlantic Trade & Investment Partnership), un acuerdo comercial en continua gestación y desarrollo bajo el dominio de los centros de poder económicos norteamericanos, con sus decididos intentos de desregulación neoliberal para crear nuevas mercancías y mercados globalizados, mercados entre los que se incluyen los temas de salud y salud mental (European Commission, 2015; DeVogli y Renzetti, 2016). Su tendencia radical es la extensión a la salud física y mental del modelo librecambista (mal llamado neoliberal), de libre circulación de capitales, lo cual implicará una drástica disminución de la protección social pública y una apertura de nuevos mercados ante la crisis del sistema mediante la desarticulación de los servicios de protección social y de salud (Talarn, 2007; Navarro, 2020). A nivel teórico e ideológico, el predominio de la ideología neoliberal,2 es decir, del dogma ideológico que considera cada familia e individuo como entes autónomos, libres y aislados, promueve la profesionalización a ultranza, basada en la autonomía del paciente (sin cuidados integrales como base), el uso de terapias manualizadas, la generalización del uso de psicofármacos para la vida cotidiana, el mindfulness, el coaching y una oferta de servicios mercantilizada en extremo marcada además por la gestión clínica y esa supuesta autonomía del paciente; todo ello encuadrado dentro de la «biblia biocomercial»: el DSM-5. Aunque no debemos olvidar que ante el profesionalismo neoliberal y la oferta de servicios extremadamente mercantilizada también se han desarrollado en estos años el movimiento recovery y nuevas formas de comunitarismo.

La perspectiva biocomercial de tal controversia político-pragmática tiene su fundamentación teórica, y hasta epistemológica, en el DSM, en centenares de libros y miles de artículos de apoyo a la psiquiatría biocomercial y pandiagnóstica y en estudios como los del Mental Health Gap y el Global Burden of Disease (WHO, 2008a y b, 2011, 2012). Además, la controversia posee otra faceta con enfoques más o menos alternativos, como el IAPT (CSIP, 2008) en Reino Unido, o con la difusión de perspectivas como la inteligencia emocional (Goleman, 2015), el Movimiento por la Salud Mental Global y sus múltiples ramificaciones (Saraceno, 2018), los nuevos sistemas de atención a la psicopatología promovidos en los países europeos —tales como el Open Dialogue (ODo diálogos abiertos), un desarrollo del Need Adapted Treatment (NAT),o el AMBIT (Alanen, 1999; Seikkula y Arnkil, 2016; Fuggle et al., 2015), etc.—. Sin embargo, la tendencia creciente durante todo el siglo ha consistido en el progresivo desarrollo y dominio sobre la economía (y, por supuesto, sobre la economía de la salud) del tratado comercial TTIP, con las consecuencias obligadas del fracaso de las reformas sanitarias del presidente Obama y la generalización de las privatizaciones en salud y en servicios sociales en toda Europa.

Para nuestra discusión aquí, propongo considerar provisionalmente el hecho de que al menos en la península ibérica, han quedado en liza esas dos perspectivas de futuro bien diferentes para la atención a lapsicopatología aplicada o para los cuidados comunitarios a la psicopatología. Recordemos que ambas perspectivas tienen en común una realidad ya bien visible: el establecimiento o reestablecimiento del modelo de la «psiquiatría para pobres» o «psiquiatría de beneficencia» más o menos aggiornado —y con bases no religiosas, sino religiosamente farmacológicas—. Pero esa realidad institucional coexiste, por un lado, con el modelo dominante en los documentos y en las proclamas, un modelo que, con mayores o menores correcciones ideológicas, se ha llamado de psiquiatría comunitaria o atención comunitaria a la salud mental, que precisa ciertamente de urgentes reformas —y no solo del término— (Desviat y Moreno, 2012; Aparicio y Angosto, 2015; López Álvarez, 2022; Hernández Monsalve, 2022b; Tizón, 2018).3

Sin embargo, por otro lado, no ha dejado de desarrollarse otro modelo con el que no contaban las planificaciones del siglo XX: el de una salud mental orientada no al servicio público, sino al negocio privado o corporativo. Una perspectiva o modelo ideológico y social, pero con apoyos científico-técnicos, que se ha mostrado capaz no solo de racionalizar y reorganizar la atención a los trastornos mentales graves y no tan graves, sino también de grandes transformaciones de la asistencia tanto en los servicios públicos como privados. Una perspectiva —y tal vez un modelo— que, además, se muestra dispuesta a proponer un «cambio de misión» (y de paradigma asistencial) para la asistencia psiquiátrica, que entroncaría con los cambios anteriores de la asistencia de inspiración tecnológica, al menos desde la diferenciación de los primeros manicomios: el paradigma que admite que hoy la asistencia psiquiátrica» ya ha superado la fase de sustitución de los sistemas de cuidados comunitarios por los profesionalizados y puede centrarse en atender los problemas psiquiátricos y emocionales de la población mediante la apertura de nuevos ámbitos de institucionalización-mercantilización compensatorios de la crisis del sistema social (Fernández Liria, 2018; Navarro, 2020). Es la perspectiva o alternativa neoliberal de la atención a la psicopatología y a los sufrimientos emocionales de la población, algunos de cuyos elementos fundamentales esquematizaré en la Tabla 2.

Esas dos orientaciones o perspectivas, convertidas en realidades cada vez más tangibles, están hoy lo suficientemente consolidadas como para que en muchas de nuestras comunidades autónomas (CC. AA.) podamos hablar de la convivencia de una «psiquiatría para pobres», con recursos, iniciativas e impulsos de una psiquiatría comunitaria, y con recursos de salud mental privados y orientados a los beneficios no solo para las clases subalternas, sino, sobre todo, de las clases medias y dominantes. Estamos utilizando, un poco hiperbólicamente, el término psiquiatría neoliberal para designar este modelo. En realidad, el modelo de la atención comunitaria a la salud mental, necesitado de reformulaciones urgentes, como ya he mencionado, parece estar siendo cada vez más arrinconado en España y en Europa por la perspectiva neoliberal y por sus iniciativas y organizaciones de gestión para esa atención psiquiátrica, es decir, dinámicas institucionales y culturales dominadas por los intereses (legales en nuestros países) de hacer negocios también con la salud (y, por qué no, con la salud mental).

1 El texto incluye párrafos del trabajo publicado digitalmente por el Ararteko y citado en Tizón 2022b.

2 En realidad, si somos coherentes con el liberalismo, se trata de una orientación política que defiende las libertades máximas, pero apoyándose en valores individualistas y no comunitarios. De todas formas, su apuesta por la democracia y las libertades ha sido marginada por la versión neo de la doctrina. Así, el neoliberalismo político, económico y social propugna esa liberación individual a menudo a costa de las libertades políticas, como en el caso de Chile, Argentina y otros países en los que se ha implantado radicalmente. Lo único que queda de la versión inicial del liberalismo de John Stuart Mill (1859) es el librecambismo económico, la libre circulación de capitales y no de las personas y sus libertades.

3 A nivel meramente descriptivo, y sin ánimo de reconceptualizar los dos términos, intentaré mantener el acrónimo ACSM (Atención Comunitaria a la Salud Mental) para un modelo de servicios y asistencia, y el acrónimo ASMC (Atención a la Salud Mental Comunitaria) para un componente ineludible de cualquier política social cuidadosa y democrática para con la población. Es evidente que una orientación de la ASMC siempre debe incluir un modelo y unos servicios de tipo ACSM («de salud mental comunitaria» o «servicios comunitarios de salud mental»), pero no es así para los modelos orientados por el lucro privado y el negocio como regla primordial.

2. UN DIAGNÓSTICO RADICAL PROCEDENTE DE PERSPECTIVAS BIOLÓGICAS

Con el fin de facilitar la reflexión y la discusión, para mi participación en la reunión científica convocada por la Defensoría del Pueblo del País Vasco (Ararteko, 2022) se me ocurrió partir ni más ni menos que de las aportaciones directas de Thomas Insel, publicadas muy recientemente (2022). Insel es un investigador y autor del que me separan perspectivas teóricas, epistemológicas y prácticas profundas.4 Precisamente por eso he querido citarlas aquí, con la esperanza de que, debido a su punto de partida altamente diferente del mío, pero enormemente coherente y sugestivo, puedan estimular nuestra discusión y la toma de conciencia de la realidad de uno de los modelos de los que vamos a hablar, y también de sus limitaciones… Por eso prefiero no usar aquí mis palabras, sino las del propio Insel (2022), quien se define como «el psiquiatra de la nación durante más de una década». Gracias a sus datos sobre la situación de la psicopatología y la psiquiatría biológicas y a su amplia información y medios económicos,5puede tener en cuenta en sus enfoques los hallazgos de la RMF de alta resolución en personas con depresión, o pruebas acerca de cómo los «niños esquizofrénicos» muestran conexiones y ramificaciones anormales de sus neuronas o, también, hallazgos acerca de los cambios epigenéticos como marcadores de estrés en ratones de laboratorio. Asimismo, aporta un cúmulo de evidencias sobre los éxitos de múltiples investigaciones, razones de más para que los ciudadanos norteamericanos «deban estar agradecidos por la correcta administración de esos millardos de dólares».

Pero Insel inmediatamente apostilla: esas investigaciones «deberían habernos ayudado a doblegar las curvas ascendentes de la muerte y la discapacidad de los enfermos mentales, pero no lo hemos logrado porque entendimos mal el problema. Nuestro enfoque actual es un desastre en muchos frentes»(Insel, 2022).

En efecto, ya la Organización Mundial de la Salud (OMS) vaticinaba en 2003 (WHO, 2008a y b, 2011,2012) «los asombrosos costes de la epidemia de enfermedades mentales»:6 «De ser una afección relativamente rara hace solo 60 años, la enfermedad mental es ahora una preocupación de todos». El cambio de las tasas de enfermedad mental discapacitadora entre los adultos estadounidenses se había multiplicado por seis entre 1955 y 2007. Esta «plaga de enfermedades mentales» discapacitantes ha sido especialmente dura entre los jóvenes de EE. UU. con un increíble aumento de 35 veces entre 1997 y 2007. Esto hará que las «enfermedades mentales» sean la principal causa de discapacidad en los niños en ese país, aunque, detalle significativo, «solo el 50% de los “diagnosticados” de mental disorder habían sido evaluados por un profesional de la salud mental» (Insel, 2022; Whitaker, 2010).

En la Tabla 1 esquematizo alguno de los datos aportados por Insel en dicho trabajo (Insel, 2022):

Tabla 1. Algunos datos sobre la salud mental (SM) y sus dispositivos en EE. UU.

Adultos en tratamiento en dispositivos de atención a laSM

El 14,4 % de los adultos (35 millones).

Adolescentes en tratamiento en dispositivos de atención a la SM

El 14,7 % de los adolescentes (3,6 millones).

Padece un trastorno mental (TM): 1/5 de los norteamericanos

El 20 % de la población con TMSegún una encuesta anual del Gobierno, hay más niños y adultos que nunca en tratamiento ambulatorio.

Padece un trastorno mental grave (TMG)

El 5% de los norteamericanos adultos. yEl 6 % de los niños.

Costes

Ya en 2013 los TM llegaron a ser la «condición médica» más costosa para el sistema de salud.Más de 200 billones de coste, el 7,5% de todos los gastos médicos.Algo que ha aumentado después con la epidemia de opioides y la pandemia de COVID-19.El programa comunitario de SM consume el equivalente de 10 billones de dólares de 2020.

DISCAPACIDADES e incapacidades laborales por TM

Aumentaron un 43% en 25 años (1990-2016) a pesar de esos gastos espectaculares.Las discapacidades por TM son el grupo diagnóstico mayor entre los mayores de 65 años en EE. UU. Es la primera causa de años perdidos por discapacidad.Hay más de dos millones de pensionistas por TM en California, la quinta economía mundial.

SUICIDIOS

47.000 cada año.Es el equivalente a un tiroteo de masas con 129 muertos por día.Se produce un suicidio cada once minutos.

MORTALIDAD

Las personas con TM en el sistema público mueren entre 15 y 30 años antes que el resto de la población.

SINHOGARISMO

553.000 personas sin hogar en EE. UU. en una noche cualquiera.Al menos el 25% de ellos padece un TM.

TRANSINSTITUCIONALIZACIÓN

Entre 1965 y 2010 hubo una clara correlación entre el cierre de camas psiquiátricas y el aumento de encarcelados.

PRESCRIPCIONES

Desde 2001 las recetas de psicofármacos se han multiplicado por dosUno de cada seis adultos estadounidenses consume una droga psiquiátricaSegún el CDC