La sorpresa de Sebastián - Sara Agnès L. - E-Book

La sorpresa de Sebastián E-Book

Sara Agnès L.

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  • Herausgeber: LUST
  • Kategorie: Erotik
  • Serie: LUST
  • Sprache: Spanisch
  • Veröffentlichungsjahr: 2020
Beschreibung

Dalia está emocionada: su novio Sebastián le tiene una sorpresa preparada. Su regalo se llama Antonio y es masajista. El cuerpo de la joven se somete rápidamente a sus caricias íntimas y a sus profesionales manos. Una vez relajada, está abierta a explorar nuevos placeres, lo que es perfecto porque Sebastián le recuerda una promesa que había olvidado haber hecho. ¿Será esta una encerrona de lo más sensual? -

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Seitenzahl: 30

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Sara Agnes L.

La sorpresa de Sebastián

 

LUST

La Surprise de Sébastian

Copyright © 2020 Sara Agnes L. and LUST, an imprint of SAGA, Copenhagen

Translated by: Eva García Salcedo All rights reserved ISBN: 9788726585360

 

E-book edition, 2020 Format: EPUB 2.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrieval system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

 La sorpresa de Sebastián

 

Las órdenes de Sebastián son claras: «Estate lista a las tres en punto. Te he preparado una sorpresa». Me encantan las sorpresas y más si son un domingo por la tarde; así dispongo de toda la mañana para arreglarme y la única regla es que abra la puerta en albornoz.

—Sin nada debajo —ha insistido y entonces ha colgado. ¡Como si fuera a desobedecerlo!

Veinte minutos antes de que vuelva, busco por toda la casa un sitio para esperarlo en una pose provocativa. No hace falta que esté con el albornoz atado, total, tiene las llaves. Así que me lo abro y pruebo varias posturas en el sofá y en una silla de la cocina. ¿Mejor en la mesa?

Cuando llaman a la puerta y veo que no entra como de costumbre me levanto, desconcertada. Me ato el albornoz con torpeza y abro la puerta ligeramente. Para mi sorpresa un hombre de cabello largo y castaño se gira y me dice con una sonrisa:

—Buenos días, ¿eres Dalia?

—Mmm… Sí.

—Yo me llamo Antonio. Vengo de parte de Sebastián.

Lo miro sin dar crédito y busco a mi novio al final del pasillo, pero está claro que aquí no hay nadie más. Me ajusto el dobladillo del albornoz e, intrigada por su presencia, insisto:

—¿En serio?

—Soy masajista profesional. Seb me ha contratado para una sesión de cuarenta y cinco minutos.

Frunzo el ceño, sorprendida por la noticia, pero abro un poco más la puerta.

—¿Cómo? ¿Aquí? ¿Ahora?

—Aquí y ahora —repite mientras asiente con la cabeza.

Diría que le hace gracia mi pregunta. Seguro que piensa que soy tonta. A lo mejor por eso suelto la puerta para que pase. No se lo piensa dos veces y entra. Cierro la puerta y lo observo pasearse por mi casa como si fuera suya. Señala la puerta de mi dormitorio y dice:

—Mejor vamos a tu cama. Estaremos más cómodos.

—¿No tienes una camilla o…?

—No la he traído —dice aguantándose la risa—. Además, Sebastián me ha dado unas órdenes muy concretas.

No me gusta cómo suena eso, pues sé que mi novio es de todo menos corriente.

Además, reconozco que me pone nerviosa que haya enviado a un masajista a mi casa. Como no me muevo Antonio me hace un gesto para que me acerque y dice mientras señala la cama:

—Quítate el albornoz y túmbate. Yo me ocupo del resto.

Doy unos pasos frunciendo los labios.

—No… No llevo nada debajo.

—Ya lo sé. Era uno de los requisitos. Pero no te preocupes, soy un profesional. —Se arremanga y se mira el reloj. Deja la bolsa en el suelo, muy cerca de mi cama—. Vamos, que en menos de una hora llegará Seb.

Que me avise de que va a volver mi novio me sorprende y me tranquiliza al mismo tiempo. Me asombra la indiferencia con la que me mira mientras me quito la poca tela que cubre mi cuerpo. Antonio se desabrocha el reloj, saca unos frascos y una toalla y las deja en mi mesita de noche. Finalmente se vuelve hacia mí y me da un repaso de arriba abajo.