Descanso y delicadeza - un relato corto erótico - Sara Agnès L. - E-Book

Descanso y delicadeza - un relato corto erótico E-Book

Sara Agnès L.

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  • Herausgeber: LUST
  • Kategorie: Erotik
  • Serie: LUST
  • Sprache: Spanisch
  • Veröffentlichungsjahr: 2021
Beschreibung

Oliver termina su jornada en el centro de masajes cuando una treintañera hermosa y rubia llega en el último minuto. La clienta se ruboriza al quitarse la ropa y su timidez no le dejará indiferente. Entonces, nuestro masajista se vale de toda su delicadeza y talento para hacer que Elena se olvide de su pudor. Dividido entre su deseo por ella y el autodominio que se necesita para el trabajo, ¿terminará sucumbiendo a la tentación? -

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Seitenzahl: 29

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Sara Agnes L.

Descanso y delicadeza

 

LUST

Douceur et détente

Copyright © 2021 Chrystelle LeRoy and LUST, an imprint of SAGA, Copenhagen All rights reserved

Translated by Marta Cisa Muñoz ISBN: 9788726584813

 

E-book edition, 2021 Format: EPUB 2.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrieval system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

Descanso y delicadeza

 

Al final de la jornada, justo cuando he terminado de limpiar la sala, Alicia, la recepcionista del lugar, se asoma por el marco de la puerta y me dirige una mirada ansiosa:

—¡Ah! Veo que ya estás a punto de marcharte...

—He terminado por hoy. ¿Por qué lo dices?

Pone carita de disgusto y balbucea:

—Bueno, es que... acaba de llegar una clienta nueva sin cita y... he pensado que...

—¿Le has dicho que la atendería? ¿Sin preguntarme antes?

—Joel ha sido quien me ha dicho que...

Dejo de escucharla. El cansancio del día se convierte en exasperación y debo controlarme para no cantarle las cuarenta. Se deshace en excusas repetidamente bajando la voz para que no se la pueda oír.

—Bueno... ¿qué quieres que haga? —me pregunta al final mientras lidio con mi enfado en silencio—. ¿Quieres que le diga que no puedes atenderla?

¡Joder! Odio que la deplorable decisión recaiga sobre mí. Llevo ya  más de diez horas trabajando ¡y ahora me piden que añada otra a la lista! ¡Ahora mismo, soy más bien yo quien necesita un masaje! Suspiro para indicarle mi descontento, pero vuelvo a tomar una toalla para que sepa que acepto.

—¿Te importa hacerla esperar cinco minutos? Necesito calmarme un poco antes de que entre.

Alicia acepta con una sonrisa tímida y cierra la puerta tras ella al salir de la sala. Preparo la camilla de nuevo, saco el aceite de masajes, vuelvo a poner música relajante y voy a refrescarme al baño. Y yo que pensaba que convirtiéndome en masajista me ahorraría el estrés en el trabajo... ¡Nada más lejos de la realidad!

Me recompongo antes de que llamen a la puerta con discreción. Sin esperar respuesta, Alicia entra y hace pasar a una mujer de unos treinta y tantos, rubia, algo endeble, aunque hermosa, y que parece un poco inquieta de estar aquí.

—Esta es la señora Duval. Es la primera vez que solicita nuestros servicios. Y este es Oliver. No la decepcionará: ¡es uno de nuestros mejores masajistas! Cuídala bien, ¿vale? —añade Alicia mientras me lanza una última mirada, seguramente para referirse a mi estado de ánimo.

Obviamente sería muy descortés hacer que esta mujer pagase por mi mal humor. Alicia sale de la sala y cierra la puerta tras ella. La mujer, arropada con el albornoz de nuestro centro, se queda allí de pie, a la espera de que le diga qué hacer. Recupero la calma y esbozo una sonrisa.

—¡Acérquese! —le digo mientras le doy un toquecito a la camilla para invitarla.

Ella se acerca con pasos vacilantes, se detiene al borde de la camilla y echa un vistazo alrededor de la sala. Me doy cuenta de que me había olvidado por completo de atenuar las luces y me apresuro a corregir mi error mientras intento sacar un tema de conversación:

—Discúlpeme, iba a irme cuando ha llegado...

—¿Preferiría que volviese en otro momento?