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Tierno y divertido texto teatral de Rafael de Santa Ana, en el que se nos cuentan a modo de comedia costumbrista los líos de faldas de un acaudalado mujeriego y los trances por los que debe pasar su sobrino para cubrirlo, al tiempo que intenta conseguir para sí el amor de una mujer.
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Seitenzahl: 90
Veröffentlichungsjahr: 2022
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Rafael de Santa Ana
JUGUETE CÓMICO EN TRES ACTOS Y EN PROSA
Estrenado en el TEATRO MARTÍN la noche del 14 de Diciembre de 1901
Saga
La Ximénez de Quirós
Copyright © 1902, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726686371
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
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querido Manolo: En muestra de nuestra amistad y simpatías y como pago á la buena propagauda que ha hecho de este juguete, se lo dedica su amigo
Rafael de Santa Ana
PERSONAJES
ACTORES
ROSALÍA
Sra. Mesa.
PURA
Srta. García.
GLORIA
Sra. Pardiñas.
EMMA
Srta. Abienzo.
CARLOS
Sr. González Hompanera.
JIMÉNEZ
Viñas.
NICÉFORO
Morales.
JAIME
Rodil.
SANTIAGO
Enciso.
DEPENDIENTE
Paniagua.
UN MOZO DE CUERDA.
Rivas.
__________
La escena en Madrid
Gabinete de paso regularmente alhajado. Al fondo tres huecos. El de enmedio, balcón practicable que figura dar al patio interior de la casa. El de la izquierda, puerta de entrada de la casa. El de la derecha figura comunicar con resto de ella y también con el establecimiento. Puertas laterales, dos á cada lado. Sobre un mueble que habrá entre el balcón y una de las puertas de entrada un retrato fotográfico y de gran tamaño del personaje don Jaime Ximénez. Butacas, mesa de centro y sofá; varias sillas volantes Es por la mañana.
dependiente , en el balcón figurando hablar con alguno en el piso bajo
Sí, cógelos de los del rincón... ¿Qué? ¿el queso manchego? ¿A tres veinticinco? ¿Eh, que esta pasado? Pues á cuatro cincuenta. Bueno; pues dí que es extranjero... ¡Santiago! oye; que te subas todos esos paquetes... Si, la puerta está abierta; no tienes más que empujar. (Baja al proscenio, limpiando y sacudiendo los muebles con unos zorros. ) ¡Todas las faenas denigrantes para mí; y mientras tanto, ese tontilinaco de Santiago, mimado por el señor Nicéforo! Y todo es nada más que porque uno es digno y protesta de ciertos abusos, y ese chico, como es nuevo y no entiende na de socialismo... Ea, ahora póngase usted á hacer las camas. ¡Mechachis! (Vase segunda izquierda. )
emma , jaime . Aparecen foro izquierda Visten con elegancia, largos guarda polvos de viaje. Emma habla con acento Italiano
Jaime Ven por aquí, esposa mía.
Emma Non che ness uno.
Jaime Ahora veremos (Hace sonar un timbre .)
Emma ¿E cueste tuo tío? (Viendo el retrato.)
Jaime El mismo. ¿Acaso le conoces?
Emma Sí, cueste siñore nera en el mismo balneario quio, ma non era sólo, le acompañaban duo donne.
Jaime ¿Dos señoras? No lo extraño, siempre tuvo esa debilidad.
Emma ¡Cómo debile! Forte, robusto.
Jaime Quise decir, demasiada afición á las señoras.
Emma ¡Ah! e un craneo.
Jaime ¿Cómo cráneo? vamos, sí; has querido decir calavera, tiene gracia.
Emma Eco. ¿De modo, que il tuo tío se quiama como tú?
Jaime El mismo nombre y apellido. ¡Y si vieras cuántas veces le he servido de tapadera para sus líos!... Siempre recordaré á una tal Paca, de la que tuve que fingir ser marido para evitarle á mi tío un escándalo. Me sacrifiqué.
Emma No me piachen cuestos sacrificios. Paca, Paca.
Jaime Celosilla.
Emma Una mañana, me dió con mucho misterio una camarera una carta de tu tío.
Jaime ¡Qué estás diciendo!
Emma Tranquilízate, era una carta de negocio, que sin duda dirigía á otro comerciante. Hablaba de judías. Ahora te la enseñaró, la traigo en el cofre.
Jaime Me extraña esa equivocación de la carta. Y á propósito de carta; recibirías la mía, con las señas de esta casa.
Emma Si, por cierto, que he dejado olvidada la mía de contestación en nostra camera del balneario.
Jaime ¿Qué falta hacía, saliendo ustedes al momento?
Emma E vero.
Jaime ¡Pero cómo tardan! (Vuelve á tocar el timbre .)
¿No hay nadie en esta casa?
dichos , dependiente
Dep. ¿Qué desean los señoritos?
Jaime ¿Don Jaime Jiménez?
Dep . Hoy mismo debe llegar.
Jaime Me ha extrañado no ver su nombre en la muestra del establecimiento.
Dep Es que la tienda no es ya solo de don Jaime. Le traspasó la mitad del negocio á su antiguo dependiente, al señor Nicéforo.
Jaime ¡A Nicéforo!
Dep . Pues sí señor, antes de casarse, para no tener dos quebraderos de cabeza, dejó el negocio.
Jaime ¡Casado! (A Emma .) ¿Oyes?
Emma ¡Ya, ya!
Jaime Ahí tiene mi tarjeta y un duro. Se la entrega á don Jaime en cuanto llegue?
Dep. ¿El duro es también para don Jaime?
Jaime No, hombre, no. El duro es para usted.
Dep . Tantas gracias.
Jaime ¡Oh, qué idea!
Emma ¿Qué?
Jaime Que tambien voy yo á sorprenderle con nuestro casamiento. Ya verás. (Al Dependiente. ) Oiga usted.
Dep . Usté mande.
Jaime Quiero que no diga usted á nadie, ni al mismo don Jaime, que me acompañaba una señora.
Dep . Está bien.
Emma Má. .
Jaime Nada; quiero presentarme ante el tío como soltero, para darle esta broma.
Emma Bene, bene.
Jaime Conque ya sabe usted: he venido sólo, completamente sólo.
Dep. Descuide el señorito.
Jaime ¿Esta abierta la puerta de la escalera que da á la otra calle?
Dep . Sí, señor.
Jaime Pues vámonos por ahí, que nos cogerá más cerca. (El Dependiente se dispone á acompañarlos.) No, no hace falta, conozco perfectamente el camino. ¿Vamos?
Emma Andiamo.
Jaime Buenos días.
Dep . Vayan con salud.
Emma Bon giorno. (Mutis Emma y Jaime, foro izquierda.)
dependiente
Bochorno dice la señorita que lleva. ¡Mecachis! ¡Buena propina ha caído! Y deben de ser de la grandeza, porque lo que es los sacos que llevan!... En fin, esconderéme el duro, no vayan á creer que lo he cogido del cajón. Ea, vamos á seguir estas faenas, impropias del hombre social y libre. (Se oyen voces .) ¿Eh? ¡Ya están ahí!
gloria , pura , jiménez , nicéforo , dependiente y mozo de cuerda , trayendo el equipaje. El personaje nicéforo habla con acento aragonés.
Jim . Mucho cuidado con todo. (Este personaje usa patillas .)
Nic . Santiago, acompaña á ese hombre y dale un par de pesetas.
Dep . Venga usted por aquí. (Vanse segundo izquierda saliendo al poco tiempo sin equipajes, haciendo mutis ambos por foro izquierda.)
Pura (¡Cuánto entristece el espíritu el tornar á esta vida prosaica!) (Se sienta sobre la cesta de la merienda, que habrán dejado sobre una butaca. )
Glor . ¡Hija! que te sientas sobre los comestibles.
Pura (Levantándose. ) No lo había notado.
Nic . ¡Pero qué bien que vienen las señoritas! ¡Qué gordotas! ¡Já, já!
Glor . (¡Qué grosero!)
Pura (¡Qué basto!)
Jim Los aires del campo. Mira yo que morrillazo.
Glor . (¡Jesús!) Jaime; cuello, cuello.
Jim . Déjame de tontunas.
Nic . Ná, que han venío toos ustedes, pero que la mar de buenos. Mire usted la señorita Purita qué colores que se trae; parece una pavía de esas de mi tierra; de esas que solo con mirarlas, ya se le ajunta á uno la len gua al paladar. ¡Já, já!
Pura (¡Jesús una pavía!)
Glor . Purita, vamos á nuestras habitaciones á quitarnos un poco de polvo. (Se mira en un espejo.) ¡Jesús, cómo estoy! Cualquiera diría que son canas.
Jim . (Cualquiera. Como que lo son.)
Glor . Que hagan el chocolate.
Nic . Es el caso que no hay quien lo haga.
Glor . ¿Y las chicas?
Nic . Las he despedido antiyer.
Glor . ¿Usted?
Jim . ¿Tú? ¿Qué pasó?
Nic . Pus casi ná; que se había declarado el estado de guerra en la casa.
Glor . ¿Eh?
Nic . Ná, que estaba tóo el día la casa llena de soldados; sobre todo los domingos, parecía esto una sucursal de la fuente de la Teja.
Jim . Entonces hizo bien.
Glor . Hizo muy mal. Ahora ¿qué hacemos? Si le parece al señor Nicéforo que ésta ó yo nos metamos á cocinear...
Pura ¡Jesús, yo en la cocina!
Jim . No haríais nada de más.
Glor . Basta ya. Todo en este mundo tiene sus limites; y si usted se habia figurado que la viuda de un banquero, muerto en la flor, iba á soportar sus constantes groserías, se ha equivocado de medio á medio. Desde hoy me pondré los pantalones.
Jim . Harás bien, porque empieza á hacer fresco.
Glor . Es usted un insolente.
Pura Tía...
Glor . ¡Ay si viviera Achirra!
Nic . (Aparte á Jiménez.) ¿Quién es Achirra?
Jim . (Aparte á Nicéforo .) Mi antecesor, el banquero.
Nic . No se apure usted, doña Gloria, que enseguida encargué otras dos.
Glor . ¿Y dónde están?
Nic . La una, es de mi pueblo, mu modosica y mu recia pa el trabajo, soltera y sin familia; pero está acabando de destetar á un chico y por eso no ha venía entoavía.
Glor . Allí se puede estar.
Nic . Pero la otra vendrá de seguía. ¡Y que es toda una señora! Como que ha sido de muy buena familia andaluza. Doña Rosalía Argüelles.
Jim . (Precipitadamente .) ¡No, esa no!
Nic . Pero...
Glor . No le haga usted caso.
Jim . (¡Zambomba, Rosalía!)
Glor . Bueno, ¿y esa cuándo va á venir?
Nic . No debe tardar.
Jim . (¡Digo que no tardará!) (Durante este diálogo Pura está leyendo un libro y accionando.)
Nic . Pero ahora que caigo, todo se arregla ahora mismo. Llamaré á Santiago el menor, que es la mar de listo.
Glor . ¡Un hombre!
Nic . En un bufío sube. (Llamando por el balcón.)
¡Santiago! ¡Santiago!... Sí, dile al otro que suba.
Jim . ¿Por qué le llamas Santiago el menor?
Nic . Porque ha entrado en casa hace pocos días: y como el otro también se llama Santiago. .
Jim . Ya, ya...
Glor . ¿Y quién nos va á guisar?
Nic . Santiago.
Pura ¿Y quién nos va á ayudar á desnudar?
Nic . Santiago.
Pura ¡Jesús!
Glor . ¡Qué desatino!
Jim . ¡Pero hombre!
Nic . Si es una criatura sin pizca de malicia ni na. En fin, aquí está ya.
dichos : santiago
Sant . ¿Dan ustedes permiso?
Jim . Adelante.
Glor . (¡Vaya con la criatura!)
Nic . Aquí te vas á estar pa tóo lo que se ocurra.
Sant . Está muy bien.
Nic . Ea, pues ya pueden ustedes mandarle lo que quieran.
Glor . Por lo pronto, que haga el chocolate.
Nic . Ya lo oyes: date mucha priesa.
Sant . Está muy bien. (Mutis foro derecha. Gloria coge su sombrero y abrigo.)
dichos , menos santiago
Glor . Vamos para allá adentro; me parece mentira que me he de lavar. ¿Vienes?
Pura Ya voy. (Mutis Gloria, segundo izquierda.)
Nic