Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Entrañable divertimento de teatro costumbrista de principios del s.XX, en el que se dan varias situaciones de enredo humorístico entre una serie de personajes de todos los rincones de España en un hotel de Albacete. El novio de la guapa Emilia, un señorito andaluz, está a punto de hacer su aparición en el hotel, situación de la que el calavera Manolo Álvarez querrá sacar provecho. Arquetipos catalanes, andaluces y manchegos se cruzan en una deliciosa comedia de amor.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 38
Veröffentlichungsjahr: 2022
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Rafael de Santa Ana
JUGUETE CÓMICO EN UN ACTO
ORIGINAL DE
Saga
Matrimonio solidario
Copyright © 1908, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726686340
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
www.sagaegmont.com
Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com
PERSONAJES ACTORES
____________
Las indicaciones, del lado del actor
____________
Los apartes, entre paréntesis
Gabinete de paso en un hotel de Albacete. Puerta al foro y laterales, éstas numeradas. En el centro, una mesa con tapete, conteniendo periódicos, porque la estancia hace las veees de salón de lectura del hotel. Alrededor de la mesa, varias sillas, y otras en los entrepaños. Es por la mañana, de un caluroso día de Agosto.
(Al empezar el acto se desayunan en la mesa del centro, Filomena, Emilia, y Cregüeras .
Creg. ¡Vamos, levanta esa cabeza, no astiguis triste!
Filo. ¡Mira que estar triste cuando vienes á conocer á un buen mozo! ¡A tu novio!
Emilia ¿A mi novio? ¡Algo menos!
Creg. ¿Cómo que algo menos? Te casarás con él, porque yo no me voy á comer mi patente de los desperdicios.
Emilia ¡Pero si será un hombre ordinario!
Creg. No digas desatinos ¡qué ha de ser ordinario un hombre con el capital que él tiene!
Filo. Mira, si se llama Pepe y es de Jerez, seguramente será muy buen mozo y muy fino.
Emilia ¡Será un aficionado á los toros!
Creg. Ya perderá la afición cuando se case.
Emilia ¡Y será un borracho!
Filo. No digas eso, ¡en Jerez, no se emborracha nadie!
Creg. Bueno, bueno, tú no me vingas con romansus, que yo me tin de lavar y de vestirme mes de fresco.
Emilia Está bien: pero como no sea un hombre bien educado…
Creg. ¡Apa ca pa dintre!
Emilia (Yo haré por no gustarle.)
Filo. ¡Ay hija y quién estuviera en tu pellejo!
(Vanse Filomena y Emilia por segunda izquierda y Cregüeras por primera del mismo ludo, entrando momentos después por el foro Manolo Alvarez, acompañado de Pepita )
Man. ¿Con que dices que no ha venido ese señorito por quien pregunto?
Pep. No señor: desde ayer, no han entrado más viajeros que un señor viejo y su hija, catalanes, y una señora muy vieja y muy repintado, que habla así como si fuera andaluza... los tres han llegado esta mañana de Barcelona.
Man. ¡Qué raro!
Pep. ¿Que es raro que hayan venido de Barcelona?
Man. No hija: que no haya llegado mi amigo. (saca una carta del bolsillo.) porque en esta carta, me avisa de que hoy estaría en Albacete, para hacer un negocio con un tal... (Leyendo la carta.) Cre... güe... ras. ¡Vaya un apellido más enrevesado!
Pep. Así se apellida ese señor que ha llegado esta mañano; pero ese don José Gonzalez por quien pregunta, puede que esté llegando en este momento, porque es la hora en que viene el tren de Andalucía...
Man. (Después de mirarla con mucho detenimiento.) ¿De dónde eres tú, preciosa?
Pep. (Con mucha coquetería.) ¿Yo?
Man. Sí, tú ¿de dónde ha salido ese talle tan recordatorio del aprieten, y esos ojillos caucasiaños?
Pep. Pues... de donde quiera el señorito.
Man. ¿Pero tú sabes lo bonita que eres?
Pep. ¿ Yo?... Como quiera el señorito.
Man. (¡Ay! ¡esto es pan comido!) ¿Te gustaría á tí cenar una noche con un hombrecito de mis circunstancias? ¿Cómo te llamas?
Pep. Me llamo Josefa, pero en el Hotel, me llaman Pepita, para lo que guste el señorito.
Man. ¡Y poco que me gustan á mí las pepitas, por lo suaves que son! (¡Y ésta se resbala!)
Pep. ¡Qué malo debe usted ser, señorito!
Man. ¿Malo?... ¿quieres venir esta noche á cenar conmigo en un merendero reservado…
Pep. ¡Por Dios, señorito! no sé si…
Man.