Las contradicciones de la globalización editorial - Gisèle Sapiro - E-Book

Las contradicciones de la globalización editorial E-Book

Gisèle Sapiro

0,0

Beschreibung

Las recientes transformaciones que han afectado la cadena de producción del libro se han analizado, en general, desde el punto de vista del proceso de racionalización y de concentración, como causantes de la aceleración del círculo de fusiones-adquisiciones de estos últimos años. Curiosamente, se ha prestado menos atención a las modificaciones sufridas por la configuración de las relaciones espaciales y de la estructura del espacio de la producción editorial. Ahora bien, el comercio del libro es, ante todo, un asunto de territorios, y estos determinan las formas de circulación: zonas lingüísticas, áreas geográficas de distribución, fronteras nacionales que circunscriben espacios jurídicos y políticas públicas, territorios imaginarios que asocian identidades con lugares y crean un horizonte de expectativa.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern

Seitenzahl: 729

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Las contradicciones de la globalización editorial

Contenido

Introducción

Gisèle Sapiro

Primera parte

Mutaciones del mercado del libro

Las estrategias de los grupos de comunicación en los albores del siglo xxi

Jean-Yves Mollier

Lógicas industriales y su regresión

La financiarización y la precarización de las empresas editoriales

Finanzas, gobernanza de empresa y voluntad de dominar la información

Bibliografía

Las contradicciones de la coedición internacional: de las prácticas a las representaciones

Hélène Buzelin

En los tiempos de la «globalización» editorial, ¿los saberes sobre la edición se internacionalizan?

La coedición como estrategia de exportación o «el deseo de imponerse en Francia»

Cuando «interesarse en la coedición es posar la mirada en los libros ilustrados»

Coedition, co-publication, joint publishing as… sharing territories and selling sheets

Cuestiones de traducción: entre lenguas, literaturas e identidades nacionales

Bibliografía

La edición angloamericana, Entre la despolitización y la comercialización: el ejemplo de los ensayos y de las editoriales universitarias

André Schiffrin

Cuando los editores publicaban libros políticos

La edición universitaria: ¿un modelo alternativo?

Bibliografía

Fragmentos de Siglo: unidad y desintegración en la edición hispanoamericana de ciencias sociales

Gustavo Sorá

Integración: historia de un Siglo

Fragmentación: etnografía de dos Siglos

Norberto Pérez y la herencia de un prestigioso pasado

Carlos Díaz y la formación de una posición en el mercado internacional

Un presente paradójico

Bibliografía

La francofonía frente a la globalización editorial: políticas públicas e iniciativas privadas

Luc Pinhas

Las políticas públicas nacionales

La política del libro de la francofonía institucional

Las iniciativas privadas

Bibliografía

segunda parte

Estrategias editoriales

Los pequeños editores independientes frente a la globalización del mercado del libro: el caso de los editores de ensayos «críticos»

Sophie Noël

El campo de la edición francesa a comienzos del siglo xxi: breve panorama

Editores «heterodoxos»

¿Un modelo alternativo en el mercado global?

Estructuras que siguen siendo frágiles

Bibliografía

Las editoriales Maspero y La Découverte frente a lo «extranjero»

Camille Joseph

Una versión «política» de lo extranjero

La literatura ajena al sacrificio de la estética

Bibliografía

La traducción en las ediciones Des Femmes: una estrategia «geopolítica-poética-editorial»

Fanny Mazzone

El mercado internacional de las ideas feministas

Espacios de intercambios privilegiados: las ferias

El proyecto editorial de Des Femmes

La acumulación y la rentabilización de los capitales por medio de la traducción

Los flujos de traducción en Des Femmes

La estructura doble del fondo traducido

El french feminism, un malentendido en los intercambios intelectuales internacionales

Bibliografía

Estrategias editoriales y mercado internacional: el caso de un editor canadiense francófono, Hurtubise hmh

Martin Doré

Una casa editorial

Un editor

Unos productos

Unas estrategias

Bibliografía

Faire l’Europe: asuntos intelectuales y asuntos editoriales de una colección transnacional

Hervé Serry

Faire l’Europe: conquistar autores y promover una idea

Organización, frecuencia de las publicaciones y proyectos suplementarios

Bibliografía

tercera parte

Edición y traducción

El sistema mundial de las traducciones

Johan Heilbron

Los intercambios culturales transnacionales

El sistema mundial de las traducciones

Hacia una sociología de la traducción

Bibliografía

Mundialización y diversidad cultural: los contextos de la circulación transnacional de los libros

Gisèle Sapiro

Centro y periferia

Gran difusión y difusión restringida

De la «excepción cultural» a la «diversidad»

La traducción como factor de diversidad

Dos concepciones de la diversidad cultural

Bibliografía

Traducir-adaptar los clásicos de la literatura «popular» estadounidense en francés o sobre el arte de hacer «lo nuevo con lo viejo»

Jean-Marc Gouanvic

¿Qué es un clásico?

¿Dijo «popular» (Pierre Bourdieu)?

La traducción de los «clásicos»

Bibliografía

El flujo de las traducciones de laliteratura francesa en Brasil: Cuestiones políticas y económicas (1984-2002)

Marta Pragana Dantas

El mercado editorial brasileño: elementos del contexto

La traducción en Brasil

La importación de la literatura francesa a Brasil

Bibliografía

El lugar de las traducciones en el mercado editorial polaco después de 1989

Elżbieta Skibińska

La recomposición del espacio editorial en Polonia después de 1989

Las funciones de las traducciones en el espacio editorial recompuesto: acumulación del capital, «recuperación», estímulo

Las lenguas traducidas

La posición del francés y del alemán entre las lenguas traducidas

Anexos

Bibliografía

Importar desde espacios «periféricos»: La recepción editorial de las literaturas de Europa del Este en Francia (1970-2000)

Ioana Popa

La recepción editorial de las literaturas de Europa del Este: breve mirada general

Dos lógicas específicas de importación editorial (1970-1980)

Un «noble en decadencia»: el interés por la actualidad político-literaria

Un editor excéntrico: la apuesta por el «patrimonio» literario

El relevo de los nuevos jugadores (1980-2000)

De una editorial «periférica» a un grupo multinacional

Bibliografía

Sobre los autores

Introducción

GisèleSapiro

Las recientes transformaciones que han afectado la cadena de producción del libro se han analizado, en general, desde el punto de vista del proceso de racionalización y de concentración, como causantes de la aceleración del círculo de fusiones-adquisiciones de estos últimos años. Curiosamente, se ha prestado menos atención a las modificaciones sufridas por la configuración de las relaciones espaciales y de la estructura del espacio de la producción editorial. Ahora bien, el comercio del libro es, ante todo, un asunto de territorios, y estos determinan las formas de circulación: zonas lingüísticas, áreas geográficas de distribución, fronteras nacionales que circunscriben espacios jurídicos y políticas públicas, territorios imaginarios que asocian identidades con lugares y crean un horizonte de expectativa.

La definición de las fronteras constituye una cuestión de lucha dentro de cada uno de estos espacios y entre ellos mismos. Lo que se designa con el término mundialización se ha manifestado, en el comercio del libro, como una recomposición del espacio editorial internacional, principalmente tras la caída del muro de Berlín y el fin de los regímenes dictatoriales en España y en Latinoamérica, así como por medio de una fuerte intensificación de la circulación transnacional de los libros. Estos fenómenos no son reductibles al proceso de racionalización. El término mundialización o globalización, importado del inglés, del mismo modo que el concepto de desarrollo al que este reemplazó, es empleado con frecuencia tanto por sus promotores como por sus detractores para describir un fenómeno o un proceso homogéneo, lineal, que involucra todos los sectores, y que comprende la hibridación de las culturas para unos y la estandarización para otros.

Estos discursos, que rara vez se apoyan en análisis empíricos, implican tres asuntos esenciales: la inscripción de las evoluciones actuales en un proceso plurisecular de formación de una economía-mundo que se remonta al siglo xvii y a la que se han integrado progresivamente un mayor número de regiones1; la configuración de las relaciones espaciales desiguales que ubican a ciertos países en el centro del sistema y a otros en la periferia2, y las lógicas específicas de diversos universos sociales, en particular de los universos de producción cultural que, a pesar de estar inmersas en el sistema de las relaciones económicas y políticas, tienen reglas y jerarquías propias3.

El mercado del libro constituye hoy un vehículo mayor de intercambios culturales internacionales. La «globalización» es presentada a menudo como un proceso llamado a favorecer los intercambios interculturales, el «mestizaje», la «hibridación» y la revalorización de las culturas locales o minoritarias, marginalizadas por los Estados nación. Sin rebatir el interés de tal objetivo, los análisis concretos de este proceso invitan a matizar y relativizar la visión encantada de un mundo sin fronteras ni jerarquías simbólicas. Contra el enfoque culturalista, se debe recordar que estos intercambios se insertan en relaciones de fuerza desiguales entre culturas, en los planos político, econó­mico o cultural, relaciones que se deben estudiar para entender las modalidades de circulación transnacional del libro, que se dan, sobre todo, del centro a la periferia.

Aunque la internacionalización del mercado del libro no es un fenómeno nuevo, ha sufrido una aceleración desde la década de 1980. Esta evolución no es, como se dijo, una simple consecuencia del proceso de racionalización y de asuntos económicos como la búsqueda de nuevos mercados. Contra el enfoque economicista, se debe recordar, como señala Pierre Bourdieu, que el mercado de los bienes culturales posee criterios de jerarquización y una economía que le son propios. Objetos de patrimonialización, los bienes culturales presentan características específicas desde el punto de vista de las modalidades de producción, así como de circulación y de apropiación, que obedecen a una triple lógica: económica, política y cultural, y cuyo agenciamiento es variable. Testimonio de ello fueron las protestas en defensa de la excepción cultural, suscitadas, a finales de la década de 1980, por las negocia­ciones del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (Ge­neral Agreement on Tariffs and Trade [gatt]), durante la Ronda Uruguay, sobre el proyecto de liberalización del comercio de los servicios, categoría en la que se ubican los bienes culturales, y que dio lugar a posturas nacionales e internacionales, en especial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que promovió el principio de la diversidad cultural, el cual fue adoptado en el 2001.

En el seno de la producción cultural, el libro presenta, de igual manera, algunas especificidades: un soporte que ha conocido un proceso de industrialización precoz gracias a los medios de reproducción técnica, sin que estos afecten el valor simbólico de su contenido inmaterial4. A diferencia de las obras de arte5 sigue estando parcialmente regido por un modo de producción artesanal6, y a diferencia de la música o del cine, cuyo proceso de industrialización es mucho más avanzado7. Su antigüedad y su alto prestigio simbólico como soporte de la cultura letrada e instrumento de transmisión del saber han hecho de él el centro de políticas públicas mucho antes de que lo fueran otras industrias culturales como el cine o la música8.

Además, a diferencia de otros bienes culturales como la música, la danza o las artes plásticas, la circulación de los libros entre zonas lingüísticas es limitada debido a la barrera de la lengua. La mediación de la traducción implica un costo económico suplementario, pero también competencias lingüísticas y culturales que conducen a que la oferta y el grado de especializa­ción varíen según las coyunturas sociohistóricas, y las prácticas y normas más o menos codificadas según las culturas: todas variables que pertenecen al campo sociológico, histórico y textual.

Finalmente, al contrario de las visiones culturalista y economicista, el proceso de constitución de un mercado de bienes culturales a escala mundial no es ni lineal ni homogéneo en los diferentes sectores de producción, tampoco en los diferentes sectores del mercado del libro. Comenzó con el mercado del arte luego de la Segunda Guerra Mundial9, mientras que en el sector del libro, aunque se puede hablar de internacionalización a partir de mediados del siglo xix, solo desde la década de 1980 se empezó a observar la formación de un mercado mundial del libro, en el que los mercados nacionales, de gran crecimiento, se fueron involucrando progresivamente.

El desarrollo de la edición en lengua vernácula a partir del siglo xvii permitió el surgimiento de mercados regionales del libro que se consolidaron desde comienzos del siglo xix con la industrialización de la producción de la imprenta, el desarrollo de los medios de transporte, la construcción de las identidades nacionales y la alfabetización10. La nacionalización de estos mercados y el acceso a la lectura por parte de nuevas clases sociales no formadas en lenguas extranjeras suscitaron un auge de las prácticas de traducción, las cuales se convirtieron en el principal modo de circulación transnacional de los libros a partir de 1850, y condujeron a la elaboración de reglas internacionales (la convención de 1886 sobre el derecho de autor).

El surgimiento de un mercado internacional implicó la aparición de una categoría de agentes especializados dentro de las editoriales (traductores, directores de colecciones de literaturas extranjeras) y dentro del Estado (política del libro en el extranjero, institutos culturales). Detenido por la Segunda Guerra Mundial, este mercado tendría un fuerte desarrollo a partir de la década de 1960, del que da testimonio la multiplicación, desde los años ochenta, de lugares específicos dedicados a los intercambios (salones y ferias internacionales del libro), la especialización y la profesionalización de los agentes intermediarios (agentes literarios, servicios de derechos extranjeros, traductores), la implementación de políticas públicas de ayuda a la traducción y la conformación de grupos de edición internacionales como Bertelsmann y Rizzoli11.

Este proceso no es uniforme, tiene lógicas diversas que generan ciertas contradicciones. Algunas no les son propias, sino que dependen del proceso de racionalización. No obstante, incluso estas toman formas espaciales específicas, es el caso de las deslocalizaciones de la fabricación hacia la periferia para reducir costos, facilitadas por los medios de comunicación electrónicos, y que debilitan la «coherencia estructurada» de las regiones centrales12. Es también el caso de la concentración de la producción y de la distribución gracias a la mecanización y a la racionalización de los modos de gestión, lo que conduce a la diferencia creciente entre una producción cada vez más importante y una oferta cada vez más reducida (fenómeno de los libros nacidos muertos) en los puntos de venta y cada vez más desigual en términos de distribución geográfica13. La sobreproducción va también a la par con la disminución de las tiradas14: se observa un incremento de este fenómeno para las traducciones de libros de literatura (en particular para las obras y los géneros considerados difíciles, como la poesía y el teatro) y de ciencias humanas.

Del mismo modo sucede con la tendencia a la diversificación de los productos para la conquista de nuevos mercados frente a la tendencia a la estandarización de productos culturales destinados a alcanzar los públicos más hetereogéneos que pertenecen a culturas diferentes. Esto se observa en el mercado mundial de la edición, por un lado, con la producción de bestsellers mundiales, y por el otro, con la variedad de lenguas de las que se traduce. El crecimiento conduce, en efecto, a que las editoriales se diversifiquen, lo que opaca su identidad fundada sobre un catálogo que contenía una herencia y un capital simbólico15. Este proceso está acompañado de una indiferenciación relativa de la producción.

La competencia que se ejercía alrededor del capital simbólico está regida cada vez más por cuestiones económicas. Además, la rentabilidad del capital simbólico a largo plazo hace de este un objeto de especulación debido a la compra de fondos16, lo que termina opacando aún más estas identidades. Pero, sobre todo, la racionalización económica incita a abandonar el objetivo de descubrir nuevos autores, y la inversión a largo plazo en autores, en favor de un cálculo de rentabilidad a corto plazo; incluso la búsqueda de ganancia título por título reemplaza la tradicional «perecuación» entre libros de rotación rápida y libros de rotación lenta17. De manera correlativa, el mercado tiende a segmentarse entre grandes editores generalistas y pequeños editores más o menos especializados (lo que se conoce como nichos), según el modelo del «oligopolio de franja»18 —concentración alrededor de algunas estructuras, por una parte, y fuerte dispersión, por otra— que caracteriza los mercados muy competitivos: desde el punto de vista de la circulación transnacional del libro se constata una concentración de las traducciones del inglés en las grandes estructuras editoriales, y, así mismo, la especialización de pequeños editores en ciertas lenguas, lo que favorece una diversificación de los intercambios19.

Sin embargo, esta contradicción entre la concentración creciente de las traducciones alrededor de la lengua inglesa y la diversificación de los intercambios es también producto de las luchas y de las relaciones de fuerza geopolíticas (caída del muro de Berlín, expansión del imperialismo estadounidense20) y socioculturales (consigna de la mundialización, movimiento antimundialización, altermundialismo21, defensa de la excepción cultural o de la diversidad cultural22).

Parte de la configuración de las relaciones espaciales es también la tendencia a la universalización, a causa de la constitución de un mercado mundializado, así como la tendencia opuesta a la consolidación de las especificidades identitarias, locales o regionales, contradicciones que recuerdan la historia de la construcción de las identidades nacionales23. Como lo explica David Harvey:

La renta de monopolio es una forma contradictoria. Al perseguirla, el capital mundial debe valorizar iniciativas locales distintivas (y, en ciertos aspectos, cuanto más distintiva sea la iniciativa, mejor). Lo que implica de igual forma una valorización de lo único, de lo auténtico, de lo particular, de lo original y de todas las dimensiones de la vida social incompatibles con la homogeneidad presupuesta por la producción de mercancías24.

En el plano geográfico, lejos de abrir un espacio de circulación libre, de open market, la mundialización se plantea como una lucha por la redefinición de los territorios de distribución de los productos industriales, entre los diferentes centros y entre el centro y la periferia. En el campo del libro, esta se observa tanto entre las zonas lingüísticas, en la competencia entre potencias exportadoras (los antiguos países comunistas, antes bajo la dominación soviética, fueron el lugar de una difícil lucha entre los editores estadounidenses, alemanes y franceses), como en su interior, entre Gran Bretaña y Estados Unidos, que pretenden penetrar las antiguas colonias británicas consideradas aún por los editores ingleses parte de su territorio, entre España y los países de Latinoamérica, entre Francia y los otros países francófonos, entre Alemania y los países germanófonos.

Sin encasillarse en el funcionalismo ni en el reduccionismo económico, esta dinámica se presta bastante bien al modelo de análisis propuesto por David Harvey: la expansión del comercio exterior y el desplazamiento geográfico de los excedentes del capital y de fuerzas de trabajo que pretenden preservar el equilibrio y la coherencia estructurada de las alianzas regionales porta el germen de la destrucción de dicha coherencia, favoreciendo, en ciertos casos, la formación de nuevas alianzas regionales en búsqueda de un spatial fix, que entrará a competir con la metrópolis, siendo el ejemplo emblemático Estados Unidos en relación con Inglaterra25. Este modelo es, en efecto, bastante flexible, y le permite articularse con un análisis sociológico al que el autor mismo invita, con la condición de reintroducir el papel de los actores históricos y los intereses específicos que invierten en sus prácticas, según sus espacios de referencia.

A estas tendencias contradictorias que estructuran globalmente el mercado del libro se suman, en efecto, para cada sector, lógicas que les son propias. En ciertos campos, como la literatura o las ciencias sociales y humanas, existían formas de universalización y un espacio de intercambio internacional antes del proceso de unificación del mercado, que obedecían a dinámicas en cierto grado autónomas de los asuntos económicos y políticos26. Estas formas de intercambio o de universalización deben diferenciarse de la producción de bestsellers mundializados. Encontramos así, a nivel internacional, la oposición descrita por Pierre Bourdieu entre un circuito de gran producción, regido por la lógica mercantil, y un circuito de producción restringida, que tiene su lógica propia, sus reglas y sus principios de reconocimiento simbólico, que son relativamente autónomos de las obligaciones económicas y políticas: es el caso de los campos literario y científicos.

La pregunta que se plantea es cómo esos asuntos y tendencias contradictorios se traducen en imposiciones que orientan las estrategias de los agentes: grandes grupos, editores, políticas públicas, agentes literarios, traductores, entre otros; qué efectos tienen en la práctica sobre la circulación de los libros y sobre la producción editorial.

Resultado, en parte, de un coloquio que se llevó a cabo en París, en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (ehess) y en el Institut pour la Recherche, le Developpement Socio-economique et la Communication (Iresco), del 23 al 25 de marzo del 200627, este volumen constituye una primera tentativa para comprender los efectos de la mundialización en el mercado del libro a partir de estudios empíricos28. Cruza las visiones de varias disciplinas y especialidades: los historiadores del libro, que comienzan a elaborar una aproximación «global» de la edición29; los sociólogos de la edición, campo que conoce un desarrollo desde hace una década30, con un interés nuevo por las traducciones31, y los traductólogos que, con el surgimiento de una sociología de la traducción32 entienden cada vez más esta actividad como una práctica social33. Las escalas de observación varían, de los movimientos de los grandes grupos a las estrategias colectivas e individuales de los pequeños editores independientes, de los asuntos geopolíticos a su representación en las polémicas o en la producción de libros, de la evolución de las prácticas y de las representaciones de la coedición al estudio de un proyecto de colección transnacional, de los flujos de traducción entre países al análisis textual de las traducciones en circulación.

La obra está dividida en tres partes. La primera se enfoca en los efectos de la mundialización sobre la estructura del mercado internacional de la edición. La aceleración del proceso de unificación de un mercado editorial mundial se debe en gran parte a las estrategias de concentración y de internacionalización de los grandes grupos, convertidos en multinacionales, y entre los cuales la competencia se intensificó en los dos últimos decenios, como lo analiza Jean-Yves Mollier. Este desarrollo de un mercado internacional genera, asimismo, una serie de imposiciones para los actores, quienes han desarrollado estrategias de ajuste o de resistencia frente a este proceso. Una de las estrategias de ajuste son, por ejemplo, las coediciones internacionales. Hélène Buzelin muestra los diferentes usos que se hacen de esta práctica de una zona lingüística a otra o de un país al otro, y cómo las transformaciones del mundo editorial se gestan tanto en la configuración de las relaciones espaciales como en los territorios de lo imaginario, aún fuertemente marcados por las tradiciones nacionales. André Schiffrin amablemente nos autorizó a publicar aquí algunos extractos de su libro The Business of Books. Estos tienen relación directa con dos sectores: la edición de libros políticos y las editoriales universitarias; en ellos, el autor de L’Édition sans éditeurs analiza algunos de los cambios producidos por el dominio creciente de la lógica mercantil34.

Por otro lado, Gustavo Sorá propone una reflexión sobre la reconfiguración de la edición de textos de ciencias sociales en Latinoamérica, y postula una nueva paradoja de la mundialización: la de un «mundo en expansión que se reduce». En efecto, la poderosa entrada de los grandes grupos españoles fragmentó y redujo la circulación de los libros dentro del continente. Las resistencias toman diversas formas, la más clásica consiste en la defensa de los valores «puros» de la autenticidad y de una «estética enfocada en las particularidades culturales», que es, sin embargo, susceptible, como lo señala David Harvey35, de caer en una política identitaria local, regionalista o nacionalista conservadora, incluso neofascista.

Sin embargo, el mundo editorial constituye también uno de los ámbitos de experimentación de otra forma de mundialización, como lo ejemplifica la formación de grupos de resistencia contra el aumento de las lógicas económicas en los intercambios culturales internacionales y las desigualdades entre zonas geográficas, en particular entre el norte y el sur. Luc Pinhas expone cómo las experiencias más innovadoras para la promoción de la «bibliodiversidad» y el auge del libro en el sur son producto de las iniciati­vas privadas, que reúnen a actores profesionales, como la Asociación Inter­nacional de Vendedores de Libros Francófonos y la Alianza de Editores Independientes (Afrilivres), y a militantes de la altermundialización, más que a la Francophonie (Organización Internacional de la Francofonía) que, a pesar de haber hecho de la diversidad cultural uno de sus temas predilectos, realmente no ha cuestionado el modelo editorial colonial.

Las estrategias individuales y colectivas de los editores frente a la globalización editorial son abordadas en la segunda parte. La nueva proliferación, a lo largo de los años noventa, de pequeños editores independientes que se especializan en libros de política y ensayos críticos es una de las formas que ha tomado la oposición al proceso de racionalización y de comercialización de la edición. Sophie Noël esboza un panorama general de estos pequeños editores en Francia, de los valores y de las prácticas vocacionales comprometidas y desinteresadas con las que se oponen a la ley del crecimiento y de la ganancia. La comparación que hace Camille Joseph de la relación con lo extranjero de un editor comprometido con la causa tercermundista, Maspero, y de las ediciones de La Découverte que le sucedieron, da lugar a cuestionar la transmisión de la herencia intelectual en un espacio en transformación y la articulación entre asuntos políticos, culturales y económicos. Estas cuestiones se presentan también, como lo muestra Hervé Serry, en las ediciones de Seuil, que lanzó a finales de la década de 1980 la colección Faire l’Europe, en asociación con editores de Italia, Alemania y España. Paradójicamente, en el momento en que la Unión Europea estaba naciendo, esta tentativa de crear un nuevo territorio de lo imaginario anclándolo a una historia común chocó más que nunca con las tradiciones nacionales arraigadas tanto en las representaciones como en las prácticas profesionales. Como vanguardia política, el movimiento feminista pretendió, desde sus inicios, ser internacional, al favorecer la circulación de la producción editorial con la que se identificaba. Las ediciones Des Femmes, estudiadas por Fanny Mazzone, desarrollaron muy temprano una política de traducción que constituyó para esta editorial un modo de acumulación de capital militante, el cual aseguró, a cambio, su posición en la escena feminista internacional en cuanto representante del French Feminism, conduciendo a un malentendido característico de la recepción transnacional de las ideas36.

Por otro lado, la reproducción de las relaciones centro-periferia, con ocasión de las International Feminist Bookfairs, que tuvieron lugar entre 1984 y 1994, ilustra las contradicciones entre la voluntad política y el peso de las determinaciones geopolíticas y socioculturales. El caso del editor canadiense Hurtubise hmh, analizado por Martin Doré, revela una estrategia de subversión muy exitosa de las jerarquías entre centro-periferia dentro del espacio francófono, por medio especialmente de los intercambios con África.

La última parte está consagrada a la traducción como vector de los intercambios culturales internacionales en el sector del libro. Los flujos de traducción expresan las relaciones de fuerza dentro del mercando mundial del libro, cada vez más dominado por la lengua inglesa. Estas relaciones asimétricas conforman un sistema, que analiza Johan Heilbron en un artículo fundador de la sociología de la traducción y que aparece por primera vez en este volumen, en una versión modificada37. El artículo de Gisèle Sapiro intenta identificar los desafíos y las imposiciones que pesan sobre la circulación transnacional del libro, y la manera como son retraducidos por los actores: así, la traducción constituye para algunos una práctica concreta de defensa de la diversidad cultural frente a la amenaza de la estandarización y al dominio creciente del inglés. Los tipos de imposiciones, económicas, políticas, culturales, que pesan sobre las políticas editoriales en materia de selección de los nuevos títulos por traducir y el papel de los intermediarios políticos (agregados culturales, encargados del libro, institutos de traducción), económicos (editores, agentes literarios) y culturales (traductores, escritores, críticos, universitarios) son enseguida entendidos a partir de estudios de caso.

A partir de un análisis de la novela estadounidense del siglo xix, tradu­cida al francés, Jean-Marc Gouanvic examina las prácticas de reedición de los clásicos. Al constatar la tendencia a reeditar traducciones bastante viejas, se interroga sobre la contradicción entre el discurso de valorización simbólica de la edición de este tipo de literatura y de las prácticas editoriales que parecen, ante todo, orientadas por la búsqueda de la rentabilidad económica. El examen de la evolución de las traducciones del francés en Brasil, llevado a cabo por Marta Pragana Dantas, para el periodo 1984-2002, muestra el relativo declive de la posición del francés en el mercado mundial del libro, frente a la dominación del inglés. Aunque el periodo está marcado por fuertes variaciones coyunturales debidas a factores sociopolíticos (transición democrática), económicos (plan económico de Fernando Collor, Plan Real) y culturales (boom de la literatura erótica y pornográfica luego de la supresión de la censura), surgen tendencias más duraderas, que reflejan las inclinaciones del mercado internacional, sobre todo con la aparición de un mercado especializado del libro juvenil y el aumento de las obras de rápida rotación.

A partir del caso de Polonia, que presenta algunas similitudes con el de Rusia38, Elżbieta Skibińska estudia los efectos de la mundialización en el mercado del libro en los países de Europa del Este luego de 1989, marcados por el paso brusco de una organización profesional rigurosamente controlada por el poder político a una economía liberal, lo que implicó un aumento muy significativo del número de traducciones y una transformación de la oferta, con la introducción masiva de libros religiosos, de libros prácticos y de la literatura popular al lado de ediciones de «lujo». En este espacio en reestructuración, la traducción es, para las nuevas empresas editoriales, un medio para acumular tanto capital económico como capital simbólico. Después de un periodo de «reajuste», pareciera establecerse un proceso de «normalización». Si la caída del Muro produjo el aumento de los flujos de traducción del este hacia el oeste, en el contexto posterior sucedió lo contrario, como lo muestra Ioana Popa, quien propone un análisis de las transformaciones del espacio de recepción de las literaturas de Europa del Este en Francia entre 1970 y el 2000. Fuertemente politizada, esta recepción se diversificó a partir de los años ochenta con la llegada de nuevos jugadores al campo editorial que se especializaron en las lenguas periféricas. Pero esta dinámica, sostenida principalmente por el interés en los asuntos políticos y la transferencia de escritos clandestinos, se vio interrumpida por la caída del Muro, lo que modificó la configuración de las relaciones geopolíticas en beneficio de la relación de la fuerza económica.

Primera tentativa de construir un objeto tan vasto y complejo, esta obra está lejos de cubrir todas las canteras que abre esta aproximación de los efectos de la mundialización en el mercado del libro. Además de las numerosas zonas geográficas que quedan por explorar, en primer lugar Asia oriental —donde la edición está en pleno auge—, la cuestión crucial de la distribución, que determina cada vez más la cadena del libro y que constituye un punto nodal de la articulación entre racionalización y relaciones de fuerza espaciales merecería una amplia investigación a escala mundial. Sin caer en un tecnodeterminismo que elude la naturaleza social de las prácticas39, se plantea paralelamente la cuestión sobre cómo los usos de las nuevas tecnologías modifican las condiciones y los desafíos de la circulación transnacional del libro y de lo escrito, de los medios de promoción, difusión y distribución en el propio soporte (libro electrónico, e-book), pasando por las experiencias de un soporte multimedia —en especial en los sectores de las enciclo­pedias y diccionarios, libros de arte y juegos y, en menor medida, de las ciencias (como se observa sobre todo en el caso de las revistas)40—.

La intensificación de los intercambios internacionales plantea también el problema de la armonización de los principios que rigen la propiedad intelectual. El Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (adpic, en inglés Trade Related Intellectual Porperty Rights [trips]), firmado en 1994 en el marco de la Organización Mundial del Comercio (gatt-omc)41, adoptó el Convenio de Berna sobre la protección de la propiedad literaria y artística, con excepción de las disposiciones relativas a los derechos morales, en particular a su carácter inalienable, que distingue el derecho de autor francés de la legislación angloestadounidense sobre el copyright. Ahora bien, el carácter cedible del derecho moral contribuye a hacer de los libros una mercancía más, según la concepción que prevalece en la ley sobre el copyright. Aún quedan por estudiar las consecuencias de este acuerdo en la circulación transnacional de los libros, así como las nuevas medidas tomadas en materia de protección de la propiedad intelectual sobre Internet (la directiva europea del 2001 relativa a la armonización de determinados aspectos de los derechos de autor y derechos afines, la ley davdsi en Francia), que, a pesar de que se centre en la música, tiene también repercusiones para los libros.

De manera general, el papel de las políticas públicas en el ámbito del libro es revelador en cuanto a las formas de participación de los Estados y de las instancias supraestatales (como la Unesco o la Unión Europea) en la lucha alrededor de la reconfiguración de las relaciones de fuerza constitutivas del espacio editorial a escala mundial: así, la Unesco publicó un estudio sobre la política nacional del libro como guía para los países del sur y creó un organismo intergubernamental, el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc), que ayudó a establecer políticas públicas en varios países de esta región42. Finalmente, en dicho «orden del libro»43 mundializado, las nuevas formas de «control de la palabra», para retomar el título de un libro de André Schiffrin44, necesitarían también de una investigación de gran envergadura. Pero el estudio de estas transformaciones debe reposar en un conocimiento profundo de los modos de funcionamiento de este universo, que explica tanto las formas específicas que allí toma la resistencia a la racionalización y a la mundialización como las innovaciones que se dan en su campo. Esta obra desea contribuir en tal conocimiento.

Bibliografía

Agrikoliansky, Éric e Isabelle Sommier (dir.). Radiographie du mouvement altermondialiste. París: La Dispute, 2005.

Agrikoliansky, Éric, Olivier Fillieule y Nona Mayer. L’Altermondialisme en France. París: Flammarion, 2005.

Barbier, Frédéric. L’Empire du livre. París: Le Cerf, 1995.

Benhamou, Françoise y Stéphanie Peltier. «Une méthode multicritère d’évaluation de la diversité culturelle: Application à l’édition de livres en France», en Création et diversité au miroir des industries culturelles, dirigido por Xavier Greffe. París: Ministère de la Culture et de la Communication, 2006.

Benjamin, Walter. L’Œuvre d’art à l’époque de sa reproductibilité technique. París: Gallimard, 2008.

Bourdieu, Pierre. «La production de la croyance: Contribution à une économie des biens symboliques». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 13 (1977): 3-43.

Bourdieu, Pierre. «Les conditions sociales de la circulation internationale des idées». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 145 (2002): 3-8.

Bourdieu, Pierre. «Une révolution conservatrice dans l’édition». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 126-127 (1999).

Casanova, Pascale. La République mondiale des lettres. París: Seuil, 1999.

Caves, Richard. Creative Industries: Contratcts and Commerce. Cambridge y Londres: Harvard University Press, 2000.

Chartier, Roger. Culture écrite et société: L’ordre des livres xive-xviiie siècles. París: Albin Michel, 1996.

Chartier, Roger. Métamorphoses du livre: Le livre et le numérique. París: Bibliothèque du Centre Pompidou, 2001.

Chartier, Roger y Henri-Jean Martin. Histoire de l’édition française. París: Fayard y Le Cercle de la Librairie, 1989, 4 vols.

Colectivo. Des paroles et des actes pour la bibliodiversité. París: Alliance des Éditeurs Indépendants, 2006.

Coser, Lewis, Charles Kadushin y Walter Powell. Books: The Culture & Commerce of Publishing. Nueva York: Basic Books, 1982.

Darnton, Robert. «Le nouvel âge du livre». Le Débat, n.º 105 (1999).

Drahos, Peter y John Braithwaite. «Une hégémonie de la connaissance: Les enjeux des débats sur la propriété intellectuelle». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 151-152 (2004): 69-80.

Dubois, Vincent. La Politique culturelle: Genèse d’une catégorie d’intervention publique. París: Belin, 1999.

Durand, Pascal et al. Naissance de l’éditeur. París: Bruxelles, 2005.

Farchy, Joëlle. La Fin de l’exception culturelle? París: cnrs Éditions, 1999.

Febvre, Lucien y Henri-Jean Martin. L’Apparition du livre. París: Albin Michel, 1971.

Garzón, Álvaro. La Politique nationale du livre: Un guide pour le travail sur le terrain. París: Unesco, 1997.

Gournay, Bernard. Exception culturelle et mondialisation. París: Presses de Sciences Po, 2002.

Guilbaut, Serge. Comment New York vola l’idée d’art moderne. París: Jac­queline Chambon, 1996.

Guillou, Bernard y Laurent Maruani. «Les Stratégies des grands groupes d’édition: Analyse et perspectives».Cahiers de l’économie du livre, suplemento 1. París: Le Cercle de la Librairie, 1991.

Harvey, David. Géographie de la domination. París: Les Prairies Ordinaires, 2008.

Heilbron, Johan. «Toward a Sociology of Translation: Book Translations as a Cultural World-System». European Journal of Social Theory 2, (1999): 429-444.

Heilbron, Johan y Gisèle Sapiro. «Traduction: les échanges littéraires internationaux». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 144 (2002).

Hesmondhalgh, David. The Cultural Industries: An Introduction, 2.a edición. Londres: Sage, 2007.

Kant, Immanuel . Qu’est-ce qu’un livre? París: PuF, 1995.

Legendre, Bertrand y Corinne Abensour. Les Nouveaux Éditeurs. París: La Documentation Française, 2007.

Lyons, Martyn, Jean-Yves Mollier y François Vallotton (dir.). Histoire nationale ou histoire internationale du livre et de l’édition? Quebec: Nota Bene, 2016.

Mann, Michael. «Impérialisme économique et impérialisme militaire américains». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 171-172 (2008): 20-39.

Michon, Jacques y Jean-Yves Mollier (dirs.). Les Mutations du livre et de l’édition dans le monde du xviiie siècle à l’an 2000. Quebec y París: Presses de l’Université de Laval y L’Harmattan, 2001.

Miège, Bernard. La Société conquise par la communication: Les tic entre innovation technique et ancrage social, tomo iii. Grenoble: PuG, 2007.

Mollier, Jean-Yves (dir.). Où va le livre? París: La Dispute, 2007.

Moulin, Raymonde. Le Marché de l’art: Mondialisation et nouvelles technologies. París: Flammarion, 2003.

Quemin, Alain. «Globalization and Mixing in the Visual Arts: An Empirical Survey of “High Culture” and Globalization». International Sociology 21, n.º 4 (2006): 522-550.

Quemin, Alain. L’Art contemporain international: Entre les institutions et le marché. París: Jacqueline Chambon, Artprice, 2002.

Regourd, Serge (dir.). De l’exception à la diversité culturelle. París: La Documentation Française, 2004.

Renard, Hervé y François Rouet. «L’économie du livre: De la croissance à la crise», en L’Édition française depuis 1945, dirigido por Pascal Fouché. París: Le Cercle de la Librairie, 1998.

Reynaud-Crescent, Bénédicte. «La dynamique d’un oligopole avec frange: Le cas de la branche d’édition de livres en France». Revue d’économie industrielle, n.º 22 (1982): 61-71.

Reynaud-Crescent, Bénédicte. «L’emprise des groupes sur l’édition française au début des années 1980». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 130 (1999): 3-10.

Rouet, François. Le Livre: Mutations d’une industrie culturelle. París: La Documentation Française, 2007.

Sapiro, Gisèle. «Translation and the Field of Publishing: A Commentary on Pierre Bourdieu’s “A Conservative Revolution in Publishing” from a Translation Perspective». Translation Studies 1, n.º 2 (2008): 154-167.

Sapiro, Gisèle (dir.). Translatio:Le marché de la traduction en France à l’heure de la mondialisation. París: cnrs Éditions, 2008.

Schalke, Claudia y Markus Gerlach. «Le pays éditorial allemand». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 130 (1999): 29-47.

Schiffrin, André. «Les presses universitaires américaines et la logique du profit». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 130 (1999): 77-80.

Schiffrin, André. L’Édition sans éditeurs. París: La Fabrique, 1999.

Schiffrin, André. Le Contrôle de la parole. París: La Fabrique, 2005.

Serry, Hervé. «Constituer un catalogue littéraire: La place des traductions dans l’histoire des éditions du Seuil». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 144 (2002): 70-79.

Serry, Hervé. «Figures d’éditeurs après 1945: Habitus, habitus professionnels et transformations du champ éditorial», en Figures de l’éditeur: Représentations, savoirs, compétences, dirigido por Bertrand Legendre y Christian Robin. París: Nouveau Monde Éditions, 2005.

Surel, Yves. L’État et le Livre: Les politiques publiques du livre en France, 1957-1993. París: L’Harmattan, 1997.

Thiesse, Anne-Marie. Écrire la France: Le mouvement régionaliste de langue française entre la Belle Époque et la Libération. París: PuF, 1991.

Thiesse, Anne-Marie y Natalia Chmatko. «Les nouveaux éditeurs russes». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 126-127 (1999): 75-89.

Thompson, John. Books in the Digital Age. Cambridge: Polity Press, 2005.

Thompson, John. «L’édition savante à la croisée des chemins». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 164 (2006): 93-98.

Wallerstein, Immanuel. Comprendre le monde: Introduction à l’analyse des systèmes-monde. París: La Découverte, 2004.

Wolf, Michaela (dir.). Constructing a Sociology of Translation. Ámsterdam y Filadelfia: John Benjamins Press, 2007.

[1] El concepto braudeliano de economía-mundo fue retomado y sistematizado por Immanuel Wallerstein en su teoría de los sistemas-mundo. Véase especialmente Immanuel Wallerstein, Comprendre le monde: Introduction à l’analyse des systèmes-monde (París: La Découverte, 2004).

[2] La teoría del sistema-mundo se fundamenta en la oposición entre centro y periferia. Asimismo, en una perspectiva marxista, David Harvey propuso una «geopolítica del capitalismo», a saber, una teoría general de las relaciones espaciales y del desarrollo geográfico desigual dentro del capitalismo. Véase David Harvey, Géographie de la domination (París: Les Prairies Ordinaires, 2008).

[3] Pierre Bourdieu, «La production de la croyance: Contribution à une économie des biens symboliques». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 13 (1977): 3-43.

[4] Immanuel Kant, Qu’est-ce qu’un livre? (París: PuF, 1995) (Quadrige).

[5] Walter Benjamin, L’Œuvre d’art à l’époque de sa reproductibilité technique (París: Gallimard, 2008).

[6] François Rouet, Le Livre: Mutations d’une industrie culturelle (París: La Documentation française, 2007). Véanse también Lewis Coser, Charles Kadushin y Walter Powell, Books: The Culture & Commerce of Publishing (Nueva York: Basic Books, 1982), y Pascal Durand et al., Naissance de l’éditeur (París: Bruxelles, 2005).

[7] Para una aproximación comparada de la organización de estas industrias culturales véanse Joëlle Farchy, La Fin de l’exception culturelle? (París: cnrs Éditions, 1999); Richard Caves, Creative Industries: Contratcts and Commerce (Cambridge y Londres: Harvard University Press, 2000); David Hesmondhalgh, The Cultural Industries: An Introduction, 2.a edición (Londres: Sage, 2007).

[8] Para el caso francés véanse Yves Surel, L’État et le Livre: Les politiques publiques du livre en France, 1957-1993 (París: L’Harmattan, 1997), y Vincent Dubois, La Politique culturelle: Genèse d’une catégorie d’intervention publique (París: Belin, 1999).

[9] Serge Guilbaut, Comment New York vola l’idée d’art moderne (París: Jacqueline Chambon, 1996); Raymonde Moulin, Le Marché de l’art: Mondialisation et nouvelles technologies (París: Flammarion, 2003) (Champs); Alain Quemin, L’Art contemporain international: Entre les institutions et le marché (París: Jacqueline Chambon y Artprice, 2002); Alain Quemin, «Globalization and Mixing in the Visual Arts: An Empirical Survey of “High Culture” and Globalization». International Sociology 21, n.º 4 (2006): 522-550.

[10] Véanse especialmente Lucien Febvre y Henri-Jean Martin, L’Apparition du livre (París: Albin Michel, 1971); Roger Chartier y Henri-Jean Martin, Histoire de l’édition française (París: Fayard y Le Cercle de la Librairie, 1989), 4 vols.; Frédéric Barbier, L’Empire du livre (París: Le Cerf, 1995), y Jacques Michon y Jean-Yves Mollier (dirs.), Les Mutations du livre et de l’édition dans le monde du xviiie siècle à l’an 2000 (Quebec y París: Presses de l’Université de Laval y L’Harmattan, 2001), 191-207.

[11] Sobre la internacionalización de los grandes grupos véanse Bernard Guillou y Laurent Maruani, «Les Stratégies des grands groupes d’édition: Analyse et perspectives», Cahiers de l’économie du livre, suplemento 1 (París: Le Cercle de la Librairie, 1991).

[12] Harvey, Géographie de la domination, 88.

[13] Sobre el caso francés véanse Jean-Yves Mollier (dir.), Où va le livre? (París: La Dispute, 2007); Françoise Benhamou y Stéphanie Peltier, «Une méthode multicritère d’évaluation de la diversité culturelle: Application à l’édition de livres en France», en Création et diversité au miroir des industries culturelles, dirigido por Xavier Greffe (París: Ministère de la Culture et de la Communication, 2006), 313-344.

[14] Para el caso francés véase Hervé Renard y François Rouet, «L’économie du livre: De la croissance à la crise», en L’Édition française depuis 1945, dirigido por Pascal Fouché (París: Le Cercle de la Librairie, 1998), 690-692. Para el caso alemán véase Claudia Schalke y Markus Gerlach, «Le pays éditorial allemand». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 130 (1999): 29-47.

[15] Pierre Bourdieu, «Une révolution conservatrice dans l’édition». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 126-127 (1999). Para un análisis de los problemas que plantea la transmisión de la herencia en un espacio editorial en transformación véase Hervé Serry, «Figures d’éditeurs après 1945: Habitus, habitus professionnels et transformations du champ éditorial», en Figures de l’éditeur: Représentations, savoirs, compétences, dirigido por Bertrand Legendre y Christian Robin (París: Nouveau Monde Éditions, 2005), 73-89.

[16] Bénédicte Reynaud-Crescent, «L’emprise des groupes sur l’édition française au début des années 1980». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 130 (1999): 3-10.

[17] André Schiffrin, L’Édition sans éditeurs (París: La Fabrique, 1999).

[18] Bénédicte Reynaud-Crescent, «La dynamique d’un oligopole avec frange: le cas de la branche d’édition de livres en France», Revue d’économie industrielle, n.º 22 (1982): 61-71.

[19] Para un análisis de los efectos de estas transformaciones en las traducciones en francés véase Gisèle Sapiro (dir.), Translatio:Le marché de la traduction en France à l’heure de la mondialisation (París: cnrs Éditions, 2008).

[20] Michael Mann, «Impérialisme économique et impérialisme militaire américains». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 171-172 (2008): 20-39.

[21] Véanse Éric Agrikoliansky, Olivier Fillieule y Nona Mayer, L’Altermondialisme en France (París: Flammarion, 2005), y Éric Agrikoliansky e Isabelle Sommier (dir.), Radiographie du mouvement altermondialiste (París: La Dispute, 2005).

[22] Véanse Bernard Gournay, Exception culturelle et mondialisation (París: Presses de Sciences Po, 2002); Serge Regourd (dir.), De l’exception à la diversité culturelle (París: La Documentation Française, 2004), y Colectivo, Des paroles et des actes pour la bibliodiversité (París: Alliance des Éditeurs Indépendants, 2006).

[23] Anne-Marie Thiesse, Écrire la France: Le mouvement régionaliste de langue française entre la Belle Époque et la Libération (París: PuF, 1991).

[24] Harvey, «L’art de la rente», en Géographie de la domination, 53. La noción de renta de monopolio se aplica a los bienes culturales y a los recursos que tengan una cualidad particular, como la viña: «Hay renta de monopolio cuando algunos actores sociales estén en condiciones de aumentar sus ingresos a largo plazo porque disponen de un control exclusivo sobre un artículo directa o indirectamente explotable, y que debe, en ciertos aspectos, ser único y no reproducible», 24-25.

[25] Harvey, «Géopolitique du capitalisme», en Géographie de la domination, 101-108.

[26] Sobre el campo literario véase Pascale Casanova, La République mondiale des lettres (París: Seuil, 1999); sobre las lógicas específicas que rigen los intercambios en ciencias sociales y humanas véase Gisèle Sapiro e Ioana Popa, «Traduire les sciences humaines et sociales: Logiques éditoriales et enjeux scientifiques», en Sapiro, Translatio, capítulo 4. El sector de la edición académica se ve, sin embargo, afectado por las transformaciones recientes, como lo demuestran los estudios sobre las editoriales universitarias angloestadounidenses, al respecto véanse la contribución de André Schiffrin en este volumen y John Thompson, Books in the Digital Age (Cambridge: Polity Press, 2005), y John Thompson, «L’édition savante à la croisée des chemins». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 164 (2006): 93-98.

[27] El coloquio fue organizado por Gisèle Sapiro, en el marco de la red europea esse («Por un espacio de las ciencias sociales europeo»), financiado por el sexto programa marco de la Unión Europea. La coordinación estuvo a cargo de Anaïs Bokobza, del Centro de Sociología Europea, con la ayuda de Jocelyne Pichot, y de Hervé Serry del Iresco. El comité científico estuvo conformado por Anaïs Bokobza, Johan Heilbron, Joseph Jurt, Ioana Popa, Gisèle Sapiro y Hervé Serry.

[28] Se constituyó un comité de lectura con miras a esta publicación, estuvo conformado por Hervé Serry, Gisèle Sapiro, Johan Heilbron, Ioana Popa, Claire Ducournau, y Remi Lenoir (en representación de la revista Sociétés & Représentations). Myriam Tsikounas estuvo a cargo de la coordinación con Nouveau Monde Éditions. La presentación del tapuscrito fue realizada por Camille Picard. A los textos fruto de las ponencias seleccionadas se agregaron otras contribuciones: traducciones al francés de textos de André Schiffrin y de Johan Heilbron, así como nuevas investigaciones realizadas por jóvenes investigadores. Una parte de las ponencias presentadas durante el coloquio del 2006, que reproducían los resultados de una investigación colectiva llevada a cabo en el Centro de Sociología Europea, en el marco de una acción concertada, incitativa del Ministerio de la Investigación (programa «Terrains, techniques, théorie») sobre el tema La Traduction comme vecteur des échanges culturels internationaux: circulation des livres de littérature et de sciences sociales et évolution de la place de la France sur le marché mondial de l’édition de 1980 à 2004 (cse, septiembre del 2007), se publicó en otro volumen: Sapiro, Translatio.

[29] Véase especialmente Martyn Lyons, Jean-Yves Mollier y François Vallotton (dir.), Histoire nationale ou histoire internationale du livre et de l’édition? (Quebec: Nota Bene, 2016).

[30] La sociología de la edición, en la cual los trabajos de Robert Escarpit fueron precursores desde la década de 1950, se constituyó alrededor de los trabajos mayores de Bourdieu, «La production de la croyance», y de Coser, Kadushin y Powell, Books, pero suscitó pocas respuestas hasta la publicación, en 1999, del estudio empírico realizado por Bourdieu, «Une révolution conservatrice dans l’édition».

[31] Véanse especialmente Hervé Serry, «Constituer un catalogue littéraire: La place des traductions dans l’histoire des éditions du Seuil». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 144 (2002): 70-79, y Gisèle Sapiro, «Translation and the Field of Publishing: A Commentary on Pierre Bourdieu’s “A Conservative Revolution in Publishing” from a Translation Perspective». Translation Studies 1, n.º 2 (2008): 154-167.

[32] Véanse Johan Heilbron, «Toward a Sociology of Translation: Book Translations as a Cultural World-System». European Journal of Social Theory 2, (1999): 429-444, del que publicamos una versión modificada en este volumen; Johan Heilbron y Gisèle Sapiro, «Traduction: les échanges littéraires internationaux». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 144 (2002), y Sapiro, Translatio.

[33] Véase especialmente Michaela Wolf (dir.), Constructing a Sociology of Translation (Ámsterdam y Filadelfia: John Benjamins Press, 2007), 93-107.

[34] Estos pasajes no figuran en L’Édition sans éditeurs, del que The Business of Books, publicado en Verso en el 2000, es la versión inglesa aumentada. Una versión anterior del fragmento sobre las editoriales universitarias se publicó, en francés, con el título «Les presses universitaires américaines et la logique du profit». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 130 (1999): 77-80.

[35] Harvey, Géographie de la domination, 54.

[36] Pierre Bourdieu, «Les conditions sociales de la circulation internationale des idées». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 145 (2002): 3-8.

[37] Heilbron, «Toward a Sociology of Translation», traducido de la versión francesa hecha por Anaïs Bokobza.

[38] Véase Anne-Marie Thiesse y Natalia Chmatko, «Les nouveaux éditeurs russes». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 126-127 (1999): 75-89.

[39] El cambio se debe a la transformación del soporte, comparable a la revolución del códice, más que a la de la imprenta, que no modificó la forma del libro, como lo señala Roger Chartier en Métamorphoses du livre: Le livre et le numérique (París: Bibliothèque du Centre Pompidou, 2001), 9. Para una revisión crítica reciente del debate sobre el tecnodeterminismo véase Bernard Miège, La Société conquise par la communication: Les tic entre innovation technique et ancrage social, tomo iii (Grenoble: PuG, 2007).

[40] Robert Darnton, «Le nouvel âge du livre». Le Débat, n.º 105 (1999); Chartier, Métamorphoses du livre; Roger Chartier, «Le lecteur dans un monde en perpétuelle mutation», en Où va le livre?, 345-360; Philippe Lane, «La librairie du xixe siècle, un acteur en perpétuel mutation», en Où va le livre?, 91-108; Daniel Garric y Jean-Michel Oullion, «L’édition électronique», en Histoire de l’édition depuis 1945, 408-421, y Bertrand Legendre y Corinne Abensour, Les Nouveaux Éditeurs (París: La Documentation Française, 2007).

[41] Sobre los asuntos que sustentan este acuerdo véase Peter Drahos y John Braithwaite, «Une hégémonie de la connaissance: Les enjeux des débats sur la propriété intellectuelle». Actes de la recherche en sciences sociales, n.º 151-152 (2004): 69-80.

[42] Álvaro Garzón, La Politique nationale du livre: Un guide pour le travail sur le terrain (París: Unesco, 1997). Véanse especialmente las contribuciones de Paulo Slachevsky, en las ediciones Lom (Chile), y de Luiz Fernando Sarmiento, representante del Cerlalc, en el encuentro de editores independientes en la Feria de Guadalajara, en noviembre del 2005 (Des paroles et des actes, 55-65 y 233-238). En cambio, esta política no ha tenido una verdadera repercusión en África, como lo lamentaba en este mismo encuentro Serge Dontchueng Kouam, de Presses Universitaires d’Afrique (Camerún), 117-128.

[43] Según un concepto elaborado por Roger Chartier en Culture écrite et société: L’ordre des livres xive-xviiie siècles (París: Albin Michel, 1996).

[44] André Schiffrin, Le Contrôle de la parole (París: La Fabrique, 2005). Véase también, para el caso francés, Jean-Yves Mollier, «Les tentations de la censure: Entre l’État et le marché», en Où va le livre?, 109-125.

primera parte

Mutaciones del mercado del libro

Las estrategias de los grupos de comunicación en los albores del siglo xxi

Jean-YvesMollier

El Premio Nobel de Economía de 1982, el estadounidense George Joseph Stigler, definía en ese entonces la estructura del mercado del libro, en los países más desarrollados, como un «oligopolio de franja competitiva»45. Por medio de la inverted umbrella, imagen que en su traducción al francés parece estetizar las relaciones de dominación económica, el líder de la economía de la regulación buscaba justificar el incómodo fenómeno del oligopolio que caracteriza un mercado de competencia imperfecta. Luego de ello, Bénédicte Reynaud-Crescent habría de aplicar su observación al mercado francés de la edición. Su tesis de Economía, sustentada en 1981, que lleva el título de «L’évolution de la structure de la branche d’édition de livres en France»46, resumida al año siguiente en un artículo de la Revue d’économie industrielle, fijaría por mucho tiempo el marco conceptual desde el cual se pensó la concentración activa en este sector por varios años47.

Como se presenciaba tanto en Estados Unidos como en la vieja Europa un formidable movimiento de monopolio industrial, convenía prohibirles a los marxistas la estigmatización de este estadio de evolución del monopolio capitalista oponiéndoles la objetividad de la observación científica48. Considerando que efectivamente los actores del mercado unían sus esfuerzos con los de los responsables políticos para obtener una regulación favorable a sus intereses, George Stigler hizo posible pensar en el entusiasmo que despertó en la edición francesa, el 14 de diciembre de 1980, el resonado grito de victoria de Jean-Luc Lagardère, quien acababa de comprar el 41 % de las acciones de la Librairie Hachette49. Casi al mismo tiempo, el grupo Havas, por medio de su filial cep-Communication, comenzó a avanzar para convertirse, a finales de esa década, en el número uno de la edición francesa con el nombre de Groupe de la Cité, el holding financiero constituido en asociación con las Presses de la Cité50. Todos los ingredientes parecían estar presentes para hacer que el mercado del libro francés estuviera bajo el control de dos gigantes industriales, el grupo Matra, por un lado, y la Compañía General de Electricidad, por el otro51. Ambos se interesaban bastante en la información y en la comunicación; Matra poseía la estación de radio Europe 1 y también participaba en el grupo Hachette-Filipacchi Media, mientras que la agencia Havas dominaba el mundo de los telegramas y las vallas publicitarias.

En Estados Unidos se daría un paso más lejos en la década de 1980 cuando las empresas industriales, que habían invertido en la edición, se liberaron y vendieron sus participaciones a grupos de comunicación, para quienes el libro debía en adelante generar beneficios comparables a los obtenidos en los sectores más rentables de la economía. Este giro condujo entonces a André Schiffrin a renunciar a la editorial Pantheon Books, parte de Random Hou­se, y vendida por rca a Samuel I. Newhouse, un millonario que había hecho fortuna en la prensa, la radio y la televisión52.

En 1990, al salir de su oficina en la que había dirigido la edición literaria neoyorquina durante treinta años, André Schiffrin parecía anunciar el fin de un mundo y la intrusión en el universo de las letras de una lógica financiera que, aún más que las estrategias industriales conquistadoras de los años 1960 a 1980, iba a modificar la naturaleza profunda de la edición de libros en el mundo. Como el movimiento parecía idéntico en Gran Bretaña y en los Países Bajos, con la aparición de Pearson, Reed Elsevier o Wolters Kluwer; en Italia, donde la familia Mondadori vería su casa absorbida por el cavaliere Berlusconi, y en Francia, con la transformación próxima de la Compañía General de Aguas en Vivendi y luego en Vivendi Universal53, se llegó a pensar que esta marejada ya no se detendría. Tal era, por cierto, la opinión de André Schiffrin cuando redactaba la Édition sans éditeurs, publicada en París con ocasión del Salón del Libro, en marzo de 1999.

Sin embargo, con el anuncio en enero del 2000 del matrimonio entre aol, primer proveedor de acceso a Internet, y Time Warner, primer imperio mediático en el mundo, con cnn, Time, Life y Warner Bros, se debía sumar una dimensión más a estas fusiones54. Con la partida para Estados Unidos de Jean-Marie Messier y la constitución del grupo Vivendi Universal, que quería rivalizar con aol-Time Warner, se asistía al inicio de una batalla entre grupos mundiales de comunicación, encabezados por las grandes figuras de News Corporation, Walt Disney, Paramount Viacom, Comcast y Ber­telsmann, este último propietario desde 1998 de Random House, gracias a lo cual, se había convertido en el primer editor estadounidense. El llamado ulterior de su presidente-director general en Europa y luego su destitución no ayudaron a entender cuál era la estrategia a largo plazo del líder alemán de la edición. Del mismo modo, la venta en febrero del 2006 de Time Warner Book Group —la división de libros de Time Warner— a Hachette Livre pareció destinada a barajar de nuevo las cartas de este sector y prohibir cualquier intento de clarificación de sus intenciones en materia de control de la información y de la comunicación. La financiarización acelerada de la economía, que sustituye una lógica fragmentaria a la voluntad de los grupos gigantes de permanecer perennes55 es en apariencia el aguafiestas que perturba todas las sabias construcciones que se hicieron estos últimos años y que derriba como castillos de arena las fortalezas edificadas por Jean-Marie Messier y sus colegas.

Vivendi Universal se derrumbó en el otoño del 2002 y vendió su sección de libros, Vivendi Universal Publishing (vup), proporcionando al barón Sellière y a su sociedad, Wendel Investissement, la oportunidad de volver a comprar Editis, 60 % de la ex-vup. Hachette Livre recuperó el 40 % de ella, incluyendo Anaya en España, antes de adquirir Hodder Headline en el Reino Unido para presionar a Pearson en la carrera por el liderazgo mundial. Antes de retomar Time, Warner Book Group cedió Dalloz a Lefebvre Sarrut, mientras que el fondo financiero británico Carlyle, Cinven and Apax, que había comprado en el 2001 el Français Masson, especializado en libros de medicina, lo volvió a poner en venta. Wolters Kluwer, quien deseaba en 1997 beneficiarse de los efectos del matrimonio industrial para lograr una alianza estratégica con la competencia, Reed Elsevier, prefirió renunciar a ello, tres años más tarde. Estos fenómenos desconcertantes terminaron volviéndose movimientos muy erráticos, en especial porque el nuevo grupo Editis fue comprado en el 2008 por el grupo español Planeta56. Debido a que se pueden esperar nuevas ofensivas a escala mundial en el ámbito de la comunicación, se intentará explorar aquí algunas pistas susceptibles de dar sentido a estas oscilaciones, en apariencia enigmáticas.

Lógicas industriales y su regresión

Globalmente, como lo señalaron Bernard Guillou y Laurent Maruani en su estudio de 1991 titulado Les Stratégies des grands groupes d’édition: Analyse et perspectives57, el inicio de la década de 1980 marcó el surgimiento en la escena mundial de «una industria de la comunicación»58, que se reía de las fronteras políticas e incluso de los oficios de base, ya que reunía sonido, imagen y texto. Como habían elegido el modelo de la integración vertical, las firmas más emprendedoras pasaron a la acción multiplicando sus adquisiciones y reestructurando por completo el mercado del libro.

Para citar algunos ejemplos significativos, comenzaremos por recordar el caso de los Países Bajos donde, en 1987, el gigante de la prensa y de la edición profesional, Elsevier, intentó apropiarse de su principal competidor, el grupo Wolters Kluwer, que había surgido el mismo año de una fusión entre Kluwer, especializado en libros jurídicos, y Wolters-Samsom, editor de textos escolares59