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"Las obras más hermosas de la literatura acadia" presenta una selección de aquellos textos que, por su importancia y calidad, resultan imprescindibles para acceder no solo al rico y desconocido mundo de la literatura y la cultura en lengua acadia, sino a la antigua Mesopotamia en general. Desde el enigmático poema de "Adapa" hasta el satírico "El hombre pobre de Nippur", pasando por el seminal "Enuma elish" o el manual de gobierno ético de "Consejos a un príncipe", el lector encontrará en sus páginas una fascinante colección de joyas literarias, de entre las cuales un buen número se presenta traducido al castellano por primera vez. Esta edición, como la que en esta misma colección se hizo del "Gilgamesh" (2015), ofrece cada una de las obras acompañada de una breve introducción que la sitúa en relación con otros textos y con el momento histórico en el que fue compuesta, así como una introducción general y notas explicativas que iluminan numerosas cuestiones de interés artístico, histórico y cultural.
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Seitenzahl: 638
Veröffentlichungsjahr: 2025
Las obras más hermosas de la literatura acadia
Edición de Rafael Jiménez Zamudio
Traducción de Rafael Jiménez Zamudio
A Benjamín García Hernández,maestro y amigo en reconocimiento,aunque tardío, de su trayectoria
Mapa general del Antiguo Oriente Próximo.
La selección de obras que hemos puesto en manos del lector representa un conjunto de composiciones literarias acadias de notable importancia y que no podrían faltar en una antología por muy breve que fuese. Es cierto que podrían haberse añadido otras, pero igualmente habría sido difícil soslayar alguna de las que hemos seleccionado. Únicamente al editor atañe la selección que ofrecemos, en la convicción de que son obras imprescindibles en la biblioteca de toda persona que desee introducirse en la literatura acadia y en el pensamiento mesopotámico de la época. Quizá llame la atención el hecho de no haber incluido en la selección una obra tan importante como el Poema de Gilgamesh; pero ello es debido, en primer lugar, a que ya hubo sido publicada en la colección Cátedra, Letras Universales, en un amplio volumen, y, en segundo lugar, a que, dadas su amplitud y complejidad, habría convertido nuestra obra en un volumen excesivamente extenso. Hemos tratado de ofrecer al lector la traducción de las obras mejor preservadas tratando de alcanzar, en la medida de lo posible, el mayor acercamiento a los textos originales, pero sin correr el riesgo de caer en traducciones de perplejidad. La introducción a cada una de las obras se ha restringido a una información básica, huyendo en este apartado de una excesiva erudición tan grata a los asiriólogos. Hemos querido conservar escrupulosamente en nuestra traducción la presentación lineal y numerada de las tablillas originales dando cuenta también de las lagunas textuales y de las reconstrucciones más consistentes. Hemos presentado las diversas versiones de algunas obras por separado, en lugar de combinarlas como se hace habitualmente, con el fin de apreciar los diversos modos que tenían los antiguos de concebir las tradiciones. Dado que el contexto cultural en que se mueven los relatos y el código por el que se rigen sus protagonistas nos son ajenos y, en muchos casos, están lejos de la perspectiva en que hoy día nos movemos, hemos considerado oportuno añadir a pie de página un buen número de notas que expliquen o, en su caso, clarifiquen el texto. A ese fin también va dirigida la sección de términos y nombres propios. El cuerpo bibliográfico que ofrecemos ha sido muy restringido y únicamente aparecen los títulos que son citados a lo largo de la obra. No quisiéramos terminar estas líneas sin mostrar nuestro agradecimiento a la sección de Asiriología y Egiptología del Departamento de Filosofía e Historia de la Universidad de Alcalá de Henares, sin cuyo apoyo y estímulo este libro no hubiese visto la luz.
[]
Reconstrucción textual razonable.
……
Restos de signos o signos sin atribución concreta.
[……]
Laguna textual.
()
Aclaración del texto.
Cursiva
Conjetura.
aAc
Antiguo Acadio.
aAs
Antiguo Asirio.
(aB)
Antiguo Babilonio.
ac
Acadio.
AcP
Acadio periférico.
Adapa
El poema de Adapa.
AfO
Archiv für Orientforschung, Berlin, Graz.
AHw
Akkadisches Handwörterbuch, Wiesbaden, 1965-1981, vols. 1, 2 y 3.
AOAT
Alter Orient und Altes Testament. Veröffentlichungen zur Kultur und Geschichte des Alten Orients und des Alten Testaments, Neukirchen-Vluyn.
AnSt
Anatolian Studies, Ankara, 1940.
AuOr
AulaOrientalis, Barcelona.
ANET
Pritchard, J. B. (ed.), 19693.
ANLR
Rendiconti della R. Accademia Nazionale dei Lincei, Classe di scienze.
As
Asirio.
Atrahasis
V. Inilu.
Bab
Babilonio.
BASOR
Bulletin of the American Schools of Oriental Research.
BS
Babilonio estándar.
CAD
The Assyrian Dictionary of the Oriental Institute of the University ofChicago, 1956, Chicago.
DANM
Leick, G., A Dictionary of Ancient Near Eastern Mythology, Londres/Nueva York, 1991.
DP
Diálogo del pesimismo.
Enel
Enūma elish.
Etana
El poema de Etana.
GAG
Von Soden, W., Grundriss der Akkadischen Grammatik, 3, ergänzte Auflage unter Mitarbeit von Werner R. Mayer, Roma, Editrice Pontificio Istituto Biblico, 1995.
Gén
Génesis.
Gilg
Poema de Gilgamesh.
Inil
Inūma ilū.
JANES
The Journal of the Ancient Near Eastern Society of ColumbiaUniversity, Nueva York.
JAOS
Journal of American Oriental Society, New Haven.
JCS
Journal of Cuneiform Studies, New Haven, Cambridge Mass.
mAs
Medio Asirio.
mB
Medio Babilonio.
MDOG
Mitteilungen der Deutschen Orient-Gesellschaft, Berlín.
MSL
Materialien zum sumerischen Lexikon, Roma, 1937.
NABU
Nouvelles Assyriologiques Brèves et Utilitaires, París.
nAs
Neoasirio.
nB
NeoBabilonio.
NyE
Nergal y Ereshkigal.
Or
Orientalia, Roma.
OrAn
Orientalia Nova Series, Roma.
PSBA
Proceedings of the Society of Biblical Archaeology.
RA
Revue d’Assyriologie et d’Archéologie Orientale, París, 1884.
RB
Revue biblique.
RLA
Realllexikon der Assyriologie, Berlin y Leipzig, 1932.
RSO
Rivista degli studi orientali.
SAACT
StateArchives of Assyria Cuneiform Textes, Helsinki.
SEL
Studi Epigrafici e Linguistici sul Vicino Oriente Antico, Verona.
sum
sumerio.
StOr
Studia Orientalia edidit Societas Orientalis Fennica, Helsinki.
tB
Babilonio tardío.
TUAT
Texte aus der Umwelt des Alten Testaments, I-III, Gütersloh, Gütersloher Verlaghaus, 1982-1991.
UF
Ugarit-Forschungen.
VMA
Versión medioasiria.
VPB
Versión paleobabilonia.
VT
Versión tardía.
WO
Welt des Orients, Wuppertal, Stuttgart, Göttingen.
ZA
Zeitschrift für Assyriologie und Vorderasiatische Archäologie, Berlín.
ZATW
Zeitschrift für die Alttestamentliche Wissenschaft, Berlin.
ZDMG
Zeitschrift der Deutschen Morgenländischen Gesellschaft, Wiesbaden.
EL POEMA DE ADAPA
La composición en la que se narra la historia de Adapa nos ha sido transmitida por cuatro fragmentos de tablillas conocidas en el argot científico mediante las letras A, B, C y D. De estos manuscritos el B es el más extenso y procede del archivo de El-Amarna3. El manuscrito B es el más importante no solo por su extensión sino fundamentalmente porque nos suministra la parte más interesante de la historia. Los manuscritos A, C y D4 proceden de la biblioteca ninivita de Ashurbanipal. El manuscrito D es un fragmento de la parte final de la historia en donde se pone de manifiesto que la historia de Adapa podía ser empleada como un conjuro contra las enfermedades tal vez asociadas al viento del Sur y sobre cuyo tratamiento la intervención de Adapa debía ser considerada especialmente eficaz.
La historia de Adapa es la narración de unos acontecimientos que nos sumen en la perplejidad y el misterio. Posiblemente sean estos dos conceptos los que con mayor precisión definen su desarrollo. El fragmento A nos introduce en un mundo en donde se manifiesta el tipo de relación existente entre Ea, el dios de Eridu y Adapa, cuya función primordial era atender a todas las necesidades que exigían el culto de este dios.
Un buen día Adapa decide pilotar el barco de Ea, un barco mágico que solo el dios sabía pilotar y del que Adapa no poseía los conocimientos necesarios para manejarlo, cometiendo de este modo una gran imprudencia. El fragmento B retoma la historia en el punto en que lo había dejado el fragmento A. Adapa aprovecha el sueño de Ea y usurpa las funciones divinas yéndose a pescar en el barco del dios. Como consecuencia de su inexperiencia, zozobra en medio del mar y el viento del Sur, un viento huracanado al tiempo que un poderosísimo demonio, hunde la barca. Adapa, profundamente irritado, profiere contra este viento una maldición que se cumple y el viento del Sur se ve en consecuencia privado de las alas que le posibilitan el movimiento. Pero esto conlleva un desequilibrio en la Naturaleza que, advertido por el supremo dios Anu, produce en el dios una cólera irrefrenable. Las noticias que recibe Anu lo llevan a tomar la decisión de castigar severamente a Adapa por tamaña osadía. Pero en ese momento entra en acción el dios Ea, quien dando una serie de consejos a Adapa, tales como no aceptar ni la comida ni la bebida que le ofrezcan en los cielos, pretende salvar a su protegido de una muerte segura. Cuando Adapa sube a los cielos, a la morada del dios Anu, se encuentra con dos divinidades, Dumuzi y Ningizzida, que se hallaban a las puertas de la mansión del dios supremo. Adapa, aleccionado por Ea y con una habilidad suma no exenta de engaño, se granjea el favor de estos dos personajes, los cuales acabarán intercediendo por Adapa ante Anu. El dios de los dioses escucha el alegato de Adapa y decide, al parecer, otorgarle entre otros dones el don de la inmortalidad representado por el alimento y la bebida de la vida. Pero Adapa, siguiendo escrupulosamente los consejos de Ea, rehúsa probarlos, por lo que Anu, sumamente extrañado, le ordena que regrese a la Tierra.
El fragmento D nos refiere una versión ligeramente diferente de la reacción de Anu y acaba con el conjuro contra una enfermedad a la que, una vez introducida en la humanidad, la diosa Ninkarrak pondrá remedio. Durante mucho tiempo los estudiosos se han preguntado cuál era el último significado de esta historia sencilla, breve pero inquietante y capaz de sembrar la perplejidad en los lectores. Desde perspectivas muy diversas se ha tratado de desentrañar todo el armazón simbólico que la envolvía5. Para algunos el texto de Adapa no era ni siquiera un mito6, en tanto que para otros no cabía la menor duda de que estábamos ante un verdadero mito7. Frente a algunas interpretaciones restrictivas que ven en nuestra historia la representación de un arquetipo, la de un hombre perteneciente a una clase especial donde el mito básicamente vendría a establecer la condición específica del sacerdocio, no la condición genérica de la mortalidad humana8, la mayoría de los intérpretes abogan por una explicación de mayor amplitud, según la cual Adapa representaría al género humano. Muerte y resignación fueron las claves de este mito para aquellos que por vez primera estudiaron la historia de Adapa. Así M. Jastrow9 pensaba que la figura de Adapa ejemplificaría, dentro de las intenciones especulativas de la clase sacerdotal babilonia, la peligrosidad para el hombre de la vida eterna y el motivo de la resignación frente al ineluctable destino de la muerte10. De la resignación, actitud básicamente pasiva, mediante un proceso intelectual se fue paulatinamente pasando a la actitud más digna del reconocimiento de los límites del ser humano: El hombre es esencialmente mortal y todo intento de subvertir este principio conduce inexorablemente al fracaso11. A nuestro juicio el mito de Adapa trata de reflejar la ineludible necesidad de que el cosmos esté en perfecto orden, y uno de los rasgos de este orden es la justa adecuación de los seres de este cosmos a sus características esenciales. A los dioses cumple la inmortalidad, los hombres son esencialmente mortales. Un estrecho paralelo con este mito puede constatarse en el mito de Faetón primorosamente narrado por Ovidio en su primer libro de las Metamorfosis12.
Dalley, St., «Adapa», 2000, 182-188.
Furlani, G., «Il mito di Adapa», ANLR 4 y 5, 1929, 113-171.
— Poemetti mitologici babilonesi e assiri, Firenze, 1954, 17-21.
Foster, B. R., «Adapa and the South Wind», 1993, 429-434.
Jiménez Zamudio, R., Mitología mesopotámica: Adapa y Etana, Dos poemas acadios, Madrid, 2004, 15-35.
— «Adapa o la inmortalidad frustrada», Isimu 8, 2005, 173-200.
Labat, R., «Le mythe d’Adapa», 1970, 287-294.
Picchioni, S. A., Il poemetto di Adapa, Budapest, 1981.
Roux, G., «Adapa, le vent et l’eau», RA 55, 1961, 13-33.
Speiser, E. A., «Adapa», ANET, 19693,101-103.
Talon, Ph., «Le mythe d´Adapa», SEL 7, 1990, 43-57.
3 Hoy día este manuscrito está conservado en la Morgan Library de Nueva York con el número de inventario MLC 1296.
4 Para una información más pormenorizada sobre cada uno de estos tres manuscritos puede consultarse S. A. Picchioni, 1981: 127, para A1; 131 para A2; 131 para C; 137 para D.
5 Una de las analogías que mayor éxito alcanzó cuando se trató de interpretar la figura de Adapa fue la efectuada por algunos estudiosos con el personaje de Adán de los primeros capítulos del Génesis. Tanto por lo que de ellos se narra como por el parecido fonético entre los nombres de ambos personajes. Algunos autores vieron en determinados pasajes del poema de Adapa huellas de una antiquísima redacción del tema del Paraíso, llena de figuraciones mitológicas, y llegaron incluso a considerar el poema acadio como una especie de prototipo de la narración bíblica. Véase para estos extremos H. Gunkel, 1895: 148-150 y 420-422, quien, además del texto bíblico del Génesis alude a Job 15: 7-8 y Ezequiel 28: 12 y ss. Pero lo cierto es que, si contrastamos ambas narraciones, podríamos ver según M. Jastrow, 1898: 544 y ss., dos historias que, poseyendo un fondo común, tienen no obstante una serie de divergencias peculiares debidas al mundo del que proceden; en el caso bíblico es preciso retrotraerse al mundo cananeo y en el caso de Adapa, al mundo mesopotámico.
6 Cf. J. Bottéro y N. S. Kramer, 1993: 93.
7 Ph. Talon, 1990: 53-54.
8 M. Liverani, 1982: 311-313 y 316-317, piensa que el mito de Adapa establece la función sacerdotal en todas sus características esenciales. Adapa y todos los que continúen la función sacerdotal tendrán acceso a la morada de los dioses, pero seguirán siendo mortales. Dentro de la misma línea E. O. James, 1966: 72, señala que el poema testimoniaría el convencimiento de que la muerte podría ser evitada, al menos, por parte de personajes semidivinos y en situaciones particulares si ella no hubiese sido irrevocablemente fijada por los dioses para todos los hombres. Otra interpretación singular del mito se encuentra en P. Michalowski, 1980: 80-82. Según este autor Adapa realiza una aventura que va desde su mundo al mundo celeste, morada de los dioses y de nuevo regresa al mundo terrenal pero dotado de poderes mágicos. Michalowski ve en esto lo que él denomina un «rite de passage» y ve cómo en el texto se trata de reflejar como significado dominante de la composición el problema de la institucionalización de mágico.
9 M. Jastrow, 1898: 554.
10 Esta resignación que caracteriza a la religiosidad babilonia fue puesta de manifiesto por F. M. Th. Böhl de Liagre, 1959: 416.
11 Dentro de esta línea, con algunos matices, van a moverse la mayoría de los intérpretes, así A. Deimel, 1925: 32, quien insiste en la aspiración del ser humano a la inmortalidad, A. Heidel, 19512: 124, E. Vögelin, 1956: 21, G. R. Castellino, 1967: 130, J. Nougayrol, 1970: 221-222; G. S. Kirk, 1971: 124, señala que el ejemplo de Adapa habría sido utilizado por la clase sacerdotal para conducir a los fieles dentro de los límites de la moderación ante eventuales aspiraciones a la inmortalidad.
12 Cf. R. Jiménez Zamudio, 2016: 493-508.
EL POEMA DE ADAPA
Fragmento A1
1[. I]nteligencia [……………………]13
2Su mandato cual una orden de [Anu] dispone.
3Una amplia [in]teligencia y perfecta hizo para él, a fin de manifestarle los ordenamientos del país.
4A él le dio sabiduría; (pero) vida eterna no le concedió14.
5En aquellos días, en los años aquellos, al sabio que habitaba en Eridu
6Ea lo creó como sucesor15 en medio del linaje humano.
7Sabio él —su palabra nadie desprecia—,
8capaz, el más inteligente de los Anunnaki él era;
9inmaculado, de puras manos, sacerdote «pashīshu»16 que observa meticulosamente los ritos.
10[C]on los cocineros él realizaba las labores de cocina.
11[C]on los cocineros de Eridu él realizaba las labores de cocina.
12Todos los días preparaba el pan y el agua de Eridu.
13[Co]n sus puras manos él la mesa disponía.
14[Si]n su intervención la mesa no era recogida.
15Él pilotaba la barca; realizaba la faena cotidiana de la pesca de Eridu17.
16En aquellos días, Adapa, el habitante de Eridu,
17[……] mientras Ea permanecía ocioso en su aposento,
18todos los días del santuario de Eridu cuidaba.18
19[En el m]uelle puro, muelle del esplendor del cielo, se embarcó en el velero.
20[Sin] timón su barco se deslizaba.
21[Sin re]mo trataba de pilotar contra corriente su barco.19
22[………………………… en] el anchuroso [m]ar
23[………………………………………]. [..].
Fragmento A2
1(El barco él pilotaba) [……………………………]
2En aquellos días Ad[apa……………………………]
3Todos los días [……………………………………]
4En el muelle p]uro…………………………………]
5Sin t[imón ………………………………………]20
6Sin [remo ………………………………………]21
7En el m[ar………………………………………]22
8En? [………………………………………………]
9[……………………………………………………]
Fragmento B23
1…[……………………………………………..…]
2El viento del sur24 .[………………………………]
3En la mo[rada de los peces hizo que se sumergiera]25
4«Viento del sur […] tus hermanos26, cuantos […]
5Quiébrese tu al[a]»27.
6Como con su boca dijo,
7se quebró el ala [del viento] del sur.
8Durante siete días [el vien]to del sur no sopló sobre el país28.
9Anu llama [a] su mensajero Ilabrat29 (diciéndole):
10«¿[P]or qué hace siete días que el viento del Sur no sopla sobre el país?».
11Su mensajero Ilabrat le respondió:
12«¡Oh [mi se]ñor! Adapa, el hijo de Ea,
13quebró el ala del viento del Sur».
14Anu, al oír esta noticia, gritó: «¡Basta!»30. Se levantó de su trono.
15«[…… ¡Que] me lo traigan aquí!».
Consejos que Ea da a Adapa para el momento en que haya de presentarse ante el gran dios Anu
16Ea —él conoce los asuntos del cielo—31 lo tocó.
17[………] le hizo llevar (a Adapa) (el cabello desarreglado),
18un vestido de luto le mandó ponerse32
19[y una ad]vertencia le hace:
20«[Adapa, a presencia del] soberano [Anu] tú te encaminarás33.
21[A los cielos subirás]34.
22Cuando subas a los cie[los]
23[y te acerques a la puerta (de la mansión) de Anu]35
24[en] la puerta (de la mansión de) Anu estarán [Dumuzi y Gizzida]36,
25Te observarán, te harán muchas preguntas:
26¡Jov[en]! ¿Por quién así te presentas?
27¡A[dapa]! ¿Por quién llevas un vestido de luto?».
28«En nuestro país dos dioses han desaparecido, (responde Adapa)
29(y por ello) yo así me comporto»37.
30«¿Quiénes son los dos dioses que en el país han desaparecido?».
31—«Dumuzi y Gizzida, ellos son».
32Se mirarán el uno al otro y repetidas veces sonreirán38.
33Ellos referirán a Anu un discurso favorable.
34El rostro benévolo de Anu ellos te mostrarán.
35Al presentarte tú ante Anu,
36te ofrecerán un alimento de muerte; pero ¡no lo comas!
37Te ofrecerán una bebida de muerte; pero ¡no la bebas!
38Un vestido te ofrecerán. ¡Póntelo!
39Te ofrecerán ungüento. ¡Úngete!
40¡No olvides la advertencia que te he dado!
41¡Las palabras que te he dicho retenlas con firmeza!
42El mensajero de Anu llegó (anunciando el mensaje de Anu):
43«Adapa quebró el ala del viento del Sur.
44Traedlo a mi presencia»39.
45[La sen]da de los cielos le hizo tomar.
46A los cielos subió [y]
47al subir él a los cielos
48y acercarse a la puerta (de la mansión) de Anu,
49Dumuzzi y Gizzida se hallaban a la puerta (de la mansión) de Anu40.
50Lo vieron y gritaron a Adapa: «¡Vale!
51¡Joven! ¿Por quién así te presentas?
52¡Adapa! ¿Por quién un vestido de luto llevas?».
53—«En el país han desaparecido dos dioses (responde Adapa) y
54(por eso) yo un vestido de luto llevo».
55—«¿Cuáles son los dos dioses que han desaparecido del país?».
56—«Dumuzi y Gizzida».
57Se miran el uno al otro y repetidas veces se sonríen.
58Cuando Adapa se acercó a presencia del soberano Anu,
59Anu lo contempló y exclamó:
60«¡Ven, Adapa! ¿Por qué quebraste el ala del viento del Sur?».
61Adapa responde a Anu:
62«¡Soberano mío! En la morada de mi señor,
63en medio del mar yo estaba pescando peces41.
64El mar estaba en calma42 pero
65el viento del Sur sopló y me hundió;
66me hizo permanecer [en] la morada de los peces43.
67Con la rabia de mi corazón yo maldije al [viento del Sur]44».
68Interceden45 por [él Dumuzi] y Gizzida.
69Palabras propicias en su favor dicen a Anu46.
70Quedó en calma su corazón y permaneció en silencio47.
71—«¿Por qué Ea a una humanidad imperfecta48
72los secretos de los cielos y la tierra ha revelado?
73Le ha concedido un corazón robusto.
74Ciertamente así él lo hizo49.
75¿Qué vamos nosotros a hacerle?
76Traedle el alimento de la vida para que lo coma».
77Le trajeron el alimento de la vida pero él no lo comió.
78La bebida de la vida le trajeron pero él no bebió50.
79Un vestido le trajeron y él se vistió.
80Aceite le trajeron y fue ungido51.
81Anu lo contempló y se sonrió delante de él.
82—«¡Ven, Adapa! ¿Por qué no comiste ni bebiste?
83No seguirás vivo (siempre). ¡Ay!, ¿las gentes? […]52».
84—«Ea, mi señor, me dijo: ¡No comas ni bebas!».
85—«Cogedlo y [llevadlo] a su tierra».
86[……………………………………]
Fragmento C53
1[……………………………………] al oírlo él
2[……………………con la ra]bia de su corazón
3
