Las relaciones en el desarrollo - Stephen Seligman - E-Book

Las relaciones en el desarrollo E-Book

Stephen Seligman

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Beschreibung

Una impecable integración de los estudios sobre el desarrollo, la primera infancia y el apego con el psicoanálisis clásico y contemporáneo. Las relaciones en el desarrollo examinan las implicaciones prácticas de la psicoterapia dinámica tanto con adultos como con niños, atendiendo especialmente el trauma. Stephen Seligman ofrece interesantes ejemplos de interacciones entre progenitores e hijos, así como de procesos psicoterapéuticos. Investiga el papel de la infancia y el desarrollo infantil en el psicoanálisis desde Freud, mostrando cómo diferentes imágenes sobre los bebés evolucionaron e influyeron en la teoría y la práctica analítica. Las relaciones en el desarrollo ofrecen una nueva integración de ideas que actualiza los modelos psicoanalíticos establecidos en un nuevo contexto: «Psicoanálisis de desarrollo relacional». Seligman integra cuatro campos cruciales: Investigación sobre la primera infancia, incluida la teoría y la investigación del apego. • Psicoanálisis del desarrollo. • Psicoanálisis relacional/intersubjetivo. • Teorías clásicas freudianas, kleinianas y de relaciones de objetos (incluyendo Winnicott). También contiene diversas fuentes específicas, como neurociencia del desarrollo; teoría e investigación del apego; estudios de la emoción, el trauma, la interacción entre progenitores e hijos, y la teoría de sistemas dinámicos no lineales. Aunque se presentan nuevos enfoques psicoanalíticos, no se descuidan las teorías clásicas, incluidas las orientaciones de la psicología freudiana, kleiniana, winnicottiana y del yo. Seligman vincula los conocimientos actuales sobre las experiencias tempranas y la forma en la que configuran el desarrollo posterior con la atención psicoanalítica tradicional a los aspectos irracionales, inconscientes, turbulentos e incognoscibles de la mente y la interacción humana. Estos campos tan diferentes se agrupan para ofrecer un enfoque abierto y flexible de la terapia psicodinámica con diversos pacientes en diferentes situaciones socioeconómicas y culturales. Las relaciones en el desarrollo es un libro interesante para psicoanalistas, terapeutas psicoanalíticos y estudiantes de posgrado de Psicología, Trabajo Social y Psicoterapia. Las relaciones en el desarrollo ofrecen una nueva integración de ideas que actualiza los modelos psicoanalíticos establecidos en un nuevo contexto: el psicoanálisis de las relaciones en el desarrollo. Seligman integra cuatro dominios cruciales: La investigación sobre la infancia, incluyendo la teoría y la investigación del apego, el psicoanálisis del desarrollo, el psicoanálisis relacional y las teorías clásicas freudianas, kleinianas y de relaciones de objetos (incluyendo Winnicott). El autor se apoya en la neurociencia del desarrollo, la teoría e investigación del apego, los estudios de la emoción, el trauma y las teorías de sistemas dinámicos no lineales. Seligman vincula los conocimientos actuales sobre las experiencias tempranas y la forma en que configuran el desarrollo posterior con la atención psicoanalítica tradicional a los aspectos irracionales, inconscientes, turbulentos e incognoscibles de la mente y la interacción humana. Estos diferentes campos se integran para ofrecer un enfoque abierto y flexible de la terapia psicodinámica con una variedad de pacientes en diferentes situaciones socioeconómicas y culturales. Las relaciones en el desarrollo son de gran interés para psicoanalistas, psicoterapeutas psicoanalíticos y estudiantes graduados en psicología, trabajo social y psicoterapia. Las cuestiones fundamentales y las implicaciones presentadas también serán de gran importancia para las comunidades psicodinámicas y psicoterapéuticas más amplias.

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Nota importante: Este libro no pretende ser sustituto de un consejo o tratamiento médico. Cualquier persona con una afección que requiera atención médica debe consultar un médico cualificado o un clínico adecuado.

Las relaciones en el desarrollo es una obra de no ficción. Los nombres y detalles personales se han modificado para proteger la privacidad de las personas en cuestión.

LIBRERÍAS:

THEMA: JMC: Psicología infantil y evolutiva/del desarrollo

BISAC: PSY026000 Psicología / Psicoanálisis

TEMA: Psicología/Psicoanálisis/Relacional/psicología del desarrollo

Título original: Relationships in Development. Infancy, Intersubjectivity, and Attachment.

Copyright © 2018 Stephen Seligman

Originalmente publicado en inglés por Routledge, 2 Park Square, Milton Park, Abingdon, Oxon OX14 4RN y por Routledge, 711 Third Avenue, New York, NY 10017.

Routledge es un sello de Taylor & Francis Group.

Copyright © imagen de cubierta: shutterstock.com/Dragana Gordic

Copyright de la presente edición en español:

© 2020 EDITORIAL ELEFTHERIA, S.L.

Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

EDITORIAL ELEFTHERIA, S.L.

Sitges, Barcelona, España

www.editorialeleftheria.com

Primera edición: Enero de 2021

Diseño de cubierta: Juan Mauricio Restrepo

Maquetación: MI Maquetación S.L.

Traducción © 2020 S. García

ISBN (papel): 978-84-121784-5-6

ISBN (ebook): 978-84-121784-6-3

DL: B 543-2021

Las relaciones en el desarrollo

El auge reciente de las nuevas investigaciones sobre la infancia, el cuidado de los progenitores y las relaciones entre padres o madres e hijos o hijas1 ha demostrado de manera concluyente que las relaciones humanas son fundamentales a la hora de motivar y organizar el desarrollo. Las relaciones en el desarrollo examina las implicaciones prácticas de la psicoterapia dinámica tanto con adultos como con niños, atendiendo especialmente el trauma. Stephen Seligman ofrece interesantes ejemplos de interacciones entre progenitores e hijos, así como de procesos psicoterapéuticos. Investiga el papel de la infancia y el desarrollo infantil en el psicoanálisis desde Freud, mostrando cómo diferentes imágenes sobre los bebés evolucionaron e influyeron en la teoría y la práctica analítica.

Las relaciones en el desarrollo ofrece una nueva integración de ideas que actualiza los modelos psicoanalíticos establecidos en un nuevo contexto: «Psicoanálisis de desarrollo relacional». Seligman integra cuatro campos cruciales:

• Investigación sobre la primera infancia, incluida la teoría y la investigación del apego.

• Psicoanálisis del desarrollo.

• Psicoanálisis relacional/intersubjetivo.

• Teorías clásicas freudianas, kleinianas y de relaciones de objetos (incluyendo Winnicott).

También contiene diversas fuentes específicas, como neurociencia del desarrollo; teoría e investigación del apego; estudios de la emoción, el trauma, la interacción entre progenitores e hijos, y la teoría de sistemas dinámicos no lineales. Aunque se presentan nuevos enfoques psicoanalíticos, no se descuidan las teorías clásicas, incluidas las orientaciones de la psicología freudiana, kleiniana, winnicottiana y del yo. Seligman vincula los conocimientos actuales sobre las experiencias tempranas y la forma en la que configuran el desarrollo posterior con la atención psicoanalítica tradicional a los aspectos irracionales, inconscientes, turbulentos e incognoscibles de la mente y la interacción humana. Estos campos tan diferentes se agrupan para ofrecer un enfoque abierto y flexible de la terapia psicodinámica con diversos pacientes en diferentes situaciones socioeconómicas y culturales. Las relaciones en el desarrollo es un libro interesante para psicoanalistas, terapeutas psicoanalíticos y estudiantes de posgrado de Psicología, Trabajo Social y Psicoterapia. Y los problemas y consecuencias fundamentales que se exponen también serán de la máxima relevancia para el conjunto de las comunidades psicodinámicas y psicoterapéuticas.

Stephen Seligman es catedrático de Psiquiatría Clínica en la Universidad de California, San Francisco; coeditor jefe de Psychoanalytic Dialogues; analista de capacitación y supervisión en el Centro de Psicoanálisis de San Francisco y el Instituto Psicoanalítico de California del Norte, y catedrático clínico en el programa posdoctoral de Psicoanálisis de la Universidad de Nueva York. También es coeditor de Infant and Early Childhood Mental Health: Core Concepts and Clinical Practice, publicado por American Psychiatric Press.

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Índice

Las relaciones en el desarrollo

Agradecimientos

Permisos

Qué esperar de este libro

Introducción: ¿Por qué psicoanálisis del desarrollo?

Parte I. Cómo hemos llegado hasta aquí: Una hoja de ruta para las teorías psicoanalíticas de la infancia y el desarrollo

1. La infancia tiene un significado propio: Freud y la invención del psicoanálisis

2. Teoría I: Prefiguraciones: Los temas centrales y controversias en las primeras teorías freudianas

3. El bebé en la encrucijada: El modelo estructural, la psicología del yo y las teorías de relaciones de objetos

4. Teoría II: ¿Qué es una «perspectiva de desarrollo sólida»?

5. La diversificación y pluralización del psicoanálisis en la posguerra en los Estados Unidos: La expansión interdisciplinaria, la ampliación del alcance clínico y el nuevo desarrollismo

Parte II. El bebé relacional: Intersubjetividad y desarrollo en la primera infancia

6. Investigación sobre la primera infancia: Hacia un psicoanálisis de desarrollo relacional

7. Implicaciones clínicas de la investigación sobre la primera infancia: Afecto, interacción y significado no verbal

8. Teoría III: El bebé relacional: Teoría y técnica psicoanalíticas

9. Continuidad desde la primera infancia hasta la edad adulta: El bebé está fuera del agua del baño

10. Teoría IV: La transición a lo maternal: El género, las sexualidades y el complejo de Edipo a la luz de la investigación intersubjetiva del desarrollo

Parte III. Apego y reconocimiento en el proceso clínico: Reflexión, regulación y seguridad emocional

11. La intersubjetividad hoy en día: La orientación y el concepto

12. Teoría e investigación del apego en el contexto: Implicaciones clínicas

13. Reconocimiento y reflexión en la primera infancia y la psicoterapia: Convergencias de la teoría del apego y el psicoanálisis

14. Mentalización y metáfora, reconocimiento y dolor: Formas de transformación en el espacio de reflexión

15. Interacciones entre padres y infantes, fantasías inconscientes y una «psicología interna bipersonal»: Perspectivas kleinianas e intersubjetivas de la identificación proyectiva y transmisión intergeneracional del trauma

Parte IV. Vitalidad, actividad y comunicación en el desarrollo y la psicoterapia

16. Cobrando vida en el tiempo: La temporalidad, la privación temprana y la sensación de un futuro vivo

17. Formas de vitalidad y otras integraciones: La contribución de Daniel Stern al núcleo psicoanalítico

Parte V. Conciencia, confusión e incertidumbre: Dinámica no lineal en la práctica diaria

18. Sentirse desconcertado mientras se presta atención: La mentalidad analítica como agente de cambio terapéutico

19. Las teorías de sistemas dinámicos como marco básico del psicoanálisis: Procesos de cambio en el desarrollo y la acción terapéutica

20. Buscando los principios básicos: La síntesis de Louis Sander de los factores biológicos, psicológicos y relacionales y la psicodinámica del desarrollo contemporánea

Referencias

Notas

Agradecimientos

Este libro no se habría escrito sin Adrienne Harris, coeditora de Relational Perspectives Book Series. Además de convencerme de que esto valía la pena y de leer varios borradores, me prestó su extraordinario marco de referencia y su profundo conocimiento de todas las complejidades llenas de matices que implica la síntesis del psicoanálisis con los campos adyacentes. Estoy agradecido por su constante estímulo y su continua comprensión.

Muriel Dimen hizo un comentario mientras cruzábamos la calle una noche sobre su interés en una orientación hacia el surgimiento del psicoanálisis del desarrollo que me llevó a escribir lo que ahora es la primera mitad del libro. En ese momento pudo parecer algo informal, pero sospecho que escondía un as en la manga. El interés espontáneo de Muriel ha dado lugar a más proyectos de los que nadie pueda imaginar. Desearía que siguiera aquí.

Muchos mentores y partidarios me alentaron y facilitaron mi búsqueda de una opinión, por ejemplo: Robert Wallerstein, Owen Renik, Jonathan Slavin, Joseph Afterman, Calvin Settlage, y otros a los que, lamentablemente, quizá esté omitiendo. Los diálogos con Daniel Stern, Mary Main y Erik Hesse, y especialmente con Louis Sander, me ayudaron a creer que las nuevas formas de ver realmente podrían funcionar. Las reuniones periódicas de varias organizaciones profesionales han proporcionado un contacto permanente con colegas e ideas, así como la oportunidad de presentar versiones anteriores de algunos de estos capítulos: la Division of Psychoanalysis (39) of the American Psychological Association, la World Association of Infant Mental Health (WAIMH), el National Center for Clinical Infant Programs (ahora llamado Zero to Three), y posteriormente, la International Association of Relational Psychoanalysis and Psychotherapy (IARPP) y la American Psychoanalytic Association.

Durante tres décadas, mis colegas del Infant-Parent Program de la Universidad de California, San Francisco, ofrecieron lecciones casi diarias en sobre cómo el trabajo razonablemente concienzudo y cuidadoso en las circunstancias psicosociales más difíciles podría marcar una enorme diferencia, tanto en la intervención clínica como en la política social. Los almuerzos semanales con Jeree Pawl, Alicia Lieberman, Judith Pekarsky, Graeme Hanson y Barbara Kalmanson fueron una oportunidad extraordinaria para aprender con algunos de los colegas más serios y comprometidos que he conocido. Estoy agradecido y orgulloso de haber trabajado con cada uno de ellos.

Algunos de estos capítulos se escribieron a lo largo de varios años, durante los cuales muchos colegas y amigos apoyaron su escritura. Tuve la suerte de colaborar con Alexandra Harrison y Rebecca Shahmoon Shanok en los correspondientes artículos, y ellas gentilmente aceptaron que nuestro pensamiento conjunto se incluyera en este libro. En las últimas décadas, los editores originales de Psychoanalytic Dialogues —Stephen Mitchell, Neil Altman y Jody Davies— ofrecieron una plataforma y un voto de confianza. Mis propios coeditores jefes de PD —Anthony Bass, Steven Cooper y Hazel Ipp— me han dado la oportunidad de experimentar una colaboración que no es común en la práctica de la psicoterapia privada habitual. He tenido mucha suerte de tenerlos como socios.

Más recientemente, muchos amigos y colegas han comentado los capítulos: Randy Badler, Edward Corrigan, Luca DiDonna, Pearl-Ellen Gordon, Michael Kazin, Lisa Koshkarian, Anne Krantz, Katherine Leddick, Mary Margaret McClure, Thomas Rosbrow, David Wallin, Michael Windholz y los estudiantes y colegas de mis seminarios en Los Ángeles, Nueva York, San Francisco y la Universidad de California en San Francisco. Orna Guralnik y Thomas Cohen tomaron mi escritura como si fuera suya, desafiándome a averiguar lo que realmente quería decir. Karen Rosica leyó repetidos borradores y pasó horas hablando conmigo sobre ellos. Con su típico entusiasmo, releía las diversas versiones con suficiente frecuencia como para que yo llegase a creer que se aburría como una ostra. Ha sido una colega especial y una amiga aún mejor. Michael Kazin y William Greenberg me ayudaron a ordenar la estructura del libro y escucharon mis quejas y ansiedades a lo largo del camino, al igual que Steve Anker y Richard Bloom. Las sucursales de Inverness y Point Reyes Station de la Biblioteca Pública del Condado de Marin (CA) ofrecían lugares tranquilos y agradables para escribir. Me alegro de haber redescubierto la paz y la claridad que aún conservan las bibliotecas públicas.

Jeff Jackson fue el editor que siempre he deseado: amaba lo que el lenguaje podía hacer, entendía cómo las ideas y la escritura se estructuran mutuamente y que pudiera unirlo para ayudarme a encontrar la mejor forma de decir lo que trataba de decir, a veces antes de que yo mismo lo supiera. La mano y la mente firme de Kristopher Spring respaldaron la finalización de este proyecto; no estoy seguro de que pudiera haber terminado sin él. Kate Hawes y Charles Bath en Routledge han ayudado más, sospecho, de lo que se dan cuenta. La clara comprensión de Kate de lo que a veces me parecía un rompecabezas insolublemente amorfo puede parecerle lo que hace todos los días, pero me llevó a algunos puntos muertos en los que podría seguir atascado si no hubiera encontrado el camino hacia ella.

Mi esposa, Mary Amsler, y nuestra hija, Molly Leigh Amsler Seligman, han tenido que aguantar bastante para que todo esto se hiciera, y no se lo he agradecido lo suficiente. Estoy agradecido por su paciencia, su flexibilidad y, sobre todo, por la luz que traen a mi vida.

STEPHEN SELIGMAN

San Francisco

Mayo de 2017

Permisos

Algunos de los siguientes contenidos se han adaptado y revisado para su inclusión en este libro:

• Capítulo 6: Seligman, S. (2001). «The new baby settles in: Commentary on paper by Frank M. Lachmann». Psychoanalytic Dialogues, 11, 195-211. Reimpreso con permiso de Taylor & Francis LLC (http://www. tandfonline.com).

• Capítulos 6, 7, 8 y 10: Seligman, S. (2003). «The developmental perspective in relational psychoanalysis». Contemporary Psychoanalysis, 39, 477-508. Reimpreso con permiso del William Alanson White Institute of Psychiatry, Psychoanalysis & Psychology y de la William Alanson White Psychoanalytic Society (http://www.wawhite.org).

• Capítulo 8: Seligman, S., y Harrison, A. M. (2011). «Infant research and adult psychotherapy. En G. O. Gabbard, B. E. Litowitz, y P. Williams (eds.), American psychiatric association textbook of psychoanalysis (2.ª ed., pp. 239-252). Washington, D. C.: American Psychiatric Publishing. Reimpreso con permiso Textbook of Psychoanalysis, 2.ª ed. (© 2011). American Psychiatric Association. Todos los derechos reservados.

• Capítulo 9: Seligman, S. (2012). «The baby out of the bathwater: Microseconds, psychic structure, and psychotherapy». Psychoanalytic Dialogues, 22, 499-509. Reimpreso con permiso de Taylor & Francis LLC (http://www.tandfonline.com).

• Capítulo 11: Seligman, S. (2009). «Anchoring intersubjective models in recent advances in developmental psychology, Cognitive neuroscience and parenting studies: Introduction to papers by Trevarthen, Gallese, and Ammaniti & Trentini». Psychoanalytic Dialogues, 19, 503-506. Reimpreso con permiso de Taylor & Francis LLC (http://www.tandfonline.com).

• Capítulo 12: Seligman, S. (2000). «Clinical implications of attachment theory». Journal of the American Psychoanalytic Association, 48, 1189-1196. Reimpreso con permiso de Sage Publishing.

• Capítulo 13: Seligman, S. (2017). «Recognition and reflection in infancy and psychotherapy process: Convergences of attachment and research with psychoanalysis». Psychoanalytic Inquiry, 37(5), 298-308.

• Capítulo 14: Seligman, S. (2007). «Mentalization and metaphor, acknowledgment and grief: Forms of transformation in the reflective space». Psychoanalytic Dialogues, 17(3), 321-344. Reimpreso con permiso de Taylor & Francis LLC (http://www.tand fonline.com).

• Capítulo 15: Seligman, S. (1999). «Integrating Kleinian theory and intersubjective infant research: Observing projective identification». Psychoanalytic Dialogues, 9, 129-159. Reimpreso con permiso de Taylor & Francis LLC (http://www.tandfonline.com).

• Capítulo 16: Seligman, S. (2016). «Disorders of temporality and the subjective experience of time: Unresponsive objects and the vacuity of the future». Psychoanalytic Dialogues, 26, 110-128. Reimpreso con permiso de Taylor & Francis LLC (http://www.tandfonline.com).

• Capítulo 17: Seligman, S. (2011). «Review of Daniel Stern’s Forms of vitality: Exploring dynamic experience in psychology, the arts, psychotherapy, and development». Journal of the American Psychoanalytic Association, 59, 859-868. Reimpreso con permiso de Sage Publishing.

• Capítulo 18: Seligman, S. (2014). «Paying attention and feeling puzzled: The analytic mindset as an agent of therapeutic change». Psychoanalytic Dialogues, 24, 648-662. Reimpreso con permiso de Taylor & Francis LLC (http://www.tandfonline.com).

• Capítulo 19: Seligman, S. (2005). «Dynamic systems theories as a metaframework for psychoanalysis». Psychoanalytic Dialogues, 15, 285-319. Reimpreso con permiso de Taylor & Francis LLC (http://www. tandfonline.com).

• Capítulo 20: Seligman, S. (2002). «Louis Sander and contemporary psychoanalysis: An introduction. Psychoanalytic Dialogues, 12, 1-10. Reimpreso con permiso de Taylor & Francis LLC (http://www.tandfonline.com).

Qué esperar de este libro

Este libro integra los hallazgos sobre el desarrollo en la primera infancia y el apego temprano con el psicoanálisis y las terapias psicodinámicas. Sitúa este proyecto en el contexto tanto de la historia psicoanalítica como del actual giro intersubjetivo-relacional, aclarando los conceptos básicos y las cuestiones clínicas implicadas. Las secciones introductorias hacen un recorrido por la historia del psicoanálisis del desarrollo y el papel de la infancia preverbal y la niñez en los diferentes enfoques analíticos: los diferentes «bebés analíticos» son descritos y comparados. A lo largo del camino, describo las instituciones y las personas involucradas en humanizar, contextualizar y dar vida a las ideas, y las vinculo con los medios históricos y culturales europeos y americanos que les influyeron.

Quiero ofrecer una integración no reduccionista que preserve la atención analítica clásica a los aspectos irracionales, turbulentos e incognoscibles de la mente y de la interacción humana, junto con los significados verbales, las narraciones y las fantasías, sin sacrificar la tan esperada reorientación del pensamiento analítico hacia el papel de las relaciones y los cuidados en el desarrollo y en la acción terapéutica psicoanalítica. Esto tiene sus raíces en los nuevos hallazgos de las últimas décadas en las áreas del apego, la investigación de la interacción progenitores-infantes, la neurociencia del desarrollo, el trauma y similares, integrados con los modelos actuales de intersubjetividad y la teoría de sistemas de desarrollo no lineales. Este enfoque se une a la tarea de redescubrir lo que sigue siendo vital en las grandes tradiciones psicoanalíticas: los modelos originales de Freud; el psicoanálisis y la psicoterapia infantil; los puntos de vista de las relaciones de objetos kleinianos, bionianos y del grupo independiente; y la psicología del yo angloamericana, con su giro psicoanalítico del desarrollo.

Al hacerlo, he tratado tanto de seguir, como de aportar, algo a las sólidas integraciones de nuevos conocimientos sobre la primera infancia con el análisis:2 aplicar analogías entre los patrones de interacción entre el infante y los progenitores y entre el paciente y el terapeuta; volver a analizar la experiencia vivida del cuerpo; llamar la atención especialmente sobre la importancia de los ámbitos no verbal, emocional e interactivo; elaborar nuevos vínculos entre la psicodinámica y las disciplinas relacionadas; describir el énfasis contemporáneo en las relaciones en el campo psicoanalítico, etc. Planteo estos temas junto con un especial interés por los matices interrelacionados por los que las experiencias tempranas se transforman en estructuras psicológicas posteriores y luego emergen en las complejidades de la situación analítica adulta, con todos sus desconcertantes vaivenes.

El amplio alcance del libro refleja mi experiencia en varios campos relacionados aunque algo dispares: la práctica analítica cotidiana como psicoterapeuta-psicoanalista con adultos y niños; el trabajo en salud mental infantil en la tradición del modelo original «Fantasmas en la guardería» desarrollado por Selma Fraiberg (1980), y la escritura y la enseñanza continuas dedicadas a la integración de la investigación sobre la primera infancia y el desarrollo infantil con la teoría y la práctica psicoanalítica. También he tratado de mantener una visión general de las escenas analíticas históricas y actuales, incluso como coeditor jefe de Psychoanalytic Dialogues: The International Journal of Relational Perspectives. Reunir los resultados del desarrollo y el análisis implica tanto el entusiasmo de la convergencia interdisciplinaria como las tensiones de la contradicción y la traducción. He tratado de resaltar este extremo vivo e intrigante. Tal vez el hecho de haber «vivido» en todos estos dominios me da la posibilidad de transmitir el impacto multidimensional de los mundos de los niños, sus cuidadores y sus culturas, junto con la fascinación y la profundidad de la práctica psicoanalítica, a fin de captar los puntos comunes y la diversidad entre las diferentes formas de pensamiento analítico y no analítico.

Trato de anclar todo esto en la inmediatez y la vitalidad de la experiencia directa con los bebés y sus padres, y de los terapeutas y pacientes. A lo largo del libro se ofrecen interesantes imágenes de los infantes y sus progenitores entretejidas con conceptos teóricos complejos y debates para hacer que esos asuntos a veces abstractos parezcan inmediatos y cercanos a la experiencia. Por ejemplo, se revisan y esclarecen conceptos como la «intersubjetividad», la «mentalización» e incluso la «identificación proyectiva», sobre los cuales se debate frecuentemente pero que no siempre son bien entendidos. A medida que se desarrolla la integración, se evocan continuamente temas clínicos y se presenta material clínico a través de una serie de capítulos exhaustivamente clínicos. Se puede encontrar un apéndice con recursos, vídeos y otros materiales adicionales en www.editorialeleftheria.com.

Introducción

¿Por qué psicoanálisis del desarrollo?

El psicoanálisis arroja luz sobre el modo en el que la infancia afecta a la vida adulta: cómo encontramos nuestro camino en el mundo, organizamos nuestras fuerzas y nuestro sufrimiento y llegamos a entendernos a nosotros mismos. Al mismo tiempo, la intensidad y la intimidad de los análisis de adultos tientan a los analistas a pasar por alto el mundo más allá de la sala de consulta. Este libro es un intento de salvar esta brecha.

Las imágenes de la infancia siempre han despertado —y manifestado— la imaginación psicoanalítica. Los analistas evocan la niñez —y especialmente la primera infancia— como una especie de estado natural, un ámbito en el que se pueden ver las causas y los principios psíquicos originarios. Desde que Freud (1905b) echó la red de la sexualidad infantil sobre la niñez, los analistas han utilizado sus ideas sobre los infantes y los niños para construir narraciones magistrales que establecen una coherencia entre sus teorías del desarrollo, la personalidad, la psicopatología y, por lo tanto, el trabajo clínico, con mezclas muy variadas de observación e imaginación. Cada grupo psicoanalítico se ha basado en su propia «metáfora del bebé» (Mitchell, 1988, p. 127) para reforzar sus propios supuestos básicos: hay tantos «bebés psicoanalíticos» como orientaciones psicoanalíticas. Las visiones psicoanalíticas de la primera infancia y la niñez a veces parecen las de los proverbiales ciegos que toman su parte del elefante como un todo. Mi objetivo es proporcionar una visión más panorámica moviéndome entre los maravillosos mundos de los niños reales, por un lado, y la teoría psicoanalítica y la práctica clínica, por el otro. Creo que esta integración puede fortalecer las ideas analíticas originales sobre la mente profunda, inconsciente e irracional, poniéndolas en contacto con los mundos evocadores, inmediatos y afectivamente vívidos de la infancia, especialmente la primera infancia.

Esto lleva a lo que yo llamo un «sólido psicoanálisis de desarrollo». El psicoanálisis del desarrollo ha seguido más de cerca las realidades de la primera infancia y la niñez y sus extensiones recíprocas con las psicopatologías y terapias para adultos. Con sus raíces a principios del siglo XX, ha recurrido a la labor terapéutica analítica directa con infantes y niños, así como a campos adyacentes, como la psicología, la pediatría, la psiquiatría infantil, la educación, las intervenciones comunitarias, la concienciación social e histórica y, más recientemente, la neurociencia del desarrollo. (Véanse los capítulos de las partes I y II.) Este libro integra el notable progreso de estos campos en las últimas décadas con diversas perspectivas psicoanalíticas. Actualmente se considera que los bebés son capaces de evocar y responder a los cuidadores y a otras personas importantes desde el principio de la vida, mientras que las teorías analíticas tradicionales se han centrado en los sentimientos y motivaciones más irracionales y solipsistas. Mi objetivo es ofrecer una mediación compleja y no reduccionista entre lo que hemos aprendido de la exposición directa a infantes y niños y el campo analítico más amplio.

Algunos grupos analíticos han abrazado la perspectiva del desarrollo, mientras que otros han sido cautelosos con ella, insistiendo en que la investigación empírica y la observación no clínica distraen de la comprensión más pura de las realidades psíquicas que sólo está disponible en el psicoanálisis clínico. Aunque simpatizo con este punto de vista, creo que es posible mantenerse en sintonía con las inmensas dimensiones de la niñez y la primera infancia sin sacrificar el profundo enfoque que es tan crucial para el proyecto analítico. Reunir perspectivas aparentemente divergentes desorienta nuestros marcos dados y pone a prueba la imaginación, ya que va en contra de la seguridad que pueden proporcionar las teorías y esquemas clínicos internamente coherentes. Pero vale la pena, porque desafía nuestros límites y hace más profunda nuestra comprensión de lo que de otra manera podría darse por sentado. Surgen nuevas ideas y enfoques, y los conceptos establecidos que han sobrevivido a su utilidad pueden ser renovados, desplazados o incluso descartados.

El contacto directo con los infantes y los niños ofrece un acceso excepcional a experiencias que los psicoanalistas, por lo demás, abordan de manera más provisional y deductiva. Como en las mejores épocas de análisis, la convincente inmediatez física y emocional de la infancia ofrece la perspectiva de modelos analíticos enraizados en la experiencia directa del tipo más convincente. La interacción entre progenitores e infantes tiene mucho en común con las bellas artes como la danza, la música y el cine, donde la forma y el movimiento, que varían con el tiempo, evocan las sensaciones más conmovedoras. El aprendizaje sobre los infantes y los niños enriquece nuestra comprensión de lo que sucede entre terapeutas y pacientes, así como todas las notables complejidades por las que las experiencias de la infancia se transforman con el tiempo, a medida que se viven en las multiplicidades remarcables de la vida adulta.

«LAMETÁFORADELBEBÉ»: PRIMERAINFANCIA, DESARROLLOINFANTILYPRÁCTICACLÍNICA

Las imágenes de los niños y los padres están omnipresentes en la práctica psicoterapéutica diaria. Aprendemos lo que podemos sobre la infancia de los pacientes, formamos imágenes y narraciones sobre cómo esas experiencias han dado forma al presente y nos imaginamos a nosotros mismos como padres u otras figuras cruciales de ese pasado, real e imaginario. Los analistas configuran las intervenciones para curar las heridas de la infancia y abrir nuevas posibilidades para el futuro a través de diversas vías más o menos directas. Todos asumimos que hay puntos comunes básicos entre los procesos por los cuales los niños y los pacientes cambian: internalización, regulación del efecto, contención, mejora de la reflexión, introspección, etc.

Los partidarios de cada grupo analítico juegan con sus diferentes orientaciones analíticas mientras aplican sus imágenes de la infancia de los pacientes en el pensamiento clínico y la interacción momento a momento, privilegiando diferentes dimensiones en sus relatos de psicopatología, práctica analítica y sanación. Todo esto se transmite en nuestra literatura, programas de formación, supervisiones, análisis personales y culturas institucionales (Seligman, 2006). Al responder a una transferencia hostil, por ejemplo, es más probable que un kleiniano contemporáneo atienda a la destructividad que surge de la realidad psíquica de un paciente (influenciada por la imagen de un niño que lucha con sus instintos agresivos). En cambio, un psicólogo del self podría pensar en las respuestas empáticas que faltaron en la infancia del paciente (pensando en la empatía como la clave para un crecimiento emocional adecuado). Estas divergencias no son rotundas, pero marcan la diferencia. El hecho de que su influencia esté a menudo implícita no las hace menos importantes.

Así, cada orientación analítica puede ser entendida a través de cómo se enfoca la infancia, el desarrollo infantil y sus relaciones con la personalidad adulta, la psicopatología y la terapia psicodinámica. Con todo esto en mente, este libro aborda estas y otras cuestiones clínicas y teóricas centrales que se encuentran en el centro del psicoanálisis, así como en sus límites:

• ¿De qué manera es relevante el conocimiento sobre la primera infancia y la niñez para la psicoterapia y el psicoanálisis con adultos?

• ¿Cuáles son los orígenes de la psicopatología y otros problemas de la vida?

• ¿Cuáles son las motivaciones principales?

• ¿Qué es lo que representa un cambio en la psicoterapia, especialmente en la terapia psicoanalítica?

• ¿Cuál es el peso relativo de la realidad y la fantasía, de lo interno y lo externo, del compromiso social y la experiencia privada y personal? ¿Qué podemos aprender sobre la «estructura psíquica» de los adultos mirando a los infantes y a los niños?

• ¿Qué podemos aprender del mundo no verbal de los infantes y de los niños en la primera infancia que podamos aplicar a la edad adulta? ¿Cuáles son las mejores maneras de pensar en esto: fantasía inconsciente,3 relaciones de objetos internos, estados del self, categorías de apego, defensas del carácter, anatomía y fisiología del cerebro?

• ¿Cómo se presenta el pasado en lo que está sucediendo ahora? ¿En qué medida equilibramos la relación actual y la reconstrucción del pasado en el trabajo clínico?

• ¿Cómo podemos ser más efectivos en cambar las cosas en la vida de la mayoría de la gente?

INVESTIGACIÓNSOBREELDESARROLLOINFANTIL, ELBEBÉRELACIONALYELGIROINTERSUBJETIVO

Este libro surge de una fase dinámica y perturbadora de la historia del psicoanálisis, durante la cual muchos de los supuestos e instituciones fundamentales se han transformado, especialmente en los Estados Unidos. Un enfoque «bipersonal» orientado a las relaciones ha desplazado muchas de las ortodoxias básicas sobre el carácter fundamental de los instintos primitivos endógenos y las orientaciones clínicas sobre la posición oracular y moderada del analista que se desprende de ellas: las relaciones, más que los impulsos, son los organizadores y las motivaciones básicas de la vida psíquica, y el individuo y su entorno —especialmente otras personas— se consideran inextricablemente entrelazados. Esta perspectiva «intersubjetiva» ha surgido en los muchos campos que se ocupan especialmente de la psicología del desarrollo infantil, la teoría y la investigación del apego y la neurociencia, todas las cuales apoyan el psicoanálisis del desarrollo contemporáneo.

Mi propio enfoque de estas cuestiones refleja mi análisis sobre las implicaciones que tiene para el psicoanálisis la investigación de la observación directa sobre la interacción progenitores-infante y las relaciones tempranas entre infante-cuidador que ha surgido durante las últimas décadas. Estas indagaciones convergieron en varias propuestas básicas, entre ellas que los humanos nacen preparados para responder y evocar el cuidado de los padres y otros; que la creación y el mantenimiento de los lazos con otras personas son motivaciones primarias y centrales para los infantes y, de hecho, para los seres humanos en general; y que la relación entre los infantes y los cuidadores es la unidad fundamental dentro de la cual se produce el desarrollo temprano. Los neonatos, por ejemplo, prefieren las caras y voces humanas a otros sonidos, tienen una mayor agudeza visual al enfocar objetos a unos 27 cm —la distancia de las caras de sus madres lactantes— y muestran las mismas emociones básicas que los adultos en todas las culturas, de manera que son capaces de comunicar directamente muchas cosas sobre sus estados internos. (Imagina los diferentes efectos de ver a un niño de dos meses sonriendo y arrullándose en un supermercado —como me ocurrió hace una hora antes de escribir esto— o a otro llorando inconsolablemente durante el aterrizaje de un avión). Aunque el «bebé relacional» es muy dependiente, su mente ya está organizada y preparada para la complejidad y la integración, ya que se encuentra en un entorno de apoyo receptivo. (Esto se desarrolla en la segunda parte del libro, capítulos del 6 al 10, junto con relatos más específicos de la intersubjetividad y las teorías de apego en los capítulos 11 y 12 en la tercera parte).

A medida que el desarrollo temprano avanza, los infantes y los padres se involucran en patrones cada vez más complejos de influencia y regulación mutua que se marcan y condicionan las experiencias y comportamientos del otro. Los infantes y los padres, al igual que los adultos y los niños mayores, suscitan cambios en el cerebro y el cuerpo de los demás que se suceden junto con estos comportamientos más obvios, a menudo en intervalos de microsegundos, más rápido de lo que se puede aprehender en un reflejo consciente. En general, se han incrementado en gran medida los nuevos conocimientos y el interés por la importancia de las interacciones entre la díada cuidador-infante en el desarrollo temprano y como determinantes cruciales de la personalidad y la psicopatología posteriores. (Véase el capítulo 9). Algunos de estos hallazgos son coherentes con los modelos analíticos tradicionales, pero muchos no lo son.

Por el contrario, algunas de las observaciones más firmes de esos enfoques clásicos parecen quedar fuera de los métodos de observación directa de los investigadores del desarrollo infantil; esto es particularmente notable en gran parte del material irracional y fantástico que surge en el trabajo clínico analítico. En general, he tratado de explorar las posibilidades de traducirlo de una esfera a la otra para refinar los conceptos y estrategias clínicas de cada lado. Pero esto no siempre es posible; las incongruencias y contradicciones no siempre son conciliables, y puede ser necesario tomar decisiones teóricas y clínicas. En general, la traducción es un negocio complejo y a menudo incómodo, con diferentes resultados en función de los distintos traductores y en sus diversas formas: entre los idiomas y desde la investigación científica básica hasta la aplicación clínica, por ejemplo (Davis, 2016; Galassi, 2012).

PSICOANÁLISISDELDESARROLLORELACIONAL

Las investigaciones sobre el desarrollo infantil han apoyado en gran medida a las escuelas analíticas relacionales e intersubjetivistas de la psicología del self, pero todas las escuelas freudianas se han visto afectadas (al igual que las interpersonales, aunque en menor medida). Se han cuestionado las suposiciones psicoanalíticas clásicas fundamentales, especialmente las relativas a la imagen del bebé como solipsista y caótico, los instintos libidinosos y agresivos primitivos y endógenos y las analogías entre la infancia normal y la psicopatología grave. Paralelamente, la técnica clínica se ha ido flexibilizando hacia una visión de la situación analítica como un sistema interactivo cocreado por el paciente y el analista: al igual que el bebé y el progenitor, cada pareja de analista-paciente crea su propia relación única y mutuamente regulada, en la que la comprensión y el crecimiento pueden mantenerse como una empresa conjunta (la cual no siempre es armoniosa o ni siquiera progresa, por supuesto). En consonancia con estos elementos comunes entre el desarrollo del infante y el niño y el proceso psicodinámico, se considera que la acción terapéutica sigue diversas vías. Entre ellas figuran la reactivación de los potenciales de adaptación bloqueados, los efectos directos de las nuevas experiencias, la refutación de las hasta ahora rígidas expectativas sobre las relaciones, etc. Esto contrasta con la posición clásica de que es necesario comprender tras haber interpretado para que exista una verdadera acción terapéutica: la interpretación sigue siendo una táctica poderosa, pero no la única.

Tanto dentro como fuera de la escena psicoanalítica contemporánea han surgido otras perspectivas influyentes : el feminismo y la teoría queer, la entrada de mujeres en la profesión analítica, la teoría crítica, los estudios culturales, la neurociencia, la psicofarmacología, y una serie de factores históricos y político-económicos. (La evolución histórica de las teorías psicoanalíticas del desarrollo y su concepto de los infantes y niños se describe en la primera parte de este libro, en los capítulos del 1 al 5). Al igual que en el desarrollo psicológico, en el movimiento del propio campo analítico hay diferentes dimensiones y situaciones que están en movimiento dinámico. A lo largo de este libro, me baso en la proposición de que los efectos mutuos y entrelazados de los diversos dominios que dan forma a nuestra experiencia se deben considerar en todas sus complejas interacciones. Las facetas históricas, sociales, familiares y biológicas, así como las psicológicas individuales, se transforman entre sí a medida que cambian con el tiempo.

Todo esto se reúne en el término «psicoanálisis relacional-evolutivo».4 Esta frase supone un giro en la visión de que las relaciones son los motivadores y organizadores fundamentales del comportamiento y la experiencia humana, tanto influyendo como siendo influenciados por las experiencias sociales y corporales en sus muchas dimensiones; éstas van desde economía, cultura y vecindario, pasando por la sexualidad, la familia y las relaciones íntimas de todo tipo, hasta los factores orgánicos, incluyendo los celulares y genéticos. Las interrelaciones de todo ello evolucionan con el tiempo a lo largo de cada vida y cultura, en diversas transformaciones e integraciones, más o menos coordinadas y limitadas, tanto dentro de cada persona como entre las personas y sus variados entornos. Se presenta la interacción continua del pasado, el presente y el futuro con todas las diferentes posibilidades y combinaciones progresivas y regresivas imaginables. Con esto en mente, me he sentido atraído por los modelos de sistemas dinámicos no lineales que han surgido en las últimas décadas, y que se han aplicado más recientemente en la psicología y el psicoanálisis. (Estos modelos se elaboran en la última parte de este libro, capítulos del 18 al 20.)

SOBREELAUTOR: LAHISTORIAPERSONAL

Un breve relato de la evolución de mi propio interés en el psicoanálisis del desarrollo ofrece otra perspectiva de los temas que dan vida a este libro. Terminé la escuela de posgrado en 1981 con un innovador programa doctoral que incluía una sólida introducción a las ciencias de la vida, la neurofisiología y la neuroanatomía, junto con el psicoanálisis y otras psicologías y el desarrollo infantil, seguido de tres años de formación clínica hospitalaria. Me impresionó la inmediatez del cuerpo físicamente presente y los métodos y hallazgos de las ciencias médicas y naturales, incluso siendo consciente de sus limitaciones. Al mismo tiempo, seguí comprometido con los temas políticos y filosóficos y las comunidades que habían animado mi adolescencia tardía y mis años posuniversitarios. Fui un partidario de la nueva izquierda de los años sesenta en la universidad, y después un organizador laboral y clínico de salud mental comunitaria, trabajando para lo que todavía considero como propósitos muy justos, junto con la resolución de problemas de desarrollo personal. Me interesaban tanto las teorías sociopolíticas como el psicoanálisis, así como el deseo de incluir servicio social o una agenda de acción social en mi trabajo diario.

Parecía haber una brecha entre el análisis y las teorías sociales que me influenciaban: el marxismo, la escuela de Fráncfort (por ejemplo, W. Benjamin, 1968; Marcuse, 1955), la sociología estructural-funcional (Parsons, 1964) y las teorías sociales críticas emergentes como la de Foucault (1978). En general, estas teorías se ocupaban de las desigualdades de poder, pero no proponían una teoría psicológica fuerte. Sin embargo, el psicoanálisis favoreció las motivaciones asociales, individuales y las estructuras de la personalidad a expensas del mundo social, aun cuando ofreciese un método adecuado al proyecto radical de desenterrar las dinámicas ocultas por las que las personas colaboran con fuerzas que las frustran, las privan e incluso las oprimen. Pero si los instintos primitivos impulsaban el sistema, entonces ¿cómo se podía ser optimista sobre la perspectiva de los cambios básicos que parecían tan necesarios? Y como muchos de mis camaradas en los movimientos de la nueva izquierda estaban volviendo a los desafíos más mundanos de la vida personal y profesional a medida que los movimientos decaían, ¿cómo podíamos pensar en estos dominios más privados de una manera que llevara algo de nuestro anterior celo por la justicia social (Harris, 2012; Seligman, 2012a)?

Durante mi formación clínica, pasé bastante tiempo trabajando con niños. Me pareció que había más oportunidades de intervenir en los entornos sociales que normalmente se descuidaban en la mayoría de los entornos de tratamiento para adultos, y me gustaba jugar con los niños. Esta tendencia práctica fue reforzada por mi interés en las cuestiones conceptuales sobre los efectos e influencias comparativas entre las influencias ambientales y las constitucionales. Durante esta época, la observación directa de la interacción entre el infante y sus padres estaba llegando a la mayoría de edad, por lo que fui tomando conciencia de la nueva generación de investigadores audaces y sensibles que estaban ofreciendo una nueva concepción del bebé como un ser activo, social y psicológicamente vivo desde su nacimiento y de que estaban sembrando las semillas del nuevo paradigma que iba a transformar el panorama analítico (por ejemplo, Bowlby, 1969; Brazelton, Kozlowski y Main, 1974; Emde, 1988a; Greenspan y Pollock, 1989; Sander, 2002; Stern, 1985).

La «revolución relacional» se estaba afianzando en el psicoanálisis durante esos mismos años. Incluso cuando empecé la formación psicoanalítica formal en un instituto psicoanalítico más consolidado afiliado a la American Psychoanalytic Association, descubrí que el giro relacional era el más adecuado para proporcionar el marco general para una síntesis analítica integradora y flexible.5 Su enfoque amplio e inclusivo se basó en la tradición más socialmente orientada del análisis interpersonal, así como en el feminismo insurgente, la teoría social crítica y la nueva investigación sobre el desarrollo; era crítico con las raíces psicoanalíticas freudianas sin rechazarlas. El carácter iconoclástico y flexible del enfoque relacional en el trabajo clínico era el que más se adaptaba a mí, tanto en lo temperamental como en lo intelectual, ofreciendo una alternativa reflexiva y seria al método clínico analítico más tradicional en el que me había formado. Aunque muchos de mis profesores de orientación psicológica del yo eran increíblemente abnegados, inteligentes y reflexivos, y algunos podían ser bastante flexibles (especialmente en la práctica), todavía había una aceptación más o menos acrítica de las convicciones teóricas y técnicas establecidas sobre las pulsiones, la neutralidad, etc. De manera similar, había una sorprendente falta de intercambio cosmopolita con las diversas corrientes del mundo analítico de las que yo estaba tomando conciencia, incluyendo la psicología del self, las innovaciones lacanianas y otras francesas y, por supuesto, con los grupos británicos de los objetos relacionales (por los que yo estaba bastante impresionado desde hacía algún tiempo). El psicoanálisis del yo norteamericano hegemónico parecía errar en cuanto a su reivindicación y su exportación, carecía de autocrítica o diálogo con otras perspectivas dentro y fuera del campo analítico.

Mi propio entusiasmo por una visión más amplia fue alimentado por el trabajo continuado con niños, y especialmente por mi especial interés en el trabajo con infantes y sus padres. El contacto sincero con los bebés elimina los obstáculos hacia la espontaneidad y la autenticidad: los bebés pueden comunicarse y responder directa y eficientemente sin las sutilezas del lenguaje y suelen ser receptivos incluso a pequeños cambios en el entorno emocional y físico. Por lo general, he mantenido una práctica continua de psicoterapia infantil junto con la atención a adultos, pero también he trabajado a lo largo de mi carrera en el desarrollo del modelo de psicoterapia padres-bebés propuesto por Selma Fraiberg y otros (1975, 1980), adaptando su atención psicoanalítica a los «fantasmas en la guardería» para trabajar en los hogares de las familias con problemas psicosociales y económicos, en su mayoría afroamericanas y latinas (Seligman, 1994, 2014b). Allí, la respuesta directa e inmediata parecía tan convincente con los bebés y sus padres como siempre lo ha sido con los niños en la psicoterapia. Muchos de esos casos se referían a episodios de maltrato y desamparo de niños, inmigración reciente y adicción en medio de la pobreza y otras dificultades socioculturales. Mientras me encontraba con esto en los hogares de familias tan problemáticas y en medio de diversos servicios sociales, gubernamentales y sistemas médicos, me di cuenta de que las principales ideas analíticas centrales podían ser poderosas en estas circunstancias poco convencionales y desafiantes si se concebían y se ofrecían de una manera clara, accesible y cercana a la experiencia. (Véanse capítulos 7 y 8; véase también Seligman, 1994).

En mi trabajo clínico, creo que todas las orientaciones analíticas con las que estoy más familiarizado son útiles; sin que yo sea consciente de las fuentes particulares en un momento determinado, es cada situación analítica emergente la que las va requiriendo. Éstas incluyen la orientación freudiana clásica, el modelo estructural centrado en las defensas y el conflicto psíquico, el énfasis kleiniano en la fantasía inconsciente y las profundas relaciones de objetos internos, la corriente profundamente imaginativa y orientada al desarrollo del Middle Group, la psicología del self y la visión relacional contemporánea, con su enfoque afirmativo del compromiso y la participación del analista. El antropólogo Clifford Geertz (1973) ha propuesto la «descripción densa» simultánea como un método para observar los fenómenos desde múltiples perspectivas a la vez; gracias a ello, se presenta una descripción estructurada de una serie de detalles y procesos y desde diversas perspectivas que puedan transmitir y captar parte de la profundidad de lo que está sucediendo. En muchos aspectos, el psicoanálisis se basa en esos métodos en su práctica cotidiana. (Véase también Chodorow, 1999).

El psicoanálisis siempre ha parecido apuntar hacia este tipo de intencionalidad, pero con demasiada frecuencia se aleja de estos potenciales por sus propias jerarquías y rigideces organicistas, procedimentales y epistemológicas, así como por su insistencia en la primacía de lo verbal. Más allá de esto, sin embargo, la iluminación freudiana de la ambigüedad, el conflicto, la fantasía y la naturaleza irracional y elusiva de lo que puede decirse y conocerse de uno mismo es indispensable no sólo para nuestro campo, sino para la cultura en su conjunto, especialmente porque parece empeñada en abandonar la interioridad por el ámbito de la comunicación básica y de uso común. Pero estas virtudes fundamentales no se pueden desarrollar con las mistificaciones y ortodoxias que han obstaculizado un enfoque pragmático y contemporáneo que podría abarcar lo más evocador y preciso y, me atrevería a decir, que nos apunta a la experiencia más verdadera.

CONSTRUYENDOPUENTES: FORTALECERLASIDEASTRADICIONALESCONNUEVOSCONOCIMIENTOS

Con todo esto en mente, adopto un enfoque sintetizador que descarta las ideas desfasadas cuando es necesario, mientras que conserva los conocimientos más valiosos disponibles de cualquier fuente. Creo que la vitalidad del psicoanálisis emergerá más profundamente de los movimientos polifónicos entre el análisis de adultos, la investigación del desarrollo, el psicoanálisis de niños y el trabajo clínico infantil que se presentan aquí. Este proyecto integrador exige un equilibrio de reconciliación y confrontación entre las diferentes concepciones del proyecto analítico, algunas de las cuales pueden ser contradictorias. Aunque hay muchas ideas y actitudes que se deben descartar, algunas contradicciones deben considerarse en lugar de resolverse. La incoherencia es la esencia del psicoanálisis.

Esto despierta tensiones intelectuales, culturales e institucionales de todo tipo. Los críticos de las aplicaciones de la investigación infantil han considerado que se hace demasiado hincapié en lo que se puede observar directamente, a fin de atenuar el método psicoanalítico básico de aprendizaje del inconsciente dinámico mediante la interpretación y otros aspectos de la situación psicoanalítica. No estoy de acuerdo: abrazar las perspectivas de desarrollo contemporáneas no significa que esas concepciones analíticas centrales deban abandonarse. En cambio, se pueden fortificar a medida que se hacen más flexibles, más claras y más accesibles a los colegas de otras disciplinas y a nuestros pacientes. Al mismo tiempo, las comunidades analíticas contemporáneas que han sido reveladoramente críticas con las tradiciones establecidas, como los relacionalistas y otros intersubjetivistas, pueden aprovechar la visión freudiana cuando se actualiza con nuevos hallazgos y entendimientos en mente. (Véase Cooper, 2014; Corbett, 2014; Seligman, 2014a, por ejemplo.) Desde mi punto de vista, la aplicación de la investigación sobre el desarrollo temprano al psicoanálisis lo han hecho avanzar, han puesto de manifiesto los defectos de las ortodoxias establecidas, han llamado la atención sobre los detalles observables y las pautas de interacción diádica en el proceso psicoterapéutico y, en definitiva, han acercado las vivencias —especialmente de las emociones y el cuerpo real— al campo analítico. Esto respalda la estrategia analítica básica de tener un contacto atento y reflexivo con la gente angustiada, y abren un espacio para que pensemos en la serie de tensiones emocionales e interpersonales a las que nos enfrentamos cada día.

También surgen aplicaciones prácticas efectivas: los programas para fomentar que los padres lean a los bebés pueden estar basados en la ciencia del cerebro; las teorías de representación interna y análisis de defensa respaldan el tratamiento de los niños maltratados y sus padres; los tribunales de menores pueden estar vinculados a programas de terapia basados en las relaciones, que a su vez están basados en la comprensión de la contratransferencia primitiva y las fantasías asociadas; la investigación respaldada por la imagen por resonancia magnética funcional (IRMf) sobre la comunicación emocional implícita muy rápida puede ayudar a los analistas a controlar las emociones intensas de sus analizados.

El psicoanálisis es una empresa profunda y generadora, pero hemos estado demasiado confiados durante demasiado tiempo. La teoría del siglo XXI, como otros esfuerzos del siglo XXI, requiere una sensibilidad híbrida. Los analistas a veces han estado demasiado ansiosos por contar a los demás lo que sabemos, en lugar de dejarse influenciar por lo que entienden. Si podemos hacer un mejor trabajo de importación, podemos pensar más claramente y trabajar más eficazmente.

CÓMOESTÁORGANIZADOESTELIBRO

El libro comienza con una visión general histórico-conceptual (parte I), pasa por una elaboración más detallada de la actual imagen del bebé basada en la observación y su similitud extendida a un enfoque de desarrollo intersubjetivo orientado a la relación con la teoría y la práctica analítica (parte II), y termina con una larga serie de exploraciones más específicas de temas centrales dentro de ese campo (partes III y IV). Cada parte comienza con un breve resumen introductorio. Se trata de orientaciones generales, así como de guiar a los lectores que puedan encontrar en uno u otro de los capítulos material que les resulte familiar. También hay referencias a enlaces a grabaciones de vídeo de la interacción entre el infante y sus padres y otros acontecimientos de la infancia en el texto, así como en el apéndice en línea, que puede consultarse en www.routledge.com/9780415880022.

La primera parte del libro ofrece un extenso relato del lugar que ocupan la infancia y el desarrollo humano en el psicoanálisis, comenzando con el «descubrimiento» de Freud de que la experiencia de la infancia determinaba la personalidad del adulto y su teoría de la sexualidad infantil, pasando por la evolución del análisis infantil, la importante evolución de la teoría analítica en la psicología del yo, el psicoanálisis kleiniano, la teoría de las relaciones de objetos del Middle Group y el florecimiento del análisis en los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. Analizo la trayectoria desde el modelo orientado a la regresión de Freud para incluir el precoz movimiento orientado al crecimiento de la perspectiva de desarrollo, pero con referencia a las complejas y a veces controvertidas interacciones entre las diferentes orientaciones analíticas y sus puntos de vista sobre la primera infancia y la niñez, incluyendo sus contextos culturales e históricos más amplios.

A lo largo del camino, presento la visión de cada grupo analítico del infante: «el bebé de Freud», «el bebé de Klein», «el bebé de Winnicott», etc. Los diferentes discursos y disciplinas ven cada uno un aspecto distinto de lo que hay, de lo que es importante para el trabajo clínico y la teoría. Cuando los abordamos juntos, podemos entender «el bebé» de una nueva manera, un entendimiento que se manifiesta alternativamente como metáfora, como imagen clínica, como el tipo de persona más evocadora, de rápido desarrollo y vulnerable, como encarnación de nuestras esperanzas (y temores), como fuerza notable, ya sea en las familias o en la reproducción de la especie, e incluso como presencia sagrada (etc.).

La segunda parte presenta un perfil más extenso del «bebé intersubjetivo observado», en un resumen de la investigación sobre la observación de infantes que surgió a finales del siglo XX. A continuación, se elabora con cierto detalle el respaldo mutuo entre estos hallazgos y la teoría analítica relacional intersubjetiva y la práctica clínica. Por último, los temas específicos dentro de esta área se presentan brevemente en lo que espero que pueda funcionar como «resúmenes»: la teoría del apego, la continuidad desde la infancia hasta la edad adulta, la teoría de la intersubjetividad y las ideas contemporáneas de desarrollo relacional sobre el género, la sexualidad y el complejo de Edipo. Estas dos primeras partes también incluyen una «línea teórica» que sigue la evolución de cuestiones teóricas específicas. Aunque esos matices teóricos han sido fundamentales para determinar las prácticas y posturas clínicas clave, los he diferenciado, ya que son conceptualmente especiales en ciertos aspectos, de modo que algunos estarán menos interesados en ellos. El segundo de ellos, el capítulo 4, es una elaboración de la «perspectiva de desarrollo sólida», que es una dimensión fundamental aquí.

Las tres últimas partes presentan una amplia serie de exploraciones más específicas organizadas en torno a tres temas centrales: reconocimiento, reflexión y regulación mutua; vitalidad y actividad; y la teoría de los sistemas dinámicos no lineales y los potenciales creativos de la incertidumbre. Cada parte presenta informes de casos clínicos que ilustran y amplían las implicaciones clínicas del material conceptual. Estas agrupaciones reflejan en parte mi manera de organizar las múltiples dimensiones de la intersección entre el desarrollo y el psicoanálisis infantil, aunque podría haber muchas otras.

Espero que el lector se adentre en los diferentes marcos, controversias y síntesis que han surgido y desaparecido a medida que los analistas han conceptualizado las relaciones entre la infancia y la niñez, por un lado, y la personalidad adulta, la psicopatología y la terapia, por el otro. Con esta aspiración en mente, espero que de aquí surjan los temas subyacentes y las conexiones entre los diferentes capítulos, de tal manera que se haga visible una integración pragmática y contemporánea del pensamiento psicoanalítico profundo con las concepciones biológicas, sociales y clínicas del desarrollo, especialmente las infantiles. Muchos de los capítulos están directamente relacionados con el intercambio entre la investigación sobre la interacción entre el niño y los padres o la teoría del apego y el psicoanálisis clínico, en el contexto de la perspectiva intersubjetiva-relacional. Otros se centran en la construcción de la teoría; muchos consideran la psicoterapia infantil psicoanalítica, especialmente la psicoterapia para padres de infantes; la mayoría se basa en el modelo de sistemas transaccionales-dinámicos. También surgen cuestiones metodológicas, filosóficas y científicas. Sin embargo, al igual que en el amplio campo del desarrollo, la mayoría de estas cuestiones están por lo menos implícitas en el fondo de todo, influyendo incluso cuando no se elaboran o se presentan. He tratado de organizar este libro de una manera dinámica y «fácil de usar», con diferentes secciones y capítulos que reflejan estos temas complejos y entrelazados, a veces separándolos y a veces entrelazándolos.

Parte ICómo hemos llegado hasta aquí

Una hoja de ruta para las teorías psicoanalíticas de la infancia y el desarrollo

Esta parte del libro ofrece una especie de «hoja de ruta» que establece el escenario para el resto. Trata de la evolución de la fórmula original de Freud a un psicoanálisis evolutivo completo, tal como se desarrolló rodeado de diversas influencias: la mayoría de las teorías analíticas tradicionales, el psicoanálisis contemporáneo intersubjetivo y relacional, el trabajo clínico psicoanalítico con adultos, la investigación del desarrollo (especialmente sobre los niños), el análisis de niños y la práctica de la salud mental infantil. Al hacerlo, espero ofrecer una orientación básica en varias teorías analíticas fundamentales diferentes a través de su forma de abordar la infancia, el desarrollo infantil y sus relaciones con la personalidad adulta, la psicopatología y la terapia psicoanalítica.

Aunque Freud demostró que la infancia era significativa e influyente en su revolucionaria psicología, su enfoque era principalmente retrospectivo: se basaba en reconstrucciones imaginativas extraídas de los recuerdos y traumas influenciados por la fantasía que él consideraba que eran la fuente de la patología de sus pacientes. Presentó la infancia como la encarnación del proceso primario desorganizado y de los instintos asociales que veía en el núcleo primitivo de la naturaleza humana. La evolución de la visión analítica de la infancia se vio influida por miembros de los círculos internos de Freud y otros colaboradores, incluidas varias mujeres que se interesaban especialmente por los niños, sus familias y las escuelas; algunas de ellas siguieron siendo marginales, mientras que otras se convirtieron en las líderes de la próxima generación del psicoanálisis. A medida que los propios modelos de Freud evolucionaban más, incluía motivaciones sociales orientadas al crecimiento: se consideró que en la infancia existían motivaciones endógenas, progresivas y adaptativas paralelas a los instintos sexuales y agresivos. Surgieron divisiones entre diferentes grupos de analistas sobre cuán importantes deberían ser esas corrientes adaptativas en el núcleo de los modelos psicoanalíticos en general y en el trabajo clínico en particular. Al principio, éstos se concentraron en los grupos kleinianos, los psicológicos del yo, y el Middle Group británico.

No obstante, en gran parte del mundo analítico el desarrollo infantil pasó a estar en un lugar destacado —de forma análoga al crecimiento físico— por los potenciales emergentes para el compromiso de «avanzar» con la realidad externa y el mundo social; esto se sumó a una dependencia más exclusiva del método reconstructivo «retrospectivo» para generar hipótesis sobre la infancia. Finalmente, la tendencia general hacia las relaciones como motivaciones centrales ha tomado fuerza en la escena psicoanalítica, especialmente en los Estados Unidos. El psicoanálisis relacional y la psicología intersubjetivista del self han tenido una influencia especial, apoyada por la observación directa de las interacciones entre los niños y los padres, junto con otras corrientes históricas y teóricas emergentes. El análisis interpersonal y las innovaciones de Europa continental y América Latina están llamando cada vez más la atención. En general, se ha seguido un enfoque más flexible y multimodal de la técnica terapéutica.

UNA NARRACIÓN EN CONTEXTO: UN ENFOQUE DE DESARROLLO HISTÓRICO

Aunque generalmente sigo la organización estándar de las orientaciones psicoanalíticas centrales angloamericanas tal como fluyen en la escena contemporánea, este relato no pretende ser una narración positivista de un campo que se acerca cada vez más a alguna verdad o validez científica. Tanto como es posible en un breve conjunto de capítulos, contextualizo las cambiantes teorías analíticas y sus puntos de vista sobre la primera infancia y la niñez con las diferentes culturas y organizaciones analíticas en las que surgieron, así como en relación con los entornos históricos, culturales y económicos más amplios. Al igual que en el desarrollo individual, no todas las ideas, métodos y lenguajes presentes en un momento dado son los más influyentes, ya sea implícita o explícitamente. Algunos se pasan por alto; otros se suprimen o se reprimen; algunos se transforman, se debilitan e incluso de incorporan. Algunos se marginan, a veces para ser redescubiertos más tarde de nuevo implícita y explícitamente.6

Todo esto se ha ampliado aún más en la medida en que las organizaciones analíticas y los discursos se han impulsado por la personalidad, cuando no se han organizado carismáticamente. Estos flujos y reflujos se inscriben en la historia de cualquier discurso, sobre todo del psicoanálisis, ya que se sitúa en el campo de lo esquivo.

En cierto sentido, estoy adoptando una perspectiva de desarrollo sobre la orientación del desarrollo en el psicoanálisis, considerándola como un reflejo de una serie de influencias y entornos diferentes. Los cambios en la teoría analítica no ocurren en el vacío. Así como cada elemento del desarrollo de un niño afecta y es afectado por la persona en su totalidad y el entorno más amplio, el punto de vista analítico del niño ha surgido conjuntamente con la evolución del ámbito en general como un movimiento, una práctica clínica, un conjunto de teorías, una institución con sus muchas facciones y organizaciones locales y nacionales, y como un discurso con sus propias preocupaciones y estilos centrales. Los contextos históricos y culturales también han estado siempre implicados: el lugar de la mujer en el establecimiento psicoanalítico; las dos guerras mundiales y el ascenso del fascismo y el antisemitismo en Europa; la subsiguiente emigración de analistas de Europa Central a Gran Bretaña y los Estados Unidos; la prosperidad posterior a la Segunda Guerra Mundial, especialmente en los Estados Unidos. Espero que este enfoque añada algo a los muchos relatos útiles que se han centrado más en los detalles de los modelos analíticos de desarrollo.7

LAAPARICIÓNDELPUNTODEVISTADELDESARROLLOPSICOANALÍTICO

• Los orígenes del psicoanálisis:

• El «descubrimiento» de Freud de la infancia, en su concepción de la sexualidad infantil y los instintos primitivos, con su enfoque retrospectivo/reconstructivo.

• La aparición del psicoanálisis de niños en el contexto de los primeros tiempos de Freud, liderado por mujeres que no eran admitidas en el círculo íntimo de Freud.