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"Caminante no hay camino, se hace camino al andar", Joan Manuel Serrat. ¡Dignidad! Cuántos derroteros atravesé para localizarte, numerosos pantanos fangosos colmados de elecciones sufrientes y decisiones con aroma a descalabro, por escindir mi propia esencia. Conquisté, con valentía, el desandar de quien creí ser, para adentrarme afectuosamente en quien "voy siendo" en el proceso de mi vida. Por consiguiente, te invito a una travesía repleta de aventuras magnánimas, deshabitando, despoblando, flexibilizando para florecer y habitar una vida más fluida, pacífica y milagrosa, desistiendo de tomar asiento en personajes tensos colmados de máscaras e identificaciones gastadas, rígidas y caóticas. Dándote la bienvenida, desde tu atalaya, eligiendo, haciéndote cargo, a sabiendas de que hay costos que vale la pena pagar por revolucionar nuestra vida, para transformarla, cuando las tripas así lo gritan. El cuento que construimos a lo largo de nuestros días tendrá un "colorín colorado", así pues, no te concibas tan en serio a vos mismo, de manera más conveniente tomate de la mano y sé tu aliado.
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Seitenzahl: 121
Veröffentlichungsjahr: 2023
MARÍA ISABEL SOLDATI
Soldati, María IsabelLealtad a nuestra dignidad / María Isabel Soldati. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-3561-0
1. Narrativa. I. Título.CDD A863
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
DESIDERATA
PRÓLOGO
HOMENAJE
PRELUDIO
PARAO
CAPÍTULO 1
“Llegó la hora… La madurez de mi templanza”
CAPÍTULO 2
“La insoslayable tenuidad humana”
CAPÍTULO 3
“La alineación de mi binario Sentir-Pensar”
CAPÍTULO 4
“La soledad, mi pareja interior, mi mentora”
CAPÍTULO 5
“El milagroso escultor que reside en nuestro interior”
CAPÍTULO 6
“El deleitoso conversatorio con la gente”
CAPÍTULO 7
“La bienaventurada filantropía de mi consciencia”
CAPÍTULO 8
“Reverenciar nuestras heridas, conceder identidad a sus cicatrices”
CAPÍTULO 9
“Orfebre de mi vida”
CAPÍTULO 10
“Arquetipos rígidos donde la mayoría nos sentimos excluidos”
CAPÍTULO 11
“El amor es fácil”
POSDATA
DÁDIVA UNO
DÁDIVA DOS
DÁDIVA TRES
EPÍLOGO
Te deseo una afable vida, edificada sobre los cimientos de tu coherencia, autenticidad y amor benevolente y pacífico hacia vos mismo y, por lógica decantación, a tu tribu.
Es en este cobijo donde, estoy segura, hallarás la dignidad, que es tu sabiduría, tu esencia y con ella como custodia, peregrinarás con coraje altruista, hasta encumbrar tu libertad.
Buen viaje, te abrazo
ICHI
Cuando mi mamá me pidió que escriba el prólogo de su segundo libro, ella no tenía ni definido el título. “Escribí lo que vos quieras, lo que te nazca”, me dijo. Por eso decidí escribir sobre lo que ella me enseñó desde siempre, como pudo, y de muchas formas.
Algo que es ley universal, mágica, cuando aprehendemos el propio y, fantástica, cuando lo damos: ELAMOR.
Para mí…
El amor es cuidado, ese que te abraza el alma.
El amor es compañía, de esa que te da la certeza de que no estás solo.
El amor es que te escuchen, riendo o llorando.
El amor es abrazar el cuerpo y el corazón también. Cuando está todo bien y cuando no está todo tan bien.
El amor es ceder, en la medida justa y sana.
El amor es entender que no todo es lo mismo, que no todos somos los mismos.
El amor es libertad, libertad de ser y sentir.
El amor es aceptar, sin juzgar.
El amor es calidez, de esa que te hace creer que el invierno es más corto.
El amor es acción.
El amor es generosidad.
El amor es lealtad, de la buena, no de la ciega.
El amor es dignidad, de la seria y la que nos enaltece.
Bienvenidos a este cacho de vida que la Ichi les comparte… deseo que sean siempre leales a lo que sienten. Siéntanse dignos de merecer lo que llega a sus vidas y no dejen nunca de dar amor, ni huyan de recibirlo…
¡Que lo disfruten!
SOL
A todos los que arropamos las vestiduras de “hijos”, ofrezco mi hechizo testimonio de vida envuelto en palabras construidas sobre las bases de mis andanzas vigorosas.
Me deleito en dicho atributo descendiente, puesto que todos fuimos brotes de otros y algunos, paulatinamente, nos convertimos en esos “otros”, acunando los retoños que decidimos concebir al orbe.
Abarcativo, desafiante, expansivo, glorioso, laborioso, generoso, sublime, son ciertas adjetivaciones que capitalicé en esta apasionante rúbrica, la que hoy me inspira desde el altruismo, la gratitud y el amor en libertad, a dedicarnos este libro, a los que portamos el rótulo de hijo.
Prioritariamente a vos “Sol, mi rubia debilidad” y a vos “Lolo, mi príncipe incorpóreo”, ya que danzaron y brotaron en mis entrañas, de idéntico modo que las páginas que redacto en el decurso de esta obra tan vivaz y elocuente.
¡Quebrada! Esa fue la palabra que me lanzó, cual cohete, a la travesía de mi segundo libro. Cuando uno se encuentra en esas arenas movedizas, buceando alocada y agotada por no hundirse, llega un instante en el que la vida te dice “Dejate sentir, dejate estar, dejate en paz” y si te inunda un segundo de humildad y te lo permitís, allí, justo en ese instante, la mutación se manifiesta.
No puedo elegir mis circunstancias, soy sensata en eso, más si logré capitalizar a lo largo de este último tramo de mi camino consciente, quepuedo decidir vivir mis oscuridades sin entregarme plenamente al goce sufriente que anteriormente me acompañaba, regodeándome en lastimosos días, perdiendo el rumbo, la visión, el discernimiento, en definitiva, perdiéndome a mí misma para ganar NADA.
Virar mis guiones de vida es una tarea a la que me aboco en forma permanente dedicándome a “caminar atenta”, para que mi mente comprenda que he logrado cambiar algunos esquemas, que me he empeñado en atrincherarme en mi dignidad, en mi capacidad creadora, en mi condición humana de calidad y respeto por mí misma, ya que fui asumiendo y entendiendo lo que merezco porque soy un ser humano valioso, honorable y leal.
Decido contarme un nuevo cuento, el que posea mis propios valores, los que sea capaz de construir y sostener en el tiempo.
Al sentirme fracturada las opciones solo eran dos: victimizarme y culpar o, aceptar y aprovechar el fulgor que se colaba en los espacios de rompimiento. Me di el beneplácito de ser coherente, de no huir, de ser valiente, de llorar, de limpiar y por sobre todo, de permitir que cada halo de luz que ingresaba me sostuviera, me calmara, me fortaleciera.
Claudio Naranjo, psiquiatra chileno, manifestó “¿Cuál fue la locura que tu alma necesitó para sobrevivir?”, a lo que podría responder: precisé, con convicción e ímpetu, acomodar mis energías desorganizadas, vivir mi momento desde el amor y no desde el miedo paralizador y por sobre todo, acunarme en el remanso de saber y sentir que me tenía a misma como mi gran aliada, mi fortaleza.
Mi conquista suprema es la hidalguía de mi serenidad y sobriedad, esas son las bases de mi nueva escuela de la vida y mi deseo es ser una alumna perseverante y amorosa, simple y sencillamente eso, ser “LAMEJOR” es un sendero incómodo y competidor, por eso ya no lo elijo, no lo habito, no lo deseo.
Hay quien ve la luz al final de su túnel
Y construye un nuevo túnel pa’ no ver
Y se queda entre lo oscuro y se consume
Lamentando lo que nunca llego a ser.
Yo no fui el mejor ejemplo y te lo admito
Fácil es juzgar la noche al otro día
Pero fui sincero y eso si lo grito
Que yo nunca he hipotecado el alma mía.
Si yo he vivido parao, ay que me entierren parao
Si pagué el precio que paga el que no vive arrodillao
La vida me ha restregao, pero jamás me ha planchao
En la buena y en la mala voy con los dientes pelao
Sonriendo y de pie: siempre parao.
Parao, aunque me haya equivocao, aunque me hayan señalao.
Parao, en agua de luna mojao, disfrutando la memoria de los ríos que he cruzao.
Aunque casi me haya ahogao, sigo parao.
Rubén Blades
“La vida es una moneda, quién la rebusca la tiene, ojo que hablo de monedas y no de gruesos billetes. Mi vida es una hoja en blanco, un piano desafinado, diez dedos largos y flacos y un manojo de palabras. Solo se trata de vivir, esa es la historia, con la sonrisa en el ojal, con la idiotez y la locura de todos los días, a lo mejor resulta bien”.
Juan Carlos Baglietto “La vida es una moneda”.
Arribó a puerto mi segundo libro y mientras desembarca, de lo profundo de mis entrañas brotó este título, quizás porque dicho viaje acontece en mi alma enlazado a un proceso inquietante y desestabilizador, podría decir, en el que el desierto polvoriento y veleidoso se apersona, sin previo aviso ni carta de presentación, como para que uno pueda advertir su descenso y alinear las condiciones óptimas de su ánima para acogerlo.
En dichas circunstancias el equilibrio parece desvanecer y la estabilidad emocional edificada advierte un derrumbe frente a los eventos acaecidos.
Los hechos, las situaciones, lo sucedido, la REALIDAD, es lo que acontece cada día en nuestras vidas y yo me pregunto: ¿Es azarosa?, ¿está predeterminada con algún fin?, ¿poseo injerencia para canjearla? Preguntas y más preguntas, como ya sabrán mis queridos lectores, ellas son mis monumentales aliadas, las que me empujan a bucear, a investigar, a mutar, a ser valiente. Mi deducción primaria es que sobre los sucesos manifiestos no poseo voluntad alguna para modificarlos pero descubrí, en una vuelta de rosca que con tesón indagué, que si gozo de la intervención en las interpretaciones que realizo de ellos. Darío Sztajnszrajer (filósofo) expresa,“El ser humano suele, frente a los acontecimientos disruptivos, intentar ajustar la disrupción de tal modo que no se derrumben las bases más generales del sentido vigente”.
Desde mi acotada sabiduría humana comprendí que debo redoblar los esfuerzos para continuar enseñando a mi mente que puedo pensar diferente, lo cual, indefectiblemente, me conduce a la divergencia en el percibir, pero por sobre todo, capitalicé el dejar de huir, el dejar de hacer compulsivamente para permitirme sentir, es decir, disponer del total de mis energías a lo que la vida aproxima este día y poder otorgarle un buen lugar, una guarida receptiva, admitiendo y aceptando así mi dolor, mi oscuridad, mi sombra.
Experimenté esta sensación por primera vez en mi historia y fue este dubitativo permiso que me concedí, el que me condujo a las puertas de ingreso a MIMADUREZENTEMPLANZA. ¿Por qué decidí nombrarla así? Les soy honesta, cada vez que atravesé un momento intrincado y tenso, me perdía en él, reaccionando, atacando, culpando, en fin, inquietándome en demasía, fusionándome con esa situación, perdiendo mi capacidad de pensar y la coherencia para actuar.
Ciertamente la reconversión espiritual que decidí emprender hace un extenso tiempo fue obsequiándome sus frutos como para concederme la osadía de despejar y despojar los adornos innecesarios e infantiles y así encontrarme cara a cara solo con mi dolor.
Jorge Bucay (terapeuta y escritor) declara “Ya que voy a estar conmigo para siempre, que bueno sería ponerme conscientemente de mi lado”;Jorge te hice caso y actué en consecuencia, permitiéndome sentir, con la legítima certeza que en esa emoción me tenía a mí misma, experiencia relativamente novedosa en mi ADN emocional, por lo que con amorosa paciencia la sigo atenta para evitar hacer marcha atrás en mis aprendizajes valiosos; los hábitos en mí, requieren más de 21 días (como dicen algunos), para ser incorporados en mis rutinas benéficas.
Afirmo con absoluta tenacidad que me voy convirtiendo en la mujer que sueño llegar a ser, sobria, ralentizada, eficaz en mi comunicación, con ideales que me permitan acceder velozmente a la paz y a la concordia, dejando plantado al enfrentamiento inútil y combativo que antiguamente creí que me protegía de mis miedos. Me reconozco como una fémina inquieta que se complace en experimentar sus días aprendiendo habilidades humanas desconocidas y cautivantes, renovando el lugar de sus prioridades las veces que lo precise mi interior, para ulteriormente contagiar al exterior, o la inversa también, por qué no.
Aprendí a disfrutar de mi propia compañía, les parecerá extraño quizás, pero esta sensación de cuidar de mí minuciosamente me fue conduciendo por el sendero del “vacío fértil, la nada”, de la que me dediqué, a trocha y mocha, a escabullir desde que tengo uso de razón, como, según distingo, es un atributo de nuestra insignia humana.
Pues bien, esa oquedad está atestada de información deleitosa y magnificente de nuestro Ser, pero lamentablemente desde que nacemos toda la data que recibimos nos adiestra a callarla, dormirla y cementarla para agradar a los sistemas (familiares, sociales, educativos, laborales, políticos, etc.), a los cuales les conviene y tranquiliza, por variopintos motivos, igualarnos, uniformarnos, obedeciendo a la norma que, en disímiles oportunidades, posee escasa ecuanimidad y justicia, más bien se disfraza de rigidez y estructura inamovible y conveniente. De esta forma los humanos, a mi entender, nos fuimos transformando en “obedientes ovejitas infelices”, sin preguntarnos, sin rediseñarnos, sin un sentido claro y contundente de la vida con el AS bajo la manga que permanentemente nos titila “la muerte”. ¿Qué tema no?, lo único cierto es que vamos a morir y aun así, nos empeñamos en regalar nuestros días renegando, estresados, alimentándonos con cualquier producto que apodamos nutrimental, contracturados y con alteraciones visuales por la postura y el tiempo que dedicamos a las pantallas.
¿Qué ocultamos detrás de nuestras adicciones? Porque debemos nombrar las cosas como son, no engañarnos con acotar la adicción a las categorizadas y reconocidas como tal exclusivamente: alcohol, droga, juego.
¡Bueno, bueno mis amores!, ya me fueron conociendo por lo que entenderán, o al menos aceptarán, que poseo mi lado enfático, solo deseo aclarar que mis palabras jamás pretenderán señalar u obligar a alguien a mutar, sencillamente lo que reflejo en mi escrito es el vasto proceso que atravesé como protagonista de cambios de paradigmas determinantes que decidí traspasar cuando me interpelé con gran asombro que ¡NOSOYINMORTAL! (de hecho es un dato que siempre tuve pero me hice la tonta por largas temporadas), que no es verdad que poseo todo el tiempo del mundo, que las certezas se te hacen trizas frente a la voluntad de la vida y yo no puedo ganar esa pulseada, pues ella eternamente será más poderosa que yo y tendrá mil lecciones para regalarme a través de sus designios, en ocasiones rancios y apestosos en apariencia, en otros, apacibles y plenos, prestos a mamarlos vorazmente.
Mi acertada opción es, por ende, VIVIR, despertar cada mañana con mi pierna derecha, agradeciendo el instante más aquí en la tierra, de ahí en adelante, permanecer lo más presente que pueda en cada momento, que es justamente lo único que puedo tener y sacar provecho de eso.
Vinimos a amar y a experimentar nuestra humanidad gregaria, a iluminar nuestras sombras, a virar el barco las veces que sea solicitado por nuestras tripas, a tender la mano al otro porque él es mi reflejo, no estoy separado de los demás. Por varios años me convencí que yo vine aquí a trabajar de lunes a viernes (con el odio respectivo al primer día de la semana), y a descansar los sábados y domingos, una creencia que estuvo tan arraigada a mí que durante todo ese tiempo le obedecí; me costó un fardo (y de a ratos aún lo hace) mirarla a la cara, conocerla, analizarla y soltarla.
Me pregunto en consecuencia ¿Existe una manera más sencilla de romper estructuras?, ¿Esas voces que susurran y me abalanzan a las rutinas, de quiénes son?, ¿Mías o de otros heredadas?, ¿Cuán intervenido está mi Ser por diseños arcaicos preestablecidos?, ¿Qué obtendría si plantara bandera?