Los empeños de un acaso - Pedro Calderón de la Barca - E-Book

Los empeños de un acaso E-Book

Pedro Calderón de la Barca

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Beschreibung

Los empeños de un acaso es una de las comedias teatrales de Pedro Calderón de la Barca, uno de los géneros dramáticos que más cultivó el autor, por detrás de los autos sacramentales. En ellas se suelen mezclar los enredos amorosos y familiares con los equívocos y las situaciones humorísticas.

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Seitenzahl: 90

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Pedro Calderón de la Barca

Los empeños de un acaso

 

Saga

Los empeños de un acasoCover image: Shutterstock Copyright © 1650, 2020 Pedro Calderón de la Barca and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726499964

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

PERSONAS.

Don Felix. Don Juan. Don Diego. Don Alonso, viejo.Hernando, criado de D. Juan.Lisardo, criado de D. Felix.Doña Leonor, hija de D. Alonso.Doña Elvira, hermana de Diego.Ines, criada de Da. Leonor.Juana, criada de Da. Elvira.

_____________

JORNADA I.

SalenDon Felix y Don Diego acuchillándose.

 

Fel. Ó he de matar ó morir,

Ó quien sois he de saber.

Dieg. Pues mirad como ha de ser;

Que yo no lo he de decir.

Fel. Con vuestra muerte ó mi muerte,

Que es el último remedio

De mis zelos, que otro medio

No permiten.

Dieg. Desta suerte

He de intentar defendello.

Fel. No he visto valor igual.

Dieg. Qué gran brio!

 

DentroDon Alonso yDoña Leonor.

 

Alon. ¿En mi portal

Cuchilladas? Qué es aquello?

Dadme una espada y broquel,

Y sacad luces.

Leon. Señor,

Advierte......

Alon. Suelta, Leonor!

Leon. No has de salir.

Dieg. Mas cruel

Es ya el lance; que al ruido

Luz bajan, y en este estado

Es fuerza ser yo el culpado,

Siendo yo el aborrecido.

Fel. Á cualquier lance dispuesto,

Á trueque de conocer

Mis zelos, no siento ver

Que bajen luces.

 

SalenDon Alonso medio desnudo, yDoña Leonor deteniéndole, éInes con luz.

 

Alon. Qué es esto?

Dieg. Bien ocultarme será, [aparte.

Aunque á mi valor le pese. [Embózase.

Alon. ¿Pues cómo en mi casa......?

Dieg. Ese

Caballero os lo dirá. [Vase.

Fel. Si haré, en habiéndoos seguido.

Alon. Señor Don Felix?

Fel. Yo soy.

Alon. Qué ha sido esto?

Ines. Muerta estoy! [aparte.

Leon. Cielos! qué habrá sucedido? [aparte.

Fel. Yo os lo diré, despues que

Siga á aquel hombre.

Alon. Eso no;

Que habiendo salido yo

Á poner paz, pues se fue

El hombre con quien reñis,

No es razon que le sigais,

Si ya obligado no estais

Á hacerlo; que si decis,

Que os importa darle muerte,

El primero seré yo,

Que le siga.

Fel. Porque no

Discurrais de aquesa suerte

Contra mi reputacion,

De seguirle dejaré,

Y la ocasion os diré. [Envaina.

Leon. ¿Cuál pudo ser la ocasion?

Fel. Estando ahora jugando,

Una duda se ofreció

Sobre una suerte, que yo

Ganaba. Solicitando

Defenderla como mia.

Se atravesó un caballero,

Que apasionado el primero

Juzgó, que yo la perdia.

Yo, que declarada ví

La suerte, con tal rigor

Contra mí, en otro favor,

No sé qué le respondí,

Que le obligó á que sacara

La espada. Como nos vieron

Empeñados, acudieron

Todos á que no pasara

Á mayor extremo el lance.

Colérico me salí

De la casa; él hasta aqui

Vino siguiendo mi alcance,

De otros dos acompañado,

Que le seguian. Yo pues,

Viéndome embestir de tres,

De aqueste umbral amparado,

Me intentaba defender.

Al ruido salisteis vos.

Retiráronse los dos,

Antes de dejarse ver,

Y él tambien se retiró

En viéndoos. Aquesta ha sido

La causa. Perdon os pido

Del alboroto; que yo

Siento mas el ver, que vos

Os hayais sobresaltado,

Que no el disgusto pasado.

Con esto quedad con Dios.

[Quiere irse, y detiénele D. Alonso.

Alon. Esperad!

Leon. Albricias, cielos, [aparte.

Una y mil veces os pido,

De que por juego haya sido

La ocasion, y no por zelos.

Fel. ¿Pues qué es lo que me mandais?

Alon. Lo que yo os suplico es,

Que, puesto que os buscan tres,

Solo de aqui no salgais;

Que, habiendo mi casa sido

De vuestro riesgo sagrado,

Y habiendo al lance llegado,

Muy necio é inadvertido

Fuera, si solo os dejara

Ir. Yo tengo de ir con vos.

Fel. Mas lo fuera yo, por Dios,

Si eso á permitir llegara,

Dejando á esta mi señora

Con tal cuidado.

Leon. El que yo

Tendré, será de que no

Haga mi padre......

Fel. Ha traidora! [aparte.

Leon. Siempre lo mejor; y asi,

Que os acompañe, le ruego,

Hasta vuestra casa.

Fel. Y¿ luego

Qué se dijera de mí,

Sino que yo, de temor,

De aqui á salir no habia osado,

Sino tan acompañado?

Y asi os suplico, señor,

Me hagais merced de quedaros;

Que conmigo no habeis de ir,

Ni yo lo he de permitir.

Alon. Es en vano el excusaros;

Que ha de ser. Y asi, aunque estoy,

Por estar ya recogido,

Como veis, medio vestido,

Os ruego, que, mientras voy

Á tomar un ferreruelo,

De aqui no salgais. — Leonor,

Tenle tú. [Vase.

Leon. Sí haré, señor.

Fel. Suelta, si no, vive el cielo,

Si me detienes asi,

Que diga la causa......

Leon. Espera!

Fel. Del disgusto; pues me fuera,

Por ir huyendo de tí,

Cuando no, porque imagine,

Que para reñir conmigo

Tu galan y mi enemigo,

Esperarme determine.

Leon. Qué galan? Bueno es venir

Tú del juego ocasionado,

Y querer, que yo el enfado

Te pague.

Fel. Por no decir

La ocasion, que me obligó

Á sacar la espada aqui,

Á tu padre eso fingí;

Que no, ingrata, porque no

Tenga razon de quejarme.

Y bien de mi voz pudieras

Tu culpa inferir, si vieras,

Que con los dos declararme

Quise á un tiempo; pues la suerte,

Que yo fingí que ganaba,

Era la que amor me daba

De hablarte en tu casa y verte.

El caballero embozado,

Que esperando en tu portal

Estaba ventura igual,

Es aquel, que interesado

Juzgó, que yo la perdia;

Y juzgó bien, pues es cierto,

Que, si tu mudanza advierto,

De otro es la suerte, y no mia.

Por conocerle en efeto

Saqué la espada; (ay de mí!)

Llegó tu padre, y asi,

Con equivoco conceto,

Habló á los dos mi dolor,

Torpe confundiendo y ciego

Empeños de amor y juego;

Que tambien es juego amor;

Pues siempre anda con rezelos

El tahur de sus rigores,

De ganancia en los favores,

Y de pérdida en los zelos.

Leon. Don Felix, señor, mi bien,

Fálteme el cielo, si dí

Ocasion, para que á tí

Pesar ninguno te den

Sombras, que en el aire haria

Tu misma imaginacion.

Fel. No son sombras las que son

Culpa tuya y pena mia.

Leon. Plegue al cielo, que si sé,

Quien pudo ser quien asi......

 

SaleDon Alonso.

 

Alon. Vamos, Don Felix, de aqui.

Fel. Bien á mi pesar iré

Acompañado de vos.

Alon. Ines, cierra tú esa puerta,

Y hasta que yo vuelva, abierta

No esté.

Fel. Perdonad, por Dios,

Señora, el justo cuidado,

Con que es fuerza que quedeis;

Que vos la culpa teneis,

Pues ir no me habeis dejado.

Leon. Si asi obedecer prevengo

Á mi padre, vos vereis,

Aunque la culpa me deis,

Que es culpa, que yo no tengo.

Alon. Venid; que dejaros quiero

En vuestra casa, y despues,

Sabiendo el hombre quien es,

Hacer las paces espero. [Vase.

Leon. Fáciles de hacer serán,

Puesto que agravio no ha habido.

Fel. No mucho, pues ofendido

Estoy yo, viendo que estan

Tres enemigos (ay cielos!)

Declarados.

Leon. Cuáles son?

Fel. Eso dudas? Tu traicion,

Y su ventura, y mis zelos. [Vase.

Leon. ¿Sabes, Ines, quien seria

El que en mi casa embozado,

Para darme este cuidado,

Á estas horas estaria?

Ines. No sé; mas aquel Don Diego,

Que tu belleza enamora,

Solo pudo ser, señora,

Quien tan atrevido y ciego

Se atreviese á estar aqui.

Leon. Dices bien; pues no estuviera

Quien mi desden no sintiera,

Tan desvelado por mí.

Ines. Pues si él tu desden adora,

No á tí la pena te des.

Leon. Á manos moriré, Ines,

Deste pesar. Cierra ahora

Esa puerta, y á pensar

Ven conmigo en mis desvelos,

Cómo podré de sus zelos

Á Felix desenojar.

Ines. Eso yo te lo diré;

No dándole á su pasion

Ninguna satisfaccion.

Leon. Eso dices?

Ines. Sí.

Leon. Por qué?

Ines. Porque en la varia fortuna

De los zelos y el amor

La satisfaccion mejor

Suele ser no dar ninguna.

Leon. Es engaño; que tambien

Es cierta especie de culpa,

No acertar con la disculpa. [Vase.

Ines. Si supiera, que fui quien

Á Don Diego le avisó,

Que á aquestas horas viniera

Á darme un papel, qué hiciera?

Mas buena disculpa yo

Me tengo, para quedar

Del lance desempeñada,

Con decir, que soy criada,

Y sirvo para medrar. [Vase.

_____________

SalenDoña Elvira yJuana tapadas, yDon Juan yHernando.

 

Elv. Ya sabeis, que la licencia

De seguirme, caballero,

No dura mas que hasta aqui;

Y asi, que os volvais, os ruego.

Juan. Ya sé, que todos los dias,

Que en ese parque os encuentro,

Dando en su florida estancia

Al Mayo flores, al cielo

Rayos, cristales al rio,

Luz al sol, envidia al viento,

Me dais licencia de hablaros

Y de veniros sirviendo

Hasta aquesta calle, donde

Me despedis, con precepto

De que no os siga, ni sepa

Quien sois, cuya ley atento

Tanto me tuvo, que hice

Della fineza, creyendo,

Que alguna vez del descuido

Naciera el merecimiento.

Vos, por mas que yo procure

Serviros y obedeceros,

Nunca os dais por entendida

De mi cortes rendimiento;

Antes ofendida, juzgo,

Que me castigais, supuesto

Que aun no me habeis permitido

Llegar descubierta á veros,

Como en venganza de tanta

Obediencia; porque es cierto,

Que en politicas de amor

Suelen tener unos fueros

Las damas, que obligan mas,

Que el guardarlos, el romperlos.

Y asi, viendo que ya el Mayo,

Tiranamente depuesto

Del imperio de las flores,

Le deja á Junio el imperio,

Temeroso de ver, que entre

Abrasando á sangre y fuego

En las fértiles campañas

Los verdes triunfos del tiempo,

No quiero esperar á que

Deste hermoso sitio ameno

La estacion cese, y pasando

El feliz siglo de acero,

Mejor que el de oro, me quede

Llorando yo en el de hierro,

De no haberos conocido.

Discúlpeme un argumento,

Por ver, si con la razon

Vuestro recato convenzo.

Vos me mandais, que no os siga;

Y yo, que seré, os confieso,

Ó descortes en seguiros,

Ó necio en obedeceros.

De necio ú de descortes

Estoy peligrando al riesgo;

Ved vos la distancia que hay

De un defecto á otro defecto;

Pues de descortes podré

Enmendarme con no serlo,

Y de necio no; pues nunca

Puede el necio no ser necio.

Con lo cual vereis, señora,

Que en dos daños, escogiendo

El que yo puedo enmendar,

Elijo del mal el menos.



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