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El libro Los Espíritus de la Naturaleza. Esencias de la Madre Tierra es parte de la iniciativa espiritual Puente Mágico Chamanismo Tradicional, que tiene como objetivo difundir los conocimientos ancestrales del chamanismo para que sus técnicas de sanación puedan servir a todos en tiempos de profunda búsqueda espiritual del ser humano.El libro describe algunas prácticas actuales de chamanes de Argentina en contacto con los espíritus de la Naturaleza. Cada una de las experiencias relatadas en el texto es real y forma parte del entrenamiento chamánico de las personas que las tuvieron.Al mismo tiempo, el texto pone de manifiesto diferentes espíritus de la Naturaleza que conviven con el ser humano desde hace miles de años. Esta es la primera vez que se publica un libro en español sobre algunos seres de la Naturaleza de Argentina. En el libro se describen algunas características del espíritu del mar, del viento, del río Azul, del lago Puelo, del cerro Aconcagua, entre otros espíritus de la Naturaleza.
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Seitenzahl: 214
Veröffentlichungsjahr: 2019
martín armando
Los Espíritusde la Naturaleza
esencias de la madre tierra
Editorial Autores de Argentina
Martín Armando
Los espíritus de la naturaleza : esencias de la Madre Tierra / Martín Armando. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2016.
158 p. ; 20 x 14 cm.
ISBN 978-987-711-729-5
1. Medicinas Alternativas. 2. Chamanismo. I. Título.
CDD 615.85
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail: [email protected]
Diseño de portada: Justo Echeverría
Diseño de maquetado: Maximiliano Nuttini
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723.
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
Los Espíritus de la Naturaleza, esencias de la Madre Tierra.
Martín Armando
Puente Mágico Chamanismo Tradicional
Buenos Aires, otoño de 2016
Prólogo
¡Con cuanta alegría recibo este nuevo libro de Martin Armando!
Quedé rápidamente atrapado con la lectura, siguiendo en forma ávida una página tras otra, descubriendo en los relatos tanto verdad como enseñanzas.
Los que como yo viven en un entorno natural o cerca de él tienen la bendición de estar muy cerca de poder establecer contacto con los Espíritus de la Naturaleza. Dejá que tu mente racional se baje del trono dictatorial y podrás también conectar con ellos. No es una fantasía más de la mente, es real. Pero debés entrenarte para saber bien cuál es la diferencia entre la imaginación y el real contacto con estos seres.
De pequeño siempre tuve fascinación por la Naturaleza y los ámbitos naturales. Me parecía percibir “cosas”, pero el esfuerzo de una educación basada en lo racional tuvo su efecto y por un tiempo perdí contacto con la maravilla solo por la supremacía de la mente racional por sobre la intuitiva. Cuando pasó un tiempo, y en buena parte por la ayuda que me brindó la sanación chamánica, volví a tener esa posibilidad de conectarme con la Naturaleza y sus seres de la mano de Nelly y Martín.
¡Qué alegría inmensa da poder conectarse con el espíritu del río, pedirle protección al espíritu de la montaña, o que un alerce me “hable” acerca de los misterios del tiempo! Y qué difícil es explicar esa alegría, sino imposible. Muchas veces -de niños- tan solo nos maravillábamos de ciertas cosas y no nos hacíamos tantas preguntas racionales acerca de ese sentimiento de lo maravilloso.
En un buen sentido, volvamos a ser niños. Dejemos que la maravilla sea, al menos, una posibilidad… Estamos rodeados de magia y misterio pero somos incapaces de percibir estas cosas. ¡Ya el hecho de respirar, de estar vivos, de tener un corazón latiendo es maravilloso!
Humano, debes salir de tu egocentrismo y permitirte percibir a los otros seres que son parte de este extraordinario misterio y, si quieres, aprender a conectarte con ellos para que eso resulte en beneficio de TODOS los seres: los humanos, los animales, las plantas, la Madre Tierra, los mares, los ríos y los Espíritus de la Naturaleza. Espero que este libro sirva para este hermoso propósito.
Así, tal vez, seremos capaces de escuchar la voz del Gran Espíritu diciendo: “Te estoy hablando en el río, te estoy hablando en el viento, aquieta tu mente y escúchame. Te hablo en los colores de las nieves de las cumbres y de los cielos azules contrastantes. En las hojas rojizas del otoño y en los pequeños pájaros del bosque a través de su canto, en el crepitar de los troncos añejos, y en las grietas de las abuelas rocas. Escúchame en tu cabello que es movido por el viento. En el brillo y el calor del Sol, en sus abrumadores colores de atardeceres y amaneceres, ahí Estoy, ahí Soy; y, si estas despierto, sentirás que tú Eres conmigo...”.
Inspirado por los Espíritus de la Naturaleza de Tierra del Fuego.
Germán GarroUshuaia, Tierra del Fuego,
Argentina, marzo de 2016.
Dedicatoria y agradecimientos
Éste es un libro dedicado al Espíritu de la Tierra y a sus esencias, los Espíritus de la Naturaleza.
También está dedicado a mi maestra Nelly De Almenara, quien con su energía me inspiró a acercarme al amor y al poder de los Espíritus de la Naturaleza.
Además, este libro está dedicado a todas las almas que buscan su luz interior y el amor del Gran Espíritu mediante un trabajo espiritual.
Quiero agradecer a todos los aprendices de chamanismo que permitieron que parte de sus historias formaran parte de este libro. Estoy convencido de que lo que ustedes experimentaron con la Naturaleza, aunque fuera poco, inspira a otros a animarse a recorrer el camino del chamán y adentrarse en un camino espiritual concreto.
Le agradezco a la Pinche por acompañarme en el camino del chamán. Que la bendición del Espíritu de la Tierra llegue a lo más profundo de su alma.
Gracias a Meri, Martha y Lucrecia por la corrección del texto.
Gracias a Nelly, Benjamín, Elena y Manuel por las pinturas y dibujos.
Bendiciones para todas las almas.
Martín Armando
Introducción
Las experiencias de las personas que realizan prácticas chamánicas dan cuenta de la existencia de los Espíritus de la Naturaleza que nos rodean todo el tiempo, conviven con nosotros y, al igual que nosotros, conviven con el Espíritu de la Tierra. Estos seres son fuente de información y desarrollo para el ser humano que se interese en ellos. De eso se trata este libro, de las experiencias que chamanes y aprendices de chamán de la actualidad tuvieron con diferentes Espíritus de la Naturaleza.
Al mismo tiempo, las palabras acá escritas son un relato de una parte de mi camino espiritual que, con el transcurrir del tiempo, me puso de lleno en las prácticas chamánicas ancestrales. Cada una de las experiencias vividas con los Espíritus de la Naturaleza forma parte de mi percepción del mundo, de mi vínculo consciente con el Gran Espíritu y con la Madre Tierra.
Los Espíritus de la Naturaleza existen en el planeta Tierra desde mucho antes de que el ser humano comenzara su largo camino de desarrollo en la Tierra. Nuestra existencia aquí es sólo un pequeño segmento en la vara del tiempo que mide la edad del planeta y de su Espíritu. Los Espíritus de la Naturaleza son seres conscientes y muy antiguos, tienen miles de millones de años de existencia. Están acá desde que la Tierra comenzó a tener vida orgánica e inorgánica. El por qué de su existencia en este planeta es un interrogante que excede el conocimiento de cualquier ser humano. Sin embargo, existen y conviven con nosotros permanentemente.
Los chamanes de todos los tiempos, lugares y culturas han buscado tener contacto con los Espíritus de la Naturaleza y lo han logrado. En todas las culturas del mundo se han encontrado vestigios de estas prácticas chamánicas.
Nadie sabe a ciencia cierta el número exacto de Espíritus de la Naturaleza que viven en el planeta, quizás sean millones o miles de millones. En cada lugar hay espíritus del mundo natural. Por supuesto que hay muchos más en lugares en donde el ser humano aún no ha transformado la Naturaleza, pero también los hay en las ciudades.
Hay Espíritus de la Naturaleza inmensos como el Espíritu del mar, y hay otros pequeños como el Espíritu de un árbol, de una piedra o de una planta. Los chamanes saben diferenciar la energía y el poder de cada Espíritu de la Naturaleza con el que entran en contacto. Esta cuestión es una condición necesaria para el chamán, en tanto dicho contacto genera un impacto en el cuerpo energético.
Los Espíritus de la Naturaleza no son seres morales o inmorales en los términos en que nosotros, los humanos, entendemos la moral: lo bueno contrapuesto a lo malo. Más bien, son seres que tienen su propia evolución en este planeta. La explosión de un volcán, la actividad sísmica, las inundaciones, los incendios forestales, entre otras catástrofes naturales, no responden, desde esta perspectiva, a venganzas de la Naturaleza contra el ser humano y sus acciones. Asociar a los Espíritus de la Naturaleza con alguna religión o con algún mandato religioso es una cuestión bien ridícula. Ellos son libres de las construcciones espirituales o mentales que los humanos hacemos.
La Naturaleza se rige por sus propias reglas, tiempos y objetivos. En general, no responde a nuestras acciones pero sus espíritus poseen una energía más sutil que la nuestra y, por ello, suelen ayudarnos a evolucionar espiritualmente, ya que buscan mantener un nivel de energía en el planeta al que, con frecuencia, afectamos. Pero esto no equivale a decir que lo hacen por promover el bien. Ellos son libres y tienen su propio camino, y quien se acerque a ellos será beneficiado.
Existe un sinnúmero de registros de experiencias de chamanes de diferentes culturas con los Espíritus de la Naturaleza que los antropólogos han documentado debidamente. Mircea Eliade, por ejemplo, ha descripto con gran exactitud estos contactos. Sin intención de generar un marco histórico, repasar uno solo de sus relatos nos permitirá observar cómo los chamanes en la actualidad buscan lo mismo que buscaban sus antecesores: conectarse con los Espíritus de la Naturaleza para profundizar su sabiduría y su poder.
En la cultura Selk’nam de Tierra del Fuego, Patagonia Argentina, los Espíritus de la Naturaleza participaban de la cosmogonía de ese pueblo, eran parte fundamental de su cultura. Por ejemplo, Olum era un espíritu que residía bajo la Tierra. De estatura baja, solo alcanzaba la mitad de la estatura de un Selk’nam adulto, poseía una fuerza y agilidad extraordinarias. Como luchador no había otro igual, su mayor placer era medirse con todos. Como chamán era tan poderoso que restauraba la vida a las víctimas de Xalpen y Halaháches. Su arte era tal que las heridas no dejaban cicatrices, incluso recogía la sangre derramada y la devolvía a cada uno. Buen amigo de todos, era el salvador de los hombres, siempre bien intencionado, su disposición para ayudar nunca se agotaba.
Entre los Selk’nam, el espíritu más importante de la gran ceremonia Hain era Xalpen, ser femenino con dominio sobre hombres y mujeres por igual. Controladora del poder femenino nocturno de la Luna, capaz de instalar el matriarcado, vivía bajo la Tierra y buscaba febrilmente a los varones para saciar sus apetitos sexuales.
Tanto Alon como Xalpen y Hóshtan, entre otros espíritus, formaban parte del mundo de los Selk’nam y también de la percepción del chamán de ese pueblo.
La convivencia entre los Selk’nam y los Espíritus de la Naturaleza era armoniosa y en cada ceremonia de Hain todas estas energías aparecían para darle fundamento a la propia cultura Selk’nam.
En muchos otros pueblos y civilizaciones, estos espíritus formaban parte de la cosmogonía de esos seres humanos.
Las experiencias de los chamanes y de los aprendices de chamán con los Espíritus de la Naturaleza que aparecen en este libro persiguen, en muchos sentidos, las mismas intenciones que han perseguido las personas de las culturas originarias, como el caso de los Selk’nam. Sin embargo, a diferencia de lo que sucedía con los pueblos originarios, la relación con ellos no se entrecruza con los aspectos culturales. En la actualidad el chamanismo y las prácticas chamánicas que se llevan adelante en las ciudades se han ido separando de los aspectos culturales, y quizás en ese sentido se han ido haciendo transculturales, como las llama Michael Harner.
El tiempo ha pasado, las culturas han cambiado o desaparecido, pero las intenciones de los chamanes y muchas de sus formas de acción se han mantenido: continúan buscando mantener un contacto fluido con los Espíritus de la Naturaleza porque son fuente de sabiduría, amor y poder. La vida espiritual del chamán siempre se renueva, no importa el contexto cultural al que se deba adaptar.
Cada una de las experiencias que se relatan aquí es verídica, y sólo se ha modificado el nombre del chamán o del aprendiz para mantener su privacidad. Ellos han buscado el contacto con el Espíritu de la tierra, del mar, del viento, del fuego, de los ríos, de los árboles, con el objetivo de sanarse, crecer, entender, madurar, conectarse, superar su karma, etcétera. Envueltos en la magia del camino del chamán, se han introducido en el hermoso valle de los espíritus para intentar conocerlos y aprender de ellos.
La forma utilizada por las personas mencionadas en este libro para entrar en estado de conciencia acrecentada y, así, establecer contacto con los Espíritus de la Naturaleza es mediante el sonido del kultrun, de su maraca y con una intención clara, y no mediante la ingesta de drogas o plantas alucinógenas.
Como se expresó anteriormente, la diferencia entre los chamanes de las culturas originarias y los de la actualidad es el contexto cultural que los rodea. Las intenciones y la búsqueda siguen siendo las mismas: la libertad del alma y la sanación.
Deseo que este libro sirva como evidencia, a quienes están interesados en la vida espiritual, de que sigue siendo posible conectarse con la Naturaleza desde una perspectiva concreta y recorrer el camino del chamán en un marco serio y real. En ese mismo sentido, es posible conectarse con los Espíritus de la Naturaleza en forma armoniosa y amorosa. Ellos esperan que nosotros los busquemos, que los escuchemos, los sintamos, los veamos, los entendamos. En este libro el lector encontrará muchas formas de intentarlo.
El chamanismo en la actualidad
El chamanismo es un antiguo sistema de sanación espiritual y de expansión de la conciencia, manifestado por personas provenientes de distintas culturas. A través del tiempo y en diversos territorios, el chamanismo y los chamanes han conservado su pilar esencial: la búsqueda de la conexión del alma con las fuerzas espirituales de la Tierra y del Universo. Esa conexión les ha permitido transmitir sus conocimientos a nuevas generaciones de chamanes y perdurar, así, en el tiempo.
El conocimiento chamánico, sus prácticas y técnicas permiten, por un lado, acceder a fuentes espirituales de comprensión y sabiduría y, por otro, comunicarse con las fuerzas espirituales de amor y poder que conviven -en el planeta Tierra y en todo el Universo- con el ser humano.
La fuente del conocimiento chamánico es el contacto con los espíritus de sanación, particularmente, con el Espíritu de la Tierra. El planeta Tierra y su espíritu son parte de los mundos del saber que los chamanes ponen en práctica cada vez que realizan una ceremonia de sanación o de inspiración.
Para el chamán todo está vivo en el Universo, “todo tiene vida”. La Tierra tiene vida, así como el viento la tiene. Las experiencias chamánicas acercan al ser humano a la dimensión sagrada de la Naturaleza y también a su espiritualidad porque son una forma de expandir la conciencia y obtener sabiduría de los mundos que forman parte de la realidad.
En la actualidad, muchos chamanes viven en ciudades, ya sean grandes urbes o pequeños pueblos. Quedan pocos chamanes alejados de las poblaciones humanas. La antigua representación que muchos tenemos sobre un chamán parado en una montaña, observando la Naturaleza y en contacto permanente con los animales del bosque o de la selva, es difícil de encontrar en estos tiempos. Por supuesto que en la selva amazónica de Brasil, Perú, Colombia, Venezuela y Ecuador aún existen chamanes que trabajan en sus comunidades y viven parcialmente aislados, lo mismo sucede en territorios alejados de las grandes poblaciones humanas en otras partes del mundo, pero la tendencia actual es integrar las técnicas chamánicas a la ciudad y esto se da en forma cada vez más intensa.
La formación chamánica y el trabajo de sanación se realiza cada vez más en medios urbanos o semiurbanos. Varios libros han sido escritos sobre los chamanes urbanos y sobre cómo trabajan hoy en las ciudades. Sin embargo, parte del aprendizaje y la conexión espiritual que los chamanes necesitan para poder trabajar con sanación debe ser realizada en espacios naturales: bosques, playas, montañas o ríos, replicando la práctica realizada desde las épocas más remotas.
En esa dirección, el contacto con los Espíritus de la Naturaleza es esencial para comprender profundamente qué significa “ser chamán” y cuáles son los ayudadores para la sanación con los cuales puede entrar en contacto. Estos espíritus ayudadores están esperando a los chamanes para conectarse, para enseñarles, para ayudarlos.
Una vez que el chamán aprende las formas de conectarse con los Espíritus de la Naturaleza en un medio natural, puede hacerlo en las ciudades. Dicho de otro modo, una vez que se aprende a “ser chamán”, puede uno serlo -sin parecerlo- en cualquier lado. Lo importante es que se pueda establecer un contacto concreto con los Espíritus de la Naturaleza.
Con respecto al aspecto del chamán, muchas veces me ha sucedido que cuando viene una persona a atenderse en el consultorio de Buenos Aires, al verme por primera vez, me dice sorprendido: “Pero vos no pareces un chamán”. Yo generalmente les pregunto: “¿Cómo esperabas que fuera?”. Las respuestas giran en torno a la representación antes mencionada: sobre el aspecto andino o norteamericano del chamán, con plumas, túnica, pelo largo, entre otras características estéticas. Mi vestimenta para atender en el consultorio chamánico es la de una persona de la ciudad, con remera o camisa, pantalón de jean, zapatillas o zapatos náuticos.
Evidentemente las personas tienen una imagen que responde a una representación romántica de lo que es un chamán urbano: esperan ver a alguien con un aspecto diferente al de ellos y quizás a una persona mayor. Particularmente, no tengo la necesidad de llevar otra vestimenta distinta de la que llevo para ir a hacer las compras al mercado. Quizás otras personas que se dediquen al chamanismo sientan que deben vestirse de otra forma, con un estilo más andino, mexicano o quizás hindú. Pero no es mi caso. Para poder trabajar con las técnicas chamánicas, no tengo la necesidad de ponerme una vestimenta diferente a la que uso todos los días. Creo que esas formas estéticas responden a un contexto cultural específico.
Entiendo que el chamán no es un ser superior ni alguien que deba intentar distinguirse de los demás, es alguien común y corriente que ha decidido una vida en particular y, humildemente creo, que uno no debería andar queriendo demostrar por ahí con su vestimenta que ha decidido dedicarse al chamanismo, que está conectado a los espíritus o que tiene poder. Una vestimenta en particular puede ser útil en una zona determinada, nada más. Una vez me dijo mi maestra en forma muy clara: “Una pluma en la cabeza no te da el poder de sanar el alma de una persona”. Esa frase me ubicó y muchas fantasías que tenía desaparecieron rápidamente.
Con respecto al conocimiento chamánico occidental en la actualidad, se debe realizar un gran reconocimiento al antropólogo Michael Harner, quien construyó la Fundación de Estudios Chamánicos en Estados Unidos, con la cual ha recolectado información de diferentes técnicas chamánicas alrededor del mundo y las ha puesto a disposición de las personas que se interesan en este sistema de sanación y de crecimiento espiritual. Sin su gran trabajo, es probable que muchas de las técnicas chamánicas se hubieran perdido con el correr del tiempo sin poder ser aprovechadas en la actualidad. Creo que la transferencia de conocimientos chamánicos de una generación a otra, o de un linaje a otro, ha tenido un gran aporte por parte de Michael Harner. Sin querer compararnos, Puente Mágico Chamanismo Tradicional sigue la misma intención que el trabajo de su fundación: mantener vivo el conocimiento chamánico y transmitirlo a mucha gente.
Las técnicas del chamanismo provenientes de diferentes culturas se han descripto ampliamente. Desde la publicación, en 1951, del libro de Mircea Eliade, Chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis, hasta los trabajos de varios antropólogos, entre los que se destaca a Holger Kalweit, con su excelente libro Ensoñación y espacio interior - El mundo del chamán. Muchos de esos libros han aportado información precisa sobre el conocimiento chamánico.
Asimismo, la difusión de la técnica de las fracturas del alma en idioma inglés fue perfectamente llevada a cabo por Sandra Ingerman en su libro, Soul Retrieval, Mending the Fragmented Self. Ella fue la primera que difundió en occidente casos reales de recuperación de las fracturas del alma mediante la técnica milenaria del chamanismo.
En la misma dirección, el libro ya publicado en Argentina en 2015, La Sanación de las Fracturas del Alma, Medicina Espiritual de la Madre Tierra, tiene la misma intención que la que tuvo Ingerman al publicar su libro: que la técnica de las devolución de las partes del alma fuera conocida para que gran cantidad de gente puediera aprovechar ese conocimiento chamánico milenario.
Por otro lado, muchas personas que se dedican al chamanismo o a quienes les interesa el tema han leído los libros de Carlos Castaneda, desde Las Enseñanzas de Don Juan hasta el hermoso libro de La Rueda del Tiempo. Su obra es quizás una de las más completas sobre las técnicas chamánicas de una civilización antigua como fue la Tolteca. Ninguna otra persona ha podido describir con tanto detalle el conocimiento chamánico de una civilización y cómo éste se ha mantenido durante tanto tiempo. Incluso al día de hoy, siguen existiendo chamanes en México que llevan a la práctica ese conocimiento.
Carlos Castaneda en la introducción al libro La Rueda del Tiempo expresó: «Don Juan me introdujo a su mundo de la manera más eficaz que pudo; un mundo que era, naturalmente, el de aquellos chamanes de la antigüedad. Don Juan estaba, por tanto, en una posición clave. Conocía la existencia de otro ámbito de la realidad, un ámbito que no era ni ilusorio ni producto de los caprichos de la fantasía. Para don Juan y para el resto de sus compañeros chamanes, que eran quince, el mundo de los chamanes de la antigüedad era tan real y pragmático como cualquier otra cosa… La línea de acción de don Juan Matus consistía en un intento deliberado de empujarme hacia lo que, según decía, era un sistema cognitivo diferente. Cuando don Juan hablaba de sistema cognitivo, se refería a la definición usual de cognición, o sea, a “los procesos responsables de la conciencia cotidiana, entre los que se cuentan la memoria, la experiencia, la percepción y el empleo experto de cualquier sintaxis dada”. Lo que don Juan afirmaba era que los chamanes del México antiguo poseían en verdad un sistema cognitivo diferente al del hombre corriente». Estas palabras dan cuenta no sólo del enorme trabajo como maestro que hizo Don Juan con Castaneda sino también del extenso sistema de conocimientos que implicaba ese aprendizaje.
Para muchas personas que hoy realizan prácticas chamánicas fuera del sistema tolteca, muchas de las prácticas que describe Castaneda en sus libros se comprenden cuando se aprende a realizar viajes chamánicos o cuando se comienza a tener contacto con los Espíritus de la Naturaleza. Sin embargo, para muchas otras que han leído los libros de Castaneda, y no se interesaron por la cuestión concreta del chamanismo, esos conocimientos quedan como algo teórico, algo posible o, quizás, algo mágico. Sin duda, la información que aparece en los libros de Castaneda es real y es posible llevarla a la práctica. Ese sistema cognitivo se puede concretar en la realidad si se practica, por supuesto, con mucho esfuerzo y disciplina.
Siguiendo con la información que brinda Castaneda en sus libros, por ejemplo en el libro El Lado Activo del Infinito, éste relató: «En otra ocasión, me dijo en confianza que los chamanes del suroeste eran capaces de transformarse en distintas entidades y que los esquemas categóricos de “chamán oso” o “chamán gato montés” no debían ser interpretados como eufemismos o metáforas porque no lo eran.
-¿Puedes creer -me dijo en tono de gran admiración- que de veras hay algunos chamanes que se vuelven osos, o gatos monteses, o águilas? No exagero y no estoy inventando nada, cuando digo que una vez fui testigo de la transformación de un chamán que se llamaba “Hombre del río” o “Chamán del río” o “Procede del río, Regresa al río”. Andaba por las montañas de Nuevo México con este chamán. Le iba yo haciendo de chofer; él me tenía confianza y me dijo que iba en busca de su origen. Caminábamos por la ribera de un río cuando de pronto se agitó. Me dijo que me fuera a unas rocas altas y que me escondiera allí; que me cubriera la cabeza y la espalda con una manta, y que me asomara para no perderme lo que iba a hacer.
-¿Qué iba a hacer? -pregunté, incapaz de contenerme.
-Yo no sabía -me dijo-. Tus conjeturas hubieran sido tan buenas como las mías. No tenía manera de concebir lo que iba a hacer. Se metió al agua completamente vestido. Cuando el agua le llegó a media pantorrilla, porque era un río ancho pero poco profundo, el chamán desapareció, se desvaneció. Antes de entrar en el agua, me dijo al oído que debería irme corriente abajo y esperarlo allí. Me señaló el lugar exacto. Claro que yo no le creí ni una palabra, así es que al principio ni me acordaba dónde debía esperarlo, pero encontré el lugar y lo vi salir del agua. Qué ridículo decir “salir del agua”. Vi al chamán volverse agua y luego re-hacerse del agua».
Una persona que no esté iniciada en técnicas chamánicas, al leer estas frases pensaría que lo que relata Castaneda en este libro es un invento o que el que escribió eso estaba bajo la influencia de alguna sustancia. Sin lugar a dudas, un chamán que puede convertirse en agua y luego volverse hombre otra vez es un ser con mucho poder y con un manejo refinado de la energía de los elementales de la Naturaleza. Pero no es un invento, es posible llegar a eso con un aprendizaje profundo y con una gran cantidad de energía. Así como los monjes de los montes Himalayas meditan semidesnudos en la nieve durante muchas horas y luego se levantan frescos como si hubieran dormido una siesta, los chamanes interactúan con los Espíritus de la Naturaleza para nadar en el mar del Gran Espíritu como el caso de ese chamán río. Todo es posible si se maneja el sistema de percepción adecuado.