Mamá chucheta - Carmen Andrea Castillo Vergara - E-Book

Mamá chucheta E-Book

Carmen Andrea Castillo Vergara

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Beschreibung

¿Crees que eres la única que a veces se siente mala madre? ¡No! ¡No eres la única! Carmen Castillo @carmentuitera, autora de best sellers como Weona tú podí y Brilla, weona, brilla, llega con este nuevo libro, explosivo y honesto, Mamá chucheta, para todas las madres que buscan un libro de maternidad real y libre de culpas. En estas páginas podrás ver cómo el amor inquebrantable por sus hijos coexiste con la realidad de querer gritar que no los tolera más. Con un humor único, mezclado con las reflexiones más profundas, Mamá chucheta te llevará a los altibajos de la crianza, provocando que te cuestiones sobre las cargas sociales y te empoderes en tu maternidad. Carmen no se guarda nada y nos recuerda que ser madre jamás nos debería postergar como mujer.

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MAMÁ CHUCHETAAutora: Carmen Castillo@carmentuitera Editorial Forja General Bari N° 234, Providencia, Santiago, Chile. Fonos: 56-224153230, [email protected] Diseño y diagramación: Sergio Cruz Fotografías: Valentina Corral @valentinacorralsilva Primera edición: noviembre, 2023. Prohibida su reproducción total o parcial.

Derechos reservados.

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor. Registro de Propiedad Intelectual: N° 2023-A-11211 ISBN: Nº 978956338679-0 eISBN: Nº 978956338680-6

A mi mamá, que hizo lo mejor y más. A mi hermana Camila, por amar a sus sobrinos. A Jose y Santi, por darle sentido a muchas partes de mi vida y ser mi mejor motivo para persistir. A Fede, mi ex, porque siempre seremos familia. A mis amigas que estuvieron conmigo cuando caí y me impulsaron a levantarme. A mi tía Paty y a la Gabi, que hoy me abrazan desde el cielo con mi tata Víctor y mi perrita Greisa. A pandemio, por no haber estado lista para ser mamá nuevamente. Un abrazo a la comunidad @tambieneslactancia A las cabras del shine y a las Mamás chuchetas que la sociedad intenta hacer sentir culpables por cualquier weá.

Aviso 1:

La persona que escribe este libro ha sido lo suficientemente funada para entender que ser libre nunca la hará perder algo más de lo que ya ha perdido.

Aviso 2: Este libro busca compartir experiencias de la funada autora, pero jamás imponer su experiencia como verdad.

Introducción

Yo sé que este libro lo compraste porque estás pensando que no aguanto a mis hijos. Y tienes razón, ¡no los aguanto! Pero al igual que tú, tengo un amor tan profundo, tan irrevocable y fuerte por ellos, ¡por la chucha!

A pesar de todo lo que pueda escribir en estas líneas, sobre todo putear en estas líneas, quiero que sepas que mis hijos son lo que he denominado “amor real”, porque creo que solo por ellos estoy dispuesta a aguantar cualquier weá. Uno dice que no, pero sí. Ellos me dieron un motivo más fuerte en la vida que mirarme solo a mí, me hicieron mirar más allá de mi ombligo y buscar zapatos en Internet.

Pero a pesar de todo este “amor real” del que te estoy contando, eso no significa que no tenga mi opinión frente a distintos temas de la maternidad, algunos más complicados que otros.

Para darte una idea más profunda, creo que la maternidad en gran medida es impuesta por una sociedad a la que le conviene dominar a muchas de nosotras. Y antes de que me mandes a la cresta, tranquila, te daré mis motivos sin tanta densidad, porque a mí eso también me apesta.

Los extremos también me cansaron y creo que le han hecho mucho daño no solo a nuestro rol de madre, sino que a nuestra idea de ser mujer, en un mundo donde la doble jornada laboral invisible sigue pesando en nuestros hombros, así como tantos otros temas que te quiero presentar.

Pero ya te hablaré de todas estas weás. Algunas más chistosas que otras (putearé a varios) y te contaré algunas experiencias que he tenido en este camino de la maternidad.

Te hablaré de mis dos vivencias en ella. Una donde tuve que funcionar 100% con la mente y otra donde me sentí más relajada y ocupé todos los elementos que la sociedad me impone como discurso para ser mamá.

Desde ya te comento: Si al leer estas primeras líneas estás pensando que mis palabras te van a molestar, lo más probable es que sí. Aprendí hace algún tiempo que ser una weona loca, sin miedo y sin nada que ocultar, me hace libre, y sé que hay muchas como yo, que esconden lo que piensan y que se juran mamás perfectas. Como voh, pero te perdono. No es tu culpa que el sistema nos cagara tanto la cabeza.

Busqué en Google “QUÉ ES SER MADRE” y me apareció esto:

Ser madre significa cambiar tu vida, tu tiempo y tu forma de pensar por tus hijos. Significa dar todo tu corazón y entregar tus fuerzas cada día para sacar a tus hijos adelante y enseñarles a vivir. Significa tener una razón de ser para el resto de tu vida.

Y sí, tu vida cambia, pero ¿a la madre es a la única persona a la que le tiene que cambiar la vida? ¿Qué hace el Estado por estar presente en los casos donde no existe pene proveedor? ¿Realmente tu tiempo se vuelca 100% a tus hijos? En el resto del texto no me dieron ganas de vomitar, porque encuentro que efectivamente los hijos te dan fuerza y la razón de vivir; motivan, pero a veces no motivan ninguna weá. Uno se estresa. Y si te lo dice una weona que ha tenido una mega-red de apoyo como yo, imagínate esas mujeres-madres que viven noche y día por sus hijos, pero sus DESEOS de hacerlo no las acompañan, o las acompañan, pero igual no les queda otra que vivir para trabajar y más encima las invade la culpa. Y así suma y sigue.

Antes de partir este libro creo que es importante decirte que este nace desde mi propia experiencia y desde mi entera heterosexualidad. Por eso, te pido que tomes mis palabras como lo que son y las transformes de acuerdo con lo que se acerque a tus ideas y a tu contexto personal. A lo mejor tienes la suerte de tener a tu lado una pareja que se pone las pilas y comparte realmente las tareas que la gran mayoría de las madres carga sola sobre los hombros. Pero aun así, hay muchas en las que tendrás que apechugar sin ayuda.

Por último, quiero decirte que este libro no lo escribí solo para ti. También lo hice por mis hijos porque merecen que su futuro esté libre de prejuicios que los lleven a repetir patrones que sigan esclavizando a las mujeres de forma invisible.

PRIMERA PARTE

Hola, soy la weona de los tazones a treinta lucas

Mi nombre es Carmen Castillo, quizás me conozcas como Carmen Tuitera, Carmen culiá o Carmen funá por todas las funas que he recibido a lo largo de mi vida digital. Han sido varias, algunas con justa razón y otras que no me interesa desmentir. Me he caído lo suficiente para entender que mis éxitos han sido más grandes que mis desgracias y hace algún tiempo se me ocurrió la idea de escribir y me fue bien, no porque sea una gran escritora o tenga un magíster en esto, sino porque tengo los mismos dramas, problemas y alegrías que tú.

Como digo tanta grosería, me he salvado de salir en la prensa. Prensa que aún no se atreve a decir el nombre de mi primer libro: Weona, tú podí. Estuve mucho tiempo liderando la lista de los libros más vendidos, pero ¡adivinen!, hubo semanas en que no se informó por miedo al garabato. Verme en El Mercurio liderando la lista de los más vendidos con ese garabato es uno de los espacios que me he ganado.

Algunas personas creen que a medida que uno crece en el camino del “éxito” se va perdiendo en la idea de que somos más grandes, pero en lo personal yo siento que me he humanizado caleta y vivo con mayor intensidad todas mis emociones, mis problemas y mis ganas de salir adelante. En resumen, cago y me tiro peos, igual que tú.

Me he agarrado con medio mundo y no me arrepiento, pero debo admitir que hoy, después de tanta weá, he decidido elegir mejor mis batallas. Aprendí que no se lucha por todo. Admito que he madurado, así que si me viste puteando a alguien, es verdad. Esa, weona soy yo, pero me han pasado tantas cosas en el último tiempo que estoy comenzando a entender qué es lo verdaderamente importante para mí. Y digo para mí, porque no necesariamente lo será para ti; aun así te lo quiero compartir.

Tengo detectada esclerosis múltiple hace tres años y esta enfermedad me ayudó a entender que la vida es frágil, que lo que soy hoy no necesariamente es lo que seré mañana, pero hay algo que me caracteriza en todos mis procesos: los malos y los buenos son una oportunidad para mí. Y esa puta actitud es la que me define. Me podí ver caer muy bajo, pero tení que saber que mientras yo caigo, ya estoy pensando en cómo levantarme.

Hoy me declaro completamente vulnerable e inconsecuente, creo que mucho de lo que pienso no lo pensaba hace algunos años y he tomado la decisión de darle la importancia necesaria a la energía que aflora cuando me involucro en algunos temas. Si no me suma, salgo corriendo o evito seguir ahí.

Aunque suene contradictorio, la vida me dio la desgracia de ser madre en esta época, pero también la alegría de tener a mis dos hijos: Josefina y Santiago, dos pequeñitos que algún día serán grandes y entenderán que la maternidad no es como a mí me la contaron. Espero que se sientan orgullosos de lo que logré, porque me costó más que la chucha criarlos. Aguantarme a mí misma y a ellos no es fácil. Sobre todo en una sociedad que nos enseñó que los hijos siempre deben ir primero o que el papá, cuando cumplía su deber, nos hacía un favor con su presencia.

Si este es el primer libro que lees de mi autoría, desde ya quiero pedirte disculpas. Creo que mis otros tres libros te habrían preparado para este terremoto. Pero si ya estás acá, solo quiero invitarte a que abras tu corazón y tu mente para las weás que estás a punto de leer, porque hasta yo las encuentro fuertes. Pero, ¿sabí qué?, me cansé de ocultarlas por agradar a otros, incluso a mis propios hijos.

Si ya leíste mis otros libros, quiero decirte que sé que Mamá chucheta lo compraste porque estás pensando que mis hijos me están volviendo loca. Y a lo mejor tienes razón, pero probablemente, al igual que tú, tengo un amor infinito por ellos y esa dicotomía es parte de lo que te contaré en estas líneas.

He tenido la fortuna de hacer todas las weás