Manual práctico de enfermería - José Antonio Forcada Segarra - E-Book

Manual práctico de enfermería E-Book

José Antonio Forcada Segarra

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Beschreibung

El contenido de la obra se organiza en 17 capítulos y un glosario escritos por especialistas en cada materia. Se facilita a través de un sencillo índice la localización de los temas para una mayor rapidez de consulta. El libro también incluye casos prácticos a través de audiovisuales que se pueden ver desde su smartphone o tablet, utilizando códigos QR que se incluyen en aquellos capítulos donde por su complejidad se ha incorporado un vídeo práctico, permitiendo complementar la información con un interesante material audiovisual. La obra está dirigida por José Antonio Forcada, actual presidente de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (ANENVAC), y Eladio Joaquín Collado, vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universitat Jaume I de Castellón y del Director del Proyecto Cuidados y Salud Unidad Predepartamental de Enfermería. Sin duda, con la elaboración de este manual queda de manifiesto el papel relevante de la enfermería en el ámbito de los centros sanitarios y en la Salud Pública. El contenido de este libro contará con el aval de las sociedades científicas relacionadas con la enfermería.

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Es propiedad de: © 2020 Amazing Books S.L. www.amazingbooks.es

Director editorial: Javier Ábrego Bonafonte

Razón social: C/ Rosa Chacel N.º 8 escalera 1ª oficina 4º C. 50018 Zaragoza – España

Primera edición: Noviembre 2020

ISBN: 978-84-17403-69-0

Depósito Legal: Z 918-2020

Cómo citar este libro: MANUAL PRÁCTICO DE ENFERMERÍA. Procesos, protocolos y procedimientos. Aspectos imprescindibles para el ejercicio de la profesión. José Antonio Forcada Segarra, Eladio Joaquín Collado Boira. Editorial Amazing Books, ISBN: 978-84-17403-68-3

Reservados todos los derechos.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com); solicite autorización en el teléfono +34 976 077 006, +34 917 021 970 o escribiendo al e-mail: [email protected]

Amazing Books S.L. queda exonerada de toda responsabilidad ante cualquier reclamación de terceros que pueda suscitarse en cuanto a la autoría y originalidad de dicho material, así como de las opiniones y contenidos, que son intrínsecamente atribuibles a los autores.

Las figuras 6, 12, 14, 15, 25, 26, 27 y las tablas 2 y 3 pertenecen a Pittiruti M, Scoppettuolo G. Manual GAVeCeLT sobre catéteres PICC y MIDLINE: indicaciones, inserción, mantenimiento y gestión. Milano. ISBN 9788821447426. Edra; 2018. La figura 1 del capítulo 6.3 está realizada por Arnau Martínez Benavent. Para cualquier aclaración al respecto diríjanse escribiendo a la siguiente dirección de e-mail: [email protected]

Índice

AVALES OBTENIDOS POR UNIVERSIDADES E INSTITUCIONES

PREFACIO.

Howard Catton (Español/Inglés)

PRÓLOGO.

Juan José Tirado Darder

INTRODUCCIÓN.

José Antonio Forcada Segarra, Eladio Joaquín Collado Boira

CAPÍTULO 1. METODOLOGÍA ENFERMERA

María Pilar Almansa Martínez, Ismael Jiménez Ruiz, Miguel Ángel Cánovas Tomás

CAPÍTULO 2. ENFERMERÍA COMUNITARIA

José Ramón Martínez Riera, Jorge López Gómez

CAPÍTULO 3. ENFERMERÍA DIGITAL

Pablo Sánchez Ballesteros

CAPÍTULO 4. INVESTIGACIÓN EN ENFERMERÍA

Glòria Mirada Masip, Montserrat Solanilla Puértolas, Joan Torres Puig-gros

CAPÍTULO 5. LA IMPORTANCIA DE LA FORMACIÓN POSTGRADO. FORMACIÓN DE ESPECIALISTAS DE ENFERMERÍA

Carmen Anarte Ruiz

CAPÍTULO 6. CONTROL Y PREVENCIÓN

6.1 VACUNACIONES

José Antonio Forcada Segarra

6.2 SEGURIDAD DEL PACIENTE

Luis Miguel Alonso Suárez

6.3 SEGURIDAD QUÍMICA. MANIPULACIÓN DE MEDICAMENTOS PELIGROSOS (MP)

Amparo Benavent Benavent

CAPÍTULO 7. TERAPIA INTRAVENOSA

Sonia Casanova Vivas, María José Gil Carbonell, Vicenta Solaz Martínez

CAPÍTULO 8. ENFERMERÍA PEDIÁTRICA Y MATERNO INFANTIL

Susana Cantero Orpez, Ana Nazaret Yanes Pérez, Yvonne Oymann

CAPÍTULO 9. ENFERMERÍA MÉDICO-QUIRÚRGICA.

Elena Chover Sierra, Antonio Martínez Sabater, Rut Navarro Martínez, Amparo Pardo Cerdán

CAPÍTULO 10. ENFERMERÍA ONCOLÓGICA

Ana Folch Ayora, Eladio Joaquín Collado Boira, Pablo Salas Medina, María Desamparados Bernat Adell

CAPÍTULO 11. UCI - CUIDADOS INTENSIVOS EN ENFERMERÍA

David Zuazua Rico, Alba Maestro González, Julieta Alonso Soto, Mario Barrera Valor, Cristina Alonso Beloso, Gemma Nevado Vega

CAPÍTULO 12. URGENCIAS EN ENFERMERÍA

José Vicente Carmona Simarro, Carmen Casal Angulo

CAPÍTULO 13. ENFERMERÍA GERIÁTRICA Y GERONTOLÓGICA

Julio Fernández Garrido, Soledad Giménez Campos, Begoña Rochina Rodríguez, Daniel Segarra Giménez

CAPÍTULO 14. ENFERMERÍA Y SALUD MENTAL

Vanessa Sánchez Martínez

CAPÍTULO 15. DIETÉTICA Y NUTRICIÓN

Mercedes López-Pardo Martínez, María José de la Torre Barbero, María Lourdes de Torres Aured, Pilar Zarco Rodríguez, María Victoria Fernández Ruiz, Carmen Martín Salinas

CAPÍTULO 16. FARMACOLOGÍA

Marta Ferraz Torres, Óscar Martínez García, Daniel Zulet Murillo

CAPÍTULO 17. ACTUACIÓN DE LAS ENFERMERAS ANTE ALERTAS SANITARIAS Y BIOSEGURIDAD

Enrique Villoslada Serra, José Antonio Forcada Segarra

ANEXO. GLOSARIO DE TÉRMINOS Y ABREVIATURAS

José Antonio Forcada Segarra, Eladio Joaquín Collado Boira

AVALES OBTENIDOS POR UNIVERSIDADES E INSTITUCIONES

PREFACIO

Es un gran placer para mí haber sido invitado a escribir el prefacio de este nuevo e importante libro.

Mientras escribo esto, las enfermeras en España y en todo el mundo luchan contra la pandemia de la COVID-19, la peor crisis sanitaria que se recuerda.

El público ha respondido a la compasión y al cuidado de las enfermeras con sinceras demostraciones públicas de gratitud y afecto por nuestra profesión que nunca antes habíamos visto.

Por supuesto, la compasión y el cuidado son aspectos de un incalculable valor en la enfermería y son sentimientos que perduran en la memoria de los pacientes y sus familias.

Pero la enfermería es mucho más que cuidar, y una enfermera altamente capacitada del siglo XXI es una profesional técnicamente competente e intelectualmente rigurosa que brinda cuidados utilizando su cabeza, sus manos y su corazón.

La atención médica en todo el mundo se ha estirado hasta un punto de ruptura durante la pandemia y han sido las enfermeras las que han mantenido los sistemas unidos con su tenaz dedicación hacia los pacientes necesitados. Dondequiera que hayan requerido su ayuda, las enfermeras han dado un paso al frente, a menudo arriesgando su propia salud y seguridad en el proceso.

Esto no es aceptable, y los empleadores y los Gobiernos deben dar prioridad a sus derechos, a un lugar de trabajo saludable y a términos y condiciones de empleo favorables.

El Consejo Internacional de Enfermeras sigue trabajando en nombre de los 27 millones de profesionales del mundo y pide a los Gobiernos que sigan la hoja de ruta establecida en el reciente informe sobre el estado mundial de la enfermería del CIE/OMS. Al hacerlo, se pueden lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y su objetivo de atención médica universal para todos.

Espero que este Manual práctico resulte una adición útil a los recursos necesarios para proporcionar una atención de enfermería moderna y actualizada, donde sea que se necesite.

 

 

Howard Catton

Director Ejecutivo

Consejo Internacional de Enfermeras*

 

_________

* Consejo Internacional de Enfermeras / Organización Mundial de la Salud (2020). Estado Mundial de la Enfermería. Consejo Internacional de Enfermeras y Organización Mundial de la Salud. Ginebra, Suiza

 

FOREWORD

It gives me great pleasure to have been invited to write this foreword for an important new book.

As I write this, nurses in Spain and all around the world are battling against the COVID-19 pandemic, the worst global health crisis in living memory.

The public has responded to nurses’ compassion and caring with heartfelt public displays of gratitude and affection for the nursing profession, which we have never seen before.

Of course, compassion and caring are priceless aspects of nursing, and they are the things that endure in the memories of patients and their families.

But nursing is so much more than just caring, and the highly skilled nurse of the 21st Century is a technically proficient, intellectually rigorous practitioner who delivers care using their heads, their hands and their hearts.

Healthcare around the world has been stretched to breaking point during the pandemic and it has been nurses who have held the systems together with their uncompromising approach to patients in need. Wherever they have bene asked to help, nurses have stepped forward, often risking their own health and safety in the process.

This is not acceptable, and nurses’ rights to a healthy workplace and favourable terms and conditions of employment must be prioritised by employers and governments.

The International Council of Nurses continues to work on behalf of the world’s 27 million nurses and calls on governments to follow the roadmap set out in the recent ICN/WHO State of the World’s Nursing report. By doing so the United Nations’ Sustainable Development Goals and its target of Universal Healthcare for all can be realised.

I hope this practical manual will prove to be a useful addition to the resources required to provide modern, up-to-date nursing care, wherever it is needed.

Howard Catton*

Chief Executive Officer

International Council of Nurses

Howard CattonBook presentation

https://amazingbooks.es/manual-enfermeria-howard-catton

 

 

 

_________

* International Council of Nurses/World Health Organization (2020) State of the World’s Nursing. International Council of Nurses and World Health Organization. Geneva, Switzerland

PRÓLOGO

Jan L. A. van de Snepscheut escribió:«En teoría, no hay diferencia entre teoría y práctica.Pero en la práctica, sí que la hay»

Si esta frase es cierta, los manuales prácticos ayudan a que esa diferencia no se haga realidad y facilitan que los conocimientos adquiridos con su lectura se apliquen con destreza y combinen teoría y práctica.

Los diferentes temas que se abordan y su análisis pormenorizado, junto con la estructura en la que se presentan, generan la utilidad de esta obra al trasmitir de forma clara y actualizada los procesos, protocolos y procedimientos de nuestra ciencia enfermera.

La realización de contenidos por los autores, que con su trayectoria han sabido ganarse el reconocimiento de su profesión en todas y cada una de las distintas áreas de conocimiento enfermero, garantizan que este manual se convierta en una herramienta útil de consulta para todos los que deseen verificar el buen hacer de su desempeño profesional.

También es importante para la profesión enfermera poder contar con el acierto de los directores José Antonio Forcada Segarra y Eladio Joaquín Collado Boira, que han sabido unir las distintas materias y enriquecer la bibliografía de calidad de nuestro rol sanitario, ampliando el conocimiento sobre las materias que influyen en la excelencia de los cuidados de los que somos responsables y garantizando con ello el reconocimiento social de nuestra profesión.

No me queda más que agradecer la gran iniciativa y felicitar a los autores por su implicación en divulgar sus conocimientos.

 

 

Juan José Tirado Darder

Presidente Consejo Enfermería de la Comunidad Valenciana.

INTRODUCCIÓN

A finales de febrero de 2019, la editorial Amazing Books, a través de su director editorial, Javier Ábrego Bonafonte, nos ofreció la posibilidad de dirigir y coordinar la edición de este Manual práctico de enfermería. Procesos, protocolos y procedimientos. Aspectos imprescindibles para el ejercicio de la profesión.

El primer pensamiento fue de ilusión y agradecimiento, pero también un sentimiento de una enorme responsabilidad para estar a la altura del proyecto.

El primer paso fue definir los contenidos que creímos imprescindibles abordar, aquellos que vimos más importantes y necesarios para una obra que queríamos que fuera referencia para la formación y la actualización de conocimientos de los profesionales de enfermería, y también un apoyo en los estudios de grado de los futuros profesionales.

A continuación, debimos decidir las personas a las que íbamos a ofrecer la posibilidad de participar, buscando profesionales de enfermería con experiencia y amplios conocimientos en cada uno de los temas a desarrollar. No resulto difícil, ya que algunos son conocidos y compañeros nuestros y los que no lo son, aceptaron entusiasmados la oportunidad de aportar su sabiduría.

Queremos agradecer a todos los autores su entusiasmo y la magnífica labor realizada. Hemos sido 50 personas trabajando en este manual, todas ellas con una gran implicación en la escritura de los temas, correcciones, modificaciones, revisiones, etc., hasta llegar al final del proceso, momento en el que podemos dar la tarea por concluida.

Pero no va a ser así, nunca estará acabada, nuestro propósito es continuar actualizando y revisando los temas para proporcionar a los lectores y lectoras las últimas novedades y conocimientos basados en la evidencia científica actualizada y en la investigación enfermera.

El objetivo de los autores es ofrecer un libro de consulta útil y práctico que aborde los temas principales relacionados con el ejercicio de la enfermería en sus distintas vertientes y especialidades.

El contenido se organiza en 17 capítulos escritos, como ya hemos dicho, por especialistas en cada materia. Se facilita a través de un sencillo índice la localización de los temas para una mayor rapidez de consulta.

También incluye casos prácticos a través de audiovisuales que pueden verse desde el smartphone o tablet, utilizando códigos QR que se incluyen en aquellos capítulos donde por su complejidad se ha incorporado un vídeo o un anexo, permitiendo complementar la información con un interesante material audiovisual.

Sabemos cuáles son las funciones de nuestra profesión: asistencial, docencia, investigación y gestión. Y debemos seguir perseverando en todas y cada una de ellas, demostrando nuestras capacidades y formación. Desde algunos sectores sanitarios y de la sociedad no se han proporcionado las herramientas ni las facilidades para poder poner en práctica estás capacidades y funciones, motivando al colectivo de las enfermeras a perseverar aún más si cabe en este noble objetivo de mejorar, un propósito que cada año crece porque sabemos lo necesaria que es nuestra profesión para la sociedad, persiguiendo posicionarnos en la élite de la sanidad pública y privada.

Durante el tiempo de desarrollo de este manual, nos hemos encontrado, sin esperarlo ni estar preparados, con la peor pandemia mundial en los últimos 100 años, tras la gripe española en 1918: el coronavirus SARS-CoV-2, virus desconocido hasta la fecha y que ha producido la enfermedad como COVID-19.

Todos los profesionales sanitarios, y especialmente las enfermeras, hemos demostrado en el tiempo que estamos padeciendo la pandemia nuestra gran capacidad de trabajo y adaptación a las circunstancias más negativas, como las que nos hemos encontrado y nos seguimos encontrando en el momento en que escribimos estas líneas.

Desde las administraciones sanitarias no se ha tenido en cuenta apenas a las enfermeras en los procesos de decisión de las estrategias que se han ido implementando, a pesar de la gran experiencia y conocimiento adquiridos al estar en primera línea de trabajo con los enfermos e infectados por el virus. En muchas ocasiones, estas estrategias han ido en contra del sentido común y de la realidad sanitaria.

La medicalización de la sanidad, a pesar de todos los indicadores sanitarios que indican la necesidad de potenciar los cuidados, dada nuestra pirámide de población, la esperanza de vida y la cronicidad y la educación para la salud como valor para la prevención de enfermedades y discapacidades, no es entendida en profundidad por las administraciones sanitarias, ya que aun con buenas palabras y promesas, se sigue sin potenciar ni primar la investigación por parte de las enfermeras y se continúa sin aceptar su capacidad de gestión, a pesar de la formación y capacidades demostradas. Seguimos teniendo que demostrarlo día a día.

El Año Mundial de las Enfermeras y Matronas (2020) y la campaña Nursing Now (2020-2023) tratan de poner en valor la necesidad imprescindible de potenciar los sistemas de salud con profesionales de enfermería y mostrar a la sociedad nuestras capacidades, tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) nos indica que:

«Las enfermeras y las matronas ya cumplen funciones de divulgación e innovación en las comunidades, así como en dispensarios y hospitales y dentro del sistema de atención sanitaria. Pero debe estar valorado en su justa medida y contar con representación en instancias de dirección en las que pueda orientar las políticas e inversiones de salud».

«En las enfermeras y las matronas reside quizá la respuesta a muchos de los problemas de salud que aquejan al mundo, pero primero tendremos que superar ciertas barreras profesionales, socioculturales y económicas».

Los cinco ámbitos de inversión fundamentales para la OMS son:

• Invertir en servicios dirigidos en mayor medida por las enfermeras y las matronas, que de este modo pueden trabajar dando lo mejor de sí mismas.

• Emplear a personal de enfermería más especializado.

• Otorgar al personal de enfermería y a las matronas un lugar central en la atención primaria de salud, desde el que asuman la prestación de servicios y la supervisión de los agentes de salud comunitarios.

• Respaldar a las enfermeras y a las matronas en las labores de promoción de la salud y en la prevención de enfermedades.

• Invertir en liderazgo de los servicios de enfermería y matronas.

La formación de los estudiantes de grado de enfermería en las facultades de Ciencias de la Salud es fundamental para el crecimiento y desarrollo de nuestra profesión, pues son las que con su formación y conocimientos deben continuar el trabajo desarrollado por las profesionales que están luchando por nuestra profesión. La labor desarrollada por el profesorado universitario que instruye a nuestras futuras enfermeras es una demostración más de las capacidades y formación de este colectivo profesional.

Contamos con enfermeras doctoras, con enfermeras y enfermeros especialistas y con enfermeras con formación en máster, en diplomas de expertos y especialistas. Tenemos una profesión viva y en movimiento.

Pero también es necesario que todas y todos los que llevamos mucho tiempo sirviendo a la sociedad a través de nuestro trabajo mantengamos los conocimientos y la preparación actualizados, pues así nos lo demanda la sociedad y, como hemos dicho antes, debemos demostrarlo día a día.

Esperamos que el resultado de este trabajo sea del agrado de la profesión y contribuya a su mejor desarrollo.

Finalmente, y aprovechando la posibilidad que se nos brinda, queremos hacer una especial dedicatoria a todos los profesionales de la enfermería que han sufrido y sufren la pandemia de una forma muy cruel, infectándose, enfermando y, en algunos casos, falleciendo.

Y también a los que han sufrido y sufren en su propia persona la falta de previsión y de recursos humanos y materiales para poder desarrollar su labor en condiciones, lo que ha provocado y provoca ansiedad, estrés, depresión y mucha frustración personal y profesional por no poder ofrecer lo mejor de los cuidados. Y el miedo a que la salud de las familias de cada uno se pudiera ver afectada como consecuencia de nuestra ocupación.

Para todos ellos, nuestro más sentido reconocimiento.

 

 

José Antonio Forcada Segarra

Eladio Joaquín Collado Boira

Directores de la obra

José Antonio Forcada SegarraIntroducción al libro

https://amazingbooks.es/manual-enfermeria-introduccion

 

Equipo de autores

DIRECTORES DE LA OBRA

José Antonio Forcada Segarra

Enfermero de Salud Pública. Diplomado en Salud Pública. Diplomado en Gestión de Enfermería. Diplomado Experto en Vacunas. Presidente de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (ANENVAC). Secretario de la Asociación Española de Vacunología (AEV). Coordinador de los Grupos de Trabajo en Vacunaciones y Riesgo Biológico del Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (CECOVA).

Eladio Joaquín Collado Boira

Doctor en Ciencias de la Salud. Vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Jaime I de Castellón. Director del Grado de Enfermería. Coordinador del grupo de investigación Cuidados y Salud (Cód. 284 UJI). Máster oficial en Ciencias de la Salud. Especialista Universitario en Gestión Sanitaria. Experto Universitario en Cirugía Mayor ambulatoria.

EQUIPO DE AUTORES

María Pilar Almansa Martínez

Profesora del Departamento de Enfermería de la Universidad de Murcia. Doctora por la Universidad de Murcia.

Cristina Alonso Beloso

Diplomada en Enfermería. Máster Universitario en Enfermería de Urgencias y Cuidados Críticos. UCI Cardiaca-Hospital Universitario Central de Asturias.

Julieta Alonso Soto

Diplomada en Enfermería. Especialista Universitario en Cuidados Intensivos. Máster Universitario en Atención Psicológica en Emergencias y Catástrofes Sanitarias. UCI Polivalente-Hospital Universitario Central de Asturias.

Luis Miguel Alonso Suárez

Servicio de Medicina Preventiva. Complejo Asistencial Universitario de León. Presidente de la Asociación Española de Enfermería y Salud (AEES).

Carmen Anarte Ruiz

Enfermera Especialista en Enfermería Familiar y Comunitaria. Responsable de Residentes de Enfermería en la Unidad Docente Multidisciplinar de Atención Familiar y Comunitaria de Castellón.

Mario Barrera Valor

Diplomado en Enfermería. Experto Universitario en Diálisis. UCI Cardiaca-Hospital Universitario Central de Asturias.

Amparo Benavent Benavent

Enfermera de UCI. Hospital Clínico Universitario de Valencia. Especialista en Enfermería del Trabajo y Máster en Prevención de Riesgos Laborales. Miembro de la International Commission on Occupational Health (ICOH). Coordinadora del Grupo de Trabajo de Salud Laboral del Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (CECOVA).

María Desamparados Bernat Adell

Profesora Contratada. Doctora con Plaza Asistencial Vinculada al Hospital Universitario General de Castellón. Directora del Departamento de Enfermería de la Universitat Jaume I. Miembro del Grupo de Investigación Cuidados y Salud.

Miguel Ángel Cánovas Tomás

Doctor por la Universidad de Murcia. Enfermero en Hospital Universitario J. M. Morales Meseguer. Licenciado en Antropología Social y Cultural por la Universidad Miguel Hernández en Elche (Alicante). Especialista en Comunicación Terapéutica en Salud y en Humanización de los Cuidados Enfermeros. Máster en Counselling por la Universidad Ramón Llull, Fundación Pere Tarrés y el Centro de Humanización de la Salud en Tres Cantos (Madrid). Profesor Asociado de la Universidad de Murcia en Fundamentos de Enfermería I y Cuidados Paliativos.

Susana Cantero Orpez

Enfermera Especialista en Pediatría. Directora del Área de Salud de Tenerife del Servicio Canario de la Salud. Coordinadora del Grupo de Trabajo en Vacunas de ApapCanarias. Miembro del Grupo de Expertos en Vacunas de Enfermería (GEV-En).

José Vicente Carmona Simarro

Doctor en Ciencias de la Salud. Universidad CEU Cardenal Herrera. CEU Universities. Instructor en SV, ECSI y EMPAC. Máster en Urgencias, Emergencias y Catástrofes. Máster en Cuidados de Enfermería al Paciente Crítico. Profesor Doctor Colaborador de la asignatura Cuidados al Paciente Crítico y Soporte Vital. Miembro Numerario de la Academia de Enfermería de la Comunidad Valenciana.

Carmen Casal Angulo

Doctora en Enfermería. Servicio de Emergencias Sanitarias (SES-SAMU). Valencia. Profesora Asociada. Facultad de Enfermería y Podología. Universidad de Valencia.

Sonia Casanova Vivas

Enfermera Especialista en Enfermería del Trabajo. Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública. Valencia. Profesora Asociada de la Facultad de Enfermería y Podología. Universidad de Valencia. Coordinadora del Programa INCATIV (Indicadores de Calidad en Terapia Intravenosa).

Elena Chover Sierra

Enfermera del Servicio de Medicina Interna. Hospital General Universitario. Valencia. Profesora Asociada del Departamento de Enfermería. Facultad de Enfermería y Podología. Universidad de Valencia.

María José de la Torre Barbero

Doctora por la Universidad de Córdoba. Enfermera del Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba. Máster en Investigación en Ciencias de la Salud por la Universidad de Córdoba. Experta Universitaria en Calidad y Seguridad del Paciente por la Universidad de Granada. Tutora Clínica de Alumnos de Grado de Enfermería. Subdirectora de la Revista de Enfermería Vascular. Evaluadora de la Agencia de Calidad Sanitaria Andalucía.

María Lourdes de Torres Aured

Enfermera y Postgrado en Dietética, Dietoterapía y Nutrición. Delegada de Nutrición del Consejo General de Enfermería. Miembro del Observatorio de la Nutrición y Estudio de la Obesidad, AESAN. Comité Técnico de la Estrategia de la Cronicidad del Ministerio de Sanidad. Secretaria General de UESCE. Coordinadora del Comité Científico de AdENyD. Responsable de Proyectos del Movimiento Nursing Now-Aragón, Colegio Oficial de Enfermería de Zaragoza. Supervisora de U. Funcional de Dietética y Nutrición del H. U. Miguel Servet.

Julio Fernández Garrido

Director General de Gestión Sanitaria. Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública. Generalitat Valenciana. Profesor del Departamento de Enfermería. Facultad de Enfermería y Podología. Universitat de València.

María Victoria Fernández Ruiz

Enfermera Educadora en Nutrición en el Servicio de Endocrino y Nutrición. Unidad de Gestión Clínica del Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba.

Marta Ferraz Torres

Doctora en Salud Pública por la Universidad Pública de Navarra. Graduada en Enfermería. Máster en Cuidado de Paciente Crítico en Urgencias y Cooperación y Experta en Estadística Sanitaria. Profesora de Docencia de la UPNA.

Ana Folch Ayora

Profesora Ayudante Doctora. Departamento de Enfermería. Universitat Jaume I de Castelló (UJI). Secretaria del Departamento Cuidados y Salud.

María José Gil Carbonell

Enfermera del Servicio de Medicina Preventiva de los Hospitales Universitarios de Vinalopó y Torrevieja. Alicante. Máster Oficial en Salud Pública. Miembro del Grupo Gestor del Programa INCATIV (Indicadores de Calidad en Terapia Intravenosa).

Soledad Giménez Campos

Enfermera. Área Clínica de Hospital a Domicilio y Telemedicina. Departamento de Salud Valencia-La Fe. Profesora Asociada. Departamento de Enfermería. Facultad de Enfermería y Podología. Universitat de València.

Ismael Jiménez Ruiz

Profesor Ayudante Doctor del Departamento de Enfermería. Facultad de Enfermería, Universidad de Murcia. Doctor en Investigación en Cuidados de Enfermería y Diplomado en Enfermería. Coordinador del Máster Universitario en Salud, Mujer y Cuidados de la Universidad de Murcia.

Jorge López Gómez

Enfermero de Atención Primaria. Programa de Gestión de Salud Poblacional. Departamentos de Salud Torrevieja y Vinalopó. Alicante. Secretario adjunto a Secretaría y Presidencia. Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC). Coordinación del Proyecto AVATAR (Activando la Vacunación del Adulto). Miembro del Comité Asesor de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (ANENVAC).

Mercedes López-Pardo Martínez

Especialista en Nutrición y Dietética. Profesora Asociada de la Facultad de Enfermería. Universidad de Córdoba. Departamento de Enfermería. Expresidenta de AdeNyD (Asociación de Enfermeras en Nutrición y Dietética). Representante de AdeNyD en FESNAD (Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética).

Alba Maestro González

Graduada en Enfermería. Máster Universitario en Enfermería de Urgencias y Cuidados Críticos. Máster Universitario en Investigación en Ciencias de la Salud. Doctora por la Universidad de Burgos. Instituto Nacional de Silicosis.

Carmen Martín Salinas

Enfermera. Máster Oficial en Docencia Universitaria por la Universidad de Alcalá. Profesora en el Departamento de Enfermería. Facultad de Medicina. Universidad Autónoma de Madrid. Presidenta de AdeNyD (Asociación de Enfermeras en Nutrición y Dietética).

Óscar Martínez García

Licenciado en Medicina y Cirugía. Especialista en Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor. Complejo Hospitalario de Navarra y Experto en Estadística Sanitaria con Formación en Investigación Médica de Suficiencia Investigadora.

José Ramón Martínez Riera

Director de la Cátedra de Enfermería Familiar y Comunitaria. Profesor Titular. Universidad de Alicante. Presidente de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC).

Antonio Martínez Sabater

Profesor Asociado del Departamento de Enfermería. Facultad de Enfermería y Podología. Universidad de Valencia.

Glòria Mirada Masip

Doctora en Salud. Servicio Regional en Lleida de la Agencia de Salud Pública de Catalunya. Profesora Asociada de la Universitat de Lleida. Tesorera de la Asociación Española de Vacunología. Miembro del Comité Asesor de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (ANENVAC).

Rut Navarro Martínez

Enfermera del Servicio de Hematología. Hospital General de Valencia. Profesora Asociada del Departamento de Enfermería. Facultad de Enfermería y Podología. Universidad de Valencia.

Gemma Nevado Vega

Diplomada en Enfermería. Especialista Universitario en Cuidados Intensivos. UCI Polivalente-Hospital Universitario Central de Asturias.

Yvonne Oymann

Enfermera Especialista en Obstetricia y Ginecología (Matrona). Centro de Salud Dr. Guigou. Santa Cruz de Tenerife.

Amparo Pardo Cerdán

Enfermera Supervisora del Servicio de Medicina Interna y Lesionados Medulares. Hospital Universitario La Fe. Valencia. Profesora Asociada del Departamento de Enfermería. Facultad de Enfermería y Podología. Universidad de Valencia.

Begoña Rochina Rodríguez

Enfermera del Centro de Salud Serreria II. Departamento de Salud Clínico-Malvarrosa. Profesora Asociada. Departamento de Enfermería. Facultad de Enfermería y Podología. Universitat de València.

Pablo Salas Medina

Profesor Ayudante Doctor del Departamento de Enfermería de la Universitat Jaume I. Miembro del Grupo de Investigación Cuidados y Salud.

Pablo Sánchez Ballesteros

Enfermero de la Unidad de Críticos del Consorcio Hospitalario de Castellón. Máster en Atención al Paciente Crítico y Emergencias por la Universidad de Barcelona. Máster en Salud Digital por la Universidad Europea Miguel de Cervantes de Valladolid. Editor del blog Enfermería Tecnológica.

Vanessa Sánchez Martínez

Enfermera Especialista en Salud Mental. Departamento de Enfermería. Universidad de Valencia.

Daniel Segarra Giménez

Supervisor de Enfermería en Policlínicas IUMET-Panacea. Jefe del Área de Docencia de General ASDE Formación.

Montserrat Solanilla Puértolas

Miembro del Comité de ética en Investigación en Medicamentos de la Región Sanitaria de Lleida.

Vicenta Solaz Martínez

Enfermera Especialista en Accesos Vasculares. Hospital Arnau de Vilanova. Valencia. Miembro del Grupo Gestor del Programa INCATIV (Indicadores de Calidad en Terapia Intravenosa). Profesora Asociada de Prácticas de la Universidad de Valencia. Licenciada en Humanidades.

Joan Torres Puig-gros

Doctor. Profesor Asociado. Metodología de la Investigación. Facultad de Enfermería y Fisioterapia. Universidad de Lleida.

Enrique Villoslada Serra

Enfermero del Servicio de Emergencias Sanitarias SAMU/SES en Valencia. Miembro del Equipo START - AECID (Equipo Técnico Español de Ayuda y Respuesta a Emergencias), Miembro del Equipo ERU - UCBS (Unidad de Respuesta en Emergencias en Cuidados Básicos de Salud de Cruz Roja Española). Miembro del Grupo de Trabajo en Riesgo Biológico del Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (CECOVA). Docente en Prevención del Riesgo Biológico y Enfermedades Emergentes del Colegio de Enfermería de Valencia.

Ana Nazaret Yanes Pérez

Enfermera en Consulta de Pediatría. Centro de Salud Dr. Guigou. Santa Cruz de Tenerife. Colaboradora de la Universidad de La Laguna en las Escuelas de Enfermería del Complejo Hospitalario Universitario de Canarias y del Complejo Hospitalario Universitario de Nuestra Señora de la Candelaria. Miembro del Grupo de Trabajo de la APAP y Subdirectora de la Zona Básica de Salud en Santa Cruz de Tenerife. Miembro del Grupo de Expertos en Vacunas de Enfermería (GEV-En).

Pilar Zarco Rodríguez

Enfermera de la Unidad de Nutrición del Hospital de Valme (Área Sur Sanitaria de Sevilla).

David Zuazua Rico

Graduado en Enfermería. Especialista Universitario en Cuidados Intensivos. Máster Universitario en Análisis y Gestión de Emergencia y Desastre. Doctor por la Universidad de Valencia. UCI Polivalente. Hospital Universitario Central de Asturias.

Daniel Zulet Murillo

Licenciado en Medicina y Cirugía. Licenciado en Derecho. Especialidad de Medicina de Familia en Hospital Reina Sofía.

CAPÍTULO 1

LA METODOLOGÍA ENFERMERA

Vídeo de presentación: Capítulo 1

https://amazingbooks.es/manual-enfermeria-video-1/

 

CAPÍTULO 1

LA METODOLOGÍA ENFERMERA

Autores: Pilar Almansa Martínez, Ismael Jiménez Ruiz, Miguel Ángel Cánovas Tomás

1.1 Introducción

Existe un consenso generalizado respecto a que todas las ciencias se caracterizan por poseer un cuerpo unificado de conocimientos propios sobre un campo específico de estudio, así como las habilidades y la metodología necesarias para aplicar y producir tales conocimientos.

La ciencia enfermera está constituida por cuerpos de conocimientos relativos a los cuidados, unos procesos y una metodología propios imprescindibles para asegurar una práctica eficaz y rigurosa, a la vez que permite desarrollar nuevos conocimientos mediante la investigación.

Enfermería como disciplina científica posee una metodología aplicable a todos los campos del ejercicio profesional denominada Metodología Enfermera y ha sido definida como: «El método sistemático y organizado de administrar cuidados individualizados que se centra en la identificación y tratamiento de las respuestas del usuario (individuo, familia o comunidad) a procesos vitales/alteraciones de la salud reales o potenciales1».

Este proceso se caracteriza por ser dinámico, cíclico, centrado en la persona cuidada, sistemático, interpersonal, de colaboración y universal que parte del enfoque básico de que cada persona o grupo de personas responde de forma distinta ante una alteración real o potencial de la salud.

La Metodología Enfermera consta de cinco etapas relacionadas entre sí. Cada una contiene diferentes pasos y depende de la precisión y exactitud de la anterior:

1. Valoración: Recogida de datos antecedentes y actuales, objetivos y subjetivos.

2. Diagnóstico: Consiste en formular un juicio para definir el problema, tras el análisis de los datos recogidos.

3. Planificación: Tras la identificación de los problemas se elaboran las estrategias, el plan de acción para resolverlos, prevenirlos o reducirlos.

4. Ejecución: Realización de las actividades propuestas incluidas en el plan de cuidados para lograr los objetivos propuestos.

5. Evaluación: Determina el grado de consecución de los objetivos y la eficacia de las actividades realizadas.

1.2 Aspectos clave

El presente capítulo describe los fundamentos metodológicos que garantizan la eficacia de las intervenciones programadas y ejecutadas desde la disciplina enfermera. Es un proceso de pensamiento crítico necesario para establecer un juicio clínico y terapéutico, que comienza al inicio de la relación enfermera/paciente y finaliza cuando la evaluación confirma el logro de los objetivos planteados y la resolución de los problemas detectados.

La valoración es el primer paso de la metodología enfermera. De su exactitud y validez dependerán las fases posteriores. Por esta razón, es esencial adoptar una perspectiva enfermera de forma que los datos recogidos aporten la información necesaria sobre todos los patrones funcionales de salud, así como de sus interrelaciones.

Una valoración incompleta nos llevará a errores en el proceso diagnóstico, que es el juicio clínico sobre el que se elabora la planificación de intervenciones enfermeras y su posterior ejecución.

1.3 Necesidad de la metodología enfermera

El método de trabajo enfermero ha demostrado numerosos beneficios en cuanto a2:

1.3.1 La persona cuidada

– Mejora notablemente la comunicación y, en consecuencia, la relación enfermera/paciente. Se ha demostrado que al poder identificar a los profesionales responsables de sus cuidados, las personas se sienten más seguras.

– Recibe una atención de calidad al ser individualizada (adaptada al individuo y a sus necesidades, no a la enfermedad) e integral: entendiendo al ser humano como un todo unificado, con dimensiones biológicas, psicológicas, sociales y espirituales inseparables, de forma global, holística.

– El centro de atención de todo el proceso es la persona, que participa en la toma de decisiones sobre sus cuidados y en el logro de los objetivos, lo que le motiva positivamente.

1.3.2 La enfermera

– Implica una mayor autonomía y control de nuestra práctica, por tanto, aumenta la satisfacción profesional que se deriva de un trabajo eficaz, organizado, científico y que puede medirse.

– Al mismo tiempo, facilita la comunicación entre las profesionales y asegura la continuidad de los cuidados. Los cuidados planificados por escrito coordinan los esfuerzos de todo el equipo de salud y los dirigen hacia una misma meta.

– Es el método más riguroso para evitar omisiones o repeticiones, lo que aumenta la seguridad, tanto del paciente como de la enfermera.

1.3.3 Enfermería como profesión y como ciencia

– La utilización de una metodología constituye un criterio básico para el reconocimiento de una disciplina como ciencia.

– Ayuda a clarificar y definir el papel de la profesión porque permite saber qué hacen las enfermeras, cómo lo hacen y evaluar la calidad de su servicio.

– La toma de decisiones desarrolla el pensamiento independiente, reflexivo y exige una formación actualizada y permanente.

– Proporciona la estructura necesaria para la investigación. Para la ciencia enfermera, la documentación clínica que refleje una actividad metódica es una fuente primaria imprescindible para construir y ampliar el cuerpo de conocimientos.

El uso de la Metodología Enfermera en la práctica clínica adquirió legitimidad en EEUU cuando la American Nursing Association (ANA) publicó, en 1973, los estándares para la práctica de enfermería que describen las cinco etapas del proceso.

1.4 Valoración enfermera

La valoración se define como el proceso organizado, planificado, sistemático y continuo de recogida de datos objetivos y subjetivos sobre el estado de salud del individuo, familia y la comunidad. Constituye la piedra angular sobre la que se asienta la Metodología Enfermera y resulta clave para que el profesional de enfermería pueda desarrollar un plan de cuidados a partir de los datos fiables y contrastados3.

Si bien esta fase se presenta como el primer eslabón del proceso enfermero, no constituye una acción aislada de recabar información, sino que resulta un proceso continuo que se realiza en todas las fases y nos permite seguir con el establecimiento de un plan de actuación profesional de cuidados según el resultado de enfermería obtenido. Por ello, los datos deben ser fiables y de calidad para que las fases de la metodología puedan sostenerse4.

La información que la enfermera obtiene en esta fase sirve como herramienta clave en la toma de las decisiones clínicas y como un mecanismo de identificación y validación de la presencia de diagnósticos enfermeros, ya que se detectan las necesidades del paciente y las manifestaciones clínicas compatibles con la sintomatología y la etiología de los diagnósticos enfermeros. Es decir, el resultado obtenido en la fase de valoración constituye un mecanismo de seguridad en la detección de la presencia de situaciones de vulnerabilidad de la persona y la necesidad de desarrollar un plan de cuidados adecuado para mejorar su estado de salud o prevenir situaciones de riesgo.

De ahí, la importancia de que la valoración se defina y desarrolle rigurosamente como un proceso5:

•Independiente: presenta unos contenidos y estructura propios.

•Planificado: no se realiza de manera improvisada, sino previa preparación.

•Sistemático: pues se desarrolla a partir de un método y normas de realización.

•Continuo: empieza en el primer momento que el profesional entra en contacto con la persona necesitada de cuidados y se mantiene durante todo el proceso.

•Deliberado: precisa de reflexión y una acción consciente, en la que las enfermeras deben pensar de forma crítica sobre qué valorar.

•Holístico: no incluye solamente la dimensión física y biológica del paciente, sino también la dimensión espiritual, cognitiva, social y emocional, que pueden influir de un modo u otro en el proceso de salud-enfermedad de la persona6.

1.4.1 Estructura del proceso de valoración enfermera

La valoración enfermera dispone de una estructura organizativa con el fin de valorar todas las esferas del individuo, la familia o la comunidad7.

Se divide en cuatro fases directamente relacionadas: obtención de datos, organización de datos, validación de datos y registro de datos.

Según la complejidad del análisis que la enfermera desee realizar, existen dos tipos de valoraciones que nos permiten generar diagnósticos enfermeros precisos: valoración global o inicial y valoración focalizada o continua.

• Las valoraciones globales cubren todos los aspectos de la persona en un marco de la atención enfermera y se realiza en el momento de la interacción inicial con la persona. Esto nos permite recoger datos generales sobre los problemas de salud del paciente y ver qué factores influyen sobre estos, para posteriormente poder llevar a cabo las intervenciones enfermeras adecuadas.

• Las valoraciones focalizadas se realizan dentro de un proceso continuo e integrado en la asistencia de enfermería, ya que se centra en una preocupación específica detectada por el profesional, como puede ser el nivel de conciencia, la eliminación o el sueño. Este tipo de valoración permite recoger datos durante todo el proceso, realizar revisiones y cambios en el plan de cuidados y obtener nuevos datos o detectar problemas3.

Con la valoración focalizada intentamos responder a cuestiones como:

• ¿Existe el problema en este momento?

• ¿Qué evidencia o datos tengo que indican que existe este problema?

• ¿Estos datos que estoy valorando indican que ha empeorado, ha mejorado o permanece igual el problema?

En función del tipo de valoración, la sistemática en su realización puede seguir diferentes criterios:

•Valoración siguiendo el orden de cabeza a pies: en este caso, se valora los diferentes órganos del cuerpo humano, iniciando por la cabeza y finalizando en las extremidades inferiores.

•Valoración por sistemas y aparatos: se valoran todos los sistemas del cuerpo humano, centrándose principalmente en aquellos que estén alterados.

•Valoración mediante patrones funcionales de salud de Marjory Gordon: el marco de los 11 patrones de salud desarrollados por Marjory Gordon como instrumento de recogida de datos sirve como base para realizar una valoración global sólida y fiable del estado de salud de la persona, familia y comunidad de una manera integral e integrada4.

•Valoración por necesidades de Virginia Henderson: esta autora valora la dependencia e independencia como un elemento importante en el cuidado y se centra no solo en el individuo enfermo, sino también el sano. Henderson presenta un instrumento de recogida de datos que se obtienen a partir de las 14 necesidades en las que se puede descomponer una persona según su teoría enfermera.

1.4.2 Obtención de datos

Un dato es una información concreta que se obtiene de un individuo, familia o comunidad y que hace referencia tanto a su estado de salud como a las respuestas humanas que se originan. Los datos deben incluir tanto los antecedentes de la persona como los problemas actuales. Se pueden clasificar en objetivos y subjetivos.

Tipos de datos

• Los datos objetivos se denominan también signos. Se caracterizan porque pueden ser claramente identificados por el observador mediante la observación o la exploración física y pueden ser medidos y validados con una escala o estándar aceptado. Ejemplo de estos datos, entre otros, son la frecuencia cardiaca, la tensión arterial o la temperatura.

• Los datos subjetivos, denominados también síntomas, solo resultan aparentes para la persona que los presenta y es únicamente esta quien los puede describir o comprobarlos, es durante la entrevista clínica que resulta más fácil su identificación y recogida. Son datos no medibles, como la sensación de mareo, miedo, el dolor o la ansiedad, entre otros, y que se hallan relacionados con la sensación, creencias, valores, actitud, sentimientos y percepción que la persona tiene de su situación vital y estado de salud.

Para que la valoración sea más completa, puede ser adecuado tener en cuenta los datos que, según su pertenencia al pasado o al presente, se describen como antecedentes o actuales.

Fuentes de datos

Junto a los datos se halla la fuente, es decir, el lugar del que pueden proceder. Las fuentes de información son las mismas en cualquier campo en el que se desarrolle la actividad enfermera. Todas ellas son necesarias y se complementan. Podemos distinguir entre fuentes primarias y secundarias.

Fuentes primarias

El paciente es la principal fuente de información, incluso en aquellas situaciones en las que no pueda hablar. Datos objetivos como las constantes vitales, la coloración de la piel, la valoración de las heridas, etc., solamente se pueden obtener del paciente, así como la mayoría de la información subjetiva.

Fuentes secundarias

• La familia, los amigos o las personas cercanas proporcionan información muy valiosa que complementa los datos obtenidos, especialmente en las situaciones en las que el paciente no pueda comunicarse, como es el caso de niños, personas en estado de inconsciencia, demencia y desorientación. En estos casos se especifica en la historia los datos aportados por las personas cercanas.

• Los profesionales sanitarios: resulta de interés compartir la información con otros profesionales sanitarios que puedan estar atendiendo o conocer al paciente, dado que los informes verbales de otros profesionales sanitarios sirven de posibles fuentes de información.

• La historia clínica facilita informaciones complementarias que contiene los registros médicos, tratamientos, pruebas diagnósticas (analíticas, rayos, ECG, etc.). Se recogen también los datos socioeconómicos: edad, estado civil, profesión, situación laboral, lugar de residencia, etcétera.

• Literatura científica: libros, revistas, actas de congresos y documentación científica contienen información insustituible y que ayudan a cuidar mejor, sobre normas para comparar hallazgos durante nuestra práctica, hábitos culturales y sociales, actuaciones, protocolos, evidencia en cuidados, etcétera.

Métodos de obtención de datos

Hallamos tres métodos principales de obtención de los datos en la fase de valoración enfermera, entendidos como una forma de comunicación: la observación, la entrevista y la exploración2.

La observación

Tiene lugar siempre que la enfermera interacciona con el paciente o con su familia u otras personas de apoyo. La observación es la percepción intencionada, orientada al estudio de los fenómenos de la realidad, que se desarrolla mediante una actitud deliberada y consciente de manera que no se dejen de registrar datos especialmente importantes5.

Las características que debe reunir la observación para que pueda ser considerada científica, y por lo tanto fiable, son:

•Selectiva: de la gran cantidad de información posible, saber qué buscar y buscar lo importante.

•Objetiva: entendida como la adecuación de la realidad, imparcial y fiable, independiente, sin que intervenga la subjetividad del observador (sus prejuicios y sus valores).

•Ilustrada: debe partir de un cuerpo de conocimientos amplio y de un sistema de referencia que determine la información que hay que recoger.

•Ordenada: realizada siguiendo un orden lógico.

Aunque la mayoría de las observaciones se realizan través del sentido de la vista, el resto de los sentidos también participa de la observación, por lo que el oído, el olfato y el tacto deben ser usados en todo su potencial junto a la vista para realizar una adecuada observación fijándose en los datos en primer lugar, para posteriormente seleccionarlos, organizarlos e interpretarlos correctamente.

La entrevista

La entrevista es una técnica fundamental en el marco de la metodología enfermera, pues no solo permite obtener los datos cualitativos necesarios para realizar una completa valoración, sino que se establece una comunicación terapéutica con el paciente que permite que se mezclen el aspecto interpersonal y el aspecto técnico8.

La entrevista es una forma de comunicación previamente planificada con el objetivo de obtener o dar información, detectar problemas o necesidades de la persona cuidada, así como educar, asesorar y proporcionar apoyo. Por ello, durante su realización es necesario que la enfermera sea capaz de desarrollar toda una serie de actitudes y habilidades de comunicación que favorezcan que la interacción con el paciente sea verdaderamente de ayuda, tanto verbal como no verbal, como son la calidez, la empatía, el respeto por la palabra y la opinión del paciente, la concreción, la utilización de un lenguaje comprensible y la asertividad.

La entrevista puede adoptar diferentes formas o estructuras:

• Estructurada: donde las preguntas son formuladas de antemano e incluso restringiendo las posibilidades de respuesta.

– Semiestructurada: en la que existe cierta orientación sobre las cuestiones o temas a tratar, pero tanto la enfermera como la persona entrevistada poseen libertad para formular preguntas y respuestas.

– No estructurada o libre: en esta entrevista solo existen líneas directrices muy generales donde dirigir preguntas, siendo la propia interacción la que la determina.

La entrevista enfermera está compuesta por las siguientes fases, tal y como se presenta en la Figura 1:

Figura 1Fases de la entrevista

Fuente: figura realizada por los autores

Para que mediante una entrevista consigamos los datos de salud necesarios para realizar una valoración pueden utilizarse preguntas abiertas o cerradas3:

• Las preguntas abiertas permiten respuestas más largas y útiles para la entrevista o para cambiar de tema. Invitan al paciente a descubrir, explorar, aclarar o definir sus sentimientos, expectativas y necesidades. Algunos ejemplos son: «¿Qué le ocurrió anoche?», «¿Qué hace cuando siente dolor?»; «Cuénteme cómo ha sido ese dolor esta mañana».

• Por el contrario, las preguntas cerradas se responden brevemente, con una o dos palabras. Son restrictivas y limitan las respuestas. Se utilizan para obtener datos más específicos. Algunos ejemplos son: «¿Tiene dolor?»; «¿Desayunó ayer?»; «¿Fuma usted?».

• Las preguntas dirigidas sugieren la preferencia del entrevistador por una respuesta determinada, por lo que no deben ser utilizadas, ya que la información obtenida no tiene una validez científica. Algunos ejemplos son: «Usted no fumará, ¿verdad?»; «Con esa tos que tiene, ¿sigue fumando?»; «¿No habrá vuelto a comer dulces?».

La exploración

Es el conjunto de procedimientos que se realiza con el objetivo de recoger una serie de signos o datos objetivos que puedan corroborar o validar los datos o síntomas que han sido recogidos durante la entrevista. Las principales técnicas que pueden realizarse durante la exploración física son las siguientes:

•Inspección: es el examen visual que permite determinar las características físicas observables.

•Palpación: consiste en la utilización de las manos, del tacto, para «sentir el cuerpo». Con esta técnica se aprovecha la alta concentración de terminaciones nerviosas existentes en las yemas de los dedos. Permite explorar todas las zonas accesibles del cuerpo: pulso cardiaco, temperatura, turgencia de los vasos sanguíneos, palpación de órganos, masas musculares, etcétera.

•Auscultación: técnica que consiste en escuchar los sonidos que se producen en los distintos órganos del cuerpo, como los ruidos cardiacos, pulmonares o intestinales. La mayoría solo pueden oírse con la ayuda de un fonendoscopio.

•Percusión: consiste en golpear suavemente con los dedos sobre una superficie corporal para producir un sonido audible. Permite determinar el tamaño y la forma de los órganos internos y si un tejido contiene líquido, aire o es sólido. En la percusión indirecta se interpone el dedo medio (índice) entre el cuerpo y el dedo que golpea. Los ruidos obtenidos dependen de la densidad de los tejidos subyacentes.

1.4.3 Validación de los datos

Validar los datos consiste en confirmar que los obtenidos son verdaderos con la finalidad de evitar la omisión de información relevante y llegar a conclusiones precipitadas o interpretaciones incorrectas. Marjory Gordon hace hincapié en que los buenos juicios enfermeros están basados en buenos datos, y han de ser validados para considerarse como tal9. Con los datos objetivos es sencillo realizar dicha valoración, pues podemos volver a realizar la medición para comprobarlo. Cuando se trate de casos subjetivos, es necesario evitar interpretaciones erróneas de la información, por lo que volveremos a realizar preguntas para comprobar al paciente o la familia acerca de los datos más relevantes.

La validación o verificación es una doble comprobación que consiste en2:

• Revisar los propios datos pasado un tiempo, cuando no se tenga clara la validez de los mismos. Por ejemplo, tomando nuevamente el pulso, la tensión arterial (dato objetivo) o preguntando al paciente que describa el tipo de dolor (dato subjetivo).

• Pedir a otra persona que recoja los mismos datos cuando no estemos seguros de la revisión que hemos realizado.

• Comprobar que no existen factores transitorios que alteren la precisión de los datos. Por ejemplo, cuando el cliente ha realizado algún tipo de ejercicio puede estar aumentada la frecuencia cardiaca, respiratoria, temperatura corporal, tensión arterial, etcétera.

• Revisar los datos extremadamente anormales o críticos. Por ejemplo, una frecuencia cardiaca de 160 p/m o una tensión arterial de 70/40 mmHg.

• Comprobar la congruencia entre los datos objetivos y los subjetivos. Los datos objetivos y los subjetivos se complementan y apoyan entre sí. Cuando proporcionan información contradictoria o están enfrentados hay que reunir información adicional. Por ejemplo, un paciente adopta una posición corporal de defensa, que se interpreta como una postura dolorosa, aunque afirme que no siente dolor. Como profesional, necesitará más datos para determinar cuál es el problema.

1.4.4 Organización de los datos

En esta fase, la información recogida debe ser organizada de manera que permita al profesional una orientación adecuada de la fase de diagnóstico. Los sistemas más habituales para organizar la información son los patrones funcionales de salud de Marjory Gordon y las necesidades básicas de Virginia Henderson. El marco de los 11 patrones de salud de Gordon ha servido como base para una recogida de datos fiables y válidos, permitiendo disponer de información relacionada con la salud de las personas, su gestión y autocuidado4.

1.4.5 Registro de los datos

El registro constituye una parte muy importante en la etapa de valoración y debe incluir todos los recogidos sobre el estado de salud del paciente. La información debe registrarse de forma objetiva sin interpretaciones ni inferencias3.

Una inferencia es la deducción lógica hecha a partir de la interpretación de los datos. Son juicios subjetivos que están condicionados por los conocimientos, los valores y la experiencia de la enfermera. Las inferencias o juicios deben ir acompañados de los datos que los apoyan. Realizar una inferencia a partir de una información incompleta puede llevar a errores importantes. Por ejemplo, ante un paciente con una diuresis escasa, la enfermera infiere que tiene problemas renales o cardiacos, sin tener en cuenta que ha recibido una cantidad inferior de la sueroterapia prescrita debido a problemas con el funcionamiento de la vía venosa periférica y la pérdida de líquidos por sudoración excesiva, ocasionados por fiebre elevada.

Cómo anotar

• En papel, utilizar siempre tinta permanente, no lápiz, poniendo especial atención a las faltas ortográficas. Escribir con letra clara y legible.

• Tanto en papel como en formato electrónico, no utilizar abreviaturas que no estén aceptadas en el centro donde se desarrolle la actividad, dado que puede ocasionar errores de información. Sintetizar la información y evitar la información superflua e innecesaria, frases largas, confusas y reiterativas.

– Objetividad al escribir. No emitir juicios de valor.

– Tanto en papel como en formato electrónico, reflejar los datos subjetivos del paciente con las palabras que utilizó y «entrecomillando» el texto.

– Especificar claramente los datos que hayan sido aportados por la familia.

– En caso de error en formato papel, se debe hacer constar que se trata de una equivocación y no emborronar el texto para que pueda leerse la frase que se va a corregir: tachar con una línea y marcar con un paréntesis el texto erróneo.

– No ocultar las palabras tachando con bolígrafo ni utilizar líquido corrector.

– En el caso de formato electrónico, dejar reflejada una modificación electrónica de la corrección, indicando los motivos de la misma, que quedará guardada en la evolución de enfermería de la historia clínica electrónica del paciente.

1.5 Diagnóstico enfermero: definición y tipología

Entendemos el diagnóstico enfermero como un «juicio clínico sobre la respuesta de un individuo, familia o comunidad, frente a procesos vitales/problemas de salud reales o potenciales. El diagnóstico enfermero proporciona la base para la selección de las intervenciones enfermeras destinadas a lograr los objetivos de los que la enfermera es responsable»10. Del análisis de esta definición podemos deducir, por un lado, que el diagnóstico enfermero es un juicio clínico, es decir, la extracción de conclusiones basadas en los datos obtenidos a través de la valoración que nos indicarán la necesidad de intervención sobre el patrón valorado. Por otro lado, que es una respuesta de la persona y en torno a un proceso vital. Los procesos vitales pueden estar asociados a cambios biopsicosociales vinculados al desarrollo o a cambios propios de la etapa del ciclo vital, pero también a cambios biopsicosociales producidos por un proceso de enfermedad, es decir, define la respuesta humana de una persona a una enfermedad y no la enfermedad en sí misma. Esta sería una de las pistas esenciales que debemos tener en cuenta para diferenciar entre diagnóstico enfermero y diagnóstico médico.

Esta variabilidad de situaciones a las que nos enfrentamos hace que el juicio clínico enfermero no responda únicamente a una tipología diagnóstica. De esta forma, encontramos cuatro tipos de diagnóstico enfermero:

•Diagnóstico focalizado en el problema/diagnóstico real: «Juicio clínico en relación con una respuesta humana no deseada de una persona, familia, grupo o comunidad, a una afección de salud/proceso vital»10. En la redacción del enunciado diagnóstico siempre se debe proporcionar información sobre características definitorias (manifestaciones, signos y síntomas, que son clave para asegurar la existencia de un diagnóstico real) e información sobre los factores relacionados (factores etiológicos, contribuyentes o antecedentes, que nos proporcionan las causas del problema, por lo tanto, el foco de atención durante la planificación enfermera para la eliminación del problema, en caso de que sea posible).

Etiqueta diagnóstica r/c (relacionado con) factores relacionados m/p (manifestado por) características definitorias.

•Diagnóstico de riesgo (potencial): «Juicio clínico en relación a la vulnerabilidad de una persona, familia, grupo o comunidad para desarrollar una respuesta humana no deseada a una afección de salud/proceso vital»10. La redacción del enunciado diagnóstico siempre debe estar apoyado por factores de riesgo (factores o determinantes que aumentan la vulnerabilidad de la persona a sufrir el problema de salud o dificultad en el desarrollo). Debido a la propia esencia del diagnóstico enfermero, los diagnósticos reales pueden ser transformados en diagnósticos potenciales o de riesgo. Para ello, es necesario tener en cuenta la posibilidad de intervención sobre los factores de riesgo de forma autónoma desde el ámbito de enfermería y la no existencia de características definitorias que demuestren la existencia de un problema real.

Riesgo + etiqueta diagnóstica r/c (relacionado con) factores de riesgo.

•Diagnóstico de promoción de la salud: «Juicio diagnóstico en relación a las motivaciones y deseos de aumentar el bienestar y actualizar el potencial de salud»10. En la redacción del enunciado diagnóstico siempre se debe proporcionar información sobre las características definitorias. En el caso de los diagnósticos de promoción de la salud, las características definitorias serán la expresión manifiesta del deseo para mejorar comportamientos o situaciones de salud. Por lo tanto, para el establecimiento de este tipo de diagnósticos, la iniciativa debe partir de la persona o la búsqueda proactiva de situaciones y momentos destinados a la promoción de la salud.

Disposición para mejorar + etiqueta diagnóstica m/p (manifestado por) características definitorias (expresión del deseo de mejorar).

•Síndrome: «Juicio clínico que describe un grupo específico de diagnósticos enfermeros que ocurren juntos y que se abordan mejor juntos a través de intervenciones similares»10. En la redacción del enunciado diagnóstico de los síndromes siempre se debe proporcionar información sobre las características definitorias, que serán dos o más diagnósticos de enfermería. Mientras que los factores relacionados solamente son necesarios cuando aportan información al enunciado y claridad a la etiqueta diagnóstica. Del mismo modo, no será necesaria la inclusión de factores relacionados cuando la causa del síndrome sea un diagnóstico médico o cuando el factor relacionado forme parte de la etiqueta diagnóstica.

Síndrome + etiqueta diagnóstica r/c (relacionado con) factores relacionados (siempre que no se incluyan en la etiqueta diagnóstica) m/p (manifestado por) características definitorias (dos o más diagnósticos enfermeros).

Adicionalmente a los cuatro tipos de respuestas humanas sobre los que podemos incidir de forma autónoma, nos podemos encontrar con situaciones en las que se precise la intervención de otros miembros de los equipos asistenciales para la resolución del problema. Siguiendo la terminología propuesta por Lynda Carpenito11, hablaremos de problemas interdisciplinares como una intersección entre los campos médico y enfermero en referencia a «ciertas complicaciones fisiopatológicas que las enfermeras vigilan para detectar su aparición o cambios de estado»11. Siguiendo con la definición de esta autora, podemos abordar estos problemas a través de intervenciones prescritas por los profesionales de la medicina o por medio de intervenciones enfermeras enfocadas a la valoración, el control o la minimización de las complicaciones11.

1.6 Comprendiendo la metodología enfermera como un proceso

Tras la asignación de un paciente, necesitamos utilizar un método de trabajo ordenado y sistemático centrado en la resolución de los problemas de salud. Es decir, que nos permita realizar cuidados enfermeros de forma sistematizada y congruentes, tanto con nuestro marco de trabajo como con la visión de la salud del paciente.

1.6.1 Juicio diagnóstico: valoración y diagnóstico enfermero
Valoración

Nota metodológica: Entendiendo los patrones funcionales de salud.

Para M. Gordon, los patrones de salud pueden ser funcionales, disfuncionales o potencialmente disfuncionales9.

Un patrón funcional implica salud y bienestar, tanto desde el punto de vista biológico y funcional como desde la perspectiva individual y comunitaria. Por lo tanto, hablaremos de patrón funcional cuando permita o favorezca el máximo estado de bienestar individual y colectivo desde la visión del usuario.

Los patrones disfuncionales, por su parte, describirán la existencia de problemas reales, es decir, comportamientos no saludables o datos que alejen al usuario de la situación basal fisiológica asociada a los condicionantes individuales de cada persona, basada en los estándares establecidos por la bibliografía. Un patrón disfuncional pone en riesgo el funcionamiento global de la persona.

Los patrones de salud potencialmente disfuncionales describen factores de riesgo que predisponen a padecer un problema real. Aunque no existen datos que evidencien el problema, el no abordaje directo de los determinantes de vulnerabilidad puede derivar en patrones disfuncionales y, por lo tanto, en problemas reales9.

Diagnóstico enfermero

Aunque durante la fase de valoración se realiza un análisis de los datos para la organización y delimitación de las dimensiones de la persona que presenta alteraciones funcionales o factores etiológicos o de riesgo, que dificultan la consecución de su máximo estado de bienestar y potencial, es durante el proceso diagnóstico cuando se aplica el pensamiento crítico en toda su esencia. Pues es el momento de establecer enunciados sobre las respuestas humanas que condicionarán el plan de cuidados a desarrollar durante la relación con el usuario. Este proceso requiere de pericia, entrenamiento y conocimiento tanto del proceso diagnóstico como de la taxonomía a utilizar.

Tras la realización de la valoración enfermera, siguiendo el modelo utilizado de los patrones funcionales de Marjory Gordon, llega el momento de identificar problemas de salud, estados de riesgo, buena disposición hacia las actividades de promoción de la salud o fortalezas y debilidades para orientar la atención de enfermería. En pocas palabras, llega el momento de realizar el diagnóstico enfermero. Para ello, partiremos del estado de los patrones funcionales de salud:

Cuando nos encontramos patrones disfuncionales, podemos proceder mediante dos tipos de diagnósticos: reales y síndrome. En cualquiera de los casos:

Seleccionaremos la etiqueta diagnóstica que dé respuesta a la alteración del patrón. En la taxonomía NANDA-I, las etiquetas diagnósticas son enunciados genéricos que no pueden entenderse sin el resto de componentes diagnósticos. Por lo tanto, para la redacción completa del diagnóstico es preciso apoyarse en los componentes necesarios según el tipo de diagnóstico. Por otro lado, en ocasiones es complejo discernir entre una o más etiquetas diagnósticas, bien por desconocimiento de la definición o bien por la similitud entre ellas. Para solucionar esta disyuntiva es necesario leer y comprender la definición que acompaña a cada etiqueta en la taxonomía.

Nota metodológica: Elección de la etiqueta diagnóstica; importancia de la definición.

Las siguientes etiquetas diagnósticas «Mantenimiento ineficaz de la salud» y «Gestión ineficaz de la salud» pueden dar lugar a confusión y a una incorrecta interpretación de las situaciones que cubren. Cuando especificamos el foco de atención a través de sus definiciones podremos apreciar que: [00099] Mantenimiento ineficaz de la salud responde a una incapacidad para identificar, gestionar o buscar ayuda para mantener el bienestar13. Mientras que [00078] Gestión ineficaz de la salud responde a un patrón de regulación e integración en la vida diaria de un régimen terapéutico para el tratamiento de la enfermedad y sus secuelas que no es adecuado para alcanzar los objetivos de salud específicos10. Por lo tanto, la información esencial para decidirnos por una u otra etiqueta reside en la existencia de un régimen terapéutico previo.

Una vez establecida la etiqueta determinamos los factores causantes del problema. Los datos (objetivos o subjetivos) causantes de disfunciones en los patrones de salud pasarán a ser los factores relacionados de las etiquetas diagnósticas. Por lo general, los factores relacionados describen patrones conductuales, acciones o circunstancias que ponen o han puesto en riesgo la salud de la persona.

Nota metodológica: Recomendaciones esenciales para trabajar con los factores relacionados y factores de riesgo en la taxonomía NANDA-I.

• Como ocurre en las etiquetas diagnósticas, algunos enunciados son genéricos y precisan ser especificados con datos asociados a nuestro caso en particular. Por ejemplo, para el diagnóstico «trastorno del patrón del sueño» uno de los factores relacionados recomendados por NANDA-I es «barreras en el entorno». Si especificamos en la redacción diagnóstica cuáles son dichas «barreras», estaremos favoreciendo la comprensión global del propio diagnóstico y facilitando el proceso posterior de planificación.

• Durante la formulación de los diagnósticos enfermeros debemos asegurarnos de que los componentes diagnósticos pueden abordarse, paliarse o solucionarse mediante intervenciones y actividades enfermeras. En este sentido, la taxonomía NANDA-I en la edición de 201810 ha incluido dos nuevos componentes diagnósticos para ayudar a la precisión diagnóstica. En ediciones anteriores, podíamos encontrar factores relacionados sobre los que las enfermeras no podían actuar de forma independiente o simplemente no eran modificables. Desde esta edición, estos factores etiológicos han pasado a llamarse «población de riesgo» en referencia a «grupos de personas que comparten una característica que hace que sean susceptibles a una respuesta humana particular» y problemas asociados en referencia a «diagnósticos médicos, heridas, procedimientos, dispositivos médicos o agentes farmacológicos». Si bien, estos dos nuevos componentes no aparecen de forma explícita en la formulación diagnóstica, puesto que no son modificables de forma autónoma, y podemos utilizarlos para mejorar la precisión diagnóstica.

Por último, es el momento de determinar las manifestaciones que evidencian la existencia de un problema real, que podrán ser datos objetivos o subjetivos derivados de la valoración enfermera por patrones y por la exploración física de la persona. En el caso concreto de los diagnósticos de síndrome responderán a un grupo de dos o más diagnósticos enfermeros que aparecen de forma conjunta asociados a una misma etiología.

Cuando nos encontramos con patrones potencialmente disfuncionales, debemos proceder mediante diagnósticos de riesgo.