Manuscritos grabados a base de Motorola en los Confines de la Isla Esmeralda - Javier Ignacio Olaberría - E-Book

Manuscritos grabados a base de Motorola en los Confines de la Isla Esmeralda E-Book

Javier Ignacio Olaberría

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Beschreibung

"Javier nos regala una gama de sabores (dice el poeta y prologuista Eric Wyllie): cuando ingresamos con él a un pub de la isla esmeralda, y podemos palpar la barra del bar en la que estamos apoyados, disfrutando de una maravillosa cerveza negra, o un whisky, uno se puede encontrar consigo mismo; el libro pasa a ser como una voz en off que nos sigue relatando la aventura, mientras nosotros mismos vivimos la experiencia del "héroe". Podemos sentir el efecto embriagador de esas bebidas, escuchar el folk irlandés o hasta la voz del bartender como si nos hablara en persona, ¡eso es lo que logra Javier con su libertad a la hora de escribir!: la naturaleza que envuelve al libro hace transportarnos a él, y, por momentos, somos la compañía del autor; otras, ¿por qué no? extras y testigos de su aventura. Pero ojo: en ocasiones también podemos estar con la adhesión de la melancolía, de la extrañeza; estar solos pero sin dejar de estar viviendo mágicos momentos de silencio que hasta son interrumpidos con geniales locuras como la de entablar una conversación con una gaviota carroñera en pleno desierto pandémico. (…) Las palabras de estos manuscritos recorren solas por nuestro interior gracias a la naturaleza de su escritor: fluyen, andan libres, bellas; jugando con matices de colores, sabores, lugares, sentires, personas; palabras que juegan con nuestra manera de pensar, oraciones que nos llegan a nuestro ser. Un libro para disfrutar gracias a la magia del querido Javier Ignacio."

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Seitenzahl: 121

Veröffentlichungsjahr: 2021

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JAVIER IGNACIO OLABERRÍA

Manuscritos grabados a base de Motorola en los Confines de la Isla Esmeralda

(Libro de Crónicas)

Olaberría, Javier Ignacio

Manuscritos grabados a base de Motorola en los Confines de la Isla Esmeralda : libro de crónicas / Javier Ignacio Olaberría. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores del Mundo, 2021.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-4947-30-7

1. Narrativa Argentina. 2. Crónicas. I. Título.

CDD A863

EDITORIAL AUTORES DEL [email protected]

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723Impreso en Argentina – Printed in Argentina

A la memoria de mi ídolo: Diego Armando Maradona,Y de mi amigo: Martín Vega(dos Cracks del futbol, la buena risa, y la generosidad).

“So shut up, live,Travel, adventure, bless,And don´t be sorry”

(Jack Kerouac – Desolation Angels)

Prólogo

No hay nada más hermoso para un ser humano que la sensación de libertad, esa misma que sintió el autor al emprender un viaje en el que buscó darle comienzo a una nueva vida para, luego, con su prosa, poder llevarnos en la aventura con él y así recorrer un sinfín de bellos caminos e imprevistas dificultades.

Esa sensación de libertad ya se logra percibir desde las primeras palabras, y aunque se enrede con diferentes obstáculos, aún así, se sigue expresando en toda su literatura. Javier dibuja sus letras con total voluntad; nos cuenta lo que realmente siente con soltura, y el libro así fluye: cada palabra, cada párrafo, cada crónica corre naturalmente cual si fuera un rio. Es así como lo sentimos: como uno de los tantos paisajes que nos describe en su libro.

Los manuscritos tienen los matices de un excelso pintor; escritos con la maestría del autor, porque, con solo leer, caminamos por calles, visitamos parques, lugares, y lo hacemos con la compañía de la descripción perfecta del aventurero: apreciamos los colores del día, podemos verlos, podemos sentir el frio o la falta del abrazo del sol en un lugar que no conocemos, pero que, después de leer esto, ya no podríamos decir lo mismo. La sensación de haber caminado por esas calles lo hacen a uno dudar si estuvo o no en ese lugar.

Javier nos regala una gama de sabores: cuando ingresamos con él a un pub de la isla esmeralda, y podemos palpar la barra del bar en la que estamos apoyados, disfrutando de una maravillosa cerveza negra, o un whisky, uno se puede encontrar consigo mismo; el libro pasa a ser como una voz en off que nos sigue relatando la aventura, mientras nosotros mismos vivimos la experiencia del “héroe”. Podemos sentir el efecto embriagador de esas bebidas, escuchar el folk irlandés o hasta la voz del bartender como si nos hablara en persona, ¡eso es lo que logra Javier con su libertad a la hora de escribir!: la naturaleza que envuelve al libro hace transportarnos a él, y, por momentos, somos la compañía del autor; otras, ¿por qué no? extras y testigos de su aventura. Pero ojo: en ocasiones también podemos estar con la adhesión de la melancolía, de la extrañeza; estar solos pero sin dejar de estar viviendo mágicos momentos de silencio que hasta son interrumpidos con geniales locuras como la de entablar una conversación con una gaviota carroñera en pleno desierto pandémico.

La pluma del autor es una extensión de lo que escribe su alma y lo que está sintiendo en ese momento. Javi es auténtico, con ese humor genuino que lleva en la sangre, como su bondad y como sus decisiones en la vida; un ser tan armónico como la música que se escucha en el libro.

Las palabras de estos manuscritos recorren solas por nuestro interior gracias a la naturaleza de su escritor: fluyen, andan libres, bellas; jugando con matices de colores, sabores, lugares, sentires, personas; palabras que juegan con nuestra manera de pensar, oraciones que nos llegan a nuestro ser. Un libro para disfrutar gracias a la magia del querido Javier Ignacio.

Eric Wyllie

Lincoln, Febrero de 2021

Ezeiza (Buenos Aires), 29 de Septiembre de 2019

Hasta pronto Buenos Aires

...The traveller awaits the morning tideHe doesn’t know what’s on the other sideBut something deep inside of himKeeps telling him to goHe hasn’t found a reason to say no…

(The Alan Parsons Project – Days are Numbers)

Ya estoy en zona restringida. Entre perfumes importados, chocolates suizos, whiskys de distinguida variedad y aviones en vísperas de despegue del otro lado de la ventana para volar quién sabe a dónde. Ya he estado aquí más de una vez: con esa tranquilidad y distracción que provoca la certeza de que uno se va a disfrutar y a volver descansado, o bronceado, al mismo espacio que sabe lo va estar esperando. Puedo asegurar que la sensación de hoy es totalmente distinta. Un conocido boxeador dijo alguna vez que el momento en el que suena la campana es el pase total (de a la compañía) a la soledad más absoluta. No miento si digo que recién, al cruzar migraciones, me acordé especialmente de ese pugilista.

Los que me acompañaron hasta el aeropuerto son mi papá y mi mamá: la prueba irrefutable de que soy un tipo extremadamente rico. Despedirlos fue tan duro como despedir a mi querido amigo José María (alias Mariana Fabiani). Darle un abrazo significó mucho más que despedirme de él. Significaron muchas cosas... Y cuando digo cosas digo…

–… rutina.

–Digo días y noches de estudio.

–Digo trabajo, logros.

–Digo frustraciones, vagancia.

–Digo superación y responsabilidad.

–Digo alegrías. Digo tristezas.

–Digo café sin azúcar con dos medialunas de grasa en la biblioteca parlante de la facultad.

–Digo asados.

–Digo amigos que estuvieron, amigos que se fueron y “amigos” que nunca lo fueron.

–Digo despedida dolorosa de amoríos que tuve y frustraciones de amoríos que quise tener pero no tuve la suerte.

–Digo convivencia con compañeros de trabajo que me caían mal. Digo convivencia con compañeros de trabajo que fueron entrañables.

–Digo ignorancia, aprendizaje.

–Digo avenidas Santa Fe, Corrientes, Plaza de Mayo. Digo Las Cañitas, Pasco y Alsina, Ateneo Grand Splendid.

–Digo caminatas, lecturas, encierro.

–Digo fútbol con algunos amigos, bares, pintas de cerveza con maní y mucho mucho rock and roll.

–Digo recitales, cine.

–Digo Racing con las visitas de mi viejo.

–Digo citas en aplicaciones virtuales con mujeres elegantes, con mujeres parcas y alguna que otra de interesante sensualidad.

–Digo música, digo yerba Rosamonte y La Tranquera.

–Digo abogacía. Digo 18 años...

¡Digo Buenos Aires!

Pero tranqui. Que no me voy a la guerra. Más bien a una aventura en la tierra del Ulises. De Óscar Wild y Bernard Shaw. De Daniel Day Lewis. De los duendes y de ese famoso santo patrono cervecero. Un lugar desconocido que, espero, ayude a conocerme. Tengo algo de melancolía y susto, es cierto; pero puedo asegurar que nunca jamás me sentí tan libre.

Ya es hora de embarcar. Gracias por todo

¡Hasta pronto!

Viernes 4 de octubre de 2019

¡You´re welcome!

Voy por mi segunda Guinnes del día en un Pub llamado Quay’s Bar. Es viernes y hace justo cuatro días que aterricé en suelo irlandés. Al momento creo haberme encontrado con el mismo lugar que imaginé venir a buscar. Su colorido es complejo: hay un cielo de constantes nubes espesas que van desde el blanco total, pasando por un gris claro y terminando en uno bien oscuro. Al sol lo vi nada más que cuatro horas. Los caminos y calles, al menos desde mi barrio en Dublin 9 hacia el centro, parecieran estar sobre colinas que los hacen subir, bajar, después tener unas cuadras de llanura y luego volver a subir y a bajar. Cuando salgo de mi casa y camino hacia la zona del Río Liffey por la avenida que suelo utilizar para no perderme, logro ver a lo lejos una especie de meseta color verde pasto que sube como tratando de volverse montaña pero terminando por ser nada más que un relieve. Aún no fui, pero calculo que se debe tratar de ese Park en el que abundan venados ¿o eran ciervos? ¿o cervatillos? ¡bambies!... No sé... ese animal que los dibujos animados describen siempre como buenos, elegantes y masticadores de hojas y plantas.

En estos primeros días estoy conviviendo con cuatro mexicanos (Sebastián, Esteban, Jaime y Óscar) más una chica de Bolivia (Pamela). Jaime parece ser el más serio a simple vista, pero luego de un rato de confianza muestra su simpatía y sensibilidad. Esteban y Sebastián son muy divertidos y bien futboleros; y Óscar, renegadamente gracioso. Ella, Pamela, fue la primera persona en Irlanda que me consiguió una entrevista de trabajo. Creo haber coincidido con buena gente.

Como aún no logré terminar con todos los trámites que necesito para poder comenzar a trabajar de forma legal, aproveché la demora de las citas administrativas, y del tiempo que me tardará conseguir un trabajo, para caminar un poco por la ciudad. Por momentos, Dublin me parece una Londres en miniatura, sin tanto lujo, es cierto; pero con ese estilo británico que le ha quedado por su idiosincrasia de ex país del Reino Unido, aunque, eso sí: con un toque más de mística y rebeldía. Lo más atractivos son los bares; mejores, incluso, que los ingleses que he podido conocer en la “capital pirata”. En casi todos hay algún cantante (uno, dos o más) haciendo algún cover con sus guitarras: cuando escribí el primer renglón de esta novela, un rubio platinado en vísperas de quedar pelado estaba cantando “Don’t look back in anger” de Oasis con todo el coro de la gente que se apoya en la barra y que golpea en las mesas al ritmo de la música. ¿”La alegría es solo brasilera”? Aunque aquí abunden las nubes, la lluvia y el frío, esto prueba que no es cierto.

Ahora me toca disfrutar un poco. Juego a ser turista por unos días. Pero tampoco olvido que en mi cabeza no hay preocupación mayor que conseguir un trabajo lo antes posible. Ya supe ser turista en Europa y esa no fue la proa del avión que me trajo hasta aquí. Sé que en mi nuevo horizonte posa otro tipo de sol y que sus rayos enfocan una meta algo más lejana. Algunos la llaman experiencia, otros pocos “nueva vida”. Yo prefiero llamarla: Dublín.

–¡Hey, Boss! Can you give other Guinnes??

–¡Yes, Dude!

–Thanks, man.

–¡You´re welcome!

Sabado 5 de octubre de 2019

Los Bambies de Phoenix Park

Arranqué el día algo triste. Iba a encontrarme con un español; un andaluz que en los audios de WhatsApp me recuerda, por su acento, a esos hinchas del Badajoz que eran entrevistados por Diego Korol en aquellos últimos años de la década del ‘90 en que Marcelo Tinelli había comprado un club de esa ciudad. Escucharlo es divertido, su manera de hablar es una mezcla de español madrileño con ese tono provinciano argentino que, en vez de pronunciar la “s”, para facilitar y agilizar la velocidad del diálogo, alarga las últimas vocales de las palabras que terminen con esa consonante. Según tengo escuchado, al menos en algunos paisanos de Argentina, eso se debe a que a los italianos, cuando trataban de adaptarse al idioma castellano en sus primeras generaciones como inmigrantes, les resultaba menos trabajo alargar las últimas vocales: les era más fácil usar el “¿cómo andaaa’?”) que el “¿Cómo andás?”. Evidentemente la “S” les resultaba un plomo. Nunca supe si esto que cuento es cierto o no es más que un mito, pero de lo que no tengo la más mínima idea es sobre cuál podrá llegar a ser el motivo por el que los de Andalucía también se las comen (¡a las “S’s”, claro!).

Cuando estaba yendo a encontrarme con él, luego de que termine el partido en el que Los Pumas perdieron por paliza con la selección de Inglaterra en la copa del mundo de Japón, me mandó un mensaje diciendo que no vaya hoy porque la entrevista se había suspendido. El motivo de la cita era ver si yo me quedaba con el trabajo que él está por dejar. Estaba muy ilusionado con el hecho de que ya iba a tener algo como para hacer y de que iba a poder estar cobrando un dinero a fin de semana o de mes y así dejar de seguir gastando la ´pa$ta´ que traje; ´pa$tita´ que, temo, se me termine pronto. Además me es necesario trabajar para mantener la mente ocupada en algo: eso me mantendría lucido, y, lo más importante, no me quedaría mucho tiempo para deprimirme: mi ex psicóloga una vez me dijo “Javier, tratá de mantenerte siempre ocupando la cabeza en algo; vas a ver que la tristeza se va sin que te des cuenta”. Tomé el consejo, así que para no desperdiciar el día ¡ni bajonearme!, pensé que sería buena idea ir a conocer el Parque de Phoenix, una de las atracciones turísticas que aparecen como los primeros diez lugares que se deben conocer en esta ciudad.