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Martín Tominejo es el único niño con alas de su barrio, de su ciudad y se cree que del mundo entero. Martín se divierte volando con sus amigas las aves, aunque sus alas, en algunas ocasiones, le causan problemas y tiene que soportar la envidia de su vecino Emiliano, quien también quiere volar. Pero al final, Martín y Emiliano descubrirán que a través de la amistad se pueden vencer todos los obstáculos.
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Seitenzahl: 26
Veröffentlichungsjahr: 2022
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Pérez Gaviria, Lina María, 1949-
Martín Tominejo / Lina María Pérez Gaviria ; ilustraciones
Verónica Chaves. — Bogotá : Panamericana Editorial, 2006.
60 p. : il. ; 21 cm. — (Colección corcel)
ISBN 978-958-30-1976-0
1. Cuentos infantiles colombianos 2. Aves – Cuentos infantiles
3. Alas – Cuentos infantiles I. Chaves, Verónica, il. II. Tít.
III. Serie.
I863.6 cd 19 ed.
AJF3782
CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango
Martín Tominejo
Tercera reimpresión
Primera edición, marzo de 2006
© Lina María Pérez Gaviria
© Panamericana Editorial Ltda.
Calle 12No. 34-30,Tel.: (57 601) 3649000
Fax: (57 601) 2373805
www.panamericanaeditorial.com
Bogotá D. C., Colombia
ISBN DIGITAL: 978-958-30-4463-2
Prohibida su reproducción total o parcial,
por cualquier medio, sin permiso del Editor.
Editor
Panamericana Editorial Ltda.
Edición
Diana López de Mesa Oses
Ilustraciones
Verónica Chaves Morales
Diagramación y diseño de carátula
Claudia Margarita Vélez Gutiérrez
Lina María Pérez Gaviria
Martín Tominejo
Ilustraciones
Verónica Chaves Morales
Cuando eran pequeñas, Catalina y Cristina se asombraron de una vez y para siempre con los pájaros. A ellas, y a todos los niños y niñas que saben que los pájaros iluminan el mundo con sus cantos, les entrego esta historia.
Lina María
9
Todas las mañanas, la familia Corales despierta con el alboroto de los pájaros. El árbol de roble, plantado en el centro del jardín, esconde nidos de miles de aves de muchas clases y de todos los co-lores que uno pueda imaginar. ¡Hay tantos pájaros en el mundo! Sus nombres parecen trabalenguas, son divertidos y sonoros.
Trinos y silbos... graznidos y cacareos... gorjeos y cantos... las crías con su pío pío... arriba un qui-quiriquí, abajo un cocorocó...
Doña Paloma, desde que se levanta, mira muy atenta a los pájaros. Le gusta ver cómo se desperezan. La conmueven
sus comportamientos y su manera de actuar. Ella piensa que los pájaros tienen sentimientos y emociones. ¡Son tan parecidos a los de las personas!
Su esposo protesta:
—¡Qué escándalo el de esos pajarracos!
—Deja el mal genio a un lado, Florencio. Solo esperan el desayuno.
—¡Yo también tengo hambre!
—Ten un poco de paciencia.
Ella, sonríe como una gaviotayse pone a mirar a su hijo, en la tarea diaria de alimentar las aves con granos de trigo y gelatina de moras.
Para doña Paloma, como para todas las mamás, su hijo es maravilloso. Y este, ¡sí que lo es! Martín Tominejo es un niño distinto a todos. Un niño con alas. Tal vez el único del barrio, de la ciudad, del país,
y se cree que del mundo entero. Volar, para él, es su mayor felicidad. Sentado sobre una nube le gusta ver a su mamá en el jardín. Ella, romántica como las becadas, cuida todos los días su árbol de roble con sus miles de pájaros.
Martín Tominejo tuvo dificultades con sus alas des-de que nadaba en el vientre de su mamá. Oía desde allí