Más allá del mindfulness - Andrew Holecek - E-Book

Más allá del mindfulness E-Book

Andrew Holecek

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"En estas páginas, Andrew Holecek, un practicante de meditación de más de 45 años, describe su experiencia en un retiro de tres años en un monasterio tibetano y cómo este entrenamiento le permitió desarrollar una comprensión más profunda de la meditación y su capacidad para transformar la vida. Se centra en la necesidad de ir más allá del mindfulness y explorar prácticas más avanzadas para enfrentar los desafíos de la vida cotidiana, por ejemplo, cuando nos sentimos abrumados, o con dudas, o cuando estamos atravesando momentos especialmente difíciles. El autor aborda temas como la transformación de la conciencia, la apertura del corazón y la aplicación de la meditación en la vida diaria. También destaca la importancia de compartir estas prácticas con el mundo para abordar los desafíos globales y promover un cambio positivo."

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Seitenzahl: 292

Veröffentlichungsjahr: 2025

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Has aprendido a meditar, practicas con regularidad, pero ¿qué hay más allá?

La atención plena es solo el comienzo y, en estas páginas, el Dr. Andrew Holecek guiará tu viaje interior al siguiente nivel, uno mucho más profundo y trascendental.

Con recursos útiles y consejos accesibles, tanto para principiantes como para avanzados, aprenderás a expandir la práctica que ya dominas, sortear los desafíos y descubrir nuevas perspectivas con simples pero poderosas técnicas.

A través de un enfoque equilibrado entre la tradición y la ciencia, además de métodos innovadores que integran el cuerpo, los sueños y los estados sutiles de la conciencia, lograrás descubrir las maravillas de tu ser.

Deja que las dimensiones de tu mente y corazón se revelen, y avanza con mayor claridad en tu práctica espiritual.

Andrew Holecek es un autor reconocido que enseña a nivel internacional sobre espiritualidad, meditación, sueños lúcidos y el arte de morir. Ha estudiado yoga del sueño, yoga del bardo y otras prácticas tradicionales en India y Nepal.

Entre sus libros se encuentran Dreams of Light, Dream Yoga y Reverse Meditation. Su trabajo ha sido publicado en Psychology Today, Parabola, Lion’s Roar, Tricycle, Buddhadharma, Utne Reader, Light of Consciousness y muchas otras revistas.

Es anfitrión del pódcast Edge of Mind, donde conversa con pensadores de vanguardia sobre ciencia, filosofía, espiritualidad, psicología, estudios integrales y artes. También es fundador de la comunidad Night Club, una plataforma de apoyo para meditaciones nocturnas. Tiene estudios en música clásica, biología y un doctorado en cirugía dental.

Conoce más en andrewholecek.com.

Para Derek y Frank John, que brindan esperanza para el futuro.

Deja de mirar el cielo a través de un popote.

Lama Surya Das

Índice

IntroducciónCómo leer este libroCapítulo 1. La conciencia plena y las basesLados sombríosLa maravilla del todoEl desafío del todo¿Entrenamiento o descubrimiento?Meditación exitosaCapítulo 2. Meditación perceptivaLa promesa y el peligro de la absorciónMi historiaMeditación analíticaCuestionamiento abiertoRegresar a la percepciónLa meditación no es un calmanteEl mapa no es el territorioCapítulo 3. Abrir tu corazónMeditación mettāBocados de meditaciónSesión de meditación de una sola respiraciónCorazón abiertoTonglenCapítulo 4. El cuerpoDespertar internamenteMeditación integralEvita la catástrofeMeditación antiquejasMeditación en movimientoCapítulo 5. Apoyo externoTerapiaMaterialismo espiritualLa mente inconscienteComunidadCapítulo 6. Conciencia abiertaEspacioInstrucciónPensamiento no dualistaEmpoderamientoEl deleiteCapítulo 7. Las meditaciones inversas¿Por qué inversas?Reconsiderar el cuerpoLa instrucciónLos siguientes pasosNo dualLa experiencia perfectaPara terminarDonde hay confianza, hay ecuanimidadMi prácticaCapítulo 8. Las meditaciones nocturnasSueño liminalPercepción liminalLa práctica del sueño liminalSueño lúcidoLos beneficios del sueño lúcidoLa práctica del sueño lúcidoYoga de los sueñosLuz que emergeLos beneficios espirituales del yoga de los sueñosYoga del dormir y yoga del bardoCapítulo 9. Las maravillas de la menteLa mecánica de la felicidadFelicidad fortuitaLa mente del resultado finalUna menteNotas

 

 

Introducción

La revolución de la conciencia plena o mindfulness está en auge. Incontables personas, desde científicos, académicos y trabajadores de la salud mental hasta el practicante promedio, buscan sus beneficios. Yo soy una de esas personas. Durante más de 45 años he practicado la meditación de conciencia plena y he cosechado sus extraordinarias recompensas.1

Cada día lo comienzo y termino con meditación, participo en retiros anuales y la enseño por todo el mundo. Hace 20 años mi pasión por este arte antiguo me llevó a un retiro tradicional budista tibetano de tres años, lo que aún es el suceso más transformador de mi vida.

No era el típico retiro de tres años diseñado para monjes, sino un innovador programa de cinco años desarrollado para el occidental moderno, que alternaba un año de retiro en soledad con uno de regreso al mundo. Fue una manera brillante de mezclar la meditación con la vida y extender la mente meditativa más allá del retiro. Pero esos cinco años no fueron fáciles. La disciplina feroz hizo que esos mismos cinco años de estudios doctorales fueran una vergüenza.

Durante los años de estricto retiro, practiqué la meditación 14 horas al día e incluso dormía sentado en la caja de meditación tradicional. Este contenedor novedoso, que llegué a llamar “el ataúd del ego”, es un apoyo efectivo para la práctica de las meditaciones nocturnas (descritas en el capítulo 8).

El retiro proporcionó el entrenamiento sistemático, desarrollado durante miles de años por algunos de los más grandes contempladores del mundo, para entrar en una especie de retiro vitalicio en medio de la vida diaria.

Era como ir a una universidad de meditación. Tomé “cursos” extensos en docenas de tipos de meditaciones que me permitieron descubrir dimensiones de la mente y del corazón que no sabía que existían. Los años de descanso fueron igual de fructíferos porque me dieron la oportunidad de estabilizar e incorporar las prácticas y prepararme para el próximo año.

Ese mismo tiempo también me mostró las limitaciones del retiro, los muchos “enemigos cercanos” de la práctica meditativa profunda y lo fácil que es deslizarse hacia el “bypass espiritual”. Este término fue acuñado por el psicólogo John Welwood y se refiere a cómo podemos usar la meditación y la espiritualidad para eludir los desafíos de la vida cotidiana.2 Si no tenemos cuidado, la meditación puede convertirse fácilmente en una evasión sutil.

Salí del centro de retiro, llamado Sopa Chöling (traducido literalmente como “lugar del dharma de la paciencia” o “lugar del dharma de la tolerancia”), con lágrimas de gratitud por la magnitud de lo que se me había dado.3 A medida que mi buena fortuna se hacía evidente mientras aún estaba en el retiro, me decía: ¡Debería haber miles de personas formadas para hacer este entrenamiento!

Un retiro de tres años se realiza tradicionalmente en silencio, aislado del mundo y controlado por docenas de votos monásticos. Al afeitarme la cabeza y ponerme túnicas, me entregué a una disciplina que se honra en el tiempo. Se aconseja acertadamente a los participantes que mantengan discreción sobre lo que sucede en el retiro y practiquen la humildad. La meditación intensa es un asunto privado, que debe mantenerse en la familia. Como se advierte en la tradición taoísta: “El que sabe no habla; el que habla no sabe”.

Aunque respeto profundamente este enfoque tradicional y he honrado este contrato no verbal durante los últimos 20 años, también creo que es posible compartir parte de esta tecnología meditativa con un mundo conquistado por el materialismo y el consumismo. De lo contrario, ¿cuál es el propósito de la práctica meditativa?, ¿mejorar fuera de la realidad?, ¿seguir tu dicha hacia estados celestiales mientras el resto del mundo se va al infierno?

Si no podemos tomar estas notables herramientas meditativas y aplicarlas a un mundo tan necesitado y desesperado, la meditación se convierte en una forma insidiosa de escape y en un grave caso de bypass espiritual. Se vuelve cada vez más irrelevante en un mundo que está en llamas.

Un retiro de tres años es secreto por naturaleza, pero no en espíritu. El espíritu de participar en esta intensa formación implica salir y ayudar al mundo. Das un paso atrás para trabajar en ti mismo antes de avanzar para beneficiar a los demás.

Soy muy consciente de la pendiente resbaladiza al hablar de esta manera y que, al profesar honor a los códigos tradicionales del silencio y la necesidad de humildad, me confiero autoengradecimiento y proclamo autoridad. Así que, aunque honro las tradiciones y respeto el código de silencio, debo reconocer que, en la actualidad, vivimos en tiempos no tradicionales.

Si los practicantes contemplativos no dan un paso para compartir las tecnologías internas que pueden cambiar el mundo, las tradiciones, como la civilización misma, pueden extinguirse.4 Esta compartición ya está ocurriendo. Algunas de las meditaciones que se ofrecen en este libro entran de manera discreta en el dominio público, pero no conozco ni un solo volumen que las reúna todas mientras proporciona una crítica constructiva de la revolución de la conciencia plena.

Mi punto de inflexión llegó cuando finalmente comprendí la incómoda verdad de que este planeta y todos los que lo habitan están en serios problemas.5 Si no despertamos individual, y luego colectivamente, el Homo sapiens se convertirá en una de las 95 % de las especies que históricamente se han extinguido.

Se dice a menudo que el mayor problema en esta era moderna es que tenemos tecnologías sin rival y con un poder inimaginable, pero un nivel de conciencia que no corresponde a ese poder.

Las tecnologías se utilizan entonces para hacer daño a otros y abusar del planeta, lo que equivale a suicidarse. Las tecnologías meditativas que las contrarrestan y que se ofrecen en las siguientes páginas se diseñaron para nutrir esa consciencia correlativa para que podamos utilizar la tecnología convencional con una inteligencia igual a su poder.

Nuestro estatuto en este libro está, por lo tanto, dividido en tres: celebrar el poder de la conciencia plena y señalar sus limitaciones; familiarizarte con las meditaciones que se basan en la conciencia plena y abordan la pregunta “¿y ahora qué?”, y hacer todo esto para ayudar a otros y al frágil planeta que compartimos.

Cómo leer este libro

Durante los últimos 10 años he escrito siete libros, todos en torno al tema central de la meditación.6 Hay una introducción a la meditación, un volumen sobre la promesa y el peligro de la práctica espiritual profunda, un libro sobre cómo trabajar con el dolor físico y emocional, tres libros sobre meditaciones que puedes hacer mientras duermes y sueñas, y uno más sobre meditaciones que te preparan para la muerte.

El propósito del libro que ahora tienes en tus manos no es ofrecer una mirada exhaustiva a todas estas prácticas, sino proporcionar un panorama de lo que es posible en el mundo de la meditación e introducirte a las maravillas de tu propia mente.

Aunque se trata de un panorama, este libro no es superficial. Las notas al final ofrecen un mayor contexto para quienes deseen profundizar. Si eres nuevo en la meditación, te recomiendo que por ahora pases de largo estas referencias y regreses a ellas en una segunda lectura. El corazón de este libro implica ir más lejos y más profundo, por lo que cada lector deberá encontrar sus niveles de comodidad respecto a cuán lejos desea llegar.

Para honrar la profundidad y el matiz de la conciencia plena, comenzaremos por examinar la terminología que suele utilizarse y nos aseguraremos de que todos estemos en la misma sintonía. ¿Qué son exactamente la conciencia plena, la consciencia y la meditación perceptiva, por ejemplo? [En este libro se usará el término “conciencia plena” para lo que en inglés se define como “mindfulness”, y el de consciencia para “awareness”]. Distintas personas usan las mismas palabras y piensan que siempre se refieren a lo mismo. Pero se trata de términos multivalentes que crean gran confusión. Si te sientes atrapado en esta (o cualquier) sección, tan solo léela por encima.

Aunque puedes aprender mucho de un libro, si eres nuevo en la meditación, es útil tener un instructor de meditación. ¿Realmente puedes aprender a jugar golf o tocar el piano a partir de un libro? Por esa razón, enumeraré en las notas finales algunas de las comunidades que participan en estas prácticas de mentor-aprendiz como parte de su plan de estudios. Esta parte del libro será incompleta, por supuesto, y pido disculpas a las muchas organizaciones y los individuos capaces que se omiten.7

Si bien sigo siendo un estudiante abierto a todas las corrientes de sabiduría, estudio y practico principalmente la tradición budista. Cuando la gente me pregunta qué tradición sigo, a menudo digo que soy “curiosista”. Me da una inmensa curiosidad la condición humana, la naturaleza de la mente y cualquier método que me permita explorarla.

Recuerda que Buda no era budista, así como Cristo no era cristiano ni Mahoma, musulmán. Eran personas intensamente curiosas que miraron profundamente dentro de sí mismas y regresaron para compartir lo que descubrieron. Nadie tiene derechos exclusivos sobre la mente ni patente alguna sobre la verdad.

Me he refugiado en el budismo por el adagio: “Persigue dos conejos, no atrapes ninguno”. En cierto punto, ayuda a comprometerse. El budismo me habla, pero puede que no te hable a ti. Podría reducir todas las prácticas de este libro a su esencia clínica, como lo han hecho algunos investigadores y maestros espirituales hábiles en sus presentaciones de meditación o espiritualidad.8

Esto podría invitar a una audiencia más amplia, a aquellos que son alérgicos a cualquier -ismo o a quienes son más espirituales que religiosos.9 Aunque esa reducción puede ser viable, roza lo deshonesto.

Prefiero honrar las tradiciones de las que surgieron estas prácticas y luego traducirlas culturalmente al mundo moderno. Así como hay traductores que se esfuerzan por convertir un idioma en otro, los traductores culturales trabajan para convertir un cuerpo de enseñanzas de una cultura a otra, o de un periodo de tiempo a otro. Esta forma de traducción es una parte esencial de nuestro viaje.

He participado de forma personal en cada una de las prácticas de este libro durante décadas, así que me basaré en esa experiencia, junto con mi estudio de la literatura y las enseñanzas que he recibido de maestros de meditación que han realizado estas prácticas. Si bien mi enfoque se basa principalmente en la tradición budista, también es integral en su espíritu y, por lo tanto, abarca un amplio espectro.

No tengo la capacidad ni la arrogancia de estudiar y practicar las meditaciones de otras innumerables tradiciones de sabiduría y luego condensarlas de alguna manera en fragmentos digeribles para todos. Sin embargo, creo que un lector de mente abierta podrá trabajar con estas meditaciones y, cuando sea necesario, adaptarlas a su propia idiosincrasia.

Al final, cualquier forma de aprendizaje y transformación implica una traducción en múltiples niveles. Tú eres el traductor final. Eres quien debe llevar estas enseñanzas a tu mente y corazón, a un vocabulario que te hable y luego a tu vida.

Capítulo 1 La conciencia plena y las bases

Quédate sentado a la mesa y escucha. Ni siquiera escuches; simplemente espera. Ni siquiera esperes; quédate muy quieto y solitario. El mundo se ofrecerá a ti libremente para ser desenmascarado; no tiene oportunidad; rodará a tus pies en éxtasis.

Franz Kafka

 

 

Cuando la gente piensa en la meditación, tiende a enfocarse solo en la conciencia plena. En realidad, la meditación es un término comodín para una variedad de prácticas, similar al del deporte, que se refiere a docenas de actividades físicas. Conforme ampliamos nuestros horizontes más allá de la conciencia plena, es importante que mejoremos nuestra comprensión de la meditación en su conjunto. Al adentrarnos en otras prácticas, trascenderemos pero incluiremos la conciencia plena.

En otras palabras, la conciencia plena es la infraestructura de la meditación sobre la cual se establecen muchas de las prácticas en este libro. Sin un fundamento de conciencia plena, cualquier otra práctica se construirá sobre terrenos inestables. Así que, aunque las prácticas aquí van más allá de la conciencia plena, siempre la incluyen. Es como crecer de los 18 a los 19 años. No te deshaces de lo que experimentaste durante los 18; lo trasciendes pero lo incluye.

En casi medio siglo de práctica de meditación, he descubierto que cada práctica sucesiva que aprendo ha fortalecido y aumentado la anterior. Por ejemplo, cuando estudiaba física, me sorprendió gratamente ver cómo mi estudio del álgebra lineal y las ecuaciones diferenciales me ayudaron a entender el álgebra básica, y cómo Cálculo III me fue útil para incorporar Cálculo II, lo que me facilitó digerir Cálculo I.

De manera similar, las siguientes meditaciones no solo trascienden e incluyen la conciencia plena, sino que la estabilizan y mejoran. Aprender otras formas de meditación te ayudará a desarrollar tu conciencia plena e, irónicamente, al “dejar” la conciencia plena, encontrarás más de ella, y te parecerá más valiosa, aplicable, profunda.

Antes de trascender la conciencia plena, asegurémonos de comprenderla. El término en inglés mindfulness fue utilizado por primera vez por Thomas Williams Rhys Davids, en 1881, como una traducción de la palabra pali sati. Las interpretaciones comunes de sati son “atención”, “retención”, “conciencia” y “discernimiento”.1 En sánscrito, esta palabra se traduce como smŗti, que significa “memoria” y se refiere a la capacidad de permanecer enfocado en algo sin distracción u olvido. Esto está estrechamente relacionado con la traducción tibetana de trenpa, que significa “recordar”.

Los académicos Robert E. Buswell Jr. y Donald S. Lopez Jr. escriben que la conciencia plena “contribuye al control de la mente al eliminar la distracción y ayudar al meditador a dominar sus procesos de pensamiento… El énfasis en la atención plena es una de las características más distintivas de la teoría de la meditación budista”.2

Mucha gente piensa que la conciencia plena proviene del budismo, pero es anterior a Buda por al menos mil años. Surgió de las antiguas brumas de la historia india y tomó forma en el hinduismo, que se remonta a unos cuatro mil años. No hay un origen discernible o un fundador del hinduismo y, por lo tanto, no hay forma de precisar el nacimiento exacto de la conciencia plena. Lo que está claro es que Buda no la inventó. Él heredó la conciencia plena del pensamiento indio antiguo.

En el Occidente moderno, la conciencia plena ganó apoyo con el trabajo innovador de Jon Kabat-Zinn, quien la introdujo hábilmente a innumerables personas con sus programas de reducción de estrés basados en la conciencia plena (MBSR, por sus siglas en inglés).

Su definición de conciencia plena aún es útil: “La consciencia que surge al prestar atención, a propósito, en el momento presente, y sin juzgar al despliegue de la experiencia”.3 El conocido traductor de textos sagrados tibetanos, Larry Mermelstein, escribe que:

 

la conciencia plena significa “recordar, traer a la mente”. En meditación, tiene el importante significado aplicado de “estar presente”. Estar presente significa que puedes recordar que estás aquí, justo ahora. ¿Y con qué estamos aquí, ahora, todo el tiempo? Con nuestra mente. Y si nuestra mente está completamente presente, entonces somos “conscientes”. La función de la conciencia plena puede definirse como la capacidad de mantener la mente en un objeto, ya sea tu respiración, tus percepciones sensoriales o el surgir, permanecer y cesar de tus pensamientos.4

 

La conciencia plena a menudo se usa como sinónimo de la palabra consciencia, pero, aunque están íntimamente conectadas, no son exactamente lo mismo. La consciencia supervisa la conciencia plena para asegurarse de que permanezca presente. Cuando nos distraemos del objeto de conciencia plena (ya sea con nuestra respiración, una vela, un mantra o cualquier otro punto de referencia) y nos desviamos hacia la inconsciencia, es la consciencia la que detecta esta desviación y alerta a la mente para que regrese a ser consciente.

La conciencia plena y la consciencia trabajan de forma unida en las tradiciones contemplativas para mantener la mente en el momento presente y devolverla cuando se desvia.5 En la tradición tibetana, están íntimamente unidas y a menudo se condensan en un solo término: tren-shé (conciencia plena-consciencia).

La conciencia plena-consciencia es como entrenar a un cachorro, y nuestro enfoque hacia la práctica debería ser con ese espíritu juguetón y amoroso. Instruir tu mente cachorra a “quedarse quieta..., quieta” es análogo a la conciencia plena. Cuando desobedece y comienza a distraerse, la consciencia nota ese movimiento y regresa al cachorro a su posición estática. Cuando el cachorro se desvía, no lo castigas. Lo devuelves suavemente, aunque con precisión, a su posición de entrenamiento.

En resumen, la conciencia plena es un término polisémico con muchas definiciones, no solo entre tradiciones, sino dentro de ellas. Por ejemplo, el uso del budismo tibetano puede diferir del del budismo zen o theravada. La situación se complica cuando los científicos entran en escena y traducen el término en lenguaje científico.6

Los matices se vuelven técnicos y los académicos continúan debatiendo sobre la conciencia plena y su significado preciso (usando sus textos antiguos favoritos como base), no solo dentro del budismo, sino entre las muchas tradiciones contemplativas en general.7

Mantengamos las cosas simples y apoyémonos en el espíritu general de las definiciones mencionadas anteriormente, así como en esta última de B. Alan Wallace, una autoridad reconocida en atención y conciencia plena de las tradiciones índica y tibetana: “La conciencia plena se define como la facultad mental de mantener la atención, sin olvido ni distracción, en un objeto familiar”.

Aunque la conciencia plena se utiliza en muchas tradiciones religiosas y espirituales, no es en sí misma religiosa ni espiritual. Es una técnica, nos atrevemos a decir una “tecnología”, para domesticar la mente.8 Quien posea una mente puede practicar la conciencia plena y ninguna tradición puede reclamarla como propia. ¿Puede alguien reclamar derechos exclusivos sobre la atención, la disciplina mental o incluso la empatía? Estos son principios universales disponibles para todos.

La tradición budista distingue entre la conciencia plena adecuada (samma sati, como se representa en el séptimo factor del Noble Camino Óctuple) y la conciencia plena inadecuada (miccha sati). La atención de un francotirador no es de la misma calidad que la conciencia plena de un cirujano o un santo. La conciencia plena adecuada se guía por intenciones saludables, principios éticos y disciplina.

El académico budista Andrew Olendzki escribe: “La conciencia plena es un factor mental inherentemente saludable, por lo que no puede funcionar en ningún momento cuando la mente está bajo la influencia de la codicia o el odio, incluso en las versiones más leves de favorecer u oponerse. Cada vez que quieres o no quieres que las cosas sean de cierta manera, la mente no está siendo conciente”.9 La conciencia plena adecuada a veces se traduce como “conciencia plena correcta”, y “correcto” significa entender cuán intrínsecamente conectada está la conciencia plena con otros aspectos saludables de la mente.

Es difícil obtener una definición única de conciencia plena porque una definición correcta tiene que incluir el acompañamiento que es siempre inherente a la conciencia plena. La conciencia plena es como un instrumento en un conjunto bien afinado. Nunca toca sola.

La psicología budista, o Abhidharma, establece que, cuando la conciencia plena está presente, varios otros factores entran en juego de manera natural. Por lo tanto, la “conciencia plena correcta” es más que la práctica solista de la atención desnuda.

La académica Sarah Shaw dice que los otros “instrumentos” en la orquestación de la conciencia plena incluyen una cualidad ética, una consideración por las consecuencias, el respeto propio, un sentido de equilibrio y confianza.10

Una infinidad de libros continúa proclamando los beneficios de la conciencia plena y más de 17 mil artículos científicos se han publicado.11 Enumerar los muchos beneficios físicos, psicológicos y espirituales de la atención plena está más allá de nuestro alcance. Las lecturas sugeridas en las notas al pie te dirigirán a varias de estas fuentes.

Lados sombríos

Aunque la práctica real de la conciencia plena funciona, su creciente revolución, como cualquier movimiento, tiene inconvenientes. Donde encuentres luz, también encontrarás sombras. Y cuanto más brillante sea la luz, más nítida será la sombra. Nuestro estatuto en este libro implica abordar las limitaciones de la conciencia plena como práctica real y el lado sombrío que implica su actual revolución.

Sin embargo, también tenemos que reconocer algunas de las otras sombras sociales y culturales.12 Al igual que con el término conciencia plena, hay muchos otros intérpretes en esta orquesta atenta. El filósofo David R. Loy y el profesor Ronald Purser señalan solo algunos:

 

Desvincular la conciencia plena de su contexto ético y religioso budista es comprensible como un movimiento oportuno para hacer que tal entrenamiento sea un producto viable en el mercado abierto. Pero la prisa por secularizar y comercializar la atención plena en una técnica vendible puede llevar a una desafortunada desnaturalización de esta antigua práctica, que estaba destinada a mucho más que aliviar un dolor de cabeza, reducir la presión arterial o ayudar a los ejecutivos a concentrarse mejor y ser más productivos.

Aunque una técnica despojada y secularizada —lo que algunos críticos llaman ahora “McMindfulness”— puede hacerla más agradable para el mundo corporativo, descontextualizar la conciencia plena de su propósito liberador y transformador original, así como su fundamento en la ética social, equivale a un pacto fáustico.

En lugar de aplicar la conciencia plena como un medio para despertar a los individuos y a las organizaciones de las raíces dañinas de la codicia, la mala voluntad y la ilusión, generalmente se está reformulando en una técnica banal, terapéutica y de autoayuda que puede, de hecho, reforzar esas raíces.13

La maravilla del todo

Con la plataforma de la conciencia plena puedes caminar, saltar o brincar hacia cualquiera de las prácticas de este libro. Las meditaciones no se listan en un orden estricto ni progresan sistemáticamente de manera lineal, aunque algunos principios organizadores estructuran nuestro viaje.

Primero, las meditaciones se vuelven más sutiles y refinadas a medida que avanzamos. Por lo tanto, las meditaciones de la parte final del libro son más avanzadas. Segundo, siguen el tema de la apertura, que se adhiere a mi definición favorita de meditación: habituación a la apertura.

Descubrir la apertura de tu consciencia, expandir tu mente y tu corazón, desbloquear los potenciales que hay dentro. Aunque esta apertura sea refrescante y, en última instancia, liberadora, puede ser inicialmente amenazante para una mente cerrada. Por ello, reduciremos la amenaza yendo despacio.

Puede que te sientas más identificado con una meditación que con otra o que conectes con algunas de las meditaciones posteriores. Una práctica que no conecta ahora puede hacerlo más adelante. Estas meditaciones también se apoyan mutuamente.

Trabajan con nuestra mente multifacética, facetas que, en última instancia, están conectadas entre sí. Si profundizas en cualquiera de estas meditaciones, descubrirás aspectos escondidos dentro de las otras. Conforme avances con este libro, confía en tu intuición. Explora lo que sientas que es adecuado para ti.

El desafío del todo

La mayoría de los lectores podría ver a través de las formas culturales que se presentan cuando una tradición antigua expone sus métodos transformadores utilizando lenguajes modernos y descubrir que, con una actitud abierta, estos métodos funcionan en cualquier mente, antigua o moderna.

Muchas de las siguientes meditaciones provienen de la tradición budista, que surgió de las tradiciones contemplativas indias y de individuos curiosos que miraron profundamente en sus mentes y corazones —personas que vivieron en tiempos lejanos, pero que también estaban muy cerca de ti y de mí—. Ellos también querían ser felices, como tú. También querían evitar el sufrimiento, como yo.

Algunas de las siguientes meditaciones provienen del budismo vajrayana, en el que un sinónimo de vajrayana (vehículo indestructible) es upayayana (el vehículo de los medios hábiles), una alusión a la enorme riqueza de prácticas dentro del vajrayana.14 Una desventaja de cualquier encuesta es pensar que puedes obtener los beneficios de estas prácticas sin desacelerar e intentarlo de verdad.

Es como la historia del agricultor que intentó encontrar agua en su terreno. Cavó un pozo de tres metros de profundidad y no encontró nada. Frustrado, abandonó sus esfuerzos y se mudó a otro lugar para cavar otros tres metros. Pasó lo mismo. Repitió este ejercicio sin éxito alguno, se dio por vencido y se quedó con un campo lleno de baches.

Tienes que cavar más hondo para alcanzar los recursos naturales y descubrir las maravillas de la mente. Esta fue mi experiencia durante el retiro de cinco años. Aunque tuve algunas experiencias transformadoras durante esos años, las prácticas se introdujeron tan rápidamente que, incluso en el transcurso de cinco años, no fui capaz de profundizar tanto como quería. Fue después de salir y explorar las prácticas cuando revelé los tesoros que estaban contenidos dentro.

Otro enemigo próximo, por presentar tantas prácticas, aparece cuando el meditador puede volverse discursivo entre las prácticas. Dicho de otro modo, podrías hacer tu práctica de conciencia plena, aburrirte y, en lugar de trabajar con el aburrimiento dentro del contexto de esa práctica, escapar hacia otra (como la conciencia abierta o una meditación inversa).

Eso es hacer trampa. Diluye el poder de ambas prácticas. Estás atenuando la meditación con la que comenzaste (conciencia plena) y la práctica a la que estás escapando (conciencia abierta o la que sea). Sé fiel a tu meditación. Está bien moverse de una práctica a otra en diferentes sesiones, pero no saltar de una a otra en una misma sesión.

¿Entrenamiento o descubrimiento?

La meditación se puede ver de dos maneras diferentes. La forma más relativa y convencional es aquella en que la meditación doma y luego entrena la mente. Como cualquier otra disciplina, puede comprenderse que cuanto más la practiques, te volverás mejor y cosecharás más resultados. Esta es una forma completamente válida de ver la meditación. Pero esta visión es limitada ya que es dualista. Los resultados están allá afuera, en algún lugar en el futuro, y tienes que trabajar para adquirirlos.

La segunda forma de ver la meditación es menos convencional. Este enfoque más absoluto se basa en las tradiciones de sabiduría no dualista y, por lo tanto, es desconocido para muchos en el mundo occidental.15

Desde esta antigua perspectiva, las muchas cualidades que la meditación parece desarrollar ya están presentes como innatas de la mente natural. La meditación sirve para descubrirlas. Solo hay que quitar la contaminación adventicia, limpiar el polvo, y las cualidades doradas de la mente meditativa brillarán. Según estas tradiciones, simplemente olvidamos que poseemos todas estas maravillas naturales. La meditación estimula nuestra memoria.

En sus escritos, el antiguo filósofo griego Platón habló de la anamnesis, que proviene del verbo que significa “ser recordado”. Lo que llamamos aprendizaje, según Platón, es en realidad una recolección de hechos que ya poseíamos incluso antes de venir a la forma humana. Desde esta postura, los resultados que buscas ya están desde siempre en tu interior. Solo tienes que revelarlos.

El maestro tibetano Khenchen Thrangu Rinpoche dice: “Los defectos se erradican gradualmente y las cualidades gradualmente se revelan, ya que el potencial para trascender nuestros problemas es innato y no externo a nosotros”.16 Y Shar Khentrul Jamphel Lodrö señala: “Hablando relativamente, esta perfección se logra de manera gradual. Sin embargo, estas cualidades ya son perfectas; simplemente necesitamos despejar las nubes para que el sol brille en todo su esplendor”.17

Si bien, la meditación comparte mucho con cualquier otra disciplina, es única en este aspecto. Soy un pianista concertista y un jugador de tenis consumado. Puedo sentarme frente al teclado o estar en la cancha hasta ponerme morado, pero no mejoraré en ninguna de las dos disciplinas. Sin embargo, si me enseñan a sentarme correctamente en mi cojín de meditación, mejoraré en la meditación.

Cuando las personas me preguntan qué hacemos en mi centro de meditación, a veces digo: “No hacemos nada, pero lo hacemos muy bien”. Esta máxima pícara entrará en juego cuando hablemos de algunas de las meditaciones más avanzadas que vienen más adelante. En resumen: no hay nada que adquirir, todo está por soltarse. Como dijo un místico del cristianismo , el maestro Eckhart: “El alma no crece por adición, sino por sustracción”.18

Saber de estos enfoques opuestos a la meditación nos ayuda a entender de dónde provienen los resultados.19 El enfoque relativo es más el camino del esfuerzo y el entrenamiento, mientras que el enfoque absoluto es más el camino de la relajación y el desentrenamiento.20

¿Por qué es importante esto? Primero, nos ayuda a relajarnos. A veces las personas se esfuerzan demasiado al meditar y ese esfuerzo puede resultar contraproducente. Segundo, aunque la meditación pueda sentirse inicialmente forzada e incluso artificial, en realidad es lo más natural que podrías hacer. Irónicamente, la meditación solo se siente forzada al principio debido a todos los artificios que se han acumulado para oscurecer las maravillas de la mente natural. Dicho de otro modo, la meditación solo se siente antinatural al principio por todas los artificialidades que se han acumulado a lo largo de nuestras vidas.

En términos de meditación de conciencia plena, cuando comienzas a meditar, vas contra la monumental corriente de todos tus hábitos sin atención, toda tu formación previa en la distracción. Te has entrenado involuntariamente en la distracción y la falta de atención durante tanto tiempo y en tal medida que ahora se siente natural. Pero no es natural. La falta de atención es totalmente artificial. Es una torsión y un enredo de la mente natural.

La conciencia plena es, de hecho, lo natural. Y la meditación hace la desanudación y el desenredo que revela esta verdad radical. El maestro de meditación Milarepa cantó: “Cuando me doy cuenta de que el resultado está dentro de mí, me olvido de todos los resultados que tienes que esforzarte y luchar por conseguir”.

La mayoría de nosotros disfruta comprar cosas naturales en el supermercado, productos sin ingredientes artificiales. La meditación es el producto más orgánico que podrías comprar. Es un regreso a la naturaleza, a la naturaleza de tu propia mente. Una vez que le agarras el modo, la meditación se convierte en lo más natural del mundo. Se siente como volver a casa.

La tercera razón por la que es útil conocer el enfoque menos convencional hacia la meditación es que ayuda a explicar por qué los resultados pueden ocurrir rápidamente.21 Como estás participando en una práctica que está en armonía con la forma en que realmente son las cosas, una vez que superas la resistencia inicial, puede que te sorprenda lo rápido que progresas.

En lugar de pasar tu vida nadando contra la corriente, finalmente te relajas y dejas que la corriente natural te lleve a donde realmente querías ir todo el tiempo.

Meditación exitosa

El segundo enfoque, y el menos convencional, hacia la meditación ofrece una serie de perspectivas alternativas sobre lo que constituye una práctica fructífera. Un ingrediente para una meditación exitosa, especialmente en las prácticas sin forma (como la conciencia abierta), es no buscar el éxito. Deja cualquier expectativa. En el mundo de la meditación, la expectativa es a menudo una decepción premeditada.

Este enfoque es vital para un retiro exitoso. Si entras en un retiro esperando resultados, te estás preparando para la insatisfacción. Tener una actitud abierta y curiosa siempre es lo mejor. Sé como un niño. Deja que lo que suceda, o no suceda, ocurra. Relaciónate con todo con ecuanimidad.

Cuando entré en mi retiro de cinco años, no tenía ninguna expectativa, y esto proporcionó el espacio para que surgiera todo tipo de experiencias fructíferas. Otros que también estaban de retiro me confesaron que no fue para nada lo que esperaban y se fueron decepcionados.

El académico y practicante Roger Walsh escribe: “Paulatinamente, los meditadores contemplativos hábiles reconocen una profunda paradoja: el objetivo supremo de su búsqueda se alcanza al liberar y trascender toda motivación, incluso el deseo de alcanzar el objetivo de su búsqueda”.22

Los objetivos y las expectativas implican un anhelo de resultados, y cualquier nivel de anhelo es contraproducente. La tradición hindú está de acuerdo: “Cuando no queda deseo alguno, vuelves a tu estado natural”.23 El budismo concuerda: “Si quieres experimentar la mente natural, solamente puedes hacerlo al no quererlo”.24 ¿Por qué este anhelo es contraproducente? Porque cualquier nivel de deseo o aspiración implica contracción, y el secreto del éxito es abrirse.

La tradición no dualista del shivaísmo de Cachemira ofrece el “método sin método” (anupaya), en el cual la instrucción paradójica es simplemente: “No hagas nada, solo reside en tu ser”.25