6,49 €
Más coraje, menos represión, es un libro que salpica libertad, discriminación y también mandatos, sin la pretensión de bajar una línea, sino de contar cómo las personas a medida que van creciendo, van tomando posiciones, algunas muy cómodas y otras no tanto. Este libro es un encuentro con lo que alguna vez restó, lo que alguna vez molestó. Los testimonios que vas a leer parecen no tener nada en común, sin embargo, lo que vienen a mostrarte es que no hace falta que te cuenten tu misma historia para que te identifiques.Más coraje, menor represión es una invitación a la autorreflexión, al autoconocimiento y a la autoliberación para llegar a ser aquello que quizás no sabemos que somos, pero que queremos o necesitamos ser. ¿Estás preparado para reflexionar sobre tu propia historia de vida e identificar tus mandatos?
Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:
Seitenzahl: 158
Veröffentlichungsjahr: 2019
Curcho, Rosa María
Más coraje, menos represión / Rosa María Curcho ; María Sol Biondi. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2019.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-761-777-1
1. Discriminación. 2. Bulimia. I. Biondi, María Sol II. Título
CDD A863
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail: [email protected]
Diseño de portada: Justo Echeverría
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina –Printed in Argentina
Dedicado a todas aquellas hermosas personas
que están en la búsqueda de la libertad,
para los que por alguna razón reprimen sus sentimientos
y a los que tienen el coraje de vivir siendo auténticos.
PRÓLOGO
Lanzarse a escribir un libro es sin dudas atreverse a vivir una aventura. Si además se trata de un libro que muestra sentimientos, miedos, inseguridades, discriminaciones, la aventura es mayor aún.
En este libro las autoras se animaron a abrir temas candentes, que muy frecuentemente resultan ríspidos y controvertidos. A veces hasta condenatorios.
Sin embargo, que sean temas con estas características no implica que un número significativo de personas no atraviesen por estas encrucijadas.
Arriesgaría a decir que, a través de la lectura de estas páginas, muchas personas que se sienten atrapadas en sentimientos de culpa, en vivencias discriminatorias, en callejones sin salida, puedan arrancarse las cadenas en las que se sienten condenadas por presiones sociales y por mandatos generacionales.
Cada historia es apasionante, tiene ingredientes agridulces como en realidad poseen todas las historias. Sabemos que ninguna experiencia es determinante, hay una multiplicidad de variables que permiten construir un mapa de vida de cada persona. Hay diversos factores que se entrelazan en el transcurrir de una historia que permiten entender (y no siempre con demasiada claridad) cómo, cuándo y por qué suceden.
Rose y Sol describen con sencillez y coraje sus historias, cada una con sus propias característicasy singularidades, y se encontraron juntas con la posibilidad de abrirse y enfrentar el mundo como una lucha a la discriminación.
Es muy interesante observar cómo la experiencia de dar, brindar y fundamentalmente “ayudar” les permitió ayudarse a sí mismas.
Y tal vez lo más importante de este texto es la apertura de las autoras para recibir consultas de quienes puedan estar viviendo situaciones similares, temores semejantes, discriminaciones parecidas.
Seguramente ninguna será igual que otra, las experiencias son tan personales e individuales como la huella digital de cada cual.
Igualmente el modelado permite tomar, extraer y alimentar las propias vivencias. Aunque la paleta de colores es muy amplia, puede resultar útil verificar que la propia puede acercarse y asemejarse a otras, ya que la sensación de discriminación se intensifica ante la soledad.
Dra. Diana Kirszman
Nota de las autoras
Como podrán ir viendo a medida que vayan avanzando en las siguientespáginas, el libro fue creado con varios objetivos, entre todos ellos, particularmente dos: por un lado, el libro busca describir el concepto de discriminación desde la plena vivencia de la persona que lo atraviesa, desde su sentir y su experiencia, dejando de lado la definición formal, que muchas veces no termina abarcando todos esos sentimientos que se van generando a medida que se va viviendo.
Teniendo en cuenta que entendemos a las personas como seres sociales y a la discriminación como un hecho social, nos gustaría tener la posibilidad de poder generar diferentes “definiciones sociales” sobre lo que significa discriminar. Para hacer posible esto, les pedimos que, si les interesa sacar a la luz lo que significa discriminación para ustedes, nos escriban un mail con el asunto “discriminación” y en el cuerpo continúen con la siguiente frase: “para mí la discriminación significa… la viví en persona cuando… y me sentí...”.
Por otro lado, nuestro segundo objetivo es que las personas puedan identificar sus mandatos. Haciendo el libro nos dimos cuenta de que los seres humanos estamos llenos de mandatos, y que si bien muchos son básicos, otros son inimaginables. Entonces te proponemos que nos escribas un mail con el asunto “mandatos” y en el cuerpo nos cuentes los que más influyeron en tu vida: “los mandatos que más influyeron en mi vida fueron… Recién pude descubrirlos a la edad de… cuando...”.
Ambos envíos les pedimos que los manden a:
con el asunto correspondiente.
Todos los mails que nos lleguen los iremos subiendo de manera anónima a nuestra cuenta de Instagram:
@mascoraje_menosrepresion
para resignificar, entre todos, aquello que durante mucho tiempo, además de lastimarnos, tampoco sumó.
Nosotras
Cuando nos conocimos nos dimos cuenta de que ambas compartíamos la misma pasión por ayudar y sumar en la vida del otro; con nuestros seres queridos, colaborando con los que más lo necesitan y hasta en muchos momentos con nuestras exparejas.
En el momento enque decidimos escribir el libro teníamos como objetivo llegar a las personas que reprimen sentimientos, que siguen al pie de la letra los mandatos, que no se juegan por lo que sienten y se conforman, a los que se sienten en una cárcel, cuando decimos “cárcel” nos referimos a nuestros propios laberintos mentales, a nuestra falta de libertad, para expresar, decidir y actuar. A lo largo de nuestra vida nos encerramos en nuestras propias cárceles como, por ejemplo, cuando trabajamos en un lugar que no nos hace felices, cuando estudiamos una carrera que es impuesta por otro, cuando estamos en una relación por conveniencia, que esta puede ser no solo material, sino aún peor, para no estar solos. Estos son algunos de los motivos que nos llevaron a tomar la decisión de escribir con la finalidad de demostrar que todos vivenciamos experiencias similares a partir de distintas problemáticas.
Las dos vivimos diferentes historias, pero semejantes a la vez. Sí… ambas tuvimos el mismo coraje y la misma represión. Por mucho tiempo no tuvimos la libertad de gritar lo que nos pasaba: “me gustan las mujeres”, “morfo porque no puedo decir lo que siento”, “quiero abrazar y besar a mi novia en la vía pública”, “como mucho y hago peso para llamarte la atención, para que me mires”, “me da vergüenza decir mis elecciones”, “necesito un abrazo”, pero en definitiva las dos pedíamos a gritos “expresarnos con libertad”.
Reprimimos sentimientos hasta que tuvimos el coraje de atravesarlos en el momento en que decidimos exponernos. El coraje de contarles a todos lo que no nos permitimos vivir: una pareja y un cuerpo libre, sin discriminación. Por este motivo es que decidimos que la mejor forma de empezar a ayudar era contarles, a través de este primer libro, nuestras experiencias con las trabas que nos fue poniendo la vida y nosotras mismas, relatando lo que sentimos viviendo la homosexualidad y la bulimia.
En todo este tiempo nos dimos cuenta de que no hay nada más difícil que mirar para adentro, por eso nos pareció justo que antes de contar otra historia u otros testimonios, empecemos por casa.
Nos quejamos de que muchas personas “no tienen una vida” y están mirando y juzgando lo que hace el resto antes de mirar lo que hacen ellos, entonces ¿por qué no empezar dando el ejemplo,hablando de nuestras partes más vulnerables? ¡Bienvenidos a nuestras vidas!
Rose
Nací un sábado de invierno a las 21:30 horas. Mientras escribo esta primera línea me doy cuenta de que los días sábados fueron muy significativos en mi vida. Además de nacer (que ya es mucho) los sábados fueron los días que en las distintas etapas de mi vida siempre disfruté.
En mi niñez fui muy feliz yendo a los cumpleaños de mis amiguitos, como también al cine y al teatro con mi familia, los sábados eran días mágicos.
De adolescente el sábado era el día “bolichero”. Amaba ir a bailar con mis amigas a un lugar en Palermo que se llamaba Puente Mitre. Nos conocían como “Las chicas de la pandereta”, sencillamente porque llevábamos una pandereta para hacer ruido y llamar la atención, porque nadie iba a bailar con una pandereta, pero nosotras sí. Una vez cambiamos de boliche (por supuesto llevamos la pandereta) y unos chicos nos dijeron:“Las chicas de la pandereta de Puente Mitre”, me acuerdo de que nos reímos mucho. En ese momento en el que las redes sociales no existían, que te reconociera la gente que no conocías era muy trascendental. La pandereta era mía, me la regaló mi papá, amante de la música;fui una nena que creció en una casa con música, instrumentos y alegría. De hecho, vinculo a la pandereta, tanto por el sonido que desprende como por el movimiento que hay que hacer con el brazo para hacerla sonar, a la alegría y a la fiesta. La pandereta representaba el ruido y el movimiento que siempre hubo en mí, las ganas de generar alegría en los otros, siguiendo los movimientos de la vida.
De más grande los sábados también fueron especiales, ya que comencé a trabajar en eventos, algo que me llenaba de satisfacción. Hoy considero que durante mis veintipico los eventos fueron muy simbólicos. Como la palabra lo indica, un evento es algo eventual, que según el diccionario, puede surgir de manera imprevista, como también de forma planeada. Soy geminiana y parece ser que a los geminianos, debido a la volatilidad del signo, les cuestan el orden y la planificación, por mi parte estos dos puntos suceden. Sin embargo, la realidad me muestra que me dediqué más de diez años a realizar eventos para siete mil personas, algo que requiere de una gran planificación. Cuento esto porque trabajando en eventos descubrí que en esos momentos podía hacer relaciones públicas, trabajar en equipo y vivir profesionalmente de las celebraciones, es decir, más allá de la volatilidad que observo en mí, también encuentro que hubo ciertos momentos de mi vida en los que me alineé, y aquello que en otras situaciones me costaba, allí fluía, como también considero que hubo otros momentos en que me empantané.
Sí, me empantané. Fue un sábado también, precisamente el sábado 19 de abril de 1999, cuando pude hablar de lo que me estaba pasando, de ese pantano en el que estaba viviendo; enél las cosas no fluían, en él yo no estaba alineada. Ese sábado pude hablar de lo que tiempo más tarde varios profesionales llamaron “bulimia”.
Ahora mismo, creo que mi parte del libro va a tratar sobre lo que implica celebrar. No tengo dudas de que las celebraciones son hermosas, sin embargo el camino a ellas a veces nos lleva a pagar precios muy caros, como también a encontrar un precio razonable y que en lugar de un gasto derive en una inversión. Si no, pregúntenselo a cualquier novia o padres de una quinceañera que están organizando su gran fiesta. Los estados por los que pasamos hasta llegar a la celebración son inimaginables, al igual que todo lo que nos sucede en la vida.
Me di cuenta de algo más: participé de cientos de grandes eventos, los armé, les puse magia, me destaqué en ser lo suficientemente profesional para que personas o marcas brillaran. Ahora bien, me encantaba organizar esas fiestas, sin embargo si voy bastante para atrás veo que no quise para mí una fiesta de 15, como tampoco con tantos años de noviazgo soñé con una fiesta de casamiento. ¿Será que en aquel entonces no tenía qué celebrar? ¿O será que yo celebro de otra forma? Creo que es un poco y un poco. Entiendo que este libro de alguna manera viene a mediar con esto, por eso al pensarlo y al crearlo lo tomo como parte del proceso de una gran celebración.
Ahora soy yo la que sube al escenario, la que agito el brazo y hago ruido con mi pandereta para que me vean y me lean.
Hoy subo al escenario, pero no a cualquiera, subo al mío, al que estuve construyendo en todos estos años de vida. Bienvenidos.
Sol
Cuando era chica mis papás, Juan y Silvia, se divorciaron, por lo cual mi familia primaria se dividió en dos. Si bien hoy es muy común que la gente se separe o se divorcie, en los chicos de alguna manera repercute. En mífue la primera noción de dualidad. Por un lado estaba mi mamá, quien rearmó su vida con su nuevo marido y mi hermana Micaela, fruto de ese matrimonio; y por otro lado estaba mi papá con su nueva esposa y mis hermanos Julián e Ignacio, hijos de ese matrimonio.
Yo viví con mi mamá. Para mí la casa de mi mamá y lo que ella me invitaba a ser, era lo más parecido a “Disney”, y no por la fantasía, sino por algo mucho más grande, porque me invitaba a soñar, a pensar que todo era posible y que nada me impedía llegar a lo que deseaba. ¿Qué te imaginás cuando te dicen Disney? Si nos ponemos a pensar en las películas, todas muestran problemáticas de la vida cotidiana: traición, muerte, competencia, frustración, etcétera. Todo tipo de cosas que suelen pasar en la realidad dentro de una ficción, pero además de mostrarnos la realidad, Disney muestra que con valentía, coraje, pasión, y por sobre todo amor, podemos llegar a soñar; y no a cualquier sueño, sino que podemos soñar a lo grande, que siempre va a haber situaciones que se interpongan en nuestro camino, pero que todo se puede lograr. Para mí eso significaba lo que aprendía en la casa de mi mamá, que la vida siempre nos pone pruebas, trabas, obstáculos, algunos más leves, otros más severos, pero con perseverancia, valentía y siguiendo mi corazón era capaz de lograr lo que quería.
Sin embargo, en la casa de mi papá las cosas no eran tan así, por eso yo lo relaciono con “represión”. Mi papá es una persona que reprime sus sentimientos, que no sabe demostrar lo que siente, hasta el punto de que hoy no recuerdo un abrazo de él. Cuando iba a su casa todo era frío, todo era muy superficial.
Durante gran parte de mi vida, me decían que me parecía a él, porque yo no hablaba de sentimientos, ni hacía demostraciones de amor. Yo creí eso que me decían. Por un lado estaba bien con ser como él porque significaba que algo nos unía, pero por otro lado no quería ser así, no quería reprimir, no quería no demostrar, estaba incómoda en “ser como mi papá”.
El tiempo fue pasando, yo fui creciendo y en ese devenir me di cuenta de que a diferencia de mis amigas a las que les gustaban los chicos, a mí me gustaban las chicas. Hoy, con muchas experiencias encima,me doy cuenta de que el problema no era que me gustaran las chicas, sino que no lo podía decir. De nuevo otra dualidad. Fui capaz de sostener situaciones en las que hablaba de mi novio, cuando en realidad se trataba de mi novia. Vivía dos vidas, una vida para mí y una para los demás.
En mi vida se planteaba la distancia, no solo no realizaba demostraciones de cariño hacia los que quería, como abrazarlos, por ejemplo, sino que tampocoexpresaba lo que me pasaba. Me acuerdo de observar a mis amigas y a amigos dándose abrazos con las personas que querían, como también expresar palabras de cariño, lo cual admiraba, algo que para mí era muy complejo reproducir porque la represión estaba ahí, y no es fácil deshacerse de ella. Es increíble cómo a veces queremos ser de una manera y sin embargo actuamos de otra.
Hoy, luego de haber realizado mucho trabajo de crecimiento personal, puedo decir que haber experimentado el mundo de las dualidades me permitió conocer distintos lados de una misma moneda, y si bien en algún momento me pude haber sentido disociada, puedo decir también que aprendí que la dualidad me da opciones y que puedo tomarlas o no, porque al fin y al cabo, soy yo la que elijo quien quiero ser.
Me vuelvo a presentar, soy Sol, hasta mi nombre plantea una dualidad entre día y noche, y estábien, porque una parte mía brilla, se expresa, se muestra en la claridad, y la otra parte, quizás un poco más oscura, se observa en ese silencio que trae la noche, y si es necesario se vuelve a armar. Hoy, si hay algo que me quedó claro es que los sueños grandes, esos que muchas veces aparecen de noche cuando nos vamos a dormir, se construyen en el hacer de los días, guiados por el sol y también por nuestro corazón. De esto estoy segura, lo aprendí de muy chica y por lo que veo, no me lo voy a olvidar más.
Pónganse cómodos, ya empezó el libro.
Ayudar nos ayudó
Al igual que cada pareja, tenemos nuestro lado plural en el que vamos a decir mucho la palabranosotrasy también el singular, en el que la palabrayova a dejar en claro que no se trata de las dos, sino de una. Hacemos esta aclaración, porque como se estarán dando cuenta, este libro trata sobre un mix de ambos lados, de unnosotrasy de unyoque conviven, que se unen y también se separan para poderles contar quiénes somos y qué buscamos de la vida.
Nuestro “nosotras”,se dio el día en que nos conocimos. Fue una cruzada solidaria al Impenetrable Chaqueño, un viaje que definitivamente nos cambió la vida, tanto desde lo estructural como también emocionalmente.
Antes de emprender el viaje estuvimos varios meses juntando donaciones y clasificándolas para facilitar la entrega. Parece algo simple, pero no lo es. Es mucho más que hacer un pedido, es una gestión inmensa que lleva mucho tiempo y también esfuerzo.
Todas las donaciones se juntaban en una casa a la que concurrimos de dos a tres veces por semana. En este lugar doblamos, separamos y perfumamos ropa por edades y sexo. También dividimos bolsones de harina, sal, fideos, arroz, azúcar, entre otros, clasificamos calzados, armamos cajas de juguetes, de útiles, y de sábanas para tener las donaciones listas para entregar a cada familia.
El objetivo era no solo entregar en mano todo lo que fuimos preparando, sino también se trataba de compartir un momento, escuchar necesidades y brindar nuestro amor desde un abrazo, una mirada cómplice o una caricia. El escenario era este: estar en servicio para quienes más lo necesitaban y entregarnos ciento por ciento.
El equipo estaba compuesto por doce personas, de las cuales cuatroéramos mujeres y el resto hombres, divididos en tres camionetas y dos camiones semis en los que se encontraba toda la mercadería que habíamos juntado.
El viaje hasta el Chaco duró casi un día entero, en la camioneta íbamos dos chicos y nosotras. Rose estaba participando de la cruzada por recomendación de una amiga, que la veía bastante desconectada de su lado humano. En ese entonces venía de hacer un posgrado en Harvard, espacio de negocios del primer mundo, lleno de tecnologí