Me dijo el doctor - Dr. Dante - E-Book

Me dijo el doctor E-Book

Dr. Dante

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Beschreibung

Me dijo el doctor es una guía esencial para quienes buscan entender y mejorar su salud cardiovascular. Desde la prevención hasta el manejo del riesgo, este libro ofrece consejos prácticos, estrategias de vida saludable y conocimientos médicos en un lenguaje claro y accesible. Una herramienta invaluable para pacientes y profesionales, destinada a fomentar un cambio positivo hacia una vida más saludable y plena.

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Dr. Dante

Me dijo el doctor

Lo que mi médico me contó de PREVENCIÓN y RIESGO CARDIOVASCULAR

Dr. Dante Me dijo el doctor : lo que mi médico me contó de prevención y riesgo cardiovascular / Dr. Dante. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-4913-6

1. Narrativa. I. Título. CDD 613

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Ilustraciones: Diana Yegros

Índice

PREFACIO

¡GRACIAS!

Prevención de riesgo cardiovascular

Riesgo y prevención

Sedentarismo vs. Actividad físicay salud

Obesidad

Diabetes

Dislipemia

Depresión y ansiedad

Estrés

Hábitos tóxicos

Una decisión actual para tu saluden el futuro

BIBLIOGRAFÍA

Al mejor recuerdo de “la abuela Paula” (Agar Paula) y de “La Gringa” (Aída del Carmen), por la crianza (y malcrianza) que supieron brindarme...

PREFACIO

Estas páginas están pensadas para el público en general para que entendamos la necesidad de comenzar a cuidarse, para pacientes que hace poco tiempo se enteraron que tienen un problema de los más frecuentes de salud, para que entiendan qué es lo que les pasa y por qué deben tomar ciertas conductas; también al personal de salud para tener una herramienta más para explicar a los pacientes algunas de las enfermedades más frecuentes. La experiencia me demostró que cuando el paciente entiende lo que le sucede a su cuerpo y la razón del tratamiento indicado, los resultados son superiores.

¡GRACIAS!

Generalmente uno tiende a pensar que escribir un libro se trata de sentarse ante una computadora y tipear palabras, me doy cuenta de que no es así, por lo que quiero aprovechar la oportunidad de agradecer.

A mi musa, Celeste de Scesa, que tomando notas, aportando ideas y acompañando en este proyecto hizo que todo sea más fácil.

A Dan Scesa, por su apoyo, lectura crítica y comentarios que permitieron aclarar conceptos.

A Dylan Scesa por acompañar el proyecto y aportar soluciones solicitadas.

Al Dr. Fernando Coronel, por su lectura crítica y consejos oportunos, (al igual que durante la carrera en la facultad de medicina).

La Dra. Beatriz Sarverry, por sus opiniones vertidas para mejorarlo.

El Dr. Luis Rojas y su Sra. Flavia.

A Diana Yegros, por su aporte con las ilustraciones.

A los oyentes del programa “Momentos de Salud” en FM Momentos, de Bahía Blanca que de los muchos temas conversados, algunos fueron plasmados en estas páginas.

A los pacientes que se sentirán identificados con algunas ilustraciones que seguramente fueron generándose en el consultorio.

Simplemente. ¡Gracias!

Prevención de riesgo cardiovascular

Cuando estaba en la residencia de Medicina General, al atender a una paciente que concurría a control por diabetes, y no conseguir que los parámetros a evaluar indicaran que se encontraba con buenos o al menos aceptables valores de control glucémico se produjo un diálogo semejante...

—¿Estás realizando actividad física?

—Sí, camino bastante...

—¿Con la medicación, la toleras bien?

—Sí, la tomo sin problemas...

—Y la dieta, ¿cómo la vas llevando?

—Y... me cuesta...

—¿Por?

—Y... ¿sabe lo que es tener que preparar dos comidas?

—¿Por qué?

—No pensará que a mi hijo y mi marido le voy a dar la misma comida que a mí por la diabetes...

—Sí, lo que hay que entender es que si la dieta para diabetes es una dieta sana, variada, de calidad, armónica, y especialmente en cantidad adecuada, ¿vos le pensás dar a tu marido e hijo algo que es menos sano? Ocúpate de poner en la mesa lo mejor para ellos, si ellos eligen otra cosa que salgan a comer o se cocinen ellos. Pero ofréceles lo mejor.

Esa conversación, o semejante, suele ocurrir con cierta frecuencia en los consultorios médicos, porque se dan varios factores a tener en cuenta:

1- La gente mayormente conoce hábitos saludables y les gustaría tenerlos en su vida cotidiana.

2- Cuesta conjugar los hábitos saludables con los “gustos”.

3- Se considera que los hábitos saludables son costosos (costo de dinero, costo de tiempo, costo de ganas).

4- Cuesta imaginar los hábitos cambiados en la propia vida y a veces cuesta encontrar la forma de lograrlo.

Por eso, para comenzar a lograrlo, uno de los primeros pasos es conocer el problema, así que en los siguientes capítulos intentaremos entender los conceptos de riesgo, prevención para luego pasar al tema de riesgo cardiovascular y su prevención.

Riesgo y prevención

“Riesgo: posibilidad de que algo suceda”

Existen muchas situaciones que pueden ocurrir en nuestra vida y en nuestro alrededor; si voy a la cocina a tomar agua y giro el grifo de la canilla tengo altas posibilidades que salga agua por la canilla (el riesgo de tener agua es alto), pero ¡cuidado! Puede ocurrir que el suministro esté cortado o el tanque de agua vacío por lo cual, aunque las posibilidades que algo ocurra sean altas no me garantiza que ocurrirá en 100 % de los casos (de hecho, creo que en los últimos 4 años solo en 3 días no conseguí agua al girar el grifo).

También puede ocurrir que el riesgo sea bajo o variable, es decir que las posibilidades de que algo ocurra sean mínimas o ínfimas. Para ilustrarlo veamos el siguiente ejemplo (durante el recorrido de estas páginas, vamos a leer varias historias, que no necesariamente serán reales, pero con un poco de imaginación podremos entender los conceptos que hacen a nuestra salud):

Antes de vivir en la ciudad de Bahía Blanca, vivía en un pueblo costero a 200 km de distancia llamado Balneario Reta. Por razones laborales he tenido que mudarme de allí, pero cuando había oportunidad iba, aunque sea por poco tiempo a ese sitio...

Supongamos que previo a un fin de semana largo, decido que al finalizar el horario de trabajo me voy a ir a Reta, así que luego del almuerzo liviano, en un día de sol, sin viento, con un auto de 4 años de antigüedad en perfectas condiciones, con cinturón de seguridad colocado, luces bajas encendidas y a 110 km/h de velocidad... Pregunto... ¿puedo chocar? No me refiero a si quiero o no quiero, sino a la posibilidad de que una colisión del vehículo ocurra.

Ahora supongamos al igual que el relato anterior previo a un fin de semana largo, decido que al finalizar el horario de trabajo me voy a ir a Reta, pero se me hace tarde porque hay trabajo en exceso previo al fin de semana, además en la oficina se decidió hacer una cena (asado) esa noche, así que luego de un “buen asado”, con exceso de grasas, bebidas, cansado, justo llueve, al auto no le funciona bien las luces, y como estaba pensando que cuanto más tiempo me encuentro en la ruta, más posible es chocar entonces decido ir a 160 km/h... vuelvo a preguntar... ¿puedo chocar?

Cuando me encuentro dando estas charlas la gente del público exclama ¡por supuesto que va a chocar! Aunque en realidad, las posibilidades de que ocurra una colisión es alta, NO es del 100 %, (aunque tampoco es 0 %), es decir uno puede estar detenido en la banquina sin circular y sufrir un choque por algún vehículo cuyo conductor esté distraído.

En conclusión, nunca el riesgo es 0. O como me contaba un viejo amigo de Reta “morirse es fácil, solo se necesita estar vivo” y parafraseándolo en relación al tema, podríamos decir “tener un evento cardiovascular (infarto, ACV) es fácil, solo se necesita tener corazón y cerebro”.

“Prevención: Acción y efecto de evitar que algo suceda”.

Es decir, lo que hago para disminuir el riesgo. Que se resume en: ayudar al cuerpo a hacer lo que sabe hacer, sin dificultarle su función.

Sedentarismo vs. Actividad físicay salud

Es preocupante la cantidad y aumento de sedentarismo en la población general ya que no cumplen las recomendaciones de la OMS (Organización mundial de la Salud) de realizar actividad física moderada durante al menos 150 minutos por semana, o actividad física intensa al menos 75 minutos por semana. Las consecuencias del sedentarismo se ven en un aumento de la morbilidad (enfermedades) y mortalidad como consecuencia de la falta de actividad física.

Hay situaciones que llaman poderosamente la atención cuando uno analiza el estilo de vida de nuestros abuelos y el actual.