Mejor está que estaba - Pedro Calderón de la Barca - E-Book

Mejor está que estaba E-Book

Pedro Calderón de la Barca

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Beschreibung

Mejor está que estaba es una de las comedias teatrales de Pedro Calderón de la Barca, uno de los géneros dramáticos que más cultivó el autor, por detrás de los autos sacramentales. En ellas se suelen mezclar los enredos amorosos y familiares con los equívocos y las situaciones humorísticas.

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Seitenzahl: 85

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Pedro Calderón de la Barca

Mejor está que estaba

 

Saga

Mejor está que estabaCover image: Shutterstock Copyright © 1650, 2020 Pedro Calderón de la Barca and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726499926

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

PERSONAS.

Cárlos Colona galanes.Arnaldo galanes.Fabio galanes.Don César , viejo.Celio , alcaide.Dinero , criado, gracioso.Julio , criado.Flora damas.Lauba damas.Silvia criadas.Nise criadas.Criados.Guardas.

___________

JORNADA I.

SalenFlora , quitándose el manto y poniéndose otro vestido, ySilvia .

 

Flor. Dame presto otro vestido;

Quítame este trage presto.

Silv. Qué traes, señora? qué es esto?

Qué tienes? qué ha sucedido?

Flor. Pierdo en pensarlo el sentido;

Mira, en decirlo, qué haré?

Silv. La ropa está aqui.

Flor. Aun no sé,

Si estoy segura.

Silv. Señora,

En tu casa estás.

Flor. Ahora

Lo que ha pasado diré.

Ya sabes las grandes fiestas,

Que Alemania, agradecida

De su gloria á la fortuna,

Como al cielo de sus dichas,

Previno al recibimiento

De la gallarda María,

Feliz Infanta de España

Y Reina feliz de Ungría.

Ya sabes, que mas que todas

Esta famosa provincia

De Bohemia se mostró,

Como noble y como rica,

Á cuyo aplauso la fama,

Con voces mil repetidas,

Convidó al mayor teatro,

Que vió el sol, en cuantos gira

Círculos de vidrio y nieve,

Desde que el alba le riza

La crespa melena de oro,

Hasta que la noche fria

Se la desmaraña, siendo

Fenix de la edad de un dia,

Desde el oriente al ocaso,

Lecho y mármol, cuna y pira.

Esta tarde, que el Danubio

Era el circo, donde habia

De ser un torneo de agua

La fiesta, porque de envidia

De la tierra no muriese,

Viendo, que ella merecia

Siempre en su esfera á su sol,

Madama Laura, mi amiga

Y mi vecina, con quien

Esos jardines confinan,

Me envió con un criado

Á decir, que, si queria

Ir á hallarme disfrazada

En las fiestas prevenidas,

Pues, por ser las fiestas de agua,

Lugar ni balcon habia

Donde verlas, que saliese

Á la española vestida;

Y de rebozo las dos

Podríamos divertidas

Pasar la tarde, gozando

La fiesta desde la orilla.

Yo pues, (que, con decir yo,

No es necesario que diga

Mas, pues diciendo muger,

La consecuencia es precisa)

Sin prevenir los sucesos,

Que resultarme podrian

De que alguien me conociese,

Con Laura fui, donde habia

Sobre la encrespada selva,

Sobre la campaña riza,

Abriles fingiendo, una

Primavera fugitiva;

Porque de enramados barcos

Y de toldadas barquillas

Portátil monte de rosas

Arada estaba una isla.

En una galera hermosa,

Que desde el tope á la quilla

Era ascua de oro, á pesar

De tantos cristales, viva,

En el rio entró la Reina;

Á cuya agradable vista

Hicieron salva las ondas,

Siendo con dulce harmonía

Ruiseñores de metal

Cañones y chirimías.

El mantenedor...... ¿ Mas dónde

Voy? Pues no es bien, que repita

Gustos, quien siente pesares,

Fiestas, quien llora desdichas.

Dejemos á los gozosos

Las fiestas; ellos las digan;

Y no hablemos de sus glorias,

Adonde hay desgracias mias.

Estábamos desde lejos

Las dos; pero no fingidas

Tanto, que la novedad

No despertase la envidia.

De los que mas nos siguieron

Fue uno Arnaldo, con quien iba

Licio, mi primo y mi amante,

Con quien mi padre porfia

Que me case á mi disgusto.

(¡Que imprudente tiranía!)

De Arnaldo y Licio en efecto

Seguidas y perseguidas,

Á mi pesar, no de Laura,

Fuimos; porque entretenida

Me dió á entender, que gustaba,

Sea ó no sea malicia,

De que Arnaldo la siguiese.

Suerte injusta! pena esquiva!

Licio, que á su amigo ya

Bien entretenido mira,

Envidioso ó cortesano,

(Todo es una cosa misma)

Quiso darme á mí conmigo

Zelos; que en la corte, Silvia,

Hay muchos hombres, que aman

Por solo hacer companía.

Yo, que ví, que ya conmigo

La plática disponia,

Por no responderle, y ser

En el habla conocida,

Volví al descuido la espalda;

Y viendo, que me seguia,

(¡O cuanto yerra el temor!)

Á un forastero, que iba

Con un criado......

 

DentroArnaldo yCblio .

 

Arn. Matadle!

Cel. Muera!

Flor. ¿Qué voces, qué grita

Es esta?

 

SaleCárlos con la espada desnuda.

 

Carl. Si en la hermosura

Hay piedad, y hoy no se implican

Piedad y hermosura, puesto

Que siempre son enemigas,

Vuestro sagrado le valga,

O señoras, á una vida,

Contra quien hoy de los hados

Se han conjurado las iras.

Arn. [dent.] Entrad. No importa, que sea

Esta casa......

Flor. No prosigas;

Que á mí me toca ampararte.

Cúbrete desta cortina.

Carl. Paren ya desdichas, cielos,

Si saben parar desdichas. [Escóndese.

 

SalenArnaldo, Cblio y gente, yDinero

 

con ellos.

Flor. ¿Qué es esto, señor Arnaldo?

Arn. Aunque la cólera mia

Debiera, divina Flora,

Suspenderse, cuando os mira,

Perdonadme, que esta vez

Rompe el enojo y la ira

El respeto á la hermosura,

La ley á la cortesía.

Fuera de que como vos

Tambien estais ofendida

En esta parte, es forzoso

Que dispenseis con vos misma.

Siguiendo vengo á un traidor,

Que deja (o suerte enemiga!)

Á vuestro primo y mi amigo

Muerto......

Flor. Ay cielos!

Arn. De una herida.

Como forastero en fin

Á la cárcel se retira;

Pues se ha entrado en vuestra casa,

De quien guardarse debia

Dos veces; siendo, como es,

De la parte y la justicia,

Pues sois la prima del muerto,

Y del Potestad sois hija,

Á cuyo gobierno está

Toda aquesta monarquía.

Decid pues, donde se esconde,

Porque de una vez consiga

Este acero dos venganzas,

Una vuestra y otra mia.

Carl. ¡Á muy buen puerto he llegado! [al paño.

Flor. Fuerza es, ay de mí! que os diga,

Pues, como decis, yo soy

La parte mas ofendida,

La verdad. Aquese hombre

Entró hasta aqui......

Carl. Ha suerte impía!

Qué espero?

Flor. Huyendo;......

Carl. ¡Mal haya

Quien de una muger se fia!

Flor. Pero apenas escuchó

Las voces, que le seguian,

Cuando por esa ventana,

Que da á esos jardines vista,

Se arrojó. Seguidle pues,

Y con noble bizarría

Le dad muerte; que venganzas

Tan generosas son hijas

De vuestro valor.

Arn. Al cielo

Juro, si no se retira

Á él mismo, de darle muerte.

Tras él iré; no me siga

Nadie para esta venganza;

Que yo basto. [Vase fingiendo arrojarse.

Din. Yo malilla.

Cel. Quién sois vos?

Din. Desta baraja

Soy, si él basto se apellida,

Malilla yo, y voy tras él,

Porque, si fue la espadilla

El hombre que busca, y hoy

Contra el hombre triunfa, sirva

Yo de sentarle una baza;

Que en la polla desde dia

Todos somos matadores.

Cel. Qué locuras!

Din. Como mias.

Cel. Pues soy su amigo y alcaide

Del fuerte, bien este dia,

Por su amistad y mi oficio,

Es fuerza que á Arnaldo siga. [Vase con los demas.

Din. Criado de Cárlos soy;

Y asi he de andar á la mira,

Por ver lo que le sucede;

Que á esto la lealtad obliga. [Vase.

Flor. Fuéronse?

Silv. Sí; ya se fueron.

Flor. Pues cierra esas puertas, Silvia.

 

SaleCárlos .

 

Carl. Hay tal valor! ¡O bien haya

Quien de una muger se fia!

Flor. Ya habeis visto, caballero,

Cuan á costa del dolor,

De la sangre y del amor

Daros libertad espero;

Pues generosa y constante

En vuestro favor me hallais,

Siendo el que muerto dejais

Mi primo (ay Dios!) y mi amante;

Y siendo vuestra malicia

Tan ciega, que os ha obligado

Á que tomeis por sagrado

La casa de la justicia.

Mas aunque todo esto aqui

Esté contra vos, está

De vuestra parte el que ya

Os amparásteis de mí.

Ya lo empecé, y pues en tal

Delito soy delincuente,

Pues quien le hace y le consiente

Tienen pena por igual,

Librarme á mí solicito,

Con libraros, por temer,

Que debo yo de tener

Gran parte en vuestro delito.

Carl. Como responderos dudo;

Que, como jamas traté

Dichas, hablarlas no sé;

Y asi estoy con ellas mudo.

Que, como siempre desdichas

En mi pecho he aposentado,

Nunca, señora, he estudiado

El idioma de las dichas.

Yo no sé de qué manera

Halladas conmigo esten;

Que nadie recibe bien

Los huéspedes, (que no espera.

Dicha fuera no ofenderos,

Desdicha fuera no hallaros;

Dicha fuera no enojaros,

Desdicha fuera no veros.

Y asi entre uno y otro extremo

Oid la disculpa mia;

Quizá la verdad podria

Tener las dichas, que temo,

Si de la razon movida

Templais rigores severos;

Que será gran dicha veros,

Y no veros ofendida.

Yo salí al rio esta tarde,

Por ver, si acaso podia,

Entre placeres del dia,

Hacer á un pesar cobarde.

Aqui estaba pues, señora,

Una gallarda tapada,

Bien como suele embozada

Entre nubes el aurora.

Esta, á quien el trage ufano,

De que vestida venia,

Encubria y descubria,

Sacando una blanca mano,

Mariposa de cristal

De las luces de sus ojos,

Me llamó. Yo, que entre enojos

Dudaba ventura igual,

Viendo, que la deidad era

De flores blancas y rojas,

Y oyendo de aves y hojas

La música lisonjera,

Creí, que acciones tan graves

No eran, que á mí me llamaba,

Sino compas, que llevaba

Á las flores y á las aves.

Como forastero en fin

Tanta ventura dudé;

Bien que villano llegué

Atrevido al Serafin.

Apenas pues pronunció:

Aqui me importa que esteis,

Y que llegar estorbeis

Aquel hombre; cuando yo

Ví, que uno, que la seguia,

Y antes me pareció acaso,

Apresuró mas el paso

Á estorbar la suerte mia.

Llegó diciendo: el lugar,

Señor, que habeis ocupado,

Esa dama me ha negado;

Y pues no puedo vengar

El desaire en ella, en vos,

Instrumento suyo, sí.

No sé qué le respondí;

Y ya empeñados los dos,

Saqué la espada impaciente,

Ó colérico ó furioso,

Cuando él valiente y zeloso,

Que es ser dos veces valiente,

Sacó la suya. Los cielos

Saben, que mi brazo fuerte



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