Mundo post Covid - Diego Quindimi - E-Book

Mundo post Covid E-Book

Diego Quindimi

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Beschreibung

"El libro de Diego Quindimil es fundamental para entender cómo ampliar las habilidades para evolucionar. Pasa por todos los temas: familia, colegio, sexo, organizaciones, trabajo, Estado. En estos "Momentos de la Verdad", donde se da esta aceleración de cambios históricos, Diego aporta una mirada distinta gracias a su formación como psicólogo y su experiencia como coach". Lionel Turek, Country Manager SAP Argentina "Un libro recomendado para desarrollar un liderazgo más empático y consciente. Me deja conceptos prácticos para aplicar con mi equipo y disfruté mucho de leerlo. Lectura obligatoria para que todos los líderes del presente repensemos los equipos de trabajo del futuro". Astrid Mirkin, General Manager Rappi Argentina "Libro fundamental para tomar decisiones, en especial porque no es un manual de instrucciones sino un ejercicio de preguntas que buscan salirse del sentido común. Y no se trata sólo de comprender cómo ha mutado el mundo del trabajo durante la pandemia sino de volver a asumir que somos este devenir que va provocando a cada paso su propio hacer y su propio mundo". Darío Sztajnszrajber, filósofo, docente y escritor

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Sobre este libro

El libro de Diego Quindimil es fundamental para entender cómo ampliar las habilidades para evolucionar. Pasa por todos los temas: familia, colegio, sexo, organizaciones, trabajo, Estado. En estos “Momentos de la Verdad”, donde se da esta aceleración de cambios históricos, Diego aporta una mirada distinta gracias a su formación como psicólogo y su experiencia como coach.

LIONEL TUREK, Country Manager SAP Argentina.

Un libro recomendado para desarrollar un liderazgo más empático y consciente. Me deja conceptos prácticos para aplicar con mi equipo y disfruté mucho de leerlo. Lectura obligatoria para que todos los líderes del presente repensemos los equipos de trabajo del Muro.

ASTRID MIRKIN, General Manager Rappi Argentina.

Diego Quindimil sigue apostando en esta imponente investigación, no solo a que haya un después del Covid sino a que haya mundo. No es casual ya que su lugar de enunciación es ese cruce de tensiones entre la psicología y el trabajo, esto es, en el “entre” donde se va constituyendo nuestra subjetividad. Que la subjetividad sea un “entre” adquiere mayor evidencia en el desarrollo que el autor va haciendo de las transformaciones materiales y psicológicas de un mundo sopapeado por el Covid. ¿O será que el mundo ya venía sopapeado y no lo estábamos viendo?

Éste es un libro fundamental para tomar decisiones, en especial porque no es un manual de instrucciones sino un ejercicio de preguntas que buscan salirse del sentido común. Y en situaciones límites como las que estamos transcurriendo, nada más fácil que aferrarse a la receta. Aquí no hay recetas sino inspiración. No se trata sólo de comprender cómo ha mutado el mundo del trabajo durante la pandemia sino de volver a asumir que somos este devenir que va provocando a cada paso su propio hacer y su propio mundo.

DARÍO SZTAJNSZRAJBER, filósofo, docente y escritor.

Índice

Sobre este libro

Prólogo de Luis Karpf

Prólogo del autor

Introducción de Ianina Echodas

1. 2021: Hacer zoom en la post pandemia

1.1 2021: Ya no hay dónde esconderse

1.2 2021: La dinámica de la nueva oficina

1.3 Nuevos trabajos “desde el exterior” y nuevos controles de “ingreso”

1.4 Hacer un nuevo zoom a nuestra intimidad

1.5 La reinserción de los resilientes

1.6 La happycracia es una galletita devorada por la pandemia

1.6.1 Psicovid: metapsicología de la pandemia 21

1.7 La pandemia como evento disruptivo

1.7.1 La inmunidad psíquica 24

1.8 Gestión de la cotidianidad. El nuevo malestar en la cooltura

1.8.1 El barbijo tapa también la sorpresa 26

1.8.2 La tecnología del orgasmo. La sexualidad del Covid-19 26

1.8.3 El amor en los tiempos del coronavirus 27

1.8.4 Educación con formato híbrido 27

2. El mundo del trabajo híbrido

2.1 Luces y sombras del teletrabajo

2.2 Hacia un nuevo protocolo de liderazgo

2.3 Del high tech al high touch

2.4 2021: Trabajo prescrito y trabajo real

2.5 El “síndrome del impostor” en tiempo de pandemia

2.5.1 La tipología del síndrome del impostor 32

2.5.2 Recomendaciones frente al síndrome del impostor en tiempos de coronavirus 32

2.6 Un futuro flexible

2.7 Del teletrabajo al tecnoestrés

3. Las organizaciones ante la realidad híbrida

3.1 Zoom a los aprendizajes post pandemia

3.2 La transformación digital y el cambio cultural

3.3 Cultura organizacional

3.4 El feedback en la virtualidad y la nueva comunicación

3.4.1 El “efecto Pigmalión” y los riesgos de taggear a las personas 40

3.5 Lo esencial del trabajo híbrido

3.5.1 Google post pandemia: incluyó “home office” en su buscador y proveyó sus respuestas 41

3.6 Los equipos de trabajo

3.7 La idea de vacaciones ya no será igual

3.8 De las vacaciones al unplugged

3.9 Emprendedurismo y empleo fijo, otro híbrido

3.10 Empresas familiares post pandemia

4. Las múltiples caras del empleo del Estado

5. El líder de la nueva normalidad

5.1 Liderazgo ágil en un mundo post trauma

5.1.1 La trampa del micromanagement 58

5.2 Motivación. De las heridas a los nuevos lazos

5.3 Balance post pandemia: lo que perdimos y lo que ganamos

5.4 Riesgos psicosociales

5.5 Trauma post Covid. El impacto del regreso

6. Estrategias para los nuevos escenarios

6.1 Vida cotidiana. El airbag emocional

6.2 El auto híbrido como metáfora de la nueva normalidad

6.3 Infraestructura para el mundo híbrido

6.4 La post pandemia y las nuevas normalidades

6.5 El modo de organización emergente post pandemia

6.6 Pirámide de la motivación, post Covid –Maslow reloaded

7. Escenarios posibles

Agradecimientos

Bibliografía

Sobre el autor

Quindimil, Diego

Mundo post Covid : la psicología del trabajo tras la pandemia / Diego Quindimil.–1a edición especial–Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Granica, 2021.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-8358-85-7

1. Ensayo Psicológico. I. Título.

CDD 158.7

Fecha de catalogación: Mayo de 2021

© 2021 by Ediciones Granica S.A.

Diseño de tapa: Lucas Frontera Schällibaum

Conversión a eBook: Daniel Maldonado

www.granicaeditor.com

GRANICA es una marca registrada

ISBN: 978-987-8358-85-7

Hecho el depósito que marca la ley 11.723

Impreso en Argentina. Printed in Argentina

Reservados todos los derechos, incluso el de reproducción en todo o en parte, en cualquier forma.

Ediciones Granica

© 2018 by Ediciones Granica S.A.

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Diego Quindimil

Mundo post Covid

La Psicología del trabajo tras la pandemia

ARGENTINA–ESPAÑA–MÉXICO–CHILE–URUGUAY

A Ianina, Malena y Camila.

Prólogo de Luis Karpf1

Diego Quindimil nos presenta en su libro una mirada del mundo del trabajo en tiempos de pandemia. Esta, como hecho social total, constituye una disrupción donde “todo” sucede a “todos”, al mismo tiempo, en un marco de incertidumbre y aceleración de procesos, de cambios, adaptaciones, efectos deseados y otros inesperados, contradictorios e imprevisibles.

Su mirada sobre los fenómenos que aborda es en tiempo real. En un tiempo que fluye hacia un futuro, que nos invita a imaginar la práctica profesional, a partir de propuestas de enfoques teóricos que rediseñan la operación sobre nuestro espacio de intervención.

Diego se adentra en todas las áreas: las organizaciones, tanto privadas como públicas, las personas y sus vínculos, entre sí y con las organizaciones, los aspectos psicológicos a nivel individual y grupal, la salud mental, la determinación social, y los hilos conductores hacia autores que han analizados estos fenómenos. Asimismo, aporta sus experiencias, y las definiciones y propuestas con las que explora la complejidad de su quehacer profesional.

Este libro nos invita a explorar la amplitud de la complejidad del fenómeno porque nos genera constantemente interrogantes. Una y otra vez nos vamos a encontrar con preguntas, ya que como bien lo plantea el autor a lo largo de estas páginas, se trata de una realidad incierta y las preguntas han cambiado, las respuestas de antaño son parciales, limitadas y, muchas veces, ineficaces.

Incluso las mismas herramientas propuestas quizá sirvan mañana tan solo como puentes hacia un nuevo escenario. Ese nuevo escenario que se atreve a bosquejar a partir de sus reflexiones bajo la denominación de “post pandemia”.

Su experiencia clínica introduce, además, la dimensión de los efectos psicológicos y los nuevos enfoques de liderazgo, sin caer en la confusión de roles, pues no se trata, como él aclara, de “ser el psicólogo de los colaboradores”, pero sí de darle a esta perspectiva un punto donde asentarse e incluirla en las organizaciones, aspectos que hasta hoy eran subestimados, y que seguramente serán materia obligatoria de formación para los líderes en el futuro.

El texto nos invita a un viaje donde encontramos descripciones, teorías, definiciones, modelos, herramientas e interrogantes. Asimismo, nos propone dispositivos adaptados a la incertidumbre y a la vertiginosa realidad que vivimos, puente hacia un futuro con algunas certidumbres, con un mensaje implícito de optimismo al intentar imaginar cómo volveremos a ir de un sitio a otro para trabajar en las organizaciones, para encontrarnos nuevamente con otras personas y adentrarnos en realidades, como antes pero ya nunca igual que antes; con mayores distancias, pero más cerca.

Con un lenguaje cercano y sin perder profundidad, nos propone pensar la dimensión psicológica del trabajo, en la perspectiva de la salud mental, reflexionando sobre una realidad que se muestra esquiva, donde prácticas, procesos e impactos sobre las personas y organizaciones se aceleran a ritmos sin precedentes.

Continuando con su espíritu explorador, se abre camino en un territorio familiar y extraño a la vez, con herramientas y teorías que ya conocíamos, que hablaban de un mundo anterior. Este es parte del equipo del explorador, que le permite adentrarse en un territorio nuevo y desconcertante, imaginando un más allá, pensando el futuro y el impacto de las transformaciones que van sucediendo en el trabajo, en las organizaciones, y también en la subjetividad.

Diego comparte con generosidad esas herramientas con las que emprende esta tarea. Empezando por la descripción de los entornos actuales con los que hemos afrontado el desafío de mantener andando nuestra vida cotidiana, la súbita dependencia de la tecnología como uno de los pasos inmediatos adoptados para resolver el dilema de la continuidad sin presencialidad. Y los efectos, muchas veces, sucediéndose ante nuestros propios ojos, posicionándonos, simultáneamente, como observadores, actores y pensadores.

Nos acerca un recuento de conceptos, definiciones y teorías con las que delimitar el estudio de la crisis por la Covid-19, tipificando los dispositivos de trabajo adoptados sin dejar de recordarnos que muchos de ellos ya estaban a nuestro alcance antes, pero que ahora se convirtieron en modalidad casi exclusiva. En este sentido, mientras nos describe la dinámica en la nueva oficina, nos invita a pensar aquello que creíamos saber: qué es el trabajo, cuál es su relación con las personas y la identidad, qué papel ha desempeñado la salud mental en las organizaciones y cuál será su rol en el futuro.

Diego nos invita a pensar el concepto de bienestar como estado y de cómo alcanzarlo. Nos recuerda las postulaciones freudianas acerca de salud mental como la capacidad de amar y trabajar. Convoca, también, la concepción pichoniana referida a la capacidad de adaptación activa a la realidad.

Diego nos acerca también la posibilidad de pensar la pandemia como hecho disruptivo, cuyo efecto será o no traumático, de acuerdo con las posibilidades individuales y colectivas de acomodamiento y flexibilidad para enfrentarlo, señalándonos el dilema entre repetición o variación del sistema de respuestas con que contamos a nivel personal, social y cultural.

Es así que, una vez planteada la dirección inicial, avanza describiendo formatos en los que se ha desplegado la actividad, tanto en el nivel laboral como en el comunicacional y el educacional. Nos señala la exposición de la intimidad a partir de la nueva localización física del entorno donde desempeñamos las tareas. Las diferencias entre el contrato prescrito y el real en cuanto a actividades, horarios, organización de jornadas, rendimiento. Y el papel de los líderes en este escenario tan diferente e incierto.

Nuevos modos de vinculación, de tiempos y de dinámicas. Una nueva geografía y, además, nuevas subjetividades. Espacios donde se hace vital reconfigurarnos, preguntándonos dónde nos exponemos, ante qué mirada nos posicionamos, qué miradas nos delimitan y cuánto de nuestra identidad refuerzan, o ponen en cuestión. Tiempos discurriendo a otro ritmo, con horarios que se diluyen. Nuevas tecnologías y entornos cambiantes que ponen a prueba la capacidad de resiliencia, la flexibilidad y adaptabilidad, allí donde no está para nada claro el punto de equilibrio, o cuán frágil puede serlo.

Diego nos advierte también acerca de los efectos en quienes deben elaborar una nueva subjetividad fundada en nuevas prácticas, nuevas formas de vinculación.

En este nuevo contexto, el término “híbrido” cobra una importancia recurrente ya que, en muchos sentidos, la volatilidad y la incertidumbre hacen necesario contar con dispositivos y conocimientos que alternen diversas formas que compatibilicen aquello que hasta hace poco considerábamos incompatible: educación, capacitación, reunión, vinculación, intercambio, donde lo presencial y lo virtual deben alternarse.

Nuevos liderazgos se necesitan en este contexto, nuevas habilidades, nuevos intercambios. Un liderazgo ágil, de mirada flexible, cercano, empático, aun cuando físicamente debamos estar distantes. Habilidades “blandas” que requerirían de una preparación de líderes y equipos.

Diego, además, nos ofrece ejemplos fruto de su experiencia con las organizaciones, tanto grandes corporaciones como empresas familiares; arriesga miradas sobre el mundo de lo estatal y sus diferencias con lo privado, y nos propone herramientas para abordar las implicancias psicosociales de algunos de estos desafíos, que fueron puestos en práctica por doquier, sin solución de continuidad, precipitados por la pandemia y la urgencia por sostener la marcha de nuestras sociedades. Y se asoma a la era post Covid, nos invita a mirar más lejos e imaginar, a partir de la reflexión, cómo podría ser ese mundo que aún no tiene rasgos definidos pero que, sin dudas, no será el mismo que conocemos, puesto que lo andado ha cambiado lo conocido por algo que ya no será lo que fue.

El autor no solo releva aquello que está sucediendo sino que, además, nos ofrece herramientas que enriquecen nuestra labor profesional, lo que nos permite reflexionar acerca del futuro del trabajo y de nuestra práctica en el campo de la psicología del trabajo.

1. Licenciado en Psicología, Universidad de Buenos Aires, profesor en el MBA y en la Maestría de RRHH de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Consultor organizacional, especialista en temas de comportamiento y transformación organizacional.

Prólogo del autor

En memoria de las víctimas de esta tragedia que es la pandemia del Covid-19

Este libro es uno de los resultados de la pandemia y de la cuarentena. Es el producto de décadas de estudio y trabajo, de mi actividad como psicólogo, consultor y docente. Este trabajo ha sido acelerado por un tiempo en el cual el mundo se ha visto sacudido –en particular el trabajo– por la pandemia debida al Covid-19.

En este sentido, desde la psicología me propongo aportar sobre las particularidades de las personas en situación de trabajo, desde la perspectiva individual, en los diferentes grupos, equipos y organizaciones.

Particularmente, me interesan los modos de organización del trabajo que nos deja la pandemia y el impacto en la subjetividad, que no solamente comprenden el ámbito laboral, sino que pretendo abarcar al sujeto de modo holístico.

Procuro analizar, desde la perspectiva psicológica, lo que les pasa a las personas en los contextos laborales, es decir, qué sienten, qué piensan y qué hacen en la situación de trabajo. Propongo una mirada hacia un mundo que está atravesado por los fuertes cambios y transformaciones que impactan en la actividad laboral, en las relaciones interpersonales, en la de las organizaciones y en la de la sociedad toda, que ha sido alcanzada por la pandemia.

Los temas sobre los cuales trabajo pasaron a ser motivo de debate. Tanto en el ámbito público como en el privado, las consultas sobre el balance entre el trabajo y la vida personal fueron creciendo al ritmo de la diseminación del virus global. El impacto psicológico de la pandemia es el tema sobre el cual debatimos en grupos de WhatsApp de colegas, en encuentros por Zoom y en los medios de comunicación.

La pandemia 2020-2021 resultó ser un catalizador de prácticas y sucesos que ya estaban latentes y que en buena parte llegaron para quedarse. Algunas de estas modificaciones son positivas para los seres humanos, pero las hay profundamente dolorosas y otras incluyen una combinación de ambas situaciones.

Esta crisis provocó que el ámbito de las relaciones personales fuera atravesado durante 2020-2021 por una dependencia de lo tecnológico como nunca antes. En el mundo del trabajo, esto ocurrió de una manera meteórica y abrumadora. Me acuerdo de que cuando trabajaba con una gran empresa multinacional, uno de los comportamientos asociados a la efectividad era “hacerlo bien la primera vez”, es decir, saltar sin red y no fallar. Entre la espada y la pared y, como suele decir un intrépido paciente mío, siempre la espada.

Al mismo tiempo, se produjo en el mundo una grieta. Apareció una clara diferencia entre dos tipos de trabajadores: los “esenciales” y los “remotos”. Esto también fue desconcertante, los nombres marcan y nos dimos cuenta de que los esenciales podrían no pertenecer a las profesiones más “marketineras”, pero sí los enfermeros, los camilleros, los operarios, los médicos, el personal de limpieza, etcétera.

También están los que no pudieron seguir, como los actores, la industria del turismo, los restaurantes, los animadores de fiestas. Algunos se reinventaron fabricando barbijos, entregando frutas y verduras a domicilio... Podría hacer un libro solo con estos relatos que admiro, como dice el cantante argentino Andrés Ciro Martínez: “Me gusta tu historia de resurrección”.

La pandemia acrecentó la desigualdad entre los que más tienen y los que menos tienen. Entre los inmigrantes tecnológicos y los nativos tecnológicos. Entre las geografías con conexión y aquellas sin conexión a Internet.

A la vez, surgieron nuevas dificultades que comenzaron a experimentarse con la implementación de nuevas herramientas tecnológicas que posibilitan el trabajo a distancia, fundamentalmente para quienes no habían empezado su transformación tecnológica y tuvieron que hacerlo a ritmo acelerado.

Así, la intimidad de nuestro hogar pasa a ser un escenario visible que antes no mostrábamos. Se abrieron aún más las puertas del “panóptico digital”, término adoptado por Byung-Chul Han. Políticos que exponen su sexualidad, docentes que lamentablemente murieron frente a la cámara, robos observados en vivo y más, mucho más. Nuestra imagen está en exhibición, el contacto es lejano pero impactante. Sobre los efectos del nuevo mundo del trabajo virtual me ocuparé en la primera parte del libro.

En la segunda parte, veremos cómo esta nueva modalidad ha modificado el equilibrio entre la vida personal y la vida laboral, cómo ha impactado en padres, docentes e instituciones educativas; cómo la emocionalidad se ha puesto en juego en el período 2020-2021, dejando marcas que durarán por mucho tiempo y afectarán nuestra cotidianidad, aun cuando el virus haya sido derrotado por la ciencia. Quizás aparezca otro virus y, en ese caso, volveremos a bailar a su ritmo.

Existe, entonces, una consolidación de lo tecnológico en el mundo del trabajo, así como una conmoción en los límites entre el mundo íntimo, el familiar y el laboral. Todo esto luego de una pandemia, una crisis que modificó la noción de normalidad previa al coronavirus y que tendrá consecuencias posteriores. La denominada “nueva normalidad” es analizada en el tercer capítulo. Y eso incluye una nueva concepción sobre la vida, sobre el trabajo y hasta sobre las vacaciones, ese tiempo de descanso que tanto se anhela pero que también está siendo modificado.

En general, estos temas se mencionan en relación con las empresas. Pero hay miles de personas que trabajan para pequeñas y medianas empresas, para instituciones sociales y deportivas, para ONG y también para el Estado. En el cuarto capítulo se analizará cómo todos estos interrogantes se dan en el amplio –y muchas veces inexplorado– ámbito del Estado.

Los desafíos que estas nuevas modalidades presentan son abordados en el quinto capítulo, que se enfoca sobre la “motivación postraumática” de las organizaciones luego de atravesar la actual pandemia, así como en los nuevos “protocolos de liderazgo” recomendados para los líderes y sus equipos.

Finalmente, me inquietan las personas que se quedan sin trabajo. Ya los cambios tecnológicos, la automatización, generaban una conmoción en el mundo del empleo, que el Covid-19 ha radicalizado. Se examinará el impacto que esto genera y qué estrategias de reinserción laboral se pueden presentar. En ese último capítulo también se incluirá un análisis sobre la reconfiguración de la vida en las ciudades. Ambos temas están relacionados con estar o no dentro de una organización, de una empresa, de un centro urbano, o con trabajar más distanciado, más alejado. Quizás en forma intermitente, reinventando el lugar profesional propio y también el lugar físico en el cual esa actividad se desarrolla.

En mi caso, he podido “habitar” distintos lugares. En mi calidad de psicólogo fui considerado esencial, tuve sesiones caminando por los parques, en bares, di infinidad de clases por Zoom y Jitsi Meet, lideré cursos y realicé entrevistas por teléfono, WhatsApp y Skype. Pero fundamentalmente trabajando desde mi casa, navegando este mundo cada vez máshíbrido, pudiendo moverme menos, parando la pelota –como decimos los futboleros–; pensando más algunas cosas, escribiendo. Así surgió este libro, a partir de algunas ideas. Espero que les sirva.

Introducción de Ianina Echodas2

Cuando Diego me propuso que escribiera una introducción para este libro, lo primero que sentí fue una fuerte emoción y al instante un profundo desafío.

Emoción por su hermoso gesto de amor, una muestra más de su deseo de hacerme parte de este proyecto tan ansiado. Y, por eso, también, el profundo desafío de estar a la altura. Lo asumo con la intención de aportar una visión sobre la gestación de este libro y sobre su autor.

Hace más de veinte años que caminamos juntos, y si hay algo que lo caracteriza es su pasión. Esa fuerza interna que genera un empuje hacia un cierto objetivo que definimos motivación, la disposición de energía suficiente para mantener esa fuerza constante hasta lograrlo.

Y vaya que lo caracteriza ese empuje: años de dedicación, de estudio, de trabajo, de creación, de esfuerzo y la visualización de nuevas metas llevaron a Diego a soñar con castillos que fueron construidos uno a uno.

En este camino nos sorprende como a “todo el mundo” la pandemia y, como a todos, nos obliga a “parar la pelota”, como le gusta decir –y leerán en el libro– a Diego. El mundo se detiene y junto con él las metas y los objetivos más cercanos.

El trabajo, el presente y el futuro laboral quedan suspendidos para algunas personas por minutos, por días o por meses, y están los que aún no se pudieron rearmar, como explica Diego en detalle, al profundizar en diferentes variables individuales y organizacionales que nos atravesaron y dispusieron diversas condiciones para el trabajo.

Una vez más, en medio de las más variadas invitaciones a reinventarnos, Diego asume el desafío y pone “la pelota” en juego. Desde ya que se trata de otro juego, parecido seguramente al ya conocido, pero distinto.

Desde marzo de 2020 lo vi investigar, leer, preguntar, estudiar, debatir y aportar para entender esta nueva realidad. Como muchos, pudo adaptarse en su rol de docente, de analista y de consultor. Y en ese transcurrir reencontró su esencia: esa pasión que le hace concebir nuevas metas. Entonces, como producto de esta forma de atravesar la pandemia, con la mirada en lo que viene y a la vez como un generoso legado, comenzó a gestar este libro.

La realidad pandémica nos sometió y nos somete a una extrema despersonalización (número de contagios, número de fallecidos, cantidad de vacunas, cuadros en las pantallas). En cada capítulo, Diego, desde un relato sostenido por la teoría, rescata la subjetividad de las personas en situación de trabajo.

En Mundo post Covid. La Psicología del trabajo tras la pandemia,encontrarán un necesario recorrido y un análisis de los avatares y aprendizajes construidos en esta etapa, estrategias para afrontar el presente y el futuro escenario, rescatando siempre el valor del “contenido humano” en las organizaciones.

2. Licenciada en Psicología (UBA). Se desempeña como psicóloga clínica y deportiva, siendo miembro del equipo de Psicología Deportiva del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo; es Jefa de Trabajos Prácticos de la materia Psicología Organizacional y Empresaria de la Universidad Maimónides, y codirectora de la consultora “Contenido Humano”, concentrándose en capacitación y facilitación de procesos de aprendizaje en grupos, equipos y profesionales, en organizaciones públicas y privadas de la Argentina y de América Latina.

1. 2021: Hacer zoom en la post pandemia

Quiero un zoom anatómico, quiero el fin del secreto.

(Soda Stereo, Zoom)

—-

Fuimos atravesando –y fuimos atravesados por– la pandemia. Mucho de lo vivido, sufrido, aprendido en el “inolvidable” período 2020-2021 reconfigurará el futuro cercano y aun más allá.

La pandemia del coronavirus o Covid-19 fue registrada el 31 de diciembre de 2019 por la OMS (Organización Mundial de la Salud) en China como epidemia regional, y casi inmediatamente se trasladó a máxima velocidad por todo el planeta.

La Argentina, por ejemplo, decretó una cuarentena total el 20 de marzo de 2020, prohibiendo actividades que no fueran relacionadas con la salud o esenciales, limitando la circulación, como en la mayoría de los países del mundo.

Un año más tarde, en marzo de 2021, el Covid-19 continuó extendiéndose y ya ha infectado aproximadamente a ciento dieciocho millones de personas, ocasionando tres millones de decesos. Ha habido, además, noventa y dos millones de personas recuperadas. Pero el mundo ya empezaba a aplicar las vacunas.

Esto da cuenta del impacto del virus a nivel global, que deviene de la movilidad de la humanidad. Se sabe, luego de mucho aprendizaje sobre la marcha, cuáles son los cuidados para prevenir la infección y no contagiarse, pero aún no se conoce cuánto tiempo sobrevivirá el virus, ni la potencialidad de daños que dejará en el mundo. Sí se sabe –y de esto no hay duda– que las secuelas durarán años. Se trata de una crisis desconocida, de la que no tenemos registro, y que la sociología reconoce como un hecho social total, que afecta todos los aspectos de nuestras vidas. Sin embargo, de un modo particular, provocó un fuerte impacto en el aspecto del trabajo.

Como define mi amigo y colega Claudio Alonzo, “el trabajo es un fenómeno multidimensional que se despliega en entornos complejos”. Podemos arriesgar, sin temor a equivocarnos, que durante la pandemia del coronavirus se produce el contexto más complejo que haya impactado al trabajo en los últimos cien años en un nivel global.

Cuando hablamos de trabajo nos referimos al que se desarrolla en sistemas organizacionales, pero también fuera de ellos, y –como sostiene Alonzo– se trata de pensar el trabajo desde la perspectiva de la salud, poniendo en relieve la dimensión psicológica del trabajo. A partir del contexto mencionado, aparecen nuevos modos de organización del trabajo y debemos enfocarnos en el impacto de estas transformaciones sobre la producción de la subjetividad.

El trabajo es una de las actividades humanas centrales; estructura la vida de las personas, ya que organiza desde nuestra rutina hasta nuestros ciclos vitales, y posibilita, desde la perspectiva freudiana, la sublimación. El trabajo favorece el desarrollo social e individual y es potencialmente una fuente de autoestima, generador de realización personal.

Sabemos que el trabajo nos posibilita construir nuestra identidad fundamentalmente a través de los otros –ya que siempre el trabajo es colectivo– y del reconocimiento que obtenemos en lo que hacemos. Dependiendo de la movilización subjetiva, en el trabajo se pondrá en juego nuestra salud emocional a partir de la posibilidad de crear y de modificar la realidad, apropiándonos de nuestros actos de un modo activo y crítico. Nuestra salud psíquica en el trabajo se encuentra vinculada con la posibilidad de modificar la realidad que nos rodea y con las acciones que realizamos. El trabajo –desde nuestra perspectiva– excede a la mera obtención del dinero. Es una actividad que nos transforma mientras transformamos la realidad sobre la que operamos, y, en ese sentido, es una fuente de satisfacción.

Sabemos también que el trabajo es fuente de malestar. En palabras de Sigmund Freud,“Ninguna otra técnica de conducción de la vida liga al individuo tan firmemente a la realidad como la insistencia en el trabajo, que al menos lo inserta en forma segura en un fragmento de la realidad, a saber, la comunidad humana. La posibilidad de desplazar sobre el trabajo profesional, y sobre los vínculos humanos que con él se enlazan, una considerable medida de los componentes libidinosos, narcisistas, agresivos y hasta eróticos, le confiere un valor que no le va en zaga a su carácter indispensable para afianzar y justificar la vida en sociedad. La actividad profesional brinda una satisfacción particular cuando ha sido elegida libremente, o sea, cuando permite volver utilizables mediante sublimación inclinaciones existentes, mociones pulsionales proseguidas o reforzadas constitucionalmente. No obstante, el trabajo es poco apreciado, como vía hacia la felicidad por los seres humanos. Uno no se esfuerza hacia él como hacia las otras posibilidades de satisfacción. La gran mayoría de los seres humanos solo trabajan forzados a ello, y de esta natural aversión de los hombres al trabajo derivan los más difíciles problemas sociales”.

La pandemia fue un acelerador de circunstancias que estaban latentes y que por el contexto debieron ser aceleradas. Deja tras de sí nuevos modos de organización del trabajo que llegaron para quedarse y que analizaremos a lo largo de este libro.

Durante la pandemia, aquello que el trabajo ha atravesado en su acelerada y forzada adaptación, dentro y fuera de las organizaciones, no fue “el gran año del teletrabajo”. O no exactamente aquel paraíso que la promesa del home office parecía incluir. Sucede que el salto de las oficinas a las casas se dio empujado por una crisis, y en medio de la pandemia nosotros tratamos de desarrollar nuestros trabajos lo mejor que pudimos, en un contexto donde también hubo angustia e incertidumbre.

En general, nuestras tareas no estaban pensadas para ser desarrolladas en soledad y en el hogar. Según un informe de abril de 2020 de CIPPEC3, solo un tercio de los trabajos tienen potencial de ser desarrollados desde el hogar. Esa cifra se reduce a un cuarto de los trabajos si se analizan los hogares preparados con la infraestructura necesaria para teletrabajo.

Nuestras casas no estaban preparadas como escenarios de un home office prolongado: rápidamente tuvimos que generar espacios a fuerza de creatividad, con conexiones que a veces fallan y generan culpa y estrés, exhibiendo nuestra intimidad y, en algunos casos, además, siendo casi maestros de nuestros hijos en casa, debido al cierre de las clases presenciales.

Y al mismo tiempo aparece públicamente una nueva “entidad” de trabajadores: los “esenciales”. Los que no pudieron hacer teletrabajo, los que estaban autorizados a salir de sus casas para atender a los enfermos, para velar por la seguridad de los países, de sus bienes y de las personas.

Los autorizados a salir para producir alimentos, energías, transportar bienes, es decir, aquellas personas que fueron imprescindibles para enfrentar la pandemia y cuyas tareas fueron vitales para toda la sociedad, en buena parte de los países no recibieron el reconocimiento ni la paga acordes con esa tarea que la pandemia reveló como vital, esencial.

¿Volverán luego de terminada la pandemia a ser no tan esenciales, a dejar de oír aplausos y de obtener reconocimientos? ¿Habrá algún aprendizaje que nos permita como comunidad no olvidarnos de lo que consideramos esencial cuando la salud de todos se vio amenazada? En este sentido no soy optimista; basta recordar cómo, al poco tiempo del curso de la pandemia, se dejaron de escuchar los aplausos a los médicos y demás agentes de la salud.

La post pandemia nos permitirá, sin duda, valorar la salud, pero desde una mirada individual o individualista; no se trata de la preocupación por la salud pública y, en esta línea, el enorme trabajo y el esfuerzo de los que fueron esenciales en pandemia serán lamentablemente desconocidos u olvidados.

La post pandemia nos dejará algunas incertidumbres y nuevas certezas para mirar al futuro. Pero lo cierto es que el coronavirus no trajo todos nuestros padecimientos.

Recordemos que antes de la pandemia también había dificultades. No veníamos de un panorama maravilloso, ni de un mundo de trabajocon satisfacciones y crecimiento garantizado.

Muy lejos de eso, el mundo pre pandemia, que hoy quizás añoramos, ya venía convulsionado, con crisis diversas, inestabilidad y desafíos crecientes. Se ha hablado del mundo VICA y el universo RUPT, para intentar resumir en una palabra un diagnóstico sobre el cambio global. El mundo Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo (vica), sintetiza una sensación que se ha padecido aún más en época de pandemia.

El inicio del mundo VICA es posterior al afianzamiento de la globalización. Diversos autores sostienen que la sigla se empezó a utilizar a partir de los atentados a las torres gemelas del 11 de septiembre de 2001. El mundo VICA se puede definir de la siguiente manera:

• Volátil, en tanto inesperado, inestable y de duración desconocida.

• Incierto, porque podemos conocer las causas y los efectos, pero no la resolución. En este caso, es posible orientarse al cambio pero no a sus resultados.

• Complejo, con infinidad de variables y conexiones. Si bien hay información disponible, la cantidad de esa información y las conexiones posibles lo vuelve abrumador.

• Ambiguo, porque las relaciones entre causa y efecto no son claras y no hay antecedentes.

Después del VICA apareció de otro neologismo, el RUPT (por sus componentes en inglés, Rapid, Unpredictable, Paradoxical y Tangled) o, en español, Rápido, Impredecible, Paradójico y Entrelazado; por eso también se lo encuentra como ripe.

Hacia finales de 2020, se fue ajustando el diagnóstico, nuevamente en busca de poder pensar y generar los nuevos interrogantes frente al mundo. Entonces se sumó BANI (Bien frágil/quebradizo, Ansioso, No Lineal, Incomprensible).

La crisis del mundo pre pandemia hizo eclosión con el Covid-19, y muchos autores, periodistas y comunicadores de diversos medios tomaron a toda velocidad estas siglas, como herramientas de urgencia para explicar en forma resumida lo que se estaba viviendo en simultáneo en todo el mundo.

Este recorrido nos permite ver que se fueron ajustando los neologismos para conseguir precisión y, a medida que se iba haciendo ese ajuste, se hablaba de una situación cada vez más impredecible y desorientadora.

Resulta claro que la pandemia en sí ha resultado un catalizador de la transformación digital, de la automatización de procesos, y, al mismo tiempo, un acelerador del “sujeto de rendimiento”, así como un interrogante profundo sobre nuestros hábitos, nuestras formas de vivir y también de convivir.

Más adelante, se profundizarán ciertos conceptos, luego de recorrer algunos ejemplos que nos ayudarán a analizar la situación desde una perspectiva concreta sobre cómo se hanadaptado las personas y las organizaciones.

1.1 2021: Ya no hay dónde esconderse

Como consultor de empresas me ha tocado conversar con los responsables de recursos humanos y líderes de empresas. Alguna vez el tema en cuestión fue el ausentismo por enfermedad. “Fijate en este panorama” –me dijo un viernes por la tarde en un frío invierno en Buenos Aires un gerente de Recursos Humanos de una multinacional de consultoría señalando sus oficinas con miles de empleados. “El desafío es que todos estos chicos el lunes a las 9 de la mañana estén acá de vuelta” –afirmó con una sonrisa pero con algo de preocupación–. Y seguimos hablando sobre la cultura de la empresa, sobre “tener la camiseta puesta” y el compromiso. Además, también sobre temas más superficiales pero igual de reales, como las lesiones de quienes hacen deportes los fines de semana, o la diversión y las salidas.