Música accesible con Tecnología Asistiva - Graciela Broqua - E-Book

Música accesible con Tecnología Asistiva E-Book

Graciela Broqua

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Beschreibung

La música es un lenguaje expresivo extendido en innumerables sociedades. Escuchar música, ejecutarla, bailarla, cantarla, componerla, son placeres de la vida para muchas personas. Incluso para algunos es la razón de sus existencias. Pero no todas las personas pueden acceder a la música. Muchos encuentran barreras para acceder a diferentes actividades musicales. ¿Por qué? En ocasiones hay diversidades funcionales o discapacidades involucradas, en otras hay barreras construidas por costumbres que sostienen que "las cosas son así". Pero cuando hay gente que no puede acceder a actividades con música podemos pensar las cosas de otro modo. Tal vez "las cosas eran así" pero ahora podemos hacerlas de otra forma para incluir a más personas. Música accesible con Tecnología Asistiva ofrece un cambio de mirada. Presenta soluciones posibles a diversas barreras de acceso a la música, comparte información sobre recursos de tecnología existentes y personas que se dedican a la accesibilidad a la música en varios lugares del mundo. Para que cada vez sean más los que puedan disfrutar de la música.

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Seitenzahl: 233

Veröffentlichungsjahr: 2022

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GRACIELA BROQUA

Música accesible con Tecnología Asistiva

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Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

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EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

A mi familia,

propulsora de toda mi carrera.

Índice

Prólogo

Referencias

Palabras preliminares

1 Inaccesibilidad a la música

1.1 La dificultad

1.2 La diversidad funcional o discapacidad

1.3 ¿Quién puede hacer música?

1.4 Dificultades en la música

1.5 La ejecución de instrumentos: la física

1.6 Modos de acción y movimientos corporales: la fisiología

1.7 Accesibilidad

1.8 Referencias

2 La tecnología

2.1 ¿A qué llamamos tecnología?

2.2 Tecnología de la Rehabilitación

2.3 Tecnología Educativa

2.4 Tecnología Asistiva (TA)

2.5 Clasificaciones

2.6 ¿Accesos o productos de apoyo?

2.7 Adaptarse

2.8 Diseños Universales

2.9 ¿Para quiénes es la TA?

2.10 Referencias

3 Soluciones

3.1 ¿Qué tener en cuenta para diseñar un acceso?

3.2 Instrumentos adaptados

3.3 Soluciones con accesos o productos de apoyo

3.4 Para barreras vinculadas a la visión

3.5 Para barreras vinculadas a la audición y al sonido

3.6 Para Necesidades Complejas de Comunicación (NCC)

3.7 Para barreras vinculadas al lenguaje oral

3.8 Para hipersensibilidad al sonido

3.9 Para evitar lesiones

3.10 Para barreras físicas

3.11 Para barreras vinculadas al reflejo de lavado de manos (habitual en Síndrome de Rett)

3.12 Para barreras que encuentran personas con traqueotomías

3.13 Para barreras que encuentran personas con diversidades cognitivas

3.14 Para barreras múltiples

3.15 Resultados en el uso de TA para la música

3.16 Set básico de productos de apoyo para quienes encuentran barreras a la música

3.17 ¿Quiénes hacen TA en Música en el mundo?

3.18 Referencias

Finalizando

Referencias

Landmarks

Table of Contents

Prólogo

El uso de las Tecnologías Asistivas ha sido materia de numerosos estudios e investigaciones en el campo de la accesibilidad y las prácticas de atención a la salud y calidad de vida de las personas con discapacidad. Sabemos que aún nos queda un largo camino por recorrer, hasta llegar a un verdadero debate sobre la inclusión social. Como trae Graciela “Son innumerables las barreras que se cruzan en una simple salida. La rampa no resolverá nada si, además, los baños y el resto de accesos no están adaptados” (2022, p. 65). Pero con cada nueva investigación, con cada nuevo libro, con cada nuevo artículo, con cada nueva publicación, estamos sentando las bases para que esta discusión se fortalezca. “No es la complejidad del acceso el problema, sino que esté disponible a tiempo. Es posicionarse en el lugar de “resolver para poder”” (BROQUA, 2022, p 69).

En su investigación, Avelino (2017) sugiere la efectividad de los instrumentos desarrollados y adaptados para los trastornos musculoesqueléticos, mediante el uso dentro de las sesiones de musicoterapia en términos de fortalecimiento de los músculos de las extremidades superiores cuando hay un traumatismo. Se desarrolló un instrumento musical adaptado para postoperatorios de pacientes con trauma musculoesquelético de miembros superiores y se registraron los efectos de la musicoterapia en la fuerza muscular, extensión y flexión de los pacientes. A través del dinamómetro y goniómetro se pudo detectar un aumento significativo de la flexión y la fuerza a través de la musicoterapia.

Mitozo y Oselame (2020) señalan estudios que muestran la eficiencia e importancia del uso de diferentes tecnologías en las sesiones de Musicoterapia para promover la inclusión, la accesibilidad, la ampliación del repertorio y explorar diferentes identidades musicales. Lo realizaron a través de una revisión integradora que tuvo como objetivo investigar qué aplicaciones, programas informáticos y videojuegos han sido investigados o utilizados por los musicoterapeutas en sus sesiones y cuáles son los criterios de selección, creación y resultados del uso de estas tecnologías. Los autores encontraron 13 artículos que coincidían con los criterios de selección del estudio. De éstos, 4 estaban en la categoría de videojuegos/juegos, 4 en aplicaciones, 4 en programas informáticos y 1 presente en las categorías de aplicaciones y videojuegos/juegos simultáneamente. En el material analizado, fue posible observar una preocupación con respecto a la motivación, el desafío, la variabilidad y las pruebas científicas, pero la mayoría aún pudo incluir en la etapa de construcción del prototipo la participación activa del musicoterapeuta en todas las etapas de creación y uso de las herramientas, y tener en cuenta no sólo las patologías de los pacientes, sino su individualidad.

Con esto, es posible acompañar la expansión de los campos de investigación en el ámbito de las Tecnologías Asistivas.

Uno de los grandes aportes de la obra propuesta por Broqua es el entramado que la autora realiza a lo largo del texto entre la problematización de conceptos previamente establecidos como: discapacidad, limitaciones, persona con discapacidad, accesibilidad, acceso a la música; con una provocación para que pensemos estos aspectos desde otras perspectivas, sin rendirnos a un discurso capacitista. Una persona puede y debe ser especial1, pero no por su discapacidad, sino por lo que es, por sus actitudes. Cada vez más, la discapacidad se lleva al campo de las características, una de las varias que tiene cualquier persona y no como una enfermedad.

“Esto genera ciertas necesidades especiales que no están directamente vinculadas con la diversidad funcional. Pero sobre todas las cosas es importante entender que cada uno necesitará cosas específicas. Esto tampoco está directamente vinculado a una patología, ni a una lesión” (BROQUA, 2022, p22)

En una conversación con el lector, muy generosamente lo invita a reflexionar sobre las posibilidades de acceso a la música. Y que este acceso se puede dar a través de Tecnologías de Asistencia tanto por profesionales en el campo de la música como por los propios usuarios.

Un libro en el que la autora se atreve a desnudarse y presentar al mundo sus ideas e hipótesis desde un lenguaje accesible, técnico y cariñoso a la vez. Un texto con una narrativa en la que seguimos a la autora en su lógica, casi adivinando lo que está por venir.

Nos invita a la reflexión y nos conduce por caminos que deconstruyen conceptos convencionales al mismo tiempo que consolidan nuevas propuestas. Cuestionando los conceptos previamente establecidos y luego presentando sus hipótesis y posibilidades de prácticas para cada grupo de personas con discapacidad. La autora combina teoría y práctica de manera única, consolidando las bases de los recursos que propone.

A través de su obra, Graciela Broqua, invita al lector a explorar detenidamente aspectos del cuidado basado en Tecnologías Asistivas. En sus palabras se la nota: curiosa, dulce, cuestionadora y firme en sus posiciones. Trabajar con esta musicoterapeuta, que se reta a sí misma a lanzarse al campo a partir de sus escritos, es trabajar con una profesional que también te retará a lanzarte a lo nuevo y al descubrimiento.

Qué gran honor para mí poder dejar mis modestas impresiones sobre este trabajo que invita a la reflexión y que tanto se necesita.

Mariane N. Oselame

Referencias

AVELINO, N. C. (2017). Adaptação e desenvolvimento de instrumentos musicais e os efeitos de uso na reabilitação de paciente pós-operatório de trauma osteomuscular através da musicoterapia. In: World Congress on Brain, Behavior and Emotions, 2017, Porto Alegre. Revista Eletrônica do World Congress on Brain, Behavior and Emotions 2017, 2017.

BROQUA, Graciela (2022). Música Accesible con Tecnología Asistiva. Ed. Autores de Argentina.

MITOZO & OSELAME (2020). A utilização de aplicativos, softwares e videogames em sessões de musicoterapia. Uma revisão integrativa de literatura. Trabalho de Conclusão de Curso de Especialização em Musicoterapia, Faculdades Censupeg. Florianópolis, 2020.

1 En Brasil durante mucho tiempo, las Personas con Discapacidad eran técnicamente llamadas Personas con Necesidades Especiales o Personas Especiales.

Palabras preliminares

La accesibilidad es un concepto que ha cobrado fuerza en los últimos años. Y si bien socialmente se lo ubica ligado a la discapacidad, en realidad hace referencia al aumento de accesos para todas aquellas personas que los necesiten. Políticas, diseños arquitectónicos, actividades de la vida diaria, productos comerciales, servicios y otras áreas empiezan a pensar en las personas con necesidades diferentes y con diversidad funcional para brindarles, si bien no siempre igualdad en las posibilidades, al menos un rango de opciones cada vez mayor en las ofertas a las que tienen acceso.

La música no queda exenta de esta apertura en el paradigma de la inclusión. Si bien la música parecería ser algo a lo que todos pueden acceder, quienes han tenido la posibilidad de aprender a ejecutar un instrumento musical conocen que las destrezas que se requieren suponen un gran esfuerzo y constancia en la práctica. Pero también exige conocimientos técnicos e involucra un manejo de la motricidad bastante específico. Y a estas precisiones no todos pueden acceder. Es más. Muchos individuos que encuentran barreras para acceder a la música o a la ejecución de instrumentos no tienen discapacidades. A veces esas complicaciones tampoco son crónicas, sino que representan impedimentos pasajeros. Pero no por eso ellos dejan de necesitar accesibilidad.

La Tecnología Asistiva, Tecnología de Apoyo o Tecnología de la Asistencia ha surgido para desarrollar ayudas que incluyan a quienes lo necesiten. Generar esos lazos que unen a los sujetos que encuentran alguna necesidad con las acciones que no pueden lograr satisfactoriamente. Ofrecer una ayuda, una mano amiga, una compensación, de modo que la función que no podían realizar, la logren.

Como la idea de la Tecnología Asistiva surge en la comunidad de disciplinas de la rehabilitación, se ha aplicado a diversas actividades. Aquí profundizaremos acerca del uso de estos accesos para realizar acciones que tengan que ver con la música, ya sea la elección de un repertorio, el encendido de un reproductor o grabador, la lectura de canciones o (el que nos llevará más desarrollo) la ejecución de instrumentos.

Haremos esto desde el lugar del profesional, ya sea el músico que se encuentra con la barrera, el músico que trabaja con alguien con alguna necesidad, el docente de música o el musicoterapeuta que se crucen con alguien con esta situación. Por eso, ordenamos este libro de acuerdo a posibles problemáticas que puedan aparecer en el acceso a actividades con música, con la intención de proponer algunas alternativas y dar herramientas al profesional para diseñar, fabricar o combinar sus propios recursos en función de otras dificultades que puedan aparecer en el ejercicio de la música. Seguramente pueden surgir otras complicaciones que no hayamos mencionado. Pero con la información y las ideas de este texto podrán crear las suyas propias.

Cada persona es única, como también lo suelen ser sus necesidades y creemos que las ayudas que se piensen siempre deben ser creadas, probadas, mejoradas y modificadas en conjunto con los sujetos que las emplearán y realizadas a su medida. Pero también sabemos que en el trabajo diario es indispensable contar anticipadamente con soluciones esquematizadas para ensayar posibles respuestas en el momento que se requieran con nuestros alumnos o pacientes. Estas soluciones probadas luego se ajustarán a la necesidad de cada uno. Por esta razón, para sumar recursos, ofrecemos una propuesta para los musicoterapeutas y los docentes de música que trabajen en el área de discapacidad. Esta consiste en una lista de elementos que conforman un set básico de productos de apoyo generales con los que un profesional podría contar para abarcar una amplia variedad de problemáticas que aparecen en la práctica con mayor frecuencia.

Finalmente les acercamos a personas y agrupaciones que a lo largo del mundo se han dedicado a pensar posibilidades de accesibilidad a la música. Nos daremos cuenta que en diferentes rincones del planeta aparecen necesidades similares, que otros a veces también piensan soluciones parecidas a las que hemos esbozado nosotros, y que algunos concretaron lo que imaginamos que se podría inventar.

Este trabajo nace del desarrollo generado en un primer momento en el equipo interdisciplinario del Centro Terapéutico Integral de San Antonio de Padua, provincia de Buenos Aires, Argentina, donde desde 2005 las kinesiólogas, fonoaudiólogas y terapistas ocupacionales despertaron en mí la inquietud por la Tecnología Asistiva aplicada a la Música. No sólo a ellas, sino a todo el equipo, les envío un profundo agradecimiento.

Durante más de diez años en la Licenciatura en Musicoterapia de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), con el acuerdo de Claudio Crespino, fui incorporando recursos de Tecnología Asistiva aplicada a los instrumentos de percusión para mostrar a los alumnos. Pero a medida que investigaba y aumentaba los desarrollos de accesos, cada vez quedaban más cosas sin compartir. Algunos colegas empezaron a asistir a esas clases de Tecnología Asistiva, me pedían información, me consultaban para resolver dificultades con pacientes, me solicitaban que diera clases abiertas y cursos. Debo agradecer al Lic. Ariel Zimbaldo, quien como coordinador de la Licenciatura de Musicoterapia de la UBA en esos momentos, recibió pacientemente mis propuestas.

La retroalimentación que mantuvo en pie esta obra estuvo sostenida por la energía de colegas que saben lo que es luchar contra la corriente y nunca claudicar. Y por la de otros que fueron precursores en algún aspecto de la disciplina, unos de los primeros en intentarlo. Por eso agradezco a la Dra. Patricia Sabbatella, con su energía imparable y su adecuado detalle en los señalamientos. A la Lic. Gabriela Rodríguez por compartir con nuestra cátedra los mecanismos de Musiadapta. A Mónica Papalía, mi modelo en la comprometida y continua defensa de sus valores. A la Dra. Juanita Eslava Mejía por mostrarme que siempre es posible aspirar más alto en nuestra disciplina e investigarlo. Al Dr. Mark Ettenberger, Sergio Andrés Triviño Rey, Emanuel Cerebello, Romina Céspedes y Sergio Orellana por compartir generosamente sus trabajos. A Martha Moya por abrirnos en Colombia su casa y su ser. A la Lic. Micaela D´Ambrosio por su tiempo compartido, su valentía y su apertura. A Marcela Malagrino por el impulso y el aguante. A Claudia Roldán por los intercambios compartidos desde Bolivia. A Cora Leivinson por su actitud de constante mediación uniendo ideas y colegas. A Héctor Ramón y a sus alumnos de la Diplomatura en Música para la Primera Infancia de la Universidad El Bosque, de Colombia, por su interés por hacer la música más inclusiva. A la presidenta del Comité Latinoamericano de Musicoterapia, Mariane Oselame, por brindarme su confianza y redactar el prólogo. A Juan Carlos Camarena y mis compañeros de equipo de la Comisión de Comunicación del Comité Latinoamericano de Musicoterapia por su respetuosa compañía, su trabajo y su generosidad. A la Dra. Claudia Zanini por señalar, desde sus investigaciones en Brasil, focos de atención que luego traspasé a mis escritos. A la doctoranda Josefina Porta por sumarse entusiastamente a mis propuestas. A la Asociación Argentina de Tecnología Asistiva por permitirse pensar en la posibilidad de hacerle un espacio a la música. A la Latin American Music Therapy Network por abrirme sus lazos entre colegas.

Reorientar el camino, especialmente cuando una cree que ya está transitando el correcto, puede representar un gran desafío. Pero las sugerencias de la directora de la Maestría en Tecnología Educativa de la Universidad Abierta Interamericana, la Magister Marta Libedinsky y del Dr. Francisco Albarello se han transformado en sólidas brújulas orientadoras. A ellos también mi agradecimiento.

Agradezco eternamente al Lic. Federico Cavanna quien incondicionalmente me asistió con los recursos digitales en todo momento y horario, poniendo en práctica mis ocurrencias. A mi familia, principal motor y combustible de mi vida profesional entera que me tiene absoluta paciencia, me asesora técnicamente y me ha solventado mis proyectos más audaces. A mis hijos, por su paciencia, sus conversaciones, sus ideas, sus consejos y su creciente independencia. A la Lic. María Laura Del Franco, consejera e impulsora de mis mejores avances académicos. A Diana Darsaut quien me permitió recibir en CTI a mis estudiantes y musicoterapeutas para realizar observaciones y prácticas sobre lo que aquí desarrollo. Y finalmente, a la Lic. Yanina Gil quien me dio el último empujón que originó unir esta información en un curso online para todo el mundo y posteriormente en este libro.

Impulsa esta publicación el deseo de llegar cada vez a más personas. De mostrar que en muchas ocasiones las soluciones a los problemas que parecen más complicados pueden ser simples. Que en innumerables oportunidades el “no se puede” es una creencia personal. Para que, si hay posibilidades, se pueda. Y para que cada vez sean más los que puedan hacer música.

Graciela Broqua

Musicoterapeuta (Universidad de Buenos Aires)

Profesora en Docencia Superior (Universidad Tecnológica Nacional)

Maestranda en Tecnología Educativa (Universidad Abierta Interamericana)

@broquagraciela

Enero de 2022

1 Inaccesibilidad a la música

1.1 La dificultad

Incómoda palabra. Molesta situación. Nadie quiere tener una dificultad. La dificultad nos posiciona frente al otro dejándonos “mal parados”. Nos deja en evidencia. Nos señala. Y muchas veces ese otro la remarca. Justo cuando uno quisiera pasar desapercibido y que nadie la note.

¿Qué hago con ella? ¿La escondo? ¿La disimulo? ¿La evito? ¿Realmente puedo evitarla? Porque aún así, la dificultad está ahí. ¿La compenso? ¿La minimizo y la naturalizo? ¿La expongo con orgullo y me anticipo a que nadie me haga pasar un mal rato? ¿Señalo notoriamente que todos los demás también tienen alguna dificultad?

Pero no. No es cierto. No todos tienen una dificultad. O no todos tienen esta dificultad. Esta que me incomoda, que no me deja ser, que me impide lograr justamente eso que quiero. Esta dificultad que me hace sentir distinto aunque otros intenten que no lo note. Esta dificultad que me hace darme cuenta de que cada vez que alguien dice “todos” para mí significa “todos menos yo”.

¿Es mía la dificultad? ¿O es de mi entorno que me pone barreras a lo que yo quiero hacer? ¿Soy yo con este problema o es la forma en que nos presentan el mundo que nos deja en evidencia o en falta?

Cada persona dará respuestas diferentes a esas preguntas. Si es que puede responderlas. Y hasta podrá cambiar las respuestas en diversos momentos de la vida o ante variadas circunstancias. Y cada uno elabora lo que puede con sus propias adversidades. Si tiene la posibilidad de hacerlo.

Seguramente muchos lectores estarán pensando que cuando hablamos de alguien con una dificultad nos referimos a una persona con discapacidad.

Para nada.

Si bien es cierto que las personas con diversidad funcional seguramente encuentran alguna barrera o complicación para realizar alguna tarea, también es cierto que no por tener una necesidad diferente un sujeto deja de tener acceso a la música. Aquí encontrarán ejemplos con las más variadas diversidades funcionales, pero también habrá problemas que puede llegar a tener cualquiera después de un accidente o en una situación excepcional de su vida. Por eso hacemos hincapié en la dificultad más que en la discapacidad o la diversidad funcional (Gil González, 2012). Y específicamente en la dificultad de acceso a la música, que es la que nos compete en nuestras disciplinas.

En este texto aparecerán dificultades variadas, de diversos niveles de complejidad. Todas ellas relacionadas a una actividad que debería ser placentera en sí misma: el disfrutar de la música. Pero que, sin embargo, podría dejar de serlo cuando el problema se interpone entre el sujeto y el acceso a esta disciplina artística.

Nos cruzaremos con individuos que no pueden decirnos lo que quieren, otros que no pueden ejecutar un instrumento sin lastimarse, muchos que no pueden agarrar un objeto o a quienes se les cae de la mano durante la producción. Están quienes no pueden leer la letra de una canción, quienes no pueden pronunciar sus palabras y quienes no pueden producir voz fonada. También los que se mueven hacia el instrumento pero aún así, no consiguen que produzca sonido.

Las concepciones que aquí presentaremos tienen como objetivo aumentar la autonomía de la persona que requiere una ayuda. Evitando la asistencia de otro. Considerando que cuando se necesita la asistencia de otro, ese ayudante debe estar disponible y siempre se dependerá de esa disponibilidad. Pero teniendo en cuenta especialmente que, si un objeto puede cumplir la función de la persona que ayuda, aumenta la independencia de aquel que la requería. El movimiento de vida independiente ha generado innumerables avances en los logros de personas con diversidad funcional (Palacios y Romañach, 2007: 52) y esta autonomía es lo que buscamos.

Incluso así, esto propone cierta ventaja. Cuando un profesional relacionado con la música (un músico, un musicoterapeuta, un docente de música) se cruza con la dificultad que le presenta otra persona, no carga en sí mismo con todas las emociones que acompañan al problema. El profesional no necesita responderse a sí mismo ninguna de las preguntas del comienzo. Porque es el problema de otro. El profesional no convive con ese impedimento a diario y en todas las actividades de la vida. Y es entonces cuando puede trabajar objetivamente en las posibles soluciones a la dificultad. Sin que esto hiera sus sentimientos o sus construcciones personales.

Pero claro, justamente por esa distancia emocional, al profesional le falta parte indispensable de la información: cómo se vive, cómo se siente esa barrera y esas soluciones propuestas.

Y así, trabajando en conjunto se podrá liberar al sujeto de la problemática. Sortear la barrera. Al menos un instante. Ese instante justo y requerido para hacer y ser dentro de la música. Para poder expresarse musicalmente. Hacer arte y ser en el arte. Y finalmente poder disfrutar de comunicarse con otros a través de la música.

1.2 La diversidad funcional o discapacidad

Si bien no escribimos estas líneas pensando en personas con discapacidad únicamente, son ellas las que encuentras mayores barreras a la hora de acceder a ciertas actividades con música. Esto genera ciertas necesidades especiales que no están directamente vinculadas con la diversidad funcional. Pero sobre todas las cosas es importante entender que cada uno necesitará cosas específicas. Esto tampoco está directamente vinculado a una patología, ni a una lesión. No se puede generalizar suponiendo que las personas con ciertas discapacidades o algunas patologías requerirán determinada asistencia.

Lo que sí podemos afirmar es que entre las personas con diversidades funcionales encontramos la mayor población que requiere recursos de accesibilidad. Son un grupo que suele encontrar barreras a gran cantidad de actividades, lugares, servicios, etc. Esto no sólo sucede con actividades vinculadas a la música sino con actividades de la vida diaria.

Actualmente se ha avanzado mucho en el desarrollo de estrategias y recursos que sirvan para saltar estas barreras. Sin embargo, en su gran mayoría están orientados a actividades cotidianas básicas como la alimentación, el vestido, el traslado o la higienización. En cambio, actividades como las artísticas, que no siempre son realizadas por la totalidad de la población, a veces no son requeridas, y no suelen considerarse como básicas, indispensables o necesarias. De allí surge su menor desarrollo en el ámbito de la accesibilidad.

1.3 ¿Quién puede hacer música?

La respuesta a esta pregunta parece evidente para muchos. Sin embargo, esa respuesta depende de la definición que cada uno emplea del término poder, del grupo social y las prácticas culturales de cada uno.

¿Es que acaso hay alguien que no pueda hacer música?

En principio, el verbo poder en el uso cotidiano del idioma castellano tiene distintos significados. Uno de ellos es actuar con permiso. Con esta significación, puede aquel a quien el grupo de pertenencia se lo permite, puede el que está habilitado según normas para realizar eso. Esta definición varía según cambien las reglas o el grupo de pertenencia. Así, como ejemplo, en la Argentina hace años que no estaba legislada la práctica de la musicoterapia. Había musicoterapeutas universitarios graduados pero también había gente que decía ejercerla sin la capacitación académica específica. Después de sancionarse la ley 27.153 de Ejercicio Profesional de la Musicoterapia, quedó terminantemente prohibido que ejerciera la disciplina cualquiera que no tuviera el título de grado universitario requerido para la Argentina. Es decir, antes y después de la ley el significado de puede ejercer la Musicoterapia era diferente. Sin embargo, en otros países no hay legislación actualmente, o bien se permite el ejercicio de la Musicoterapia con diplomados o masters de uno, dos o tres años a graduados de diferentes carreras, incluyendo docentes. A su vez, en Argentina un docente no tiene permitido hacer cualquier maestría ya que las carreras docentes no se consideran carreras de grado, sino carreras superiores terciarias. Estas personas que pueden ejercer la Musicoterapia o realizar una maestría en sus países no tienen el permiso para hacerlo en la Argentina. La misma palabra tiene diferentes significaciones precisas en distintas naciones.

Pero otra acepción de la misma palabra poder es tener la habilidad para hacer algo. La Real Academia Española (RAE) la describe como tener la facilidad. En este aspecto se hace referencia a lo que sucede cuando alguien intenta algo y lo logra. Con este significado podemos entender que puede aquel a quien le sale esa acción. Según esta definición yo no puedo tocar el contrafagot porque, aunque lo intente, no logro sacarle sonido. Esta situación puede ser transitoria y modificable: si consigo un buen profesor de contrafagot y ejercito lo suficiente, podría adquirir la habilidad y un día podría hacerlo sonar. Este poder sinónimo de tener habilidad es algo que se puede adquirir dadas las condiciones necesarias, por lo cual, le daremos mucho valor en estas páginas.

Pero nuestra comunidad hispanoparlante emplea una tercera definición del concepto poder: que sea posible que suceda, según la RAE, tener la posibilidad. En este significado, sólo puede el que tiene con qué; de otro modo no puede ni siquiera intentar. Los seres humanos no podemos volar sin alas ni medios de transporte. De acuerdo a este significado puede tapar los orificios de un aerófono aquel que tiene dedos y puede moverlos con la precisión y fuerza requerida para que no se escape el aire. Y además, debe poder soplar. En este sentido, a lo largo de la práctica musical nos encontramos constantemente con personas que no tienen la posibilidad de realizar ciertas acciones específicas. En estos casos, muchas veces la situación no cambiará con el aprendizaje o con la práctica. En el ejemplo previo, quien no tiene dedos, tampoco los tendrá luego. Otro ejemplo podría ser el de ciertas personas con traqueotomías de por vida que no pueden soplar o, aunque lo intenten, no llegan a producir sonido. En estas situaciones, para que esa persona pueda hay que cambiar la mirada, utilizar el pensamiento lateral. ¿Quién obliga a que los orificios de los aerófonos sean tapados por los dedos de las manos? El uso y la costumbre social. Pues entonces, será cuestión de buscar la forma de taparlos sin dedos, de otra manera. El problema no es la falta de dedos: es la falta de imaginación.

Desde otro punto de vista, y más allá de las definiciones, hay comunidades en las que la expresión musical está incorporada en todos sus integrantes. Donde el canto, la percusión, el baile u otras manifestaciones son ejercidos por la mayoría de los habitantes. En esos grupos sociales hacer la pregunta: “¿usted canta, baila o toca algún instrumento?” podría traer confusión. Sería más adecuado si se cambiara por esta otra: “¿qué canta, baila o toca usted?” ya que en esos ámbitos prácticamente todos se expresan de alguna manera con la música. Ni se cuestiona si todos pueden hacer música porque todos, simplemente, ya hacen música de alguna manera.

En otras sociedades puede creerse que la música es una actividad profesional, técnicamente elevada que sólo pueden (porque tienen la habilidad) realizar los músicos profesionales. Para algunos grupos sociales la expresión musical no es habitual en todos sus integrantes. Incluso suele haber ciertos mitos sostenidos por quienes no se expresan musicalmente. Estos mitos relacionan la posibilidad de bailar, cantar o ejecutar un instrumento con un talento innato (capacidad) que sólo poseen algunos. Este mito también suele servir para justificar a quienes hacen deporte, hablan idiomas o ejercen alguna otra tarea complicada. Esta creencia supone que el que realiza una actividad compleja lo hace porque nació con ese don, con ese saber procedimental, con la posibilidad de hacerlo.

Por el contrario, nada más alejado de la realidad. Los que cantamos, tocamos instrumentos, hacemos actividad física o hablamos idiomas conocemos bien el esfuerzo y la cantidad de tiempo de práctica que conlleva lograr esas habilidades. Son el resultado de la aplicación de técnicas, de la continuidad y de la perseverancia en la ejercitación. O sea que se pueden aprender, se pueden lograr. Son habilidades alcanzadas por tener la capacidad